miércoles, 1 de febrero de 2012

Medjugore-manía, línea directa.


Ayer noche me mandaron por mail este aviso:




MARY TV

transmitirá EN VIVO por Intérnet la aparición de la Virgen Santísima a Iván

el martes 31 de Enero, por www.marytv.tvdesde la Iglesia de San José,

en Kalamazoo, Michigan.

Habrá traducción simultánea al español proporcionada por la iglesia.

La transmisión comenzará a las 5:30 pm (EST - hora local)

y la aparición tendrá lugar a las 6:40 pm, (EST - hora local).
 


El enlace, aquí . A estas horas, no sé si permanecerá el aviso, o habrá algún vídeo de la 'aparición'. En la página aparece un youtube con la 'aparición' programada del pasado 17 de Noviembre, en la catedral de Viena, ante el equívoco Cardenal Schönborn.

La Virgen en directo. Lo estoy escribiendo y me causa una gran repugnancia escribirlo, porque me parece una quasi-blasfemia. Pero hay gente que se lo cree.

No soy 'aparicionista'. Venero Lourdes y Fátima; más Lourdes que Fátima. Y todo lo demás (¿cuánto es, para un católico recto, 'todo lo demás'?) lo recibo con circunspección, con bastante despego.

Lo de Medjugore es un fenómeno, lo han convertido en un fenómeno, con intereses e implicaciones poco atractivas para quien proyecte un mínimo de juicio católico-racional sobre todo ello.

No recomiendo a la gente que vaya, no me gusta que la gente acuda a esos sitios, lo desapruebo. Pero la argumentación es muy efectiva: - " Allí sólo se reza, y la gente viene convertida". Eso te dicen. y te lo dicen gente buena, piadosa. Incluso gente con cierta formación.

Rezar es bueno. Aunque la buena oración tiene ciertas condiciones que no sé si se cumplen en sitios y ambientes 'de apariciones'. De entrada, la gente no va a Lourdes o a Fátima para que la Virgen se le aparezca: Van a rezar a la Virgen, sin esperar una aparición.

Pero lo de Medjugore lleva aneja la expectación de la aparición. Y no una aparición 'local' sino 'personal', a un 'vidente de Medjugore' que dicta, más o menos estático o meloso, un 'mensaje de la Virgen'.

La Virgen, por supuesto, no se aparece, ni con figura visible ni con voz audible, nadie la ve ni la oye. Sólo el vidente escucha y ve, según el 'formato' acostumbrado en este tipo de sucesos. El mensaje es vago, generalista, más bien tranquilizador, con expresiones bastante aproximadas a la sensibilidad contemporánea, por ejemplo este que aparece fechado el pasado 25 de Enero:

"Queridos hijos, con alegría también hoy os invito a abrir vuestros corazones y a escuchar mi llamada. Yo deseo acercaros de nuevo a mi Corazón Inmaculado, donde encontraréis refugio y paz. Abríos a la oración, hasta que ésta se convierta en alegría para vosotros. A través de la oración, el Altísimo os dará abundancia de gracias y vosotros llegaréis a ser mis manos extendidas en este mundo inquieto que anhela la paz. Hijos míos, testimoniad la fe con vuestras vidas y orad para que la fe crezca en vuestros corazones día tras día. Yo estoy con vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"

Comprendo que este tipo de mensajes sirva para calmar ansiedades devocionales, pero no aprecio nada extraordinario, salvo la emoción que cada uno quiera sobreponerle.

La emoción religiosa es uno de los epi-fenómenos que pueden ir anejos a la fe, a veces como un consuelo espiritual. Aunque todos los maestros espirituales insisten en que hay que huir y nunca buscar, pretender o pedir estas 'consolaciones', que son regalos de Dios, que no tienen mérito en sí.

Si se nos ofrecen apariciones-visiones con mensajes edulcorados, consuelos espirituales y entusiasmos animosos, con horario y lugar prefijados y retransmisión del acto por radio-televisión, me parece que algo no va bien, algo que no concuerda con lo que nuestra doctrina tradicional enseña a propósito de estos fenómenos extraordinarios, que no son, precisamente, 'programables'.

Es verdad que se reza, pero con una expectación descentrada, más atenta a la 'aparición' programada que a la oración en sí. La gente no se dirige al Misterio respetando/contemplando su esencia oculta, sino que espera una 'experiencia', si no en directo personal por lo menos a traves de la mediación del vidente-comunicante.

En otros tiempos, en otros momentos, también se vivieron escenas más o menos semejantes. Pero con la 'globalidad' de lo de Medjugore, no. Esto es nuevo. Y la forma de atraer a la gente, también. Hace un par de semanas, en una iglesia conventual sevillana, convocaron una velada de oración medjugorista, me parece que también con mensaje. Lo mejor fue el rezo del Rosario, y todo lo estrictamente medjugorista un añadido prescindible, estrambótico.

¿Es todo esto una espectacularización multi-media para un mundo que también consume y demanda 'experiencia' y emocion religiosa?

Pudiera ser, no sé qué decir exactamente. En estos casos, la circunspección deja siempre una ventanilla abierta, por consideración con la sinceridad cándida, inocente, conmovida o convertida de la gente. De internis neque Ecclesia.

Pero la impresión (la mia) no es confirmativa, sino delusiva, más bien.


+T.

lunes, 30 de enero de 2012

Bugnini, una semblanza con anécdota


Hace unos días, casualmente, buscando otra cosa, me encontré con una curiosa semblanza, una anécdota, encuadrada en los años en que la reforma litúrgica del Vaticano II suscitaba pasiones, en la Roma montiniana de fines de los '60.

El artículo aparece en una página de la Provincia Romana de la Congregación de la Misión (misioneros de S. Vicente de Paul, pp. lazaristas o paúles), describiendo su sede actual, la iglesia de San Silvestre en el Quirinal y la casa-residencia aneja.

La Iglesia de San Silvestro al Quirinale es una de esas iglesitas romanas que, si no sabes dónde se encuentra, puedes pasar delante de ella, sin advertirla. Su portada está alineada entre las fachadas de la acera izquierda de la calle 24 de Mayo, subiendo desde Largo Magnanápoli, en dirección al Palacio del Quirinal. La iglesia es muy antigua, ca. siglo IXº, reconstruída en 1526, cuando fue convento dominico, pasando luego a ser casa general de los teatinos, en 1555. Después de la toma de Roma por los garibaldinos, en 1870, los edificios conventuales fueron usados como cuarteles, y se reformó la fachada y el entorno del antiguo templo por motivo de las profundas obras de reurbanización que afectó a toda aquella zona, ahora lindante con el eje que divide el centro de Roma, por Corso Vittorio, Via Nazionale y Piazza della Repubblica. La fachada actual es neo-renacentista; al entrar, un sorprendente atrio, con una monumental doble escala con balaustrada, salva el desnivel en que ha quedado la iglesia con respecto a la entrada de la via 24 Maggio. El interior está ricamente decorado, con mármoles y estucos dorados. Destaca la capella della Assunta (Capella Bandini) con una preciosa Asunción de la Virgen, óleo sobre pizarra del pintor manierista pre-barroco Scipione Pulzone; en nichos, a ambos lados del altar, esculturas del Algardi; en las pechinas de la cúpula, pinturas del Domenicchino, con escenas alusivas del Antiguo Testamento.

Una de las capillas está dedicada a la Madonna della Catena, una antigua imagen de la Virgen (Mater Lactans), ca. s. XII-XIII. El antiguo icono de la Madonna está embutido en un nicho, rodeado por un lienzo del 1ª mitad del XVII con la representación de San Pio V (izqdª) y el cardenal Alessandrino, nipote de Pio V (en figura de San Carlos Borromeo?), obra de Giacinto Gemignani. Este altar es el enclave concreto de la anécdota que ha motivado el presente artículo.

Como dije al empezar, encontré la referencia en la página de la Provincia Romana de la Congregación de la Misión. Allí mismo, se encuentra publicado un profilo/semblanza de Mons. Annibale Bugnini, muy laudatorio, con notas biográficas, recuerdos, referencias personales y algunas fotos, bastante interesante. La primera parte parece ser una necrológica (suscribe un tal G.F. Rossi c.m.), destacando la reseña de las palabras que en aquella ocasión pronunció el Cardenal Casaroli, dignas de consideración. El texto no permite copiarlo (desactivado copy) y me disculparán ustedes que no lo traduzca. Pero sí he traducido este otro texto, más breve, firmado por el p. Carlo Braga, antiguo colaborador de Bugnini, de su misma congregación misionera, donde figura la historieta que me llamó la atención:


En los años del Concilio Ecuménico Vaticano II, la casa fue habitada por el p. Annibale Bugnini C.M. (1912-1982), que fue secretario de la Comisión Preparatoria del Concilio (1959-1962); secretario del Cosilium ad Exquendam Liturgiam (1964-1969). El 6 de Enero de 1972 fue nombrado Arzobispo Titular de Diocleziana, y fue ordenado obispo el 13 de Febrero de 1972. Ocupó el cargo de Secretario de la Congregación para el Culto Divino, del 5 de Mayo de 1969 al 4 de Enero de 1976, cuando fue nombrado pro-nuncio en Irán, donde permaneció hasta su muerte, que le sobrevino durante una estancia en Roma, el 3 de Julio de 1982.


En la redacción de los textos de su famoso volumen sobre la Riforma Liturgica (1948-1975), Monseñor Bugnini recordaba así la casa de San Silvestro al Quirinale:


" San Silvestro al Quirinale, la casa religiosa vicenciana, queridísima para mí, no sólo porque en ella pasé la mayor parte de mi vida romana, sino sobre todo porque entre aquellas muros, en aquella iglesita, 'tutta d'oro e trapunta di straforo' (toda dorada y acolchada con paños), como en el siglo XVI se expresaba el dominico Fra Mariano, en aquellas mismas estancias que yo habitaba me parecía como si todavía alojasen la presencia del Cardenal Guglielmo Sirleto (+7 de 1585) y de la comisión litúrgica, compuesta casi toda ella por teatinos, que a apartir de 1566 concluyeron la reforma litúrgica decretada por el concilio de Trento, bajo San Pio V. San Silvestro era desde hacía diez años (1555) la casa madre de los teatinos, que habían organizado allí un centro de estudios y de espiritualidad bíblica y teológica. El Misal que usaba el Cardenal Sirleto, anotado por el mismo, con apostillas para la reforma litúrgica, ahora conservado en la Biblioteca Vaticana, lleva el sello " Biblioteca Sancti Silvestri". Estos detalles me fueron muy queridos, viendo en mis propias circunstancias personales casi la continuación de una tradición, preciosa entre todas aquellas que forman la vida de la Iglesia."


En pleno periodo de agitación por la gran renovación de la Iglesia y de la reforma litúrgica, en encendida polémica sobre el particular de la Misa, un semanario humorístico italiano publicó una serie de artículos bastante ocurrentes. Monseñor Bugnini lo recuerda así en su libro:


" Alguien próximo al director de la sección romana del periódico, para informarse en directo, personalmente, de todo aquello, decidió asistir un día, de incógnito, a mi Misa, en San Silvestro al Quirinale, y vió con sorpresa que yo celebraba en un altar sobre el que había entronizada una imagen de San Pio V (en la capilla de la Madonna de las Cadenas), en latín (en aquel tiempo era obligado celebrar la Misa privada en latín). Y escribió incluso que, a su entender, el celebrante celebraba 'con fe'. Y concluía: "...¿ Pero cómo es posible que este cura pueda celebrar por la mañana delante de San Pio V, en latín, con el misal tridentino, y después, por la tarde, se dedique a imponer a la Iglesia la misa reformada en lengua vulgar, traicionando al Concilio de Trento ? "

Esta es la anécdota: Monseñor Annibale Bugnini celebrando devotamente la Misa que él mismo estaba desmontando, desfigurando y sustituyendo, hasta quedar proscrita. Entiendo que el propio Bugnini, que es quien la cuenta, le confiere cierto tono de apología pro vita sua, post eventum, como ilustración de su labor durante el controvertido capítulo de la reforma litúrgica promovida por el Concilio.

Un querido amigo, para atormentarme, me recuerda de vez en cuando que Bugnini también participó de forma muy directa y decisiva en la reforma de la Semana Santa efectuada bajo Pio XII, detalle este que me trago como una amarga píldora, reconociendo con reluctancia que aquella discutible proto-reforma pacelliana fue el prefacio de la desastrosa que seguiría bajo el Papa Montini.


No imagino a Bugnini como un perverso e intencionado criminal litúrgico. Opino que fue el último peón de una jugada mucho más compleja, con más personajes alentando y dejando hacer. Culpar a Bugnini del Novus Ordo que Pablo VI promulgó es una de esas exculpaciones que intentan descargar al superior echando el fardo pesado encima de su subalterno. Se quiera reconocer o no, el autor formal y el responsable último de la reforma litúrgica vaticanosegundista es Pablo VI, con todas las consecuencias que de ello puedan derivarse.

No hará falta que subraye la profunda antipatía que siento por Monseñor Annibale Bugnini y su obra, tan lesiva para la tradición de la Sagrada Liturgia Romana. Si bien fue el instrumento empuñado por otra mano, de hecho fue el ejecutor de aquella desafortunada demolición. Su figura resulta lastimosamente patética. Dudo de que hubiera sido masón, como algunos le acusan; un masón, de haberlo en esas altas esferas curiales, no termina su curriculum de pro-nuncio en Irán.


La preciosa imagen de la Stmª Virgen de las Cadenas sigue allí, en su altar de San Silvestro, donde celebraba Mons. Bugnini. A sus plantas, desde el lienzo, San Pio V también permanece extático e implorante, como una profecía iconografiada de la Iglesia que suplica el amparo de la Madre Nutricia del Redentor. Nada ha terminado, aunque todo haya pasado: Trento sigue vivo, aunque relegado, y el Vaticano II va tener el próximo Año de la Fe para ser recordado. El Santo Papa Ghislieri reformó piadosamente la Sagrada Liturgia que le fue transmitida, la depuró, la perfeccionó y promulgó solemnemente un Misal que nutrió la piedad de los fieles durante cuatro siglos, con frutos notables y abundantes de santidad. La reforma litúrgica atribuída al Moseñor que celebraba bajo su imagen no es tan prístina, ni ha fructificado tan ricamente, ni ha dejado de ser objeto de controversia desde que entró en vigor, siendo uno de los más desconcertantes y confundentes capítulos del post-concilio.

Cuando leí la anécdota que he transcrito aquí, me imaginaba al San Pio V del altar de la Madonna uniéndose a las intenciones de la Misa 'tridentina' que Bugnini celebraba, rectificando con su intercesión, desde la Iglesia Triunfante, las graves consecuencias que para la Iglesia Militante acarrearía la neo-liturgia que gestaba aquel Monseñor (que en gloria esté el sacerdote que fue) cuyo nombre sigue siendo tristemente recordado por quienes sufrimos los efectos de su controvertida labor.



+T.

jueves, 26 de enero de 2012

Una estupefaciente glosa silense


El Real Monasterio de Santo Domingo de Silos es un emblemático bastión del monaquismo hispano. Famoso por muchas razones, en estos últimos lustros se despegó del silencio claustral y empezó a salirse de la órbita marcada por su ciprés axial; quiero decir que con tanto disco de oro, grabaciones, publicidad, hospedería, entradas y salidas, Silos se agitaba más de lo justo para ser (y poder seguir siendo) un remanso de espiritualidad monacal católica.

Cuánto cuenta lo católico en la mente y la intención de sus monjes, no lo se, ni me meto a adivinarlo. Pero los flashes, las impresiones que afloran passim no son muy tranquilizadoras. Por ejemplo esta entrevista al prior del monasterio que, como el abad ha renunciado (¡cosas veredes!), se supone/postula como su más que probable sucesor.

(Transcribo en color ocre y cursivas las palabras del prior, y escribo mis comentarios en letra corriente-blog).

Uno (yo, quiero decir) que tiene una concepción clásico-tradicional de las cosas, especialmente de las sagradas, también de las eclesiásticas, espera que un monje se defina con parámetros relativos a la vocación religiosa, la espiritualidad, el silencio y el contemptus mundi. Por eso me llevo sorpresas tan traumáticas como estas respuestas que da el prior cuando le preguntan y él contesta:

- ¿Además de haber sido prior, a qué dedica su vida de monje?


- Mi inquietud tiene que ver con el pensamiento. No soy un profesional de la Filosofía, sino simplemente un pensador de por libre, que observa el misterio de la realidad desde mi situación vital como monje. Al monasterio vienen personas muy interesantes con deseo de empaparse de un ambiente, de una sabiduría, y yo las interpelo porque creo que tienen también algo que aportar a los monjes. Todos somos humildes aprendices en la escuela de la vida. Yo aprendo y voy haciendo nuevos amigos que me enriquecen.

Relativamente interesante dedicación, muy propia para un profesor de universidad, corriente para un ambiente de proclividades intelectualoides. Pero muy poco adecuada para un monje. Comprendo - es obvio - que lo que late en el fondo de mi crítica a la respuesta del prior de Silos es un diferente concepto de qué es y qué debe hacer un monje. Es evidente.

- La hospedería del monasterio recibe a creyentes y a no creyentes.


- Sí, y a mí me gusta tratar con los ateos. La diferencia enriquece y necesitamos una Iglesia más de frontera, más abierta, sin miedo a perder su identidad y su fidelidad al Evangelio y a la tradición. Exponer esa riqueza que tenemos y compartirla es lo que no permite disfrutar más de ella. Y personas que ni son creyentes ni practicantes pueden manifestar una inquietud y unas ganas de vivir excepcionales, y en algunos casos se acercan mucho a lo que debería ser la vida espiritual de un creyente.

A la desconcertante respuesta del prior le falta un nivel más de sinceridad y un punto más de valentía para declarar que le gustaría que la hospedería fuera exclusivamente para ateos, con veto para los piadosos creyentes. Y no porque el prior arda en el fuego del celo por las almas y tenga intención de flagelarse los lomos con disciplinas de cáñamo para impetrar la conversión de los ateos de la hospedería; ni porque el prior tenga el firme voto de macerar sus carnes con ayunos penitentes y vigilias mortificantes para arrancar del Cielo el arrepentimiento de los ateos de la hospedería. No. Lo que quiere el prior, lo que le tira, su complacencia, es pasarse las horas muertas bajo el inmóvil ciprés silense dialogando con los ateos de la hospedería. Dialogar, sólo dialogar, que esa es su vocación benedictina, por lo visto.

Si le gusta eso, no sé por qué en vez de meterse monje en Silos no puso un kiosko de pipas y regaliz en la Puerta del Sol para dialogar a todas horas con los indignados, por ejemplo. Y si reclama "...una Iglesia más de frontera, más abierta, sin miedo..." podría mejor haberse ido a la China comunista, donde está viva y sangrante la frontera fe-ateismo. ¿Por qué no se habrá ido de misionero a Corea (del Norte)?

Pero esta afirmación no la podemos dejar pasar sólo con un comentario de pasada, porque se habrán dado cuenta Uds. de la enormidad que suelta el prior de Silos por su pico prioral. Repetimos (con moviola). Dice:

"...necesitamos una Iglesia más de frontera, más abierta, sin miedo a perder su identidad y su fidelidad al Evangelio y a la tradición"

Dice: Que es necesario que la Iglesia se atreva a perder su identidad.
Dice: Que es necesario que la Iglesia se atreva a perder su fidelidad.
Dice: Que es necesario que la Iglesia se atreva a perder su fidelidad al Evangelio.
Dice: Que es necesario que la Iglesia se atreva a perder su fidelidad a la Tradición.

Digo: ¿De qué tenebroso antro habrá salido este mentecato y qué grado de supina aberración abunda en Silos para que semejante impropio haya sido elegido prior y se postule como abad?

Así, con estas reverendas piezas, se entiende que campen sueltas otras aberraciones de parecida especie, como la desvergonzada pseudo-benedictina Sor Forcades que predica pro-abortismo feminista y otras cuántas perversiones más.

Pero el prior filosofante amateur, dice más:

- ¿Qué hace usted con un ateo?


- Compartir lo que siente, que es la finitud, que esta vida es insegura y precaria. La aceptación de la finitud y de la precariedad de la vida es algo que un creyente no debe olvidar nunca. Algunos textos de la Biblia, como el libro de Qohélet (Eclesiastés), parecen escritos por un ateo. Invitan a meditar al creyente y le dicen "mira que eres polvo".

El Eclesiastés escrito por un ateo (y otros textos de la Biblia, sugiere). Sospechamos que el prior se habrá enfrascado en una lectura según sus extraviadas luces filosóficas y no habrá leído y meditado los comentarios al Eclesiastés de San Jerónimo y otros Santos Padres. Por ejemplo, comparen esto que comenta San Gregorio de Agrigento a propósito de un versículo del Eclesiastés con lo que dice el prior de Silos: Lean y midan las distancias.

Continua desbarrando el padre prior:

- Entiendo el monacato como una vocación socrática. Para Sócrates, los profesionales de las diferentes disciplinas no han descubierto que no saben nada; creen que saben algo, creen que saben de qué va la vida, de qué va el hombre, pero lo cierto es que no tienen ciencia del hombre. El monje tiene algo que ver con esa sabiduría socrática en el sentido de que se tiene a sí mismo, no como un profesional, como un estudioso, o como un experto en algo, sino como hombre, como humanista, y eso dentro de toda su desnudez.

Sócrates es su modelo. Inquietante. No San Benito, ni San Gregorio; no San Odilón de Cluny, ni el enorme Hildebrando, ni Gueranguer, ni Columba Marmión, ni Ildefonso Schuster. No: El modelo inspirador del prior de Silos es Sócrates.

Ahora sujétense y cíñanse los cinturones, que vienen curvas y el terreno es resbaladizo:

En su libro trata cuestiones delicadas dentro de la doctrina católica, como la eutanasia o la homosexualidad.


-Creo que los discursos más o menos imperantes sobre la homosexualidad, el psicológico y el moral, adolecen de una cierta inconsistencia. La diferencia antropológica distingue hombre de mujer, pero no homosexual de heterosexual. Ésta no es una diferencia propiamente antropológica, sino comportamental, de conducta adquirida con una base más o menos natural. Pero, en todo caso, cultural, en el sentido de que para el ser humano no hay naturaleza, sino cultura, incluso en los comportamientos aparentemente más naturales, más ligados a la naturaleza, como son los sexuales. En ninguna cultura la sexualidad es lo mismo, ni reviste el mismo lenguaje ni el mismo significado. Por eso creo que a este nivel cultural pertenece la diferencia homosexual/heterosexual. Por otra parte, como estudió Gregorio Marañón, la diferencia sexual en el ser humano no es neta; no lo es tampoco en otras especies animales, y hay individuos en los que esa diferencia no llega a su pleno desarrollo.


-¿En consecuencia?


-Yo introduciría el tema de la amistad, que cubre el vacío afectivo que deja la vida sexual, bien cuando no puede ser realizada por viudedad, por separación o por otras circunstancias en las que una persona no tiene la posibilidad de compartir su vida con una pareja de otro sexo. Una relación afectiva puede ser no menos intensa que una relación de pareja.


-La Iglesia mantiene una calificación muy dura sobre la homosexualidad.


-Entiendo que en el fondo del magisterio sobre la sexualidad hay una apuesta muy fuerte por la ley natural, por lo que significa en general la naturaleza como determinante de opciones en las que el hombre encuentra la plenitud, frente a otras en las que no puede encontrarla porque no responden al plan originario del Creador impreso en la naturaleza humana. Pero algunos creemos, sin disenso del magisterio, que nuestro acceso a la naturaleza, como apuntaba hace un momento, nunca es inmediato; siempre está mediado por la historia y la cultura. Creo que esa mediación cultural e histórica es decisiva para entender el comportamiento homosexual, para comprenderlo y para respetarlo. Pero mis opiniones pueden no coincidir con el magisterio de la Iglesia. En todo caso me siento no coincidente, pero no discrepante.

Tomen nota y no lo pierdan, por si hay que echar mano un día de estos de esta fina y ocurrente salida por la tangente: "No coincido con el Magisterio de la Iglesia, pero me siento, en todo caso, no coincidente pero no discrepante". Es decir que el prior de Silos ni es carne ni es pescado pero tampoco es que sea mixtura promíscua ambivalente, sino que es extra-tangencial no coincidente. Digámoslo así.

Y digamos también que supuesto lo dicho de su identificación socrática y lo que dice luego de las homosexualidades atque comprensivas libidinosidades, se deduce, ergo, todo eso que Uds, inteligentes lectores de este exorbitante blog, estarán conjeturando y que yo no voy a explicitar, faltaría más. Diré, no obstante, aquello tan castizo de 'verde y con asas, alcarraza'. Y que el Señor nos libre.

Lo que dice su paternidad el prior de Silos sobre el aborto y la eutanasia, mejor lo leen ustedes solitos, en el párrafo final de la entrevista. Yo me resisto a ponerlo aquí.

Como reflexión final a la ofuscante charla del prior de Silos, fíjense Ustedes que en ninguna de sus respuestas habla su reverencia el padre prior ni de Dios, ni de Cristo, ni de la Virgen, ni de los Santos. Ni aconseja las virtudes monásticas, ni exorta a la vocación religiosa, ni cita siquiera una máxima venerable. Nada.

El prior de Silos, señoras y señores.

Conque imaginen (si atreven) todo lo demás.


+T.

miércoles, 25 de enero de 2012

Un simpático y tierno Requiem

Para relajar la tensión de estos últimos articuletes, tan traumáticos para las almas pías, les ofrezco este devoto y tierno solaz:




Como muchos de ustedes, exquisitos lectores, sabrán, es el Pie Iesu de la Misa de Requiem de Andrew Lloyd Webber. Canta la estupenda soprano brasileña Carla Maffioletti, dirige el holandés André Rieu y acompaña el simpático Akim Camara, alemán.

Akim Camara (vean Uds. los youtubes alternativos) toca el violín desde los 2-3 años. Admirado de las precoces y extraordinarias facultades del pequeño Akim, André Rieu se ha constituido su mentor musical y mánager, porque el chico promete. Ya debe tener 11 ó 12 años, y progresa como violinista.

Es una lástima que la infausta demolición litúrgica vaticanosegundista exterminara la Misa de Requiem (y todo el Officium Defunctorum), viéndose ahora la paradoja de que se compongan misas de requiem como mero género musical cuando la Misa de Requiem tradicional, la que inspiró a los antiguos maestros y sirvió desde siglos como sufragio por los fieles difuntos, fue suprimida y sustituída por un pobre remedo minimalista (el Rito Exequial novus ordo).

La puntilla al rito exequial (y me refiero al nuevo) se la han dado los tanatorios, con la correspondiente aprobación de los obispos que han autorizado las 'empresariales' capillas de tanatorio (a ver si un día escribimos algo sobre el particular).

Pero no perdamos la esperanza: Merced al Motu Proprio Summorum Pontificum (si la reticente displicencia de los impíos prelados no lo impide) la Misa de Requiem podrá (podría) recuperarse, para deleite de los presentes, sufragio por los difuntos y glorificación del Divino Juez de vivos y muertos.

A ver si cunde el buen ejemplo y estas escenas dejan de ser excluivas de salas de conciertos y vuelven a nuestras iglesias, que es su sitio.

Así sea.

+T.

martes, 24 de enero de 2012

¿Dos presencias equiparables y adorables? (liturgia y doctrina en un seminario neocatecumenal)


No es por insistir más, pero valga como prueba de lo dicho en el articulete anterior. Vean, fíjense con atención y juzguen textos e imágenes:

El Santuario de la Palabra de Dios

El texto que aparece citado en la página es equívoco y suscita confusión. Dice:

"La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor..."

1) Una primera lectura de este enunciado saca la impresión de que el texto equipara el culto al Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor con un 'culto a la Palabra' ; de esta primera impresión se deduce, igualmente, que existen dos presencias de igual orden/nivel, una en el Sacramento de la Eucaristía y otra en la Sagrada Escritura. El equívoco texto puede verse reforzado si existe una proclividad a enfatizar esa 'presencia' en la Escritura, a la manera en que se vive y enseña en las comunidades neocatecumenales.

2) El paso siguiente, como conclusión, es complementar el culto ya existente con el nuevo descubrimiento que implica el texto.

3) El resultado es ese aberrante "bi-sagrario" con un manifestador de la palabra arriba, conteniendo una Biblia, y otro debajo con la reserva del Sacramento (¿lo ven Uds. bien en las fotos?).

La etiología judáico-sinagogal también es evidente: Se remeda/adapta a la liturgia neocatecumenal el 'armario de la torá' que preside las sinagogas judías, ahora complementada con la Eucaristía, consiguiéndose el efecto mistérico-teofánico de ambos Testamentos, el Antiguo y el Nuevo, en la Palabra Escrita y la Palabra Encarnada-Sacramentada; o, también se podría decir, con ese lenguaje neo-teológico post-conciliar 'el sacramento de la palabra y el sacramento de la eucaristía', los dos juntos, reservados y/o expuestos para la adoración.

En las fotos que siguen se ve el bi-sagrario (más detalle en la imagen de encabezamiento de este artículo) y seguidamente una 'bendición con la palabra': El ministro sagrado (diácono, probablemente) toma la Biblia con un humeral y bendice a los fieles realizando una liturgia paródica de la Bendición con el Santísimo:





Insisto: ¿Se enseña que son dos Sacramentos de un mismo Misterium Salutis, igualmente adorables, de la misma entidad, la Palabra Escrita y la Eucaristía Sacramento del Cuerpo y la Sangre del Señor, con la misma Presencia de Cristo en uno y otro?

El texto citado más arriba parece que fundamenta y justifica todo esto. Pero el texto no es 'neocatecumenal', el texto citado es conciliar, un fragmento de la Constitución Dogmática Dei Verbum, el nº 21:

21. La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia. Siempre las ha considerado y considera, juntamente con la Sagrada Tradición, como la regla suprema de su fe, puesto que, inspiradas por Dios y escritas de una vez para siempre, comunican inmutablemente la palabra del mismo Dios, y hacen resonar la voz del Espíritu Santo en las palabras de los Profetas y de los Apóstoles. Cfr DV cap VI nº 21

Por mucho que el texto se explaye luego, su enunciado es un patente ejemplo de lo que el maestro Romano Amerio denuncia y subraya en IOTA UNUM, la equivocidad de los textos conciliares y su confusionismo.

En otro plano, la liturgia volverá a insistir en lo mismo cuando distingue y divide la Misa en 'liturgia de la palabra' y 'liturgia del sacrificio'. Vuelve con ello a susrgir la duda: ¿Son dos partes equiparables, iguales, simétricas? ¿O la primera se ordena a la segunda como preámbulo?

Sin una recta y sólida formación, uno no sabría bien responder a estas custiones, equívocos, dudas y perplejidades.

Si en un seminario se forman así, con esa consumación de la confusión plasmada en la aberración de un bi-sagrario con dos presencias interpretadas erróneamente (heterodoxamente) iguales en esencia, el sacerdote-misionero neocatecumenal que se ha nutrido con esa doctrina ¿qué practicará, qué enseñará, qué difundirá, cómo celebrará cuando sea ordenado y ejerza su ministerio, aquí, allí o en la China?

La realidad, como Uds. pueden ver, supera al temor de los aprensibles.

¿Esto es lo que se está aprobando? ¿La audiencia del Papa Benedicto 'cubre' y valida también estas prácticas? ¿Quedan, si no expresamente, tácitamente aprobadas?

¿Alguien nos lo puede aclarar?

N.B. Esperamos/deseamos/exigimos que las aclaraciones no sean more equívoco conciliare, please.

p.s. Las fotos son de la capilla del seminario Redemptoris Mater, neocatecumenal, de Namur, en Bélgica. En las secciones de la página hay muchas fotos, entre ellas algunas del arzobispo primado de Bélgica, Mons. Leonard: ¿Aprueba ese bi-sagrario de equívoco culto?


+T.

El Beato JP2 celebrando el neo-rito neocatecumenal




No sé dónde fue ni cuándo tampoco, pero ahí está el beato santosúbito, celebrando more neocatecumenale, con conspicua corte de concelebrantes, cardenales, obispos y presbíteros.

Si esto no es aprobar de facto el neo-rito, que me digan qué fué si no.

Benedicto XVI ha recibido estas y otras herencias / hipotecas de su beato predecesor, hechos consumados que ahora se arreglan como se puede (o se quiere).

A estas alturas, desautorizar o enmendar el rito que el mismo Juan Pablo II celebró supondría corregir y amonestar post eventum, a posteriori, al beato que complacientemente celebró el neo-rito neocatecumenal.

p.s. Para los que no se enteran, insisto: Rechazo con reluctancia displicente y no apruebo el neo-rito, su celebración y/o su aprobación. Pero recalco: Está aprobado de facto y hasta el Papa lo ha celebrado, velis nolis.

ADDENDA:

Un amigo avizor me manda esta otra foto, para remachar: El entonces Cardenal Joseph Ratzinger neocatecumenizando:


p.s. Perdonen Uds. los tráumas, pero la realidad es contundente y el internete ágil y veloz: Raptim!


+T.

lunes, 23 de enero de 2012

Neocatecumenado, un hecho consumado


Hace unos días fuí testigo casual de la movilización de los neocatecumenales para la audiencia del pasado Viernes 20 de Enero. Se sacaron muchos billetes de ida y vuelta para ese mismo día, llegar a Roma a primeras horas de la mañana, asistir a la audiencia del Papa en la Sala Nervi, y volver en avión aquella misma tarde-noche. Algunos (los que han podido) han prolongado la estancia hasta el Domingo, aprovechando el fin de semana. Era una ocasión importante y se buscó la mayor y mejor presencia posible de responsables locales/regionales y sacerdotes.

Las comunidades neocatecumenales, cuando comenzaron, aparecieron en las parroquias como uno más entre otros experimentos o iniciativas pastorales suscitadas por el entusiasmo inmoderado y las inquietudes excitadas del post-concilio; eran - tampoco se olvide - los años del '68 contestario y libertario que clamaba consignas ocurrentes contra todo y proponía la revolución y el cambio absoluto de todo.

La creatividad pastoral de las comunidades neocatecumenales no se agotó, sin embargo, en una explosión inicial seguida de una decadencia sin freno, sino que demostraron ser una opción relativamente eficaz para la renovación 'conciliar' de algunas parroquias. En pocos años, desarrollaron estructuras internas de catequesis, formación, vida comunitaria, y celebración/liturgia. No se improvisaba, sino que se iba creando y fijando a la vez que se expandían desde Madrid a toda España, y un poco más tarde a Roma e Italia. Así y todo, a fines de los '70 todavía eran un fenómeno pastoral poco conocido, aunque siempre impactante allí donde existían.

El salto al primer plano de la escena lo dieron cuando la primera visita de Juan Pablo II a España, en Noviembre de 1982. En todas las celebraciones aparecían los neocatecumenales con unas grandes pancartas, muy visibles, con el lema-salutación que habían escogido para la ocasión: '¿Y cómo es que la Madre del Señor viene a mí?', un extraño lema que, sin embargo, era bien conocido entre los miembros de las comunidades, porque es un verso de una canción de Kiko Argüello (una glosa de Lc 1 42-45, la escena de la Visitación), de las que se cantan durante las celebraciones comunitarias.

Desde entonces, las comunidades se incorporaron a la estela viajera de Juan Pablo II. Donde estuviera el Papa, allí aparecían los neocatecumenales, con sus pancartas, sus guitarras y sus cantos. Juan Pablo II los adoptó y favoreció, de igual manera (mutatis mutandis) que identificó/marcó su pontificado con otros movimientos o fundaciones, como el Opus Dei, los Legionarios de Cristo o los Focolari; las comunidades neocatecumenales de Kiko Argüello se integraron sólidamente en aquella estructura que ahora se denomina y reconoce como 'nueva evangelización'.

¿Se trataba de una simpatía por sintonía de ideas o formas? Pienso que se trataba de algo más pragmático y evidente: Las comunidades del Camino Neocatecumenal aportaban gente, familias, jóvenes, a una Iglesia que se desangraba y languidecía por toda Europa. Aunque no en toda Europa se acogieron a las comunidades de Kiko, de hecho, sólo en Italia y España (por este orden) cuentan con efectivos consignables en cifras dignas de mención. Y en Hispanoamérica, donde misionan y crecen de manera muy llamativa. Las estadísticas, a nivel mundial, dicen que están presentes en unas 900 diócesis, con un total de más o menos 40.000 comunidades en 6.000 parroquias, cada comunidad con una media de 20-30 miembros.

Son comunidades muy jerarquizadas, a cuyo frente no están los sacerdotes, sino los catequistas y responsable de cada comunidad, con estructuras de gobierno local y regional, siempre con laicos (hombres y mujeres) en los puestos de gestión y dirección. En la cumbre, Kiko Argüello y la co-fundadora Carmen Hernández, en un nivel de reconocimiento carismático próximo (si no de hecho) a la categoría de 'profetas'.


Un 'neo-profetismo' que encaja muy bien en los conceptos vetero-testamentarios que definen gran parte de la idiosincrasia de las comunidades neocatecumenales. Su propuesta pastoral-espiritual pretende un re-descubrimiento de la identidad cristiana desde una aproximación/inmersión en las fuentes cristianas del Antiguo y el Nuevo Testamento, como una especie de recorrido personalizado e interiorizado, pero vivido en un intenso ambiente comunitario, que se detiene en diversos estadios de la Historia de la Salvación, insistiendo en la identificación con el estilo de las primeras comunidades cristianas, las del tiempo apostólico, en torno al siglo Iº de la Era Cristiana.

De ahí el gusto (apropiación?) de algunos elementos o signos que más que del Viejo Testamento parecen extraídos, más propiamente, del judaísmo, por suponerse ambientados en las primitivas comunidades judeo-cristianas inmediatamente posteriores a la Ascensión y el Pentecostés. Aunque no se trata de un simple remedo de los capítulos referenciales de los Hechos de los Apóstoles y las Epístolas Apostólicas, sino que es una re-invención dependiente de la creatividad carismática de Kiko Argüello y los primeros miembros del Camino Neocatecumenal.

La personalidad de Kiko se impone, no obstante, sobre todos, y, en principio, todo ha sido ideado por Kiko: Predicación, cantos, imaginería, material y ajuar litúrgico. En este sentido formal, existe una considerable 'homologación' de todas las comunidades, con elementos idénticos a la hora de orar, cantar, celebrar, disponer la distribución y decoración de los salones de reunión y celebración, horarios incluso. Hasta se compartía un cierto look de vestuario y apariencia: El catequista (o el neófito) con barbas intonsas, ropa sencilla y Biblia de Jerusalén debajo del brazo, como cierto estereotipo identificativo.

Las críticas al estilo, las formas, los procedimientos, los contenidos doctrinales y las novedades litúrgicas se topan, empero, con unos frutos patentes: El seguimiento del Camino Neocatecumenal ha recuperado o regenerado a muchos católicos extraviados o desalentados, tibios o desestructurados. En las comunidades neocatecumenales se dan verdaderas conversiones. Rezan mucho. Practican entre ellos una efectiva inter-comunicación de bienes. Son generosos, muy caritativos. Incluso han restablecido disciplinas practicamente perdidas o languidecientes, como la del ayuno.


En las parroquias donde están, se hacen responsables de su sostenimiento material, aunque al alto precio de monopolizar - o tender marcadamente a ello - toda la pastoral parroquial (aunque haya que reconocer que este mismo fenómeno de acaparación uniformista sucede igualmente en otras instituciones, movimientos y/o fundaciones católicas).

Los obispos, que fueron reacios al principio, en muchos casos, en muchos sitios, a las comunidades neocatecumenales, se fueron convenciendo a golpes de generosidad y de cantidad. Por una parte, las muy generosas ofrendas, colectas y contribuciones de los neocatecumenales a sus respectivas diócesis y sus obispos, resolviendo eficazmente muchos problemas y facilitando la salida de muchos apuros. Por otra parte, las asistencias.

Nuestros obispos sufren todos de un 'síndrome multitudinarista', una propensión quasi patológica a las multitudes; no resisten una Misa con cuatro fieles, sino que necesitan, perentoriamente, centenares, millares de fieles en torno, si es posible. Y si no es posible, donde no se puede, acuden las comunidades con sus neocatecumenales. Estas dos efectividades son dos firmes pilares del triunfo del Camino.


Cuando algunos medios indiscretos (anzuelo-trampa para incautos y desinformados ansiosos, mentideros de pazguatos y friki-católicos histéricos) anunciaron la semana pasada que sí y que no, que el Papa iba a aprobar y el Papa iba a desautorizar, todo junto y sin solución de continuidad, las liturgias, usos y formas de los neocatecumenales, la gente sensata y moderadamente informada opinábamos que ni una cosa ni la otra. Lo que se esperaba, lo lógico, era un justo reconocimento, con algunas instrucciones, oportunas ponderaciones y muchos parabienes. Que es lo que hubo el Viernes 20 de Enero en la Sala Nervi, cuando el Papa Benedicto recibió en amable audiencia a la plana mayor del Camino, con Kiko al frente y muchos, muchos sacerdotes españoles e italianos.

El Papa Benedicto, al contrario que su efusivo predecesor, no ha prodigado ninguna dilección reconocible o manifiesta a ningún movimiento, congregación, orden o institución. ¿Quizá porque durante los muchos años al frente de la Congregación de la Doctrina de la Fe supo, fué informado y conoció mucho de todo y de todos para entusiasmarse o encariñarse con nada de nadie? Quizá. Y eso explicaría en parte su circunspección y su discreta y prudente distancia.

Al fin y al cabo el Camino Neocatecumenal es una novedad, una inicitiva de apenas 50 años, que en los metros de la Iglesia son casi nada, un germen, una semilla que empieza a brotar.

Personalmente, no soy simpatizante, me chocan, nunca las he admitido ni alentado. Ocasionalmente les he asistido en algunas celebraciones penitenciales, ayudando a las confesiones. Dos veces (o tres?) les he celebrado la Eucaristía, por forzosos compromisos, con bastante reluctancia y un incómodo resultado para mí y para ellos, porque ni yo lo hice como querían ellos ni ellos actuaron como quería yo. De esto hace ya muchos años, más de diez. No obstante les reconozco las bondades que he ido señalando en este articulete, con reservas, pero con realismo.

¿Serán una energía para la la regeneración o son otra fuerza más para la disgregación? El tiempo dirá. Pienso, sin embargo, que si alguna vez se vieran preteridas por la Jerarquía, podrían actuar (luego de una aparente y obediente sumisión) de forma impredecible, pero temible. El momento/fase crucial ocurrirá cuando desparezcan los fundadores y se enfrenten a la etapa post-fundacional, siempre tan crítica para este tipo de instituciones. No aventuro más conjeturas.


Están demostrando ser válidamente resistentes al espectro de la secularización y el agresivo anti-cristianismo de la post-modernidad, creando una muy eficaz conciencia renovadora de la familia, con estrechos apoyos de las comunidades. Algunas de sus inicitaivas como la de las familias misioneras, muchas veces pioneras, en enclaves muy difíciles, son admirables (no digo que perfectas).

Por otra parte, demuestran estar muy lejos de la conciencia católica demolida en el post-concilio, muy perdida, en cuanto tal conciencia católica, en las comunidades neocatecumenales que son, como otros grupos, secuela genuina del Vaticano II y el 'espíritu del concilio'.

¿Es ahora su momento? Ahora es el momento en que están pisando fuerte, y consiguen arrancar de la prudente expectación del discreto Benedicto las aprobaciones y el ánimo necesarios para seguir.

Con una Iglesia al borde de la multi-fractura pastoral-institucional, los movimientos inter-nacionales que se definen fieles a la Santa Sede y disponibles para la misión de la 'nueva evangelización' son instrumentos valiosísimos, muy apreciables. Pero si prestan cohesión a la misión general de la Iglesia, es a costa del reconocimiento de su vocación y carisma particular, tal como se definen ellos mismos en el Camino Neocatecumenal. Su vinculación a Roma, favorece a Roma, pero Roma ha tenido que prestarles una aprobación, una validación.

Como he dicho más arriba, la simpatía del beato JP2 por el Camino neocatecumenal fue muy significativa. El Papa Wojtyla, de hecho, no sólo reconoció a las comunidades neocatecumenales sino que les aprobó todo, si no formalmente, sí de facto. Con esa hipoteca juanpablista, era ya dificil corregir nada sustancial ni dar marcha atrás. Los estatutos (muy urgidos y recomendados por Juan Pablo II) sellaron la aprobación definitiva. Algunos matices, algunas reticencias, algunos detalles, se insinuaban o se obviaban, pero la aceptación era real.

En este mismo sentido que acabo de decir entiendo lo del pasado 20 de Enero. Con medias palabras que hay que intepretar, comentar y explicar, se les dice sí con un poco de pero. Una especie de trato cerrado en serio, con flecos sueltos, rubricado con apretón de manos y un coloquial 'no se hable más' seguido de efusivos (y sinceros) abrazos (y besos, que los neocatecumenales son muy osculantes).

Se repite el pragmatismo. Se reducen obstáculos. Se asume la praxis de hechos consumados.

La Iglesia del post-concilio no se atreve a más: Ni la contundencia de una desaprobación radical, ni el magisterio de una corrección fundamental, ni la negativa, ni la censura, ni la explícita limitación.




La conclusión resultante es esa tácita y semi-pautada aprobación de la neo-liturgia neocatecumenal que, se reconozca o no, es un rito, propiamente. No un rito secular, producto de una maduración teológica-espiritual-liturgica de siglos, sino una novedad creada a voluntad de los fundadores del camino, tan reciente como las mismas comunidades, fruto muy particular del experimentalismo reformista propiciado por el V2º.

Tan importante (y grave) como la aprobación fáctica del neo-rito, fue la concesión - también juanpablista - de los seminarios para el clero neocatecumenal. Con la aprobación de los seminarios Redemptoris Mater se adelantaba lo que ahora se explicita. Fundar seminarios donde los candidatos al sacerdocio se forman cotidianamente en la celebración del neo-rito es aprobar todo aunque luego parezca que no todo. Huelgan explicaciones post eventum si antes se posibilita lo que luego se pretende apostillar. Si me explico.

El futuro inmediato es favorable a las comunidades, a su expansión. En España, próximamente, habrá un nuevo seminario neocatecumenal, que con los ya existentes de Madrid, Castellón, Córdoba, Granada, Murcia, León, Pamplona y Burgos, será el noveno de la serie. Los sacerdotes que salen de estos centros, después de dos o tres años (no más) de ministerio pastoral en la diócesis donde se ubica el seminario, pasan luego a formar parte del equipo de misioneros que apoyan a las comunidades de nueva creación, en Hispanoamérica, EEUU, Asia (se está preparando una gran misión en China) o cualquier otro sitio donde se requiera su ministerio, siempre supeditado a los criterios y planes de los superiores/directores del Camino Neocatecumenal.

Se da, así, la paradoja de la existencia de una jerarquía sacerdotal sometida a otra pseudo-jerarquía seglar formada por los responsables-jefes del Camino Neocatecumenal, con una inserción-incardinación diocesana meramente nominal, en tanto que efectivamente dependen del organigrama del Camino Neocatecumenal, no del diocesano. Todo esto con la aprobación condescendiente de los respectivos obispos, que dan su placet tanto a los seminarios neocatecumenales como a su forma de proceder. Una forma - otra vez - de facto, pero discutiblemente canónica.

Concluyo repitiendo lo que digo en el titulillo del articulete: Estamos asistiendo a la aprobación-reconocimiento de un hecho consumado. El futuro, repito también, queda abierto a eventuales cambios y/o rectificaciones, pero también a confirmaciones en el sentido que se está marcando.

+T.