No lo he visto, gracias a Dios, y me he librado de pasar un mal rato. Pero habrán sido, me figuro, unos minutos tensos y desagradables para el Papa: Un personaje palestino-jerosolimitano de primer orden, el jeque Taisir Tamini, presidente de los tribunales islámicos de Jerusalén, ha tomado la tribuna y el micrófono por asalto, y se ha puesto a lanzar exabruptos contra el Estado de Israel. Dos de los representantes judíos invitados se han levantado, airados, abandonando el acto. Mientras, el Patriarca Latino, Su Beatitud Fouad Twal, intentaba, sin conseguirlo, calmar y callar al jeque.
El p. Lombardi ha publicado inmediatamente un comunicado aclarando que no estaba prevista esta lamentable y extemporánea intervención del jeque Taisir Taimini. Pero ya la cosa ha sucedido, y esperemos que quede sólo como desagradable anécdota y no se convierta en "caso". Que es lo que hacía falta.
Un com-padre me ha preguntado que qué pensaba yo. Y le he dicho, sin pensarlo mucho, estas dos cosas:
1ª) Que, aunque parezca impropio, me pongo en el pellejo del jeque y "comprendo" el impertinente exabrupto. Tragando quina todos los días, el hombre ha visto la oportunidad de montar un "pollo" memorable que todo el mundo ha visto, va a ver, y va a comentar. Es como lo del zapatazo a Bush del periodista iraquí, poco más o menos (y me imagino que algo habrá influído el zapatazo aquel en este "estallido" del jeque no invitado a la tribuna). Los palestinos están que trinan y ese jeque ha trinado por todos ellos. Me figuro que el impertinente jeque Taisir Taimini va a ser muy aplaudido por todos los palestinos, como un "héroe".
Claro que un "héroe" a costa del Papa. El Papa - como todos nosotros - sufre el "desencuentro" entre palestinos e israelíes. Pero, se quiera o no, los israelíes y los palestinos marcan distancias entre ellos y todos los demás. El conflicto (guerra pura y dura) es entre ellos. Los demás (el Papa incluído) somos circunstantes y "afectados" que abogamos por soluciones que ellos no quieren porque tienen en mente y proyecto "otras soluciones".
Considerando este último parrafito, la segunda cosa que pienso es esta:
2ª) Que el Papa, en una ocasión como la de esta peregrinación, debería limitarse en sus actos públicos a encuentros, celebraciones y recepciones estrictamente religiosos, sin que se dé lugar a actos de índole "promíscua" que pudieran conllevar situaciones como esta del jeque incontinente (haya sido o no premeditada-ensayada su "incontinencia" verbal). ¿Me explico?
La infección de la "corrección política" nos mete en unos berenjenales que deberíamos evitar por el bien de lo que se pretende. Hacerse otros planes con otras ilusiones, es planear ilusionando. Y la situación de Palestina-Israel no es para "ilusionarse".
El p. Lombardi ha publicado inmediatamente un comunicado aclarando que no estaba prevista esta lamentable y extemporánea intervención del jeque Taisir Taimini. Pero ya la cosa ha sucedido, y esperemos que quede sólo como desagradable anécdota y no se convierta en "caso". Que es lo que hacía falta.
Un com-padre me ha preguntado que qué pensaba yo. Y le he dicho, sin pensarlo mucho, estas dos cosas:
1ª) Que, aunque parezca impropio, me pongo en el pellejo del jeque y "comprendo" el impertinente exabrupto. Tragando quina todos los días, el hombre ha visto la oportunidad de montar un "pollo" memorable que todo el mundo ha visto, va a ver, y va a comentar. Es como lo del zapatazo a Bush del periodista iraquí, poco más o menos (y me imagino que algo habrá influído el zapatazo aquel en este "estallido" del jeque no invitado a la tribuna). Los palestinos están que trinan y ese jeque ha trinado por todos ellos. Me figuro que el impertinente jeque Taisir Taimini va a ser muy aplaudido por todos los palestinos, como un "héroe".
Claro que un "héroe" a costa del Papa. El Papa - como todos nosotros - sufre el "desencuentro" entre palestinos e israelíes. Pero, se quiera o no, los israelíes y los palestinos marcan distancias entre ellos y todos los demás. El conflicto (guerra pura y dura) es entre ellos. Los demás (el Papa incluído) somos circunstantes y "afectados" que abogamos por soluciones que ellos no quieren porque tienen en mente y proyecto "otras soluciones".
Considerando este último parrafito, la segunda cosa que pienso es esta:
2ª) Que el Papa, en una ocasión como la de esta peregrinación, debería limitarse en sus actos públicos a encuentros, celebraciones y recepciones estrictamente religiosos, sin que se dé lugar a actos de índole "promíscua" que pudieran conllevar situaciones como esta del jeque incontinente (haya sido o no premeditada-ensayada su "incontinencia" verbal). ¿Me explico?
La infección de la "corrección política" nos mete en unos berenjenales que deberíamos evitar por el bien de lo que se pretende. Hacerse otros planes con otras ilusiones, es planear ilusionando. Y la situación de Palestina-Israel no es para "ilusionarse".
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Si al jeque en vez de un discurso le sale otra clase de "atentado"...¿qué hubiera podido pasar? Seguro que todos los presentes estarían super "garantizados" etc. Pero he ahí que lo imprevisto ha sucedido. Sáquense, pues, las consecuencias que del episodio se derivan.
Hay actos que quizá en Roma, en París o en Madrid tienen su "marco" y su sentido. En Jerusalén, durante una "peregrinación" del Papa quizá no tanto. Ya se está viendo.
Resumiendo: Rezar sí; "conversar" y dar "discursos" con personalidades de todo "espectro", me parece que no, que no es "oportuno".
Y no es que esté "corrigiendo", ni siquiera "aconsejando". Simplemente "comento". Y lamento que otra vez las cosas que le preparan al Papa vuelvan a estar cargadas de "imprevistos" que se debieran prever para evitar que sucedan, ni remotamente.
Oremus pro Papa nostro Benedicto!
Et pax super Ierusalem.
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1 comentario:
Certero como ciempre.
Respetos.
Natalio
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