miércoles, 31 de octubre de 2007

Sanctorum Communionem Credo

Nos decían en las catequesis, cuando niños, que en los Santos, como en las vidrieras de las iglesias, se traslucía la Luz de Dios. Así me lo contaron una vez, y esa imagen de la luz se me viene a la imaginación cada vez que me toca explicar qué son/cómo son los Santos.

La Santidad es un atributo esencial de Dios, inseparable de su Ser. Desde Él se comunica a todo lo creado, hasta ese grado ínfimo de la criatura simple que participa algo de la santidad por ser, sencillamente. Pero en el hombre la santidad es una vocación, una expectación, un aliento de más ser; lo que busca el mortal a tientas y enmedio del desegaño insatisfecho de las cosas, el cristiano sabe que es la santidad: "Quemadmodum desiderat cervus ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus..." Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a Ti, Dios mio..." Sal 42, 1

Agustín dice lo mismo al comenzar las Confesiones: "Para Ti nos hiciste, Señor, y nuestro corazón deambulará inquieto hasta que en Ti repose...", casi proclamando la sentencia de que la santidad es el cánon del hombre, su proporción, su medida. El cánon de Protágoras es insuficiente: El hombre es la medida de todas las cosas...pero no para sí mismo.

Las palabras del Señor son la sentencia de esta ley: "Sed perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto" Mt 5,48 / "Sed misericordiosos como vuestro Padre celestial es Misericordioso" Lc 6, 36 / "Sed santos porque yo, vuestro Dios, soy Santo" Lev 19, 2

Y cabe hacer la ilación consecutiva saltando de santidad a misericordia y de misericordia a perfección; y también desde la misericordia a la perfección concluyendo en la santidad; o variando la secuencia empezando por perfección con la misericordia enmedio y la santidad al final...

Son las variaciones sobre la santidad, tan ricas y matizadas como las policromías irisadas y traslúcidas de un vitral de un rosetón: Una misma, sóla y única Luz trasluciéndose inagotable y haciendo de luz lo que traspasa: "..No destruye la naturaleza, sino que la perfecciona y la eleva".


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Huesos de Santo y batatas


Mi abuela Antonia tenía su peculiar calendario, que era de fiestas y dulces: Cada una tenía su repostería y era pecado tomar el dulce que no era en la fiesta que no tocaba. Los pestiños y las perrunas de manteca y almendra son de Navidad, como los alfajorillos, los mantecados, las tarteras de cidra y el mazapán; pestiños y perrunas se hacen en casa, y los otros se encargan fuera. Para Semana Santa, torrijas, pellizcos, piñonates, gañotes y empanadillas de cidra. Para los dias de los Santos de la familia, brazos de gitano, bizcochos, huevos reales, empanadillas de crema, y, si caen en verano, helados de mantecado al corte. Por los Santos y Difuntos, las batatas al horno, las batatas en almíbar y...los huesos de santo.

Los huesos de santo eran una especial chuchería que se traía de Sevilla, de alguna de las confiterías de toda la vida. Mi abuela Enriqueta era la especialista y distinguía si eran de La Española, de Ochoa, de La Campana, o de Convento. Mi padre, que era quien se encargaba de comprarlos y traerlos a casa, prefería los de La Española. A mí me gustaban todos, y me gustan y los compro con esa especie de ritual casi de culto. Y es que soy muy de rito hasta para eso, como Dios manda.

¿Y qué se lee en estos dias de Los Santos y los Difuntos? Se lee la "lectura recreativa" del Padre Coloma "Era un Santo!" ¿Que no la conocen, que no la han leído, que no saben quien es el Padre Coloma? O,mio Dio! Mon Dieu! My God! Mein Gott!!!!! Uds. los que no leen al padre Coloma (ni comen huesos de santo por los Santos, seguro), ustedes acabarán mal.

Háganse el favor de comprarse una bandejita de huesos de santo, y cómanselos leyendo "Era un santo!" . Será el comienzo de una deleitosa afición que les abrirá el apetito de otros y más altos deleites.


N.B. Postrimerías y postre vienen de lo mismo: Considerénlo, medítenlo.


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martes, 30 de octubre de 2007

Un cuento (incompleto) de Otoño


Ya las mañanas eran frescas, y había que salir con algo de abrigo. A las siete clareaba, con los gallos cantando en los corrales y algunos perros ladrando a lo lejos, que parecía que se escuchaban más porque el frio hace más silencio de fondo, y empezaba a notarse el frío.

Cuando fué a arrancar el coche, tuvo que repetir cuatro o cinco veces, porque la batería no iba a la primera. Los faros redondos del viejo Volkswagen, el primero y el único del pueblo, se encendieron poco a poco, con una luz amarillenta, tan perezosa como la mañana. Los cristales de las ventanillas y el parabrisas se empañaron nada más salir de la cochera; al bajar un poco el cristal, el aire frío se coló dentro con el olor de la retama que quemaban en el horno de la tahona de Dámaso.

Camino de la estación, vió el humo de los boliches encendidos en la cuesta; Manuel el cisquero y uno de sus hijos cargaban unos sacos de picón sobre dos borricos, y junto al chozo había dos montones de carbón.

Tomó un café con leche y una torta de aceite, con la copita de coñac que le sirvió Melitón sin pedírsela, mientras leía por encima el Abc, en la cantina de la estación. Al salir se caló la mascota y se subió el cuello de la gabardina. Fuera se había levantado una neblina que daba más sensación de frio. Recogió a los chiquillos en el andén; venían medio dormidos, la niña en brazos de la tata, que parecía más vieja con la toquilla que traía echada sobre la cabeza, tapando con un pico a la pequeña.

Al entrar con el coche por el corralón de atrás esperaron a que salieran Juan el Moreno y uno de los mozos, que llevaban una yunta de mulos a la herrería. En la cocina habían encendido la chimenea baja, y ya tenían los tazones puestos en la mesa, esperando el chocolate que se hacía en la hornilla. Olía a pan tostado y café.

Las mujeres entraron todas corriendo al oir a los niños, que echaron a correr abrazándose al cuello de las tías, que se los comían a besos.

En la calle, el de los calentitos pregonaba con su vocecilla ladina: ¡¡¡Caleeeen...titooo...calieeeenteeees...!!! Y los niños pidieron y una de las muchachas salió a comprar unas ruedas.

Cuando acabaron de desayunar, ya eran casi las nueve. En la torre tocaba el último para la Misa, y los mayores se fueron a la Iglesia. Las tatas se llevaron a los niños a la huerta alta, a cojer granadas

En el salón habían encedido el primer brasero, y toda la casa olía a alhucema, desde el zaguán al patio.

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domingo, 28 de octubre de 2007

Pulchra Victrix


El rey dijo a Ester: "¿Qué tienes, reina Ester? ¿Qué es lo que quieres?
¡Incluso la mitad de mi reino te será concedida!". Est 5,3.

Durante la semana pasada se ha estado leyendo en la secuencia del Oficio de Lectura el libro de Ester. Se trata de una de esas historias menores, anecdóticas, que se incluyen en un apartado de los libros históricos junto con los libros de Tobías y Judit . El tema de la narración es la peligrosa situación del pueblo judío a punto de perecer víctima de una persecución general, por instigación del primer ministro del rey Asuero de Persia. Por la intercesión de Ester, una joven israelita que ha llegado a ser esposa del rey, se destapa la trama criminal, el culpable es ejecutado y el pueblo hebreo se ve libre de la amenaza que pesaba sobre él.

La narración pondera en todo momento la belleza imponente de Ester, incluso apreciando la irresistible sensualidad de su porte, que llega a fascinar al poderoso rey hasta ese extremo de la cita, tan oriental "...la mitad de mi reino te daría...", que parece adelantar el escenario de las mil y una noches de Bagdad.

Lo impresionante, sin embargo, es descubrir cómo la belleza, la sensualidad, la gracia corporal, el exorno, la insinuante conversación, el gesto femeninamente estudiado...todo eso se hace instrumento de salvación inspirado y sostenido piadosamente, ofrecido religiosamente como un singular sacrificio a Dios.
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Y Dios lo acepta: El sacrificio de la reina Ester, con todo su envoltorio de sensual y femenina hermosura.

Los judíos celebran todavía la fiesta de los Purim que conmemora la novelesca hazaña de la bella Ester. Los cristianos (los católicos!) hemos ido más lejos:

Interpretando alegóricamente toda la narración y sus principales elementos y protagonistas, se entiende la historia como una preciosa profecía: El pueblo amenazado es la Iglesia; Amán, el ministro malvado, es el Demonio; el poderoso rey Asuero es figura de Dios; y la reina Ester es una imagen de la Virgen María, Reina intercedente, espléndida y de majestuosa belleza que alcanza con su poderosa súplica la protección para su pueblo y el castigo del perverso enemigo.

A mí me emociona.
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P.s. Lo de Judith Triunfans, para otro día: No se me adelanten.
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N.b. La pintura de rutilante escenografía es de Sebastiano Ricci, veneziano (1659-1734); la quasi porno, de Chasseriau (francés, claro); se titula "La toilette de Esther", que suena ya casi porno total (y eso que es de 1841); está en el Louvre.


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Dies Irae secundum Verdi

Para ir ambientando las próximas Fiestas y Conmemoraciones:





Iba a poner uno dirigido por Claudio Abbado, pero este otro de este señor con su batuta y su kippá tiene mejor calidad de sonido (recomiendo oirlo a todo volumen, si no no es lo mismo). Entre los cantantes está el desaparecido Luciano Pavarotti, q.e.p.d.A.

Uds. sabrán la historia, pero se la resumo por si acaso: Verdi pensó dedicarle una Misa de Requiem a Rossini, con motivo de la muerte del gran maestro en 1868; contaba con otros compositores italianos del momento para que cada uno compusiera una parte de la Misa; él se reservó el Libera me Dómine. Pero el proyecto se malogró, y sólo después de algunos años volvió Verdi sobre esta partitura con motivo de la muerte del novelista Alessandro Manzoni, al que quedó finalmente dedicado en 1874.

Es una pieza impresionante, especialmente este arranque de los coros en la secuencia Dies Irae.

P.s. Es la 1ª parte; si gusta, pongo la 2ª; si no gusta...es que tiene Uds. un mal gusto de muerte.

P.p.s. Bueno, todo esto si hay "ustedes", claro.

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viernes, 26 de octubre de 2007

Templarios (absolución y vindicta de)


Muchas veces me gusta considerar cuánto depende la actualidad del pasado; o cómo este insiste en aflorar recurrentemente; y también la de veces que se instala de manera casi habitual en nuestro presente.

El Archivo Secreto Vaticano - entidad dependiente de la Biblioteca Apostólica Vaticana (que permancerá cerrada por obras durante los próximos 3 años...que es es como decir un cuartito de hora tratándose de tan centenaria y sobre-temporal institución) - acaba de presentar una impresionante edición facsímil del célebre pergamino de Chinón, con la absolución de Clemente V a la Orden de los Caballeros del Temple. Se han reproducido sólo 799 ejemplares, que ya se disputan las más afamadas bibliotecas, universidades e instituciones del mundo; el precio de venta de cada uno de esos ejemplares en pergamino será de 5.900 euros (lo que vale en el mercado actual la reproducción en facsímil de un códice; un precio casi simbólico). En graciosa deferencia del Archivo Secreto Vaticano, vea el que quiera aquí el pergamino (gratis) :

Pergamino de Chinón (picar sobre visualizar en la pestaña superior)

El documento facsimilizado (una amplia hoja de pergamino plegado y enfundado en piel) es el acta oficial que cerraba la investigación eclesiástica sobre el Temple, con la absolución de las terribles acusaciones de herejía y brujería que pesaron sobre los templarios por instigación del rey Philippe IV de Francia. El pergamino fue hallado entre los fondos del Archivo Secreto Vaticano hace unos años, cuando se creía perdido o destruído. Las actas tienen la valiosa addenda de comentarios al margen hechos por el propio Clemente V, el papa que desde Avignon extinguiría de manera oficial a la envidiada y temida orden de caballería en 1312, con la bula Vox in Excelso y todo un Concilio, el de Vienne (1311-12), convocado ad casum.


De nada valió ni la absolución papal ni la supresión de la Orden del Temple, porque no era sólo eso lo que se buscaba. El rey Felipe IV le Bel (el hermoso), acuciado por grandes déudas de estado, estaba decidido a hacerse con las riquezas de la Orden y fraguó junto con sus eficientes y poco escrupulosos colaboradores la trama de acusaciones y presiones que acabarían con el Temple y sus caballeros. El capítulo final después del proceso exculpatorio de la Iglesia, lo consumaría el monarca francés en uno de los más inicuos procesos de la historia: sometidos a vejaciones, amenazas, cárceles y torturas, finalmente su gran Maestre Jacques de Molay junto con algunos de sus cofratres reconocieron todos los horrendos crímenes que sus torturadores les obligaron a confesar. El 18 de Marzo de 1314, fué quemado en la hoguera junto con su hermano de orden Godofredo de Charnay ; antes que ellos, varios centenares de templarios habían sucumbido también víctimas de las torturas, el cadalso y las llamas, todos a manos del regio victimario Philippe le Bel y sus agentes.

El cronista Geoffroy de Paris, narra así los últimos momentos y palabras del Gran Maestre Jacques de Molay antes de morir en la hoguera:

« Le maître, qui vit le feu prêt, s'est dépouillé immédiatement, et se mit tout
nu en sa chemise... Il ne trembla à aucun moment, bien qu'on le tire et
bouscule. Ils l'ont pris pour le lier au poteau, et lui, souriant et joyeux, se
laisse faire. Ils lui attachent les mains, mais il leur dit : « Dieu sait qui a
tort et a péché, et le malheur s'abattra bientôt sur ceux qui nous condamnent à
tort. Dieu vengera notre mort. Seigneur sachez que, en vérité, tous ceux qui
nous sont contraires par nous auront à souffrir »

(El maestre, que vió el fuego preparado, se desvistió enseguida, y quedó desnudo, sólo cubierto con la camisa...En ningún momento tembló...lo llevaron a atar al patíbulo, mientras él, sonriente y alegre, se dejaba hacer. Le ataron las manos, mas él les dijo: "Dios conoce quién es el que yerra y ha pecado, y la maldición caerá sobre quienes nos condenan. Dios vengará nuestra muerte. El Señor sabe en verdad que todos los que están contra nostros, por nosotros tendrán que sufrir").


Otra tradición cuenta que maldijo hasta la decimotercera generación a los tramadores de la conspiración y a sus condenadores, con la tremenda casualidad (?) de que aquel mismo año de 1314 morían el Papa Clemente V (20 de Abril) y el rey Philippe IV (29 de Noviembre).

El juicio de la historia baldona la memoria de los responables: La del Papa Clemente V - francés, el primer Papa del lamentable período de Avignon - merece que el gran Ludwig von Pastor le califique "el más servil de todos los pontífices del siglo".

La calificación de Philippe IV le Bel, resulta más equívoca: Todas sus terribles injusticias, vejaciones, abusos y atropellos se le disculpan bajo la consideración de ser el primer monarca que define el futuro concepto de "estado nacional" y "soberanía absoluta", inaugurando una tendencia que ya no cesará hasta la cumbre de las monarquías absolutistas del XVII-XVIII. En el fondo late la animadversión de casi toda al historiografía occidental contra la Iglesia: Ni el atentado contra el octogenario Bonifacio VIII, ni la amenazante presión sobre Clemente V, ni el inicuo y canallesco proceso contra los Templarios significan apenas nada; sólo ponderan la ferocidad de carácter, su versatilidad política, y la férrea voluntad con que este monarca dirigió los asuntos de su reinado.

Sus contempóraneos hicieron, sin embargo, otra lectura de los hechos, desde la fulminante muerte de este Felipe IV el Hermoso, hasta la deshonra y la tragedia de su familia durante el reinado de sus hijos, Luis X el Obstinado (su esposas y su cuñadas Margarita y Blanca de Borgoña, mantuvieron licenciosas relaciones adúlteras con los hermanos Philippe y Gaultier de Aunoy, siendo descubiertos y condenados todos a terroríficas penas), que darían materia para el drama folletinesco del gran Dumas La Tour de Nesle o la Torre de los placeres (si tienen paciencia, léanla...pero sin imaginar demasiado).
Además, todos sus hijos tuvieron efímeros reinados : Luís X 1314.16; Juan I el Póstumo 1316; Felipe V el Largo 1316.22; y Carlos IV el Hermoso 1322-28; y todos ellos murieron sin descendencia directa. Con ellos se extinguió la estirpe de los Capeto, sucediéndoles su primo Felipe VI, primer monarca de la Casa de los Valois.

Y, como terrible coda de la historia, la Guerra de los Cien Años.

Todo esto ha venido por la actualidad de los Templarios, que lleva aparejada la sabia y vieja moraleja sentenciosa: El que la hace, la paga (en esta vida...o en la otra). ¡Que el Señor nos libre!


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De Martíribus


Al término del segundo milenio, la Iglesia ha vuelto a ser de nuevo una Iglesia de Mártires.

Esta cita de Juan Pablo II aparece en el mensaje que la Conferencia Episcopal Española ha dirigido a todos los fieles de España con motivo de la próxima beatificación de 498 Mártires, víctimas de la violencia anticristiana desatada en nuestra patria durante los años de la Segunda República y la Guerra Civil.

Las duras circunstancias que vivió la Iglesia Española en aquel trágico período de nuestra historia, se sellaron con miles de martirios que revivieron la crueldad de las antiguas persecuciones, a la vez que reactivaron la extraordinaria vocación martirial que es, desde sus orígenes, uno de los sellos que marcan la identidad de la Iglesia de Cristo.

No hay, no ha habido, Iglesia sin mártires. En nuestra España reciente, un siglo de persecución y conflictos religiosos (desde la “Desamortización de Mendizábal” en 1835-36, hasta el final de la Guerra Civil en 1939) hicieron que la posibilidad del martirio se hiciera una realidad, vivida con la entrega en sacrificio de cuantos fueron expuestos al extremo de testimoniar con la vida su Fe.

Aunque el testimonio cristiano esté por encima de cualquiera consideración ideológica, el hecho del martirio evidencia la profunda confrontación-contradicción que la Iglesia de Cristo vive en medio del mundo, cuyos poderes se oponen, tantas veces, al Reino de Dios con una violencia deliberada. El odio a la fe y la persecución de los creyentes son un capítulo constante de la historia de la Iglesia, nunca cerrado, siempre re-protagonizado por nuevos cristianos.

La ocasión de la prueba fue también la oportunidad de la gracia. Con el recuerdo vivo de los que dieron su sangre por Cristo y su Iglesia, aparecen los ejemplos de virtud que les acompañaron: Hombres y mujeres de oración y Sacramentos, de Eucaristía y caridad, de humildad y abnegación, de trabajo y esperanza, de Iglesia y de familia, de compromiso y fidelidad, de valentía y sinceridad; constantes en la piedad y firmes en la adversidad; con la sencillez de sus vidas como medio, y una grandeza heroica en su final; todo un caudal de riqueza interior, espiritual, probada día a día y rubricada con sangre.

Así son los llamados, los elegidos por Dios para ser sal de la tierra y luz del mundo. De entre ellos, los Mártires con una particular vocación que manifiesta el Misterio de Cristo activo en la pasión de los miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia.

En medio de la polémica suscitada por la parcial recuperación de la “memoria histórica”, la Beatificación en Roma de estos 498 testigos de la Verdad supone una llamada a quienes nos toca vivir el testimonio de nuestra fe en una sociedad manipulada en su conciencia, que renuncia a los ideales cristianos y apostata de la ley del Evangelio de Cristo.

Como hubo un tiempo para los Mártires, ahora hay una oportunidad para renovarnos en gracia y en fuerza, alentados por el valor de quienes supieron seguir a Cristo hasta la cumbre de su Pascua de sacrificio y de gloria.

Si la sangre de los Mártires fue siempre semilla de nuevos cristiano, nos cabe la esperanza de que germine en la Iglesia de España la sementera de santidad que plantaron con sus vidas todos estos que se verán proclamados por la Iglesia Mártires de Cristo y partícipes gloriosos de su Reino.


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Este es el artículo que un "confratello" ha redactado para el boletín sevillano de la Adoración Nocturna. A la altura de las circustancias, y diciendo entre líneas más de lo que explícitamente puede leerse.

Yo acotaría el texto con las siguientes notas:

1º No sabían que iban a ser Mártires. Hay épocas, momentos, en los que los fieles entrevieron el riesgo, pero en la España de 1931-39, la gente, nuestros cristianos, no sabían a qué se exponían. Los agresores sí sabían (las víctimas rara vez son conscientes de su destino). Sólo al final, en el último momento casi, supieron que sus vidas estaban llamadas al testimonio cruento.

2º Todavía hay una parte de la Iglesia (clero y fieles) que se resiste a reconocer los hechos; a veces por la errónea catalogación ideológica que identifica estructuras y circustancias del mundo con las categorías del Reino de Dios, que no son de este mundo; por otra parte, el mismo desenfoque desde otra posición política rentabiliza con un entusiasmo parcial un acontecimiento que es intra eclesial en sustancia y sólo extra eclesial en cuanto testimonio anejo a la misión y la evangelización.

3º Los herederos ideológicos de la persecución, ni han reconocido los hechos, ni se consideran histócamente implicados, ni han pedido perdón, ni garantizan a la Iglesia y a los cristianos que episodios similares nunca se repetiran (por lo que a ellos respecta).

Esta "garantía" cerraría, en cierta forma, ese período martirial. Si no llega, si no se expresa, si no se patentiza, toda legislación sobre memorias de la historia será una parcialización falseada, insuficiente y tergiversada.

Y no quiere eso decir que no esperemos más martirios, sino que queremos que se reconozcan los habidos. Los del porvenir llegarán también, con la certeza del signo inseparable que acompaña un Misterio que está en el mundo, pero que no es del Mundo. Y lo sabemos:

Adsumus!

+T.

martes, 23 de octubre de 2007

Enigmáticas Credulidades


A yer me pidió un im-prójimo que le escribiera algo sobre las profecías de San Malaquías, para un foro de inet. sobre temas de historia. El im-prójimo no es de mis íntimos y no merecía especial consideración, pero él sabía que me tocaba una tecla sensible de las que me provoca irresistibles irrefrenables pedanterías. Que gustosamente pongo aquí tal cual publiqué en el foro del susodicho.

Antecedentes: Se hablaba-trataba de las célebres profecias de San Malaquías, que son una lista de 111 lemas cada uno describiendo-pronosticando a un Papa; la lista comienza con Papas del cuarto final del siglo XII y sigue hasta que termina con una admonición sobre la persecución última, el fin del mundo, y el Juicio Final, que seguirían al último Papa. Como la lista y sus Papas correspondientes se han ido adjudicando desde esa fecha que dije más arriba, estaríamos en estos momentos viviendo uno de los últimos pontificados (el penúltimo?) antes del final anunciado, que dice así:


"In persecutione extrema Sacrae Romanae Ecclesiae sedebit Petrus Romanus, qui pascet oves in multis tribulationibus, quibus transactis Civitas Septicollis diruetur, et Judex tremendus iudicabit populum. Finis. "

(En la persecución postrera de la Santa Iglesia de Roma ocupará la sede Pedro Romano, que apacentará las ovejas enmedio de muchas tribulaciones, transcurridas las cuales, la Ciudad de las Siete Colinas será destruida, y el Juez tremendo juzgará a su pueblo. Fin.)
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Esto fue lo que escribí para el im-prójimo impertinente y su foro:

La credibilidad de las "profecias de san Malaquías" estriba en la fecha de su publicación y su publicitador: Arnoldo de Wion, monje benedictino, en Venecia, sobre el año 1590-95, publica una obra titulada Lignum Vitae. Se trata de una recopilación de noticias sobre la vida y las obras de los más eminentes miembros de la orden benedictina, desde sus orígenes.
En el Libro IIº se enumeran por orden alfabético todos los obispos que han pertenecido a la orden de San Benito; al llegar a San Malaquías, obispo de Armagh, diócesis primada de Irlanda, allá por la mitad del siglo XII, se dice esto:

" Él escribió algunos opúsculos: Yo, hasta el dia de hoy, no conozco más obra suya que cierta profecía sobre los Soberanos Pontífices. Como es corta y no ha sido impresa todavía, que yo sepa, y como muchos desean conocerla, reproduzco aquí su texto."


Y seguidamente aparece la lista de los 111 (ciento once) lemas-motes.

La crítica más contundente que se le hace a estas supuestas profecias se resume en estos tres puntos :

1º No figuran en ninguna fuente, ni sobre ellas existe ningún testimonio parcial, directo o indirecto, en toda la Edad Media, sino que sólo aparece sin más referencias en ese libro de Arnoldo de Wion.

2º Desde el primer lema (Celestino II-1143) hasta el que hace el número 75 (Gregorio XIV-1591), los lemas aluden a elementos, figuras o referencias contenidas en los escudos de los respectivos Papas, o bien sus apellidos familiares, u otras señas personales como lugar de nacimiento o circustancias conocidas de su vida-trayectoria eclesiástica. Sin embargo, desde los Papas que se suceden a partir de las fechas de publicación del libro de Arnoldo de Wion, los lemas ya no describen escudos, ni apellidos, ni otros elementos claramente identificables con los Papas correspondientes, sino que los motes deben ser intrepretados desde consideraciones más bien alegóricas o remotamente referenciales.

3º La supuesta profecía con la lista de motes-lemas papales incluye sin discriminar a los Papas legítimos y a la vez y junto a ellos, en la misma secuencia, a los Antipapas ilegítimamente impuestos o elegidos que usurparon la Santa Sede durante los períodos de crisis o controversias político-eclesiásticas del Medievo.

Durante algún tiempo gozaron de cierto predicamento, sobre todo en los años inmediatos a su publicación. El mismo Ludwig von Pastor refiere que en el Cónclave de 1590 del que salió elegido Gregorio XIV (de brevísimo pontificado), los partidarios del Cardenal Simoncelli sacaron a relucir las supuestas profecías de San Malaquías como argumento a favor de su candidato.

Después, cuando fué evidente la diferencia entre los lemas de los Papas de antes de 1590-95 y los posteriores a esta fecha (la de la publicación del libro de A.de Wion), la lista de los lemas fue cayendo en descrédito y sólo recordada como una rareza atractiva para los aficionados a los enigmas y las supercherías por el estilo.

Téngase en cuenta que los años en que se publica el libro de Arnolfo de Wion corresponde a la misma época y ambiente en que vivieron otros adivinos y prognosticadores como el famoso Michel de Nostradamus y su también afamadas "profecias".

Personalmente siento la fascinación que contienen estos capítulos de la historia, pero soy muy escèptico a la hora de considerar una posible verosimilitud en sus contenidos.

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Y hasta aquí lo que escribí sobre el caso.

¿Qué más? Pues que esas cosas encantan hoy con tanta o más fascinación que en su tiempo; con la diferencia de que en el siglo XVI las cuestiones de fe, religión y piedad se tomaban más en serio y primaban sobre estas "profecías", que tenían su específico valor insertas en ese medio que las aceptaba como tales "profecías" bajo la presunta autoridad de San Malaquías.

Lo curioso es que no hace mucho, en los años cincuenta, un reportaje-documental sobre Pio XII se publicó mundialmente con el título de "Pastor Angélicus", que es el lema que en la lista de las "profecías" le corresponde al Papa Pacelli, Pio XIIº. ¿Porque se creía, porque se buscó la anecdótica coincidencia, por ninguna de las dos cosas pero sin excluir las dos a la vez...un poco? A saber...Pero así fué.

También curiosamente, los lemas de los últimos Papas, sin describir exactamente sus stemmae-escudos pontificios ni aludir a sus apellidos o procedencia, sí resultan relativamente apropiados a estos personajes (o será que la ilusión hace la acomodación); pero, por ejemplo:

Benedicto XV, el Papa que vivió todo el drama de la 1ª Guerra Mundial bajo su dificultoso pontificado, tendría el lema de RELIGIO DEPOPULATA (la religión devastada-despoblada)

Pio XI, el Papa que tuvo que sufrir el comienzo y el áuge del nazismo en Alemania y el fascismo en Italia junto con la consolidación del régimen ateo del comunismo en Rusia, tendría el lema FIDES INTRÉPITA (la fe intrépida).

Pio XII, el Papa de la 2ª Guerra Mundial, el fin del nazismo y el fascismo, el dogma de la Asunción, la apertura de la Iglesia a la modernidad, tendría ese lema ya comentado, PASTOR ANGÉLICUS.

Juan XIII, el Papa del aggiornamento que convocó Concilio Vaticano II, sería PASTOR ET NÁUTA (pastor y navegante).

Pablo VI, el Papa que protagonizó los dias del Vaticano II y su realización en la vida de la Iglesia tendría el lema FLOS FLORUM (la flor de las flores).

Juan Pablo I, que ocupó la Sede tan pocas semanas, tendría el lema DE MEDIETATE LUNAE (de la media luna).

Al gran Juan Pablo II le correspondería DE LABORE SOLIS (del trabajo del Sol).

Y al actual Benedicto XVI, DE GLORIA OLIVAE (de la gloria del olivo).


...Y ya no hay más lemas: Ese es el último de los ciento once; después sigue el tremendo final.

Se comprende que el asunto de las profecías de San Malaquías siga siendo tan atractivo, enigmático y fascinante. Y estamos en tiempos de eso: Las bagatelas primando y lo fundamental preterido; en particular todo lo que tenga que ver con la Iglesia, lo Cristiano, la Fe. Ya lo escribí aquí hace poco.


¿Ustedes qué opinan? ¿Ustedes opinan? ¿Hay "ustedes" que opinen?

Sírvanse, please. No se Corten: Sin vergüenza.


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lunes, 22 de octubre de 2007

Memorias de África

Ayer fue el día del Domund. De chico he salido con las huchas de cabeza de chino, o de negrito, o de indio; a mí la que me gustaba llevar era la del indio, con sus plumas (si alguien tiene una, se la compro; también la admito de regalo). Ya no salgo a pedir, ya no soy niño; ahora sólo estoy en Misa y entrego el sobrecito para la colecta.

En la Misa de 12, el cura dió su sermón (consistente-contundente-conmovente: Una pieza cada Domingo, porque mi cura no predica en vano); cuando llevaba diez o doce minutos de prédica, nos anuncia que la Delegación Diocesana de Misiones ha mandado a unas misioneras para que ambienten la colecta del Domund; que una de ellas, la madre Amparo, misionera durante muchos años en África, nos va a dirigir unas palabras.

La madre Amparo - setentona, gordona, con su toca y su hábito gris - se presentó: Había estado cuarenta años de misionera; cuando llegó, el país se llamaba Alto Volta, cuando lo dejó era Burkina Faso. Le pillaron allí los últimos años de la colonización, los años de la independencia, y desde entonces hasta que volvió, hace cinco años.

Comenzó a hablar sobre las doce y veinte (la Misa empezó a las doce); a la una menos diez seguía la madre Amparo, misionera, contando cosas del Alto Volta y Burkina Faso. El cura se removía en el sillón, se quitaba las gafas, se tapaba la cara con las manos, dijo tres "...ejem, ejem, ejem...!!!" desde su sillón, y la madre Amparo, impertérrita, seguía al micrófono.

A la 1 menos ocho minutos ( a continuación había otra Misa a la 1 ) el cura tomó medidas drásticas: Mandó a un monaguillo - ocho años, vestido de colorado, gafitas, tímido, chiquiturro - a decirle a la madre Amparo que acabara ya ; terminantemente. El monaguillo se fué junto a la madre Amparo, se plantó junto a ella, y muy suavito le tiraba de la falda a la monja. A estas alturas de la plática de la madre Amparo, con el cura a punto de la apoplejía y la escenita del monaguillo, la gente se lo estaba pasando bomba...pero deseando que acabara ya la reverenda con su relato.

Extracto del relato de la madre Amparo hasta que el monaguillo que le mandó el cura la interrumpió:

- Llegó al Alto Volta con treinta años

- vivió con otras misioneras en una choza de un poblado; tuvieron que dispersarse para abarcar más territorio de misión; a ella le tocó vivir en un pobladito de unas cincuenta familias, donde compartía media choza con una familia de padre, madre y cuatros chiquillos que habitaban media choza; la otra mitad era para la madre Amparo, una cabra y dos gallinas

- enseñaba a los niños francés; curaba en un dispensario; ayudaba a las ancianas del poblado; iba con las mujeres a recoger agua a 12 kms. del poblado; daba catequesis a los niños; rezaba

- se tuvo que venir de la misión porque, al poco de cumplir setenta años, enfermó y su Congregación religiosa le mandó venirse de vuelta a España y dejar su puesto en Burkina Faso a otras misoneras más jóvenes

- desde que llegó a España pertenece a una comunidad de su misma Congregación, en un asilo de ancianos y enfermos de alzheimer, en Sevilla

- todos los dias se acuerda de su gente, sus hermanos, que dejó en su aldea de Burkina Faso, y reza por todos

- necesitan recursos para mantener abierta la misión

.............. (y llegó el monaguillo) ....................


Era el relato de una vida, toda una vida; tan dificil de resumir y trasmitir en menos de una hora, enmedio de una Misa de Domingo, un dia del Domund.

Eran sus memorias de África. No era un relato de aventuras, ni de amoríos; tampoco había paisajes fascinantes, ni fauna salvaje. Eran las memorias de un África tan verdadera como la pasión de la madre Amparo: Un testimonio que no cabía en tres cuarto de hora porque se desbordaba desde un corazón que se había entregado a una Misión.

Lo pequeño unido a lo infinito (que es eterno) suma infinito (y lo eterno).

El monaguillo que mandó el cura a la madre Amparo estaba intentando parar una infinita eternidad de pasión hecha misión.

Ayer, el Domingo de la colecta del Domund para las misiones, en mi Parroquia.

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sábado, 20 de octubre de 2007

Iconodulía II


El culto de las imágenes sagradas conlleva otro culto distinto pero incorporado al estrictamente litúrgico, pudiéndose distinguir y definir como otra forma de iconodulía.

Me refiero al culto, exaltación, honra, etc. que el iconógrafo o artista en general tributa personalmente a Dios con su obra. Entiendo que es una extensión del "Caeli enarrant gloriam Dei, et opera manuum eius annuntiat firmamentum..."/"Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento la obra de sus manos.." Sal. 19,2. participado por el hombre, que proclama a Dios con su obra y anuncia sus maravillas.


El concepto "biblia de los pobres" se acuñó para referirse a la iconografía medieval y su facultad para explayar en imágenes comprensibles y elocuentes el contenido de los Libros Sagrados, junto con la doctrina y la piedad. El rico y precioso repertorio de esculturas, pinturas, vidrieras y miniaturas armonizó religiosamente el Medievo europeo con la belleza de las formas plásticas inspiradas en las Fuentes de la Revelación cristiana, la teología y el martirologio.

Junto a la intención icónica de representación de lo sagrado para ser objeto del culto litúrgico, el artista expresa a su vez su particular visión de lo sacro, que vertirá en determinadas formas desde la inspiración nutrida/iluminada por su fe personal. Con ello tributa un específico culto a Dios, objeto último de su obra.

El iconógrafo a la vez que opera para facilitar la participación cúltica de los otros, protagoniza él mismo de forma muy singular y personal la realización del icono-imagen, quedando reservada a su capacidad parte del efecto religioso-emocional que se consiga porteriormente al dedicar la imagen /su obra al culto de los fieles.


Toda obra de arte que represente el Misterio de Cristo llevará implícita la intención religiosa-iconódula de su artista. Más aun: En ciertas circustancias será casi un imperativo de la fe del artista expansionar su emoción plásticamente, a la manera del músico que compone o el poeta que escribe.

Es también la consecución de la exortación de Cristo:

"... no se enciende una lámpara para meterla debajo de un celemín, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz ante los ojos de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo." Mt 5, 15-16

Con un especial valor expresado en esos conceptos (obras/brillar/ver/ojos) que adquieren particular significación si los referimos a la obra de arte como vehículo del mensaje y motivación para el artista cristiano.

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viernes, 19 de octubre de 2007

Tácticas de anticristo

No saco estadísticas porque no tengo capacidades sistemáticas para esas labores, pero calculo que son cuatro o cinco los programas que se emiten cada semana en la tele sobre esotérismos y adláteres. Entre los temas recurrentes que forman parte del menú de esos espacios, siempre aparece algo de contenido cristiano, directa o referencialmente.


Por supuesto se trata siempre también de las cuestiones más periféricas, llamativas, extrañas, polémicas, fantásticas, etc ; y expuestas desde una intencionada presentación sensacionalista. Suelen ir acompañadas de ilustraciones, voz en off, comentarios, intervenciones de los espectadores y presentadores que proyectan dudas sobre las creencias cristianas. Otras veces se las ataca directamente, o se las cuestiona con argumentos que buscan dejar en evidencia a la Biblia, el Dogma, la Teología, la Tradición, o el Magisterio (aunque es rarísimo que los participantes y/o directores-productores del programa sepan distinguir bien estos conceptos, lo cual se les nota).


La otra noche, en casa de unos amigos, entreví uno de esos programas; no puedo precisar si era una cadena de las que emiten a nivel nacional o una local. El programa era de cierta calidad (escenario, decoración, iluminación, cámaras, presentación, y otros detalles estaban bien cuidados). Insertaron un reportaje de una televisión inglesa, con voz en off en español y algún subtítulo, con el archimanido tema del Grial aderezado con las nuevas lucubraciones fantásticas del código dV y otras ficciones por el estilo. La investigación de presuntos enclaves esotéricos en un condado inglés partía de una serie de imágenes e inscripciones de una vidriera de una pequeña capilla gótica de mediados del siglo XIII.


Lo esperpéntico de todo era que la enigmática vidriera era de serie (intuyo que de fabricación alemana, por lo que ví), de esas de gusto neogótico que proliferaron en la Inglaterra neogoticista de la Queen Victoria, el Príncipe Alberto, y el entusiasta arquitecto-decorador-historicista August Pugin. Como un muestrario de diseños y grafías del neogótico, en la vidriera salían junto al Rey Arturo y el Grial, una serie de emblemas cristianos (el Cordero, el Xrismón, el Fénix, el Pelícano, el Alfa-Omega...etc). Todo ello se convirtió en una delirante clave mágico-esotérica que conectaba lugares, personas, historia sagrada y profana...Salieron todos los tópicos de esa pseudo-novelística de historia ficción que ha infectado en los últimos años el mundo editorial. Todas las barbaridades una tras otra, en ristras como los ajos.


Claro que sólo yo lo advertí. Frente a la tele dos mocitos de 13 y 14 años se bebían el programita sin saber siquiera qué era el neogótico. Pero sí le sonaban las "imposturas cristianas", la perfidia de los obispos medievales, los oscuros secretos de los templarios, y toda la mentira que se esconde en cada una de las criptas de la capillas de las iglesias de los conventos de las catedrales de la Iglesia Católica.


Sus papás suponían que los chavales estaban aprendiendo, formándose en temas de historia y cultura; sus chicos no veían pelis violentas ni pornos, sólo esas cosas que les fascinan. También leen revistas sobre lo mismo y juegan con unos videojuegos también de templarios, griales, y monjes siniestros de terroríficas abadías. Unos niños muy caseros, muy tranquilos, muy leídos, muy instruídos, expertos casi.


Me auto-cito: Hace unos meses publiqué en este blog una entrada a propósito del retiro de Cuaresma del Papa y la Curia Romana, en los que el predicador había citado a V.S.Soloviev y su obrita sobre el Anticristo, con la tesis de que el anticristo en el siglo presente adoptaría la táctica de presentar a Cristo, el Cristianismo y la Iglesia como una ética, una cultura, una ideología.


Pero es peor: Cristo, su Vida, su Misterio, su Redención; la Iglesia, el Cristianismo, su Historia, su Arte; todo se ha trasmutado en tramoya de juego de rol, de novela de ficción, de programa de misterio, de revista de esoterismo.


Se está banalizando el Misterio, manipulándolo, tergiversándolo, mixificándolo, parcializándolo, desfigurándolo...Jugando con Él sin creer en Él...para que no crean en Él/ya no se crea en Él/no se pueda creer en Él.


Astuto el enemigo y letales sus armas.


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jueves, 18 de octubre de 2007

Santo iconógrafo Lucas Ev.


L a iconografía cristiana tiene su primer iconógrafo en el mismo Cristo (tradición del Mandylion de Edesa, la Verónica, y la Santa Síndone); el segundo iconógrafo de la tradición crisitiana es San Lucas Evangelista.
Aunque su profesión de médico aparece expresamente testificada en el Nuevo Testamento - "...Lucas, el médico querido..." (Col., 4, 14) - , la legendaria atribución de algunos antiquísimos iconos de la Madre de Dios prevaleció y quedó unida a la figura del Evangelista, que se popularizó como especial patrón de iconógrafos y pintores.

Pienso que la etiología remota de esta vinculación del Evangelista con la iconografía de la Virgen estriba en los bellos versículos de su Evangelio en los que San Lucas traza someramente un admirable boceto espiritual (psicológico?) de la Madre del Señor:

"...María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.../...Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su corazón..." Lc 2, 19 y 51.

Son dos exquisitas y penetrantes pinceladas, verdadero retrato de la Santísima.

En Roma, cualquier icono de la Madonna de reconocida antigüedad lleva aparejado la autoría lucana, desde la Salus Pópuli Romani de Santa María Maggiore a la Madonna del Ara Coeli, la de Santa María in Via Lata, y la de San Sixto, la de San Alessio y hasta la de la Clemenza del Trastévere; todas te cuentan que son de la propia mano del Evangelista, como si hubiera tenido taller propio en el Rione della Pigna.


Y sin embargo no se descarta que toda esa iconografía mariana dependa de un prototipo, de un cierto modelo arquetípico del que luego derivarían esas imágenes sacras, tan veneradas.


La sacralidad del icono es trasunto de la santidad del representado, ya sea Cristo, ya la Theotókos, o los Santos. La tradición iconográfica bizantina que pervive actualmente en las Iglesias Ortodoxas dependientes de los Patriarcados de Constantinopla-Grecia y Moscú y demás Iglesias Eslavas, vinculan todavía la santidad del icono con la del iconógrafo, al que se le exige una particular ascésis y condición espiritual para realizar la pintura sagrada.


En Occidente, la iconografía prescindió pronto de ese requisito, pasando al más libre y polimórfico mundo de las artes la competencia de las representaciones sagradas como un género más del repertorio y la inspiración artística. La progresión, evolución y perfeccionamiento temático y estilístico que caracteriza al Arte Cristiano occidental no se entendería sin esta emancipación de la iconografía repecto del iconógrafo.


Sin embargo lo que se ganó en riqueza y variedad expresiva, se perdió en intensidad mística. Un Michelángelo en Roma no es un Andreij Rublev en Moscú, o un Teófanes Griego.


En España nos cupo la suerte de acoger y enraizar como propio al excepcional Doménikos Theotocópuli, un extraño e irrepetible puente entre esas dos "esferas" de la iconografía cristiana.

Escribo esto en las postreras horas de la Fiesta de San Lucas Evangelista, médico e iconógrafo, desde Sevilla, que ha perdido la gracia santa para representar la Santidad y su Misterio, la aptitud para esa belleza. (Y rogando a San Lucas nos cure y nos la devuelva con salud y toda la santa plenitud que pueda alcanzarnos).
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Stride la Vampa!!!

Es también música de Otoño (de mis músicas para el Otoño); me estimula mucho mamma Azucena:



Canta Fiorenza Cossotto en la ópera de Viena, 1978.

La letra, por si la necesitan (es muy buena para los nervios):

Stride la vampa! - la folla indomita Corre a quel foco - lieta in sembianza; urli di gioia - intorno echeggiano: cinta di sgherri - donna s’avanza! Sinistra splende - sui volti orribili la tetra fiamma - che s’alza al ciel!
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Stride la vampa!- giunge la vittima nero-vestita, - discinta e scalza! Grido feroce - di morte levasi; l’eco il ripete di balza in balza! Sinistra splende - sui volti orribili la tetra fiamma - che s’alza al ciel!

N.b. No es de rigor necesario la peluca, ni la pose gitana; la llama tampoco es imprescindible, pero ambienta.

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martes, 16 de octubre de 2007

Almoneda

En Sotheby's van a subastar el óscar que le dieron a Orson Welles por Citizen Kane (1941). A saber cuánto pagarán finalmente, pero la estima oscila entre los 800 mil $ y el millón doscientos. Ya ha sido subastada una vez, esta es la segunda. Parece ser que Welles la entregó como "pago" a un colaborador, que lo intentó vender; la hija de Orson le demandó y recuperó el óscar, que a su vez ella vendió a una fundación, que es la que ahora lo saca a subasta.
No es nada, sólo uno de esos idolillos que dan en Hollywood, tan desprestigiados como, verbigracia, un Nóbel o un Planeta (en su escala cada uno). Pero Orson Welles sí vale, y por Welles siento este episodio de lacrimae rerum.

Algunas veces pienso qué pasará con mis cosas, las cosas que quiero porque en ellas ha quedado algo de mí o de los míos. Me preocupan sobre todo tres o cuatro géneros: Libros, papeles, cuadros, imágenes y fotografías; también algunas prendas de vestir y algunos cachibaches particulares.

Cuando compro algún libro en librerias de viejo, siempre me pregunto por su dueño primero, y por las otras manos por las que habrá pasado; suelo encomendarlos con una jaculatoria, o algo así, como una forma de agradecerles que su libro haya llegado a mi poder. Lo mismo cuando adquiero otros objetos de esos que busco con cierta pequeña pasión. (Alguna vez me definí como "estático acumulativo", pensando en esto que cuento).

Las cosas que nos acompañan y que han hecho cierta vida con nosotros, la participan. También la entorpecen y complican, y hasta enrarecen; desprenderse de algunas supone una liberación de ellas, higiénica para el alma y la mente, un ejercicio recomendable para hacer de tiempo en tiempo. Pero esas cosas que se dan suelen haber perdido parte de su valor o interés, y por eso se dejan ir con facilidad. Otras no: Van creciendo en aprecio, aquilatándose, ya sea con felicidad, ya con dolor, siempre con recuerdo.

Cuando hubo que vender la casa grande del pueblo, fuí testigo de una escena de esas que no se olvidan. Mis tías recogieron en un dos cajones grandes de tabaco todas las fotos que pudieron; eran fotografías antiguas, de la familia, parientes y amigos. Nos explicaron - nosotros éramos niños, pero entendíamos - que no querían que rodaran por ahí, sin saber quién las tendría, y por eso las quemaban. Hicieron una candela en uno de los corrales, y quemaron los dos cajones de fotos.

Ahora comprendo que era algo más, como una de esas vánitas que hacían en Florencia cuando Savonarola clamaba penitencia y la gente amontonaba muebles y ropas y cuadros y todo ardía en una hoguera de vanidades cosumidas por el fuego y reducidas a humo y cenizas. Momentos en los que toda una vida que declina se va con las cosas que fueron parte de ella. Si quedaran las cosas, la vida vinculada a ellas sería un absurdo ilegible, sin sentido, sin claves.

...O quizá bellos enigmas que despertaran en otros el eco del alma que las sintió.
Pero tengo claro que hay cosas que son para vivir o para quemar, nunca para vender.

Lácrimae rerum!


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Clérico-ficción (thriller de)


El boletín de la agencia Zenit sorprende - me sorprende - de vez en cuando con noticias que no sé qué pintan en un bolentín de una agencia como Zenit.

El de esta tarde trae una entrevista con un mozo de treinta y siete años que ha escrito un novelorio que dice Zenit que se está vendiendo y es casi best seller (horreur!). Y más horreur porque el novelorio del quasi cuarentañero es un thriller, una ficción eclesio-satánico-clerical-policíaca de intriga (no sé si sale sexo, que sería el colmo-olmo).

Pregunta el de Zenit: -"Pensábamos que la marea de «El código da Vinci» ya había pasado. "

Contesta el autor de treintisiete años: -" No sólo no se ha acabado con «El código da Vinci» ni con otras novelas que aprovecharon el tirón comercial de aquel libro. Es más, aquella literatura-basura prostituyó un género que no puede manejar quien no tenga fe, salvo que le sea ajeno el riesgo de caer en la desinformación o directamente en la calumnia."

Tendría que haber contestado simplemente : - No, como prueba mi novelorio. Voicí.

Mantengo la tesis de que el combate contra el enemigo no puede/no debe hacerse hacerse con las armas del enemigo; que una bomba atómica no se convierte en una bomba santa porque se bendiga con agua bendita y se adorne con una cruz; que una prensa amarilla no se combate con una radio amarilla. Verbigracia.

Me imagino que en el fondo ese novelorio del codigucho y la demás pseudo-novelítisca de ese pseudo-género que tanto vende, es por algo: Es porque engancha y crea adicción. Suele pasar. Y me atrevo a pensar que el autorcete de 37 del noveloriete que cuenta Zenit (hay que ver!), es un fascinado adicto del codigucho y que su novela es consecuencia, criatura, engendro de una loca e irresistible pasión (iba a añadir también "inconfesable"...pero no sé, porque la entrevista suena a, por lo menos, cuenta de conciencia).

Tengo un temor, una aprensión: Que la gente piense, se imagine, sospeche, que la Iglesia es así; que eso pasa en las Iglesias, que eso hacen los curas, que así es la Curia, que esos son los Cardenales, y que el Papa hace eso. Tengo este miedo. ¿Infundado? ¿No lo cuenta Zenit?

¿Digo como se titula el novelorio? Pues como una entrega de Harry Potter: "La sangre del pelícano". Original el muchacho de los trentisiete, como se ve. Lo peor es que lo explica y todo, con cita del Adoro te devote y Stº Tomás al canto, para que se sepa que sabe.

¿Que si yo no he leído bagatelas? Si, claro está que también he leído chucherías gustosa y despreocupadamente. Pero yo leía las cosas del Padre Brown de Chesterton...que no son lo mismo, que no es lo mismo.

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domingo, 14 de octubre de 2007

Acrópolis light


Están trasladando la Acrópolis. Me afectan estas noticias, mucho. Comprendo y me hago cargo, pero sin que la razón me evite la afección.

Un museo para una obra de arte es como un asilo para un viejo, o un zoo para una fiera. Por excelente que sea, es siempre una desnaturalización, una pérdida irreversible (?) de su originalidad, de su espacio propio.

La Acrópolis es una decepción para los que no saben qué es y qué van a ver; pero para el visitante sapiente es uno de los enclaves más emocionantes del mundo antiguo que conservamos en el nuestro. Aunque otros lugares históricos de la Hélade puedan competir con el promontorio ateniense, desde el romanticismo se la consagró como el icono identificativo de la Grecia imaginada y todavía accesible. El inconfundible perfil del Partenón le confiere una monumentalidad absolutamente definida, reconocible.

No sé cuántos años hace que las Cariátides del Erecteo no son las originales, sino unas réplicas de las auténticas, que se visitan en el correspondiente museo; pero ahora han barrido todo el área de la Acrópolis, y en el traslado van más de cuatrocientas piezas, desde cornisas a fragmentos de columnas y elementos arquitectónicos y escultóricos de todo tipo, que se expondrán en el nuevo museo.

El nuevo museo - ponderadísimo por el arquitecto ideísta/ejecutor y sus adláteres - es todo de hormigón, aluminio y cristal; el susodicho (me callo el nombre para eximirme de complicidades) dice que son "materiales honestos"; yo digo que es flagrante deshonestidad depositar sacros mármoles atenáicos entre esas sintéticas estructuras. Explica también que se pretende que todo el conjunto muestre la luminosidad esplendente del Ática; y yo no me explico cómo se nos toma el pelo, como si no fuera evidente que un mármol al sol de la Acrópolis pudiera estar peor iluminado que dentro de un escaparate de aluminio, cristal y hormigón.

Saldrán con las habituales justificaciones del deterioro ambiental, la contaminación, los riesgos, etc. que son (ay!) verdad, pero que se prestan como excusa formidable para perpetrar el atentado.

En las salas de aluminio, cristal y hormigón, han instalado una vitrina corrida para enseñar los frisos del Partenón; una de las vitrinas tendrá sólo los vaciados en escayola de los "mármoles Elgin", cuya reclamación por el gobierno de Grecia se reaviva ahora con la oportunidad del nuevo museo.

Sobre esa reintegración del patrimonio, no sé qué decidiría si estuviera en mi mano el decidir. Desde luego, a esa vitrina descomunal no los mandaría: Preferiría dejarlos otro siglo en el British, a ver si mientras se inventan mejores formas para preservar y mostrar lo mejor de nuestra historia.

A poder ser, in situ.

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Rex Christianorum


¿Cuales son las obligaciones de un rey cristiano? Defender a la Iglesia y a los débiles; proteger la fe y favorecerla, y ser campeón de la justicia y la paz.
Este "perfil" del monarca crisitiano está bellamente esbozado en el Salmo 71, un salmo mesiánico que canta y profetiza el reinado del Rey-Mesias:


"Dios mio da tu juicio al rey,

tu justicia al hijo de reyes,

para que rija a tu pueblo con justicia,

a los humildes con rectitud...

...Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres;
él rescatará sus vidas de la violencia,

su sangre será preciosa a sus ojos.
Que viva y que le traigan el oro de
Saba,

que recen por él continuamente

y lo bendigan todo el día.
Que haya trigo abundante en los campos,
y susurre en lo alto de los montes;
que den fruto como el Líbano,
y broten las espigas como hierba del campo.
Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra."


Un precioso ideal, casi intacto porque nadie lo ha consumado en su integridad y sólo alguna vez se ha asumido parcialmente.

En la Edad Media, desde esta inspirada concepción del rey y su vocación, la Iglesia pudo alentar, pero las más de las veces tuvo que recordar, amonestar, exigir y corregir. Con la paradoja de que la Iglesia misma tendería a representar funciones regias secundum mundum olvidando la alta esencia del Regnum Dei.

En la estamentación medieval, la gradación del gobierno (los grados del ser, doctrina tan apreciada por la Escolástica) descienden desde el Todopoderoso hasta el hombre común del pueblo llano; en la cúspide humana está el rey, y un plano más allá, entre lo humano y lo divino el Papa como cabeza visible de la Iglesia.

Cuando alguien destacaba y encarnaba de manera sobresaliente el ideal regio, la Iglesia lo advertía tanto como se afligía si era el caso contrario. La Edad Media se puede seguir haciendo secuencia de reyes probos y réprobos según la Iglesia, a la manera con que se les juzga en los Libros de los Reyes y Crónicas del Antiguo Testamento.

Pero son cotradictorios los valores en juego y la ponderación de los resultados. Así, el monarca que pretendiera ser virtuosamente cristiano se verá frecuentemente tachado de débil, influenciable, dubitante. Por su parte, el rey belicoso enfrentado a la Iglesia y sus prerrogativas será estimado como independiente, enérgico, de carácter.

Encontrar un Fernando III el Santo, Rey de Castilla y León y uno de los más completos hombres de su tiempo militar y políticamente hablando, y con fama contrastada de "santo", es una rareza (entonces y ahora). Su contemporáneo y pariente Luís de Francia fué más piadoso que afortunado en empresas guerreras y políticas, aunque con igual fama de santidad.

El Santo que ha conmemorado hoy la Iglesia, Eduardo el Confesor, es de esos con perfil piadoso, clemente, pacífico; defensor del pueblo, protector de los humildes, hombre de paz, monarca que rinde su trono, corona y cetro a los pies del Papa de Roma, defensor de la Iglesia, fundador de abadías...Pero monarca relativamente azaroso, que dejó un reino inestable y una conflictiva sucesión.

La perfección del ideal cristiano no se consuma en este mundo porque se encuentra en un Reino que no es de este mundo. Sin embargo sí está incoado en este mundo, y existe la vocación para continuarlo y desarrollarlo en este mundo hasta que, finalmente, venga Su Reino que no tendrá fin.

Tristemente Occidente vive en profunda crisis de monarquias y reyes que han perdido su ideal cristiano, o han renunciado a él, o incluso apostatado de él. Arturo es una leyenda, Carlomagno un nombre, los demás una crónica.
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Sin embargo, el ideal está profetizado: "...el librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector..." Faltan aquellos reyes que reinen, pero no estos pobres que claman.
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viernes, 12 de octubre de 2007

Armenios


Los hubo en Sevilla, como en cualquier gran ciudad; en Cádiz dejaron un rastro precioso, en la Capilla del Nazareno del Convento de Santa María, que forraron con paños de azulejos de Delft con inscripciones en armenio, y una preciosa pila benditera con su dedicatoria armenia. Una presea digna del Señor que allí se venera en esa Imagen de enigmáticos rasgos que sería tan del gusto de aquellos Zúcares armenios.


Están timbrados con la gloria de haber sido la primera nación que se convirtió al Cristianismo, con su rey Tiridates (Dertad) y la misión de San Gregorio el Iluminador, a comienzos del siglo IV. Quizá también por esa gloria hayan pagado luego el precio en sangre de la persecución, la dispersión y el martirio, como un signo providencial de elección.

Deberían haber desparecido como los pueblos y culturas de su entorno, absorbidas por persas y otomanos, pero han sobrevivido, anclados en torno al Ararat y dispersos como simiente al viento por todo el mundo.

Casi un siglo después de la inmensa persecución y masacre sufrida en Turquía, todavía están clamando un reconocimiento que se les concede con parsimonia y con polémica, quizá porque les ha faltado la fortuna de los medios y la publicidad de una causa.

Se han mantenido fervorosamente fieles a la Fe, y su Katholikós es casi su rey, y más que un rey.
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En Roma tienen Jerarquía Católica; me gustaba ir a su iglesita de San Biagio degli Armeni, en la Via Giulia, los 3 de Febrero por la fiesta de San Blas.

En Jerusalén son una de las Iglesias históricas presentes en la Ciudad Santa. La primera vez que entré en la Basílica del Santo Sepulcro, los sacerdotes de la comunidad de Rito Armenio celebraban su liturgia vespertina haciendo estación en la Piedra de la Unción. A pesar de la lengua, reconocí emocionado el fragmento de los Santos Evangelios con la escena de las Miróforas, lo estaban cantando mientras incensaban y besaban la Sagrada Losa.
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Por mis hermanos de Fe, la única Fe Salvadora, yo también reclamo que se les reconozca su martirio como pueblo, la sangre derramada de su nación, el genocidio perpetrado y silenciado.


Por mis hermanos los armenios.



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Cristophori ossa et cíneres


Como cada 12 de Octubre desde el año que volvieron a Sevilla, después de la Misa Capitular, una procesión de canónigos en hábito coral presidida por la Dignidad celebrante, irá desde la Capilla del Altar Mayor de nuestra Catedral Metropolitana a la cabecera del brazo izquierdo del crucero, delante mismo de la Puerta del Príncipe, entre las capillas de la Piedad de Alejo Fernández y la de La Gamba de Luís de Vargas, frente al colosal San Cristobal de Pérez de Alesio y la portadilla lateral de la Capilla de Ntrª Srª de la Antigua.

Allí mismo harán estación para rezar reponso ante el cenotafio monumental de Don Cristóforo Colombo, el navegante, el descubridor de las Indias Occidentales, el Almirante de la Mar Océana. Después del Cabildo Catedral, el Ayuntamiento de la Ciudad bajo mazas, el Ilustre Cuerpo Diplomático Consular, las representaciones de las Reales Academias y otras insignes instituciones hispalenses, rendirán homenaje y depositarán coronas en el monumento.

La ocasión es magna, pero la ceremonia íntima, con esa nobilísima discreción con que las grandes naves y el silencio catedralicio revisten cualquier acto que en su espacio sagrado se celebre. La trompetería de los órganos dobles del Coro sonará con fanfarrias sacras al compás de las voces de los sochantres. El arcoiris de las vidrieras pondrá azul de mar y verde de vida, rojo de ardor y amarillo de gloria al espectro de rayos que desde las bóvedas ojivales bajarán en haces de rayos hasta besar el pavimento con colores de etérea sutileza. Como todas las mañanas sevillanas, sin apenas distinción, sóla la marcada por las rúbricas de la Fiesta del dia.

Sevilla siempre supo que cuando volvía de Cuba, volvía Colón. La polémica la pusieron los de las Antillas que se quedaron sin su Descubridor, huérfanas sin la presencia de los restos mortales del patriarca de todas aquellas patrias de su descubrimiento, ese "Almirante Viejo" que rezan las crónicas de las remociones y traslaciones de sus huesos.

Según algunos que saben del caso, nunca salieron de Sevilla y se quedaron en su Cartuja, tan querida por el Almirante; o se fueron al ultramar algunos huesos suyos, pero no todos los que eran suyos, que descansarían en promíscuo abrazo de tumba con otros restos de los suyos, sus hijos, sus parientes.

Cuando han querido certificar la autenticidad de ese valioso documento mortal - ossa et cíneres - colombino, la esperada conclusión, como ya la sabía Sevilla, se recibió como recibe Sevilla las cosas de Sevilla, con Catedral, ceremonia, y apenas eco.
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Era un designio marcado por esas coordenadas: La Virgen de la Antigua, la primera advocación que llegó a las Nuevas Indias y la que tituló su primera Diócesis; y enfrente el gigante San Cristóbal con el Niño que lleva un Orbe en su manita; y en el centro los cuatro reyes de armas con los emblemas de Castilla, León, Aragón y Navarra (hay una Granada abierta en la esquina de la peana) que portan en procesión que no acaba el catafalco de Colón.


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jueves, 11 de octubre de 2007

Vaticano II, 45 años ha.

Hoy es el aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, el 11 de Octubre del 1962:

Las imágenes del video de la Filmoteca Vaticana me resultan archi-familiares. Y emocionantes, muy emocionantes.

La fecha de apertura era todo un símbolo, una dedicación, una memoria: El 11 de Octubre se conmemoraba el Concilio de Éfeso y se celebraba la fiesta de la Divina Maternidad de la Virgen María, la Theotokós.

Hoy, aquella Iglesia que sorprendió y entusiasmó al Orbe, protagoniza un tiempo de confrontación, también universal.

Y sin embargo es la misma y, en cierto sentido, más auténtica porque es signo de contradicción, como su Señor.

Dos consejos:

- Santiguarse cuando Juan XXIII aparece dando su Bendición (hoy que es también la memoria litúrgica del Btº Juan XXIII)

- Pedir que el Papa vuelva a usar la Tiara, que es su ornamento, y a sentarse en la sedia gestatoria, que es su transporte.

De todas formas sin tiara y sin sedia lo critican igual, y a nosotros, los pobres y los humildes, nos han privado de un poquito de gloria en la tierra al quitarle signos de gloria a nuestra cabeza visible (que es también negarsela a la Invisible...por lo pronto).

Y una obligación: Compárese la Iglesia que entró en el Concilio con la que salió de él. Y saquen pañuelos para enjugar el llanto.

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miércoles, 10 de octubre de 2007

Des-memoria de la historia


Soy bastante tele-independiente; quiero decir que veo poco la tele y sin adicción a casi nada (sólo a las pelis, pero por las pelis). De la programación actual veo apenas algún cacho de telediario y algún documental que no sea de bichos. Sin embargo, a veces me tengo que zampar lo que no quiero porque me pillan de visita y pendant la visite (y aunque me ponga de espaldas a la tele) algo veo y oigo.

Lo peor es cuando tienes que comer o cenar con la tele puesta en casa de perenganitos de tales que tienen la tele puesta como lo más normal, y hay que verla. Así he medio visto algunos capítulos de "Cuéntame como pasó" y de otra que ponen después del parte meteorológico de la 1ª, pasadas las 4, un novelorio que se llama "Amar en tiempos difíciles" o algo así.

Yo, que tenía 14-15 años cuando murió Franco, puedo dar fe de que aquello no fue así, y que en ese "Cuéntame como pasó" están contando lo que no pasó, con unos personajes inverosímiles transportados desde el 2007 que vivimos a los años '60 que se vivieron, pero no se vivieron así. Y de lo que cuentan de la posguerra, idem de lo mismo cuando cargan y recargan las tintas sobre franquismos y falangisteríos, y cantando bondades de la trágica 2ª Republica, que empezó con quema de Iglesias y Conventos en la primavera fatídica del 31, y no pararon con la persecución religiosa hasta que escaparon por Valencia en el 39.

A mí Franco nunca me dió miedo; sería porque en casa había un retrato suyo, en el salón, entre los de la familia. Mis padres estuvieron en su entierro, en el Valle de los Caídos, con una representación del Ayuntamiento de nuestro pueblo. Mi madre conservó entre sus pequeños recuerdos unas rosas de una de las coronas del entierro; mi padre un trozo de la cinta con los colores de la bandera, de cuando la inauguración-bendición del Valle de los Caídos, en la que estuvo.

Ahora cuando el ridículo Zp y su piara sacan esa ley con la que van a quitar de enmedio lo que queda de aquello, se me revuelven recuerdos y me brota una indignada rebeldía, a mí que tan lejos estoy de lo que pasó, pero con testimonios tan cercanos de los que lo pasaron.

Hoy, cuando he leído que van a mandar a los alcaldes que eliminen todo rastro del franquismo (qué paradójico!), me han entrado ganas de ir al desván y buscar el cuadro de Franco y colgarlo en el salón.

Si con 18 años tenía en mi cuarto un póster del Ché Guevara para escándalo de mis tias, ¿por qué no uno del Caudillo ahora que paso de los cuarenta? Me va rejuvenecer un montón, estoy seguro.

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martes, 9 de octubre de 2007

Dionisio, el Areopagita


San Dionisio el Areopagita, ese es el nombre que se le quedó al ateniense convertido cuando el sermón de San Pablo en el Areópago de Atenas (Hch 17,34); él, una tal Dámaris y otros cuantos más de los que no se sabe ni el nombre.
Cuando Act 17,34 le nombra, es que era un personaje conocido entre las comunidades cristianas de la época. Sin embargo la fama definitiva le vendría cuando en el siglo VI comienzan a circular una serie de obras bajo su nombre-autoría:

- De la Jerarquía Celestial
- De la Jerarquía Eclesiástica
- De los Nombres Divinos
- Teología mística

Estas cuatro obras (más bien opúsculos) más un Epistolario componen todo el Corpus Aeropagíticum o Dionisíacum, que ejercería una principalísima influencia en toda la Teología, la Filosofía y la Espiritualidad del Medievo y la Escolástica, hasta el punto de ser uno de los autores más citados y comentados de toda la antigüedad cristiana.
Desde luego tiene el encanto fascinante del platonismo (neo-platonismo) de fines del período clásico, más la altura de la revelación cristiana expuesta de una manera sencilla pero sugestiva, atractivamente seductora. Como son obras breves, se leen sin sentir, agradablemente, con gusto, sin advertir casi la trascendencia de los textos y su profundidad.
Con el breve tratadito Teología Mística del Dionisio, la teología apofática marca un hito de necesaria referencia desde uno de los libros que más han influído en la historia del pensamiento occidental. Acaba así:

Cuando negamos o afirmamos algo de cosas inferiores a la Causa suprema, nada le añadimos ni quitamos. Porque toda afirmación permanece más acá de la causa única y perfecta de todas las cosas, pues toda negación permanece más acá de la trascendencia de aquel que está simplemente despojado de todo y se sitúa más allá de todo

En el también fascinante Occidente Medieval, yo no sé cómo, el Dionisio Areopagita se funde-confunde con el Saint Denís Obispo de París y su consecuente tradición-leyenda, más la llamativa y encantadora iconografía del Santo decapitado portando él mismo su cabeza martirizada en las manos.

La historiografía critica cristiana aclara que el Dionisio autor del Corpus Dionisíacum fue un monje cristiano, posiblemente siríaco o griego, que vivió entre mediados del siglo V y el primer tercio del VI, y que utilizó el nombre del Areopagita paulino como pseudónimo.
Hoy 9 de Octubre, el Santoral trae dos Dionisios: El Areopagita original, Obispo de Atenas, más el Denís parisien, obispo de Lutecia y sus Compañeros Mártires; entre ellos dos, está sin duda el tercer Dionisio, ese que los críticos motejaron tan feamente como el Pseudo-Dionisio.

Pero, ¿a que no imaginan Uds. por dónde anda místicamente este San Dionisio, de tanta altura teológica? Pues por las viñas, las bodegas y las Iglesias de Jerez de la Frontera, de donde es Excelso Patrón desde los tiempos de la Reconquista, y donde tiene la más preciosa Iglesia y placita de todo Jerez-Xeréz-Sherry, lo que evidencia el exquisito paladar que la más Alta Ciencia confiere a los espíritus que se le dedican...córpore et ánima.

Jerez de la Frontera. Plaza de San Dionisio, Monumento conmemorativo de la Proclamación del Dogma de la Asunción.

Corolario y nota: Si no son Uds. metafísicos, teólogos ni místicos especulativos, tómense una copita de fino o de solera de Jerez, y verán cómo empiezan a degustar sublimidades de la más eximia especie. Y no confundan al Dionysos griego, dios del vino y las orgías, con el santo y piadoso Dionisio, el patrón de Jerez y de París, sin que la coincidencia signifique nada.

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