miércoles, 4 de junio de 2008

Mala literatura de malos políticos

Nunca he considerado a los intelectuales aptos para gobernar, y a los artistas, menos. Incluso los tengo por peligrosos en determinadas circunstancias de gobierno. ¿Para legisldores? Tampoco. Ni para jueces. Sí valen como consejeros, y para "ambientar" muchas cosas. Si son buenos, buenas, y perversas si son malos. Especialmente peligrosos son los intelectuales con sueños, delirios o ganas reales, presentes o futuras, de mandar.

¿Y al contrario? Me refiero a los políticos con pruritos intelectuales y/o artísticos. De entrada, me parece una proclividad inofensiva, un dilettantismo más o menos compatible, muchas veces ridículo porque quod natura non dat...ya se sabe. Un Cicerón declamando catilinarias en el Senado es admirable, pero como gobernante, un desastre. Y César es César, un político y un militar que hace Historia (con mayúscula) a pesar del De Bello Civili y De Bello Gallico, que es lo mínimo que se despacha en latín clásico - ablativos absolutos yendo y viniendo - para latinistas de bachillerato (cuando el bachillerato era bachillerato).

Ayer, en Popular Televisión (aunque ya pasó la Cuaresma me mortifico y flagelo televisivamente con esa cadena; una ascética post-moderna) pusieron una entrevista (bueno, mejor auto-entrevista, porque sólo hablaba, se preguntaba y se contestaba él mismo) de ese que fue portavoz o no sé qué del PP, y que lo echaron por no sé qué, que tiene barba y se llama Miguel Ángel nosécuántosquién. Era porque había escrito un libro. Y se lo han publicado, por supuesto. Y es una "novela histórica", of course.

Mi apreciadísimo Sir Walter Scott nunca hubiera imaginado que su "género" iba a estar tan activo, pujante y publicante dos siglos después de su Ivanhoe. Tampoco imaginaría que su Ivanhoe iba a darle sopas con honda a todos los noveluchos de género historizante de dos siglos después, verbigracia. Es el valor y la fuerza de los originales, de los clásicos, y la decadente afectación de los remedos, las epigonías y los manierismos.

Pero el género, para auto-justificarse, se busca coartadas. Por ejemplo, el Miguel Ángel ese que decía que su novelorio ("La Cruz doblada del emperador"...o algo así) estaba escrita en "tres lenguajes", explicaba: Castellano del siglo XVI, español actual, y código de sms. Tal cual. Sin sonrojo. Bueno, por lo menos en el desvaído verdoso-amarillento típico de Popular Televisión no se le notó rubor.

De parecida especie y también hace poco en un programa de la tele2-andaluza, el hermano de la que fue minis de curtura de Cabra, que fue él mismo politiquillo andalucista, y que lleva publicadas no sé cuántas novelas, todas de historia. A mí me regalaron una una vez (por favor si me regalan libros, que sea dejando el valor metálico a regalar en depósito en la librería, para que después yo vaya y elija, no ustedes, please, que el que leo soy yo, no ustedes, aunque sean ustedes los que regalan. Gracias, muchísimas gracias); me regalaron, iba diciendo, una noveloria de ese cabreante, "La biblia negra" se llamaba el engendro que fue a parar a la basura dos veces, porque cuando mi tía lo vio en la basura lo rescató pensando que se me había caído a la basura y tuve que tirarlo otra vez a la basura, ya sin rescate de mi tia. Era - el novelorio del cabreador - lo peor de lo peor que había leído en mucho tiempo (sólo leí las primeras tres o cuatro páginas del funesto libro, y bastaron).

En el Ayuntamiento de Sevilla, en la tropilla del Menteserrín, también hay uno que escribió hace un par de años un remedo del codiguillo aquel (¿se acuerdan del codigucho de marras?), contando no sé cuántas barbaridades sacras, hasta el punto que estuvieron a punto de incoarle expediente en la Hermandad a la que estaba apuntado, y expulsarlo por blasfemo público, pero la cosa se paró para no armar más jaleo y conseguirle publicidad al mentecato (que pienso fue lo mejor porque el infra-novelucho me parece que no lo leyeron ni en su casa y no vendió ni una par).

¿Qué les pasa que todos quieren escribir y ser noveloristas de historietas? ¿Es una forma de escapismo político? ¿Una aberrante auto-alienación del post-marxismo y los post-modernos post-marxistas y adláteres post-liberales? Algún fenómeno debe ser. Y relativamente contagioso. Háganse muestreos y estadísticas y se verá que el prurito está activo. ¿Et porquoí?

Bien. Dejémoslo en una moda de "clase", de la clase política, en este caso. Pero los políticos-políticos no escribían novelas, escribían memorias. Y esto cuando estaban retirados, no en activo. En activo se suponen que no debieran tener tiempo ni para estornudar, que para eso están y se les paga, para que no paren y esten en lo suyo, que es gobernar o politiquear, dado el caso.

A mí me causan malestar. Por la mala literatura, por la mala política, y por la mala impresión que me dan.

Un político literaturo es un mal político, insatisfecho, que engaña a la política y adultera con la literatura de ínfimo género. Y hasta me parece que caben variaciones con el concepto "prostitución" político-novelera, o algo así.

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10 comentarios:

Tumbaíto dijo...

¿Cicerón un desastre?

Isaac García Expósito dijo...

¿Qué tal Montaigne como contraejemplo?

Terzio dijo...

Tampoco.

Cicerón, políticamente, un desastre. Una cosa es la oratoria literaria, y otra el gobernar con tino, probidad y sentido de futuro. Además un caso particularmente patético el suyo. Quizá un siglo antes hubiera sido más político y menos orador, pero le tocó una época en que la oratoria y los intelectulaes frenaban los tiempos, más que adelantarlos.

Y Monsieur de Montaigne, escribiendo y especulando y criticando es más interesante que como homo publicus "practicante". En esto fue uno más, y encima no se encontraba "cómodo". A mí, desde mis años de francés en bachillerato, me ha resultado antipático Monsieur Michel de Montaigne, vraiment. Ouí.

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Anónimo dijo...

Son claros ejemplos del Principio de Peter: todos tienden a ser ascendidos por encima de su nivel de competencia. Un buen político no tiene que ser necesariamente un buen escritor y viceversa, ni un buen profesor un buen jefe de Estudios.

He conocido excepciones que aun incompetente en lo suyo todavía lo sigan ascendiendo.

Saludos, que aunque leo no dejo comentarios desde hace tiempo.

Terzio dijo...

Eres la más honrosa visitante de este blog, amable Galsuínda. Comentes o no.

Permite, empero, que te discuta la mayor. No diré de Cicerón, ni de César; pero ¿tú consideras de calidad a alguno de la tropa política hispana? Ni son buenos políticos ni buenos aficionados de nada. Si un tifón de ultramar los raptara por los aires y se perdieran en el torbellino, no se notaría la pérdida. Lo malo es que saldrían otros más. Y otras, que esa es otra.

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Anónimo dijo...

En lo de las "otras", discrepo... acabo de darme cuenta que las ponen para que mientras se discute de la paridad no nos pongamos a pensar que a ellos también los eligen parejos en talento.

¡No hay más cera que la que arde!

Terzio dijo...

¿Ves? Te lo disculpo todo y hasta convengo en tu comentario; que, huelga decir, machacaría con batanes si no fuera de Galsuínda.

Te estoy acostumbrando mal, me temo.

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Anónimo dijo...

http://revistaens.blogspot.com/2008/05/noticias-de-cicern.html

Terzio dijo...

He leído, sangreaxul, el artículo. Muy bueno; pero deja a Cicerón igual de mal político.

Una cosa es admirar al retor, y otra concederle un mérito que nunca tuvo. Entre los de su estilo, le estaban dando la puntilla a la Respública. Con mucha palabra, con excelentísismos latines, pero con letal eficacia.

p.s. El blog mejoraría con letra/tipo más visible/legible y con alguna foto que animara el texto.

De nada.

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Anónimo dijo...

Sólo era un enlace, que enlazaba muy bien con su artículo. Sin valoraciones de mi parte, que entiendo la mitad de lo que leo.
Saludos.