buscando al Rey que ha nacido,
 una Estrella reluciente
 les va marcando el camino.
 Tres dones le traen al Niño:
 Oro, porque es el Rey,
 incienso porque es Divino,
 y mirra pues será
  Hostia
 digna para el Sacrificio.
 Tres veces lo han adorado
 con postraciones rendidos,
 reconociendo al Mesías
 Hijo de Dios, el Altísimo.
 Jesús, bendito Enmanuel,
 de Dios Hijo y de María,
 ilumina con tu Estrella
 los senderos de mi vida:
 Que al fin también yo te ofrezca
 el oro, el incienso y la mirra. 
 ...y eternamente te adore
 en los brazos de la Reina,
 tu Madre Virgen, María. 
 +T
  

