domingo, 26 de octubre de 2008

Cambiar la hora

Me gusta el retraso de la hora en Otoño, tanto como me desagrada el adelanto en Primavera. Me parece recordar que fue en el 72 o el 73, cuando la subida de los precios del petróleo y aquella crisis. También subieron en las tiendas el precio del azúcar y el del café, y adelantaron una hora el reloj entre Primavera y Otoño. El comentario de los viejos de casa fue que con esa serían dos las horas de adelanto sobre el sol, porque cuando la Guerra habían adelantado ya 1 hora, que se quedó así. Y ahora otra más.

Total, que tanto la hora aquella de cuando la Guerra como la que se adelantó también a comienzo de los '70 son franquistas absolutamente: Las ordenó Franco, o su Gobierno. Y ahí están, tal cual. Sólo ha variado que primero el horario de Otoño se cambiaba el último fin de semana de Septiembre, y después, desde el novetitantos, lo trasladaron a la madrugada del último Domingo de Octubre.

Y yo, tan fastidiado con que adelanten la hora a fines de Marzo, me pregunto por qué esta concesión al franquismo y mantener en plena era zetapera un horario de verano y de invierno secundum Franco. ¿Por qué toleran esta institución de las horas de Franco, el adelanto de 1 hora en Otoño-Invierno y 2 horas en Primavera-Verano?

En verano es tremendo que a las 10 de la noche, durante Junio y Julio, todavía esté el cielo claro y las estrellas esperando salir porque no oscurece. Y la gente con unas ganas de juerga que no paran. Y después por las mañanas, no hay quien se levante bien dispuesto. Y se crean malos hábitos, aquí, en el Sur, donde somos tan propensos.

Con lo bueno que sería llamar a las horas por su nombre propio y real, sin subterfugios de gobierno. Y las 8 de la mañana del verano fueran las 6 que de verdad son; y las 8 de la mañana del invierno fueran las 7 que son en realidad. Y acomodar a esas horas los horarios laborales y escolares y comerciales, etc. Y que la gente viviera, se acostara y se despertara a su hora.
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Cuando en el 72 nos contaron que el adelanto era para ahorrar energía, la gente se quedaba perpleja cuando amanecía la Avenida de la Palmera con todas las farolas encendidas, que no se apagaban hasta las 10 de la mañana o las 11. Y la gente sospechaba que como eso todo lo demás.

Y yo sigo sospechando lo mismo. Y sin entender por qué aquí y en la Gran Bretaña y en Alemania y en Italia, no ponen las horas del reloj de acuerdo con el sol, sin pretender concordancias desconcertantes.

Menos mal - decía un viejo sensato de mi pueblo - que los gallos siguen cantando a su hora, que saben cual es sin depender del reloj adelantado o atrasado.

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3 comentarios:

Diego Mallén dijo...

Todo se andará, amigo, y no ha de pasar mucho tiempo hasta que los de ZP den en caer en esta mala costumbre tardofranquista. De hecho, la avanzadilla del progresismo más comprometido, el nacionalismo gallego, ya está combatiendo a banderas desplegadas por conseguir un huso horario diferente para su nación, que como tal debió existir en las leyendas de Esplandián o don Gaiferos.
Saludos.

Isaac García Expósito dijo...

D. José, ¿qué le parece esta noticia?

http://cnsblog.wordpress.com/2008/10/25/an-opening-on-women-lectors/

Terzio dijo...

Oh!

Estaba escribiendo a propósito. Acabo de publicar y he visto tu comentario.

¿Tú qué crees que me pueda parecer?

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