jueves, 27 de mayo de 2010
A propósito de una peli sobre un cura
A ver si no me trasquilan por todos lados, porque segurito que más de uno se afrenta y se engalla (no problem, por mi parte). Pero ahi van mis impresiones, que podrán disgustar justamente porque, a pesar de ser impresiones, no son disparatadas, ni mucho menos. El articulete va de cine, de una peli.
La peli es nacional, española; o, más precisamente, madrileña. Madrid ha ido perfilando una personalidad, una idiosincrasia bastante acusada, con particulares muy identificativos. En lo eclesiástico, me refiero.
Al nuevo clero madrileño yo lo definiría "juanpablista". La entusiasta personalidad de Juan Pablo II, su estilo y su atractivo "juvenil", fue suscitando durante los años de su pontificado vocaciones sacerdotales, que se sumaban al dinamismo del Papa. No son - nunca han sido - verdaderamente tradicionales, pero han respondido con un estilo pastoral muy característico, ilusionado, entregado, trabajador, re-emprendiendo bajo las directrices, más o menos explícitas, de Roma la puesta en práctica del Vaticano II que el desconcierto post-conciliarista había extraviado y corrompido.
El estilo de cura "juanpablista" es urbano, post-moderno incluso. Con "gancho", comunican vitalidad; los más destacados suelen ser bastante "medíaticos", emprendedores, brillantes comunicadores. Ya dije que no son tradicionales, respetan los mínimos litúrgicos, conservan elementos de la piedad y la espiritualidad católica, pero se lanzan a experiencias nuevas, les gusta "romper moldes", impactar con palabras, gestos, relaciones. Todo con una desenvuelta resolución. No son de sotana, son de camisa clergyman y pantalón vaquero, de negro y con chaqueta para las ocasiones, en todo caso.
De este "perfil" simpático y arrollador tuvo que ser el sacerdote madrileño al que le han dedicado una peli, o un documental más o menos biográfico-hagiográfico. El prometedor sacerdote murió en un accidente, durante una excursión-escalada. Iba acompañado por una amiga. Murieron los dos.
El que presenta la peli, dice que por meterse en eso se mete en un lio. Yo pienso, más bien, que se mete en un "exceso", porque la peli me parece excesiva. Y si - como me han comentado - hay detrás una movida de "santo-súbito", me parece todavía más excesivo el exceso.
Antes, cuando los Santos no se hacían vía santosúbito, una postulación con esas circuntancias hubiera sido impensable. Absolutamente.
Insistiendo: Un sacerdote diocesano, por vocación, aspira a ser cura. Los curas corrientes celebran Misa por la mañana y por la tarde, administran los Sacramentos, predican, organizan y dirigen la parroquia, etc. Nada extraordinario (salvo el "milagro" de lo sobrenatural entre lo natural, lo extraordinario-santo en medio del mundo ordinario). No son héroes ni aspiran a serlo.
Los curas corrientes no pueden hacer montañismo porque no tienen libres los fines de semana. Los curas corrientes que están en un pueblo se pasan en el pueblo el dia entero y todo el año, y si tienen más pueblos y parroquias que atender se pasan el año, el mes y la semana de pueblo en pueblo, de iglesia en iglesia. Si logran reunir 20 fieles en Misa, cantan victoria por la multitud. Eso los de pueblo.
Y los curas de capital, lo mismo, con más gente, sujetos a la parroquia mañana y tarde, si estan solos y sin coadjutor, vicario y/o ecónomo que les asista; ellos solitos se apañan para bregar con todos y contra todos, catequistas, niños, padres, señoras, señores, viejas, viejos, enfermos, familias, el pobre del barrio y la tonta de la plazoleta. Además atiende a otros encargos, de beatas y beatos de muy distinta variedad y ocasión, cuando no una Misa, una boda, o unas predicaciones, o un retiro. O lo que salga. Eso un dia, y dos, y el curso entero. Y el año siguiente, Deo volente, más.
Si a un joven con vocación, si a un seminarista o a un joven sacerdote recien ordenado, le estimulan con la estupenda aventura de un cura-héroe, cuando se topa con la realidad de la vida de un cura-cura, se estrella y se hace añicos. No sé si me explico (que me entiendan o me quieran entender, es otro cantar).
Por eso no me gusta la peli. Tampoco me gusta el detallito del título "La última cima", que parafrasea muy malamente a "La Última Cena"; la foto del cura alzando con las cumbres de fondo, me gusta todavía menos porque no me gustan las excentricidades caprichosas, y celebrar una Misa en lo alto de un picacho nevado me parece un capricho excéntrico, incluso un abuso litúrgico. Y la música del tráiler, el remate. Montaje, mucho montaje.
Coda 1ª: El Cura de Ars no hacía alpinismo. Ni sólo ni acompañado.
Coda 2ª: Don Camilo, de Guareschi/Fernandel, me parece, a pesar del tópico, un modelo bastante vigente, todavía.
Coda 3ª: Estoy temiendo otra peli de otro cura que está para salir, made in Hollywood...pero con fondo, escenario, historia, texto y pretexto made in Spain 100%. Va a ser de tronío.
Coda 4ª: No sé - me gustaría saber - si a la peli esta (y a la otra) le habrán dado subvención.
p.s. Si alguno pregunta (que preguntará) le contesto:
- No, no conocía al cura de la peli.
- Sí, tuvo que ser un cura excepcional, no lo dudo.
De todas formas, hablo de la peli, de la impresión que me da. Solamente. Sin más intención. De verdad.
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27 comentarios:
Suscribo todo lo dicho por el autor del articulo. No dudo en absoluto de la categoría humana y sobrenatural del cura de la película, pero no obstante, llevamos casi un año donde el Santo Padre nos está poniendo un modelo clarísimo de "ser cura", San Juan María Vianney..., poco más que decir. Por cierto, la radiografía de la clerecía madrileña, perfecta
No me gusta el cine.
Estoy de acuerdo en líneas generales, aunque algunos comentarios no los acabo de entender. Por ejemplo, que el cura de Ars no hiciera alpinismo no me parece una razón válida para no hacerlo. Imagino que San Juan María era una persona, no un arquetipo. De los santos hay que imitar la santidad, no sus legítimas aficiones o ausencia de las mismas. Tampoco es cierto que los curas no tengan vacaciones. Las tienen, o deberían tenerlas, como cada hijo de vecino, y si en ellas les da por subir montañas, pues mira qué bien.
Por último, aunque a mí me provoca igual recelo tanto santosubitismo, después de tanto mensaje ultranegativo, una peli que ponga bien a un cura y no caiga en la herejía me parece mejor que nada.
Es el "modelo" lo que me incomoda. Y sus circunstancias.
Sacar la peli "a propósito de", quiero decir, pudiendo escogerse tantas otras buenas historias de buenos curas si se pretendía hacer buen cine sobre buenos curas.
Estimo que, por eso mismo, la peli en cuestión tiene un valor muy relativo, demasiado intencional.
Aunque se trate de una excelente persona, para proponer "modelos", ni todas las vidas valen ni todas las muertes sirven.
Por si acaso, por si ilustra, pongo la referencia que se publicó en la revista 21R comentando la noticia, con dos secciones muy distintas (no la quise poner en el articulete, porque no me gusta citar ciertas fuentes).
Y añadiré, por mi parte, un circunspecto "no comment".
Jaja, la de San Josemaría ya me da que no le va a gustar (a mí no creo que me guste, la verdad, auqnue no la he visto).
Sí. Ni me gusta a mí ni a San Josemaría, pienso. Empezando por el nombrecito "Tere ve dragones" y la ocurrencia del mapa de The Hobbit.
Peeeeeeero no adelantemos acontecimientos.
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1. No hacía falta el comentario "no le conocí"... ¡se nota!
2. qué mejor forma de celebrar? En la cumbre del Moncayo, ante toda la Creación, alabando al que es toda Belleza. ¡Quién hubiese estado allí!
3. Cada uno se entrega las 24 horas los 363 días del año para dar Gloria a Dios con su ministerio como Él mejor le da a entender, unos enclaustrados, otros sin parar y otros alabándole en todo momento y en todo lugar, no me parece precisamente un "viva la vida" tal vez currase más que el cura rural que propone... ¿o todo está en hacer, hacer y más hacer?. Qué poquito nos preocupamos a veces del SER...!!
En Cristo.
Admiro las lealtades; yo mismo procuro profesarlas y mantenerlas con mis amigos. Pero no les monto una peli.
Otra cosa: Celebrar por gusto es sitios extravagantes, estrambóticos e impropios es un abuso que descalifica al celebrante. Supongo que con la misma lógica, habría que aplaudir al cura submarinista que tenga la peregrina idea de celebrar misa sub-acuática, o al cura espeleólogo que pretenda celebrar en una sima de caverna, o al cura aventurero que la quiera celebrar en un globo aerostático, por pura emoción.
Y lo más chocante: Lo del accidente y sus circunstancias, que no se explican.
Con todos mis respetos e incluso afecto para la memoria del p. Pablo y sus amigos, pero hay cosas que el simple entusiasmo de la amistad no convalida.
Saludos cordiales.
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Mi amigo Terzio, dice ud. las cosas tan bien y tan claras que el resto....
Había visto el trailer... me había dejado una sensación extraña.
Ahora le han puesto letra a mi sensación.
Respetos psicoanalíticos.
Natalio
Bueno, a mí me pasó un poco lo mismo. Así como hay que criticar lo criticable, también hay que "canonizar lo canonizable" o santificar lo santificable, o como se diga.
En realidad no ví la película, y a lo mejor muestra más del cura en cuanto cura y me tengo que callar. Pero por el adelanto, a uno le queda esa sensación, de que no se está mostrando lo realmente importante, sino eso: lo "mediático", lo simpático, más lo mundano que lo espiritual. Y es una pena.
Me quedo con Don Camilo, jeje. Por no hablar de Don Bosco, el Cura de Ars y bueno... tantos. Y con el cura Nolo. Un cura de "pueblos", no ya de pueblo, porque tiene que atender todos los que hay en 200 km a la redonda de su Parroquia. Por cierto no se llama Nolo, le dicen así por "no lo pisen", ya que es muy petiso. Y él se ríe mucho de su sobrenombre. Porque es serio, pero no aburrido.
Admirado Terzio: Yo rodaría una película sobre el cura de mi parroquia. Es de un barrio medio medio, de una ciudad media media. No tiene coadjutor, nadie le ayuda en las 4 misas que tiene que decir los domingos; no le faltan sus fieles que no entienden sus homilías y cuando les habla de la geografía de Tierra Santa se creen que les están hablando de algo extraño y lejano porque ellos no han salido nunca de su ciudad. El cura no puede ir a su pueblo porque la parroquia se quedaría sin sacerdote, ni al cine a las ocho de la tarde, ni a los conciertos. El cura es un ejemplo de entrega, estudio y bien hacer, pero tiene un grave problema: Esa vida no es muy comercial. Me temo que no encontraré productor para mi proyecto. Cordialmente.
De la a A la Z suscribo lo que dice anco marcio.
Diría algo más ¿qué hace un sacerdote con una dama a solas de excursión? No procede.
Los que miramos a “ras de tierra”, será por eso, digo yo, creemos que los SACERDOTES, se deben a su ministerio, solo y exclusivamente.
No nos queda otra que rezar por ellos y por los fallecidos.
Amén.
Aunque esa misma tesis de cura-cura nos tiraría por tierra al patrón (¡viva) del clero español, que no tuvo ni parroquia ni obispo fijo...
Saludos cordiales.
El maestro Ávila es un tipo excepcional, no es corriente. Por muchos conceptos, incluidos los 3 años en las cárceles de la Inquisición, en el Castillo de San Jorge de Triana.
Yo no lo considero plenamente "cura diocesano", siendo, más bien, una especie de "cura vago", también fuera de lo corriente.
Ya digo que Ávila no es un tipo común. ¿Quién dijo de él que desde los Apóstoles no habia habido otro discípulo con más parecido estilo?
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Pablo explicando a Pablo... y no sólo por la doctrina, decían de san Juan de Ávila.
Le doy la razón, fue excepcional, fuera de lo normal.
¿Quién puede ser tan "..." que siga tirando piedras sobre su propio chozo?
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=9034
¡Dios quiera y de mucho fruto, mucho!
Muy bien hija, yo me alegro mucho de que le conocieras. Pero a ver cómo contais lo de la escalada al Moncayo en compañía. Que yo no digo más, pero tampoco menos.
Insisto en que estais confundiendo la admiración amistosa con lo que no es ni debe ser.
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felicidades por el artículo. Chapeau. Es difícil entender él concepto de sacerdocio de muchos fieles que reciben formación del Opus Dei-ya que todos saben que Pablo era miembro de la sociedad sacerdotal de la santa cruz-, en el sentido de que admiran las virtudes humanizantes y no las sacerdotales en el clero. Y eso que en principio es bueno deriva en forma casi uniforme en un quasi desprecio de los sacerdotes que no son de esa institución, o de los que se asocian a ella pero no son de buena familia, guapos o brillantes en algún aspecto. recordemos que su fundador enseñó que la vida oculta y la perseverancia en la vida cotidiana normal eran características de la Obra, cosa que para los curas diocesanos que se asocian a ella no parece valer.
Se nota que no ha conocido a Pablo...
Usted (Ex orbe) no pretenda ser mas papista que el papa...como que no se puede celebrar en la montaña...pregunte a J.P II donde celebraba.Despues si tienen un grupo de montañeros y solo acude una chica..¿que hay de malo? Se nota que falta libertad de los hijos de Dios que no viven solo para ver donde esta el pecado sino para dar gloria a Dios. Supongo que no ha visto la pelicula a lo mejor cambia de opinion sino cambia tampoco me importa, pero tenga una cosa clara, no es cuestión de santo súbito es cuestión de que despues de su muerte está dando mucha gloria a Dios y ya sabe que por los frutos nos conocerán...
un saludo
No, no sabía (ni imaginaba) que fuese socio de la SSSC. Si lo hubiera sido, ¡cuánto han cambiado las cosas y las costumbres en esa institución!
Lo digo porque jamás de los jamases se hubiera consentido una excursión con 1 compañera.
No sé qué decir, la verdad.
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Y para John, dos saludos.
Te diría además que conviene no confundir "frutos" con "empeños" o, incluso, con "forzamientos".
Comprendo, ya lo he dicho, los entusiasmos. Pero me dan horror los delirios.
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Parece que había una convocatoria pública para ir de excursión pero que sólo pudo ir la tal Sara. En todo caso mejor que haya ido sólo con una mujer, porque si hubiera ido sólo con un hombre o con un adolescente todavía habría dado más que hablar a los que tienen ganas de ver malas intenciones.
D. Pablo Domínguez NO fue socio (de ningún tipo) de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz. Estudió en un colegio de fomento de Madrid, tuvo trato muy estrecho y recibió formación hasta donde él quiso. Era crítico con algunas cosas (y me parece estupendo). Efectivamente, blogger, hay cosas que no se entienden, no en un socio de la Obra, sino en un cura normal y corriente.
Sobre lo dicho anteriormente:
1. No pretendo hacer juicio de valor alguno sobre la vida sacerdotal de don Pablo Domínguez. Lo de que estuviese acompañado por una muchacha creo que no añade nada a su vida, pues por lo que parece, los otros integrantes de la expedición fallaron.
2. Sí; Pablo Domínguez era miembro agregado de la sociedad sacerdotal de la Santa Cruz. Lo sé porque yo pertenecí a dicha institución, y fue en convivencias de la susodicha donde le conocí. Ignoro si después abandonaría la obra, pero lo dudo teniendo en cuenta los promotores del filme.
3. Don Pablo Domínguez fue de los primeros sacerdotes de esa nueva hornada de curas madrileños del Opus que siguieron la estrategia -dada por algunos sacerdotes numerarios en Madrid- de acercarse a sus compañeros (para acercarlos al Opus) comenzando por el seminario. Esto incluía lo que se llama el "apostolado de la mala lengua" y un estilo y porte asimilable al clero más o menos progre o frívolo. Inclúyase en esto, lo de los vaqueros, maneras de comportarse, etc. No puede negarse que no haya dado su fruto.
3. Esta publicitación de la vida sacerdotal de don Pablo me parece perfectamente legítima. Pero acaso parece una operación interesada de marketing. Se quiere fomentar una vida de una persona que puede disfrutar de fines de semana libres donde puede realizarse un deporte de alto standing como el montañismo, no sólo en España, sino alrededor del globo.
4. Este modelo evidentemente va dirigido a presentar dicha vida sacerdotal pero "para los de fuera". Desde dentro sabemos perfectamente que la casi mayoría de los sacerdotes tienen imposibilidad de hacer montañismo los fines de semana, y mucho menos de andar de viaje. Parece dirigido a sectores sociales de clase media-alta y que desconocen cuál es la vida real de un sacerdote, sea regular o secular.
5. Como ya nos tienen acostumbrados, se trata de presentar un modelo que contenga "valores humanos", porque es una operación de marketing dirigida a "los de fuera". Gente gustosa de viajar, de clase media-alta, y de extracción urbana. Probablemente hay muchos casos de sacerdotes que no tienen tiempo para viajar, hacer excursiones los fines de semana y relacionarse con gente de un nivel cultural medio-alto. Pero que se puede decir que son héroes pues tienen que convivir la mayor parte de las veces con la indiferencia de sus feligreses y a veces con la incomprensión de sus superiores. Publicitar este modelo no parece adecuado, porque es un modo de vida que supone, por lo normal, contradicción con el modo de pensar y de vivir, del hombre mundano posmoderno, y como marketing quizá no resulte eficaz.
6. Por lo demás me parece estupendo que se quiera exaltar la figura del sacerdocio, empleando un modo de vida sacerdotal muy atípico, más bien excepcional, recordando siempre que la vida del sacerdote es como la de la vida oculta del Salvador, callada, oscura, pero al mismo tiempo redentora.
Te contesto que en mi caso (y no siendo modelo de virtud para nada(y engañándose quien me tenga por tal)) no se trata de nivel social y sus circunstancias (qua las hay y pesan mucho) sino de sujección al ministerio y sus circunstancias.
Quiero decir que en el caso de un cura-corriente no se escojen los tiempos, ni los viajes, ni las relaciones.
Por ejemplo, entre mediados de Mayo y lo que llevamos de Junio he tenido dos invitaciones para pasar una semana en Roma (hoy podría estar allí para la celebración de clausura del Año Sacerdotal, el Viernes), pero no puedo (a no ser que deje una semana sin Misa a la feligresía); sobre relaciones, esta mañana estaba con la más conspicua nobleza sevillana y a las pocas horas con una maestra jubilada y una viuda pensionista; ni elegí a uno ni escogí a las otras, sino que se me presentaron y me pidieron atención.
Comprendo todo, también la gratitud de la amistad conmovida, en este caso, por la tragedia del accidente. Pero la simpatía y el afecto no deben ofuscar la razón, menos en un tema como este.
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Por una vez estoy de acuerdo con usted, D. Motu.
Soy aquella infame Isabelita y tengo un hijo en el seminario. Un hijo que acabó sus buenos estudios... y trabajó... ahora está allí y eso que todos queremos a Juan Pablo II; en casa digo, que sé que aquí no mucho. Aunque sigamos hablando de Pedro...
Saludineees
Se me olvidó: No me gusta el cine, nunca voy, ni siquiera tengo tv, pero me vi obligada a leer (no lo conseguí) el librito de su amigo Pablo, el de la última cima: ES UNA TONTERÍA QUE SÓLO GUSTA A MONJITAS.
Redoble de saludines
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