miércoles, 18 de junio de 2008

De Regibus

No me cuesta confesarme monárquico porque profeso un credo monárquico. Y verdadero; el único que es verdad. Rezar el "...adveniat Regnum Tuum" es definitivo, y lo rezo conscientemente. Esa y otras oraciones que incluyen conceptos sinónimos, derivados, equivalentes y/o relativos. En el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, el "...cuius Regni non erit finis" mantiene (me mantiene) alta la esperanza. Y muy activa.

Sed contra, me afecta el paradigmático y tenso pasaje del Profeta contra los monárquicos: I Sam 8 . La constitución de la primera monarquía de Israel sobre la preterición de Dios y su única realeza, resulta en ese texto tan cruda como desalentadora. Sed contra etiam, después del fracaso de los hombres, la gracia de Dios constituye un rey, David (Sal 78,70 y 89,4 y ss)., que siendo rey del mismo Israel, es distinto en tanto se establece entre Dios y él una relación de rey a Rey, de un rey al Rey. Desde esta nueva "constitución de la realeza", el rey que sirve al Rey es el verdadero (legítimo?) rey. Según este esquema, se juzgan en I y II Reyes y I y II Paralipómenos a cada rey y cada reinado. La Ley y la Alianza son el patrón, el metro de cada reino y su monarca.

La Cristiandad (que no la Iglesia) asumió pronto su versión, recreada desde la fundamentación mesiánica del Reino de Dios. Aparece tan fuerte en el comienzo, que hay que hacer malabarismos histórico-eclesiásticos para explicar la convocatoria del trascendental primer Concilio Ecuménico de Nicea, en el 325, por Constantino Emperador, y no por voz de la Jerarquía Eclesiástica. Aunque hablaron y deliberaron y definieron los Padres Conciliares, Obispos del joven Orbe Católico, el que convoca y abre es el hijo de Constancio Cloro y Elena, Constantino. El cesaropapismo que corre por Bizancio, que emerge en Carlomagno, y resucita en los Otones, y va y viene por todo el Medievo del Sacro Imperio, y finiquitado el Imperio Sacro (?) Germánico re-surge quasi monstruosamente (pero con lógica explicable) en Napoleó, que destrona dinastías y entroniza a sus hermanos y cuñados y compadres (muy "mediterráneo", muy corso; racial: Sangre y genes al fin), y a él lo corona un Papa en París (bueno, uds. saben la historia).

Y al fin con Don Lotario Metternich - por mucho Santa que se le apellide - a la Alianza de trono y altar le restaban años como resuello a un tísico (romántico).


Romántica es mi filia monárquica, también. Un romántico monárquico que se despendola de tragicómica risa con los desechos de tienta que reinan en la Europa de las monarquías, las dinastías y las Casas Reales. Un panorama desolador desde los tronos nórdicos al Principado de Asturias. Un Principado con pseudo-princesa née asturiana cazurra y re-casada con un Felipe que, aunque de ínfimas cualidades monárquicas, reúne por padre y madre los más rancios genes de las más rancias sangres reales (excepción hecha de la veta sanguínea que mechó Doña Isabelona con la suya, que para eso era Reina y podía - y quería-).

A propósito: La risa se me vuelve floja estangúrrica cuando considero la causa de nuestro "tradicionalismo monárquico", que armó guerra civil por la causa de Borbones machos contra una Borbona hembra y su descendencia. Hasta para eso, España is different. Gloriosamente siempre, eso sí.

Los tradicionalistas franceses están más "diversificados", y salvo la excepción de los que se emocionan con el bisnieto del Caudillo y bisnieto de Alfonso XIII casado con criolla venezolana (risum teneatis!); salvos también los que queden adeptos a la Casa de Orleans y el Conde de París; salvos todos los demás con pretendiente real realmente pretendiente o ilusamente pretendido; salvas, decía, estas reales camarillas, los tradicionalistas más graves, consecuentes y conspícuos han optado por ser monárquicos sin rey, casi volviendo a los tiempos de Samuel y los jueces. Se espera (se alienta?) un juez estilo de la época de los Jueces ,que resuelva la premura del momento, que venza al filisteo de turno. Un Sansón, un Gedeón, hasta una Débora si se tercia. Pero no más.

No están los tiempos para reyes, ni para pedirlos, dado como están las Casas Rales que legitimarían, según la sangre, un rey.

¿Y qué hacemos con la monarquía, con nuestras monarquías? Lo tengo suficientemente claro, salvo detalles: Dejarlas (si nos dejan/si las dejan)donde están y como están, en barbecho, oreándose, pudriendo lo que les queda que pudrir (que son personas, que son ideas, que son cosas de las personas y de sus ideas). Troncos más podridos han rebrotado. Es mi sueño/ilusión de monárquico, aunque mi esencia y fundamento monárquico profundo no es de este mundo, ni tiene en este mundo su esperanza. Si me explico.



El yotube es emocionante: El Dios Salve al Rey que empieza sencilla, popular antífona en francés au temps du Roy Soleil; se vuelve solemne himno inglés de los Hannover parlamentaristas; retorna ferviente-patético otra vez popular para el Delfín, el hijo del decapitado Capeto, que no fue coronado rey; y se sublima casi místico-litúrgico en canto glorioso de los Romanov.

Es porque soy un monárquico-folklórico, moi même, aussí. Yes of course, sir. Hasta reconozco que me emocionan sobremanera las pompas fúnebres regias; quizá porque es lo más auténtico que les queda a los reyes y reinas que quedan. ¿N'est-ce pas?

&.

8 comentarios:

Tumbaíto dijo...

¡Roma no tiene reyes!

Anónimo dijo...

Estimado Don Terzio:

Muy buena la exposición bíblica y la histórica. Yo le añado el versículo que Usted tantas veces habrá meditado, Lc 17,21: "El Reino de Dios está dentro de vosotros". Ni Leyes ni Reyes ni Tribunales, todo irá bien cuando cada uno de nosotros se someta de corazón a la Voluntad de Dios.

Muy conmovedor el vídeo del Dios salve a la Reina. Confieso que, en mi ignorancia, siempre creí que lo había compuesto Purcell, por encargo del Rey. Muy buenas las 4 versiones.

Muy interesante su conclusión. Me quedo con estas 3 frases: "Romántica es mi filia monárquica, también". "Han optado por ser monárquicos sin rey, casi volviendo a los tiempos de Samuel y los jueces". "Es porque soy un monárquico-folklórico, moi même, aussí". Las tres son exactas:

Cuando uno siente que todo se hunde, que vive un tiempo de decadencia, son necesarias instituciones firmes y bonitas, que nos consuelen de vivir, que nos den un rincón de paz y de luz. En mi caso, hasta hace no mucho, esas instituciones eran la Corona, la Iglesia, El Corte Inglés y el ¡Hola!. Caída la 1ª, sólo me quedan 3 asideros para aguantar el resto de mi vida.

F.

Terzio dijo...

Oh!

Mon Dieu!

No sé qué decir...

Y temo lo que pueda decir.

Bien.

Digamos que Roma tuvo reyes; y emperadores también, cuando todos los caminos empezaban y terminaban en ella. Y la fundó un rey que mamó la teta de una loba.

Hoy, en Roma, queda el Papa, que no es rey strictu sensu, pero algo tiene. Me alegraría que se perdieran timideces y complejos imbuídos, y se volvieran a coronar con la Tiara de triple corona, tan "profética".

Por lo pronto, urgiría que volviera, por lo menos, al stemma pontificio, tan deslucido actualmente.

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Anónimo dijo...

Desde la infamia de Tarquinio el Soberbio, según nos cuenta Livio, y como colofón a todo el oprobio y abuso vertido, Roma nos enseñó el por qué de la inconveniencia real.

Terzio dijo...

Los anónimos, o no tienen la esperada y correcta educación, o sufren algún complejo inconfesable. Si no, no me explico por qué su anonimatajo (tanto más en blogs y demás, donde ni no vemos las caras, gracias a Dios).

A ese de más arriba no lo borro porque me gustan los Tarqunios y demás (sus historias, sus cosas). Y también porque me hace gracia su argumetanción ad hominem contra la monarquía. Si las instituciones se justificaran por los hombres que las ocupan, habría que reconocer tiranías admirables y ejemplares, y repúblicas abominables y nefandas.

La Roma post-monárquica y republicana, termina corrupta y descompuesta hasta qué César (que es un dictador) "recicla" Roma. Y el imperio que degenera apenas se estrena con la casa Julio-Claudia, se regenera con formidables militares autócratas como Trajano, verbigracia.

Por su parte, a los Siete Reyes, les profeso simpatía singular: Rómulo es mito fascinante; y Numa Pompilo, encantador entre sabio y mago, enamorado (?) de Egeria, que parece más hada madrina que ninfa consejera. Los otros 5, cada uno tiene su gracia. Lo de Lucrecia, un caso avant la lettre de la Roma inmoral y decadente (aunque la historia parece "genética", por la de veces que pasaría luego).

Para acabar: Tiene toda la gracia que la Respública, al final, advenga por puteríos, cuernos, incestos y vengazas impúdicas.

C'est a dire, y volviendo al principio: Prefiero un rey...como Dios manda.

'

Mendrugo dijo...

Acabo de leer un artículo sobre el Infante Don Jaime:
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=2431
El autor, Rodolfo Vargas, sostiene alguna tesis discutible, y promete continuar.
Pero a mí me ha recordado que me quedé con ganas de hacer un comentario a este artículo de Terzio.
Es realmente triste ver en qué ha venido a parar la Monarquía. La española, claro. Las otras me tienen sin cuidado. Y es natural que algunos volvamos los ojos hacia Don Luis Alfonso. Sin pretender una defensa legitimista de su línea dinástica. Sólo porque es un Príncipe digno.
No se le puede despachar con que es nieto del Caudillo y está casado con una criolla venezolana. Parentescos dignísimos ambos, en mi opinión.
Sólo quiero decir que "está ahí". Y en horas tan bajas, es bueno que haya un posible repuesto, aunque sólo sea por el acicate que pueda suponer para que los titulares se porten mejor.

Mendrugo dijo...

Para que veáis lo que manda Terzio. En junio urgía «que volviera la tiara, por lo menos, al stemma pontificio». En seguida tomó buena nota el Cardenal Cordero Lanza de Montezemolo, que es asiduo lector de este blog, y llevó el asunto al Papa, que por supuesto estuvo de acuerdo. Lo que tardaron los artistas en diseñarla y ejecutarla, y el 9 de octubre, durante la misa por Pío XII, el trono que ocupó el Papa estaba rematado por un escudo pontificio con sus armas y timbrado con la tiara tradicional. ¿Qué os parece?

Se ha hecho eco el último boletín de la RAMHG, cuyo enlace os pondré en cuanto esté colgado en la red.

Mendrugo dijo...

"Una Voce" ha publicado un par de muestras de la recuperación de la tiara en diversos escudos oficiales de S.S. Benedicto XVI:

-En el cuartel de la Gendarmería vaticana.
http://personales.ya.com/mundopop2/misatridentina/santopadre.htm
Citando a http://shoutsinthepiazza.blogspot.com/

-En la fachada de una iglesia romana.
http://personales.ya.com/mundopop2/misatridentina/20090102.htm
La foto está tomada de "Orbis Catholicus".
http://orbiscatholicus.blogspot.com/2009/01/rome-custom-titular-church-stemmi.html