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lunes, 13 de marzo de 2017

Cuarto Año Franciscal

 
Me da cierta aprensión releer, ni siquiera citar, los articuletes que publicamos en Ex Orbe hace cuatro años, cuando aquella primera salida al balcón de la Loggia delle Benedizioni fue el augurio de los malos tiempos que padecemos. Me da miedo recordar porque todos los presagios se van realizando, pian piano.

El misterio de la Iglesia vive encarnado en personas, que si son santos santifican, si son pecadores, empecatan y si son confundidos, confunden. Nuestra Jerarquía, con diversos grados de afectación, son en gran parte, aquellos clérigos ilusionados con el Vat.2º que se perturbaron con la confusión del postconcilio y mantuvieron su espejismo. Después entendieron el voluntarismo entusiasta de JPII (el Magno) como una amenaza, sin comprender que fue, solamente, la resaca de la exaltación vaticanosecundista, tan efímera; aunque los años del Papa Wojtyla fueron tantos, todo concluyó con el estallido del 'santo súbito', dejando tras de sí un episcopado perplejo por el shock de la post-modernidad, sin más horizonte pastoral que el de un próximo jubileo, otra jmj, u otro año temático neo-misional.

La vis crítica y quasi-revisionista que despuntó en el pontificado de Benedicto XVI fue débil, minoritaria, falta de la mano fuerte de un líder que necesitaba ser no sólo inteligente, sabio y prudente, sino también determinado, firme, resistente, templado como el acero y resonante como el bronce. Si fue vencido por la conspiración, la maniobra turbia se trenzó con venas degeneradas y con otras crines bien dirigidas y determinadas. El conclave, precedido por la patética renuncia del Papa, fue el alambique donde se puso ebullición un complejo descontento que, contra toda razón, eligió bajo el embelesado efecto de un nuevo entusiasmo. En la Sixtina, la resaca de Vat2º no se había disipado.

Cuatro años de confusión son muchos. La distancia con los años de Juan Pablo II y los de Benedicto XVI se ha hecho muy notable, tanto como si hubiérase consumido una época y hubiésemos despertado, no al país de las maravillas del Tertio Millenio Adveniente, sino a la penosa realidad del 2013 y ss.

Este nuevo mundo tiene líderes populares, es decir, vulgares. A algunos les cuesta entrever la paradójica lógica de contrafiguras de un Franciscus en el Vaticano y un Trump en la White House; o de un Felipe & Leticia en la Zarzuela, un Podemos en las Cortes, un Putin en el Kremlim, el Isis en Oriente Próximo y China en todos sitios.

En la Iglesia también tenemos de todo, un mosaico, muchas piezas fragmentadas, des-organizadas, a lo sumo alentadas sólo por el humo de aquella fumata de PP Franciscus, hace cuatro años, que todavía se mantiene en el ambiente, pero es sólo humo.

Si despeja y no se enlaza con la fumata que venga, para la regeneración no se necesitará abrir más ventanas. El remedio es el que siempre fue: Sanctitas, virtus cápite et in membris.

Porque aquel fatídico humo de Satanás que conturbó a Pablo VI sólo puede ser disipado, ventilado y purificado por el incienso sagrado del Sacrificio.

Tu, autem, Dómine, miserere nobis !


+T.

viernes, 8 de abril de 2016

325 párrafos...para despistar

De lo que se podía esperar (o temer) del Sínodo de la Familia hemos comentado en ExOrbe desde que comenzó el pasteleo, con el brujo Kasper calentando la retorta para destilar el sublimado final, otra vez una obra maestra del alambique vaticanosecundista, con los antiguos aprendices de brujo, aquellos monosabios de cuando el concilio, hace medio siglo, hoy convertidos en pérfidos Frankensteins del nuevo engendro.

El documento francisquista será la guinda del pastel. Se sabe ya que son trescientosveinticinco parágrafos para encubrir/disfrazar/disimular lo que desde el principio se tuvo la intención de decir y hacer. Los 325 párrafos son la cobertura, capas concéntricas de característico género eclesiástico recubriendo la pildorita central, un recurso que se hizo célebre en algunos de los más famosos hitos del V2º.

El lema que ambienta, introduce y explica resumidamente el quid de la cuestión será, mas o menos, algo así: Se mantiene la doctrina, se adapta la praxis. La praxis pastoral, es decir; siendo la pastoralidad una esencia tan maleable, tan manejable para ser hervida en la retorta de turno.

Y así pasará a la historia todo lo del sínodo. No se intentará siquiera la sanación para la muy gravemente enferma familia católica, solamente se declarará con la hojarasca de los 325 párrafos que la Iglesia se rinde en la batalla de la familia y adopta los modos y las modas de la modernidad.

¿A qué precio? Seguramente, más o menos, sobre unas treinta monedas.

...Es la cantidad tasada para este tipo de convenios.


+T.

martes, 2 de febrero de 2016

El problema de los consagrados

La crisis irresoluta y crónica del post-concilio es la descomposición de las congregaciones religiosas católicas. Si la efectividad de Trento y la re-sanación post-tridentina no se entienden sin la acción-misión-santificación de las órdenes y congregaciones religiosas, ya nuevas, ya renovadas, la grave crisis del catolicismo post-vaticanosegundo tiene su etiología en el desconcierto de la vida consagrada y, muy en particular, de las grandes congregaciones y órdenes religiosas.

Cincuenta años después de la 'revolución' que minó las estructuras eclesiales, aun no hay nadie en la Iglesia con consciencia (o valor) suficiente para clamar un 'j'accuse' y pedir rectificaciones firmes, o, simplemente, arrepentimiento y penitencia, reconocimiento de errores y propósitos claros de enmienda.

PP Franciscus, que, por edad y procedencia, está empapado de las formas del vaticanosecundismo, ha hablado hoy a los religiosos católicos, frailes y monjas, con un lenguaje que repite todos los tópicos mil veces oídos durante estos cincuenta años de decadencia y degeneración:

"Nuestros fundadores estuvieron movidos por el Espíritu y no tuvieron miedo de ensuciarse las manos con la vida cotidiana, con los problemas de la gente, recorriendo con valor las periferias geográficas y existenciales”
(ver resumen aquí).

¿Qué quiere decir ese mensaje manidamente desafiante y revolucionarista? ¿Acaso no suena a empecinarse en las mismas tendencias, líneas, proyectos, 'opciones'  y 'desafíos' que han sido el cáncer de las órdenes y congregaciones religiosas poseídas por ese enfebrecedor y delirante 'espíritu del concilio', el 'espíritu' que ha arruinado la vida religiosa católica hasta debilitarla de forma quasi irrecuperable, en muchos casos?

Lo más inquietante es sospechar que 'periferia' es la traducción francisquista del inmanentismo que se vuelca al mundo alejándose del centro, del eje que es Cristo Dios.

En tiempos de crisis profundas, la historia de la Iglesia enseña que el Espíritu no divaga en periferias, sino que llama y convoca a lo esencial perdido. El Espíritu no dispersa, ni revoluciona, ni chapotea en el cieno: Saca del barro, levanta del polvo, limpia y purifica el corazón para que nuestros ojos puedan ver a Dios.


+T.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Nostra Aetate. Nuestro error.

En cincuenta años, Nostra Aetate es un documento superado por las palabras, los hechos y los derechos. Hoy sería imposible redactar un texto así, que 'declara' verdades que la corrección política actual jamás aprobaría. Aunque Nostra Aetate fue el imprudente comienzo de este descompensado itinerario que nos condujo a Asís (1 y 2) y que sigue promiscuando la Fe con el error.

En la audiencia papal de esta mañana, PP Franciscus no ha bendecido los crucifijos, rosarios, medallas y objetos piadosos de los fieles para no molestar a los infieles presentes. Antes había pronunciado estas palabras:

"...Con este importante documento, la Iglesia manifestaba su aprecio y estima por los creyentes de todas las religiones y todo lo que de bueno y de hermoso hay en ellas. En estos últimos años han sido numerosas las iniciativas, las relaciones institucionales o personales con las religiones no cristianas, encaminadas a promover la amistad y la unión entre los hombres. El Señor desea que todos los hombres se reconozcan hermanos y vivan como tales, formando la gran familia humana en la armonía de la diversidad.

El mundo nos mira a nosotros los creyentes, nos llama a colaborar entre nosotros y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que no profesan alguna religión. Es importante continuar con un diálogo interreligioso abierto y respetuoso, que ayude a conocerse más y afrontar juntos muchos de los problemas que afligen a la humanidad, como el servicio a los pobres, a los excluidos, a los ancianos, la acogida a los emigrantes, el cuidado de la creación, así como asegurar a todas las personas una vida más digna.

Debemos dejar un mundo mejor de cómo lo hemos encontrado. Y para favorecer este diálogo lo más importante que podemos hacer es rezar. Cada uno rece según la propria religiòn. Con el Señor todo es posible."


Todo es posible para el que tiene fe, debemos decir, Fe en el Dios verdadero y en Jesucristo, su Hijo, Señor nuestro.

Porque lo que Dios quiere ¿qué es? ¿Esa retahíla filantrópica tópica del discurso panreligioso de PP Franciscus?

Jn 6, 40 : La voluntad de mi Padre , que me envió, es esta: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna , y yo lo resucitaré en el último día.

Anómalamente, estamos 'celebrando' los 50 años de un desvío, de un error, que nos ha conducido a profesar el indiferentismo más letal.

Tu autem, Dómine, miserere !


+T.

jueves, 8 de octubre de 2015

Aprensiones sobre el Sinodo



Quienes recelamos de los autores y actores del Sínodo, nos preguntamos si las polémicas propuestas de Kasper & cía no serán el señuelo para distraer la atención mientras tanto se cuelan otros temas en el Sínodo. Temas que con sólo ser sacados a colación /exposición /discusión, por lo menos ya tendrían una 'presencia' que luego podría citarse como un hecho a estudiar /tratar /solucionar con más atención, dotándole así de más entidad, más allá de la que ahora no tiene. Por ejemplo, ese arzobispo canadiense que ha sacado la cuestión de la admisión de las mujeres al diaconado. ¿Se refiere PP Franciscus este tipo de cuestiones cuando en estos últimos días ha insistido en la 'apertura' del Sínodo, que no sea una asamblea 'cerrada'?

Con el mismo sentimiento aprensivo, nos preguntamos si no serán cebos en anzuelos para que piquen, cedan y pacten. Como un fino-florentino cambalache de callarnos nosotros esto si vosotros consentís aquello. Y se cambalachea, y se pastelea...y al final se elabora una pasta fina que se amoldará suavemente satisfaciendo a timoratos vencidos y aprovechando a intrépidos vencedores, que al fin lograrán lo pretendido.

Cuando he dicho lo del arzobispo canadiense ese, el pro-diaconisas, se me ha venido a la cabeza otro ocurrente canadiense, el célebre Léger, abanderado de las vanguardias cardenalicias vaticanosecundistas, y con él, en ristra, quasi he visionado la formidable tropa de los Liénart, Frings, Alfrink, Suenens. König, Bea, Lercaro...¿No parece un dejá vú? Me refiero al Sínodo y a sus maniobrantes hodiernos, epígonos y émulos de aquellos.

Y los 11 Cardenales tan aireados como los intransigentes también parecen un remake del Coetus Patrum, inocentes ellos, que a pesar de sus resistencias y cautelas se quedaron cortos y no intuyeron en toda su potencia catastrófica el tsunami devastador del post-concilio y el vendaval arramblante del espíritu del concilio.

Pues con estas aprensiones estamos, temiendo lo que se pueda estar cociendo y aun no ha salido. O el pasteleo que se esté amasando y aun no se ha destapado. O el cambalache que se esté pactando hoy y será la pesadilla de mañana y pasado mañana.

Porque, como decíamos in principio, no nos fiamos de autores y actores sinodales.

Y tenemos razones para nuestra aprensión.

Corolario:

Durocher, el canadiense pro-diaconisas

Habla el Arzobispo de Brisbane

Y el Prepósito Nicolás




+T.

sábado, 11 de abril de 2015

La bula misericordiadora

 
El nombre de la bula es muy bueno, Misericordiae Vultus. El texto de la bula, un dechado francisquista, muy largo, con cierta impresión de desorden en la exposición. Un documento francisquista, ya digo (leer aquí).

Me afecta la insistencia triunfalista vaticanosecundista.

Me inquieta la ausencia de un mea culpa post-vaticanosecundista, amplio, profundo y sincero.

Detecto la vuelta del optimismo entusiasmado y entusiasmante del juanpablismo.

Me preocupan los pormenores y particulares anunciados/esbozados, a falta de concreciones y disposiciones prácticas.

Me revuelve la atrabilis católico-consciente el estrambote con la mención de judíos y mahometanos más la invitación a simpatizar con paganismos, como si la misericordia fuera compatible con el error religioso y el jubileo suspendiera la práctica de las obras de misericordia espirituales: -Enseñar al que no sabe. -Corregir al que yerra. -Dar buen consejo al que lo necesita.

Oremus etiam, pro fructibus iubilaei, fratres.

p.s. Por cierto, en la web del Vaticano el texto de la bula está disponible en Alemán - Árabe - Español - Francés - Inglés - Italiano - Polaco - Portugués...pero no en latín (salvo el título Misericordiae Vultus).


+T.

viernes, 3 de abril de 2015

Sobre nuestra perdida 'Misa de Presantificados'

Un querido amigo me martillea de vez en cuando recordándome la lamentabilísima reforma litúrgica de la Semana Santa perpetrada bajo (¡ay!) mi venerado Pio XII (Noviembre de 1955). Fue el primer capítulo de la ruina litúrgica que advendría después, bajo Pablo VI. Tal día como hoy, un 3 de Abril de 1969 (aquel año fue Jueves Santo), el Papa Montini firmaba la constitución apostólica Missale Romanum, que entraría en vigor el 1er. Domingo de Adviento de aquel mismo año. En la Const. Ap. Missale Romanum, Pablo VI decía: "...Primo passo di tale riforma è stata l'opera del Nostro Predecessore Pio XII con la riforma della Veglia Pasquale e del Rito della Settimana Santa, che costituì il primo passο dell'adattamento del Messale Romano alla mentalità contemporanea."

De aquella reforma de la Semana Santa se lamentan muchas cosas, pérdidas de tradiciones y de ritos católico-romanos que preludiaron la debacle subsiguiente. De entre las supresiones, la mayor fue la de la Misa de Presantificados, una parte de la liturgia del Viernes Santo, un rito ancestral vinculado al mismísimo San Gregorio Magno que - ¡oh paradoja! - se ha conservado como rito entre los ortodoxos greco-bizantinos, que lo practican durante la Cuaresma, los Miércoles y los Viernes (antiguamente también en la liturgia católico-romana, como recordaban los viejos catecismos).

La tradición ortodoxa explica que fue San Gregorio Magno, en la época en que estuvo de apocrisario en Constantinopla (ca. 579-586), quien introdujo entre los bizantinos el rito romano de los presantificados. En sustancia, la liturgia imita una Misa en la que no hay consagración porque se comulga con la Eucaristía consagrada el Domingo de Cuaresma anterior, reservándose el Sacramento ('presantificados') para la comunión que se administra en las liturgias del Miércoles y Viernes (dos antiquísimos días penitenciales). Así, la 'Misa de Presantificados' del Viernes Santo, tal y como se celebró hasta la reforma de la Semana Santa de 1955, entroncaba con la más antigua tradición litúrgica católico-romana y se vinculaba a figuras venerables de la época de los Santos Padres. Además era un patente vínculo litúrgico co-idéntico entre las muy distintas tradiciones litúrgicas de Roma y Bizancio.

Hace unas semanas, el predicador pontificio fr. Rainiero Cantalamessa, en una prédica cuaresmal al Papa y la Curia, dando lecciones y brindis de ecumenismo y unidad, durante el fervorín dijo cosas como esta:

"...Dado que creemos que la venerable y antigua tradición de las Iglesias Orientales forma parte integrante del patrimonio de la Iglesia de Cristo, la primera necesidad que tienen los católicos consiste en conocerla para poderse alimentar de ella y favorecer, cada uno en la medida de sus posibilidades, el proceso de la unidad (...) es hora de invertir y dejar de insistir obsesivamente en las diferencias – que a veces se basan en una deformación del pensamiento del otro– y en su lugar juntar lo que tenemos en común y nos une en una única fe."
.
Lamentablemente ninguno de los asistentes clamó -¡MENTIRA!. Mentira enorme puesto que, como estoy contando, el pre-concilio y el post-concilio se encargaron de eliminar todos los signos, ritos, ceremonias y liturgias que mantenían concomitancias, incluso identidades, entre las tradiciones cúlticas de católicos y ortodoxos. Como por ejemplo aquella 'Misa de Presantificados' del Viernes Santo, de tradición romana-gregoriana, desaparecida para los católicos romanos y conservada como un tesoro de piedad entre los ortodoxos.

Un amigo francés que ha estado asistiendo todos los Miércoles y Viernes a la Liturgia de los Dones Presantificados en una de las iglesias ortodoxas de París, me comentó que es relativamente frecuente que los sacerdotes franceses que celebran la Misa Tradicional usen el Viernes Santo el Misal antiguo anterior a la reforma de la Semana Santa de Pio XII, con la 'Misa de Presantificados'.


El ecumenicismo vaticanosecundista sacrificó ritos católicos ancestrales porque el modelo de liturgia que se pretendía, ya desde la pervertida reforma promovida por el movimiento litúrgico, no era el tradicional católico-ortodoxo, sino aquel otro que simpatizaba con elementos y esquemas de la reforma protestante.

No lo reconocerán, pero estamos más lejos de los ortodoxos y orientales que antes del Vat. 2º: Las degeneraciones litúrgicas promovidas desde el post-concilio nos separan más de la lex orandi/credendi de las Iglesias Orientales.

Nuestra antigua y suprimida Misa de Presantificados del Viernes Santo lo testimonia.

p.s. Se me ocurre (seguro que también a otros católicos conscientes) que la existencia simultánea entre los greco-bizantinos de tres ritos-tradiciones litúrgicas (Liturgia de San Juan Crisóstomo, Liturgia de San Basilio Magno, Liturgia de los Presantificados de San Gregorio Magno) podría iluminar la convivencia práctica del Misal de San Pio V y el de Pablo VI, algo que parecía sugerirse en el m. p. Summorum Pontificum de Benedicto XVI...Aunque estemos hoy tan lejos de aquella 'primavera benedictina'.



+T.


jueves, 26 de febrero de 2015

La deriva germana

 
El catolicismo alemán ha sido una de las víctimas del ecumenismo vaticanosecundista. Después de varios siglos en los que lo católico fue constitutivo de una identidad social y cultural con firme fundamento doctrinal-moral, las proclividades ecuménicas han ido diluyendo el carácter del catolicismo alemán. Si lo mismo podría decirse de todo el catolicismo post-concilar en general, el caso alemán deja aflorar cierta sintomatología específica, con protagonistas bien definidos en el frente de la vanguardia des-católica, desde Rahner a Kasper.

Las recientes declaraciones del Cardenal de Münich, Reinhard Marx, parecen un eco de aquellos gravamina que precedieron a la crisis de la reforma luterana. El voluminoso prelado, uno de los más notables de la camarilla francisquista de los 9, ha advertido que Alemania no es una sucursal de Roma: "No somos una filial de Roma, y ningún sínodo nos va decir lo que tenemos que hacer aquí". Si no está declarando la guerra, por lo menos está advirtiendo en un tono que es quasi una amenaza formal. (Sobre lo mismo, otro artículo en inglés, más extenso).

Con la reciente visita de la canciller Ángela Merkel a PP Franciscus y las noticias sobre el muy importante patrimonio de las diócesis alemanas, las palabras del voluminoso Marx adquieren más peso y resonancia.

¿A quien advierte Marx? A Roma, sí, está claro. Pero ¿a favor o en contra de Francisco? Quedando cada vez más patente la resolución francisquista de conducir el sínodo en la dirección de Kasper, si todo estuviera resuelto, ¿a qué la bravata de Marx? Pues aunque se sobreentienda que habla de los asuntos del Sínodo de la Familia, también pudiera haber implícita una declaración de 'sinodalidad' germana marcando, en todo y para todo, distancias respecto a Roma, no sólo la Curia sino también el Papa. Aunque el Papa sea Franciscus...¿O porque el Papa es Franciscus?

Lo peor es que según la oleada neovaticanosecundista que nos agita, todo lo dicho por el grueso cardenal bávaro, sea advertencia, sea amenaza, todo eso y más cabe (o podría caber) en los conceptos neoeclesiológicos que se extractan (o se pueden extractar) del V2º.

Cuando se escriba la historia de Benedicto XVI, el capítulo de sus críticas/agónicas relaciones con la jerarquía de su patria germana será uno de los más interesantes y traumáticos. No me cabe duda.


+T.

jueves, 26 de junio de 2014

Desorientaciones magisteriales(?). El instrumentum terroris del Sínodo de la Familia




Cada vez que se avanza algún pormenor del próximo Sínodo sobre la Familia, crecen las aprensiones entre los católicos conscientes, ya alertados (alarmados!) por la labor pre-sinodal de Kasper y su lobby. La presentación del instrumentum laboris sinodal, confirma nuestros nefastos augurios, adelantándonos que todo lo que sea que vaya a ser el primer sínodo francisquista, ya está fraguado, listo solamente para la presentación, formal discusión, aprobación y publicación.

Aunque se diga que insista en negarlo y nos lo pinten del color del arcoíris (para que cada cual escoja el color de su cristal visor), lo que postula Kasper, ya está concedido. Se disimulará con tecnicismos canonicistas-pastoralistas, pero se concederá y articulará una praxis sacramental permisiva (excusativa?) para los incursos en desórdenes matrimoniales post-divorcio.

Los sínodos (el Sínodo de los Obispos) se concibieron, en cierto sentido, como una prolongación del Concilio, un ejercicio de la colegialidad y una actualización revisada de las directrices del Vaticano IIº. La sintonía conciliar-sinodal es tanta, que hasta repiten idénticas formulaciones: Dicen a propósito del instrumentum laboris (y el documento sinodal posterior, claro) que "se trata de un documento pastoral, no doctrinal; no se cambian las ideas, sino la manera de afrontar las situaciones delicadas". Se mantiene aquella equívoca anfibología que denunciaba el maestro Romano Amerio. Por ejemplo, sobre el gravísimo tema de la homosexualidad se dice (y se des-dice) esto:
"...No existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. No obstante, los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión, delicadeza. Se evitará respecto a ellos todo signo de discriminación injusta..."

El esquema táctico es el ya archi-manido enunciado que condena en la primera parte y aprueba/concede en la segunda, un ejercicio de exquisita perfidia retórica que se consagró, passim, en quasi todos los documentos conciliares vaticanosecundistas.

Obsérvese, por otra parte, que la cita del instrumentum laboris sigue la línea que quedó fijada en el Catecismo de la Iglesia Católica: En los puntos tocantes al pecado contra sextum, la práctica homosexual no figura en la enumeración de los pecados titulados como 'ofensa de la castidad' (lujuria, masturbación, fornicación, pornografía, prostitución y violación), sino que aparece bajo un epígrafe distinto titulado 'Castidad y homosexualidad', otro ejemplo de la equivocidad textual a la que aludí más arriba: Un primer párrafo recoge la condena constatable en citas de la Sagrada Escritura, considerándolos pecados contra-natura, para, seguidamente, declarar:

"Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición."

cfr. C.I.C. nn. 2351-2356 y 2357-2359

El instrumentum laboris del sínodo se expresa con las mismas palabras que el Catecismo: " ...los hombres y las mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión, delicadeza. Se evitará respecto a ellos todo signo de discriminacion injusta".

El trabajo (la sensible apertura a los afectados) ya ocurrió en tiempos del Santo Wojtyla. Ahora, los hombres de PP Franciscus, sólo avanzan un paso más, otro nuevo jalón. Lo que pueda seguir es tan dantesco como se atreva uno a imaginar.

No me explico, sin embargo, cómo teniendo a toda la opinión a su favor, todos rendidos y entusiasmados, el mundo entero vitoreando y aplaudiendo, cómo no se atreven a, simple y llanamente, sancionar la caducidad de la Humanae Vitae, la Familiaris Consortio, la moral de Patriarcas, Profetas y Apóstoles, incluso proclamar out a la Sagrada Familia de Nazareth, mal-ejemplo, impolítcamente incorrecto, de no-modelo familiar.

Sería más breve y todos lo entenderían mejor (y aplaudirían más).

Aunque ya sabemos que es parte del juego el que no se enteren y sigan aplaudiendo, fascinados, mientras se acelera la ruína.

Tu autem, Domine, miserere.


+T.

domingo, 15 de junio de 2014

Nuestros 'hermanos'(?) del (otro) Oriente?

 
Un masón es un intrigante aprovechado a quién (además de los negocios) le va el morbo misterioso. Un masón es un snob del misterio que no cree en el Misterio pero es adicto a jugar a misterios. Como en todas estas fantocherías, a mayor tontería vana del adepto, más provecho del interesado incrédulo adepto. Es decir, que unos son porque son vainas, y otros están porque les conviene.

¿Qué clase de conveniencias puede interesar a un masón respecto a la Iglesia? Muchas y de variada clase, sin duda. Y a un (mal) clérigo, ¿qué intereses podrían llevarle a la masonería? Muchos también, todos malos. Aunque al fin, en uno y otro caso, todo se resuma en poder y poseer, dos sustantivos/infinitivos capaces de articular y conjugar quasi todas las aspiraciones terrenales y temporales.

Por ende, no es buen clérigo ni buen cristiano quien se mete en logias y se viste el ridículo mandil (o escarcea con ellas o simpatiza con quienes lo llevan). Aunque haberlos, húbolos y haylos. Véase la prueba, de hace un par de días:

Los masones celebran simposio sobre Vaticano II y actualidad de la Iglesia de PP Franciscus

Estos son los comparecientes-tertulianos:

Moderador:

MARCO POLITI, periodista


Intervienen:

ALBERTO MELLONI, de la Universidad de Modena-Reggio Emilia

MARINELLA PERRONI, del Pontificio Ateneo de San Anselmo, Roma

STEFANO BISI, Gran Maestro del Grande Oriente d’Italia

Se contará también con la presencia del periodista IGNAZIO INGRAO

Se habló y discutió, expresamente, de:

- PP Franciscus, predicador de un movimiento espiritual fundado en la humildad y la pobreza, predicador de una renovación espiritual en una Iglesia que parece haber perdido su centralidad en la vieja Europa pero que se re-descubre viva y fértil en 'sur del mundo'

- la actualización del Concilio Vaticano II en el curso de estos últimos 50 años de historia de la Iglesia, ha encontrado, por desgracia, obstáculos y dificultades. La Iglesia del guión ecuménico, extrovertida y abierta al mundo, dispuesta al diálogo y sensible a la simiente positiva de la modernidad, no siempre ha tenido una vida fácil. Temores, resistencias, miopías, han ralentizado la necesaria evolución. Muchas de las reformas incluidas en el orden del día del pontificado de Bergoglio re-envían a temas ya afrontados durante el Concilio: Desde la familia al rol de la mujer, desde el celibato de los sacerdotes a la 'pobreza' de la Iglesia

- estudiar el Concilio de ayer, nos ayuda a anticipar la Iglesia del mañana. PP Franciscus ha recogido el testigo de sus predecesores asumiendo el empeño firme y decidido de actualizar el Concilio. La Iglesia en diálogo proyectada hacia las periferias, como quiere el pontífice argentino, repropone el modelo que los padres conciliares deseaban realizar. Se abre así una estación nueva sobre tantos temas dejados en suspenso


(ver original italiano aquí)

Si han leído Uds. el programa del simposio masónico-conciliar y comparten con ExOrbe juicio, parecer y criterio, habránse confirmado en un par de ya viejas (para nosotros) impresiones:

1ª) que algo debió estar mal (o se entendió mal) en el Vat.2º (o del Vaticanosegundo) para que suscite entusiasmos tan enardecedores entre las filas de los masones (y otras especies afines)

2ª) que algo no funciona bien en la Iglesia si las perspectivas de una necesaria renovación se entiende entre gente de Iglesia (y agentes de disimulada anti-iglesia) como una re-programación del Concilio después de la constatación de 50 ruinosos años postconciliares

La tercera impresión es una cuestión inquietante a despejar, una actualísima aun no esclarecida cuestión: ¿Por qué, precisamente, PP Franciscus alienta (pasivamente (creemos)) estas turbadoras mociones entusiastas entre los menos católicos (e incluso reconocidos anti-católicos) mientras sume en graves perplejidades a los católicos más católicamente conscientes?

El recién celebrado simposio masónico-católico es un botón de muestra más entre muchos, todos del mismo o concomitante signo/tendencia.

No nos preocupamos por pusilánime hiponcondría: Estamos cada vez más alertas porque tememos que el daño conciliar se haya vuelto crónica afección...como un letal tumor con avanzada metástasis activa, passim.

Y tiene perversa gracia que el tratamiento recomendado (por los masones) sea una dosis masiva de la misma causa/etiología de la afección.

Ustedes perdonen el diagnóstico. No es fatalismo pesimista, sino análisis sintomatológico más que comprobable.

¿O no?


+T.

domingo, 11 de mayo de 2014

Btº Pablo VI


Mi padre le llamaba 'Pabloví', jugando con el numeral VI como si fuera la terminación del nombre con cierto soniquete de apellido ruso: 'Pablovich'. Mi padre no era beato papista; mi padre era católico y franquista, falangista nieto y sobrino de carlistas. Por eso se atrevía a meterse con el Papa, por ser católico sin complejos y detectar (sin profundidad ni distingos eruditos) las anomalías de Pablo VI, todo aquello que se hizo por obra y gracia del Papa Montini.

A mi madre no le hacia gracia que mi padre llamara Pabloví a Pablo VI, y cambiaba de conversación cuando la conversación derivaba en críticas al Papa. Mi madre no criticaba a Pablo VI, pero le tenía devoción a un sólo Papa, a Pio XII, cuyo busto de escayola tenía siempre a la vista, en mitad de la estantería de su salón; estaba especialmente encariñada con aquella figurita del Papa Pacelli.

Pablo VI fue el Papa de mi niñez y mi primera juventud. Le guardo ese afecto y respeto reverente porque fue el Papa que conocí, y con él aprendí a querer al Papa. De Pablo VI tengo muchos recuerdos, estampas, fotos, revistas, televisión, cosas del colegio de las MM Teatinas, del año de mi Primera Comunión y de cuando la Confirmación. Me acuerdo muy bien del secuestro de Aldo Moro y la súplica dramática de Pablo VI. En Agosto del '78, cuando murió, viví intensamente aquellas semanas históricas, los dos meses ocupados por la rápida enfermedad y desaparición del Papa Montini, el Cónclave, la elección y muerte de Juan Pablo I, el nuevo Cónclave y la llegada de Juan Pablo II.

Entonces (universitario, con diecisiete-dieciocho años) ya tenía un concepto muy crítico sobre Pablo VI, mucho más que el que tenía mi padre. Ahora, si me preguntan, digo que el de Pablo VI fue uno de los pontificados más ruinosos de la historia, el comienzo de la decadencia imparable que Juan Pablo II aceleró con el relumbrón excesivo y voluntarioso de su largo pontificado, en uno y otro caso, con el Vaticano II como referencia obsesiva, rellenando con decretos e iniciativas inspiradas en el concilio el vacío eclesial que iba evidenciando la crisis del catolicismo. La pantalla poderosa de la hipertrofia juanpablista ocultaba la decrepitud galopante de la Iglesia.

Los des-católicos que señalaban a Juan Pablo II como el involucionista polaco, no entendieron (o disimularon) que Wojtyla fue el gran activista del Vaticano II, en todos los sentidos. Todo lo que - a pesar de todo - había sobrevivido con cierta dignidad durante los años de Pablo VI (y me refiero muy especialmente a la dignidad del Papado, formal y esencialmente) periclitó durante los casi 30 años de Juan Pablo II, luces y sombras.

Concuerdo con quienes entienden estas urgidas y aceleradas beatificaciones y canonizaciones como una huida hacia adelante de quienes están empeñados en dejar atado y bien atado el Vaticano 2º, no sólo mediante la continua re-proclamación del concilio y la re-evocación de su 'espíritu', sino también con la exaltación de los Papas del Vaticano II, cuyos calamitosos pontificados se obvian y quedan en la cuneta a-crítica de la historia que no quiere enjuiciar, ni revisar, ni releer, ni hacer balance general, realista y sin 'mitoramas' del V2º y sus consecuencias.



Todo eso no empece para que mantenga un respeto cariñoso a Pablo VI, aunque nunca me lo haya imaginado en los altares. Cuando las causas de los Santos se tramitaban con rigor, antes de la lamentable reforma de Juan Pablo II, la causa de Pablo VI (y la de Juan Pablo II) ni siquiera se habría incoado, por no resistir ni el primer examen de rigor. Pablo VI no gozó de fama de santidad en vida, ni murió en olor de santidad.

Ahora, después de haber sabido que ya tienen fijada la fecha para la beatificación del muy patético (y hamletiano, según ciertos excéntricos mitómanos admiradores) Pablo VI Montini, me pregunto quién le seguirá, a quién más tendrán en la lista de los canonizables vaticanosecundistas. ¿A Lercaro? ¿A Bea? ¿A Suenens? ¿A Frings? ¿A Doepffner? ¿A Köenig, quizá?

Suponemos, con toda lógica y congruencia, que si han comulgado con la piedra de molino de la beatificación de Montini, es de temer que tendrán tragaderas para atreverse a canonizar hasta a Benelli, a Bugnini y (¡¡por qué no!!) a Monseñor Marcinkus.


Y todos antes que a Pio XII.


+T.

viernes, 21 de febrero de 2014

La idolatría del diálogo


La semana pasada, en la lectio continua del leccionario ferial del Misal (n.o.) se completaba la selección de textos del ciclo de David con la narración de los últimos años de Salomón, la caída idolátrica del rey sabio y la profecía de la división del reino. La historia de Salomón es de las más decepcionantes de toda la Sagrada Escritura, un caso de gracia in diminuendo (o de des-gracia in crescendo), con el lamentable decurso inverso desde la prudente juventud, la sabia madurez y el remate de la necia ancianidad:

"...Así, en la vejez de Salomón, sus mujeres les desviaron el corazón hacia otros dioses, y su corazón ya no perteneció íntegramente al Señor, su Dios, como el de su padre David. Salomón fue detrás de Astarté, la diosa de los sidonios, y detrás de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y no siguió plenamente al Señor, como lo había hecho su padre David. Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas. Y lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses."
cfr. IºRe 11, 1-10

Hay exegetas que enseñan que se puede rastrear un remoto eco crítico de la degeneración de Salomón en Gn 3. Explican que el relato de la caída acentúa el papel de la mujer en el proceso de la tentación y la inducción a la desobediencia y el pecado. Yo prefiero la lectura más ortodoxa que no discute la secuencia histórica de la composición de los textos, con la reflexión de que Gn 3 enseña/profetiza el prototipo del acto de pecado. Al respecto, puede destacarse que todo se desencadena con un diálogo, el de la mujer con la serpiente.

La degeneración de Salomón y sus mujeres se puede decir que fue también un diálogo al que le siguió una cesión tolerante y que concluyó con la aceptación de los cultos horrendos y su instalación en Jerusalén, cabe al Templo del Señor, en su Ciudad Santa. Desde metros y paradigmas actuales, sin embargo, se ponderaría la apertura de Salomón a la experiencia religiosa de sus mujeres, su apuesta por el diálogo inter-religioso, su tolerancia de las prácticas religiosas extranjeras, el respeto, promoción y vivencia de la libertad religiosa en su reino, definible como un ejemplo admirable de sociedad/estado multi-cultural.

Obviamente, todo esto último supone (supuso) el conflicto con la alianza mosáica y su exclusividad religiosa de credo y culto. El Dios único y verdadero no tolera deidades falsas ni cultos idolátricos.

El 'diálogo', tiene una muy difícil justificación en la Sagrada Escritura. También con lección en contra, la escena de San Pablo en el Areópago de Atenas (Act 17) ilustra un caso de intento de diálogo frustrado y frustrante, decisivo para la consecuente resolución del Apóstol de limitarse a la predicación rigurosa de Cristo.

Cuando el Vat.2º (y el pre-concilio y el post-concilio) insiste en el diálogo como una necesidad, una urgencia, un medio imprescindible, contradice profundas convicciones del Antiguo y el Nuevo Testamento, incluso nos sume en perplejidades alarmantes:

"...Capacítense con insistente afán para participar en el diálogo que hay que entablar con el mundo y con los hombres de cualquier opinión." cfr. LG 43

"...¿Qué debe hacerse para que la intensificación de las relaciones entre las culturas, que debería llevar a un verdadero y fructuoso diálogo entre los diferentes grupos y naciones, no perturbe la vida de las comunidades, no eche por tierra la sabiduría de los antepasados ni ponga en peligro el genio propio de los pueblos?" cfr. LG 56

"...La eficacia en la acción y la necesidad del diálogo piden en nuestra época iniciativas de equipo. Estas asociaciones contribuyen además no poco al desarrollo del sentido universal, sin duda muy apropiado para el católico, y a la formación de una conciencia de la genuina solidaridad y responsabilidad universales." cfr. LG 90

"...La Iglesia, en virtud de la misión que tiene de iluminar a todo el orbe con el mensaje evangélico y de reunir en un solo Espíritu a todos los hombres de cualquier nación, raza o cultura, se convierte en señal de la fraternidad que permite y consolida el diálogo sincero." cfr. LG 92

"...exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen." cfr. NA 2

"...Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno." cfr. NA 4

"...Siendo propio de la Iglesia el establecer diálogo con la sociedad humana dentro de la que vive, los Obispos tienen, ante todo, el deber de llegar a los hombres, buscar y promover el diálogo con ellos." CD 13

"...En este diálogo expone cada uno, por su parte, con toda profundidad la doctrina de su comunión, presentado claramente los caracteres de la misma. Por medio de este diálogo, todos adquieren un conocimiento más auténtico y un aprecio más justo de la doctrina y de la vida de cada comunión." cfr. UR 4

"...De tal diálogo puede incluso esclarecerse más cuál sea la verdadera naturaleza de la Iglesia católica. De esta forma conoceremos mejor el pensamiento de los hermanos separados y nuestra fe aparecerá entre ellos más claramente expresada." cfr. UR 9


Al cabo de 50 largos años de diálogo múltiple y ubícuo, intenso y extenso; aun después de resultados muy desconcertantes y en absoluto favorables para la misión y la evangelización, se continúa insistiendo. Hace unos días, sin ir más lejos, PP Franciscus subrayaba :

"...el valor del diálogo en la educación (...) educar es una gran obra de construcción en constante transformación (...) pues las escuelas católicas también están abiertas a estudiantes no cristianos e incluso no creyentes: A todos, las instituciones educativas católicas ofrecen una propuesta educativa que tiene como objetivo el desarrollo integral de la persona y que responde al derecho de toda persona a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero todos están igualmente llamados a ofrecer, con pleno respeto de la libertad de cada individuo y de los métodos del entorno escolar, la propuesta cristiana, es decir, Jesucristo, como sentido de la vida, del cosmos y de la historia." (ver aquí)


Resumiendo la intervención de PP Franciscus en la susodicha ocasión, otra web de noticias extractaba así:

"...el Pontífice destacaba que la educación católica es uno de los retos más importantes que afronta la Iglesia, que trata de poner en práctica la nueva evangelización en un contexto histórico y cultural en constante transformación (...) el Papa ha puesto el ejemplo de Jesús, que "comenzó a predicar las buenas nuevas en Galilea, una ciudad llena de "diferentes razas, culturas y religiones". Por ello, insta a las personas que trabajan en educación a implicarse "en rutas de intercambio educativo y diálogo". Asimismo, ha reconocido "la contribución" que hacen las instituciones religiosas y otras instituciones católicas en el contexto "del pluralismo cultural y religioso

Francisco ha propuesto al examen de los participantes tres aspectos: el valor del diálogo en la educación, la preparación calificada de los formadores y la responsabilidad de las instituciones educativas

"Efectivamente -ha dicho refiriéndose al primer punto-, las escuelas y universidades católicas son frecuentadas por muchos estudiantes no cristianos e incluso no creyentes. Las instituciones católicas ofrecen a todos una propuesta educativa que tiene como objetivo el desarrollo integral de la persona, que responde al derecho de todo ser humano a tener acceso al saber y al conocimiento. Pero, están igualmente llamadas a ofrecer a todos, con pleno respeto a la libertad de cada individuo y de los métodos propios del entorno escolar , la propuesta cristiana, es decir Jesucristo como sentido de la vida , del universo y de la historia. Jesús comenzó a predicar la buena nueva en la "Galilea de los gentiles ", una encrucijada de personas de diferente raza, cultura y religión. Ese contexto es similar en algunos aspectos al mundo de hoy. Los profundos cambios que han llevado a la difusión, cada vez más amplia, de sociedades multiculturales, exigen a cuantos trabajan en la escuela y en la universidad que se involucren en itinerarios educativos de intercambio y diálogo, con una fidelidad valiente e innovadora que sepa favorecer el encuentro de la identidad católica con las diferentes "almas" de la sociedad multicultural". (ver noticia aquí)

En el sentido de la sanatio ad intra que postulamos en Ex Orbe, pienso que lo mejor sería una suspensión radical del diálogo, de todo diálogo exterior, para concentrarse en un examen y reconstitución interior. Si me explico. Más silencio y menos diálogo. Con un portavoz-vocero delegado, nos debería bastar para mantener la suficiente y precisa comunicación. Y poco más. Dirán que deliro, pero el delirio es parte del ser dialogante, más bien.

Acabo ilustrando con dos muestras de los resultados dialogatorios, dos casos locales extrapolables a la globalidad (antes se decía catolicidad) eclesial:

1º.- En una comunicación diocesana, la 'Delegación diocesana de Ecumenismo, Relaciones Interconfesionales y Relación con las Iglesias Católicas Orientales' (sic) nos comentaba a todos (clero y fieles), con entusismo exultante y clímax de admiración, la foto de PP Franciscus almorzando en Stª Marta con los rabinos argentinos: Papa Francisco: Una foto con rabinos que conmueve al mundo

(Y es verdad. Por lo menos a mí me conmocíonó mucho.)

2º.- Al mail de la Parroquia nos llegó hace unos días la invitación-propaganda para un curso de 'danza sagrada'. El invento huele a jesuita, a uno de esos centros de espiritualidad gestionados (directa o indirectamente) por la Compañía (o sus agentes). El anuncio tiene su quid porque carga el anzuelo con el cebo de ofrecer 'espiritualidad':

"...La mayoría de las danzas que se utilizan son en círculo, expresión de la alianza de Dios con su pueblo. El pueblo hebreo tenía la costumbre de danzar y en el Antiguo Testamento hay episodios en los que se alude a la danza al son de diferentes instrumentos. Las primeras comunidades cristianas también mantuvieron durante bastantes décadas esta expresión tan rica del pueblo de Israel." (aquí más detalle in situ)

Frutos, como decía, del dialoguismo. En suma, todo equívoco y confundente.

Se echa de menos una única luz. Con tanto diálogo, por tanto dialogar, sufrimos una multi-iluminación; como en aquellas salas de fiestas de música pop, hay muchos focos, de muchos colores, intermitentes, todos en movimiento, con el complemento de una bolas con mosaico de espejitos y prismas de cristal que reflejan y refraccionan las luces multicolores.

¿Quizá para ver mejor? No, es obvio que no.

...Si me explico.

+T.

viernes, 14 de febrero de 2014

Memoria (poco crítica) de la (muy equívoca y fallida) Sacrosanctum Concilium


Entre los católicos bien formados y conscientes es un clamor que la Sacrosanctum Concilium es uno de los más lamentables y fallidos documentos magisteriales-conciliares de todos los tiempos. Se elaboró intencionadamente abierta a ulteriores plasmaciones que ya maquinaban sus verdaderos diseñadores, al margen y mucho más allá de las intenciones (y suposiciones) de la gran mayoría de los (incautos e ilusos) Padres Conciliares. Es, pues, un documento para estudiar, reflexionar y sacar conclusiones teológico-morales, litúrgico-eclesiales, histórico-dogmáticas...etc. etc. etc. y tomar lección para no incurrir en más error. Pero, verdaderamente, no es un documento que merezca un monumento. Sólo la tribu de viejos liturgistas con resaca conciliar se atreven a aplaudir lo lamentable, seniles vaticanosecundistas embriagados con el espiritoso espíritu del vaticano2º.

Pero hay más considerantes que publican considerandos de difícil equilibrio entre la verdad y la no-verdad (excúsome de explicar que la incompleta verdad no tiene punto de equilibrio posible). Suelen ser monsignorini en pleno currículum curialesco (mal que le pese a PP Franciscus y su vis reformista), que saben muy bien que los excesos de verdad verbal se pagan luego muy caros, y por eso se esfuerzan en alquitarar juicios para no decir verdades como puños, sino proferir generalidades vaporosas de sutil ambivalencia y cómoda insertación poli-ubicable.

A Juan Miguel Ferrer, el secretario de Cañizares en la Congregación de Culto Divino, le tengo gran simpatía porque vale, es un ilustradísimo perito litúrgico, un buen sacerdote y un competente agente curial, bien probado. Le conocí (brevemente) de estudiante en Roma y nunca me ha decepcionado el juicio que me hice de él. Ahora es uno de los mejores secundarios españoles de la Curia Vaticana, el mejor del equipo de Cañizares. Sería una lástima que no accediera a mayores responsabilidades, algo que está en el aire desde la llegada de PP Franciscus (además de los mil rumores del descontento general sobre Cañizares como prefecto de la Congregación).

Pues precisamente, mi admirado Ferrer, con ocasión de un simposio sobre la Sacrosanctum Concilium, lanza esta curialísima sentencia de salón, ad casum:

"No está mal que haya un poco de paz litúrgica y que la Misa sea fuente de reconciliación y de paz, y no campo de guerra para las diferentes sensibilidades eclesiales".
Él susodicho sabrá lo que ha querido decir (y no decir), porque la parida es de viento en popa y escape a toda vela. Considerando su curriculum, comprendemos. Teniendo en cuenta la problemática, no entendemos. No entendemos cómo se pueden decir estas cosas...que comprendemos que se digan. Pero así no adelantamos. Ni se logra pax litúrgica inyectándonos un chute de melíflua bona volumptas panfilista. Sorry por el Monseñor.

Pero la traca de petardos de viento siguió por arte y oficio del rector de la Lateranense, Enrico dal Covolo, que, citando a Romano Guardini (muy estimado por los prelados opinantes del 'centro' equilibrado, siempre una cita de apreciado buen gusto vaticano) decía que  "- La liturgia no dice 'yo', sino 'nostros'...". La cita de Guardini es esta:

"...La liturgia no es obra del individuo, sino de la totalidad de los fieles. Esta totalidad no resulta solo de la suma de las personas que se encuentran en una Iglesia en un determinado momento, y tampoco es la “asamblea” reunida. Más bien se dilata más allá de los límites de un espacio determinado y abraza a todos los creyentes de la tierra. Y supera también los límites del tiempo, puesto que la comunidad que reza en la tierra se siente una sola cosa con los beatos, que viven en la eternidad [...] El sujeto, que cumple la acción litúrgica de la oración, no es el simple total de todos los individuos que participan de una misma fe. Es el conjunto de los fieles, pero cuya unidad tiene un valor autónomo, prescindiendo de la cantidad de los creyentes que la forman: la Iglesia."

Como se ve, otra estupenda cita-de-escape a todo chorro, seguro que muy pensada y repensada y escogida y guardada por Mons. Enrico del Covolo para la ocasión. No se puede esperar menos de un ilmo. mons. rector (magnífico) de la Lateranense.

Pero, me pregunto que si la clave es la 'totalidad', el 'nosotros', la 'comunidad', el 'conjunto' más allá del número, el espacio y el tiempo y todo eso, ¿qué pesa más, todo el ser eclesial de los católicos de todos los siglos pasados que celebraron y participaron una única Misa, con un sólo rito, en unidad litúrgica interna y externa, en comunión de intención y de acción, o la difusa y muy fragmentada comunión propiciada por la Sacrosanctum Concilium y la reforma litúrgica post-conciliar que cumple 50 años, fuente de rupturas y de innovaciones sin límite???

Cuando no se quieren decir las cosas que deberían ser dichas, se dicen cosas que mejor no haber dicho porque no dicen nada pudiendo decir mucho.

Y si hablan expertos en un ambiente de conspicua relevancia, que enseñen bien, claro, con sustancia, y no nos prediquen finas y exquisitas evasivas.

Doctores tuvo la Iglesia que sabían responder. Hoy nuestros doctores parecen caricaturas de aquellos otros doctores y galenos que mientras parloteaban eruditos distingos de rebotica dejaban desfallecer al febril paciente postrado en su lecho.

+T.

jueves, 6 de febrero de 2014

Bailando y aplaudiendo mientras nos hundimos (y dialogamos)

 
El hundimiento del Titanic - todo el mundo lo sabe - fue exquisitamente amenizado por la orquesta del magnífico trasatlántico, que no paró de tocar animadas piezas de salón hasta que los propios músicos (y su director) se vieron con el agua al cuello. Es famosa aquella última pieza 'espiritual', que se fue agotando en los violines mientras los pasajeros se helaban en las lanchas salvavidas o se iban ahogando en el sereno océano. Las estrellas en el azul profundo ponían un contrapunto de nítida y remota luz celestial. ¡Qué bonito!...Pero la escena era terrible, no amable.

El grueso cardenal amazónico (un clamoroso mal-nombramiento benedictino) parece que entiende la actualidad de las congregaciones religiosas católicas con esa nota de inconsciencia y entusiasmo satisfecho característica del postconcilio: ¡Qué alegría porque nos hundimos! ¡Celebrémoslo y brindemos todos!

"..Braz de Aviz recordó la alegría de los superiores de las Congregaciones religiosas cuando en su encuentro con el Papa , a fines de Noviembre, Francisco les anunció su voluntad de mantener esta iniciativa: -"Recuerdo la explosión de alegría de todos los que estaban presentes, y también recuerdo que uno de los superiores generales lo dijo: -' El Papa nos ha unido como hermanos de una misma familia y nos dijo las cosas como si estuviéramos en casa ". Una forma muy bonita de expresar la confianza y todo lo que sentimos en aquel momento. "

Vuelve, pues, el triunfalismo de los mejores tiempos juanpablistas, y tendremos un 2015 monopolizado por el entusiasmo desbordante de los religiosos y las religiosas de la Iglesia Católica. Los religiosos y las religiosas que son una de las llagas infectas y supurantes de la Iglesia Católica, quizá la parte más enferma y descompuesta de la Iglesia Católica post-conciliar, que se afirma en esa extraña y demente forma de vivir la 'alegría cristiana': A más decrepitud, más exultación.

Mientras tanto, entre el jolgorio frívolo de los consagrados, el leitmotiv vuelve a ser el diálogo con el mundo, como el Vat.2º quiso y la actual Jerarquía sigue insistiendo y promoviendo a todos los niveles (y desniveles), la actualidad golpea terca con la realidad de los hechos. Por ejemplo, este que afecta muy particularmente a la 'vida religiosa': La ONU exige al Vaticano que entregue a la justicia a los curas pederastas .

Discúlpenme por poner el enlace al artículo canalla de la prensa impía y blasfema, pero a veces es preferible que sea el enemigo quien nos abofetee el rostro, con más irreverente impacto, para que nos hagamos cargo y sintamos cuánto duele lo que nos debe doler.

Así, el rostro de la Iglesia post-conciliar, en plena borrachera del colocón francisquista, es una rostro golpeado, abofeteado, herido, escupido, mancillado...pero sonriente, que rie sin parar a carcajadas y enseña la boca partida, deforme, una mueca grotesca con los dientes rotos. Y escupe sangre cuando ríe. Pero aplaude, salta y brinca como una patética caricatura burlesca de sí misma, preparándose para un gran baile de máscaras religiosas, el próximo 2015, Deo volente.

Cuando los religiosos, en los tiempos de la verdadera religión, reflexionaban gravemente sobre la vida consagrada, postulaban reforma de vida. Y la reforma significaba conversión. Y la conversión quería decir penitencia. Y la penitencia - por gracia de Dios - tenía como fruto la santidad. Así, con este proceso, se reformaron en su momento las congregaciones religiosas.

Pero la vida religiosa consagrada post-conciliar no es penitente, sino dialogante. Se han abierto al mundo y el mundo ha inundado la vida espiritual de las congregaciones, que han perdido su identidad y se han conformado con la actualidad más común. Según la voluntad del V.2º se han 'aggiornato', se han puesto al día. Con todas las consecuencias. La consecuencia mayor ha sido la pérdida de la esencia religiosa.

Bajo un Papa que vivió su vocación religiosa en una de las congregaciones más descompuestas e infectantes del post-concilio (la más pionera, la más vanguardista, la más profundamente desidentificada, la más influyente), ¿podemos esperar una gloriosa penitencia reformadora? ¿O sufriremos otra ola de dialoguismo, con aventuras a periferias y extra-radios?

Hace poco nos advertían en una circular de Vicaría General de los riesgos de la 'terapia reiki'. Como el yoga, el eneagrama y otros recursos y medios extravagantes de pseudo-espiritualidad, ya pueden Uds. suponer quienes han sido los propagadores de todo eso. De ser especialistas en marxismo (años '60), los reverendos pp de la S.I. han pasado a ser expertos en orientalismos (desde los '80 al presente).

Vean este Programa de actividades en el Centro Arrupe

Es del año 2006. Ofrece, además del reiki, otros fascinantes 'ejercicios espirituales' como la danzaterapia, el análisis transaccional, la asertividad y el focusing. Si esa era la oferta de la Compañía en los años de Benedicto, me pregunto estremecido cual será la propuesta ahora, viviendo en pleno furor francisquista.

Pronto se cumplirá un año de francisquismo. Desde entonces vivimos un régimen de entusiasmo que tiende a perpetuarse en 'estado', con permanencia.

Personalmente, no veo signos efectivos de reparación. Todo lo contrario: Asistimos a un derrumbe con banda sonora de risas y aplausos. En la vida religiosa, muy particularmente. Con el barrunto de que el año de los religiosos, el 2015, traerá más de lo mismo. Más ruina, es decir.

p.s. Los ultra-cretino-católicos sedevacantistas y demás fenómenos de la monstruosidad degenerada del extremo opuesto, también aplauden, también ríen, también hacen fiesta, y se imaginan que en el cómic apocalíptico que les emboba ellos son los lectores y no están en la página. Además de ilusos perplejos, tontos de baba maliciosos. Otro cuadro.

+T.

domingo, 5 de enero de 2014

Soplando el fuego, aventando el humo


No se entiende el derrumbe del catolicismo en el post-concilio sin reconocer que la descomposición se inicia y progresa en y por la acción de las órdenes y congregaciones de religiosos, con los jesuitas a la cabeza. Esta vanguardia corruptora infectó conventos, colegios y parroquias y, desde estos centros, extendió por todos lados el des-catolicismo general. Los bastiones que subsistieron fueron, casi todos, sectores de la Iglesia ajenos a la influencia jesuítica, aunque, a la larga, la contaminación les afectaría también, de un modo u otro.

Por eso las relaciones Papado-Compañía de Jesús han sido especialmente difíciles, tensas, incluso traumáticas, con todos los Papas post-conciliares, que veían y sufrían cómo la Compañía y sus agentes transgredían los esquemas conciliares y marcaban nuevas fronteras imposibles de asumir por la Iglesia. Con todo, aun con la destitución de Arrupe y una cierta contención institucional procurada muy trabajosamente por Kolvenbach, las andanzas de los jesuitas ni se detuvieron ni se corrigieron. El actual prepósito general es un viejo colaborador de Arrupe; sabe guardar cierta moderación de formas, pero bajo el clergyman gris late la vena de su generación, la que se amamantó con arrupismo, y 'espíritu del vaticanosegundo' (la segunda teta nutriente fue Rahner).

Si ahora me enseñan la foto PP Franciscus celebrando en el altar-cubo minimalista del Gesú y leo, passim, extractos de su sermón a los presentes y otras puntadas francisquistas, es natural (o sobrenatural?) que me corra un escalofrío por el espinazo de mi pecador cuerpo eclesial-eclesiástico.

Porque - me digo - sin cuando los Papas frenaban (y no conseguían frenar) el estrepitoso desenfreno jesuítico, ahora con un Papa jesuita que les anima y entusiasma - me pregunto - qué no podrá pasar, a cuánto se atreverán, por qué extremos se desmandarán.

Mientras, la periferia y los medios, aplaudiendo, encantados con PP Franciscus.

Y el núcleo y sus concéntricos incubando indignación, todos los días.

Todo lo cual, resumido, nos pronostica que el 2014 puede ser para temblar con sudores, como cuando se pillaban la fiebres recurrentes.

Oremus !!! (plus)


+T.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Francisquismo:Terroríficos avisos

 
Todavía no se sabe el mal que aqueja a Parolín. La (mala) nueva era que había sufrido una intervención quirúrgica imprevista, que le ha impedido asumir, como estaba previsto, la Secretaría de Estado de PP Franciscus. Lo que Lombardi, el portavoz, ha dicho es que no es una dolencia grave, que lo operaban en el Véneto (?) y que se preveía que tras un par de semanas de convalecencia se incorporaría a su nuevo ministerio. Si dicen dos semanas, será un mes; si es un mes, puede que venga la Navidad sin Parolín a punto. Veremos (y oremos).

Pero aun sin Parolín, parece que el nuevo equipo de gobierno vaticano ya está en marcha. Esta mañana, el ABC presentaba a los cinco españoles de la curia francisquista. En el conspicuo grupo faltaba uno más, el salmantino  Fernando Vérgez Alzaga LC, secretario general del Governatorato (la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano), que ha sido nombrado obispo titular de Villamagna di Proconsolare. Un nombramiento más significativo, si cabe, siendo el elegido miembro de la congregación de los Legionarios de Cristo, cuya restauración, después de la lamentable crisis sufrida, parece que va viento en popa. Si algunos piensan y comentan que el bertonismo periclitado ha dejado paso franco a la vieja guardia sodanista, pudiera ser que acertaran, a la vista de los acontecimientos.

De lo que pueda ir pasando cuando estos hombres de iglesia comiencen efectivamente su gobierno/gestión bajo la batuta de PP Franciscus, no me atrevo a pronosticar nada. Me da miedo.

Anteayer mismo, el 14 de Octubre, San Calixto, PP Franciscus pronunciaba dos tremendos oráculos en el sermoncete de Santa Marta:

1- "...como hijos de la Iglesia debemos continuar el camino del Concilio Vaticano II, desprendernos de cosas inútiles y dañinas, de falsas seguridades mundanas que pesan a la Iglesia y dañan su verdadero rostro"

2- "...un proyecto animado por la creatividad y la fantasía del Espíritu Santo, que nos empuja también a recorrer caminos nuevos, con valentía, sin fosilizarnos!"

Horripilante, pienso (y siento!).

¿Qué son para PP Franciscus 'cosas inútiles y dañinas/falsas seguridades mundanas'? A saber.

No menos estremecedor es el programa anunciado de 'continuar el camino del Concilio Vaticano 2º', que significa (entiendo yo) seguir desmejorando/degenerando según las tendencias/pautas/derivas del postconcilio; como si la calamidad y los estragos no hubieran ya colmado y rebosado el continente eclesial-conciliar.

PP Franciscus quiere y se propone más vaticanosecundismo. Pero elevando el nivel de alarma catastrofista, matiza el programa y parece que invoca al espíritu-espectro del vaticanosegundo (todojunto) alentando-evocando (invocando?) 'la creatividad fantástica del Espíritu'. Item plus: Con 'caminos (precipicios?) nuevos y valientes (temerarios?)'. Añade, de estrambote, un inquietante particular/matiz más: 'Sin fosilizarnos'.

Yo pienso que el fósil puede que sea él mismo, fosilizado como un trilobites en el periodo eclesiológico del vaticanosegundo.

A lo peor, lo que ha sufrido Parolín es un ataque agudo de fosilización con retención de gases de espectro vaticanosecundista. Que, diga lo que diga Lombardi, a mí me parece muy grave.

Sobre todo para la Iglesia.

Oremus (plus)!

+T.

domingo, 28 de abril de 2013

Voces del pasado, peligros del presente


En Atocha, en el convento de pp. dominicos anejo a la Basílica de Ntrª Srª de Atocha, vivió sus últimos años el maestro Rev. P. fr. Antonio Royo Marín, una gloria de la Orden de Predicadores que su orden quasi ocultó muchos años debajo del celemín, cuyos méritos aun no se han reconocido. Allí, en Atocha, un hermano de religión (aunque no lo parezca) del doctísimo y venerable p. Antonio, ha pronunciado una conferencia de esas mil veces oídas, tan repetidas en estos últimos 50 declinantes años:

Martín Gelabert, op: “Lo obsceno es que el 20% de la población del mundo posee el 80% de los bienes de la tierra"


Para mí lo obsceno es un dominico predicando eso en Atocha.

Es llamativo (escandaloso) la parcialización ideológica de hombres de iglesia que exponen desde una crítica (implícita o explícita) de la doctrina Social de la Iglesia. Suelen ser entusiastas demócrata-liberales, mantienen empatías muy constantes con el marxismo (ideológico y político), son proclives al contestatarismo post-moderno de los nuevos movimientos y agitaciones reivindicativas. En estos últimos 50 años se han metido en casi todos los foros socio-políticos (los de izquierda, preferentemente), con la intención de influir (el poder fascinante del poder) y estar en la tribuna (o tras la cortina). A la vez, se han ido desconfigurando en cuanto hombres de iglesia, han extraviado sus antiguas vocaciones, han tergiversado sus antiguas reglas, y han 'tuneado' a sus venerables fundadores hasta convertirlos en una poca atractiva versión de ellos mismos, de lo que ellos mismos han llegado a ser. Esa es la lamentable 'actualidad' de las órdenes y congregaciones.

Por eso nos preocupa tanto si siguen apareciendo y pregonándose como el motor de la Iglesia y su vanguardia. Porque fue por las órdenes y congregaciones religiosas por donde empezó la gran crisis y declive post-conciliar. Una crisis que no fue repentina, pues tuvo su prehistoria entre la postguerra y los años 50, alcanzando su momento crítico-cenital entre 1965-1975. Después, desde fines de los 70, fue un caos generalizado, con movimento de caída en batería como fichas de dominó, una empujando a la otra. No se han recuperado. Y siguen con discursos como el de ese dominico en Atocha.

Entre otras perlas, dijo cosas como esta:

"La mesa reafirma el orden social. Queriendo que en su mesa se sienten todos, Jesús rompe el orden social que discrimina a pobres y pecadores. Jesús crea una nueva mesa para crear una nueva sociedad, una mesa en la que caben todos."

Adviertan Uds, que dice 'mesa' en un contexto en el que se elude decir 'Misa', ya que el concepto de 'banquete' social-fraternal ha sustituido absolutamente cualquier referencia sacramental-eucarístico-sacrificial.

Discursos de este tipo han inundado los conventos, los seminarios, los noviciados y los centros académicos eclesiásticos. A este tipo de 'mantras' característicos de la vanguardia des-católica se han supeditado el dogma, la moral, la espiritualidad, con el efecto del empobrecimiento y la degradación de la teología, la espiritualidad y la moral. Compárese todo ello con la obra imponente del p. Royo Marín y se entenderá la distancia (la ruptura). Es la distancia que hay entre aquella Iglesia Catolica y esta Iglesia infra-católica.  Es la consecuencia de la tendencia que se impuso desde mediados de los años '60, cuando los venerables fueron arrinconados en los desvanes de los conventos y los inquietos asumieron el mando y tomaron el timón, agitándolo todo con revisiones, desconciertos, propuestas, ensayos, iniciativas, diálogos, esquemas, adaptaciones y aggiornamenti.

El desastre fue general. La mayoría de los religiosos, profundamente afectados en su vocación, se fueron, desaparecieron. Quedaron hombres como ese dominico del discurso de Atocha, con discursos como ese, que siguen repitiendo con pesada carga de cifras y estadísticas sociológicas.  Lo mismo pasa en otras órdenes y congregaciones, en casi todas.

Si miran Uds. las fotografías del acto, se darán cuenta de la avanzada edad de la mayoría de los asistentes, casi todos ancianos, hombres y mujeres (religiosos y religiosas) de aquellos años 50-60 que marcaron el declinar de la Iglesia.



Siguen en ello. Son incapaces de hacer balance y concluir; utilizan frecuentemente el término 'autocrítica', pero nunca han hecho una sincera y realista autocrítica. Siguen pensando que hay que abrirse al mundo. Siguen proponiendo una evangelización secularista, que entiende más de economía social que de almas y espiritualidad.

Y desde el 13 de Marzo parecen re-vivir una primavera eclesial.

Oremus!


+T.

jueves, 18 de abril de 2013

Sin marcha atrás ???

 
Después de la saturación de documentos (escritos y hablados) de los dos últimos Pontífices, con el Papa Francisco aparece en el muy colapsado escenario del magisterio común y ordinario la novedosísima modalidad de la píccola-homilía improvisada con improvisaciones, viva voce, recogida/transcrita en apuntes de los presentes y publicada en los medios con subrayados interesantes (según qué interesados). Una recentísima y fresca aportación a la ya extensísima (no digo profundísima)  producción pontificia, qué duda cabe.

Aunque sí caben algunas dudas: ¿Son mociones carismáticas in situ? ¿O emociones irreflexivas improvisadas ad casum? ¿O se trata de fioretti, diciamo, piccoli brani di pensiero, ya rumiados, que afloran por resorte de la coyuntura?

Es que dependiendo de una u otra explicación, lo dicho en la capella de Santa Marta tendrá un valor u otro, un peso a considerar o no, una categoría más o menos magisterial (trascendiendo ese tipo de low/soft magisterio(?) cotidiano-doméstico, o no).

Por ejemplo, cuando dicen que dijo que 'no hay marcha atrás', ¿qué quiso decir? ¿en qué pensaba? Porque si verdaderamente piensa que pensamos que la Historia tiene marcha atrás, me sorprendería semejante absurdo, viniendo de quien viene. Todos sabemos que el tiempo no vuelve, que el pasado es pretérito y todo eso. Ya lo sabemos: Los ríos no tienen corriente reversible, estamos en ello. Hasta podemos predicar con textos sagrados que contienen terribles admoniciones y recordar a la mujer de Lot convertida en sal por mirar atrás, no lo olvidamos (y hasta nos lo creemos).

Pero también sabemos que el tiempo no se detiene, que la Historia no se para. Entendemos - usando una imagen de gusto francisquista - que el camino es camino y tiene un sentido que hay que transitar. Sabemos que somos viatores, lo tenemos muy en cuenta. Tenemos presente que el reloj no se para., que el sol no se detiene (salvo el milagro de Josué (y el de Tentudía) y el del reloj de Ezequías (mal que le pesara al contumaz Galileo)), que las horas no se paran, que los siglos no se bloquean.

Justamente, por eso mismo, mi perplejidad: ¿No se puede dar marcha atrás pero sí se puede fondear, anclar, la Barca de Pedro en 1962-1965? Porque ese es el disparate que parece desprenderse de lo dicho, como un absurdo corolario. Esa es la tentación de los hombres del vaticanosegundismo, de los poseídos por el espíritu vaticanosegundista: Quieren que la Iglesia se pare en aquel quinquenio entusiasta de entusiasmados que se auto-aplaudían y lanzaban mensajes al mundo mientras el edificio se tambaleaba, no por decrepitud, sino por mudar el cimiento de roca por cimientos arenosos, movibles, versátiles, dialogantes, acomodables, aggiornati.

La misma idea es contradictoria, contra sí misma y sus axiomas: ¿Nos paramos cuando el Espíritu anima y sopla para que se avance sin freno ni miedo???

No lo advierten. Son viejos. Son hombres de los años treinta, cuarenta, cincuenta. Se embelesaron con el V2º y siguen en su embeleso, no salen de él, atrapados en el tiempo pasado de su juventud y sus ilusiones. En su espejismo, repiten que todavía no se ha estrenado, que aun no se ha puesto en marcha. Y el vehículo aquel ya no tiene ni motor servible, ni combustible al día. Ni piezas de recambio.

Se engañan. Se empeñan en no ver que la Tradición de los católicos tradicionales y conscientes no es el pasado que fue, sino el presente que es y el futuro que se mantendrá. No han entendido que el V2º quedó atrás, tan caduco como el '68 y el Muro de Berlín y otros monumentos del momento, del momento de entonces, del momento que fue. Y están tan ciegos que nos quieren bloquear en el hormigón armado del V2º.

No entiendo que no entiendan.

¿Y el Espíritu?, me preguntarán/se preguntarán algunos. Pues, muy señores míos, el Espíritu sopla donde quiere y cuando quiere. Y aunque es sutil y entra hasta estando las puertas cerradas, también cierra puertas, porque es viento. Suponer que siempre abre y nunca cierra, sería mantener un extraño concepto reductivo de la motilidad, fuerza y actividad del Espíritu.

También sería terca obcecación empeñarse en mantener la puerta abierta cuando es tiempo de cerrar.

¿O es que en estos 50 años no nos hemos aireado suficientemente?


+T.

domingo, 17 de febrero de 2013

Pentimenti di Benedetto



Cuando sale a colación/discusión el Concilio Vaticano II, mis amigos me han oído decir muchas veces que hay algo que nunca termino de explicarme satisfactoriamente: ¿Por qué y de dónde el entusiasmo de los Padres Conciliares, esa exultación que se desborda en los textos del concilio? No encuentro motivos, al contrario. Un mundo a sólo veinte años de distancia de la IIª Guerra Mundial, con media Europa y medio mundo bajo la hoz y el martillo del marxismo criminal, y la otra mitad corrompiéndose aceleradamente por causa y efecto del neo-paganismo liberal, un mundo en guerra perpetua, un Occidente con una cultura descompuesta por abandono de sus referentes de identidad. ¿Por qué la Iglesia y su Concilio se enamoraron ciega y fatalmente de ese mundo? ¿Por qué esa borrachera secularista?

Ayer el Papa Benedicto, en uno de sus actos postrimeros, ante el clero de Roma, evocaba aquel Concilio de su juventud, como la pintura de un óleo antiguo va dejando ver los pentimenti de su autor:

"Allora, noi siamo andati al Concilio non solo con gioia, ma con entusiasmo. C’era un’aspettativa incredibile. Speravamo che tutto si rinnovasse, che venisse veramente una nuova Pentecoste, una nuova era della Chiesa, perché la Chiesa era ancora abbastanza robusta in quel tempo, la prassi domenicale ancora buona, le vocazioni al sacerdozio e alla vita religiosa erano già un po’ ridotte, ma ancora sufficienti. Tuttavia, si sentiva che la Chiesa non andava avanti, si riduceva, che sembrava piuttosto una realtà del passato e non la portatrice del futuro. E in quel momento, speravamo che questa relazione si rinnovasse, cambiasse; che la Chiesa fosse di nuovo forza del domani e forza dell’oggi. E sapevamo che la relazione tra la Chiesa e il periodo moderno, fin dall’inizio, era un po’ contrastante, cominciando con l’errore della Chiesa nel caso di Galileo Galilei; si pensava di correggere questo inizio sbagliato e di trovare di nuovo l’unione tra la Chiesa e le forze migliori del mondo, per aprire il futuro dell’umanità, per aprire il vero progresso. Così, eravamo pieni di speranza, di entusiasmo, e anche di volontà"


"Fuimos al Concilio no sólo con alegría, sino con entusiasmo. Había una expectativa increíble. Teníamos la esperanza de que todo se renovase, de que llegase un nuevo Pentecostés, una nueva era de la Iglesia, porque la Iglesia era entonces todavía robusta, con buena praxis dominical, y, aunque las vocaciones ala sacerdocio y la vida religiosa se habían reducido un poco, eran todavía suficientes. Sin embargo se percibía que la Iglesia no progresaba, que menguaba, que parecía más bien una cosa del pasado y no la portadora del futuro. Y en aquel momento esperábamos que esta relación se renovase, que cambiara, que la Iglesia fuera de nuevo la fuerza del hoy y del mañana. Y sabíamos que las relaciones entre la Iglesia y la época moderna, desde el comienzo, era un poco contradictorias, comenzando con el error de la Iglesia en el caso de Galileo Galilei; se pensaba que había que corregir este comienzo equivocado y encontrar de nuevo la unión entre la Iglesia y las fuerzas mejores del mundo, para abrir el futuro de la humanidad, para abrir el verdadero progreso. Así éramos, llenos de esperanza, de entusiamo, y también de voluntad"

Esto dijo Benedetto, ese fue el pentimento que dejó ver bajo las capas de esa vejez debilitada que, confiesa, le impide mantenerse en la Sede de Pedro.

Más adelante, Benedicto habló de la tergivesación del Concilio por obra y arte de los medios de comunicación, que distorsionaron y manipularon todo lo que se hacía en el aula vaticana. Y declaró:

"Sappiamo come questo Concilio dei media fosse accessibile a tutti. Quindi, questo era quello dominante, più efficiente, ed ha creato tante calamità, tanti problemi, realmente tante miserie: seminari chiusi, conventi chiusi, liturgia banalizzata … e il vero Concilio ha avuto difficoltà a concretizzarsi, a realizzarsi; il Concilio virtuale era più forte del Concilio reale

Sabemos cómo este Concilio de los medios de comunicación fue accesible a todos. En consecuencia, éste fue el dominante, el más eficiente, y el que ha creado tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, una liturgia banalizada… El verdadero Concilio ha tenido dificultades para concretizarse, para realizarse; el Concilio virtual fue más fuerte que el Concilio real"

Y termina Benedetto:

"Ma la forza reale del Concilio era presente e, man mano, si realizza sempre più e diventa la vera forza che poi è anche vera riforma, vero rinnovamento della Chiesa. Mi sembra che, 50 anni dopo il Concilio, vediamo come questo Concilio virtuale si rompa, si perda, e appare il vero Concilio con tutta la sua forza spirituale. Ed è nostro compito, proprio in questo Anno della fede, cominciando da questo Anno della fede, lavorare perché il vero Concilio, con la sua forza dello Spirito Santo, si realizzi e sia realmente rinnovata la Chiesa.

Pero la fuerza del Concilio estaba presente, y, poco a poco, se realiza siempre más y se convierte en la verdadera fuerza que es también la verdadera reforma, la verdadera renovación de la Iglesia. Tengo la impresión que, 50 años después del Concilio, se está rompiendo y se pierde ese 'Concilio virtual' (el tergiversado por los medios) y aparece el verdadero Concilio con toda su fuerza espiritual. Y nuestra tarea, justamente en este Año de la Fe, comenzando desde este Año de la Fe,
es trabajar para que el verdadero Concilio, con su fuerza del Espíritu Santo, se realice y sea renovada la Iglesia"

Es decir, que sigue el entusiamo a pesar del desastre post-concilar. Y a pesar del (dígolo salva reverentia) fracaso de Benedicto, que se retira en mitad del Año de la Fe.

El Año de la Fe no sé si será el año de la renovación verdadera que el Concilio no logró y 50 años después, no ha conseguido. Lo que sí es evidente es que el hecho más notable del Año de la Fe es la renuncia de Benedicto. Por el momento.

Oremus para que otros eventos traumáticos no singularicen más definitivamente este memorable año del medio siglo después de lo que pudo haber sido y no fue.


+T.