Cinco años después, Benedicto XVI satisface las expectativas que se nos desbordaron cuando el Cardenal Protodiácono Medina Estévez proclamó su nombre en la loggia de la Basílica de San Pedro. Aquella tarde de Abril nos parecía un sueño. Y el sueño se está realizando.
Estos cinco memorables años se han ido marcando con cruz y con gloria, con sacrificio. Los últimos meses de persecución organizada han sido la continuación de una campaña feroz con el Papa Benedicto como objetivo. Pero el camino que se ha trazado sigue siendo recorrido con un ánimo bien determinado, a pesar de los obstáculos y asechanzas. No sé si pararán los persecutores, pero es patente que Benedicto no se arredra, que mantiene con firmeza el timón. Y conoce el rumbo.
El Papa Benedicto está siendo marcado con las señales de Cristo, en el misterio personal-ministerial de la Pasión del Señor que de forma tan excepcional, por tratarse del sucesor del Apóstol San Pedro, le toca asumir. Eso lo sabía aquella tarde, cuando aceptó la eleccción, bajo la mirada del Cristo Juez de la Sixtina.
p.s. Un detalle que me parece hay que recalcar e ir asumiendo: Cuanta más luz van dando los 5 años de Benedicto XVI, más sombras van apareciendo sobre los 27 años de su predecesor. Sic.
+T.