Niña María regalo del Cielo,
para que las almas se eleven a Dios,
despéganos, Virgen, del fango del suelo,
súbenos contigo al Templo de Dios;
ruega que vivamos aspirando a lo Alto
con mil caridades cada día viviendo
con el corazón vuelto a tu Hijo, el Señor.
Te lo pido, Madre, 
Virgen sin mancilla,
es mi simple ruego, 
suplica sencilla,
que a tus plantas pongo: 
cual rosa de otoño
en tu Presentación.
+T.