En Febrero o Marzo pasados, no recuerdo, presentaron a bombo y platillo en el CET de Sevilla el libro "Jesús", del sacerdote vasco José Antonio Pagola. El Centro de Estudios Teológicos de Sevilla es un centro académico provinciano, con muchos defectos y muy pocas virtudes. Esto, en una institución concebida para la formación sagrada en grados primarios y medios, es algo muy serio. A la deriva, desde su fundación, conoce en la actualidad un bajo nivel docente, agravado además por reconocerse en referencia a la teología-moral-pastoral de cierta tendencia "progresista", la misma que tanto desconcierto y confusión plantea a la Iglesia. Por ejemplo, en el CET de Sevilla se presentará discretamente el libro del Papa Ratzinger "Jesús de Nazareth", pero se desplegará una ruidosa escenificación para presentar la obra de Pagola. Huelgan comentarios.
Sobre Pagola y su libro opiné en algún foro de discusión, por aquellas fechas. He conservado alguno de los comentarios que hice a propósito; tales como estos:
- [Pagola] Doctrinalmente, se adscribe a esa falsa teología que siembra dudas y se aleja del Credo Católico de forma implícita. Pero no se atreve a explicitar un credo formal que evidenciaría que lo que él y otros enseñan no es el Credo de la Iglesia. El Obispo de Tarazona, muy responsablemente, ha hecho lo que los demás Obispos deberían hacer. Si el CET de Sevilla recibe y da publicidad a Pagola, el CET y sus responsables se hacen cómplices del extravío, los errores y el daño que Pagola está haciendo y difundiendo.
- La teología o es asunto de fe, o no es teología. Y la fe hay que enseñarla íntegramente: Exponer el Misterio de Cristo desde una perspectiva o intención reduccionista, parcial o minimalista, es falsear el Misterio de Cristo. Eso es lo que hace Pagola, tan errado no sólo por algunas cosas que dice, sino también por las muchas que calla. La verdad exige la integridad y es incompatible con una fe fragmentada en porciones a la que le faltan, deliberadamente, partes sustanciales y definitivas.
- Cuando se lanzan "sospechas" contra lo "nuclear" del Misterio, se está atentando contra la verdad del Misterio. La labor del teólogo es profundizar el conocimiento del Misterio, no ponerlo en duda o parcializarlo desde criterios subjetivos escudándose en una metodología que disimula la ofuscación o la falta de fe del autor.
- Los métodos histórico-críticos son pertinentes, pero no suficientes. El problema de Pagola y demás pseudo-teólogos de su estilo es que, obviando toda la tradición exegética de la Iglesia (y excluyendo el Magisterio) exponen desde una metodología muy limitada los Textos Sagrados; y al limitarlos, los falsean reduciendo su integridad desde los parámetros metodológicos que han escogido. No se puede saber qué son Las Meninas de Velázquez desde un análisis sólo y exclusivo de los pigmentos pictóricos o la textura de la trama del lienzo. Limitar su conocimiento a eso y trasmitir luego sólo lo deducido desde ese análisis, sería falsear la obra de arte y reducirla a un mínimo sacrificando un todo, la totalidad real y significativa de la obra/el cuadro en cuestión. Pues, en parecido sentido, lo mismo es lo de Pagola y demás falsos teólogos, con sus métodos y sus parciales y engañosas conclusiones.
- Eso es lo enorme, lo escandaloso, lo perverso de Pagola y los de su panda: Que siendo sacerdotes traicionen el Mensaje y disimulen la fe (una fe que quizá ya no tienen) parcializando-reduciendo la exposición del Evangelio excusándose en una metodología insuficiente y expresamente limitada. Si no creen, que se retiren, pero que no permanezcan emboscados en la Iglesia y envenenando con su increencia la fe de muchos creyentes de buena voluntad que darán crédito a los errores que elaboran y difunden. El pecado de escándalo de los sencillos se juzga con palabras muy duras por el propio Señor, y Pagola y cía. lo están cometiendo contínua y deliberadamente.
- La teología o es asunto de fe, o no es teología. Y la fe hay que enseñarla íntegramente: Exponer el Misterio de Cristo desde una perspectiva o intención reduccionista, parcial o minimalista, es falsear el Misterio de Cristo. Eso es lo que hace Pagola, tan errado no sólo por algunas cosas que dice, sino también por las muchas que calla. La verdad exige la integridad y es incompatible con una fe fragmentada en porciones a la que le faltan, deliberadamente, partes sustanciales y definitivas.
- Cuando se lanzan "sospechas" contra lo "nuclear" del Misterio, se está atentando contra la verdad del Misterio. La labor del teólogo es profundizar el conocimiento del Misterio, no ponerlo en duda o parcializarlo desde criterios subjetivos escudándose en una metodología que disimula la ofuscación o la falta de fe del autor.
- Los métodos histórico-críticos son pertinentes, pero no suficientes. El problema de Pagola y demás pseudo-teólogos de su estilo es que, obviando toda la tradición exegética de la Iglesia (y excluyendo el Magisterio) exponen desde una metodología muy limitada los Textos Sagrados; y al limitarlos, los falsean reduciendo su integridad desde los parámetros metodológicos que han escogido. No se puede saber qué son Las Meninas de Velázquez desde un análisis sólo y exclusivo de los pigmentos pictóricos o la textura de la trama del lienzo. Limitar su conocimiento a eso y trasmitir luego sólo lo deducido desde ese análisis, sería falsear la obra de arte y reducirla a un mínimo sacrificando un todo, la totalidad real y significativa de la obra/el cuadro en cuestión. Pues, en parecido sentido, lo mismo es lo de Pagola y demás falsos teólogos, con sus métodos y sus parciales y engañosas conclusiones.
- Eso es lo enorme, lo escandaloso, lo perverso de Pagola y los de su panda: Que siendo sacerdotes traicionen el Mensaje y disimulen la fe (una fe que quizá ya no tienen) parcializando-reduciendo la exposición del Evangelio excusándose en una metodología insuficiente y expresamente limitada. Si no creen, que se retiren, pero que no permanezcan emboscados en la Iglesia y envenenando con su increencia la fe de muchos creyentes de buena voluntad que darán crédito a los errores que elaboran y difunden. El pecado de escándalo de los sencillos se juzga con palabras muy duras por el propio Señor, y Pagola y cía. lo están cometiendo contínua y deliberadamente.
No soy teólogo experto en Cristología dogmática, pero tengo la suficiente y competente formación para detectar todo eso (y más) en el libro de Pagola. Ese era mi juicio, sumario y sin entrar en detalles. Este es el de la Comisión de Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal Española, que ha publicado esta Nota de clarificación sobre el libro de Pagola. Muy oportunamente. Y muy discretamente, porque opino deberían haber actuado con mayor contundencia y efecto.
¿Qué pasa en la Teología Católica? El fenómeno tiene una larga historia, con precedentes que se remontan a la crisis modernista que despunta en el Pontificado de Pio X, y más inmediatamente en la etapa del "replanteamiento" eclesial post-Vaticano II. En pocas palabras, la Teología abandonó sus referentes católicos y se expuso a la influencia de los más extravagantes y discutibles autores. Especial efecto tuvo la "apertura" a los autores protestantes del XIX y el XX, que desde prejuicios marcadamente opuestos al Dogma y la Tradición, se empeñaban en negar los fundamentos de la Revelación cristiana, desde los Evangelios a los demás escritos del Nuevo Testamento. Empezaban dudando de la verosimilitud de los contenidos para terminar negando su valor como documentos históricos. En el colmo de la manipulación, empleaban elementos de crítica histórica y exégetica relativamente válidos para el estudio del Antiguo Testamento (formado en el decurso de unos 20 siglos) para estudiar los libros del Nuevo Testamento (que se forma en un plazo nunca mayor de 70 años, desde los muy tempranos primeros textos de los Sinópticos y San Pablo a los escritos últimos del Corpus Ioanneus).
Ese tipo de sesgada "investigación" con sus prejucios y su "metodología" conforma todas las desviadas conclusiones de una exegética que acaba minimizando/reduciendo todo el Misterio Cristiano a un impreciso capítulo marginal de la historia del judaísmo del siglo I en el marco socio-religioso-cultural del helenismo tardío. La obra de Pagola es una pequeña muestra de este lamentable fenómeno-tendencia de la peor teología de fines del XX.
Afortunadamente, la Teología Católica se ha mantenido activa, conviviendo en tensa relación con esa pseudo-teología elaborada paradójicamente desde dentro de la Iglesia, pero viciadamente contradictoria con la Fe de la Iglesia. En el transcurso de los últimos treinta o cuarenta años, diversas ideologías/filosofías han pretendido traducirse en términos "teológicos". La firme coherencia de la Teología Dogmática, se desmontó y fragmentó en tantas "teologías" como escuelas o tendencias de pensamiento iban surgiendo en el panorama cultural de Occidente. Hubo autores que en pocos años publicaban obras que eran la negación-contradicción-superación de su obra anterior de apenas diez años antes, con el desconcertante efecto de ser presentados en cada momento como las vanguardias del pensamiento cristiano, cuando eran su más decadente y degenerado epifenómeno.
La mejor Teología del Siglo XX se formuló con toda madurez y una excepcional calidad textual en los documentos del Vaticano II, tan desconocidos y olvidados. Desde una deliberadamente falsa comprensión del Concilio, se reclamó un "espíritu del Vaticano II" que implicaba su destrucción. La prueba es muy simple: Cótejese ese "Jesús" de Pagola con los enunciados cristológicos de Lumen Gentium, Gaudium et Spes, Dei Verbum o Sacrosanctum Concilium, y quedará en evidencia que el "Jesús" de Pagola es una reducción minimalista incompatible con el Jesús Hijo de Dios y Cristo Salvador que cree y proclama el Vaticano II según la tradición de la Iglesia Católica Apostólica.
Con la caída de la "teología de la liberación" y el descrédito personal de algunos de sus ideístas (como el bochornoso caso del brasileño Leonardo Boff), los seguidores de esas teologías "de frontera" recibieron un duro golpe. Ahora vuelven a reagruparse en torno a nuevos "líderes", y Pagola se ha convertido en pocos meses en uno de sus más reputados representantes. Al paso de la censura de su libro, diversos "colectivos" se han declarado a favor del autor y sus ideas. Basta informarse un poco de la naturaleza de dichos grupos para hacerse cargo de lo que representan y suponen.
Lo más grave es la notable impresión de división en la Iglesia. Tal es el caso de esto que escribo: Mi fe, la que procuro guardar y confirmar según la tradición apostólica que ha llegado hasta mí, no es la fe que presentan Pagola y adláteres en sus obras. Existe una distancia, una diferencia tan suatancial, que los contenidos de esa "fe" de Pagola y cía no pueden entenderse como una fe católica. Incluso más: Dudo que puedan ser mínimamente cristianos.
Si el Credo Cristiano "básico" es el explicitado en la doctrina de los cinco/siete Primeros Concilios, lo que Pagola enseña no es cristiano. Absolutamente. Si él y los de su tendecia pretenden formular un nuevo credo, que se separen de la Iglesia y que lo digan, para que lo sepamos y los distingamos. Pero mientras se declaren dentro de la Iglesia, ya sea como fieles o ya - lo que es enormemente más grave - como ministros de la Palabra y el Altar, o enseñan la fe rectamente o deben ser censurados con las penas canónicas que cada cual merezca en particular. Sin ambages y con toda contundencia. Después, en consecuencia, las actiudes en pro o en contra decantarán afinidades.
En la Misa de hoy, en la celebración litúrgica de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, se recalca el carácter apostólico de la Iglesia, la única Iglesia, que susbsiste/que es la Iglesia Católica Apostólica. La fe de Pedro confiesa a Jesús el Cristo Hijo de Dios vivo, y no hay otra salvación fuera de Él; la de Pablo proclama que esa fe mantenida, vivida, combatida, nos conducirá a Él, que nos salvará y nos llevará a su reino celeste.
Y esta es nuestra fe, esta es la Fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.
Y lo de Pagola, la sombra de una pseudo-teología que enseña poco porque duda, y duda porque ha perdido su fe.
+T.
15 comentarios:
Se agradece este comentario.
Asistí (como contaba en mi propio blog) a la presentación del libro en el CET. Sobre todo me alegro por la oportunidad de conocer a un sacerdote muy lejos del perfil lobuno que nos pretenden pintar.
El 4 de febrero decía en mi blog: Entonces, ¿dónde está el problema? Pienso con modestia que Pagola se ha apartado, no de la ortodoxia (la doctrina correcta) sino de la ortopraxis (lo bien hecho). Su relato del "Jesús histórico" puede ser correcto, pero lo que se siente como incorrecto es que reduzca todo Jesús a su condición de hombre. El libro de Pagola, sin haberlo pretendido, parece replicar al Jesús de Nazaret de Joseph Ratzinger, que enfoca la figura de Jesús desde las antípodas del "método histórico": el Jesús de la fe. Los lectores sencillos, sin embargo, no vemos mayor conflicto entre una y otra mirada sobre Jesús, y aceptamos estas lecturas complementarias.
Después de leer la nota, no me veo precisado a corregir ni una coma de lo que entonces dije (que fue meditado), aunque no soy teólogo, sino tan sólo un lector sencillo. Pero algunas cosas que me llaman la atención de la nota:
1. La escasa sensibilidad con la investigación sobre la figura histórica de Jesús (muy extendida entre investigadores católicos, sin que nadie se haya rasgado las vestiduras, ni haya intervenido, esto es importante, la Congregación para la Doctrina de la Fe).
2. Es una nota muy poco empática. Y...
3. No parece haber sido precedida de un procedimiento contradictorio (amonestación previa, diálogo, posibilidad de retractación o discusión, o incluso un procedimiento administrativo en que se hubiese oído la defensa de la otra parte). Unas manifestaciones de la CEE (que es lo que son), emitidas de manera unilateral sin aparente audiencia de parte tiene, desde un punto de vista jurídico y formal, poca defensa.
Por este motivo, en estas condiciones procedimentales, la nota no podía emitir una declaración sobre la conformidad del libro dichoso con la doctrina de la Iglesia: ¡una oportunidad perdida! Y me remito como contraste al Reglamento para el examen de las doctrinas de 29 de junio de 1997, donde sí se garantizan los derechos del "reo".
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La investigación sobre el "Jesús histórico" ha derivado en una "separación" similar (mutatis mutandis) a la que supuso la doctrina de separación humanidad/divinidad del antiguo nestorianismo (un Jesús concluído desde la "investigación historica" opuesto al JesuCristo predicado y transmitido por Apóstoles y Evangelistas y enseñado y predicado por la Iglesia ¡¡¡ ???).
Item más: En el fondo subyace un viejo tema derivado del arrianismo y algunas cristologías pre-nicenas, que ahora se re-formula con la excusa del "método histórico".
Las limitaciones metodológicas son tales que de ese mínimo deducible se expone un Cristo insuficiente y un Jesús sub mínimis, apenas destacable/perfilable sobre el común del común denominador de su "contexto" histórico.
Lo que para un escéptico y distante observador-investigador cargado de prejuicios contra las Fuentes crisitiana pudiera servir de conclusión, en boca o en libro de un sacerdote católico es una aberrante contradicción que merece esclarecerse y sancionarse canónicamente.
El caso Pagola (con tantas peculiaridades en torno y anejas) no es nuevo y viene arrastrando desde hace años. Si el paso de la Comisión de Doctrina de la CEE supone un cambio de rumbo en la hasta ahora timorata y acomplejada censura doctrinal, bienvenido sea: Es una urgente necesidad.
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Es interesante advertir (por lo que recuerdo de mi fugaz estudio del derecho canónico) que la autoridad competente para censurar doctrinas es el Ordinario (cuando no interviniese la Congregación para la Doctrina de la Fe). Las Conferencias Episcopales no tienen poderes para censurar (corríjanme si me equivoco).
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Sin entrar a valorar el grado, y sin ser quien para entrar a la hermenéutica y la mayéutica de los escritos, lo que si es cierto es que mi "afición" a la teología, o mi aproximación cultural no es mejor ni peor. La fe del agricultor que labra, más allá de el padrenuestro, y sus cuitas sobre el más allá y el mas acá, con un fervor magistral, son tan validas como las mias al menos; ese tipo de enfrentamientos, más de orden "inter nos" o de diferencias de escuelas; me da la impresión de que arrrojan a la gente a puñados a los brazos de Paulo Coelho.
Y ahí la iglesia demuestra, en ese ejemplo con su exquisita teologización cómo alejar a los propios a otros con las propias armas.
Sí, por supuesto: En materia de sanción canónica, en cada Diócesis el Ordinario es el que actúa, y las conferencias episcopales nada pueden en ese sentido. Sin embargo, las conferencias episcopales si pueden intervenir con Comisiones como esa en casos como este. Es más: Desde Roma se espera/se desea que actúen para evitar que sea Roma la instancia que intervenga; más aun: el rumor que ha corrido es que la Comisión de Doctrina de la CEE ha actuado antes de que Roma actuara porque se sabía que Roma podría actuar, dejando en evidencia la responsabilidad de la Comisión doctrinal de la CEE.
El obispo de Pagola, el muy taimado Don JuanMari Uriarte, ha pretendido parar el carro aprovechando la edición en catalán de la obra de Pagola; por expresa voluntad de Uriarte (bien advertido de la que se le venía encima a su dilecto Pagola) se ha corregido y expurgado el libro de Pagola, dejándolo "aceptable" para recibir la censura canónica favorable y el imprimatur del Obispo de SanSebastián. Pero ni por esas; la nota de la C.Doct. de la CEE dice lo que dice y muy clarito.
Sobre lo que dice Ignacio, decirle sólo lo que dice el dicho, tan a pelo: "Doctores tiene la Iglesia...etc." El iletrado que opine sobre lo que le excede ya por conocimiento y/o competencia, se mete en berengenales y camisas de once varas. La fe, rectamente entendida, no concede "derecho a equivocarse" o a "opinar con error"; al contrario, el cristiano tiene el derecho de estar rectamente formado y que su fe esté velada y guardada por los Obispos, que tienen, entre otras, la misión de mantener íntegro y a salvo el Depositum Fidei. Por otra parte, permítaseme decir (con toda consideración) que la "afición" sí puede considerarse mejor o peor, dependiendo de las circunstancias que se pueden suponer, y desde luego ese tipo de "afición" resulta muy mala opinadora si se trata, como se confiesa, de afición; y si considera todo esto una "teologización", me parece que con esa opinión demuestra estar "teologizado" de muy mala y deformada manera (que yo no sé de dónde le vendrá el defecto).
Cordialiter, of course.
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A ver.-
No estoy wenemerndando la plana a nadie; Doctores tiene la iglesia; claro, entre ellos Leonardo Boff.
Me aproximo a la iglesia como hecho genético de la cultura, no pongo o intento no poner nada de mis cuestiones de fe; lo que sí veo, es que con religiones elaboradas en fines de semana con alta infalibilidad se están llevando a la gente de calle, y al pobre agricultor con su teología del arado, y su padrenuestro no se le da "marcha".
No seré yo quien entre en discusiones con la Santa Madre Iglesia; pero es evidente que lo que digo nada tiene que ver con teología sino con cultura y desarrollo de la cultura.
En todo caso si esa cuestión mia es improcedente en este blog, se borra, que yo no guardo rencores.
Mo entro a lo de la misión de los obispos como depositarios; ni loco: yo no soy el enemigo de la iglesia, y no seré el que cuestione lo ya cuestionado en Trento, y no es eso el tema que yo queria nombrar, simplemente.
Yo no soy un iletrado; no me considero autorizado para hablar por encima al agricultor, su fe es lo válido, por más referentes que yo tenga. Y ese argumento es válido en las cátedras si aun las mantiene la iglesia; pero en la calle la gene tiene fe pero no donde apoyarla.
De eso trataba mi comentario, ni entro en vuestras discusiones ni enmiendo la plana a nadie ni soy un iletrado ni muchísimo menos le diré a la iglesia lo que ha de hacer: yo he visto eso, casos presentables, personas, yo os lo he contado. Cada cual sepa. En su medida.
Sé (relativamente) reconocer/identificar comentarios/comentaristas...pero me he perdido!
Sorry.
Cordialiter, como antes.
De verdad.
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Pues creo que el prof. Don Joseph Ratzinger gracias a su creencia en Cristo consigue una finísima visión histórica. La plenitud de los tiempos...
"credo ut intelligere
Se puede decir más alto, más claro, no.
Joaquin: el propio término Jesús histórico, implica ya un distanciamiento del Cristo que enseña la Iglesia. El Jesús de la fe es el Jesús de la Historia.
El problema de Pagola no es de ortopraxis, sino de falsedad. ¿Cómo puede decir que Pagola no pone en duda la ortodoxia cuándo presenta a un Cristo arriano (sin el genio de Arrio, of course)?
Lo de la falta de empatía no lo entiendo. A Pagola le respondieron tres teólogos y un Obispo, ¿dónde está la empatía de Pagola?.
Ignacio: lo de Boff como doctor de la Iglesia, es una coña ¿no?
De teología no me atrevo a pontificar (valga la expresión). Aunque reiterando mis pobres consideraciones jurídico-canónicas de arriba, preveo que el "caso Pagola" deparará interesantes movimientos futuros.
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En vez de tanto Pagola, que ya hiede el tema, habría que leer a los Padres de la Iglesia.
Non solum Patres, sed etiam Doctores (et Doctoras item).
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Perdonad que irrumpa en foro tan docto con algunas ocurrencias sueltas, por si a alguno le son de provecho.
1. Hace poco oía decir a un sacerdote muy santo: El Cristianismo no es una religión, una doctrina, ni una moral (aunque por supuesto contiene una religión, una doctrina y una moral que debemos conocer y practicar). Es ante todo una persona. La persona de Jesucristo. Cito la idea para encarecer que el libro de marras afecta al núcleo de todo lo que creemos y vivimos.
2. Buen consejo, leer a los Padres y Doctores de la Iglesia, pero para los que no tenemos dientes para esa lectura recomiendo vivamente el libro del Papa varias veces aludido. Especialmente debería leerlo quien haya tenido la desgracia de leer el de Pagola u otros venenos semejantes. Después de destruir el ejemplar del mal libro para que no cause más escándalos.
3. Como bien habéis dicho algunos, la distinción entre el Jesús de la Fe y el histórico supone tener por ficción lo que la Iglesia enseña sobre Él. Distinguimos entre el Cid histórico y el del Cantar porque el Cantar es antihistórico.
4. Por supuesto que es muy oportuno aplicar el método histórico-crítico a las fuentes sobre Jesucristo (los Evangelios). Pero lo que pasan bajo este nombre los exegetas escépticos es un prejuicio racionalista ACRÍTICO según el cual toda mención a hechos sobrenaturales (milagros, iluminaciones) se debe rechazar y no puede ser histórico. De esto resulta el desmoche que hacen del texto y por tanto de la persona de Jesús.
5. Os recomiendo leer la discusión que hubo a raíz del libro del Papa en el blog de JJ García-Noblejas entre dos exegetas: uno de la cuerda de Pagola (Arizaleta) y otro ortodoxo (Jódar). Es de altura.
http://www.scriptor.org/2007/08/jess-de-nazaret.html
6. Mirad lo que dice el Papa (citando a otro autor) en su op. cit., como comentario a las Tentaciones de Cristo: «El diablo muestra ser un gran conocedor de las Escrituras. [...] Soloviev toma este motivo en su "Breve relato del Anticristo": El Anticristo recibe el doctorado honoris causa en Teología por la Universidad de Tubinga. Es un gran experto en la Biblia. Soloviev expresa drásticamente con este relato su escepticismo frente a cierto tipo de erudición exegética de su época. No se trata de un no a la interpretación científica de la Biblia como tal, sino de una advertencia sumamente útil y necesaria ante sus posibles extravíos. La interpretación de la Biblia puede convertirse de hecho en un instrumento del Anticristo. No lo dice sólamente Soloviev. Es lo que afirma implícitamente el relato mismo de la Tentación. A partir de resultados aparentes de la exegesis científica se han escrito los peores y más destructivos libros de la figura de Jesús, que desmantelan la fe.» (p. 60).
Oh, Mendrugo! Allí eres mendrugo y aquí una tahona de rico pan!
Destaco tu nº4, que aboca al quid de la cuestión, de toda la cuestión.
Sin embargo, no considero el libro del Papa Ratzinger antídoto para el lector de Pagola porque:
- tocante a la fe, una obra de divulgación más o menos fácil de seguir, levantará escollos contra todo lo que se lea luego (en particular si la obra es como la del Papa, que exige más nivel al lector)
- el que lea a Pagola, es porque le van las pagolerías; si no, tiraría a la papelera el libro apenas leídas tres páginas
- cuando la fe - tan delicada siempre - se malforma o pervierte, es muy dificil librarse de las "sospechas" adquiridas
- por lo que sé, el libro de Pagola ha hecho furor en las "clases medias" católicas, tan proclives a las lecturas fáciles y "sugerentes".
- todavía, el libro de Pagola es de los que trazan un perfil "simpático" de Jesús frente al Cristo que deliberadamente se critica como producto del dogma, la docrina, la teología...etc. Se opta por una "cercanía" que obvia la "distancia", si me explico. Siempre ha sido más facil hablar del hombre (que se conoce) que de Dios (que es misterio). A fuerza de buscar al Jesús-hombre de su tiempo (método histórico-crítico) se termina despreciando la otra parte del misterio y se resiste a buscar al Verbo-Eterno hecho Dios-con-nosotros.
Nicea-Éfeso-Calcedonia: Esta es la clave (o, simplemente, los 4 Evangelios íntegros y con todas sus consecuencias).
p.s. Un detalle acordarte de Soloviev.
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¡Tierno mendrugo!
Su crítica es muy docta e inteligente, pero ¿es que no encuentra nada, nada, nada, nada bueno, en el libro de José Antonio Pagola?
No hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena (la sentencia parece venir de Plinio el Mozo).
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