martes, 29 de septiembre de 2009
Miguel, Gabriel y Rafael, los Tres Arcángeles
Están los tres reducidos a la antigua fiesta de San Miguel. Aunque parezca mentira, en la Misa de la festividad no se nombra ni una sóla vez por su nombre propio a ninguno de los tres, ni siquiera a San Miguel.
La oración colecta, la del ofertorio y la de la post-comunión hacen referencia al ministerio angélico, pero sin nombrar a los Santos Arcágeles; sólo si se lee la lectura de Apocalipsis que se propone como alternativa para escoger ad libitum en lugar de la del libro de Daniel que aparece en primer lugar, se cita el nombre del Arcángel Miguel.
En Laudes sólo en el himno Tibi Christe splendor Patris se nombra a San Miguel, pero no en el resto del formulario; en Vísperas se nombran a los tres en el himno Angelum pacis, y después se nombra a San Gabriel en la antífona del Magníficat. En Oficio de Lectura también salen los tres en el himno Festiva vos Archangeli y en las antífonas de la salmodia, una para cada Arcángel; más la lectura de Ap. 12, 1-17 con su responsorio, con Miguel como centro; la lectura hagiográfica es una homilía de San Gregorio Magno que enseña brevemente la doctrina sobre los ángeles y el significado del nombre de los tres Santos Arcángeles. Para las Horas intermedias, cada hora tiene su antífona dedicada a uno de los tres: Tercia a Miguel, Sexta a Gabriel y Nona a Rafael.
Los ángeles son seres personales, con nombre "ocasional" según su oficio, porque sus esencias son reconocidas e individualizadas sin necesidad de nombre, pues el entendimiento angélico conoce los seres sin necesidad de mediaciones; todo esto y otras admirables cuestiones las expone magistralmente Stº Tomás en la 1ª parte de la Suma Teológica (Iª, qq. 50-64), interesantísima y tan bien compuesta que le mereció el título de "Doctor Angélico" al Aquinate.
Desde entonces al presente la doctrina sobre los Ángeles decayó tanto que:
- en la Liturgia (Rito Romano) las fiestas de los Tres Arcángeles se redujeron a la de San Miguel, perdiendo la suya propia San Rafael (24 de Octubre) y San Gabriel (24 de Marzo); sólo se han conservado en algunas diócesis y congregaciones religiosas por razón de algún patronazgo local o particular.
- en la devoción popular el culto de los Santos Arcángeles (y el de los ángeles en general) ha degenerado en una aberrante y sacrílega angelo-latría mezcla de elementos neo-paganos con otros de la confusa cosmovisión de la new-age, todo ello mezclado con elementos de la tradición cristiana mixtificados con supersticiones neo-esotéricas.
Al hilo de este extraño "culto" a-cristiano de los ángeles, han reaparecido ciertos nombres procedentes de los apócrifos veterotestamentarios judíos, que tuvieron algún reconocimento piadoso, nunca "canónico", en la tradición cristiana (Uriel, Salatiel, Jebudiel, Baraquiel...etc.) En Occidente, el Concilio de Letrán de 745 reconoce el culto de los Tres Santos Arcángeles, aunque las fiestas de San Rafael y San Gabriel eran más bien locales y sólo se extienden a toda la Iglesia bajo Benedicto XV.
En la iconografía cristiana, la prevalente es la de San Miguel, bien como debelador-vencedor del Demonio o bien en la otra representación como psicóstata. La de San Gabriel se vincula a la escena de la Anunciación y es más raro verle representado en figura aislada. La de San Rafael adopta su figuración de la narración bíblica del Libro de Tobías, aunque también se representa aislado y más frecuentemente emparejado con el joven Tobías. En la iconografía hispano-colonial de las escuelas de México, Perú y Bolivia la representación de los Tres Santos Arcángeles derivó en toda una serie angelológica en la que se retomaron los supuestos nombres de los apócrifos veterotestamentarios, nombrando con algunos de ellos a los seres de la milicia angélica, imaginados con atuendos del XVII-XVIII colonial hispanoamericano, tan ingénuos de figura como espléndidos en colores y formas.
Como ilustración he preferido ese precioso cuadro-retablo del leonardesco Marco d'Oggiono, una obra que merece por sí sola la visita de la Pinacoteca di Brera, tan bella.
Y esta la Oración de la Misa del día San Miguel, que ha quedado para los Tres Arcángeles:
Deus, qui miro ordine Angelorum ministeria hominumque dispensas: concede propitius; ut a quibus tibi ministrantibus in coelo semper assistitur, ab his in terra vita nostra muniatur. Per Dºm. Nºs. Ies. Amen.
+T.
Sancte Michael Arcangele
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