martes, 19 de enero de 2010

Un milagro que no puede Juan Pablo II y que sí alcanza Pio XII


Esta mañana, un amigo italiano me mandaba por facebook el enlace de la noticia, que ha causado sensación por toda Italia: Un milagro que no puede Juan Pablo II y que sí alcanza Pio XII. Aunque algunos blogs lo han comentado ya, yo también quiero comentarlo (apuesto que no coincidimos en el comentario).

Es uno de estos episodios italianos-italianos, de la Italia católica profunda que sorprende siempre por su riquisima expresividad religiosa, catolicismo con vida y con escenas dificilmente parangonables en otros sitios que no sean Italia. En resumen, los hechos son estos:

En Abril del año 2005, pocos días después del óbito de Juan Pablo II, se le diagnostica una gravísima afección tumoral a una joven madre gestante, un agresivo linfoma de Burkitt con síntomas de metástasis. Su marido, conmocionado, se pone en oración encomendándose al recien desaparecido Juan Pablo II. Al poco, una noche tiene un sueño y ve claramente al Papa Juan Pablo II que le le habla (lo cuenta el mismo protagonista):


- “Aveva il volto serio. Mi disse: - ‘’Io non posso fare niente, dovete pregare quest’altro sacerdote…'’ Mi mostrò l’immagine di un prete smilzo, alto, magro. Io non lo riconobbi, non sapevo chi fosse”
- “Tenía el rostro serio. Me dijo: -"Yo no puedo hacer nada, debeis rezar a este otro sacerdote…” Me mostró la imagen de un cura enjuto, alto, delgado. Yo no lo reconocí, no sabía quién era”.
El joven se despertó turbado y ansioso, pero sin poder identificar al sacerdote que le había indicado el Papa Wojtyla. Pocos días después de tener aquel sueño, estaba mirando distraído una revista y en una de las páginas encontró una fotografía del joven Eugenio Pacelli, el futuro Papa Pio XII. Inmediatamente le identificó con el sacerdote que Juan Pablo II le había enseñado en el sueño. Se puso en contacto con familiares y amigos y comenzaron una cadena de oración encomendando al Papa Pio XII la curación de su esposa, y la joven curó repentinamente.

El caso fué tan impactante que los mismos médicos que atendian a la enferma abrieron un expediente por posible error en el diagnóstico. Pero las analíticas confirmaron que las pruebas realizadas eran absolutamente fiables y ciertas, asegurando el gravísmo diagnóstico del linfoma cancerígeno, a la vez que cerificaban la desaparición total del tumor maligno. La mujer quedó sana, gestó normalmente a su hijo, el tercero, y dio a luz al niño satisfactoriamente. Pasados unos meses, el matrimonio comunicó su caso al Vaticano. En su Diócesis de Sorrento-Castellammare se instruye el informe canónico que pasará, después de las formalidades canónicas prescritas, a la Santa Sede, para adjuntar el informe del milagro a la causa del Venerable Pio XII.

Y esta es la historia. Como prediqué el Domingo pasado, a propósito del Milagro de Caná, estas cosas sirven para confirmar las fe de los creyentes y suscitar la fe en los hombres de buena voluntad; para los obtusos cerrados a la gracia, ofuscados en la negación de Dios, los milagros no surten efecto, al contrario: Se ensoberbecen más y se ratifican en su contumacia, protervos, ciegos que no quieren ver la luz.

¿Comentarios? !Oh! ¡Yes! Muchos, tantas ocurrencias que se me vienen a la cabeza y que les expongo en comentario de rebotica, de mesa de camilla, de sacristía, sin más teologías ni cientifismos ni averiguaciones canónicas, sólo a golpe de ocurrencia neta y viva como chispazos:

Primum: Que qué alegría que Pacelli quede por delante de Wojtyla, a tal señor tal honor y a cada uno lo suyo. Pero es que este particular me da tanto contento, tanto, que ustedes no se pueden imaginar.

Secundum: Que por qué será que lo que no puede Wojtyla sí lo puede Pacelli…

Y no sigo porque verán ustedes que este cotilleo de beaterío puntilloso-quisquilloso puede terminar sui géneris, si me explico. Conque quede ahí y dicho queda.

Ahora más en serio (y espero que ustedes, los que tienen/tengan el buen el gusto de leerme y siguen/sigan este blog, vayan distinguiendo sapientemente tonos de broma/ironía/scherzo de otros más graves y ponderados (siendo todos muy “serios", conste)); más en serio, decía, hay que entender los hechos recientes sobre los particulares tal y como los ha ido publicando, en estos últimos meses, el Vaticano, pues en el Vaticano no dan puntada sin hilo, y este admirable y sabroso milagro parece ser el hilo de:

- la vuelta a la luz de la causa de Pio XII

- el interés de la Santa Sede en publicar documentos y testimonios de la irrepochable y admirable actitud de Pio XII tocante a la shoah, probando (hasta dónde se puede) la falsedad de calumnias y campañas en su contra

- la declaración de “venerables", juntamente, de Pio XII Pacelli y Juan Pablo II Wojtyla

- el que este caso salga a la prensa y se publique por uno de los más estimados “vaticanistas” del momento, Andrea Tornelli (dos dias después de la visita de Benedicto XVI a la Sinagoga de Roma, detalle también digno de tenerse en cuenta).

Porque parece ser que sea el mismísimo Benedicto XVI el que está marcando pautadamente, prudentemente, con todo tino “pastoral", esta justísima reactivacion de la causa de pio XII, tan grande como Papa, tan santo como sacerdote.

Que este es otro detalle que quiero resaltar: SACERDOTE. Si ustedes no lo han advertido, es lo que le dice Juan Pablo II al joven, en el sueño: -"…debeis rezar a ESTE OTRO SACERDOTE…” ¿Me siguen ustedes? No dice “este otro Papa"; ni dice “este otro obispo"; sino que dice “…ESTE OTRO SACERDOTE”; es decir, que antes y por encima de todo, Juan Pablo II y Pio XII (glorificados? los dos) se reconocen y presentan, uno y otro, como SACERDOTES. Ni más ni menos.


Señoras y señores míos, amigos y demás, indiscretos e indiscretas, prójimos y prójimas de toda clase y voluntad que pasais por esta esquina bloggera, ustedes todos los que sean: ¿Entienden ustedes, pios y pias, impios e impías??? Pues eso:

¡Que grandeza será ser SACERDOTE cuando dos Papas caminos de los altares, aparecen en sueños, hacen milagros, y se presentan como SACERDOTES!!!

Ea. Pues eso era. Espero que las palabras del artículo-testimonio del Tornelli sean tal cuales las pone, las mismas que escuchó el joven marido italiano; si no me dejan en un apuro, ustedes comprenderán.

Pero es que estoy en-can-ta-do con el “milagro”, que parece sacado de las Fioretti de un Santo del siglo catapúm. Así, así me gustan a mí estas cosas: Un milagro-milagro con “historia” y con “mensaje", sueños, apariciones, dos Papas, una curación…Todo eso.

En honra y gloria de Cristo y de sus siervos Pio-Eugenio y JuanPablo-Carol, SACERDORTES.

¡Amen!


+T.