domingo, 27 de marzo de 2016

Santas Miróforas


El alba aun no esclarecida
sumía todo en sombras el camino
que las tres pisaban con furtivos
velos de tristeza y desconsuelo.

Llevan con sus lágrimas amargas
mirra para ungir al Cristo,
el Cordero que fue sacrificado,
yacente en su imprevista tumba.

¿Quién moverá la piedra del sepulcro?
¿Quién abrirá la pesada puerta?
¿Como podrán sus manos temblorosas
forzar el peso de la losa fúnebre?

La voz entonces trinó cual golondrina
estrenando el eco de la luz primera
y esclareció la aurora en resplandores
oyendo el evangelio de los Ángeles:

¡¡¡ No busqueis ya muerto al Nazareno
porque vive Jesus resucitado !!!


+T.