martes, 20 de noviembre de 2012

Corolario a Welby

Un cometarista de la entrada anterior reclamaba un corolario y dejaba dos tópicos supuestos:

- 1: tras el cuidado de las formas está la hipocresía

- 2: más allá del cuidado de las formas está la autenticidad

Supongo que el susodicho advertirá (le estimo un comentarista inteligente) el absurdo presente en los dos enunciados, pero, de todas formas, respondo:

ad primum:  la forma íntegra/perfecta (cuidada, pues) es parte del ser, so pena de que pueda perder su integridad o perfección como tal ser por incurrir en imperfección formal, por lo cual el cuidado de la forma es una necesidad; lo hipócrita sería el disimulo de la imperfección a costa de una deliberada falsedad/engaño o merma/falta en la forma

 ad alterum:  más allá de lo formal o está el vacío o el engaño (si la forma no se identifica con su sustancia) o la verdad de una esencia congruente con su forma (si la realidad esencial ha sido bien e integramente expuesta/representada en su forma correspondiente)

No me gustan las dialécticas, pero si hay que razonar, soy bastante razonable. Y ya puesto, como relativamente pertinente ilustración, vean estas fotos:

 
 
Cuando la forma pierde dignidad en relación con aquello que debe representar dignamente, se desliza, más o menos perceptiblemente, hacia lo ridículo y/o lo burlesco. Esta es una de las claves de lo cómico-mimético tal y como se utiliza en la pantomima, el carnaval o la sátira humorística. Ocurre siempre como consecuencia de una más o menos consciente degradación/depreciación de un concepto y su representación. Quiero decir que una devaluación conceptual de lo que es un obispo conduce a la depreciación del significado de los ornamentos episcopales y se traduce en una escena final como la de la foto: El intercambio de la mitra del obispo y el casco del policia en un contexto trivial, popularmente divertido, que, sin embargo, significa más de lo que aparenta.

La degradación de las formas afecta a la integridad de las esencias.

p.s. Un apéndice de lo mismo: La hija del arzobispo con una mitra cómica, empatizando con su muy ilustre y digno (?) papá:

 

Como 'ellas' son pseudo-ordenadas 'obispas' en algunas 'iglesias' de la Comunión Anglicana y el nuevo Archbishop de Cantebury parece ser partidario del engendro, su hija podría ser un día su sucesora como 'archiobispesa' y portar (¡por qué no??) esa misma extravagante mitra que luce en la foto. Así están las cosas en la (no)Iglesia Anglicana, con estos (no)obispos tan light (formal y sustancialmente).

Recordando las muchas escenas de sombrero y empatismo popular protagonizadas por el Beato Magno  y también (en menor grado y con menos frecuencia) por nuestro Benedicto, debemos rezar para que no caer en la tentación (para que no caigan, es decir).

+T.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Degenerando: De Cosmo Lang a Justin Welby

Cuando ví la foto del nuevo (preconizado) Arzobispo de Canterbury, se me vino a la mente, incontinenti, la imagen de su predecesor Cosmo Lang, más concretamente el retrato que le pintó el aristocrático Laszlo. Comparen Uds. las dos estampas, y concluyan. Concluirán, por lo menos, que el estilo ha decaído, que el nuevo look es manifiestamente desmejorado y desmejorante, que tanto va de Cosmo a Justin como de un Pugin a un Moneo.

Aunque el caso podría exponerse desde la perspectiva del post hoc ergo propter hoc, como una secuencia de degeneración sucesiva, escalón a escalón, bajón a bajón, desde Lang hasta Welby, con el último en la serie, Rowan, como precedente inmediato.

El Cosmo Gordon Lang que marcó época y estilo post-victoriano fue uno de los personajes más controvertidos del stablishment de entreguerras. Yo destacaría en él cierta tendencia errática, por lo menos dubitante y contradictoria por momentos, momentos que fueron circunstancias de altísimo nivel, como corresponde al Arzobispo Primado de Canterbury, el Primado Anglicano, si no efectivo sí representativo. Me lo imagino (dsipénsenme la fantasía) como un Denethor perplejo, que viendo y sabiendo tantas cosas, desde la perspectiva encumbrada de su alta torre y la videncia del palantir, terminara desconcertado y abrumado, resolviendo (o no), dejando cuestiones marcadas (o no) que dejaban prever una deriva que sólo en la actualidad se aprecia en cuanto a sus graves consecuencias.

Por ejemplo, el Cosmo Lang tan severo durante la crisis que concluyó con la abdicación de Eduardo VIII (20 Enero 1936 / 11 Diciembre 1936), fue el mismo que un año después, en 1937, evitó oponerse efectivamente a la liberalización de la legislación divorcista argumentando que "...ya no era posible imponer por ley el estándar cristiano a una sociedad en gran parte no cristiana".

Una dialéctica claudicación en los principos que, a la larga, marcaría esa transición paulatina de la High Church victoriana a la Iglesia Anglicana que regirá el recién electo Welby, partidario de la ordenación de las 'clergy-women' y las 'obispas', del 'matrigaymonio', de los clérigos y cleriguesas gay-lesbis y de todo lo demás que se supone en un Archbishop que viste y se luce como aparece Welby en la foto.

Por cierto que el look estridente-esperpento de Welby se parece mucho al estrafalario fondo de sacristía usado por el Beato Magno en sus últimos años, cuando se impuso el estridente mal gusto del ceremoniero post-moderno Piero Marini, monseñor-dictador de moda eclesiástica.

No quiero decir con esto que el mal gusto estético-litúrgico concluya necesariamente en una degeneración doctrinal/moral/pastoral. Pero sí mantego la tesis que de vez en cuando recuerdo aquí, en ExOrbe: Que las formas significan el fondo, que lo interior asoma por debajo de lo exterior y que el continente transparenta el contenido.

+T.

martes, 13 de noviembre de 2012

Pijo-catolicismo y Belenmanía


Cuando escribí el articulete 'Patético funeral juvenil' me comentaron (comentarios que borré) que me había pasado. No me pasé, me quedé corto porque la pantomima pseudo-pía sigue y sigue, con mucho ritmo. Vean si no:

Belén, sonrisa de Dios, que por tu intercesión se haga presente su Amor


(aquí el youtube con la coplita belenmaníaca)

Ya tiene copla y todo. Si tienen paciencia y tragaderas amplias, escuchen la irritante (para oídos católicos sapientes) letra hagiográfica. Como alguien adelantó en los comentarios, lo próximo podría ser una peliculita biográfica-ficción, un suplemento monográfico Alfa-Omega y la distribución de estampitas por estadios deportivos, discotecas y conciertos-rock, que para eso están los amigos, y la peña está mogollón motivada, mazo movilizada.

En estos últimos años se ha ido creando un característico perfil pijo-católico, muy urbano, muy madrileño, muy juanpablista, muy jmjotero. Se reconozca o no, la especie existe, yo diría que incluso con cierto nivel sociológico de tribu urbana.

Son chicos y chicas de clase media-católica, con familias insistentes en lo religioso, pero faltas de sólida formación. Más que por convencimiento, actúan por cierta inercia social-gregaria generada en colegios religiosos, clubes de apostolado juvenil, campamentos y colonias de verano, encuentros ocasionales en convocatorias y actos multitudinarios, manifestaciones pro-vida, movidas HO, pperíos callejeros, jmjoterías, etc. Ese sería el caldo de cultivo de la especie, insistiendo en el entorno familiar poco-formado de corte neo-católico.

Ello no quiere decir que la familia funcione, sino que se funciona según el patrón familiar impresionado por determinada espiritualidad de movimiento o corriente. Lo chocante es que desde principios supuestamente sanos se derive hacia comportamientos/grupos tan contradictorios respecto a una recta, sólida y sencilla moral católica. Según se comprueba en casos como el que comentamos, al final todo aflora en una espiritualidad apenas incoada, inmadura, incompleta, facilmente desbordable en sentimientos así como peligrosamente expuesta a las malas influencias, degeneraciones y conflictos del entorno juvenil generacional más común, manteniendo la 'clase' con el referente católico como cierto guión/rol de identidad grupal. Pero no hay más.

El querer probar que todo funciona bien porque son familias numerosas y existen vocaciones es una argumentación que se tambalea, justamente por razones muy serias de índole familiar y vocacional, que no entraré a comentar, porque no era el asunto que ha movido este articulete. El asunto ha sido esta coplita de este youtube. Si se pusiera de moda (que lo dudo) se podría repetir el pijo-éxito de otros conocidos grupos pijo-juniors.

Espero que no. Pero no sé pronosticar más, porque nuestra actualidad es experta en convertir lo insustancial anecdótico en fenómeno social.

Si corriéramos ese peligro, que el Señor nos libre (de la belenmanía y de los pijo-católicos).

+T.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Lo que se da a Dios

En el clásico 'Jerusalén en tiempos de Jesús' de Joaquim Jeremias aparecen algunos datos sobre la magnificencia del Templo re-edificado por Herodes el Grande. Se cuenta la opulencia de los Príncipes de Adiabene, prosélitos devotos, que dejaban espléndidas ofrendas cada vez que visitaban Jerusalén. Se recuerda también algunos exornos magníficos, como un emparrado todo de oro del que los fieles iban colgando como ofrenda hojas, sarmientos y racimos de oro comprados en las tiendas de los orfebres y joyeros de Jerusalén, famosos por la belleza de sus artesanías.

La escena del óbolo de la viuda transcurre en el Gazofilacio del Templo de Jerusalén. El texto del Evangelio (Mc 12, 41 ss.//Lc. 21. 1-4) dice que la pobre viuda echó en el arca de las ofrendas dos moneditas ínfimas. Pero el Señor ponderó la entrega de la viuda, que no daba de lo que le sobraba, sino que puso en el cepillo todo lo que tenía.

El valor de lo que se da a Dios es relativo, vale según las circunstancias de cada cual, y, así, lo mucho que da un magnate es poco comparado con sus bienes, en cambio lo poco que da un pobre es mucho porque es casi todo lo que posee. Pero, ampliando la compresión de este pasaje del Evangelio, hay que entender que se puede referir igualmente a otra clase de donaciones, no sólo las de dinero. Por ejemplo, el que disponiendo de poco tiempo dedica a Dios unos pocos minutos de ese tiempo ofrenda más, relativamente, que otro que tenga disponibles para el culto y la oración las 24 horas del día y dedique a ello dos, o tres, o cuatro horas. Salva siempre la intención recta y la intensa voluntad, las posibilidades de un caso respecto a otro pueden revalorizar un acto pequeño y desmerecer otro aparentemente mayor.

Aplicando ese sentido moral del texto a nuestra interioridad espiritual, tendremos que valorar por encima de las muchas acciones buenas que practicamos sin esfuerzo aquellas otras acciones pequeñas, incluso mínimas, que nos suponen especial esfuerzo, disciplina, vencimiento. Así, si uno es generoso por naturaleza de carácter y da limosna abundante sin fatiga, pero, sin embargo, es perezoso y negligente a la hora de cumplir sus obligaciones, un pequeño acto de diligencia y aplicación atenta puede tener más mérito en cuanto virtud que una buena limosna entregada sin particular esfuerzo (sin que quiera decir con esto que un acto pueda sustituir al otro y evitemos la limosna escogiendo a cambio practicar otra acción ascética). Se trata del valor intrínseco de nuestros actos, que pueden ser de mejor calidad y mérito aunque sean extrínsecamente mayores cuantitativamente.

In conspectu Domini, nunca lo olvidemos: Todas nuestras acciones suceden en presencia de Dios, que es quien las sopesa y juzga, como Cristo valoró el óbolo de la viuda en el Gazofilacio.


Otra reflexión más: Es la ley de la Caridad la que, finalmente, avalora nuestros actos meritorios, según el Amor de Dios con que los hagamos y según el amor al prójimo con que los practiquemos. Siempre con esta secuencia, primero el amor de Dios, luego, como su consecuencia, el amor al prójimo. Por eso se pedían (antes, antiguamente) las limosnas 'por amor de Dios', y se respondía al donante "-Que Dios se lo pague". Una simple pero cristiana y precisa comprensión del pedir y el dar, según la regla de la caridad.

Esta mañana, predicando el Evangelio del óbolo de la viuda, recordé mis primeros ejercicios espirituales, tendría yo unos 10 años, una Cuaresma en la que nos llevaron a hacer unos días de retiro a todos los alumnos del instituto de bachillerato, sería el año 1970, ó el 71. El cura, en una de las meditaciones, nos relató un cuento de Rabindranath Tagore, que era, más o menos, así:

- Estaba un mendigo harapiento pidiendo limosna al borde de un camino cuando vió venir a lo lejos el cortejo del rey. Los jinetes de la guardia real pasaron montados en sus caballos con ricas guadralpas y banderines en la punta de sus lanzas enhiestas, seguían lacayos y servidores con ostentosas libreas, otros pajes llevaban estandartes y banderas delante de la carroza real.
Al llegar al sitio donde estaba el mendigo, la carroza se detuvo, un paje abrió la puerta y el rey bajó, con su manto y su corona, y se dirigió al mendigo tendiendole la mano y pidiéndole:

-'Dame!', le dijo el rey al mendigo.

El mendigo, mudo de estupefacción, no sabía qué hacer. El rey volvió a pedirle con la mano tendida -'Dame!...' Entonces el mendigo abrió su alforja, tomó un grano de arroz y lo puso en la mano abierta del rey. El rey, en cuanto tuvo el grano de arroz en su palma, cerró la mano y se inclinó agradecido ante el mendigo, luego subió a la carroza y el cortejo siguió su camino, mientras el mendigo, asombrado, miraba cómo se alejaban.

Aquella noche, cuando el mendigo llegó a su mísera casucha, encendió un candil y volcó el contenido de la alforja sobre la mesa: Con los ojos muy abiertos vió que entre los granos de arroz brillaba un reluciente grano de oro, y comprendió que, prodigiosamente, por el grano de arroz que le dió al rey aquel otro grano se había convertido en oro. Y lloró amargamente por no habérle dado todo al rey.

El cura insistió en esta última frase: -'Cuánto lloró aquel mendigo, qué amargamente, por no haber tenido voluntad para habérselo dado todo al rey'.  Nos la repitió enfáticamente, dos o tres veces.

Teníamos diez u once años, no sé si todos comprendimos el cuento y su final. A mí, no se me ha olvidado.


+T.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Una cum Papa...sed sine Papa



La peregrinación de grupos tradicionalistas católicos a Roma ha animado estas últimas semanas las webs tradis. Más de dos mil, casi tres mil peregrinos, han estado en la Misa celebrada en San Pedro del Vaticano por el Cardenal Cañizares, el prefecto de Culto y Sacramentos. En vez de en la capilla del Sagrario, como en anteriores y menos numerosas celebraciones de otros años, la Santa Misa se ha celebrado en el Altar de la Sede.

Que los asistentes eran numerosos se puede ver en las fotos; las sillas ocupaban todo el espacio detrás de los bancos de delante del ábside, colmando todo el trasaltar de la Confesión; los asientos y los fieles de pie se extendían hasta los laterales del baldaquino, por ambas naves. Los fieles formaban ese grupo heterogéneo en edad y condición, ancianos, familias con niños, adultos y jóvenes, todos perfectamente 'participantes', siguiendo los sagrados ritos con sus misales, cantando o rezando las partes de la Misa según era corriente en todas las iglesias católicas cincuenta años atrás. Son una extraordinaria muestra de lo que pudo haber sido y no ha sido, como ellos podrían ser hoy los católicos piadosos, militantes, conscientes, dignamente preparados y aptos para participar del culto católico de siempre, como siempre, con el plus de ser, estar y moverse en el siglo XXI. Son, gracias a las instituciones más firmes y activas del Catolicismo Tradicional, que se han encargado de formarles y asistirles, lo mejor de la Iglesia, la mejor parte de la Iglesia militante actual.

El coro rebosaba de clérigos, todo el amplio coro del ábside central de San Pedro repleto de sacerdotes, religiosos, minoristas y seminaristas en hábito coral. También asistió una digna representación de revmos. prelados, el más representativo, quizá, Mons. Agustín di Noia, vicepresidente de Ecclesia Dei. El Cardenal Cañizares estuvo también asistido por un escogido clero, entre ellos monseñor Ferrer Grenesche, subsecretario de Culto y Sacramentos, y el reverendo Don Almiro de Andrade (fssp) oficial de Ecclesia Dei, que actuó como ceremoniero.

Extraordinaria concurrencia de fieles, dignísima representación de clero asistente y celebrante, pero el Papa no estuvo. Mandó su bendición  y saludo a los presentes por intermedio del Cardenal Bertone, Secretario de Estado, del quien se leyó un mensaje firmado que, además de la bendición papal, contenía estas chocantes palabras:

"...En este Año de la Fe,  mientras la Iglesia celebra el quincuagésimo aniversario de apertura del Concilio Vaticano II, el Santo Padre invita a todos los fieles a manifestar de manera particular su unidad en la fe; así serán eficaces agentes de la nueva evangelización."


He dicho 'chocantes palabras' porque citar/nombrar en esa ocasión, ante esos muy determinados fieles, palabras/conceptos como 'Concilio Vaticano II' y 'nueva evangelización' me parece salirse de tono; yo diría, incluso, que resultaba 'provocativo', o, por lo menos, indiscreto. Entiéndaseme. Compréndase que los católicos conscientes recordamos el Vaticano 2º, pero no lo celebramos. Y sobre algunos neo-conceptos pastorales mantenemos cierta distancia crítica. Sin duda, probablemente, sería cosa de Bertone; no me cuadra, no imagino al Papa, tan delicadamente atento y mesurado en formas y expresiones, dadas las circunstancias y los circunstantes. A los huépedes - más si son peregrinos, más todavía en una efemérides así - se les debe toda atención y regalo. Las espuelas están fuera de lugar, y las menciones incómodas también.

Fuera lo que fuese, a eso se redujo la presencia del Papa, una presencia más virtual que real, casi intencional remota. Con lo cerca que están los Palacios Apostólicos, pared con pared. Con lo fácil que se baja de la casa del Papa a la casa de Pedro. Con lo que hubieran disfrutado los peregrinos si el Papa hubiera aparecido un momento, unos minutos, en la Loggia delle Benedizioni, la que da al interior de la Basílica,  y hubiera bendecido a sus peregrinos católicos, sin más palabras, sólo la bendición, su bendición, porque por él, por Benedicto XVI (además de por la Misa, en primer lugar) habían ido a Roma, todos con el Papa en la mente y en los rezos. ¿Se merecían o no una presencia, una bendición de consuelo y confortación, de ánimo y benevolencia de parte del Vicario de Cristo? Por eso el seco mensaje del Cardenal Bertone me parece poco, desabrido, corriente, demasiado expeditivo y oficialóide para una ocasión tan solemne, tan memorable: Después de cincuenta años, un Cardenal celebraba la Misa que siempre se celebró en aquel privilegiado lugar, cabe la Cátedra de San Pedro, en el corazón de la Catolicidad.

Después nos enteramos de que ha habido presiones, indirectas o directas, interferencias, intervenciones y consejos para que el Papa pareciera lo menos posible, lo mínimo. Hasta parece que no ha gustado ni esa mínima comparecencia virtual en la carta mensaje de Bertone. Priemro fue Andrea Tornielli quien dió el aviso, en su blog Sacri Palazzi; después en el blog Messa in Latino identificaron la pista de Tornielli y señalan la web de korazym.org como especialmente implicada en las 'presiones', concretamente este artículo que dice al final esto:

"....Intanto il 3 novembre sarà il cardinale Cañizares Llovera, prefetto del Culto Divino, alle 15.00 a celebrare il pontificale con il rito straordinario. Il Papa per ora non ha fatto sapere se ci sarà da parte sua una forma di partecipazione. Negli ambienti vicini dicono di si. Ma certo anche un messaggio sarebbe un gesto che rischia di essere frainteso dalla maggioranza dei fedeli del mondo che ama e vive la riforma liturgica traendone grandi frutti spirituali. Resta il fatto che un gesto di amore verso l'unità potrebbe trasformarsi agli occhi di molti fedeli come un volgersi indietro.
Allora forse il migliore consiglio per i fedeli di parrocchie e movimenti di tutto il mondo è quello del Papa di riprendere in mano i documenti del Concilio e rileggerli davvero, senza lasciarsi condurre da strani venti di dottrina che soffiano avanti ed indietro ma raramente verso Cristo. // 

// ... Mientras tanto, el 3 de noviembre sel cardenal Cañizares Llovera, Prefecto de Culto Divino a las15 h. para celebrar el pontifical según el rito extraordinario. El Papa no ha comunicado por ahora si participará de alguna forma. En los ambientes próximos dicen que sí. Pero, por supuesto, incluso un mensaje sería un acto que corre el riesgo de ser mal entendido por la mayoría de los fieles en el mundo que aman y viven los grandes frutos espirituales conseguidos por la reforma litúrgica. El hecho es que un gesto de amor hacia la unidad podría convertirse a los ojos de muchos de los fieles como dar volverse a atrás.

Así que tal vez el mejor consejo para los fieles de las parroquias y de los movimientos de todo el mundo es el que nos hace Papa para tomar los documentos del Consejo y leerlos de verdad, sin dejarse llevar por los vientos de extraña doctrina que soplan adelante y atrás, pero rara vez en dirección a Cristo. "

El articulete lleva carga de trilita, rezumando bad milk con sublimado de cicuta. Lo más sorprendente es enterarse de que los responsables y redactores de la web Korazym.org son, ni más ni menos, que los jmj's italianos (gmg's), una organización con bastante presencia de neocatecumenales y otros socios de algunos bien conocidos movimientos neo-católicos, con toda su agresiva y militante juventud, comportándose como si fueran unas juventudes socialistas, o unos pperos juniors, o una joven guardia roja. Quasi lo mismo, con el mismo ímpetu sectario/ideológico militante, pero corrosivamente críticos con el catolicismo tradicional mientras alardean de mil iniciativas ecuménicas e inter-religiosas.

Si esto fuera verdad, si las críticas de Korazym y grupos afines hubieran pesado para que al final la presencia del Papa en la Misa del 3 de Noviembre quedara reducida a la seca y antipática carta-mensaje de Bertone, se confirmaría, una vez más, lo que antes fue sospecha y hoy es vox pópuli: Que la presión de ciertos sectores y grupos de la Curia vaticana y de la iglesia de Italia están impidiendo/vetando que el Santo Padre celebre en público la Santa Misa que él mismo reconoció solemnemente vigente en y para toda la Iglesia. Si el celebrante, Cardenal Cañizares, explicaba un par de días antes que celebraría para hacer ver y entender que la celebración de la Misa según el misal antiguo es normal y debe ser visto con absoluta normalidad, resulta más desconcertante la paradoja de que el Papa del motu proprio Summorum Pontificum no puede hacer uso de su propio motu proprio, porque no le dejan.

En su entorno, cada vez aparecen más inquietantes ciertas figuras que, poco a poco, van desprendiéndose de la discreta prudencia y comedimiento de los recién llegados para ir dejando ver bajo la suave lana el pelaje feroz, como, por ejemplo (salva reverentia) el Emmº Cardenal Koch y sus últimas declaraciones, tan manifiestamente antipáticas (si no hostiles) con la Tradición y sus representantes más exigentes.

A cinco años del m.p. Summorum Pontificum, este es el panorama. Lo de la Misa en el Altar de la Cátedra es un mero signo alentador, ilusionante, pero, realmente, es sólo un punto, un pormenor en un escenario mayor más bien desalentador y sub mínimis. No cabe el entusiasmo. No se encuentran, salvo excepciones, cáuces favorables para que las posibilidades del motu proprio se desarrollen, arraiguen y fructifiquen. Item más: En el organigrama de la nuevangelización, la recuperación de la liturgia tradicional no tiene, al parecer, ningún sitio, ninguna oportunidad.


Concluyo con esta sorpresa, este friki-youtube que me encontré el otro día, por casulidad. Además de los capisayos celestones de monseñor Gilles Wach y sus canónigos del icrss, también tenemos otras rarezas en la galería de excéntricidades tradis. Escuchen, vean, disfruten atque tarareen este improptu summòo-summóo-summóorum pontíficum:




Un friki-tradi muy simpático, pienso yo. Ruego para que todos podamos mantener y compartir su, según parece, firme y decidido aliento (praeter musicam).


+T.

martes, 6 de noviembre de 2012

Patético 'funeral juvenil'


Que una chica menor de edad muera aplastada por una avalancha humana en una macro-fiesta de Halloween, no es una alegría. Tampoco es una muerte ejemplar. No es ejemplar que una chica acuda a sitios así, ni parece ejemplar la familia que consiente ese tipo de diversiones a sus hijos. Si no se sabía, si se ignoraba dónde estaba y cómo se divertía la joven, tampoco es ejemplar la ignorancia de su familia al respecto. Así fue la fiesta, como cuenta este youtube.  (véanlo todo, hasta el final, para hacerse idea)

Pero parece bastar que se sumen una serie de circunstancias (la juventud de la difunta, la fatalidad del accidente, la noticia de portada en los medios, la concurrencia de todo esto en un largo puente-fin de semana proclive a usar la página de sucesos como portada cuando no hay noticias más impactantes) para envolver en papel de espectáculo con lazo de acontecimiento social y ribetes de prensa rosa una triste tragedia con un terrible final...con funeral en la Catedral de Alcalá.

Además surge el tema familiar por la índole particular de una familia particular. Mientras los otros tres funerales de las otras tres víctimas han transcurrido más discretamente, el de la cuarta chica se ha magnificado en determinado medios, por razón familiar, por ser de determinada familia adscrita o afín a un concreto grupo católico. Si los amigos, allegados y afectos, movidos por cierta y muy equivocada espiritualidad de la heroicidad malentendida han versionado esa muerte triste, trágica, lamentable, patética, como un guión triunfal, se equivocan e inducen al equívoco: Una adolescente que muere a consecuencia de un tumulto en una fiesta rock de Halloween, es lo que es. Antes, cuando imperaba la sensatez, este tipo de cosas se tapaban con pena, y se vivían con resignación, hacia dentro, pero ahora se exteriorizan, en formato casi de espectáculo, con una movilización en torno al suceso en el que confluyen fenómenos socio-religiosos sorprendentes.

Que el obispo, Mons. Reig Pla, el del escabroso sermón televisado del pasado Viernes Santo, celebre el funeral de la joven difunta, es otra sorpresa. Él sabrá por qué, que yo no le encuentro motivo. Cuando un obispo celebra el funeral de alguien debe entenderse que es por alguna razón de peso, que en este caso no encuentro; más bien entiendo que un obispo, dadas las circunstancias, no debería estar. ¿O es que también considera ejemplar, admirable, honrosa y valerosa una muerte accidental como la de la joven víctima?

Si la juventud lee todo este epitafio escénico a propósito de esa muerte infeliz y desgraciada, la conclusión que extraigan los jóvenes será muy errónea.

Si los católicos movilizados/afectados por la muerte de esa chica son sinceros y hacen un juicio moral sensato y rectamente cristiano, deberán reconocer que una muerte como esa no debe magnificarse ni adquirir carácter de celebración porque no ha sido una muerte deseable, ni para una joven ni, mucho menos, para una cristiana. No sé si tendrán el valor de concluirlo.

Tal y como cuentan el suceso en algunos medios, da la impresión de que ha faltado poco para que hubiera surgido un grupo de entusiasmados 'santosúbitáneos' postulando una beatificación. Lean:

"Tenemos un ángel en el cielo" Carta de las amigas de Belén

y también esta otra entusista entrada:

¡Ya tenemos a Belen en el Cielo!

o esta noticia en la prensa:

El funeral de la joven Belen marcado por el dolor y la esperanza


Sorprendentes y extraños juicios; más todavía si se considera que proceden de ciertos ambientes que se presumen bien formados, católicamente instruídos. Pero así son nuestros tiempos, y así sienten los católicos del tercer milenio.

¿Nadie ha aconsejado, recomendado, contención, templanza, resignación? Y sufragios por la finada, que los necesitará, como todos, no diré si más o si menos.

Por los que han muerto, luto y sufragios. Los aplausos y parabienes no cuadran, no corresponden.


+T.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Un disparate 'ecuménico'



Hace ya unos años que se sabía la intención que parecía imponerse entre el clero católico de Tierra Santa: Abandonar el calendario católico-romano de la Semana Santa-Pascua para adoptar el viejo e incorrecto calendario mantenido obcecadamente por el rito bizantino y las iglesias orientales. Me pareció entonces una necedad y hoy, cuando se confirma la noticia para las celebraciones de la próxima Pascua del 2013, sigo opinando que es un disparate.

Las polémicas sobre el ajuste del calendario pascual, el que rige las fechas de las solemnidades cristianas, son tan antiguas como la Iglesia misma, remontables, probablemente, a la mismísima era apostólica. Para subsanar y corregir la imprecisión del Calendario Juliano que iba retrasando la fecha de la Pascua, alejándola del equinoccio primaveral, el Papa Gregorio XIII emprende las labores que concluirían con la fijación de un nuevo calendario universal, conocido en su honor como Calendario Gregoriano, mediante el cual se computan el ciclo del año civil y el correspondiente Año Cristiano desde su entrada en vigor, el mes de Octubre de 1582. Los países que por motivos religiosos no quisieron adoptar el calendario reformado promovido por el Papa, fueron, poco a poco, reconociéndolo, con la intransigente negativa de los patriarcados bizantinos y otras iglesias orientales, que mantuvieron cerrilmente el desajustado calendario juliano. De ahí proviene la distancia de fechas que actualmente separan las celebraciones de católicos y ortodoxos, de unas dos semanas mensuales (por eso - p. ej.- la distinta fecha de celebración de la Navidad, que entre los ortodoxos ocurre cuando los católicos celebran ya la Epifanía) y, más llamativamente, al incluirse en el cómputo pascual el calendario lunar, las celebraciones de Semana Santa y Pascua de Resurrección, con más de un mes de diferencia entre el calendario católico y el ortodoxo (diferencia que, con el paso del tiempo, irá en aumento, separando la fecha de la Pascua ortodoxa cada vez más de su fecha estacional original).


Con un razonamiento descabellado, bajo la excusa de convenir en las fechas por razones festivas, sociales y familiares (así lo explica fray Pizzaballa, el custodio franciscano de Tierra Santa), el Patriarcado Católico de Tierra Santa abandonará el correcto Calendario Gregoriano y se pasará al incorrecto Calendario Juliano, un disparate sólo asumible desde la disparatada argumentación que parece animar muchas de las iniciativas del tantas veces desconcertante 'ecumenismo' católico.

Un acuerdo como este parece desdecirse de la verdad para asumir el error, ya que al ser un acto que teniendo como objeto algo relativamente secundario, como un calendario religioso-festivo, podría interpretarse (muchos lo harán) como extensible a otras cuestiones doctrinales, pastorales, teológicas y morales, que podrían postular un 'arreglo' mediante un 'desarreglo' semejante al del calendario, con la apariencia de que Roma cede ahora en esto porque Roma está y estuvo siempre equivocada. El mismo youtube de la agencia Rome Reports que he puesto como cabecera, parece presentar la reforma del calendario como un capricho de Gregorio XIII, dando la razón prevalente al desajustado calendario juliano de los ortodoxos, y comunicando la decisión de los católicos de Tierra Santa como algo obligado en razón del bien pastoral común, según el sentido que parece descubrirse en las palabras del custodio Pizzaballa. Disparatado, como digo.

Además tengo la sospecha, más que probable, de que todo el problema no existe en la mente de los católicos de Tierra Santa, la población autóctona real, sino que ha sido un falsa problemática suscitada por el clero católico extranjero, como los mismos franciscanos, con ridículos tintes irenistas, afectando particulares que, seguramente, no están en la consideración de los católicos palestinos de rito romano, ortodoxo, armenio etc. que hace siglos (casi 500 años) que conviven con esas diferencias en su calendario.


En el colmo del disparate, la adopción del calendario viejo por los católicos romanos de Tierra Santa no estará vigente ni en la Basílica del Santo Sepulcro ni en la Basílica de la Natividad de Belén, cuyo delicado status a la hora del turno de las diferentes iglesias y ritos para el culto en estas dos Basílicas desaconseja la alteración de los calendarios, cuya reforma haría mucho más conflictivas las celebraciones respectivas.

Todo para fomentar la ilusión de una unidad inexistente, de hecho, por falta de la voluntad de las partes (que a su vez forman varias y múltiples partes más). Entender el ecumenismo como un empeño católico, exclusivamente casi, con la patente, probada y reiterada renuencia de los Patriarcados Orientales, es una frustrante experiencia, un camino falso abocado a decisiones patéticas, muy equívocas, casi ridículas, como esta de la vuelta atrás del calendario pascual y la sustitución del calendario correcto por el incorrecto.

Los responsables de esta errónea elección podrán decir que, en suma, se trata de caridad. Habría, pues, que  hacerles comprender esa sentencia paulina que enseña que la caridad no suplanta a la verdad, sino que, precisamente, en razón de la propia virtud, la exige: 'Veritatem facientes in caritate' (Ef 4, 15).

Al margen de la condescendia ecumenista, como resultado de la brillante ocurrencia, sucederá el disparate mayor, como efecto colateral del cambio de calendario: Cuando lleguen a Tierra Santa los peregrinos católicos del mundo entero, si es Semana Santa, se sorprenderán que allí todavía no, y si llegan un mes después, se asombrarán al ver que alí todavía están celebrando los días santos de la Pasión y la Resurrección.

Pero los católicos no importamos, sino que, por encima de nosotros mismos, importan más nuestros hermanos equivocados, a cuyo error feliz y caritativamente nos unimos. Para que todos seamos uno en el mismo error. Por lo pronto, un error de calendario, después, pian piano, ya nos iremos uniendo en todo lo demás. Esa parece ser la páuta.


+T.