viernes, 7 de agosto de 2015

...Donde va la gente

El escándalo de la padrina (o el madrino?) de Cádiz, previa general movida mediática y ataque del aguerrido batallón gay-lesbi, se ha resuelto con la cobardona contemporización del Ordinario del lugar (que es el Obispo). El firme e inexorable perlado (sic), después de decir no, ha dicho al fin que sí. ¿Dónde va Vicente?...Donde va la gente. Esta pragmática sentencia del refranero parece haber sido el sabio principio moral que ha inspirado la resolución del caso. Un caso que deja sumidos en la perplejidad a quienes suponían que la Iglesia tiene y mantiene otros criterios que no son los impuestos por las modas y tendencias del mundo. Porque la Iglesia, estando en el mundo, no es del mundo, ¿no es eso lo que Él dejó dicho?

Estamos pues, en un nuevo estadio bien ejemplificado por lo que está pasando en Cádiz: La Iglesia consiente lo que el mundo trae. La Iglesia dice sí a lo que el mundo aprueba. La Iglesia confirma lo que el mundo le propone. Y así.

Confieso - en Ex Orbe lo he comentado otras veces, passim - que me afecta cierto fatalismo moral: La Iglesia asume al fin lo que los tiempos imponen. Sea iluminismo, liberalismo, o marxismo o pansexismo. La Iglesia sentencia, condena, enseña, propone...y al cabo de un siglo después transige, asimila, acepta, adopta lo que hace un siglo antes anatematizaba. Si conocen Uds. la historia de la Iglesia desde el Sínodo de Pistoya hasta en presente, hagan una sumaria revisión del panorama y convendrán conmigo en ese fatalismo que decía.

Volviendo a lo de Cádiz, me pregunto, si se llega a celebrar ese bautizo con padrina (o madrino?), cómo se resolverá la inscripción del registro en el Libro de Bautismos: Cuando haya que inscribir el nombre de la padrina (o madrino?) tendrán que poner el nombre con el que fue bautizada...¿o van a poner el nuevo nombre legal otorgado por el juzgado? Siendo la partida de bautismo un documento canónico y fidedigno ¿van a mentir, a falsear expresamente el documento, o van a mantener la verdad registrada en la partida de bautismo (y la nota de confirmación, si consta) del madrino (o padrina?). ¿Emitirá el Ordinario del lugar (que es el Obispo) un decreto ad casum a través de Vicaría General? A ver, a ver si nos enteramos cómo se desenvuelve en todos sus pormenores este suceso francisquista.

Porque a nadie le quepa duda: Esto ocurre y está pasando porque estamos en tiempos del PP Franciscus. Al PP Franciscus amenazaron recurrir los interesados, que airearon en prensa que iban a pedir audiencia a Su Santidad para exponerle directa, abierta y confiadamente el caso del madrino (o padrina?) gaditano rechazado por el Obispo (que es el ordinario del lugar).

Videtur quod, nada más mentar a PP Franciscus, el Ordinario del lugar (que es el obispo) se descompuso ventralmente y resolvió consentir el madrino (o la padrina?), nihil obstante.

Lo grave es que hay algo que sí obsta. Sigue obstando la circunstancia contra-natural que originó el controvertido caso.

Ayer tarde-noche aparecía en los noticiarios el borrón y cuenta nueva del Obispo gaditano. El protagonista (pretendiente ¿madrino o padrina?) decía con desparpajo: "...Estoy muy contento por lo que supone para mí pero, sobre todo, porque lo que vale para mí, vale para otros transexuales que somos católicos y queremos formar parte de la Iglesia" (leer aquí).

Es decir, que lo del madrino (o padrina?) de Cádiz creará, además de algún tanguillo de chirigota, 'jurisprudencia canónica'.

Y, aunque nos horripile, así será.



+T.