sábado, 10 de marzo de 2012

Comision Teológica Internacional, mismas impresiones y nuevas inquietudes



Recuerdo mi desencanto cuando me compré el tomo de la BAC Comisión Teológica Internacional~Documentos (1969-1996)~Veinticinco Años de servicio a la teología de la Iglesia . Yo buscaba doctrina sólida referencial y me encontré contenida exposición de consenso, un mezzo término asumible que me dejaba insatisfecho porque era más de lo mismo, pero con sello de 'teología oficial'.

Desde entonces, lo que la susodicha Comisión ha ido elaborando y publicando me parece igual: Un destilado resultado de una complicada retorta y alambiques de muchas formas. El depurado final es, como decía, relativamente asumible y francamente decepcionante, tratándose como se trata no de una academia cualquiera, sino de la intitulada solemnemente Pontificia Comisión Teológica Internacional. Aunque quizá sea su misma esencia de 'comisión' y su enfático prurito de internacionalidad lo que marque desfavorablemente sus resultados.

Lo que acaba de salir (no en latín, ni en italiano siquiera, sino en english international), es más de lo mismo, pero con la inquietante (para mí) dirección de un valor ibérico, 100% castellano, el muy reconocido y promocionado teólogo D. Santiago del Cura, prócer de las cátedras hispánicas de la Sagrada Ciencia.

Si no le conocen, sáquense una impresión de él, youtube al canto:



Habla de 'pneumatología sacerdotal', por decirlo brevemente. En el minuto 3', suelta esta observación (transcribo):

(antes estaba hablando de 'corresponsabilidad ministerial' sacerdotes/laicos)..."Porque uno reciba la imposición de manos, por eso no está automáticamente capacitado para poder discernir con competencia profesional en todos los campos tan complejos que lleva consigo el ejercicio del ministerio. Hay seguramente muchísimos seglares, muchísimos laicos, dentro de las parroquias y las comunidades que tienen esa competencia, y mucho mejor que él (el sacerdote). La cuestion entonces es cómo hacer valer dentro de la comunidad cristiana esa diversidad de dones, esa diversidad de carismas, y estar - digamos - presidiendo esa comunidad, pero de una forma nueva, es decir, como un ejercicio de corresponsabilidad. Yo creo que los presupuestos teológicos están claros en todos los documentos conciliares y postconciliares: la cuestión es el aprendizaje pastoral de su ejercicio, y, aunque haya dificultades, yo, en ese sentido, soy optimista y creo que eso puede dar una configuración nueva a las comunidades cristianas y, además, convertirlas en instrumentos dinámicos capaces de aportar esperanza hoy día."

Si Uds. opinan como yo, la impresión es tan inquietante como las formas del personaje. Sé que no me explico, pero no quiero explicarme más.

Por eso mis dudas inquietas sobre el nuevo documento de la Comisión Teológica Internacional, puesto que ha sido Santiago del Cura el comisionado-director de los trabajos. El documento se titula Teología hoy: Perspectivas, principios y criterios, un título que avisa bastante de su contenido, cuyo arranque (perdón si la traducción no es muy pulida) ya es toda una declaración de principios (cita del documento en color sepia y comentarios en tipo-blog):


INTRODUCCIÓN

1. Los años que siguieron al Concilio Vaticano II han sido muy productivos para la teología católica. Han surgido nuevas voces teológicas, especialmente las de los laicos y las mujeres, las teologías de los nuevos contextos culturales, particularmente de América Latina, África y Asia, nuevos temas para la reflexión, como la paz, la justicia, la liberación, la ecología y la bioética; más profundos tratamientos de temas antiguos , gracias a la renovación de los estudios bíblicos, litúrgicos, patrística y medieval, y nuevos espacios para la reflexión, tales como el diálogo ecuménico, interreligioso e intercultural. Estos son acontecimientos positivos fundamentalmente. La teología católica ha tratado de seguir el camino abierto por el Concilio...Sin embargo, este período también ha visto una cierta fragmentación de la teología...la teología se enfrenta al reto de mantener su propia identidad. La pregunta surge, por lo tanto, en torno a lo que caracteriza a la teología católica a traves de sus muchas formas, buscando un claro sentido de identidad en su compromiso con el mundo de hoy."
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Decir que todo lo que se ha enumerado (teología elaborada por laicos y mujeres...teologías de los nuevos contextos culturales de América Latina, África y Asia...nuevos temas como la paz, la justicia, la liberación, la ecología y la bioética...renovación de temas bíblicos y litúrgicos...) conociendo lo que ha signficado la teología laicista (corrientes tipo 'Somos Iglesia') o la teología de la liberación (versión original ibero-americana y otras versiones), o la pseudo-teología feminista e inclusiva, o el desbarajuste exegético católico, o el gran turbión litúrgico), decir que todos estos 'fenómenos teológicos' son o han sido 'acontecimientos fundamentalmente positivos', es una afirmación tremenda, para echarse a temblar.


2. Hasta cierto punto, la Iglesia debe, obviamente, un discurso común si se trata de comunicar el mensaje de Cristo al mundo, tanto teológica y pastoralmente. Por tanto, es legítimo hablar de la necesidad de una cierta unidad de la teología. Sin embargo, la unidad aquí necesita ser cuidadosamente entendida, para no ser confundida con la uniformidad o un solo estilo. La unidad de la teología, como la de la Iglesia, como profesa en el Credo, debe estar estrechamente relacionada con la idea de la catolicidad... A medida que explora el misterio inagotable de Dios y de las innumerables maneras en que la gracia de Dios trabaja para la salvación en diversos escenarios, hace que la teología requiera, necesariamente, una multitud de formas...

Cuando aparecen en escena ciertos conceptos, también me echo a temblar: Uniformidad versus pluralidad, por ejemplo, cuya confrontación resuelve la C.T.I. con esta sugestiva referencia a "...las innumerables maneras en que la gracia de Dios trabaja para la salvación en diversos escenarios, hace que la teología requiera, necesariamente, una multitud de formas". La matización que sigue, según el estilo equivocista acuñado en los documentos del V2º, parece que templa católicamente la afirmación, que, sin embargo puede ser tomada tal cual como pretexto para cualquier ensayo teológico de cualquier clase y contenido.

Corriendo el riesgo de volver más crudo el 'traduttore, traditore', no sigo. Espero, pues, la traducción al español, que, como es un idioma católico minoritario, no merece tener una traducción para el momento de la presentación y publicación del documento. Antes están otras lenguas genuina y mayoritariamente católicas, of course. Ni siquiera ha valido para una presentación en español el haber tenido la Comisión, en este caso, un director ibérico como el jamón de bellota, castellano viejo como el queso. Ni por esas.

Conque aquí me quedo, con esta simple impresión.

No creo, a pesar de todo, que la lectura atenta del texto en español de la Comisión me obligue a variar mucho lo que aquí barrunto. Me temo.


+T.