jueves, 13 de noviembre de 2008

Autor de gusto morisco


Uno de los fiascos de la reciente política andaluza fue el espectro Pimentel, que salió a escena e hizo mutis por el foro con más ruído que nueces y sin pena ni gloria sino todo lo contrario. Las tenía claras el muchacho (y el que lo recomendó y el que le hizo sitio en el gabinente gubernativo y el Banco Azul, también: Todos muy acertados con el mozo).

El mocito pinturero se guardaba una vocación más literaturera que politicantista, como el otro aquel que lo que quería de verdad era ser torero-torero-torero; otro acierto ppero para la antología de las perspicacias políticas y el curriculum del parto de los montes. Y como escribir escribe cualquiera (verbigracia el que esto escribe, mismamente) pero publicar y sacar al escaparate de las librerías sólo los enchufados del sistema y el partidete mediático (escriban lo que y como escriban), pues el Pimenteles (ele!) ha publicado una "novela histórica", que es el género generorum preferido y favorito de los noveleros de esta depravada generación.

Para estupor de los siglos y regodeo del foro de lectores del universo mundo, el héroe de la novela historiquil-pimentelera no es el Cid, ni Don Pelayo, ni siquiera Don Rodrigo o la Cava o el Conde Don Julián. Non et non et non, señores y señoritos, que están Uds. más atrasados que un cromagnón altamireño. Non! El héroe de la pimentalada es....Un moro! Un moro de la morería más morista de toda la moreridad; un moro que se pasea por los sitios más profundamente morunos comiendo pinchos (morunos) y tomando sirope (de moras). Huelga decir que saldrán harenes, danzas del vientre y de los siete velos, y pérfidos eunucos (o no pérfidos, que hay que andarse con cuidaddo con el lobby de los ya se sabe quiénes). Y cuscúz y té con yerbabuena.
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Digo yo, que todo esto es conjetura mía y adaptación fantaseada del género producto de mi imaginante imaginativa. Nada más.

Pero a lo mejor me equivoco, y la novelona pimentelona esconde un alegato vibrante y vindicativo de la España de la Reconquista con épica exaltación de las Navas de Tolosa (18 de Julio que fue).
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p.s. Por cierto, a mi "Tombuctú" me suena a aquellos destinos remotos adonde mandaban a Mortadelo, a Rompetechos, a Anacleto, a Zipi y Zape, a Carpanta, etc. que siempre que se escapaban por los pelos se iban a Pernambuco, Tegucigalpa, Beluchistán, Cochinchina...o Tombuctú (supongo que la vocación literaturera se le despertó al autor leyendo el Tiovivo, el Pulgarcito o el Din-Dan).

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4 comentarios:

Isaac García Expósito dijo...

¡Uy!

Anónimo dijo...

No creo que hable muy bien de la Reconquista, recordemos que Pimentel fue uno de los "activistas" de sillón contra las celebraciones de la Toma de Granada.

Anónimo dijo...

Un niñatillo señoritillo metido a politicastro y ahora novelista.

¿Habrá plantado un árbol y tenido un hijo?

Porque si lo hubiera hecho, ya tiene cumplidas las expectativas de los "grandes hombres".

Y no creo que dé para más.

Diego Mallén dijo...

¡Ay Señor! cúanto daño y cúanta tontería impresa ha salido de los simples que siguieron las narraciones románticas de los Merimés, Irwing y demás viajeros extranjeros por la España del diecinueve. El moro bueno, apuesto, culto, refinado, erudito, poeta y amante excelso, el cristiano bruto, depravado, borracho y maltratador¡¡¡ estereotipos románticos apropiados para los felletines y operetas del diecinueve que, sin saberlo, fueroen el detonante o fulminante en manos de políticos del veinte infectados por el VIN (Virus del Independentismo Nacionalista). Sarta de cretineces que arraigan en mentes infantiles de ignorantes bajo la sonrisa feliz de quienes ven conseguidos sus fines infames separatistas y disgregadores y más aún: minando los fundamentos históricos de nuestra sociedad. En fin, más de lo mismo. ¡Ignorante supino!