martes, 26 de marzo de 2013
Un decepcionante documento del pre-cónclave
Ha salido publicado hoy mismo, en diversos medios, un documento (al parecer ológrafo) dado a conocer - yo pienso que indiscretamente (o interesadamente?) - por el Cardenal Arzobispo de La Habana, Jaime Ortega. A parte del obvio protagonismo hispanoamericano del episodio (y del Cónclave, por ende), el documento es sintomático, muy descriptivo. Esta es su transcripción:
Se hizo referencia a la evangelización. Es la razón de ser de la Iglesia. - "La dulce y confortadora alegría de evangelizar" (Pablo VI). - Es el mismo Jesucristo quien, desde dentro, nos impulsa.
1.- Evangelizar supone celo apostólico. Evangelizar supone en la Iglesia la parresía de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria.
2.- Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma (cfr. La mujer encorvada sobre sí misma del Evangelio). Los males que, a lo largo del tiempo, se dan en las instituciones eclesiales tienen raíz de autorreferencialidad, una suerte de narcisismo teológico. En el Apocalipsis Jesús dice que está a la puerta y llama. Evidentemente el texto se refiere a que golpea desde fuera la puerta para entrar... Pero pienso en las veces en que Jesús golpea desde dentro para que le dejemos salir. La Iglesia autorreferencial pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir.
3.- La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia; deja de ser el mysterium lunae y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual (Según De Lubac, el peor mal que puede sobrevenir a la Iglesia). Ese vivir para darse gloria los unos a otros. Simplificando; hay dos imágenes de Iglesia: la Iglesia evangelizadora que sale de sí; la Dei Verbum religiose audiens et fidenter proclamans, o la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí. Esto debe dar luz a los posibles cambios y reformas que haya que hacer para la salvación de las almas
4.- Pensando en el próximo Papa: un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo y desde la adoración a Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales, que la ayude a ser la madre fecunda que vive de "la dulce y confortadora alegría de la evangelizar". .
El modo de expresarse, las expresiones ( 'salir de sí misma' - 'raíz de autorreferencialidad' - 'narcisismo teológico' ) son las de un setentón re-formado post-conciliar, las que diría cualquier sacerdote/cura/prelado hispanoamericano (español y/o iberoamericano) que se haya instruído (la muy tópica, insistente y exigida 'formación permanente') en los diversos foros clericales de instrucción/formación/actualización doctrinal, moral, pastoral, espiritual convocados por congregaciones religiosas para sus miembros y/o diócesis para sus sacerdotes y/o conferencias episcopales para sus obispos. En este documento en cuestión noto especialmente presente el modo, el tipo, la forma de los institutos religiosos, del jesuíta (por ejemplo) que se dirige a un grupo de obispos reunidos en asamblea, tanda de ejercicios o jornadas de formación. La nota-guión contiene una serie de inteligentes (astutas) 'coartadas': La referencia al Apocalipsis, la cita del conspícuo gurú Lubac, y la serie de expresiones en latín; tres anzuelos con tres cebos estupendos para que piquen cardenales conclavistas post-conciliares juanpablistas.
A mí no me impresionan. No tengo 70 años, tengo 50. Y desde los 21 años, cuando entré en el seminario, y después de salir ordenado, y ahora, con veintisiete años de ministerio sacerdotal, sigo oyendo (pacientemente) ese discurso vacio, esos mismos conceptos del documento bergogliano del pre-cónclave. Si con eso sedujo, captó, convenció a los cardenales electores, se confirma el perfil light de la jerarquía cardenalicia que entró en el Cónclave. Si esas fueron las palabras que movieron su entusiasmo es porque ese es el estilo de discurso que desde hace 50 años les entusiasma escuchar, una especie de sermón acusatorio encajado con cierto ánimo de inquieta insatisfacción y morboso exámen (con perdón) masoquista-pastoralista. Ese ha sido el tono y el contenido de las cosas que han escuchado y con las que se han de-formado nuestros prelados. Un estilo que yo encuentro demasiado parecido al lenguaje de empresa-marketing, impropio para referirse a la Iglesia, su Misterio y su misión.
Aunque si de misión se trata, tomo la palabra y - según la tesis del pre-conclavista Bergoglio - le desafío a la primera misión exterior, la más contundentemente impactante, radical y originalmente apostólica, 100% apostólica: Que predique y evangelice a la Sinagoga, que predique el Evangelio al Israel contumaz, que evangelice a los judios renuentes que, aun todavía, son destinatarios primeros-primarios de la evangelización. Que empiece por ahí, por ese cabo, la nueva evangelización, la evangelización de la periferia y los periféricos existenciales.
Este espacio de la blogosfera titulado Ex Orbe mantiene desde su apertura una tesis muy seria: Que la misión de la Iglesia, después de la descomposición sufrida en los desastrosos 50 años post-conciliares, su misión urgente y necesaria, es ad intra, no ad extra; Necesitamos restauración, consolidación, curación, medicación y convalecencia. Sana nutrición y reposo. Y moderado silencio, también.
Decepciona mucho ver envuelto en papel sensacionalista de pobrerismo, simplicidad y nuevangelización el pescado caducado del pre y post concilio que fue.
Tener setenta y pico años y mantener el leit-motiv del aggiornamento es señal de declive senil. Se vea o no se vea. Se entienda o no.
Resumiendo: Esa nota del pre-cónclave avisa de que todo va a seguir igual, un languideciente declive con ribetes de fuegos artificiales juanpablista con tuning francisquista. Y nada más (y nada menos).
n.b. Espero que nadie me sustraiga el invento del neologismo 'francisquismo' / 'francisquista' que aventuro tendrá tanta actualidad conceptual como el de 'juanpablismo / juanpablista' que también se estrenó en este blog exorbitante, todo un honor para este humilde espacio: Somos pobres, pero con criterio.
+T.
lunes, 25 de marzo de 2013
Ecce Virgo

Estando la Virgen María
sola en su aposento
haciendo oración.
Por la puerta se le ha entrado un Ángel,
vestido de blanco como un claro sol.
Y la saludó,y la saludó.
Porque Reina del Cielo y laTierra,
y Madre de Cristo nos la ha hecho Dios.
Dios te Salve, le dice Gabriel,
llena de la Gracia, contigo el Señor,
porque el Hijo que en tu seno tengas.
habrá de llamarse Jesús Salvador.
Y ella le escuchó,y ella le escuchó.
Y le dijo, yo soy vuestra esclava.
y hágase conmigo lo que quiera Dios.
Y hágase conmigo lo que quiera Dios !!!
Letra de campanilleros, popular andaluz s. XVIII
Ex Voto
+T.
domingo, 24 de marzo de 2013
Ramos benditos
Es un tópico decir que la Navidad es fiesta de niños, y es verdad que el Domingo de Ramos nos vuelve a todos niños. Por lo menos a todos los que creemos en el Señor del Domingo de Ramos y hemos sido niños portantes ramos.
El Domingo de Ramos tiene una tipología característica, que se repite cada Domingo de Ramos: El cura con la palma, los monaguillos de la procesión, el señor mayor con aire de tiesa solemnidad, la vieja que cojea con su ramo de olivo en la mano, las dos viejas agarradas del brazo, con bolso y ramita bendecida, el chaval de quince años con pocas ganas de procesión y muchas ganas de primavera, el bebé en el carrito estrenando alegría inocente, el tonto del pueblo más feliz que un ángel, la tonta del barrio más contenta que un serafín, la devota que se queja del barullo de la Misa, el pobre que pide en la puerta haciendo recolecta extra, el que llega tarde y se incorpora a la Misa justo antes de terminar de leerse la Pasión, el que se escapa a la puerta a fumarse un cigarro mientras leen la Pasión, el que deja caer estrepitosamente la palma durante la lectura de la Pasión, el que entra y
coge un ramo y se va, el que entra a coger un ramo y se queda, el que va en la procesión y le da vergüenza de que le vean en la procesión, el que ve pasar pasar la procesión y le da vergüenza de no ir en la procesión, el que pasa por la calle y ni se da cuenta de que pasa una procesión.
Los tipos humanos del Domingo de Ramos se repiten cada Domingo de Ramos desde el primer Domingo de Ramos.
La chacha Gabriela nos contaba que en el Cielo hay un un santo que lleva la cuenta y apunta en una lista a los que van a la procesión, y el que no esté apuntado, no entra en Cielo y se queda penando con las Ánimas del Purgatorio: - Y si son masones, se van derechitos a los infiernos, donde no hay ni silla para sentarse ni esquina para apoyarse, remachaba la chacha Gabriela.
Cuando volvíamos de la Misa de Ramos con medio olivar en las manos, mi madre cortaba unas ramitas y nos las ponía en la cabecera de la cama. El resto de los ramos los dejaba secarse en el patio y luego los quemaba.
El Lunes Santo por la mañana, Nicolás el alguacil, de parte del alcalde, traía a casa la palma grande bendecida, amarilla y arqueada como el cuello de un potro con sus crines. La cogíamos y formábamos una procesión por el patio, mis hermanas y yo, con mi hermano chico tocando un tambor detrás. Después mi tía la colgaba en el balcón, sujeta con alambre, con dos moños granas: -Para que no caigan rayos ni vengan calamidades, porque es una señal bendita, nos explicaba.
En casi todas las casas del pueblo se veían colgados los ramos, en las ventanas, en las rejas, en las fachadas. Era como la señal de la Pascua, no con sangre, sino con ramos benditos de palmas y olivos.
+T.
El Domingo de Ramos tiene una tipología característica, que se repite cada Domingo de Ramos: El cura con la palma, los monaguillos de la procesión, el señor mayor con aire de tiesa solemnidad, la vieja que cojea con su ramo de olivo en la mano, las dos viejas agarradas del brazo, con bolso y ramita bendecida, el chaval de quince años con pocas ganas de procesión y muchas ganas de primavera, el bebé en el carrito estrenando alegría inocente, el tonto del pueblo más feliz que un ángel, la tonta del barrio más contenta que un serafín, la devota que se queja del barullo de la Misa, el pobre que pide en la puerta haciendo recolecta extra, el que llega tarde y se incorpora a la Misa justo antes de terminar de leerse la Pasión, el que se escapa a la puerta a fumarse un cigarro mientras leen la Pasión, el que deja caer estrepitosamente la palma durante la lectura de la Pasión, el que entra y
coge un ramo y se va, el que entra a coger un ramo y se queda, el que va en la procesión y le da vergüenza de que le vean en la procesión, el que ve pasar pasar la procesión y le da vergüenza de no ir en la procesión, el que pasa por la calle y ni se da cuenta de que pasa una procesión.
Los tipos humanos del Domingo de Ramos se repiten cada Domingo de Ramos desde el primer Domingo de Ramos.
La chacha Gabriela nos contaba que en el Cielo hay un un santo que lleva la cuenta y apunta en una lista a los que van a la procesión, y el que no esté apuntado, no entra en Cielo y se queda penando con las Ánimas del Purgatorio: - Y si son masones, se van derechitos a los infiernos, donde no hay ni silla para sentarse ni esquina para apoyarse, remachaba la chacha Gabriela.
Cuando volvíamos de la Misa de Ramos con medio olivar en las manos, mi madre cortaba unas ramitas y nos las ponía en la cabecera de la cama. El resto de los ramos los dejaba secarse en el patio y luego los quemaba.
El Lunes Santo por la mañana, Nicolás el alguacil, de parte del alcalde, traía a casa la palma grande bendecida, amarilla y arqueada como el cuello de un potro con sus crines. La cogíamos y formábamos una procesión por el patio, mis hermanas y yo, con mi hermano chico tocando un tambor detrás. Después mi tía la colgaba en el balcón, sujeta con alambre, con dos moños granas: -Para que no caigan rayos ni vengan calamidades, porque es una señal bendita, nos explicaba.
En casi todas las casas del pueblo se veían colgados los ramos, en las ventanas, en las rejas, en las fachadas. Era como la señal de la Pascua, no con sangre, sino con ramos benditos de palmas y olivos.
+T.
sábado, 23 de marzo de 2013
A propósito de Caifás
" 45..Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él.
46. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.
47. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales.
48. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.»
49. Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada,
50. ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.»
51. Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación
52. - y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.
53. Desde este día, decidieron darle muerte.
54. Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudada llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos.
55. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse.
56. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?»
57. Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle."
La profecía pronunciada por Caifás vv. 49 y 50 es en sí un enunciado cristológico, explicado y explayado en la addenda del Evangelista, los vv. 51 y 52.
Destaco que:
1- es una profecía 'inconsciente' proferida en sentido condenatorio con un implícito sentido cristológico que se le oculta en su valor y significado a quien la pronuncia, pero reconocida a posteriori por el Evangelista como un verdadero oráculo sagrado que definía de forma muy perfecta el sentido y el valor de la condena, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo
2- su autor, Caifás, profetiza por una gracia aneja/vinculada al ministerio sagrado de Sumo Sacerdote, independientemente de su santidad personal, ni tampoco dependiente de su legitimidad sacerdotal en cuanto no pertenecía a la línea sacerdotal legítima de Sadoq, extinguida con Onías II el 175 a. C.
3- el oficio de Sumo Sacerdote y su gracia sacerdotal y profética no sufren merma por la coyuntura circunstancial de verse sometido a la designación de la autoridad pagana de Roma, siendo el representante de la autoridad imperial quien, de hecho, elegía y nombraba en aquel momento al Sumo Sacerdote
4- la eventualidad de la desiganción, no a perpetuidad sino sujeta al plazo temporal marcado arbitrariamente por la autoridad romana, tampoco es óbice para el mantenimiento y la manifestación del carisma profetíco del Sumo Sacerdote
5- el ejercicio profético confirmado por el pronunciamiente de ese oráculo cristológico, prueba y corrobora la legitimidad del Sumo Sacerdocio de Caifás, el último Sumo Sacerdote de la Antigua Alianza***, que consuma su alto y singular ministerio sagrado pronunciando esta profecía, todo ello atestiguado, grave y solemnemente, por el mismísimo Evangelista, que resalta en el texto evangélico el extraordinario valor de las palabras proféticas del Sumo Sacerdote Caifás
Esto que expongo, que serviría de esbozo de una interesantísima tesis (no sé si alguien lo habrá discurrido,´puesto que lo presento aquí como ocurrencia personal mía, de quien esto escribe) tiene - entiendo yo - un corolario, por extrapolación, aplicado al ministerio papal, si me explico y me entienden Uds. Tampoco quiero extenderme más, el blog no es el medio adecuado para elaborar tesis, ni para defenderlas más allá de un intuitivo enunciado, sin detalles, sin citas ni notas.
Pero, en todo caso, tomen nota y discurran los sedicentes 'sedevacantistas'. Y, si son razonablemente lógicos, entenderán que sus supuestos estarían contradichos por este grave y emocionante Evangelio.
Por lo menos a mí, cada año, cuando lo rezo en la Stª Misa, me emociona.
Laudetur Iesus Christus!
(alabanza que - ¡quién me lo iba a decir¡ - echo mucho de menos, por cierto)
*** El sacerdocio y el culto de la Antigua Alianza terminan absolutamente en el mismo instante en que Cristo ejerce y consuma su Sacerdocio, Eterno y Universal, en el Calvario. Al expirar en la Cruz, se rompe el velo del Templo. Aunque hubo otros sumos sacerdotes después de Caifás mismo, hasta la destrucción del Templo por los romanos, en el año 70, ni eran ya sacerdotes de la alianza ni el culto sacrificial ofrecido post-Pascha Christi tenía valor alguno.
*** El sacerdocio y el culto de la Antigua Alianza terminan absolutamente en el mismo instante en que Cristo ejerce y consuma su Sacerdocio, Eterno y Universal, en el Calvario. Al expirar en la Cruz, se rompe el velo del Templo. Aunque hubo otros sumos sacerdotes después de Caifás mismo, hasta la destrucción del Templo por los romanos, en el año 70, ni eran ya sacerdotes de la alianza ni el culto sacrificial ofrecido post-Pascha Christi tenía valor alguno.
+T.
Impresiones, aprensiones
Lo bueno es que un jesuíta de fines de los '50 tenía todavía una muy sólida y católica formación. Lo malo es que sobrevino el Concilo del 62, con sus turbulencias. Un cura ordenado en 1969, el año del Misal de Pablo VI, se de-formaría en el experimetalismo litúrgico de aquellos años, cuando proliferaban las 'misas de arte y ensayo', con misales provisionales, leccionarios en fase de elaboración, rituales en preparación y la sensación generalizada de que todo era ad libitum, de que nada era fijo, de que todo era opcional, que cesó el tiempo de las rúbricas y se abría la nueva época de la creatividad litúrgica y pastoral.
La Compañía de Jesús es uno de los mayores problemas de la Iglesia postconciliar. La crisis y descomposición de la Compañía fue la vanguardia que adelantó la crisis y descomposición de las órdenes y congregaciones religiosas, unas por imitación y otras por contagio de contacto: Los padres de la Compañían ponían en crisis todo lo que tocaban, gestionaban, atendían o visitaban. Y bajo la seducción de los triunfos y valores de la prestigiosa Compañía, las demás congregaciones seguían por la vía que abrían los pioneros jesuítas, y se despeñaban todos juntos por el precipicio del secularismo galopante y el des-catolicismo virulento.
Un jesuíta con cargos de dirección, contactos con el prepósito Arrupe (de polémica memoria), siendo provincial en la Argentina de mediados de los '70 y otros detalles de su currículum, es un hombre de aquel tiempo, marcado por aquellas influencias, influído por aquellas tendencias. Si no del todo, sí lo suficiente para resultar inquietante considerando sus presentes responsabilidades y su singular ministerio.
Pero subrayo la primera formación, la de sus años vocacionales, de seminario, de noviciado. En este youtube que apareció ayer como aportación de un comentarista, se desvela un estupendo Bergoglio. Véanlo:
Supongo que se trata de alguna meditación o plática, en alguna jornada de retiro, o unos ejercicios espirituales. El que habla es un sacerdote de honda y sincera piedad eucarística, se le nota. Incluso el detalle de ilustrar con una anécdota personal, denota una espiritualidad sacramental arraigada, firme, bien discernida, atesorada y enriquecida desde aquellos años vocacionales que recuerda.
Otro particular destacable de la meditación: Cuando advierte del peligro, tan común hoy dia, de la Comunión indiferente, sin preparación, desmotivada, acelerada. Habla de lo que vive, de lo que ha vivido y conoce. Predica con su ejemplo, modestamente, con sencillez.
El sermón del día de San José también fue una plática piadosa, sencilla, al alcance de la gente que vive una espiritualidad católica familiar, profesional, parroquial, eclesial.
Ciertamente se espera del Papa una homilía de más nivel doctrinal, teológico, temático. Pero las palabras del Papa Francisco fueron muy católicas, hablando de San José y de su parte en el Misterio de la Redención. No sé cómo sonarían en los oídos no-católicos, no sé si los no-cristianos entenderían siquiera. Estoy seguro de que gustaron a todos los católicos.
Resumiendo, más allá de la mala impresión formal, la impresión sustancial podemos seguir esperando que, al final, se vuelva buena (?).
Pero la aprensión, sin embargo, sigue siendo temible.
Oremus, ergo, pro Papa nostro Francisco.
p.s. Que, por cierto, parece haberse avejentado diez años en estos diez días. El peso de la tiara, debe ser. O el traqueteo de la sedia y el ritmo marchoso de los sediarii, quizá.
+T.
miércoles, 20 de marzo de 2013
Aflicción en la decepción
El pobrerismo eclesiástico empobrece a la Iglesia y deja igual de pobres a los pobres, porque les priva de la riqueza de la Iglesia, que es suya, en ese sentido, verdaderamente. Cada vez que me he topado con un 'pobrerista' militante (de palabra, generalmente) siempre me pregunto por qué si alaban tanto la pobreza no se han quedado pobres como San Antonio Abad y se han ido al desierto a vivir radicalmente la pobreza en el yermo, con una saya de pleita de palma y la dieta del Bautista. Intuyo que la respuesta al enigma es que la pobreza, en estos casos, suele ser sólo un predicado, una construcción verbal, un recurso retórico, una pantalla, un reclamo propagandístico, un tópico ideologizado. El ideal de pobreza es una buena presentación, todavía atrae, aunque se practica poco por quienes tremolan ese pendón en la tribuna, ante las masas.
Lo importante, lo que hay que servir y atender, es, ante todo, la obligación asumida, el triple munus sacerdotal, que, aun siendo sustancialmente el mismo para todos los sacerdotes, tratándose de la Suma Jerarquía, adquiere suma trascendencia: Munus regendi, munus docendi, munus sanctificandi. Regir, enseñar, santificar. Gobierno. Doctrina. Sacramentos. Lo demás son extensiones de lo mismo, o añadiduras (unas convenientes, otras más o menos impropias).
Lo que se ha asumido no puede ser aligerado de su peso histórico. A no ser que se pretenda interrumpir la Historia, la propia, la que debe encajarse cuando se acepta la elección, sin obviar el pasado, sin retocarlo desde el presente.
Me emociona el Papa cercano, piadoso, el que reza con la gente, y se acerca a los humildes, y bendice a los enfermos, y abraza a los niños. Simpatizo con todos los signos de misericordia, de compasión, de proximidad. Me gusta, me edifica, me anima ver al Papa sentirse el Papa con los más pequeños, con los que el mundo ignora, con los simples y los inocentes heridos por el mundo y la vida. Así debe ser, así debe mostrarse.
Pero no renuncio al Papa coronado con tiara, portado sobre la sedia y flanqueado por los flabelli. Es uno y el mismo, sin contradicción, sin merma de su humildad, sin lesión de su título de Servus Servorum Dei. Siento que algo se ha perdido, que una parte de lo que debería ser se ha roto, que falta la consciencia de la dignidad, la más alta, que no puede sustituirse por un sucedáneo de simplicidad aparente que no define lo que debe ser reconocido y apreciado como se nos ha trasmitido, enriquecido por los siglos.
Me inquieta ver titubear a quienes tienen que ser los primeros en aportar solidez personal a la Iglesia, convencidos de lo que son, serenamente investidos de todas las prerrogativas de lo que representan válida y verdaderamente, persuadidos de su fuerza espiritual. Hace unos días lo comenté refiriéndome a los Cardenales del Cónclave. Ahora lo digo pensando en alguien más alto, el más alto.
Y si esto sucede en la cúspide ¿qué pasará en la base?
Se avizoran mares procelosos.
Por eso, durante la Misa, en el momento de la Elevación, espontáneamente, recé: "Misericordia, Señor, misericordia...". Como así reza un versículo de un salmo, también espontáneamente, continué rezando el resto del verso "...que mi alma se refugia en Tí; me refugio a la sombra de tus alas mientras pasa la calamidad..." (Sal 56)
Después también recordé otro versículo, de otro salmo, que también pide misericordia: "...miserere nostri, Domine, miserere nostri, quia multum repleti sumus despectione, quia multum repleta est anima nostra obprobrium abundantibus et despectio superbis" (Sal 122)
Con la impresión de diferir sobre quiénes son los pobres, quiénes los orgullosos, quiénes los soberbios, quienes los que se burlan, quienes los que desprecian.
Conste que yo me considero de los burlados y despreciados. Sinceramente.
+T.
martes, 19 de marzo de 2013
Oh Patriarca!
Sus manos, tan recias, su pulso, tan firme, que trabajan con la madera y la sierra, con el mazo y la hachuela, cuando cogen y mecen al Niño, se volvían tímidas, temblorosas un momento, para volverse al punto el centro de todo, el fundamento de todo lo creado, aquella Vida que estrechaba contra su pecho, que se acompasaba con el Corazón del Niño.
Si el Niño lo miraba, se le abría el alma en veneros de ciencia inefable, de amor entrañable que hilaba lo humilde y lo excelso. Si el Niño le sonreía, un firmamento de estrellas brillaba en sus ojos de hombre cabal y sereno, embriagándole con un delirio de sabiduría de cosas que nadie alcanzó nunca.
Su barba rozaba la cara del Niño. Nunca olvidó el primer tirón del Niño a su barba. Cuando lo mecía, el Niño se dormía tocándole la barba, que rebosaba más gracia y santidad que la barba ungida del santo Aarón. Su faja, la que le tejió su esposa, la Virgen, trasminaba mejor olor que el perfume de la ofrenda. Sus pies descalzos pisaban todo el día junto a la zarza ardiente. Y en sus oídos sonaba un melodioso trisagio incesante.
En aquellos días, el Carpintero enseñaba a rezar a Dios. Y hablaba con Dios cara a cara. Y miraba con sus ojos los ojos de Dios. Y con Dios reía. Y Dios se dormía en sus brazos. Y Dios despertaba con su beso. Y Dios comía de su mano. Y oraba a Dios y le cantaba teniéndole en sus rodillas. Con sus manos tocaba a Dios y llevaba a Dios de la mano. Jugaba con Dios y Dios era feliz con él.
Y ni en la Gloria había más gloria que en la casa de José.
Ora pro nobis, Joseph Sanctíssime. Et pro Ecclesia Sancta ora.
Ex Voto
+T.
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