miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Divino Impaciente (en torno a)

Es que me gusta escribir de personajes y cosas relativas cuando toca el dia de. El dia del Santo u Santa u efemérides la que sea. Tradición-tradición-tradición, como cantaba y bailaba el simpático Topol en "El Violinista en el Tejado" (una preciosidad de peli, recomendable por muchos conceptos (el sobrenatural más que ninguno)).

Aun cuando vige mi Javier del año pasado (que recomiendo leer), hoy toca Javier, y me obligo a escribir, velim nolim, Javier! Que pienso tuvo que tener la tensión alta, por lo menos tal y como lo imagina Pemán, que lo imagina muy bien: Impaciente. Concedo que el "divino" pudiera ser que le rebajara la tensión. Pero respondo que no sé, porque a Javier lo pintan con fuego saliéndole del pecho: La sotana desabotonada, la camisa asomando, y una llamarada escapándosele del corazón. Como decía, hipertenso, taquicárdico, y con cuadros de ansiedades...divinas.

Los pálpitos emocionales intensos son habituales en los Santos. Es un fenómeno que rara vez está ausente, y que hace del santo cristiano (que es el más y el más verdadero) un personaje muy distinto, muy diferente, del santón extra-cristiano que busca ataraxías y nirvanas en este mundo. En este mundo, el santo cristiano está apremiado, espoleado, urgido: Charitas Christi urget nos! Y por eso y otras cosas anejas, los pálpitos intensos y las impaciencias (divinas).

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El Javier impaciente de Pemán es un navarro del XVI que se come el mundo por Cristo, con Él, y en Él. Y así, más o menos, tuvo que ser el Javier real, el que escribía:

"...Muchas veces me vienen ganas de recorrer las universidades de Europa, principalmente la de París, y de ponerme a gritar por doquiera, como quien ha perdido el juicio, para impulsar a los que poseen más ciencia que caridad, con estas palabras: «¡Ay, cuántas almas, por vuestra desidia, quedan excluidas del cielo y se precipitan en el infierno!»

La imagen del Javier con el brazo cansado de bautizar gentiles, hijos de Dios por la Gracia...y el brazo cansado de Javier, tan impaciente, tan ansioso. Si le hubieran dejado más tiempo y espacio, Asia sería tan católica como lo son hoy las tierras donde Javier dejó su huella inquieta. Que por cierto, el brazo aquel guarda cierta impaciente inquietud, porque me parece que es la reliquia más viajera de la Catolicidad, y rara es la temporada que no la sacan del Gesú para llevarla por aquí y por allá, como si estuviera ansiosa de bendecir mundo y hombres hasta el dia de su resurrección carnal.

Las escenas javierinas de Pemán son traducción en verso para el tablado de los pasos reales, históricos, de Ignacio y Javier. Lean:

- Ignacio:
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¡Que abismo
disimulado y profundo!
¿Qué importa ganar el mundo
si te pierdes a ti mismo?

(esto es el Evangelio)

- Ignacio:
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No quito
nada a tu afán generoso;
pero te quiero… un poquito
menos dado a lo extremoso.

(y esto comedia andaluza con huella de los Quintero)

Y ahora, habla Javier:

Soy más amigo del viento,
señora, que de la brisa…
¡y hay que hacer el bien deprisa,
que el mal no pierde momento!

Y este también es Javier (con mucha actualidad y mensaje, por cierto):

¡Buen modo
de celar las cosas santas!
Por evitar sacrilegios,
que la procesión no salga;
por no irritar a lo malo
que lo bueno no se haga.
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Como se vé, el tolerancismo y el talanterío que cede espacio a los malos y le quita su terreno a los buenos, no es javieriano (ni católico). Y aunque el verso lo ponga Pemán, el concepto es del Santo. Sin duda.

Pemán atinó en el título para su Javier, como los grandes que adelantan en la portada la sustancia de la obra con dos o tres palabras. "El Divino Impaciente" es un genial título para un drama genial. Tan acertado que es gracia de Dios y de su Javier impaciente que en la India y la China de Javier estén activos los mártires de la Iglesia del XXI, con la impaciencia del intrépido español que les evangelizó, corriéndoles el síndrome de Javier por la sangre que todavía se derrama: Que también el martirio es cierta impaciencia.
p.s. Con dedicación especial a mis parientes, amigos y compadres jesuitones: ¡Que no pierdan la impaciencia de Javier! (y nos la sepan contagiar). Amen.
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+T.

martes, 2 de diciembre de 2008

Doña María. Una historia del XIV, con huella

Hoy en el santoral es Santa Bibiana, virgen y mártir, de aquella época santa y pasada en la que muchas vírgenes eran mártires, y viceversa. Pero en Sevilla, el 2 de Diciembre es Doña María Coronel, ni santa, ni virgen, ni mártir. Y sin embargo, todo esto junto y a la vez, en encantadora y verdadera paradoja sevillana, real y cierta como la historia misma.

Don Pedro el Cruel es una de las fascinaciones de Sevilla, porque él mismo era un fascinado por la Sevilla que fue su capital y su paraíso personal. Lo de cruel se lo pusieron sus hermanastros Trastamara y sus cronistas, porque en Sevilla preferían llamarle "el justiciero", o simplemente Don Pedro, el Rey Don Pedro. Desde el Alcázar y la Catedral y la orilla del Rio, por toda Sevilla y hasta Brenes y Cantillana, vuela el fantasma del galán Don Pedro, tan rubio y gallardo. Y tan loco, o maniático, o trastornado. De Portugal vinieron a España las locuras coronadas, y su madre era portuguesa, y de ella heredaría sangre y nervios de locura, que no dejarían de rebrotar hasta en tiempos de los Austrias, dos dinastías más allá, siempre por cruces y emparentamientos con portuguesas por medio.

Pues fue que el regio galán Don Pedro se enamoró apasionadamente de Doña María Coronel de su misma edad, que nacieron ambos en 1334. En 1350, recién casada con Don Juan Alfonso de la Cerda, Doña María enciende en amores a Don Pedro, que no tiene freno. Ella era de la mejor nobleza sevillana, su padre Don Alfonso Fernández Coronel fue un alto noble castellano que afincó en Andalucía por favor de Alfonso XI, el padre de Don Pedro. Al casarse con Juan Alfonso de la Cerda, María Coronel entró en la parentela de aquellos infantes nietos de Alfonso X que estuvieron tan presentes en los conflictos sucesorios de la Corona de Castilla. Y Don Pedro en el centro, contra todos y todos contra él.
El siglo XIV es un siglo padre y maestro de folletines, con material histórico, anecdótico y humano para los literatos del Siglo de Oro y del Romanticismo decimonónico. Un autentico filón de pasiones y dramas y tragedias como nunca se vio igual, que surtiría de personajes reales las comedias y las óperas desde Lope de Vega a Donizetti. Fascinante, como decía.

Resumiendo y abreviando: Que Don Pedro sube al trono casi chiquillo y, en cuanto puede, él y su madre Dª María de Portugal se toman venganza en la favorita de su padre, Dª Leonor de Guzmán, madre de una prole de bastardos reales que serían al fin los Trastamara triunfantes con dinastía bicéfala en Castilla y Aragón. Los bastardos Trastamaras juran odio eterno a su hermanastro el rey Pedro I, y reunen en torno a ellos a toda la mejor nobleza castellana, incluidos los Infantes de la Cerda y la familia Coronel, junto con todos los nobles despechados y resentidos contra el joven e imprevisible Don Pedro (que contó con el favor de la nobleza menor y las ciudades).

En una de las tensiones de la quasi guerra civil entre Don Pedro y sus hermanastros Trastamaras, muere el padre de Dª María, en el bando de los bastardos; y su marido Juan Alfonso de la Cerda es apresado. María sube hasta Tarragona para pedir clemencia al rey, y Don Pedro la tranquiliza y le otorga gracia. Pero antes de que llegue María a Sevilla, su esposo es ejecutado por orden real. Para más dolor, el rey anda en amores con su hermana Aldonza Coronel. Y entre otros más episodios, la familia Coronel es desposeída, sus casas y bienes expropiados, y las mujeres que quedan en Sevilla desoladas (ahora se diria expuestas a maltrato, acoso sexual y presión psicológica; una vulgaridad, francamente).

El rey además se ha definitivamente encaprichado de María, hermosa y atractiva en su viudedad. La pretende, la asedia, le dice que le devolverá bienes y honores, pero María ha conocido a Don Pedro en su faz de "cruel", y le detesta y le huye. Se refugia en el Convento de Stª Clara, adonde va a buscarla el desbocado Don Pedro, que irrumpe en la clausura para horror de las monjas, que huyen ante el rey desenfrenado y rabioso. María se ha escondido en la huerta, donde han excavado un hueco que han tapado con unos cañizos y encima puesto unas plantas, para disimular. Pero el despabilado Don Pedro nota la tierra recien removida, y descubre el escondrijo. María sale corriendo y llega a las cocinas del convento, con el rey detrás. Cuando casi la alcanza, a punto de abrazarla, María ve unos peroles de aceite hirviendo puestos en la lumbre, los toma y se los vuelca en la cara que se achicharra y prende en fuego con las tocas de monja que lleva puestas, ante la conmoción horrorizada del rey viendo en un momento desfigurada para siempre la belleza que había apetecido con tantos ardores. Fin de la escena. Telón.
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Curó Doña María de sus quemaduras, pero le quedaría ya para siempre en su rostro una horrenda cicatriz, que apenas disimulaban las tocas y los velos monjiles. El rey, con remordimientos y arrepentido, le devolvió las casas y los bienes familiares (otros dicen que fue ya en los días de Enrique I cuando se le reintegran). Doña María fundó con ese patrimonio, en la casa de su difunto padre, un convento de clarisas franciscanas, el Convento de Santa Inés, lindante con la Parroquia de San Pedro. De este convento fue abadesa hasta su muerte, en 1409 o 1411, a la edad de 73 o 75 años, asaz provecta para aquella época. Don Pedro había muerto 40 años antes, en 1369, apuñalado por su hermanastro Enrique de Trastamara, en los Campos de Montiel.

A mediados del siglo XVI, durante unas obras en el coro bajo del convento, descubren el sepulcro de Doña María. Para sorpresa y admiración de los sevillanos, el cuerpo estaba incorrupto, reconociéndose todavía en la cara de María Coronel la llaga de su famosa quemadura. Con permiso eclesiástico, las monjas revistieron el venerable cuerpo, que quedó en una urna de madera y cristales, en el mismo coro, y que desde entonces se descubre cada 2 de Diciembre, fecha del óbito de Dª María, expuesta a la veneración.

Antes vestía una túnica de tisú de plata, con el cordón franciscano y la toca y el velo. Desde los años 70-80 aparece con el sayal de clarisa, como las monjas del convento. Está tan bien conservada como San Fernando; es decir, que está que da horror de ver, como si los Santos desde el XVI para acá hubieran sufrido el deterioro de los tiempos, tan poco proclives a Santidades como aquellas, tan "medievales". El cuerpo tiene vuelto el rostro hacia afuera, se le ve muy bien. Y las rodillas flexionadas, porque cuenta una tradición del convento que la urna la hicieron corta y cuando fueron a meter el cuerpo no cabía. Ante el apuro, la madre Priora tomó su pértiga y terminante dijo, dirigiéndose a Dª María: - "Reverenda madre Dª María, en virtud de santa obediencia, encójase!" Y dicen que el cuerpo, milagrosamente, flexionó las rodillas y lo pudieron colocar holgadamente en su urna. Un doméstico prodigio, como Uds. sabrán piamente apreciar.

Y así la verán hoy todos los sevillanos que vayan a verla a su Convento de Stª Inés, que es una preciosidad. Y de camino, muchos de los devotos comprarán en el torno de las monjas tortas y pestiños y bizcochadas y cortadillos de cidra. Aunque el dulce original y famoso del obrador de Stª Inés son sus célebres "bollitos de Santa Inés", que son como unos panecillos de leche y aceite, pequeños, con forma de S achatada, tostaditos y lustrados por arriba y blanquitos por abajo, consistentes. Con un par va uno bien desayunado o merendado. Muy ricos, de otra época. Con chocolate espesito, una esquisitez mismamente del Siglo de Oro. Para estas mañanas de frío que está haciendo, ideales.

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domingo, 30 de noviembre de 2008

Cosas de Adviento

Me entona bastante el Adviento, soy muy sensible a su "efecto". Siempre me motiva. Los frutos serán luego los que sean, pero la sintonía existe.
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Esta mañana, cuando leían Is 63, 19 "...ojalá rasgases el Cielo y bajases derritiendo los montes con tu presencia..." recordé a un simpático amigo, muy tremendista para ciertas cosas, al que le he escuchado decir alguna vez esta cita, o alguna frase equivalente. Existe un adviento que clama extremos así, consumidores y terminantes, de inexorable justicia. Terrible, pero sagrado.

Yo me retrataba mejor en otro pasaje, también leído en la Misa de esta mañana, Is 64, 5: "... nos marchitamos como la hojarasca y nuestras culpas nos arrastran como el viento." La imagen natural de las hojas de Otoño barridas por el aire me resulta muy significativa, una alegoría de nuestras insustancialidades y derivas. Sale en una de las estrofas del Rorate Caeli, el canto de Adviento más popular del repertorio gregoriano.

El Salmo -"Señor, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve!" (Sal 79) parece un clamor respondiendo al versículo que cerraba la lectura del profeta: "...Y sin embargo, Señor, Tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y Tú el Alfarero, somos todos obra de tus manos" Is 64, 7.

Y el Apóstol, remacha: "...habeis sido colmados en Él con toda clase de riquezas de palabra y conocimiento,
en la medida que el testimonio de Cristo arraigó en vosotros.
Por eso, mientras esperais la Revelación de nuestro Señor Jesucristo, no os falta ningún don de la gracia. Él os mantendrá firmes hasta el fin, para que seais irreprochables en el día de la Venida de nuestro Señor Jesucristo: Él es fiel."
I Cor. 1, 5-9.

Del Evangelio he escrito algo en otro sitio: El gallo de Adviento.
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Ya he dicho que me "entona" este tiempo del Rorate Caeli. Y espero - porque lo deseo - que a todos nos siente bien, muy bien.
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+T.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Conversos

Ha salido estos dias en la prensa y el internete lo de la conversión de Gramsci. A buenas horas mangas verdes. Como tantas veces. Y eso teniendo en consideración que fuera conversión-conversión, que todo depende de la anécdota más bien endeblita que cuenta un monseñor de curia que tiene los 80 abriles cumplidos. Y que no sé por qué no sacó a relucir la cosa cuando Gramsci y su memoria estaban más frescos. ¡Cosas más raras! (comparen por cierto, la noticia aquí aquí y aquí )

Gramsci, en la foto del pelo a lo poeta y las gafitas de empollón 1º de su clase, resulta hasta cierto punto enternecedor. Un chico inteligente, inquieto, con ganas de dar el zarpazo y comerse el mundo. Pero salió revolucionario ideista, que son tan peligrosos como se pueda imaginar y más. Los italianos tienen además esa versatilidad tan agil, que se cuelan por todos sitios y terminan por todos lados en todo el mundo. Como la pasta, la pizza y la mafia, fenómenos italianos y universales. Y de ahí lo temible del siniestrísimo Gramsci (sin comentar las siniestralidades de sus discipulos y aficionados).
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Volviendo al fenómeno de la conversión, soy bastante incrédulo. Conversiones-conversiones me creo las que narran los Stºs. Evangelios, la de Saulo en Pablo, la de San Agustín, y todas las de por el estilo. Quiero decir que me creo las conversiones con vida post-conversione; si con martirio o vida monacal, mejor, porque el testimonio corroborante es de primerísima calidad.

Pero si me dicen que se ha convertido una principessa que era una re-putadísima, o que se ha convertido un actor que hacía porno, yo me desnuco de risa incrédula y pido tiempo al tiempo. De todas formas, aunque se convirtieran semejantes piezas, de ahí a que fueran ejemplares y modélicos va un trecho. Que rarísima vez se cumple.

¿Qué hay que hacer, pues? Orare pro convertione peccatorum, por supuesto. Y el que quiera salir en el catálogo de "conversos oficiales", que haga méritos y se prepare a rigores y/o martirios. Y si no llega a tanto, que se meta en la fila de los comunes discretos creyentes, y cargue con su cruz diaria y se calle y siga p'alante hasta el final, Amen. Y allí Dios dirá.

En la foto, PierPaolo Pasolini posando ante la tumba de Gramsci.

A mí un Gramsci converso in artículo mortis me alegra tan relativamente poco como un masón converso, o un Azaña converso, o la Pasionaria conversa cuando estaba dando las boqueadas del último estertor. En paz descansen, Amen. Y que les quiten lo bailao y que les borren las fechorías y les enmienden los entuertos a vida pasada. Pues eso.

Dice el Señor en el Evangelio que hay más alegría en el Cielo por 1 justo convertido que por 99 justos que no necesitan conversión (Lc 15, 7). En el Cielo. Porque en el Cielo conocen esas cosas y no están sujetos a engaño, o fácil credulidad, o indiscreto entusiasmo. Allí saben y a los de allí no se les puede engañar. Pero aquí...Aquí sabe Dios, y los demás sabemos lo que dice (por ejemplo) un monsignore ottantenne (con todos mis respetos, scuso dire, la prego!).

Una vez que comentaba esto, más o menos, un pio me argumentó que la Parábola de los Trabajadores de la Viña (Mt 20, 1-16).etc. etc. etc. Yo le dije al pio argumentador que en la Parábola todos trabajaron en la viña , aunque fuera la última hora de la labor del dia. Pero ninguno cobró por no haber hecho nada o por haber maquinado en contra de la viña, su dueño o sus cuidadores y operarios. No sé si me explico.

Y otra vez otro me dijo considerara lo del Buen Ladrón (Lc 23, 39-43) en su última hora. Yo le dije que esa excepción cabe siempre para todos, pero que se tenga en cuenta que hay que estar clavado en cruz, corrigiendo a los que ofenden a Cristo, y tomándose en serio a Cristo y su Reino pidiéndoselo expresamente. Todo esto considerado, tampoco sería "modelico" por el riesgo (y demás cosas) que implicaría dejar el arrepentimiento y la conversión para lo último, sin saber cómo llegará ni cómo será nuestra postrera hora.

A mis abuelas y mis tias les escuché decir algunas veces, cuando hablaban de algunos formidables calaveras que hubo en la familia o entre los amigos y conocidos, una frase piadosa, pero realista en su caridad. Decían "Dios le tenga en el descanso de la escalera". Queriendo decir que algunos perdonados in extremis tendrán la Gloria, pero estarán en esos discretos sitios de la Gloria.

¿O es que alguno se figura que Gramsci le va a quitar el asiento a San Pedro?

¡Vamos!

p.s. Apostaría que sale algún impío y dice "¿Y por qué no?". Pues que no salga, que para las cucarachas tengo el zapatazo listo. Ya esta dicho.

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viernes, 28 de noviembre de 2008

Cardenal scherzando

En el Collegium de los Emmos. y Revmos. Sres. Cardenales de la Santa Romana Iglesia siempre ha habido un selecto grupo de insensatos, de distinta procedencia y razón de ser. Algunos han causado mucho daño, y otros se han consumido sin ruído en su insensatez (un cierto daño de "impedimentum" si les cabe porque podrían haber dejado el capelo para otras cabezas más dignas y servibles). Pero eso ha sido, casi siempre, así: Excepto en las santas épocas de las persecuciones y los mártires, los calabazos nunca han faltado entre los purpurados.

Que no es el caso del cardenal Cormac Murphy O'Connor; por lo menos no da la impresión. Los Cardenales de la Gran Bretaña han conservado todos bajo la púrpura romana su "sello" brithish-english, con garantía de origen. Desde Wolsey y Pole hasta el actual Murphy O'Connor y el Basil Hume de hace poco, pasando por mi estimadísimo Newman y su "antagonista" Manning, todos se han hecho notar más de una vez, y de dos, y de tres.

A Manning le tengo simpatía por su recalcitrante ultramontanismo, tanto que merecería ser el patrón de nosotros "los-mas-papistas-quel-papa". Pero fue una paradoja que el caquéctico y malencarado deán anglicano (casado que estuvo antes de su conversión con una de las chicas Sargent (ya se sabe que era 4 las famosas hermanas Sargent, of course)) al hacerse católico resultara más beligerante archicatólico que un arcediano de Letrán. Y es chocante.

Mi estimadísimo y venerado Newman, por su parte, fue uno de los señalados como "inoportunista" antes y durante el Vaticano I, dejando caer más de una vez que la definición del Dogma de la Infalibilidad Pontificia no era apropiada dadas las circunstancias del momento. Y se equivocaba tanto que no advirtió que, precisamente, no habrían ni vendrían tiempos más "oportunos" para la necesaria definición. En este particular, Newman fue el alter ego contradictor de Manning, ya cardenal y participante en el Concilio (Newman todavía era simple sacerdote del Oratorio). El severo y apasionado Mannig quería - más o menos - que hasta los estornudos de Pio IX fueran infalibles. Ni una cosa ni la otra, ni calvo de con dos pelucas, como ustedes comprenderán. Gracias a Dios la Roma Eterna tenía más tacto y ponderación teológico-doctrinal que los dos eminentes conversos, y definió oportunísimamente la Infalibilidad Ex Cátedra del Papa como convenía, sin quedarse corta ni pasarse de largo.

A Newman, su "inoportunismo" le dejó sin capelo hasta que Leon XIII se lo concedió, con toda justicia y para admiración de todos. Huelga decir que acató con toda obediente obsequiosidad y pleno asentimiento "gramatical" de fe la definición y el magisterio de Pio IX y el Vaticano I. Of course. Pero ahí quedaron bien señaladitos los dos oxonienses, el del Oriel y el del Balliol, cada cual con lo suyo.

Volviendo al actual arzobispo de Westminster, C. Murphy O'Connor, las webs de noticias religiosas daban hoy la noticia en titulares, así: Un cardenal reclama a la National Gallery una obra de Della Francesca. Los noticieros religiosos y la mala pluma (iba a decir "lactis", pero he preferido "pluma", noten mi contención. De nada) de los gacetilleros procuran impactar con titulares que no cuentan lo que haya pasado sino lo que el gacetillero quiere decir (si es que tiene intención) o ha entendido (si es que padece de un defecto de comprensión, algo fatal pero muy tolerado en el medio periodístico). El original inglés se explica mejor y dice que Gallery’s masterpiece is a work of faith that should be in church, says Cardinal, que es otra cosa y no es lo mismo.

La cosa era que el Cardenal comentaba en un foro con otros tertuliantes (un protestante y un judío entre otros) que el arte cristiano era antes cristiano que arte, y que su sitio es más el espacio religioso para el que se concibió en origen que una sala de museo. Y para ilustrar el comentario, decía que el Bautismo de Cristo de Piero della Francesca que está en la National Gallery of London, mejor estaría en una iglesia como Dios manda. Le responde el del museo que la Nat.Gall. no se opone a que los devotos le recen al Battesimo, pero que su sitio es el museo, más a estas alturas y con lo delicado que está cuadro, que conviene no meneallo. Y así, poco más o menos.


En este blog, passim, he dicho lo mismo que el Cardenal Cormac M.O'C. Y lo mantengo...con todas la salvedades. Servidor que escribe esto es de los que va al Museo y le reza unas Aves a la Virgen de la Servilleta, verbigracia; y si estoy en el Prado, le echo sus correspondientes rezos al Cristo de San Plácido, a la Trinidad del Greco, a la Dolorosa de manos juntas del Tiziano, a la Anunciación del Fra Angélico...Y ya me pierdo, con tanto cuadro estimulándome el rezo piadoso. Los dias de fervor, para no estresarme, lo que hago es coger el Rosario y rezarlo, que es más práctico (parando el rezo pudorosamente en las Tres Gracias - que me pirran las tres - y otras indecentes bellezas (y bellezos) de mi afición; en el Museo de Sevilla es más facil porque tenemos menos procacidades y licencias que en la capital, que ya se sabe que es más de pecado que las provincias en todo, en museos también).

El muy indiscreto del Cardenal Murphy O'C (con todos mis respetos y besando su veneranda púrpura) no dice, sin embargo, que se devuelva el Battesimo a su Borgo San Sepolcro original, de donde jamás debió salir y en mala hora salió (culpa de fraile frailón), sino que deja caer que ya lo quisiera él en una catholic parish de las suyas. Oh!

De haber estado presente, un servidor le hubiera dicho al en parte acertado y en parte disparatado Sr.Cardenal que empezara por pedir al Papa que devolviera a sus iglesias lo que se enseña en la Pinacoteca Vaticana. Por ejemplo, y sin ir más lejos, que repusieran el Caravaggio del Entierro de Cristo en su capilla-altar de la Chiesa Nuova, y la Postrera Comunión de San Girolamo del Domenicchino en su altar mayor de San Girolamo della Caritá. Por ejemplo, decía.

¿A que no? Pues chitón el Sr. Cardenal y mejor que hable de los difuntos y los Santos (que se acaba el mes) o del Adviento, que se estrena el Domingo.

p.s. Otra cosa: Que aproveche las tertulias con impíos para exortar a la conversión a herejes, judios y paganos. Es lo propio.
p.p.s. También reconozco que padezco un resfriado anti-cardenalista.
p.p.p.s. Y por eso escoger un perlado de la pérfida Albión para el alfilereteo.
p.p.p.p.s. No es excusa, ya lo se. Pero mejor así, que yo también se etc.

Yes.

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miércoles, 26 de noviembre de 2008

Catharina Alexandriae

Se me pasó ayer Santa Catalina Alejandrina sin escribir ni jota, y por eso remedio la negligencia hoy, que estamos en la octava. Porque le tengo devota afición a la Virgen Mártir filósofa, tanto más cuanto que fue una de las injustamente eliminadas del Santoral del Misal Romano por los impíos liturgistas post-vaticaneros2º, como si le tuvieran particular inquina a los más venerados de la Antiquitas Christiana, ellos sabrían por qué (o no, que la impiedad lleva encabalgada la ofuscación de la razón previa o consecuente).

La Santa sufrió detrimento a costa de los impíos antiguos y contemporáneos (las malas especies son vetustas como la grama y demás malas yerbas), empeñados en identificarla con aquella Hypatia que murió en un tumulto de aquellos a que fueron tan aficionados los alejandrinos en los turbulentos años de las crisis del bajo imperio. Para más inri, la propaganda anti-cirilista de los nestorianos achacaron la culpa a San Cirilo, y el ferviente Patriarca alejandrino ha sido especialmente odiado por los filo-paganos que en el mundo han sido.

Tengo que aclarar que con Hypatia muerta o viva San Cirilo hubiera sido igualmente odiado por otra cualquier razón que la impiedad de sus detractores se inventara para imputársela, que en eso los impios paganos son especialmente hábiles. Aclaro también que nada tengo contra la sabia Hipatya (q.e.p.d.A.), pero Uds comprenderán que mis simpatías indudables, sin sombra ninguna de ninguna sospecha, estén con San Cirilo y Santa Catalina, gloriosos alejandrinos.

Como comenté el Noviembre pasado y el anterior, la iconografía caterinista tiene entidad propia y señalada, universalmente representada en las mistica escena de sus de sus Desposorios con el Niño en brazos de la Virgen; o la otra estante, con su rueda dentada, la espada y la cabeza (o cabezas) de los filósofos paganos a sus pies. Destaco este detalle que me atrae poderosa y simpáticamente: Toda testa impía al pie de un Santo o Santa me complacen sumamente, entre otros motivos porque (y no soy ni he sido el único) fantaseo con ponerle el careto de los impios hodiernos y/u otros de la especie habidos y por haber. Y me divierte este fantasía (diversión que les aconsejo porque descarga muchas tensiones y no es pecado de pensamiento porque se piensa en los impios reales que venció la Santa, pero con cara "re-actualizada", solamente (lo digo para tranquilidad de los escrupulosos)).

Ya dije también que me gusta especialmente la representación del traslado del bendito cuerpo de Santa Catalina al Sinaí, cortando con vuelo rápido de ángeles portantes y levantes el frio aire del desierto sinaítico en medio de la estrellada noche novembrina. Oh!
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Oratio ~ + Deus, qui dedísti légem Móysi in summitate montis Sínai, et in eódem loco per sanctos Ángelos tuos corpus Beatae Catharinae, Vírginis et Mártyris tuae, mirabíliter collocasti: praesta quaésumus, ut ejus méritis et intercessione, ad montem, qui Christus est, pervenire valeamus. Qui tecum vivit...&. Amen.+

p.s. La ilustración, del francés Lehman, figurando la Translatio del cuerpo de la Virgen Mártir al Sinaí.

Ex Voto

+T.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Liturgias alegres

No se cuánta gente habrá estado ya en una "misa de la alegría" , que sería - mutatis mutandis - una especie de versión castiza y a la española de la extraña liturgia celebrada por Schönborn. Se ha celebrado una recientemente en Zaragoza, con mucha gente que estuvo encantada de "participar". Una misa "salerosa" con ritmo de rumba pop produce entusiáticos fervores populares, ya se monte el tinglado en Sevilla, ya a orillas del Ebro. El Heraldo de Aragón también trae reseña.

¿Que qué es una "misa de la alegría"? Un invento de un conjunto vocal-musical para ganarse el pan vendiendo el disco. En Sevilla y alrededores son muy conocidos porque son los amenizadores de los eventos de la jet. Empezaron en un "coro rociero", y después se independizaron y aparecieron como grupo musical profesional. Piensan eso que dice la entrevista y que cuenta su director-representante: el mundo é güeno!

Una filosofía buenagentista es muy conveniente para estar en el mundo que sea sintonizando con tirios y troyanos y romanos y cartagineses. Por supuesto/of course que ese género festivo-musical se bandea en amplias coordenadas políticas muy pperas pero a partir un piñón con la piara juntera, que es la que tiene la llave de la ubre nutriz. No sé si me explico.

El Sr. Arzobispo-Cardenal de Sevilla estrenó (bueno, él no cantó ni tocó ni bailó, sino que "celebró") la "misa de la alegría" hace unos meses. Se repartieron entradas etc. y se llenó la Catedral. La Catedral - nuestra Catedral - que pautó músicas de Guerrero, Morales, Correa de Arauxo, Ortiz y otros óptimos del siglo de Oro, se solaza ahora con rumbitas rocieras y salsa guadalquivireña. A Don Hilarión Eslava le dicen en su tiempo lo que se iba a cantar en la Magna Hispalensis siglo y medio después, y se le pone el pulso con pálpitos de semicorcheas en compás binario, por decir algo.

¿Efectos más graves y serios de las "misas de la alegría" y otras por el estilo? Sí, lamentablemente: La banalización del Culto y la Liturgia, cosas sagradas que merecen el respeto que no se les da por quienes están obligados a dárselo. Si una misa en vez de a misa suena a caseta de feria o a baile de verbena en la plaza de pueblo, la acción/celebración sagrada se degrada tanto como después se nota. En consecuencia, la gente también trivializa la fe y elabora pobres y equívocos conceptos (vuelvo a remitir a las palabras de los artistas que recogen la prensa sevillana y la zaragozana) muy poco católicos.

En resumen, otra patente prueba de "popularización" desde medios que buscan ansiosamente popularidad. Y no es eso. Ni esos son los medios.

Esto podría entenderse como una coda de los de Schönborn, como decía al principio. A mí me afecta más porque Viena está junto al Danubio y esto de aquí pasa aquí, en la corriente del Guadalquivir (y a orillas del Ebro).


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