domingo, 3 de febrero de 2008

Carnaval en campaña mortal

La piara está en campaña. Se viste de carnavales y tiene en sus filas toda la galeria de estafermos carnavalísticos: Pierrot, Colombina, Pulcinella...Pero también la bruja, el vampiro, el ogro; y algo muy español: el moro (porque es atavío fácil de improvisar: Cualquier cosa como turbante, un albornoz, unas babuchas...y ya está el moro!). Siguen piratas de parche en el ojo y pata de palo, pistoleros, indios, chinos de coleta, algún faraón, algún romano...La carnavalada se ha enriquecido con travestises a la brasileña, vergonzantes ocultos hoy ostentosos y exaltados por el Carnaval.

El tópico literario de la máscara que oculta la muerte es un tema de carnaval. Quizá porque el carnaval es eso, más que nada. Se disfraza de terrible alegría, de vertigonosa vida, la irrefrenable muerte, que por unos días, por unas noches, un par de horas, se pone careta de risa y tapa su trágica calavera, porque es Carnaval.

El periódico de la piara trae esta mañana un reportaje de carnaval, de careta digna que tapa muerte penosa. Un tal escritor que no conozco contando cómo mató a su madre que se moría. Dignamente. Con careta de responsable opción ocultando trágica ocasión. Y es campaña de la piara en campaña sacar máscaras de carnaval, aparentes por fuera, terribles por dentro: Eutanasia familiar trasvestida de epopeya heróica.

También salen niños en la comitiva carnavalesca, lo tétrico con cara de infancia, que es más terrible porque la estridencia es más brutal si la máscara de un niño disfraza la muerte con un juguete. Saca comparsa de carnaval el Ministerio de Sanidad, con triple salto mortal sobre la leyes, disfraza de derechos y libertades los sórdidos abortorios donde descuartizan vidas tiernas y destilan cosméticos con manteca de niños, como en los cuentos de miedo hechos de verdad y con subvención de criminales políticos y abyectas madres, hechiceras en antros de muerte.

Y únanse al Carnaval, que dan propina al que se pone careta de votante para la muerte, que es Carnaval y se paga bién cada voto a la muerte, que al final ganará más muertos, por cada votante dos: Un niño y un viejo. Muertes de familia que no quieren familia, que le ponen a la muerte máscara de carnaval, y bailan la danza de la muerte con disfraz de libertad y dignidad.

Lo lúgubre es que Carnaval eran tres días, pero ahora quieren que todos los días siga este mortífero y enmascarado carnaval.

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3 comentarios:

Morgenrot dijo...

Viejos y niños, los más vulnerables y los que necesitan que renunciemos a :- ATENCIÓN, un concepto importantísimo en la sociedad actual-, "nuestras vidas", osea EL OCIO, en favor de éllos, los necesitados : los niños a educar y los viejos a cuidar, a ambos con AMOR .

Estos conceptos de renuncia a uno mismo en favor del necesitado, están fuera de sitio,no responden a nuestras "necesidades" psíquicas actuales.

PUES ME NIEGO A TODA ESA IDEOLOGÍA DEL OCIO, prefiero el sacrificio en favor de los que nos necesitan.

Empecé a odiar los carnavales con "El libro del buen amor" y eso que estaba en BUP y no pensaba en cuestiones religiosas.

Lo peor de todo, es que CADA DÍA ES CARNAVAL

Anónimo dijo...

La verdad es que dan ganas de deprimirse. En fin, nos queda la Esperanza, con mayúsculas, de llegar a nuestra verdadera Patria algún día.

Mendrugo dijo...

Me hace mucha gracia que les llames siempre "la piara". Entiendo que no precisamente porque hagas ascos al cerdo (que a a sangre limpia no hay quien te gane), sino por la piara aquella en la que Nuestro Señor permitió entrar a Legión cuando le expulsó del geraseno. No puedo evitar reírme cada vez que leo ese pasaje de los cerdos posesos, despeñándose. Pues eso: la piara.