Ayer se me pasaron los Custodios sin un comentario bloggero siquiera, mea culpa; pero a ratos se me venía a la cabeza el Evangelio de la Misa Mt 18, 1-5 y 10: Despreciar a un niño es despreciar a Dios; y los ángeles de los niños, dice el Señor, "...ven el rostro de mi Padre celestial"; y escandalizar a los pequeños, merece el más terrible castigo. Y pensaba en las consecuencias de ese Evangelio aplicado a nuestro mundo, con el aborto galopando por la "globalidad", y con España arbitrando leyes para matar mejor y más pronto a cualquier niño, que desde que son concebidos son amados por Dios, que les pone Ángel que les guardará el alma aun cuando maten "legalmente" sus cuerpos. ¡Malditas las madres, y malditos quienes lo hacen, y malditos quienes quieren y permiten que se hagan!
Un horror; pero un horror cada vez con menos "conciencia" porque nos estamos haciendo inconsciente a golpe de leyes criminales. Y las manifestaciones no valen, son tan letales como consentir porque no arreglan nada y dejan satisfechos a muchos que se creen que por ir el 17 Oct. a Madrid están haciendo algo.
El aborto en España y en el mundo es cosa de leyes y las leyes se hacen en los parlamentos y los parlamentos se hacen en las elecciones y las elecciones las hacen los partidos. Los muy inconscientes y los muy hipócritas (prelados mitrados inclusive) se lavan las manos convocando, animando y yendo a una manifestación pro vida y luego siguen votando y manteniendo al PP que es anti-vida y pro-abortista. Otro horror, pero este con máscara. El Zp, la Aído y demás siniestros psoeros son canallas a cara descubierta; los otros van con máscara. No sé quiénes son peores.
Pero hoy iba a escribir algo sobre Francisco de Borja, pero se me han cruzado los Custodios de los no custodiados, una paradoja. Aun así de Borja diré que es una lástima que haya quedado de nombre cursi y estereotipado de capullo-pijo, una pena. El año pasado (¡cómo pasa el año!) dije que la urna de las reliquias de San Francico de Borja en su iglesia de la calle Serrano se hizo con la plata que a regañadientes donaron ad casum los Grandes de España, porque Borja en su santo patrón. Santos Patrones hay para todo, y hasta los cerdos tienen el suyo y los perros también. Conque no es raro que la noblesse aussíe.
Lo que pasa es que un Santo patrón de Grandes de España - y encima que este sea Francisco de Borja - es un trampantojo barroco de tomo y lomo. Por cierto que se han llevado de Sevilla a Londres la posiblemente mejor imagen que existe del Santo Borja, para una exposición del Barroco Español que va a haber en la National Gallery, y que será digna de ver ("Lo sagrado hecho real. Pintura y escultura española 1600-1700" ; se inaugura el próximo 21 de Octubre, D. m.).
La imagen sevillana de Borja es una escultura de Juan Martínez Montañés, procedente de la antigua Casa Profesa de la Compañía, hoy Iglesia de la Anunciación; conforme a la iconografía del Santo, lo representa con habito de jesuita, sotana negra ceñida, con una calavera (¡la calavera de la Emperatriz!) en una mano y una cruz en la otra (aunque me parece que lo original era una disciplina de cáñamo). La escultura se fecha en torno al año 1624, y como es habitual en casi todas las de Montañés, las policromía de la encarnadura son de Francisco de Pacheco, el suegro y maestro de Velázquez. Digna de la exposición esa de la National Gallery de London, pues; si la instalan con una iluminación adecuada y favorable, causará sensación.
Como fue sensacional la conversión de Francisco de Borja en su día. Pero ahora los Grandes de España no se convierten; ni antes tampoco, porque lo de Borja fue una rareza, una excepción que no se ha vuelto a ver (y mucho menos en esa "magnitud" borgiana). Los Grandes, excepto en el título y en sus excesos, apenas han sido grandes en nada; por supuesto que en virtud menos que en nada. Para vergüenza de la casta que se acoge bajo el patrocinio de Francisco de Borja, hoy la grandeza o se sienta en sillones de consejeros de empresas, o arrastran sus indecencias por el Hola como antes las paseaban por la Corte y sus salones. Y otros horrores; algunos somáticamente descriptivos de su decadencia, como que antes padecían gota por comer demasiada caza y hoy sufren adiciones por demasiados polvos en nariz (y no rapé, precisamente).
Supongo que alguna representación de la Diputación de la Grandeza se habrá pasado esta mañana por la iglesia de Serrano para alguna Misa que le dedicaran al Santo, supongo. Y me imagino a media docena de cacatúas ellas (ha sido fama que las Grandes de España cuanto más grandes más feas) y una cuadrilla de tipos estilo Luís Escobar/Marqués de Leguineche . O por el estilo.
¡Y mira que fue grande Francisco Borja cuando dejó de ser "Grande"!
&.