Emiten algunos programas de cierto "nivel", que al final resultan para "iniciados", como cursillos para re-masterizar a los propios, ya amarrados al pesebre o en la cola clientera, esperando turno para meter hocico en la artesa. Uno que veo de vez en cuando es sobre libros/literatura/autores del momento. Todo de media calidad, desde los autores, a la "literatura" de los autores, y sus libros. Los lectores, en correspondencia con el fenómeno, muy adoctrinados ellos y ellas (ellas también leen). De vez en cuando, en algún programa, asoma alguno que resulta interesante, por una cosa u otra.
La otra noche llevaron a Manuel Fernández García. Un desconocido por estas señas, pero que suena algo si se añade a cada uno de los apellidos el guión con la coda-remoquete: Fdez-Montesinos Gcía-Lorca. Yes, el sobrinísssimo de Federico. Habló sobre un libro que vendía, of course; el libro iba de no sé qué, pero de lo mismo, como corresponde, faltaría más. El tal señor, setentón, muy educado, con deje extranjero y acento andaluz muy curioso, como un llanito. Hablaba y le preguntaban. El presentador es un caso, de antología piareña, chavista de muestra y talantero constante y veterano, muy "sensible", muy "muy"; no sé si me explico. Pues eso, y un toque más (rapado, huelga decirlo).
Al final del programa, el presentador somete al escribidor invitado a un interrogatorio rápido, pidiendo respuestas concisas.
Pregunta el presentador "muy": - ¿Qué es lo mejor que ha hecho la derecha en este país?
Contesta el sobrino del Federico: - "Haber ido desapareciendo poco a poco."
No soy federiquista. Aclaro que en España debaten hodierna die dos federiquismos, el Lorquista y el Jimenezista, tan emperrados los del uno como los del otro. Y tan vulgares. Para los mitómanos de las 2 españolerías, resultará muy socorrido el distingo, que les corroboraría la mitomaquia. Una vulgaridad, ya digo. Pero reconozco la perspicacia del sobrino del Federico, tan justamente realista: La derecha ha desaparecido. Difiero radical y absolutamente sobre la valoración: Que haya desaparecido es lo peor que ha podido hacer y sucederle a la Derecha y a España.
Hubo Derecha. Una derecha que entre todos la mataron y ella sóla se murió. Asesinada en la oscuridad como Teudiselo en la cena de las velas, cuando apagaron los candelabros a una señal y cada comensal le fue clavando al rey su cuchillo, para no saber quién dio el golpe de gracia y no ser nadie señalado como el asesino autor. Todos a una, como un adelanto visigótico de Fuenteobejuna.
¿Cuántos quedamos? Porque quedamos, por ejemplo el que esto escribe, cada dia más convencido y firme. Convencido de la necesidad de que la Derecha exista imponente, vuelva exigente y barra implacable. Tenía que haber sido la izquierda la desaparecida para siempre, ex rádice. Pero estamos como estamos, con unos mentecatos "centrados" sobreviviendo a costa de los restos del naufragio que nunca debió ocurrir.
Detesto a las formaciones-instituciones católicas que sostienen el burdel ppro, no sé por qué (o temo saber para qué). El odio por las izquierdas lo siento cada vez más profundo, más fundamentado, más sólido. Las dos perversiones deben desaparecer. Sé que no va a ser mañana, y temo lo que pueda venir después, cuando el desencanto cunda y no haya nada porque se han encargado de que no quede nada. La culpa es inmensa, y los culpables imperdonables. Los que disimulan o transigen, lo mismo.
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