jueves, 18 de junio de 2015
La Econcíclica
La expectación de la econcíclica ha sido otro parto de los montes. Una vez conocida la intención de PP Franciscus de elaborar y publicar un documento de tema ecológico-traumático, ¿quién pudo jamás pensar en un documento extraordinario de impacto global-planetaria-galáctico-cósmico? Para poder es necesario ser, o al menos poseer, y no es el caso (salva semper reverentia y salva también la sacra potestad magisterial con toda su sancta auctóritas, que no discutimos y que creemos católicamente, piadosamente, mucho, a pesar de los pesares todos: ¡Protesto!).
Sin entrar en pormenores, diría que la econcíclica francisquista es un totum revolutum de tópicos sobre el tema. Su estilo, vulgar. Su interés intrínseco, bajo. Su interés extrínseco, ocasional y presumiblemente efímero. Todo lo que dice ya está dicho, y lo discutible que dice, es discutible.
Resumiendo: La econcíclica no es un hito, ni hará historia, y pasará como pasan quasi todas las encíclicas. Al cabo de dos semanas, dejará de ser objeto oportuno para convertirse en libro-regalo repetido-incómodo de fastidiosa acumulación por saturación de stock en librerías de segunda mano o viejos. En otras palabras, si se encuadernara more antiquo, la mayoría de los ejemplares de la 'Laudato si' se apilarían intonsos.
Como dice ciertas verdades, sería asumible con pragmática circunspección. Como expone desde determinadas perspectivas, no merece la pena hacer causa, ni pro ni en contra. Sería excesivo.
Y poco más tengo que decir al respecto.
p.s. Confieso sin pudor : No suelo leer encíclicas papales fechadas post 1960, la década en que nací.
+T.
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