Patéticas las secuencias de los dos féretros de los dos soldados israelíes. Más patéticas, con estrambote de masas fanáticas, las de los ferétros de los soldados de Hizbolá, con honores de héroes. Un intercambio de muertos, políticamente pactado y celebrado. Patético y trágico.
Hace dos años tuve un incidente en un foro de inet.discutiendo sobre la matanza de civiles libaneses causada por los bombardeos del ejercito de Israel sobre el castigado Líbano. Una desvergonzada sionista (travestida de archi-católica ppera) y un aguerrido fantasmón neocon-ultra-reciclado en católico majadero, me pusieron de chupa de dómine y no te menees con el beneplácito tácito de los regentes del foro (de la misma brava estofa que los dos foro-agresores). Era por Julio, a fines de mes, cuando más arreciaban las bombas sobre el Líbano. Las bombas que ponían muy contentos y enardecían la vis bélica de la trupe del foro aquel; las bombas que eran buenas cuando caían sobre los libaneses y eran malas cuando caían sobre Israel.
Por todo aquello, el Líbano ha estado al borde de otra guerra civil, por lo menos. Y a ver en qué queda la cosa. Hoy daba escalofríos ver la bandera del Líbano envolviendo los ataúdes de los muertos de Hizbolá, porque el Líbano no es Hizbolá. Pero Israel está haciendo todo lo que puede para que Hizbolá sea el Líbano. No sé si lo veremos.
La radicalización de todo el Oriente Medio y el mundo musulman no se entiende sin ese atentado contra la historia, la paz, y la razón que es el estado de Israel. Por lo menos ese estado insostenible e injustificable de Israel en que se ha plasmado lo que fue el bienentincionado proyecto de un estado para Israel.
Estos días atrás, el juego bélico de todos los veranos iba de misiles de Irán y contra-misiles de Israel. Bravatas de generales como si el siglo XX reviviera el espíritu de Roma contra Sasánidas. Qué espanto!
Todo se ha enrarecido, contaminado. Las piezas del juego, y las conciencias, y las opiniones; todo ha cambiado. Y es dificil mantenerse crítico contra ese imposible Israel y que no te miren como enemigo de Occidente. Un Occidente tan implicado en los crímenes del Medio Oriente que da vergüenza reconocerse de ese mismo Occidente.
Abomino de toda la morería terrorista, militante, atentante, invasora; me crispa toda política de débiles y corruptos pactando sonrisas con cús-cús y carnero asado al ramadán. Detesto la infiltración tan nociva de la morería en los pueblos y entre la gente que conozco y que me afectan. Quisiera que todo parara y que fuera reversible; eso quisiera. Y que lo morisco volviera a ser sólo una clase de jazmín y una lección de Historia de España.
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Pero me avinagra la razón que se montara hace dos años una guerra en el Líbano por dos soldados secuestrados. Y que la guerra dejara más de 1500 muertos en el Libano (y 200 en Israel). Me sublevan estas estadísticas de muerte con muertos tan desproporcionados. Y me da horror pensar el desate de rabia y terror que se está perpetuando. Sólo hay que ver las escenas de los ataúdes entregados en trueque y cómo los reciben unos y otros.
El Islám es el Islám, ya lo sé. Pero que no me digan que ese Israel es de los mios y que tenemos que estar con ese Israel.
Desde los siete años sé distinguir el bien del mal.
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