El glorioso y tonante TeDeum de Marc Antoine de Charpentier comienza con una tamborrada, muy marcial, muy francesa, muy grand siécle. Sigue el precioso preludio a toda orquesta, trompas, trompetas, sacabuches, cuerda y percusión; si lo tocan con órgano y trompeta, resulta también espléndido.
Pero ni mi casa ni yo estamos estas semanas para tambores y espejos versallescos. Conque acompaño mi TeDeum con un Charpentier quedo, solista y charango, íntimo y recogidito:
De un Te Deum importa - es oración - la intención del orante y el Destinatario de la oración, que es Él. Y Él sabe por qué el Te Deum, y también por qué el "piano", sin tamborradas, ni cromatismo efectista a la francesa. Pero tan Te Deum, como si la Grande Ecurie et la Chambre du Roy tocaran la partitura de Charpentier en la Galérie des Glaces, con peluconas, chorreras de chantilly, y casacones de raso y tisú.
Al fin, aunque suene quedo, un Te Deum es un canto al único Dios, el Dios de la Vida que se hizo vida nuestra para darnos su Vida.
"...Fiat misericordia tua, Dómine, super nos,
quemádmodum esperávimus in Te...! "
Es costumbre piadosa que lucra indulgencia plenaria - con las condiciones acostumbradas - rezar el Te Deum el día de fin de año. Servidor lo reza, gracias a Dios. Como sé que hay píos que leen este blog, para ellos; como sé que hay impíos que lo leen también, por ellos.
Y si quieren rezarlo, ahí va:
Te Deum laudamus:te Dominum confitemur.
Te aeternum patrem,omnis terra veneratur.
Tibi omnes angeli,tibi caeli et universae potestates:
tibi cherubim et seraphim,incessabili voce proclamant:
"Sanctus, Sanctus, SanctusDominus Deus Sabaoth.
Pleni sunt caeli et terramajestatis gloriae tuae."
Te gloriosus Apostolorum chorus,
te prophetarum laudabilis numerus,
te martyrum candidatus laudat exercitus.
Te per orbem terrarumsancta confitetur Ecclesia,
Patrem immensae maiestatis;
venerandum tuum verum et unicum Filium;
Sanctum quoque Paraclitum Spiritum.
Tu rex gloriae, Christe.
Tu Patris sempiternus es Filius.
Tu, ad liberandum suscepturus hominem,
non horruisti Virginis uterum.
Tu, devicto mortis aculeo,
aperuisti credentibus regna caelorum.
Tu ad dexteram Dei sedes,in gloria Patris.
Iudex crederis esse venturus.
Te ergo quaesumus, tuis famulis subveni,
quos pretioso sanguine redemisti.
Aeterna faccum sanctis tuis in gloria numerari.
Salvum fac populum tuum, Domine,
et benedic hereditati tuae.
Et rege eos,et extolle illos usque in aeternum.
Per singulos dies benedicimus te;
et laudamus nomen tuum in saeculum,
et in saeculum saeculi.
Dignare, Domine, die isto
sine peccato nos custodire.
Miserere nostri, Domine,miserere nostri.
Fiat misericordia tua, Domine, super nos,
quemadmodum speravimus in te.
In te, Domine, speravi:
non confundar in aeternum.
Amén
(Si no entienden el latín, no importa: Él si lo entiende)
+T.
lunes, 31 de diciembre de 2007
domingo, 30 de diciembre de 2007
Revelación en la Familia
El dia de Navidad, la segunda lectura de la Misa del Día, es el exordio de la Carta a los Hebreos:
"Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo..." Hb, 1, 1-2
También durante estos días de la Octava de Navidad se lee en la Misa la 1ª Epístola de San Juan, que comienza con otros versículos igualmente clamorosos:
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"Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida, - pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio..." Jn 1, 1-2
El mensaje es profundo, porque se está revelando el Misterio con la idea implícita que circula por los textos litúrgicos de la Navidad, como una variación sobre el tema principal de la Encarnación-Nacimiento: Que por la contemplación de Aquel que se ha hecho visible lleguemos al amor y comunión con lo invisible; que alcancemos a ser según la divinidad por Aquel que se ha hecho semejante a nosotros al asumir nuestra humanidad.
Las expresiones son neta Teología, puro lenguaje de la Patrología de los primeros siglos, un extracto precioso destilado de la Doctrina más netamente cristiana - lex orandi, lex credendi - .
El Domingo de la Infraoctava, cuando celebramos la fiesta litúrgica de la Sagrada Familia, se propone la Casa de Nazareth como modelo de la familia cristiana. Pero a la vez se expone a la contemplación esta Familia, que Dios (por Cristo/con Cristo/en Cristo) ha hecho su Familia, haciéndola parte sustancial de su Misterio.
De tal forma que, en traducción correspondiente, cabe la paráfrasis-glosa de proclamar que Dios se ha hecho Familia, y ha habitado entre nosotros (Jn 1, 14)
Y también que nos está hablando ahora, en estos tiempos últimos, por la Familia (Hb 1, 1-2)
E incluso que Aquel que existía ab aeterno, se mostró, se dejó ver y tocar en la Familia (1ª Jn 1, 1-2)
" ¡ Quántum potes, tántum áude !..." ???
...porque también es fruto de un Sacramento, y es grande (infinito?) el misterio de la familia desde que Dios reveló su Salvación en el Misterio de su Sagrada Familia.
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sábado, 29 de diciembre de 2007
Campeón de Dios
Fue sobre esta hora, cuando acababan de rezar las Vísperas de la Octava de Navidad, las sombras envolviendo las naves de la Catedral. Los monjes que habían asistido al oficio vesperal en el coro, temiendo un trágico final casi profetizado, corrieron a esconderse, dispersándose por el templo, emboscándose detrás de los pilares, tras los altares.
Thomas Becket volvía del Altar a la sacristía. Le acompañaba su fiel Juan de Salisbury, con la cruz episcopal alzada delante de su arzobispo. La poca gente que se atrevió aquella tarde a asistir a la Catedral, también se había dispersado pronto, demasiado pronto porque el pastor todavía no estaba herido.
Entraron tumultuosos, desafiantes, vociferantes: - "¿Dónde está el traidor?". Cuatro nobles de la más neta nobleza normanda, de la corte de Enrique de Plantagenet, sus vasallos incondicionales, con la solidez del súbdito feudal que prometía y servía al rey, hechos y jurados a su medida.
El rey, al fin, había clamado dejando una sentencia en el aire: - " ¡¿No habrá quién me libre de ese clérigo que me altera ?! " De la misma sala salieron los ejecutores, como furias, al galope por la Normandía, feroces sobre las olas que le llevaron por el paso de Calais a tierra inglesa. Cuando desembarcan, camino a Canterbury, a uña de caballo, les crecía el encono, sedientos de crímen y sangre.
Pero era sangre de un ungido, de un sacerdote, de un obispo, primado de Inglaterra, la que iban a derramar. Y en suelo sagrado. Y ante el Altar.
Los testigos contaron que Juan de Salisbury quiso pararlos con el asta de la Cruz, pero le derribaron. Y Thomas Becket, revestido de pontifical, ascendió las gradas del Altar. Y le clavaron la primera espada en el pecho, y cayó arrodillado, y el segundo golpe le atravesó la mitra aúrea, y cayo sobre la grada del altar, y los últimos golpes de espada fueron sobre su tonsura, y metieron las espadas en la cabeza abierta, y blasfemaron impias palabras contra el ungido, el pastor, el mártir.
Consumado el sacrílego magnicidio, salieron los criminales, y entró el pueblo, con paños y lienzos que empaparon la sangre de Thomas Becket, la sangre que ya consagraba martirialmente las viejas losas de su catedral.
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El martirio de Thomas Becket supuso una conmoción en la Europa plena del siglo XII. La Cristiandad no recordaba el caso de un rey cristiano alentando el asesinato de su Obispo. Al poco, Alejandro III, el Papa reinante, aprobaba el culto de Santo Tomás, convirtiéndose su sepulcro en la cripta del ábside de la Catedral de Canterbury en unos de los centros devocionales a los que peregrinarían multitudes de Inglaterrra, Francia y toda Europa. Su culto se extendió rápidamente, y la iconografía reprodujo en todos los materiales y formas desde la piedra al pergamino, desde el vitral al esmalte, desde el bordado al repujado, la escena del martirio de Santo Tomás de Canterbury, el gran Thomas Becket, campeón del honor de Dios frente a la arrogancia terrible del poder de los hombres.
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Era la tarde de un 29 de Diciembre, infraoctava de la Navidad del Señor, el año 1170.
+T.
viernes, 28 de diciembre de 2007
Matar la inocencia
Lo de Belén es historia, historia sagrada; la más triste, quizá, de todas las escenas del Evangelio, como una sangrienta mecha entre los misterios de la Navidad de Cristo, un punto desgarrado entre el Pesebre, la Estrella y los Magos.
El 28 de Diciembre, el día de los Inocentes que antes se celebraba con inocentadas (con grado diverso desde la "simpática" a la "desagradable" pasando por la "maleducada" o la "pesada", según quién y cómo), hoy ya no se dan apenas bromas.
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Pero la ocasión sigue siendo significativa, ahora más cercana a la memoria de la matanza de los Inocentes de Belén por la masacre perversa que las legislaciones "progresistas" reconocen, amparan, y promueven bajo el falso y pervertido concepto de "derecho" de la mujer (nunca estuvo tan envilecida la mujer).
Hoy, en algunos sitios, alguna gente con una conciencia distinta a la de los que propician y sostienen esas aberrantes leyes, saldrán a la calle y protestarán, clamando por los inocentes de cada dia (siempre es 28D?). Pero las mayorías mirarán a estas minorias pro-vida como extraños, extravagantes, incluso como "enemigos", casi siempre con la consideración de "ultras", "integristas", o "fundamentalistas" (conceptos que deberían estar inseparable y positivamente vinculados al de "vida").
Pero, para llegar a esta situación, para "tolerar" y disimular la matanza diaria de inocentes, antes se ha matado la inocencia.
Ayer aparecían en prensa unas declaraciones del obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, que han "escandalizado". Es el hipócrita escándalo farisáico, ese que repugna falsamente a quienes están al tanto de lo que se denuncia, pero no se quieren enterar. Es más: Los que están detrás del caso, los que por acción u omisión son sus responsables, pero se horrorizan si se cuenta, y claman contra quien pone el dedo en la llaga.
Don Bernardo, desde Tenerife, a propósito del tema de los "abusos sexuales" comentaba que
- "...Puede haber menores que sí lo consientan y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan. Esto de la sexualidad es algo más complejo de lo que parece. "
¿No es verdad? ¿No hay niños que en una temporada se revelan extraños adolescentes, con toda esa carga prematuramente de-formada por los medios, por lo que ven, por lo que oyen, por lo que presencian, y hasta por lo que se les enseña?
Son víctimas. Se les ha matado la inocencia, eso que hace niño a los niños, y que cuando se pierde nos tiñe de mundo, nos impresiona y marca maliciosamente, clausurando el tiempo de la infancia con una sórdida huella.
Hoy también es su día, tan triste. Después, estos niños con la inocencia asesinada serán los que entiendan como un "derecho" atentar contra la vida concebida y no nacida, y causarán más muertes de más inocentes. Hoy víctimas, mañana criminales.
¿Siempre es/será 28 de Diciembre?
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lunes, 24 de diciembre de 2007
La Visitadora
Era en Belén y era Nochebuena la noche.
Apenas si la puerta crujiera cuando entrara.
Era una mujer seca, harapienta y oscura
con la frente de arrugas y la espalda curvada.
Venía sucia de barros, de polvo de caminos,
la iluminó la luna y no tenía sombra.
Tembló María al verla; la mula no, ni el buey
rumiando paja y heno igual que si tal cosa.
Tenía los cabellos largos, color ceniza,
color de mucho tiempo, color de viento antiguo;
en sus ojos se abría la primera mirada
y cada paso era tan lento como un siglo.
Temió María al verla acercarse a la cuna.
En sus manos de tierra ¡oh Dios! ¿qué llevaría...?
Se dobló sobre el Niño, lloró infinitamente
y le ofreció la cosa que llevaba escondida.
La Virgen, asombrada, la vio al fin levantarse.
¡Era una mujer bella, esbelta y luminosa!
El Niño la miraba, también la mula, el buey
mirábala y rumiaba igual que si tal cosa.
Era Belén y era Nochebuena la noche.
Apenas si la puerta crujió cuando se iba.
María, al conocerla, gritó y la llamó: " ¡Madre! "
Eva miró a la Virgen y la llamó: " ¡Bendita! "
¡Qué clamor, qué alborozo por la piedra y la estrella!
Afuera aun era pura, dura la nieve fría.
Dentro, al fín, Dios dormido, sonreía teniendo
entre sus dedos niños la manzana mordida.
Gn 3, 6-15.
Antonio Murciano
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Es uno de los poemas de Navidad que más me emocionan; me hubiera gustado escribirlo yo. Es de Antonio Murciano, uno de los mejores poetas españoles vivos, con su hermano Carlos. Tienen la gracia del verso y la rima, y de expresar con sentido, sin disfrazar el no poder/no saber con pseudo-poesía.
El poema es quasi-teológico, un auto sacro de Navidad condensado.
Y con la verdad que intuye cuánto que no sabemos se incluye en el Misterio.
Hodie pro nobis natus est, venite adoremus!
+T.
sábado, 22 de diciembre de 2007
A coger lentisco
Antes de las nueve, ya estábamos lavados y vestidos; en el lavabo del aseo grande, tan frío, con jabón y agua fría, el vaho del aliento empañando el espejo. Como la neblina que hacía en el patio, y en la calle, con escarcha de Diciembre en los cristales, casi repitiendo los encajes de los visillos en el cristal de las ventanas.
En el comedor estaba encendido el brasero, que habían empalmado poniendo cisco nuevo a los rescoldos de la noche antes. Sentarse a desayunar en la camilla redonda, y taparse con la falda de franela, y tomar la leche caliente, con un poco de café, y las rebanadas de pan frito y azúcar, y las tostadas con manteca, y algún alfajorillo, y el agua fría de la jarra; todo el ritual de la mañana que se hace hogar, que huele a casa.
Sobre las diez, llegaba el tio Enriquito, dispuesto para la excursión, la más expectada del año. Traía en el morralillo de cuero un hacha corta, unas tenazas de podar, dos machetes, y un par de azoletas. Los niños llevábamos una cantimplora de aluminio, con el culo abollado, con las iniciales de abuelo Pepe, que la tenía para las cacerías. En una esportilla de pleita, nos metían unas madalenas; de camino cogeríamos naranjas en alguno de los huertos, y también algún palmito.
Todavía no había levantado la niebla; en las cunetas, los zarzales estaban envueltos en bruma. Todos íbamos con los abrigos cortos, con las bufandas, y el tio Enrique llevaba su gorra verde de cazador; no se había traído la escopeta porque le daba miedo llevarla con los chiquillos. Pero estaba pendiente cuando volaba un zorzal, y apuntaba con el bastón de caña, y remedaba un tiro, y saltábamos: - "Le ha dao, le ha dao, le ha dao..!!!".
- "¡Mira, un conejo!! Y era verdad, un conejo; y un poco más allá una liebre. Alguna vez vimos un hurón, fino y casi rubio de pelo. El tio Enrique lo veía todo, y lo enseñaba. Sabía ver y escoger los espárragos en la esparraguera, y también los gurumelos, cuando era el tiempo, y siempre que salía al campo traía algo para la cocina.
Los niños queríamos ver un jabalí, pero el tito decía que era un bicho peligroso, que embestía, y que por allí no había, que estaban en el monte, que cuando fuéramos mayores ya nos llevaría a alguna montería, para que vieramos venados y jabalíes, como los de los colmillos que estaban en la cuadra, grandes como las cabezas que había en el Casino.
Parábamos en algun claro, cerca del Arroyo Hondo, o arriba de la huerta del Armito, o por la Loma de las Vacas. Las matas de lentisco eran grandes y frondosas, mojadas todavía por la escarcha, con las bolitas coloradas entre las hojas verdes, unas más oscuras, otras más claras. Rezumaban olor cuando se cortaban, y las manos se pegaban con la resina; el romero olía distinto que en verano, más vegetal, menos penetrante; pero el tomillo estaba fresco, rico de olor, y el cantueso. Había que tener cuidado con las ahulagas, que pinchaban y arañaban las piernas.
Las pitas se arrancaban con la azoleta, escarbando al pié; se escogían las más chicas, para que estuvieran en proporción con las figuritas; y tambien cuatro o cinco medianas, para ponerlas en el rincón, y en las puntas del tablero.
Los musguitos eran más delicados, y había que saberlos desprender sin que se desmoronasen, y sin mojarse, porque algunos estaban al filo del arrollo, y las piedras resbalaban.
Si subíamos por el caminillo de la Tejonera, cerca de la Fuente Vieja había madroños, y también arrayanes. De los chaparros se cortaban unas cuantas ramas recias, con las hojitas espinando; y unas retamas largas, para rellenar el fondo.
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Al final se amarraba todo en tres o cuatro haces, y nos sentábamos a comer las madalenas; llenábamos la cantimplora en el arroyo, y el agua estaba dulce. Las naranjas se pelaban con las manos, que olían luego todo el dia, aunque te las lavaras. Y volvíamos por el camino de detrás del Cementerio, y entrábamos en la ermita, a rezarle a la Soledad y al Cristo de la Agonía.
Para la hora de almorzar, ya estábamos en casa. Y mis tias, con mis hermanas, habían bajado del soberao el cajón con las figuras del Nacimiento, y ya tenían montados en el estrado los caballetes con los tableros, y la tela del faldoncillo prendida, y preparado un cubo con serrín y otro más chico con tierra húmeda del arreate; y los corchos metidos en sus sacos, debajo de los tableros, a punto para montarlos.
En una esquina de la sala estaba el portal, de corcho y escayola; y sobre el velador de mármol, los Reyes con los camellos y los pajes, todavía envueltos en papeles; y la Virgen y el San José y el Niño estaban en la cocina, porque mi tia los limpiaba con clara de huevo, para que les quedara brillo.
Mi hermana chica jugaba haciendo piaritas con los borreguitos, y los cochinitos, y las cabritas, y los pavitos; a la hora de ponerlos, cogería un berrinche, y después se pasaba el día quitando y poniendo ovejitas y pavos del Nacimiento.
Por la tarde, cuando volvía mi padre, ya estaba el Nacimiento acabado, y mamá sacaba los primeros mantecados. La casa olía a pestiños, a miel y matalahúga, desde que se entraba al zaguán, y hasta en la calle.
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Nos daban las panderetas, y cantábamos el primer villancico
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miércoles, 19 de diciembre de 2007
Cuadros y otras pobres herencias
De mis abuelas, de mis abuelos, quedaron en casa una colección de cuadros y algunos muebles de sus abuelos y sus abuelas. Aparte los apellidos y algunos escuditos y algún árbol de familia que un tataratío con delirios de nobleza dibujó y también quedó en casa, en el piso de mis padres, ahora nuestro, apenas hay más rastros de los buenos tiempos de cuando hubo fincas, cuando hubo herencia.
De las fincas, como una cantinela, aprendí de mis tías los nombres: El Majadal del Moro, Alcornocalejos, Fuenteluenga, La Dehesa, y alguna más que ya no recuerdo. Las fincas existen, con los mismos nombres, pero en distintas manos que ya no son ni de la parentela, ni gente conocida, ni gente del pueblo, sino gente forastera que las compró y ahora las tienen encargadas a administradores, también forasteros.
Las cosas de valor se fueron vendiendo o se fueron estropeando o se fueron repartiendo. Como mi familia ha sido recurrentemente endogámica, han sucedido dos cosas quasi milagrosas: No hemos salido ningún tonto a pesar de tantos primos y re-primos casados con primas y re-primas (aunque alguna rareza sí que ha habido en alguno y en alguna, pero disimulable, nunca notoria, siempre "normal"); la segunda providencia familiar es que casi todas las antigüedades de cierto valor que han susbsistido, quedaron o vinieron o todavía están llegando a casa.
Mis hermanas no hay temporada que no recojan de casa de las tías alguna pulsera, algún brazalete, algún anillo, unos zarcillos, una mantilla, un pericón. Cada vez queda menos tesorería, pero el decurso del pequeño patrimonio sigue. Y sigue con sentimientos, porque cada cosa lleva el suyo propio en la intención o en el recuerdo, ya sea personal, ya circustancial, siempre familiar.
De niño, el criarse en casa grande con cuadros antiguos, espejos viejos, cómodas, arcones, y camas altas de penacho alto, imprime carácter. Por lo pronto, miras despreciativo las casas de los amigos y su moblaje, sin un cuadro de verdad, ni un espejo apulgarado, ni un quinqué de bronce y tulipa. Cuando uno tiene una tia encantadora, con más de ochenta y la cabeza ochenteando, que cuando te va a dar dinero para el autobús te pone en la mano un duro pelón de Alfonso XIII y otro de Amadeo, uno sale así de poco normal, gracias a Dios y a la familia.
La casa grande de los abuelos se tuvo que vender, y mi padre compró un piso para todos en el que se intentó meter todo, y lo que no cabía se vendió. Adios las camas altas de penacho alto; adiós las cómodas grandes de caoba; y las consolas, y las rinconeras, y la trincheras, y los aparadores, y los veladores, y los tocadores...Adios!
Así y todo metieron en el piso dos arcones de cedro que cada uno ocupa media habitación, más el dormitorio completo de mis padres, y los cuadros:
Un San Joaquín con la Virgen Niña (sevillano, 1696), un San Juan Bautista (murillesco) y un Ángel de la Guarda (copia de Murillo, ca.1800). También la Virgen de Belén, una Dolorosa, dos retratos familiares, cuatro copias de mediados del XIX (copistas madrileños) del Carlos V de Tiziano, del Felipe II de Pantoja, de un caballero del Greco, y uno del auto-retrato de Velazquez, más cuatro paisajes sevillanos, costumbristas, de 1900.
Yo tengo en mi piso-leonera un Buen Pastor, una Dolorosa, dos paisajitos, dos docenas de grabados enmarcados, y un San Fcº Javier que me ha prestado mi tia y a ver si me quedo con él.
Como soy estático acumulativo, me encanta un cuadro colgado en la pared, pero también esquinado encima de un sillón, o medio sujeto en una pila de libros, o sobre una silla; y así los tengo, haciendo y dándome ambiente.
Cuando voy al pueblo y subo al piso relleno de cuadros malcolgados, los reconozco con un golpe de vista, sin apenas mirarlos, pero sabiéndolos tan mios, tan interiorizados, tan exteriorizados. Ninguno tiene especial valor en dinero, pero valen mucho entre las piezas de mi pequeño museo interior.
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P.s. Hay veces que las lágrimas se desvían por recurso, y al no querer llorar más a quien se quiere, se escoge recordar lo que se quiere, que es un poco lo mismo, pero disimulando: Sunt lácrimae rerum.
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sábado, 15 de diciembre de 2007
Fundamentalismos
El órgano mediático del laicismo de la piara psoera (lamentablemente no es el único en su especie), trae hoy un artículo semi-entrevista de un tal Éli Barnavi, rumano de nacimiento, de familia hebrea, e israelí de nacionalidad (supongo que no es judío de religión por lo que dice y las tesis que mantiene) .
El artículo es interesante, de los que dan para discutir, porque el personaje demuestra ser inteligente (esa es otra, que el diario insignia de la piara es interesante y cuenta con gente inteligente, destacándose sobre el mediocre resto). Dice cosas como estas (cito y discuto):
_ "No me gusta referirme a la libertad en abstracto, prefiero hablar de libertades. La de ir y venir, la de hablar de cualquier cosa, la de pensar lo que quieras, incluso la de hacer caricaturas ofensivas. Todo eso está en peligro". _
Sí, pero. Postular la libertad como valor exige la posibilidad real de ejercer positivamente ese derecho y expresarlo. Sin embargo no encaja bien con este principio, por ejemplo, el admitir la ofensa caricaturesca dentro de los límites de la libertad-valor. Entiendo que un acto así transgrede otras libertades positivas de otros con igual derecho. De ahí a postular la libertad para el crimen y una omnímoda libertad de acción-expresión que incluya lo aberrante, sólo hay un paso. ¿Libertad para todo, inclusive el mal?
_ "Quizá sea un peligro que ahora resulta todavía difuso", dice E.Barnavi. "Pero lo mismo pasó el siglo pasado cuando irrumpieron el nazismo o el comunismo. Los fundamentalismos religiosos que se convierten en ideologías políticas totalitarias tienen exactamente el mismo peligro". Y hay que defenderse. ¿Cómo? Reivindicando lo que es propio de Occidente, el laicismo, la democracia, los derechos humanos, la herencia de la Ilustración. _
Ah! El "enemigo" es un ente religioso. El concepto "fundamentalismo" se precisa con el adjetivo "religioso", que no se precisa. ¿El comentario que he hecho al párrafo anterior podría considerarse fundamentalista y tendente a degenerar en una tesis totalitaria? ¿No se estará definiendo la sustancia de toda entidad religiosa como "fundamentalista-totalitarista"? ¿Significa el concepto "enemigo" que las entidades religiosas que se atengan a principios que contradigan ese postulado de la "libertad omnímoda" son enemigos a perseguir, rendir y exterminar? ¿No estaría esto en contradicción con el mismo postulado de libertad de todos para todo? ¿El derecho a la libre expresión no reconoce el derecho a la libre religión? ¿No existe un fundamentalismo libertario, que sería malo? ¿Qué es lo "enemigable", lo "fundamentalista" o lo "religioso", la religión, o el fundamentalismo?
Por otra parte, curiosa la apreciación parcial y reduccionista de la identidad sustancial e idiosincrática del Occidente que estaría definida por cuatro hechos-rasgos-coordenadas, a saber: 1º El laicismo, 2º la democracia, 3º los derechos humanos, 4º la Ilustración.
Asombroso. Porque supone que Occidente empieza a existir, más o menos, a partir de 1789, no antes. No serían pués occidentales ni integrantes de la identidad de Occidente los Treinta Tiranos, ni los Siete Reyes de Roma, ni César el dictador, ni los Emperadores romanos, ni los Reyes Bárbaros, ni Carlomagno y el Sacro Imperio, ni Gregorio VII e Inocencio III, ni Carlos V y Felipe II, ni Louis XIV, ni Oliver Cromwell, ni Napoleón Emperador, ni Hitler, ni Stalin.
Quizá en estos dos últimos personajes tan occidentales estribe parte de la laguna mental/lapsus histórico de E.Barnavi, traumatizado por esos dos occidentales epígonos del laicismo ilustrado y sus consecuencias. Discutir que la democracia nace como discriminación de derechos entre atenienses libres y esclavos ilotas, me parece un estorbo que obviará E.Barnavi; y si se le recuerda que los derechos humanos se proclaman con la guillotina funcionando, no le gustará tampoco, o no lo juzgará relevante al caso.
¿Y el "laicismo"? ¿Cuando aparece el "laicismo" ideológico, militante, programático, en Occidente? ¿En el siglo VII que bautiza a lo godos? ¿En el siglo XII de la Escolástica? ¿En el siglo XVI de la Reforma y Trento? ¿En el XVII de las luchas doctrinales?...Un fenómeno sólo emergente y reconocible en cuanto tal desde fines del XVIII, en muy concretos y reducidos círculos ideológicos, y ampliamente contradicho y rebatido desde el seno de la más genuina identidad occidental, ¿puede considerarse constitutivo de la identidad de Occidente? ¿De qué Occidente?
¿El laicismo de Hitler, el laicismo de Stalin, el laicismo del Ceaucescu de su Rumanía natal, son valorables como algo "propio" del Occidente del que habla E.Barnavi.
Supongo que el Occidente que tiene en mente un rumano israelí con todo el peso del ominoso Occidente del siglo XX gravitando sobre su limitada compresión del Occidente, su identidad, su pasado y sus circustancias, es un Occidente tan artificial, tan maquetado, tan reducido a determinada escala y modelo como el barquito de palillos, papel y pegamento que se mete artificiosa y habilmente en una botella (en una entrevista sobre un libro en este caso).
Dice algunas cosas más, también interesantes y dignas de discutir como:
_ "Cualquier religión es política, tiene vocación de poder. Poco a poco va afinando y se centra en las tres grandes religiones, las que tienen un corpus de textos sagrados a los que referirse. Trata de los fundamentalismos de cada una de ellas que, en principio, podían quedarse en meras curiosidades. Y va llegando al grano: hay un momento en que determinados fundamentalismos se convierten en revolucionarios. Consideran que tienen derecho de servirse de la violencia para imponer su lectura de los textos sagrados a los impíos. Quieren conquistar el poder, imponer su verdad, borrar toda disidencia. _
Inquietante el análisis si de él hay que extraer consecuencias y esperar reacciones "políticas". Paradójicamente, esta misma reflexión vuelta a reconsiderar poniendo de sujeto al factor-elemento "político" en general o determinado en una ideología o partido concretos, tiene el mismo decurso con las mismas consecuencias, mutatis mutandis. Lo que no sé es si el perspicaz autor lo calla, o es que no lo contempla así. Inquietante, de todas formas, lo entienda o lo pase por alto.
Esto es interesante también:
_ "El catolicismo, en cambio, ya no puede ser hoy un fundamentalismo revolucionario. Lo fue, y de qué manera, en tiempos de Felipe II con la Liga Santa. Pero con el tiempo, y con la separación entre Iglesia y Estado que se consiguió gracias a la influencia de la Ilustración, es inconcebible que pretenda imponer su verdad de manera totalitaria." _
Curioso que diga Catolicismo y no Cristianismo. De entrada supone un reconocimiento histórico, pero a la vez una acusación de la que se excluirían las confesiones crisitianas no católicas. ¿Significa que sólo el Catolicismo puede derivar en fundamentalismo? ¿No las sectas evangelistas americanas? ¿No otros grupos religiosos activistas más o menos fundamentados en el cristianismo? ¿Con qué grupos cristianos actuales se identificaría más un "fundamentalismo" religioso cristiano? Las sectas fundamentalistas que misionan Centro y Sudamérica, ¿de qué tradición política-cultural proceden? ¿No nacen en la primera nación con una constitución democrática y garante de los derechos humanos? ¿La Liga Santa de Felipe II con la Santa Sede, Venecia y Génova es un acto histórico del "fundamentalismo católico"?
Escandalosamente, como buen ciudadano del actual Estado de Israel, todo el artículo-entrevista rezuma un anti-islamismo militante agresivo y disimulado con la coartada actualísima del fanatismo terrorista islámico. Sin embargo la existencia de suEstado de Israel no se sospecha que sea un "fundamentalismo" ni religioso (judío) ni político (sionista); la presencia de Occidente y sus potencias en Oriente Medio, tampoco. Pero la Liga Santa de Felipe II, Roma, Venecia y Génova contra la Turquía otomana en el siglo XVI, sí, eso sí es un claro acto del intrínseco fundamentalismo del Catolicismo, que hoy ya no se espera que se repita porque triunfó la Ilustración con su "écrasez l´infamme". Esto dice E.Barnavi, y lo presenta El País (aquí el articulito completo).
¿Que cómo se llama su libro, el libro de E.Barnavi? Su libro se llama "Las religiones asesinas", tal cual.
Una última cita:
_ "Occidente es la primera civilización que aprende a dudar y a cuestionarse a sí misma. Y a veces parece que dimite, que es incapaz de defender sus valores. Por eso hay que buscar un acuerdo de todos en torno al laicismo, y luchar por las libertades que tanto costó conquistar". _
Y el inteligente laicista no entiende que Occidente se examina en conciencia por su conciencia que se ha gestado, formado y madurado cristiana (y católica).
¿Negará a Occidente el derecho a reconsiderar el laicismo, la ilustración y esta democracia que incluye como derecho humano el aborto y la eutanasia? ¿O acusará a la conciencia de Occidente de fundamentalista religiosa si lo hace?
That's the question?
&.
viernes, 14 de diciembre de 2007
San Juan de la Cruz
Letrilla de San Juan de la Cruz, para el Adviento:
Del Verbo Divino
la Virgen preñada
viene de camino;
¡si le dais posada!
Una glosa:
Del Verbo Divino,
camino, camino
con puerta en la entraña
de una nueva Eva
que una nueva era
con Él nos alcanza.
La Virgen preñada,
colmada, inundada,
la Luz conteniendo
su vientre es sagrario
vivo santuario
del Dios verdadero.
Viene de camino
divino, divino,
pisando la tierra
con huella la Vida
que alienta en su seno
la Virgen María.
¡Si le dais posada!
parada, morada,
parirá su Gracia
y será Belén
tu establo, tu alma,
tu casa también.
.
¡Abrid la posada!
que viene en camino
la Virgen trayendo
al Verbo Divino.
La tesis de los tomistas y la escuela de los dominicos en general, es que el desarrollo ordenado de la vida espiritual lleva a los estadios de la mística.
El padre Royo Marín al exponer el pensamiento de diversos autores, autoridades y escuelas, reconoce, empero, la complejidad práctica de esta tesis optimista. Con cuatro citas, dos de Stª Teresa y dos de San Juan de la Cruz, expone la contradicción que sobre el particular aparece en los mismos grandes maestros de la la "mística experimental": Si la contemplación es para todos o sólo para algunos; si todos pueden llegar, o sólo unos pocos son conducidos a ella.
Finalmente formula y explica esta tesis:
"El constitutivo esencial de la mística que la separa y distingue de todo lo que no lo es, consiste en la actuación de los dones del Espíritu Santo al modo divino o sobrehumano, que produce ordinariamente una experiencia pasiva de Dios o de su acción divina en el alma."
Antes cita a Jimenez Duque, que dice:
"¿Qué es la mística? Esencial y primariamente, la obra divinizadora de Dios en nosotros cuando ha llegado a ese estadio intenso que se caracteriza por el predominio y la invasión desbordante de la acción de los dones...Sí, la mística es eso y un poco más que eso, pero sólo un poco más que eso. La mística es esencialmente también, pero secundariamente, una experiencia de Dios."
Concluyo con unas citas de San Juan de la Cruz, de su obra escrita:
De Dichos de luz y de amor:
- 31 " El que la ocasión pierde es como el que soltó el ave de la mano, que nunca la volverá a cobrar"
- 34 "Un sólo pensamiento del hombre vale más que todo el mundo; por tanto sólo Dios es digno de él".
- 36 "Mira que tu ángel custodio no siempre mueve el apetito a obrar, aunque siempre alumbra la razón; por tanto, para obrar virtud no esperes al gusto, que bástate la razón y el entendimiento."
- 37 "No da lugar el apetito a que le mueva el ángel cuando está puesto en otra cosa."
- 38 "Secado se ha mi espíritu porque se olvida de apacentarse en Tí."
- 59 "A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar como Dios quiere ser amado, y deja tu condición."
- 61 "No pienses que porque en aquél no relucen las virtudes que tú piensas no será preciosos delante de Dios por lo que tú no piensas."
.
No es vivir como repentizar la glosa de una letrilla, pero es algo también así: Uno que sabe da el pié, la inspiración, el verso; y el que se atreve sigue lo pautado, como un remedo hasta donde alcanza, sabe, o puede.
Lo demás, es gracia. Más todavía : Todo es gracia; todo ha sido, es, y será gracia.
.
+T.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Santa Lucía
Santa Lucía es italiana, y ejerce de italiana Vérgine e Mártire; y católica, como Santa que es (N.B. Los Santos, todos, son católicos, si no, no son santos, por supuesto. Esto hay que tenerlo claro, y así se ahorran complicaciones y todo eso).
Su vida, y su martirio son también muy italianos, muy mediterráneos, muy sicilianos. Porque la clave que cierra este arco rutilante de luz y gracia es Sicilia (N.B. Pronúnciese/léase "Sichilia" y "Luchía", prego; es que si no no es lo mismo). La secuencia de escenas que concluyen con su martirio es esta, resumidamente:
+ Nace en Siracusa, de familia cristiana, noble y pudiente
+ con su madre, Eutiquia, va a Catania, al sepulcro de Stª Ágata, para que su madre cure de unas hemorragias
+ estando allí, se le aparece en una visión Stª Ágata, su madre sana, y a ella se le augura ser compañera de santidad y martirio de la mismísima Stª Ágata
+ de regreso a Siracusa, le pide a su madre que le entregue la dote que pensaban gastarse para casarla, porque la va a entregar a los pobres y luego consagrará al Señor su virginidad
+ el prometido se entera y, despechado, arma un expolio y la denuncia por cristiana a los tribunales
+ siguen el interrogatorio ante el juez perverso y los crudelísimos pasos del tormento
+ al ser degollada con la espada, profetiza el fin de la persecución y la victoria de la Iglesia
Todo esto ocurría en Siracusa el año 310, apenas tres antes del Edicto de Milán.
.
Su iconografía es una preciosidad, con la figuración del candor virginal, la fortaleza de la mártir, y la gracia de la taumaturga, con la palma en una mano y el platillo con los dos ojitos en la otra. Il Caravaggio, que es medio paisano, la pinta con todo el drama siciliano ("sichiliano", recuerden), representando Il Seppelio di Santa Lucía, que es un cuadro digno de que le pongan música de Caldara o Pergolessi (un aria verista de Mascagni también le pegaría). El cuadro, Sicilia pura, está en Siracusa, de donde es la Santa.
.
Lo que pasa es que el cuerpo lo robaron los venecianos y está en la Chiesa di San Geremía e Santa Lucía, en el Altar Mayor, en su iglesia, inconfundible porque tiene una cúpula redonda como un globo, al borde mismo del Gran Canal, vicina alla Dogana vecchia. Yo pienso que estaría mejor y más celebrada en su Siracusa natal, pero si ella se ha querido quedar en Venezia, lo comprendo, porque Venezia es Venezia.
El cuerpo está visible en la urna. Hasta el año cincuenta y pico se veía al natural-que-espera-el-sobrenatural; quiero decir que estaba tal cual, incorrupta, revestida de rica y recamada túnica, con una corona en la cabeza...pero la cabeza y el rostro, a pesar de la corona y la rica veste, eran terribles de ver. Yo tenía (y debo tener por ahí, extraviada por algún sitio) una foto de cómo estaba. Digamos que daba la impresión, toda la impresión. Tanta que cuando llegó de patriarca a Venezia Don Ángelo Roncalli (todavía no era, claro está, Juan XXIII, pero lo sería, e incluso beato Giovanni XXIIIº), mandó inmediatamente que le cubrieran la cara con una mascarilla de plata, y así se la venera ahora, con mascarilla de plata, túnica roja bordada, y sin corona.
.
De vez en cuando le han cambiado el vestido, y con el que le han retirado, han hecho reliquias (yo tengo una en un relicario precioso, veneciano, muy clásico). En el convento de Santa Lucía in Selci, en Roma, de madres agustinas, donde expíden las reliquias de la Lipsanoteca del Vicariato Pontificio del Laterano, tienen, a más de otras reliquias suyas, un par de zapatillas de la Santa, y también dan en unos frasquitos de cristal el famoso "Olio Benedetto di Santa Lucía", muy bueno para las cosas de los ojos.
Prospecto para su uso: Tómese el aceite bendito y pónganse unas gotitas en una gasa o un poco de algodón, y aplíquese sobre la parte afectada (ojos, preferentemente, aunque no se excluyen otras partes); al tiempo, recítese una oración encomendándose a la Santa; si pudiera ser, además del Páter y un Ave con Gloria, dígase también este "Scongiuri contro le malattie
in dialetto siciliano da Cianciana"
Santa Lucia m-mezzu l'ardia
forfici d'oru m-manu tinia,
s'ahià a passari la Matri Maria:
dimmi chi à, la figlia Lucia?
aiu l'ucchiuzzi malati;
tinni và a lu iardineddru.
piglia un mazzu di pitrusinuti
lu strichi manuzzi manuzzi
ca ti passanu l'ucchiuzzi.
Santa Lucia la saura sàna
iddra camina bbaggiàna bbaggiàna,
avi li pedi comu na BBammina.
iddra nun caminava, n celu liggiva,
oru tagliava e argentu cusiva.
Su vida, y su martirio son también muy italianos, muy mediterráneos, muy sicilianos. Porque la clave que cierra este arco rutilante de luz y gracia es Sicilia (N.B. Pronúnciese/léase "Sichilia" y "Luchía", prego; es que si no no es lo mismo). La secuencia de escenas que concluyen con su martirio es esta, resumidamente:
+ Nace en Siracusa, de familia cristiana, noble y pudiente
+ con su madre, Eutiquia, va a Catania, al sepulcro de Stª Ágata, para que su madre cure de unas hemorragias
+ estando allí, se le aparece en una visión Stª Ágata, su madre sana, y a ella se le augura ser compañera de santidad y martirio de la mismísima Stª Ágata
+ de regreso a Siracusa, le pide a su madre que le entregue la dote que pensaban gastarse para casarla, porque la va a entregar a los pobres y luego consagrará al Señor su virginidad
+ el prometido se entera y, despechado, arma un expolio y la denuncia por cristiana a los tribunales
+ siguen el interrogatorio ante el juez perverso y los crudelísimos pasos del tormento
+ al ser degollada con la espada, profetiza el fin de la persecución y la victoria de la Iglesia
Todo esto ocurría en Siracusa el año 310, apenas tres antes del Edicto de Milán.
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Su iconografía es una preciosidad, con la figuración del candor virginal, la fortaleza de la mártir, y la gracia de la taumaturga, con la palma en una mano y el platillo con los dos ojitos en la otra. Il Caravaggio, que es medio paisano, la pinta con todo el drama siciliano ("sichiliano", recuerden), representando Il Seppelio di Santa Lucía, que es un cuadro digno de que le pongan música de Caldara o Pergolessi (un aria verista de Mascagni también le pegaría). El cuadro, Sicilia pura, está en Siracusa, de donde es la Santa.
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Lo que pasa es que el cuerpo lo robaron los venecianos y está en la Chiesa di San Geremía e Santa Lucía, en el Altar Mayor, en su iglesia, inconfundible porque tiene una cúpula redonda como un globo, al borde mismo del Gran Canal, vicina alla Dogana vecchia. Yo pienso que estaría mejor y más celebrada en su Siracusa natal, pero si ella se ha querido quedar en Venezia, lo comprendo, porque Venezia es Venezia.
El cuerpo está visible en la urna. Hasta el año cincuenta y pico se veía al natural-que-espera-el-sobrenatural; quiero decir que estaba tal cual, incorrupta, revestida de rica y recamada túnica, con una corona en la cabeza...pero la cabeza y el rostro, a pesar de la corona y la rica veste, eran terribles de ver. Yo tenía (y debo tener por ahí, extraviada por algún sitio) una foto de cómo estaba. Digamos que daba la impresión, toda la impresión. Tanta que cuando llegó de patriarca a Venezia Don Ángelo Roncalli (todavía no era, claro está, Juan XXIII, pero lo sería, e incluso beato Giovanni XXIIIº), mandó inmediatamente que le cubrieran la cara con una mascarilla de plata, y así se la venera ahora, con mascarilla de plata, túnica roja bordada, y sin corona.
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De vez en cuando le han cambiado el vestido, y con el que le han retirado, han hecho reliquias (yo tengo una en un relicario precioso, veneciano, muy clásico). En el convento de Santa Lucía in Selci, en Roma, de madres agustinas, donde expíden las reliquias de la Lipsanoteca del Vicariato Pontificio del Laterano, tienen, a más de otras reliquias suyas, un par de zapatillas de la Santa, y también dan en unos frasquitos de cristal el famoso "Olio Benedetto di Santa Lucía", muy bueno para las cosas de los ojos.
Prospecto para su uso: Tómese el aceite bendito y pónganse unas gotitas en una gasa o un poco de algodón, y aplíquese sobre la parte afectada (ojos, preferentemente, aunque no se excluyen otras partes); al tiempo, recítese una oración encomendándose a la Santa; si pudiera ser, además del Páter y un Ave con Gloria, dígase también este "Scongiuri contro le malattie
in dialetto siciliano da Cianciana"
Santa Lucia m-mezzu l'ardia
forfici d'oru m-manu tinia,
s'ahià a passari la Matri Maria:
dimmi chi à, la figlia Lucia?
aiu l'ucchiuzzi malati;
tinni và a lu iardineddru.
piglia un mazzu di pitrusinuti
lu strichi manuzzi manuzzi
ca ti passanu l'ucchiuzzi.
Santa Lucia la saura sàna
iddra camina bbaggiàna bbaggiàna,
avi li pedi comu na BBammina.
iddra nun caminava, n celu liggiva,
oru tagliava e argentu cusiva.
(No importa si no se entiende porque la que se tiene que enterar es la Santa, que atiende mejor en siciliano)
La Santa Lucía, cantada por Caruso, para ambientar con sole sorrentino questa sembianza della gloriosa Santa Lucía.
Evviva Santa Lucía!!!!
+T.
martes, 11 de diciembre de 2007
Armenios
Me ha impresionado este mapa que he encontrado hoy en inet. Ha sido casual, pero escalofriante el impacto:
Los puntos rojos marcan lugares donde se masacró a los armenios (el tamaño de cada punto es proporcional al número de víctimas); el trazo rojo con puntas de flecha señala las rutas por las que las tropas turcas condujeron a los armenios en penosas condiciones hasta las fronteras, en algunas ocasiones por el desierto y al desierto; los puntos azules ubican los campos de concentración.
Una persecución contemporánea a una nación, un pueblo y una religión: Por ser armenios y por ser cristianos.
Turquía se resiste a reconocer el histórico y terrible genocidio.
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Los puntos rojos marcan lugares donde se masacró a los armenios (el tamaño de cada punto es proporcional al número de víctimas); el trazo rojo con puntas de flecha señala las rutas por las que las tropas turcas condujeron a los armenios en penosas condiciones hasta las fronteras, en algunas ocasiones por el desierto y al desierto; los puntos azules ubican los campos de concentración.
Una persecución contemporánea a una nación, un pueblo y una religión: Por ser armenios y por ser cristianos.
Turquía se resiste a reconocer el histórico y terrible genocidio.
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lunes, 10 de diciembre de 2007
Magnificat
Para no perder el ritmo del blog, y como estamos en la octava de la Inmaculada y en pleno Adviento, viene bien este vídeo con música, voz e imagen ilustrando el canto de la Virgen: El Magnificat que el compositor de música sacra Marco Frisina compuso para la cantante Mina:
Es muy bello. Frisina es un consumado maestro de música sacra moderna. Tiene apreciables influencias de Ennio Morricone; la partitura de The Mission suena mucho en este Magníficat. Está pensado en forma antifonal, con el estribillo "magníficat, etc." para intercalar como antífona-responsorio entre las estrofas del Cántico. La madura y poderosa voz de Mina está un poco forzada en los agudos y los bajos (tiene ya una edad muy respetable), pero suena magnífica, tan italiana, tan "Mina", tan Festival de San Remo.
Una música para Diciembre, por la Inmaculada.
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Es muy bello. Frisina es un consumado maestro de música sacra moderna. Tiene apreciables influencias de Ennio Morricone; la partitura de The Mission suena mucho en este Magníficat. Está pensado en forma antifonal, con el estribillo "magníficat, etc." para intercalar como antífona-responsorio entre las estrofas del Cántico. La madura y poderosa voz de Mina está un poco forzada en los agudos y los bajos (tiene ya una edad muy respetable), pero suena magnífica, tan italiana, tan "Mina", tan Festival de San Remo.
Una música para Diciembre, por la Inmaculada.
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sábado, 8 de diciembre de 2007
Visibilizar la Gracia
Es dificil trasladar formalmente lo espiritual, traducirlo materialmente; mucho más si es una parte del Misterio lo que se pretende expresar. Supone un continuo desafío para el artista y una prueba para la iconografía.
Se acierta más cuando el Misterio se ha hecho humano (vida, dolor, amor), y es posible captar admirablemente, con recursos conmovedores, la ternura del Nacimiento, o el sufrimiento de la Pasión. Pero en cuanto el Misterio se acerca a lo divino, lo inefable se resiste a la representación material; así , por ejemplo, es más dificil para el arte figurar la Resurrección, y cuando lo intenta obtiene logros iconográficos muy parciales.
Representar el misterio mariológico de la Inmaculada Concepción es un verdadero reto, pues ocurre en la esencia recien existente de una criatura, apenas perceptible, y encierra un hecho soteriológico privilegiado, irrepetible, único, con implicaciones arcanas, como la predestinación, la eternidad, la gracia.
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La mejor iconografía inmaculista es española; quizá porque los siglos de la gran controversia doctrinal concepcionista coinciden con nuestro Siglo de Oro. En España, en el XV, XVI y XVII, se escribe, se pinta, se esculpe y se compone muy bien, con extraordinarios medios, facultades e inspiración. Incluso con una peculiar gracia para captar lo humano del Misterio y el Misterio en lo humano. Existe una armónica sincronía de estética y mística en la palabra, la música, y las formas de aquel período y sus mejores representantes espirituales y artísticos, dificilmente superables.
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Se atrevieron y lo hicieron imaginando lo humano como motivo, y lo celestial como fondo; la mujer será lo sustancial, y la gracia un aditamento. Se escogieron recursos los más bellos, delicados, simples. Y se compone como un enamorado sueña, canta, escribe, pinta; para que cuando se mire, se diga, se oiga, también brote un efecto parecido, se despierte algo así.
De nuestras Inmaculadas sevillanas me gustan la inocencia blanca y dorada de las de Zurbarán; lo suave de Murillo y su popular belleza, femenina y célica, carne en el cielo; me conmueven las miradas recogidas, la estática orante de las de Montañés, Mesa, Cano y los Ribas, plegaria tallada, salmo en madera; me fascinan las de Roldán y Cornejo, gráciles, clamores de cielo y oro.
Y les pongo música de Correa, Ortíz, Guerrero, Morales y Victoria. Y unos nardos tardíos, y una voluta de incienso, y un naranjo con fruto, y un cielo claro, media luna y doce luceros.
Y también baile de Seises, los que esta tarde y su octava le van a cantar y le van a bailar:
Virgen Santa Inmaculada
más que el ampo de la nieve
que trituras con pie breve
la cabeza del dragón:
Desde siglos, tú lo sabes,
fue la gloria de Sevilla
aclamarte sin mancilla
en tu Pura Concepción!
Una octava, una semana, ocho tardes de Diciembre se lo van a estar cantando, bailando, recordando.
Ella no lo ha olvidado: ¡Que no la olvide Sevilla!
+T.
jueves, 6 de diciembre de 2007
Nicolás de Myra-de Bari
Es uno de los Santos más universales, venerado no sólo por la Iglesia Católica, sino por todas las Ortodoxas Griegas, Eslavas y Orientales; conservó su veneración en los países nórdicos y otros del área germana-sajona incluso después de la reforma protestante y el severo luteranismo, pasando luego a ser el Santa-Claus/Papá Noel popularizado desde los EEUU por medio del cine y la publicidad comercial.
Tuvo fama de taumaturgo ya en vida, siendo obispo de Myra, en la actual Turquía. La Leyenda Dorada narra sus más famosos milagros, aunque asombran igual otras hechos de Nicolás:
- rescata con su herencia patrimonial a tres jóvenes doncellas que iban a ser prostituidas por su propio padre, entregándoles una espléndida dote en oro a cada una
- consigue trigo abundante de un cargamento con el que subsana una penosa carestía en Myra, y administra su distribución durante dos o tres años
- se presenta en medio de una ejecución y se interpone entre el verdugo y la víctima, salvando la vida de tres inocentes condenados a muerte
Y la legenda continua con una secuencia de milagros, todos admirables, sencillos, bondadosos, familiares, domésticos.
San Metodio, uno de sus biógrafos, cuenta que estuvo en cárcel y a punto de ser martirizado durante la persecución de Diocleciano, y que fue liberado cuando Constantino asume el poder. La tradición griega dice que participó en el concilio de Nicea, en el 325, y que allí se enfrentó personalmente a Arrio, y se mostró firme sostenedor de San Atanasio.
Con su fama de santidad, murió en el año 343. en el siglo VII-VIIIº se le dedica una íglesia-basílica en Myra, su ciudad. En 1087, con Myra ya en poder de los turcos, poco antes de la 1ªCruzada, 47 soldados y 4 monjes, todos de Bari, sacan sus reliquias de su sepulcro y arriban con ellas el 9 de Mayo a Bari, donde se veneran desde entonces. La urna de sus reliquias exuda una especie de óleo transparente llamado "manna di San Nicola", que todos los años se bendice y se distribuye mezclado con agua a los fieles que lo piden.
Su iconografía es riquísima en la tradición iconográfica de Grecia, Creta, Rusia, Serbia, Bulgaria, Ucrania, Moldavia, Polonia, Lituania, etc. Se le representa calvo, de cabeza redonda, con cabellera ondulada recortada en las sienes y un mechón en la frente (pelo cano o negro), la barba poblada, más bien corta que luenga; a ambos lados, en pequeño tamaño, Cristo bendiciente y la Virgen entregándole el omofórion; preferentemente lleva la cabeza desnuda, con el omoforión cruzado al pecho; los del siglo XIX lo representan con la corona-bonete litúrgico de los ortodoxos.
La iconografía occidental lo representa con atuendo episcopal romano, mitra y báculo (aunque algunas veces lleva la corona ortodoxa y el báculo en t o con la doble serpiente, así como el omofórion). Suele portar sus emblemas o signos parlantes: Las tres bolas doradas representan las dotes de las doncellas; tres niños en una tina, recordando un milagro en el que salvó la vida a tres chiquillos que iban a ser cruelmente asesinados (segun otras versiones que se estaban ahogando); otras veces se le representa en milagros de navegantes, socorriendo a naves en peligro o a los náufragos.
Del Santa Claus-Papa Noel, no digo nada porque sé poco.
La iconografía occidental lo representa con atuendo episcopal romano, mitra y báculo (aunque algunas veces lleva la corona ortodoxa y el báculo en t o con la doble serpiente, así como el omofórion). Suele portar sus emblemas o signos parlantes: Las tres bolas doradas representan las dotes de las doncellas; tres niños en una tina, recordando un milagro en el que salvó la vida a tres chiquillos que iban a ser cruelmente asesinados (segun otras versiones que se estaban ahogando); otras veces se le representa en milagros de navegantes, socorriendo a naves en peligro o a los náufragos.
Del Santa Claus-Papa Noel, no digo nada porque sé poco.
El dia de San Nicolás conserva también un recuerdo tomista, de especial valor:
Cuentan los biógrafos de Santo Tomás de Aquino que en los últimos cuatro o cinco años de la vida del gran teólogo y filósofo fueron frecuentes los momentos en que Tomás entraba en éxtasis, levitaciones incluso. El dia de San Nicolás, en su querido convento dominicano de Nápoles, tuvo uno de esos éxtasis mientras celebraba la Santa Misa; durante casi dos horas se mantuvo extático y levitando un palmo sobre el suelo, ante el Altar. Le asistía su secretario, fray Reginaldo de Priverno, que le ayudó a reponerse cuando salió del trance y pudo concluir la Misa. Después Tomás se dirigió a su celda y, si no lo detiene fray Reginaldo, estuvo a punto de quemar todos sus escritos, junto con los apuntes y esquemas preparatorios, repitiendo que luego de la iluminación recibida durante aquel éxtasis, todo le parecía paja y humo. Desde el dia de San Nicolás, 6 de Diciembre de 1273, no volvió escribir nada. Solamente rezaba, con don de lágrimas y frecuentes extásis.
Acabo con una cita de un autor oriental, anónimo del siglo X, sobre San Nicolás: "...Oriente y Occidente lo aclaman: En todo sitio habitado, campos, y ciudades, islas y aldeas, hasta el confín de la tierra, su nombre es reverenciado y se erigen iglesias en su nombre".
.
Y en el XXI, lo mismo.
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&.
miércoles, 5 de diciembre de 2007
¡ Que se quiebren la cuerna !
Esta sobremesa por poco se me atraganta el postre cuando veo en el telediario de TV1 que machacan a El País por una noticia publicada en la que decía, más o menos, que TVE se había entregado sin condiciones a Mediapro.
Lo gracioso es que la solemne locutora, mientras hablaba y se explicaba, iba confirmando lo de la noticia de El País, pero sin dejar de arrearle a El País.
Y yo encantado: A ver si se despedazan y devoran El País, la TVzpera, Prisa y Mediapro, y no dejan rastro unos de otros.
¡Ojalá!
(supongo que el bobo del donmariano y los cretinos políticos del pperío mirarán para otro lado, como si fuera de mal gusto meter palo en candela)
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martes, 4 de diciembre de 2007
Manus Vitae
San Juan Damasceno es el último Padre de la Iglesia. Cierra en pleno siglo VIII el gran capítulo de la Patrística, con una Iglesia amenazada y sometida en el Oriente por Islam, y con los oscuros siglos del alto medievo envolviendo todo el Occidente, con apenas algunos claros sobre la sombra.
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Cántico de los Querubines, tono 3º, de la antigua liturgia bizantina.
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Le tocó vivir en circunstancias difíciles y peligrosas; cristiano y servidor del califa Abd-el-Malik, en el Damasco de los Omeyas, Juan Mansur se convirtió en la voz de la iconodulía al estar, paradójicamente, a salvo de la persecución de León III Isáurico. Sus Tres Apologías contra la iconoclastía tuvieron tal difusión dentro de las fronteras de Bizancio, que el propio emperador tramó una conjura para denunciarlo por traición ante el Califa. Fue condenado a perder la mano derecha, que se la cortaron y expusieron en la picota de una de las plazas de Damasco.
Cuenta la tradición que rezó toda la noche ante una imagen de la Virgen que, milagrosamente, le restituyó la mano cortada. En acción de gracias mandó pintar un icono de la Madre de Dios en el que aparecía una tercera mano, como memoria del milagro. El icono de la Trijherusa se popularizaría más tarde desde el Monte Athos, de donde pasó a la iconografía rusa.
Después de este azaroso episodio, el Califa, convencido de su inocencia y de la calumnia tramada por el Isáurico, quiso devolverle su rango de funcionario en la corte de Damasco, pero Juan prefirió retirarse de por vida a la laura de San Saba, entre Jerusalén y Belén, donde hizo vida monástica y escribió los últimos tratados teológicos y espirituales de la época de los Santos Padres. También dice la tradición que fue ofrenda a la Virgen por la mano cortada y milagrosamente restituída: Escribir, no dejar de escribir de Dios y para Dios mientras tuviera vida.
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Murió muy anciano, casi centenario, con una obra rica, extensa, sabia, que recogería la Escolástica siglos después, influyendo notablemente en Santo Tomás de Aquino y los mejores autores del siglo XII-XIII.
De uno de sus textos, la Declaración de la Fe, procede este bello exordio, que es un canto a la vida:
" Tú, Señor, me sacaste de la sangre de mi padre; tú me formaste en el seno de mi madre; tú me hiciste salir a la luz, desnudo como todos los niños, ya que las leyes naturales que rigen nuestra vida obedecen constantemente a tu voluntad.Tú, por la bendición del Espíritu Santo, preparaste mi creación y mi existencia, no por la voluntad del hombre ni por el deseo carnal, sino por tu gracia inefable. Preparaste mi nacimiento con una preparación que supera las leyes naturales, me sacaste a la luz adoptándome como hijo y me alistaste entre los discípulos de tu Iglesia santa e inmaculada."
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Después se explaya emocionado sobre su vocación al sacerdocio, pero llama la atención esta incorporación del misterio de la vida al Credo que expone, como el capítulo sine qua non, ese que hoy se niega desde las leyes de una civilización pervertida, que no entiende ni la vida, ni su misterio, ni el Misterio que elige la vida para dar Vida a los que viven en sombras de muerte.
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Es uno de los Santos que me inspira especial devoción: Por asuncionista, por iconódulo, por teólogo.
He tenido todo el día, desde muy temprano, una lamparilla encendida ante el icono de la Trigerusa, tan bella. La mano milagrosa de la Virgen para Juan Damasceno ha sido también una mano suplicante por mí y por los mios, y por la vida, y por la Iglesia.
Una mano de esperanza que reza y se acoge al amparo de la Theotokós, que gestó en su seno al Dios de la Vida.
Cántico de los Querubines, tono 3º, de la antigua liturgia bizantina.
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lunes, 3 de diciembre de 2007
Javier
Un particular común a toda vocación verdadera es la resistencia, la que hace el llamado cuando comprende que se le llama. No hay vocación sin pero, no hay vocación sin oposición.
La llamada se tiende a confundir con el medio humano-terreno, hasta que se acepta su entidad sobrenatural y que es Dios el que está llamando valiéndose de causas intermedias, la Iglesia entre ellas, pero no sólo.
El medio intermedio de la vocación de Francisco Javier fué Ignacio de Loyola. Sería digno de ver al maduro padre Ignacio, con su leve y disimulada cojera, acercarse por detrás a Francisco y decirle quedamente aquel "...Javier, Javier, ¿de que te vale ganar el mundo si pierdes tu alma..." La voz de un santo que se está haciendo Santo y que busca más gente para la Santidad es poderosamente inquietante, sobrenaturalmente turbadora. La voz del padre Ignacio en el oído de Javier tuvo que ser así.
El escenario era La Sorbona de París. París siempre ha sido París. La esencia de una ciudad se hace, se va haciendo lenta, en la historia, con la historia, por la historia, pero con definición de carácter desde sus orígenes, y el París de esta vocación con protagonistas españoles era París, que tanto afecta a los españoles.
Cuando el llamado se rinde, se rinde con versículo de profeta; lo pondré en francés, para que suene a parisien: "...Tu m'as séduit, Seigneur, et je me suis laissé séduire..." Jr 20,7 La conmoción es finalmente sincera, honda, personal, amorosa y dolorosa, y gozosa.
Javier, después rendir la plaza de su corazón, diría con toda consciencia la oblatio universalis: "...todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta", aquella absoluta ofrenda que el padre Ignacio pone en la 4ª semana de sus Exercicios Espirituales, la "contemplación para alcanzar amor", que empieza así:
"Primero conviene advertir en dos cosas: La primera es que el amor se debe
poner más en las obras que en las palabras. La 2ª, el amor consiste en
comunicación de las dos partes, es a saber, en dar y comunicar el amante al
amado lo que tiene o de lo que tiene o puede, y así, por el contrario, el amado
al amante; de manera que si el uno tiene sciencia, dar al que no la tiene, si
honores, si riquezas, y así el otro al otro." E.E. nº 230
Y más abajo, en el nº 234, viene la oblación universal:
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y
toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer; Vos me lo distes, a Vos, Señor, lo
torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y
gracia, que ésta me basta.
Y ya está.
Esta mañana, en el Oficio de Lectura, salía una vibrante carta de Javier al padre Ignacio. Javier ya estaba en Asia, evangelizando en la India. Este párrafo es emocionante, retador, inquietante:
"...Muchas veces me vienen ganas de recorrer las universidades de Europa, principalmente la de París, y de ponerme a gritar por doquiera, como quien ha perdido el juicio, para impulsar a los que poseen más ciencia que caridad, con estas palabras: «¡Ay, cuántas almas, por vuestra desidia, quedan excluidas del cielo y se precipitan en el infierno!»
¡Ojalá pusieran en este asunto el mismo interés que ponen en sus estudios! Con ello podrían dar cuenta a Dios de su ciencia y de los talentos que les han confiado. Muchos de ellos, movidos por estas consideraciones y por la meditación de las cosas divinas, se ejercitarían en escuchar la voz divina que habla en ellos y, dejando de lado sus ambiciones y negocios humanos, se dedicarían por entero a la voluntad y al arbitrio de Dios, diciendo de corazón: «Señor, aquí me tienes; ¿qué quieres que haga?» Envíame donde tú quieras, aunque sea hasta la India."
Como un loco, dando voces por las áulas de La Sorbona de París, despertando a los que duermen, inquietando a los tranquilos, llamando como le llamaron a él.
Es la pasión de Javier. Hoy ha sido su día, y ha sonado su voz de "Divino impaciente".
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domingo, 2 de diciembre de 2007
Dolores J.Umbridge
Cuando la estrenaron no pude, y hasta ahora no he visto la quinta peli de Harry Potter, "H.P. y la Orden del Fenix". Quizá fuera que en Julio hacía demasiado calor para meterse en un cine viendo el brumoso paisaje de Hogwarts, y ahora el tiempo acompaña más para ambientarse en la peli.
El actor que hace de Harry ha cuajado demasiado duro para el papel, y se pasa toda la peli malencarado; en las dos primeras pelis era un chico apropiado para el personaje, con tics todavía infatiles, mucho más maleable ante la cámara, pero la edad del pavo le ha sentado mal. A los otros jóvenes actores no, y exceptoo un par de malos doblajes, todos están mucho mejor que el protagonista.
La que domina toda la peli, sin embargo, es la fascinate y tremenda Dolores J. Umbridge, todo un papelón. Claro que la actriz es una de las mejores secundarias del espléndido elenco de actores ingleses. La simpatiquísima Imelda Staunton; simpatiquísima cuando hace de la hija de la Srª Jennings en "Sentido y Sensibilidad", o de ama de Lady Viola en "Shakespeare in love"; pero también la equívoca abortadora bienintencionada en la desgraciada "El secreto de Vera Drake". El mismo rostro, la misma excelente actriz, ya cómicamente encantadora, ya sórdidamente trágica.
Esta capacidad tan versatil que la define como excelente actriz, aparece en una pieza de perfil característico, haciendo de Dolores Umbridge una lady ridícula temible y formidable. Genial el vestuario, con trajes tailleur años '60 color rosa chicle frambuesa sin llegar al fucsia con aderezos de terciopelo fileteado y peluquería coiffeur laca dura. El complemento que le da el toque último y definitivo es una taza de té con su platito de porcelana made in Harrod's. Genial. Yo me imagino a una Rafaela Aparicio en semejante tipo, mutatis mutandis, y también hubiera resultado cómicamente horripilante.
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Uno de los decorados-efectos especiales más originales y conseguidos de toda la peli es, precisamente, el saloncito de recibir de Dolores Umbridge, todo rosa, con tapetitos y alfombras, y una colección de platos con gatos y platitos con gatitos que se mueven y miran y maullan. Genial.
El resto, discutible: Hogwarts esplendido, con detalles de mobiliario (puertas, particularmente) buenísimos. La estética gótico-Tudor y neogótico-Pugin en la escenografía, es lo más identificativo de las pelis de Harry Potter, pero en cuanto se sale de esos moldes, la cosa rechina. Como por ejemplo al principio de la peli (underground-graffitero) o en las escenas de Londres-Ministerio de Magia (ficción-futurista); se parecen a otra peli cualquiera de esas oscuras con imágenes confusas y montaje de impacto (cuando faltan ideas, se recurre al fotograma "impacto").
Salen unos bichos nuevos, que no me acuerdo como se llaman, una especie de caballos esqueléticos con alas de pterodáctilo y cabeza de dinosaurio; y se remeda la escena de King-Kong y la bella con un absolutamente prescindible gigante-bobo; también se remeda la escena del duelo de magos de "The Raven" (la de Vincent Price inspirada en E.A.Poe). Tics manierístico-cinematográficos de gusto hollywoodiense, que sobran.
Lo peor es ver cómo algunas escenas (la del archivo con las estanterías de bolas de cristal y el equipo de los feníx contra los mortífagos a golpe de varita y encantamiento, especialmente) están quasi presentadas en formato de juego de consola.
En fin, que a mí las pelis de Harry Potter me gustan, pero el gusto no me obnubila ni la crítica ni el buen gusto.
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sábado, 1 de diciembre de 2007
Su primer borrón
Se entretuvo por los callejones; quería llegar tarde, y no encontrarse con ningún chico en la plazoleta, y que hubiera sonado ya el timbre para la primera clase, y estuvieran cerradas las puertas del Instituto. El Instituto estaba en la antigua casa grande del pósito. Habían tabicado las tres naves y salieron seis aulas y un par de salones; los de dentro daban a un patinillo que les daba luz por unos tragaluces altos, casi rozando el techo; el patinillo lindaba con el corral de una vaquería, y por las mañanas en las clases olía a vaca y a leche; cuando berreaban los becerros, todos se reían (si la clase no era con el director; con el director nadie se reía).
A las 9h, el Lunes, empezaba con clase doble, una hora de matemáticas y la segunda de física, las dos con el director. La primera bofetada se la llevaba el primero que salía, por salir el primero. Pasaba lista uno a uno, apuntando las faltas, y después llamaba a la pizarra para preguntar y corregir los ejercicios; las voces y las bofetadas duraban hasta las once, cuando tocaba el timbre del recreo.
El reloj de la villa, que estaba enfrente del Instituto, daba los cuartos, las medias, los tres cuartos, los cuatro cuartos con la hora y la repetición. Las dos horas de matemáticas, física y bofetadas se median por cuartos del reloj, con campanazos que se aligeraban a medida que se agotaban los cuartos; el más largo era el último, tan lento.
Ya no había chicos en la plazoleta. Don Francisco, el conserje, había entornado el portón de la calle, porque hacía corriente, y no lo abría hasta el recreo. Como nadie lo vió, pasó de largo y siguió por la calle del Palacio hasta la Iglesia, que estaba abierta. Cuando entró, todavía había algunas mujeres en el Sagrario, dos o tres, que se fueron al rato, y se quedó sólo en la Iglesia. Se sentó en uno de los bancos del coro, con los piés sobre la barandilla de madera. Hacía frio; se levantó el cuello del chaquetón, se embozó en la bufanda, y se acurrucó en la rinconera del banco, dos horas, hasta que dieron las once en el reloj y el sacristán sonó las llaves para cerrar la Iglesia.
Antes de salirse paró me paré en el altar de la Virgen, eché una peseta en el cepillo, recé un Ave, y encendí una velilla, para que no se enteraran de que había faltado a dos clases. También dejé cien pálpitos de corazón, y un par de lágrimas. Tenía diez años.
Banda sonora: El precioso (y discutido) Ave Maria de Giulio Caccini-Vladimir Vavilov, cantado por la estupenda Sumi Jo, quasi perfecto para la escena.
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A las 9h, el Lunes, empezaba con clase doble, una hora de matemáticas y la segunda de física, las dos con el director. La primera bofetada se la llevaba el primero que salía, por salir el primero. Pasaba lista uno a uno, apuntando las faltas, y después llamaba a la pizarra para preguntar y corregir los ejercicios; las voces y las bofetadas duraban hasta las once, cuando tocaba el timbre del recreo.
El reloj de la villa, que estaba enfrente del Instituto, daba los cuartos, las medias, los tres cuartos, los cuatro cuartos con la hora y la repetición. Las dos horas de matemáticas, física y bofetadas se median por cuartos del reloj, con campanazos que se aligeraban a medida que se agotaban los cuartos; el más largo era el último, tan lento.
Ya no había chicos en la plazoleta. Don Francisco, el conserje, había entornado el portón de la calle, porque hacía corriente, y no lo abría hasta el recreo. Como nadie lo vió, pasó de largo y siguió por la calle del Palacio hasta la Iglesia, que estaba abierta. Cuando entró, todavía había algunas mujeres en el Sagrario, dos o tres, que se fueron al rato, y se quedó sólo en la Iglesia. Se sentó en uno de los bancos del coro, con los piés sobre la barandilla de madera. Hacía frio; se levantó el cuello del chaquetón, se embozó en la bufanda, y se acurrucó en la rinconera del banco, dos horas, hasta que dieron las once en el reloj y el sacristán sonó las llaves para cerrar la Iglesia.
Antes de salir
Banda sonora: El precioso (y discutido) Ave Maria de Giulio Caccini-Vladimir Vavilov, cantado por la estupenda Sumi Jo, quasi perfecto para la escena.
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