El rumor que los conscientes recibimos con preocupación era cierto: Nuevo Dicasterio para la Nueva Evangelización, y Mons. Rino Fisichella de director con la batuta en mano para dirigir lo que sea. Destaco "lo que sea", porque da la impresión - me da la impresión - de que no se sabe muy bien qué va a ser, qué saldrá del huevo, si pollo, si tortuga, o un dragón de Harry Potter.
¿Por qué digo esto? Lo digo por las cosas que dice Fisichella, Rino, en una breve entrevista-presentación, que no dice nada y parece que quiere decir todo, o todo lo contrario.
Lean ustedes las declaraciones de Mons. Fisichella aquí
(y aquí un resumen en español)
Se expresa en la comedida jerga curialesca-diplomática; por poco que uno entienda ese lenguaje, deduce que no se sabe qué o no se quiere que se sepa porque tampoco se sabe mucho sobre el asunto. Por lo pronto ya está creado el dicasterio, a falta de las últimas formalidades. Pero, como dice el mismo Fisichella, debe ser cargado de contenidos, enigmática expresión, muy intranquilizadora porque parece decir que se ha creado algo sin sustancia, un dicasterio "vacío" que hay que rellenar con algo.
Digamos, interpretando a Fisichella, que se está poniendo el huevo, con bastante esfuerzo, porque parece ser que se trata de un "huevo colectivo", puesto por muchos y respetando a todos. Lean, reflexionen sobre las palabras de Fisichella:
"...É una ópera di costruzione, dobbiamo riflettere e trovare gli istrumenti i linguaggi e le forme perché l'annuncio di Gesú possa ancora suscitare la fede nell uomo cntemporáneo...In tutte le Chiese c'e una grande vitalitá, sono sortí movimenti e associazioni, ci sono parrocchie e il volontariato. Il nostro compito sará leggere tutto questo e farlo diventare un progetto comune e unitario nel rispetto delle diverse tradizioni..."Traduzco (por si no se han enterado):
"Se trata de una construcción, debemos reflexionar y encontrar los instrumentos, el lenguaje y las formas para que el anuncio de Jesús pueda aun suscitar la fe en el hombre contemporáneo...En todas las Iglesias (nótese bien que dice "iglesias", muy significativo el detalle, da non pérdere que se dice) existe una gran vitalidad, han surgido movimientos y asociaciones, están también las parroquias y el voluntariado. Nuestro cometido será leer todo esto y convertirlo en un proyecto común y unitario desde el respeto a las diversas tradiciones."
Una frittata. En italia no se hacen tortillas a la francesa, sino que lo corriente es hacer una frittata: Se cascan los huevos, se baten un poco para mezclar ligeramente yemas y claras, y se echa la mezcla a la sarten, con poco aceite, se remueve como un revuelto, un par de vueltas, listo y al plato. Eso es una frittata. Se le pueden añadir otros elementos, verduras, champiñones, bacon, etc. al gusto del interesado, o según la ocasión y los medios. Como lo de Fisichella, piú meno.
La sensación de indefinición omnímoda del invento sube un grado cuando dice Fisichella que
"...Si tratta di impegnarsi su due fronti. Da una parte la collaborazione con i dicasteri che per diversi aspetti giá lavorano in questo ámbito nella Santa Sede. Dall'altro, un lavoro con le conferenze episcopali e le Chiese in Europa, nell'America del Nord e del Sud, in Australia, in somma, in tutto ció che di fatto é Occcidente, le Chiese d'antica fundazione, almeno come tradizione. La nuova evangelizzazione si rivolge ai Paesi giá "credenti", dove ci sono battezzati má si fa strada l'indifferentismo, l'allontanamiento dalla Chiesa e dalla prática religiosa, il relativismo ético..."Traducción: - "Es un empeño con dos frentes. Por un lado la colaboración con los diversos dicasterios de la Santa Sede que vienen trabajando en este mismo ámbito. Por el otro, el trabajo con las Conferencias Episcopales y las Iglesias (Diócesis, debiera decir) de Europa, América del Norte y del Sur (del Sur y del Norte, debería haber dicho, por precedencia, por Historia), de Australia, en suma en todo el Occidente, las Iglesias (Diócesis, es decir) de fundación antigua, con tradición. La nueva evangelización se dirige a los paises ya "creyentes", donde existen bautizados pero donde crece el indiferentismo, el alejamiento de la Iglesia y de la práctica religiosa, el relativismo ético..."
Interpretando, yo diría que se pretende que el nuevo dicasterio sea un "dicasterio transversal", o "interdicasterial", y tambien un dicasterio "internacional". Y, aunque no se diga explícitamente, con "vocación ecuménica", por supuesto.
Llegado a este punto, se me agitan las cuestiones al respecto. Porque no dudo de que la inciativa del Papa tenga sus justos motivos, y que estos sean de peso, de suficiente entidad como para instituir ese nuevo dicasterio. Pero las respuestas vagas (?) de Fisichella, su primer gestor, me inquietan por todo. Y por Fisichella.
Digamos que suena a más de lo mismo, con esa sensación de perpetuación vaticanosegundista, entusiasta en medio de la debacle, como si de una "propuesta" política se tratara, de ese tipo de "inciativas" que improvisan nuestros gobernantes, creando ministerios para la crisis en medio de la crisis sin precisar mucho el qué y el cómo, pero haciendo hincapié en la premura de las circunstancias.
Cuando se habla del declive del Cristianismo en las sociedades del Occidente Democrático, se olvida que el Occidente Democrático emerge confrontado ex origine con la Iglesia, la Iglesia Católica. El liberalismo doctrinal está en la base del pensamiento y la sociedad contemporáneos, opuestos absolutamente al concepto de "dogma". Desde esta evidencia, ¿"nueva evangelización" significa la reconquista de los postulados perdidos, la batalla por la revalorización de los fundamentos religiosos, cristianos, católicos, morales y éticos perdidos, traicionados, abandonados despreciados? Ad intra y ad extra, primero en la propia Iglesia y luego en la sociedad. ¿Se trata de eso?
No, parece, según las palabras de Fisichella, que no. Se trataría más bien (más mal?) de una especie de "nueva propuesta" del "mensaje" en medio del generalizado "eclipse del sentido de Dios".
El periodista-comentarista Luigi Accattoli, en un entusiasta articulete de presentación de Fisichella y su dicasterio, habla de "...gran desafío entre cristianismo y paganismo" y de "explorar un terreno desconocido" con el fin de " encontrar los medios adecuados para volver a proponer el Evangelio de Cristo al Occidente que sufre un dramático eclipse del sentido de Dios...".
En alabanza de Fisichella, insiste en presentarlo como un hombre mediático, muy bien relacionado, abierto a la actualidad capaz de adoptar posturas "desafiantes", de complacer a la derecha y de alinearse, a la vez, con el siniestroso Romano Prodi. ¡Qué más decir!
No quisiera dejar la impresión de que censuro a la criatura desde antes de venir al mundo. Por eso he escrito "huevo", con cierto sentido eventual, por describir la cosa desde fuera, sin romper el cascarón y ver qué hay dentro. Sólo reflexiono sobre las declaraciones de Fisichella, tal y como las he leído en esos articuletes que cito. Solamente.
De las declaraciones de Mons. Rino Fisichella, destacaría, en positivo, cuando dice que:
"...fin dai primi tempi, la Chiesa si é distinta da qualsíasi altra comunitá perché celebrava l'Eucarestía, annunciava la parola di Dio, e testimoniava la caritá..." / Desde los primeros tiempos, la Iglesia se ha distinguido de cuaquier otra comunidad porque celebraba la Eucaristía, anunciaba la Palabra de Dios y testimoniaba la caridad.Verdaderamente es así, ha sido así. Si "nueva evangelización" significa una renovación para volver a la tradición litúrgica, doctrinal y asistencial de la Iglesia, en puridad católica, expurgando equívocos, confusiones, abusos y degeneraciones, insistiendo en la piedad litúrgica, la clara doctrina ortodoxa, la abnegación ejemplar de las obras de asistencia y caridad, entonces bendito y bienvenido sea el nuevo dicasterio con su nueva evangelización.
De todas formas, no dejan de ser inquietantes otros comentarios del mismo Fisichella, este por ejemplo:
"...l'eclissi diffusa del senso di Dio ha portato anche noi, umoni di Chiesa, a smarrirci in un labirinto che in alcuni ha fatto perdere di vista l'obiettivo principale..." / El eclipse del sentido de Dios, tan difundido, nos ha llevado también a nosotros, hombres de Iglesia, a extraviarnos en un laberinto, haciendo que algunos pierdan de vista el objetivo principal.
Espero y deseo que no sea el mismo Fisichella uno de los perplejos atrapados en el laberinto, y que no sufra pérdida de la visión del objetivo fundamental.
Oremus!
+T.