Este prelado de la foto no sé si sufrirá realmente la demencia que aparenta su inquietante rostro, pero, cuerdo o chiflado, la realidad supera a la suposición. Es un peligroso elemento, otro más, dentro de la Iglesia, nada más y nada menos que abad de la histórica y muy influyente abadía suiza de Einsiedeln, un importante centro monástico y devocional, referente para todo el mundo católico alemán.
Cualquiera bien pensado supondría que una abadía semejante tendría como abad mitrado a un grave monje, sólido en doctrina y virtudes monásticas. Pero el abad de Einsiedeln, Dom Martin Werlen, es un radical neo-modernista de la peor clase e influencia. Hace unos meses, en Noviembre, publicó un opúsculo-folleto titulado 'Miteinander die Glut unter der Asche entdecken' (Descubrir juntos las brasas encendidas bajo las cenizas), cuyo título le fue inspirado por una frase del difunto y polémico Cardenal Carlo Mª Martini. El muy equívoco Cardenal se refería a la decrepitud actual de la Iglesia Católica, que veía como un triste montón de cenizas, pero debajo de las cenizas, decía, existía un rescoldo encendido que había que avivar.
Obviamente, Martini no atribuía la consunción de la Iglesia al efecto devastador del post-concilio, esos 50 años de derrumbe, decadencia y crisis generalizada enmascarada con entusiasmo jubilar y juanpablismo triunfalista. Martini veía las consecuencias, las lamentaba (?) pero no descubría ni denunciaba la verdadera etiología del mal. Y he aquí que el bravo abad de Einsiedeln, en su opúsculo-folleto, se lanza a recetar remedios para que el rescoldo bajo las cenizas se reavive y se convierta en una gran y ardiente hoguera. Lo que hace falta es:
- mujeres al poder en la Iglesia
- revisión, discusión y replanteamiento del celibato sacerdotal
- elección de los obispos por laicos y sacerdotes en cada diócesis
- comunión para los divorciados
- entrada en el Colegio Cardenalicio de jóvenes y mujeres, laicos, que se renovarían por periodos de 5 años, para que así el Papa esté al día y disponga, a través de ellos, de contactos directos con la actualidad social-eclesial.
Y así, toda una serie de propuestas que superan incluso al vanguardismo terrorista des-católico de la pfarrer-iniziative de los curas austriacos, en sintonía con las reivindicaciones de las comunidades de base y células radicales del movimiento contra-católico 'Somos Iglesia', todos muy activos en las diócesis y los medios católicos (?) de Alemania-Austria-Suiza.
Cuando se publicó el folleto del abad Werlen, los primeros en denunciarlo y clamar públicamente fueron los miembros de la FSSPX, uno de cuyos representantes, el abate Alain Lorans, llamó 'benedictino pirómano' al abad de Einsiedeln en un artículo-editorial de Dici (ver aquí el artículo del abbé Lorans; y aquí y aquí algunos ecos del artículo de Lorans en otros medios).
En los medios hispanos, el órgano oficioso del des-catolicismo español, la web ReligionDigital, publicaba esta mañana un artículo sobre el abad de Einsiedeln y sus propuestas incendiarias: El Abad de Einsiedeln pide "reformas urgentes" en la Iglesia católica ; léanlo, porque informa muy bien (la perversa intención de ReligionDigital no desmerece que sea una de las mejores páginas de información religiosa que se publican en español).
La impresión que todo esto produce es que estamos asistiendo, golpe a golpe, a la confirmación de un cisma de facto. Cualquiera con un mínimo sentido y consciencia católicos sabe que la comunión de fe-doctrina-sacramentos-moral se ha roto y apenas existen vínculos que mantengan una identidad católica. Alemania-Austria-Suiza están a punto de re-editar el caso de Holanda-Dinamarca, donde la Iglesia Católica no existe de hecho, aunque mantenga nombre y estructuras canónico-pastorales que disimulan la debacle del catolicismo en aquellas diócesis.
Parece ser, existen datos, que Benedicto XVI es especialmente sensible al problema, por cuanto le afecta personalmente. Por otra parte, algunos nombramientos que se suponen muy 'ratzingerianos' - como los de Müller para prefecto de Doctrina de la Fe, o Koch de presidente del Consejo para la Unidad de los Cristianos - se refieren a prelados que provienen de ese medio eclesiástico germano, tan descompuesto. ¿El Papa - como recientemente a su secretario Mons. Gänswein - los llama para preparar/emprender una sanación efectiva de la jerarquía alemana? ¿A corto plazo, a largo plazo?
Pero mientras esto sucede (si llega a suceder) ¿qué se hace con prelados como el Abad Martin Werlen de Einsiedeln? ¿Nadie le manda callar? ¿Ninguno pide una sanción canónica para él? ¿Sólo claman y denuncian desde la FSSPX? ¿Es porque los jerarcas germanos juzgan oportunas las propuestas del abad de Einsiedeln? ¿Las comparten, acaso? ¿O las encuentran inofensivas, quizà?
Lorans pone el dedo en la llaga y diagnostica muy bien: Es Hans Küng y su nefasta obra lo que late en el fondo de la locura incendiaria del abad Werlen.
Sería tan chocante como paradójico que el pontificado de Benedicto XVI Ratzinger quedara finalmente marcado y emponzoñado por el aguijón de su viejo antagonista Küng.
La cuestión más inquetante es saber si seguirán los lobos actuando impunemente dentro del redil.
¿Hasta cuándo?
+T.