Un Papa hablando sobre cuestiones de Lex Naturalis-Ius Naturae, puede decir tanto y tan profundo; si el Pontífice es el que antes de acceder a la Sede Petrina se significó como una de las más relevantes personalidades de la teología del XX, su discurso iusnaturalista debe ser de una extraordinaria profundidad.
Pero el Papa Benedetto ha dicho en esta ocasión poco...pero claro:
- Ha recordado ese principio básico, primero, fundante del acto moral: "Bonum faciendum, malum vitandum" ; hay que hacer el bien y evitar el mal. De él, recuerda, derivan tres principios también fundamentales:
1.- El respeto por la vida humana, desde su concepción hasta su ocaso
natural.
2.- El deber de buscar la verdad, presupuesto necesario de toda madurez
auténtica de la persona
3.- La libertad humana.
Si estos principios/derechos no se respetan,
“la legislación se transforma sólo en un compromiso entre intereses diversos: se intenta transformar en derechos intereses privados o deseos que contrastan con los deberes que se derivan de la responsabilidad social”
Avisa del peligro de que los nuevos descubrimientos científico-tecnológicos puedan lesionar o actuar contra estos principios morales y que
"es urgente reflexionar sobre el tema de la ley natural y encontrar su verdad común a todos los seres humanos. (...) Esta ley tiene como principio primero y general el de "hacer el bien y evitar el mal". De esa verdad, "se derivan los otros principios más particulares, que regulan el juicio ético sobre los derechos y los deberes de cada uno".
Y sigue:
"La Ley Natural es el manantial del que brotan, junto a los derechos fundamentales, los imperativos éticos que se deben cumplir. En la actual ética y filosofía del Derecho están ampliamente difundidos los postulados del positivismo jurídico. La consecuencia es que la legislación se transforma a menudo sólo en un compromiso entre intereses diversos: se intenta transformar en derechos intereses privados o deseos que contrastan con los deberes que se derivan de la responsabilidad social".
Una lección básica de moral fundamental. Necesaria en esa elementalidad de su enunciado porque nuestro mundo ha perdido esas bases, no toca ese fondo, no se cimenta en esos principios.
Nunca se ha hablado tanto de la "naturaleza", "defensa de la naturaleza", "vida natural", "productos naturales", "hábitos naturales"...y toda la gama de conceptos en los que se mezclan y confunden estructuras consumistas y cultura "postmoderna" con ese vago "ecologismo ambiental", ampliamente postulado por los programas de la nueva izquierda ideológica: Nunca.
Paradojicamente, a esa naturaleza de programa y consumo, se le priva de su "Derecho" (con mayúscula); no se reconoce el Ius primario de su propia entidad en cuanto realidad portadora, generadora y fuente de derechos primeros y fundantes.
Por eso el Papa vuelve a la lección primera, de principio y de principios; con la solidez de la roca-piedra de aquel Pedro al que sucede y sobre el que se edifica la Iglesia.
Edificando, cimentando, tocando fondo, volviendo a los principios y enseñando Derecho Natural, Benedicto XVI en el Laterano, a la vera de donde tiene su Cátedra Romana.
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