Miradla arrodillada,
tan humilde, tan reina,
plena de excelsa gracia,
brillando por su virtud.
Madre de Cristo y nuestra,
en tu Asunción, Virgen bella,
por nosotros a Dios ruega,
que Cantillana te reza
y hasta tu Trono se eleva
poniendo a tus pies su oración/
¡Que tus Ángeles nos suban/
contigo junto al Señor!