sábado, 29 de diciembre de 2012
No es una inocentada retrasada
En la Catedral de San Esteban, en Viena, én el presbiterio, ante el Altar Mayor, con un cura (el párroco de la Catedral, al parecer) revestido con una casulla decorada con dos franjas del arcoiris gay-lesbi del mariconerío militante, asistido por una 'acólita' con sotana y roquete, montaron esta secuencia del musical Sister Act.
Ya han pasado los días del bochorno y el escándalo, ya nadie se lleva las manos a la cabeza, ya parece que hasta gusta e incluso se espera que el cura ocurrente de turno se invente algo y añada la aberración de cada día a la Sagrada Liturgia, cada vez más descralizada y menos litúrgica.
Abochorna ver en la cúspide jerárquica a obispos que se resisten a la recuperación de la Misa tradicional, que jamás consentirán una Misa en sus catedrales, que prohíben a sus sacerdotes celebrar la Misa, pero que se prestan gustosos a bailar en la raya de la profanación y el sacrilegio, como si lo Sagrado que tienen gravemente encomendado fuera una broma, una ocasión para el chiste vulgar y la frivolidad de un vodevil.
Hoy en Viena, mañana en París, y otro día en Madrid, y en Sevilla, en Buenos Aires, en México, en New York, en London...por todo el mundo.
En Roma también.
Y la gente mira, apláude, sonríe, participa...
...Pero la fe se va.
+T.
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