Me gusto mucho que el Rey le diera el Toisón a Pemán. No era lo habitual, pero el Toisón ganó prestigio, y en los eslabones del collar lucieron, más que los brillantes, el ceceo gaditano y la gracia de un senequismo tan luminoso como la Bahía. `
Después han habido otros toisones también simpáticos. Pero el de ayer me ha conmovido, especialmente. Dar un toisón a un candidato de la eutanasia que preparan Zp y su piara, es un testimonio digno de un Rey y un canto a la vida, la honra, y la muerte.
Así se dignifica la muerte, siendo leal a la vida y poniendo un Toisón de Oro a un hombre con vida declinante y cumplida, pero la misma vida con la que nació. Y se lo ha llevado el Rey, con la Reina, a su casa; y una familia ha sido por un rato una Corte de Borgoña.
Otros no sé qué opinarán, pero yo opino muy bién de ese Toisón y sus circunstancias.
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