jueves, 18 de octubre de 2007

Santo iconógrafo Lucas Ev.


L a iconografía cristiana tiene su primer iconógrafo en el mismo Cristo (tradición del Mandylion de Edesa, la Verónica, y la Santa Síndone); el segundo iconógrafo de la tradición crisitiana es San Lucas Evangelista.
Aunque su profesión de médico aparece expresamente testificada en el Nuevo Testamento - "...Lucas, el médico querido..." (Col., 4, 14) - , la legendaria atribución de algunos antiquísimos iconos de la Madre de Dios prevaleció y quedó unida a la figura del Evangelista, que se popularizó como especial patrón de iconógrafos y pintores.

Pienso que la etiología remota de esta vinculación del Evangelista con la iconografía de la Virgen estriba en los bellos versículos de su Evangelio en los que San Lucas traza someramente un admirable boceto espiritual (psicológico?) de la Madre del Señor:

"...María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.../...Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón..." Lc 2, 19 y 51.

Son dos exquisitas y penetrantes pinceladas, verdadero retrato de la Santísima.

En Roma, cualquier icono de la Madonna de reconocida antigüedad lleva aparejado la autoría lucana, desde la Salus Pópuli Romani de Santa María Maggiore a la Madonna del Ara Coeli, la de Santa María in Via Lata, y la de San Sixto, la de San Alessio y hasta la de la Clemenza del Trastévere; todas te cuentan que son de la propia mano del Evangelista, como si hubiera tenido taller propio en el Rione della Pigna.


Y sin embargo no se descarta que toda esa iconografía mariana dependa de un prototipo, de un cierto modelo arquetípico del que luego derivarían esas imágenes sacras, tan veneradas.


La sacralidad del icono es trasunto de la santidad del representado, ya sea Cristo, ya la Theotókos, o los Santos. La tradición iconográfica bizantina que pervive actualmente en las Iglesias Ortodoxas dependientes de los Patriarcados de Constantinopla-Grecia y Moscú y demás Iglesias Eslavas, vinculan todavía la santidad del icono con la del iconógrafo, al que se le exige una particular ascésis y condición espiritual para realizar la pintura sagrada.


En Occidente, la iconografía prescindió pronto de ese requisito, pasando al más libre y polimórfico mundo de las artes la competencia de las representaciones sagradas como un género más del repertorio y la inspiración artística. La progresión, evolución y perfeccionamiento temático y estilístico que caracteriza al Arte Cristiano occidental no se entendería sin esta emancipación de la iconografía repecto del iconógrafo.


Sin embargo lo que se ganó en riqueza y variedad expresiva, se perdió en intensidad mística. Un Michelángelo en Roma no es un Andreij Rublev en Moscú, o un Teófanes Griego.


En España nos cupo la suerte de acoger y enraizar como propio al excepcional Doménikos Theotocópuli, un extraño e irrepetible puente entre esas dos "esferas" de la iconografía cristiana.

Escribo esto en las postreras horas de la Fiesta de San Lucas Evangelista, médico e iconógrafo, desde Sevilla, que ha perdido la gracia santa para representar la Santidad y su Misterio, la aptitud para esa belleza. (Y rogando a San Lucas nos cure y nos la devuelva con salud y toda la santa plenitud que pueda alcanzarnos).
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12 comentarios:

Anónimo dijo...

Respeto el culto iconográfico católico aunque no lo comparto.

No obstante, no crees que es un poco aventurado atribuir a la Síndone de Turín el ser el verdadero Santo Sudario?

Nadie -ni el mismo Vaticano- sostiene algo así...

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Tumbaíto dijo...

¿Jesús iconógrafo?

Terzio dijo...

Sí, desde luego - a ambos respondo -.

La Santa Síndone es una venerable reliquia que sólo en los últimos decenios ha alcanzado esa notoriedad, tan indiscreta y en algunos extremos tan absurda por desproporcionada.

Una reliquia es para el culto, no para el análisis de laboratorio. Los píos la veneramos sin tener en cuenta otras apreciaciones, y los impíos la rechazan aun cuando tuviesen delante evidencias incontestables.

Pese a todo, conserva toda la fascinación de lo "milagroso", y es un tesoro de piedad y tradición, con mucho todavía que "decir".

Xtº es su auto-iconógrafo en esas tradiciones inmemoriales que citaba: El Mandylion de Edesa, la Verónica y la susodicha Santa Síndone. Son 3 "iconos" en los que el Kyrios ha plasmado su faz, y así lo recogió y ha trasmitido la tradición cristiana.

(Una "iconografía" de Cristo activa y actual es la que plasma su impronta en las almas por obra del Espíritu y la Gracia, especialmente en los Santos, que son cierta imagen viva del Redentor...pero esto es otra cosa, aunque sea la misma).

He puesto el link a la wikpedia en el Mandylion (léan el resumen del apócrifo de la historia de Taddei y Abgaro rey de Edesa); pero sobre todo para que se vea la foto de la Santa Faz del Vaticano: Amplíen la foto hasta la mayor resolución y encuadren la figura (excede las proporciones de la pantalla) en el plano de los ojos: Es de las representaciones más atractivas y enigmáticas que existen del Vultus Christi.

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Anónimo dijo...

¿A que ese final a la sevillana tiene que ver con esas nuevas "imágenes" que son la vulgaridad con los ojos verdes? (pero con manto y corona).

Por lo demás, mereces cátedra.

Tt.

Isaac García Expósito dijo...

Conseguí el libro. Si tengo suerte mañana me compraré la Suma contra los gentiles.

Espero nuevas recomendaciones.

A ver si nos conocemos.

Saludos en Cristo.

Terzio dijo...

Lo celebro. Seguro que te será provechoso.

Y la Summa contra Gentiles, lo mismo.

+T.

Anónimo dijo...

Ojo, no me entiendas mal, yo creo que efectivamente es el Santo Sudario, no obstante es meramene creencia, opinión.

Ninguna iglesia lo sostiene lo cual a mí me importa un huevo...

Una reliquia es para el culto, no para el análisis de laboratorio. Los píos la veneramos sin tener en cuenta otras apreciaciones

He aquí el error que acarrea toda reliquia.

Sólo hay que venerar a Dios, todo lo que no sea adorar la Divinidad es Idolatría.

Aunque la relíquia se vista de sábana santa, becerro de oro se queda...

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Terzio dijo...

No. Corrección-lección al canto:

Desde sus orígenes (y con la Escritura como supuesto), la Iglesia distingue "grados" de culto:

1º La "latría" (adoración) sólo se le debe y es propia y exclusiva de Dios, unicamente.

2º La "dulía" (veneración) es el culto que se tributa a los Santos y los Ángeles, siendo un culto menor y relativo en cuanto se les tributa en dependencia y referencia al de Dios. (La Stmª Virgen goza de un culto especial de veneración llamado hiperdulía, pero sin salir ni exceder el grado de veneración)

Este culto de dulía es también el que se le tributa a las reliquias y las imágenes, igualmente desde la consideración de la referencia; particular devoción ostentan las reliquias de la Pasión, en especial el Lignum Crucis; lo mismo la Santa Síndone y la Verónica (sin entrar en discutir problemáticas "autenticidades", sino considerando sólo el valor de la tradición).

Ni el culto de dulía a las reliquias, ni el de las imágenes, ni el de los Santos suplanta/substituye/excluye el único culto de adoración-latría debido a Dios, sino que se entiende como cierta derivación y hasta "extensión" de este mismo (aunque sin confusión ni reducción).

El becerro de oro o cualquier otra forma de idolatría, sí sería grave pecado pues sustituiría a Dios por la imagen y le reconocería aberrantemente al ídolo pseudo-atributos, pseudo-propiedades y una pseudo-identidad divina.

Me he explicado?

+T.

Anónimo dijo...

Terzio:
Este culto de dulía es también el que se le tributa a las reliquias y las imágenes, igualmente desde la consideración de la referencia

No es lo que yo he presenciado precisamente en tu tierra.

Allí he visto veneración por las imágenes de santos, a tipos estar a punto de pegarse porque su virgen era "la más guapa del mundo" (no es broma!) y demás...

Hace poco estuve discutiendo amigablemente con un grupo de monjas marianas que se ponen a veces en Portal de l'Angel de Barcelona a pedir que se rece por la Virgen.

Le dije que sólo hay que rezar a Dios tal como dice Jesús.
La buena mujer insistía que María era la Madre de Dios...

Sí señora, pero volemos a los mismo, Jesús nos enseñó cómo, en qué condiciones y a quién dirigir nuestras oraciones.

El resto es desviar la atención de Dios.

Rezar a un santo para que influencie a Dios intercediendo por nosotros es negar la bondad y justícia de Dios.

Además de ser un insulto en sí... se rebaja el cielo a un juego de lobbies.

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Terzio dijo...

Rentón, ¿eres evangelista o de alguna de esas sectas protestantes y/o derivados?

Es que parece que te acercas peligrosamente a esos barrancos.

Y si no, te estás "des-catolizando" de forma galopante...o ya lo estás.

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Anónimo dijo...

Soy evangelista, sí pero por encima de toda denominación soy cristiano.

Por cierto, he borrado el comentario con el link que te ofendía.
No era mi intención.

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Terzio dijo...

Muchísimas gracias; Dios te lo pague, Renton.

Yo he vuelto a insistir en la pregunta de si eras protestante en los comentarios a la entrada de más arriba. La forma de explicarte y entender el texto de Mt 16,13-20 me hizo suponerlo.

También yo soy cristiano de nombre, primera y principalmente, como tú.

(y cristianamente mejorable...muchísimo; como has comprobado y seguirás comprobando si me aguantas).

Saluti!

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