domingo, 13 de noviembre de 2011
La 'Destiarización
Hoy el calendario pío, el Santoral, quiero decir, celebra a una patrulla de 1ª división: Dos sevillanos, San Leandro y San Diego de Alcalá; un polaco, San Estanislao de Kostka s.j. (novicio); una italo-yanqui, Francisca Javiera Cabrini; y un Papa excelente en tiempos difíciles, San Nicolás I. Además del complemento de los otros Santos del día etc.
Pero hoy, 13 de Noviembre, es también la fecha de una infausta efemérides: El dia en que Pablo VI depuso ceremonialmente la tiara papal, en medio de las sesiones del Concilio Vaticano II, el 13 de Noviembre de 1964, durante la celebración de una liturgia ecuménica católico-ortodoxa.
En la fotografia creo distinguir ministros menores de rito armenio (puede que me equivoque). Lo que destaca, sin embargo, en la fotografía es el gesto de compungido dolor del venerable Cardenal Ottaviani y la contención del amargo rictus que parece aflorar en el semblante del también venerable Monseñor Dante (entonces Maestro de Ceremonias, más tarde también Cardenal).
Pablo VI, en contraste, parece humildemente complacido; o gustosamente incordiante, consciente, en todo caso, del alcance del acto que protagonizaba. Un acto simbólico que afecta a algo que es sólo simbólico. Pero un símbolo definitorio de un concepto del Pontificado Romano que parece preterirse en aras de otros nuevos, nuevas conceptuaciones que renuncian a simbologías que se juzgan no sólo obsoletas sino incluso impropias, inadecuadas al nuevo perfil, la nueva imagen del Papado que se define - que se estaba definiendo - en las sesiones del Vaticano II.
Monseñor Giovanni Battista Montini, cuando era Monseñor Sustituto en la Secretaría de Estado, durante los años de Pio XII, no pareció incomodarse con el ceremonial pontificio. En las ceremonias celebradas por Su Santidad el Papa Pio XII, todos los símbolos papales, todos los ornamentos propios, estaban en constante y ordinario uso. Eran corrientes los flabelli, la sedia, el manto y la tiara. Ni se entendían como 'problemáticos' ni se les juzgaba impropios, al contrario: La magnificencia de las ceremonias papales en el Vaticano parecían adecuarse a esa solemnidad material de los objetos, como el aire exterior de la Plaza de San Pedro sintonizaba con el cupulone del Miguelángel, y la fachada del Maderno con los dos brazos del Colonnato del Bernini, con las dos fontanas y el obelisco egipcio del circo de Nerón. Objetos tan dispares en historia y forma quedaban armónicamente integrados en el conjunto de la Piazza di San Pietro, única en la Urbe y el Orbe.
Coronación Pablo VI:
Lo mismo, en el interior con arquitectura de Bramante, de Rafael, de Michelángelo y Maderno, la decoración de Bernini revestía de luz y gloria barrocas las naves imponentes de la Basilica del Príncipe de los Apóstoles. En ese rutilante y monumental continente, la sedia gestatoria, los flabelli, el cortejo pontificio acompañando al Papa entronizado, revestido con el manto y coronado con la tiara, todo aquel tropel ceremonial estaba en sintonía formal y espiritual con su marco, celebrando siempre la humildad del Niño en el Pesebre, el dolor de Cristo en el Calvario, y la gloria del Señor Resucitado y Exaltado. Se representaba la gloria de la Salvación de la que es depositaria la Iglesia, cuya cabeza visible es el Papa, que se coronaba con la triple corona de la tiara, porque su potestad era la mayor y la más alta que existía en la Tierra, siendo Vicario de Cristo, con una dignidad superior a cualquier otra. La tiara sobre la cabeza del Sucesor de Pedro era casi un resumen del Credo, una condensación ritual de la Fe y la Esperanza de la Iglesia que aparecía como la Esposa enjoyada, electa y colmada de la Caridad de Cristo, su celestial Esposo y Señor.
Cuando Pablo VI deponía la tiara, depuso también todo esto. Una deposición que era una preterición, un abandono despreciativo. Que se pretendía humilde, pero que alentaba la arrogancia (soberbia?) del que se sobre-estima por encima de símbolos, de historia, de legados, de tradiciones.
Deposición de la Tiara, 13 de Noviembre de 1964:
Depués se quiso sustituir el símbolo depuesto con otros objetos alternativos, mitras que igualaban con el colegio episcopal y no destacaban como la tiara, que era singular y sólo portable por uno. Como parecía signo insuficiente, se quiso significar lo singular petrino con el palio, pertendiendo que la anchura de la banda o el color de las cruces rojas destacaran sobre los demás palios arzobispales de los metropolitanos, insignificante detalle de experta lectura, casi invisible.
La 'destiarización', al presente, parece lamentablemente definitiva, habiendo desaparecido el trirregno papal hasta del timbre del stemma pontificio, sustituído ahora por una insólita mitra con tres bandas doradas, una sombra del solemne, antiguo y emblemático tocado papal.
Uno piensa que es que no hay, no se siente, no se busca la identidad con el Papado de aquellos Papas que fueron coronados con las tres coronas y las portaron reverentemente (y humildemente) porque se identificaban con la potestad que la tiara representaba y que el Servus Servorum Dei, sin contradicción, dignamente ostentaba.
Uno no quiere pensar que la deposición de la tiara y su no recuperación pueda tener otro significado, y que con el símbolo también se depusiera la dignidad simbolizada.
Hay cosas que mejor sólo recordar, quizás llorar, pero no pensar.
+T.
juanpablismo corporal (sorprendente reedición)
A veces las cosas vienen en una secuencia que no puede ser casual sino de otro orden donde lo causal se concatene de tal manera que deja a la realidad en evidencia. Y digo todo esto por este youtube de Roma News que me han mandado esta tarde via mail, como un oportuno complemento a los dos articuletes precedentes sobre la crisis moral & pederasty:
¿Qué les parece? La supervivencia de lo peor del juanpablismo (Asís 3º) se refuerza con esta patética reedición monográfica de 'la teología del cuerpo' del beato JP2º. En vez de cubrir con un tupido velo y pasar página con discreto pudor sobre el tema, en vez de archivar y guardar para material de soporíferas tesis académicas, se saca a relucir.
Pero lo sacan a relucir - rubor teneatis!!! - quienes deberían estar velando y llorando internas vergüenzas, ¡¡los legionarios del Pontificio Ateneo Regina Apostolorum !! Ellos mismos, los hijos del muy 'corporal' fundador Don Marcial Maciel Degollado. Increíble, pero cierto. O es inconsciencia, o es descaro, o será alguna técnica psicodramática y/o catárquico-experimentalista.
Completa el cuadro (diremos surrealista? diremos dalianiano? diremos freudiano? o simplemente juanpablista?) el legionario 'pluridimensional' que habla y hace muecas, entona y parlotea, charla y se desliza sobre el resbaloso asunto.
Como dice el texto de RomaNews, "...Para muchos fue una sorpresa escuchar a un Papa hablar abiertamente sobre sexualidad."
Y para mí lo sigue siendo. Me parece una escandalosa sorpresa que se hable de lo que aquel Papa habló y que sean los L.C. quienes hablen de aquello en estos momentos en que la Iglesia sufre las consecuencias de, precisamente, una hiper-valoración de lo sexual y una exaltación de lo corporal.
Una desafortunada, imprudente, temeraria e indiscreta 'doctrina'. Aunque haya sido 'doctrina' del beato (acelerado y prematuro) JP2º.
+T.
sábado, 12 de noviembre de 2011
La gravedad de la materia
Vuelvo a sacar el tema, porque no cesa de reaparecer en los noticiarios, como una especie recurrente. Lo paradójico es que sean agencias de noticias supuestamente 'católicas' las que insistan, como si les cupiera algún interés en el asunto (¿o alguien 'de dentro' estuviera trabajando interesadamente en el asunto???).
Esta vez me han llamado la atención dos noticias, las dos publicadas en el Vatican Insider ('insider' no quiere decir 'insidioso' sino 'enterado', en el sentido del que conoce bien algo por dentro).
La primera noticia se refiere a Holanda. En Holanda pasan cosas muy graves desde los años '60, cosas que se dejaron pasar y que actualmente siguen pasando sin que Roma haya tomado las riendas y conseguido controlar la situación de la 'iglesia holandesa', hoy menos católica que ayer pero más que mañana. En esa Holanda des-católica se ha pactado lo que podríamos llamar 'idemnizaciones tarifadas' para compensar a las víctimas de la clero-pederastía. A razón de la siguiente tabla:
- acoso verbal o comportamientos de naturaleza sexual --> 5.000'€;
- violencia carnal ----> 25.000'€;
- casos excepcionales de violación grupal o serios abusos que hayan provocado un daño permanente ---> 1000.000'€
Temo que las tarifas actuen de reclamo y afloren denuncias nuevas (verdaderas, falsas y/o amañadas). El dinero es muy apetitoso, y por mil euros se pierde la vergüenza, en todos los sentidos. En casos conceptuados como de 'acoso verbal' y 'comportamientos de naturaleza sexual' que parecen ser bastante proclives a ser interpretados subjetivamente, la tarifa de 5.000'€ podrá tentar a muchos.
Dice el articulete del 'Vaticano Bien Informado' que estas tarificaciones holandesas se estiman como un ensayo, una experiencia piloto para otros paises (otras conferencias episcopales, es decir).
De ser verdad, sería una forma escandalosa - opino yo - de emplear los dineros de las diócesis afectadas. Por ejemplo, no me imagino en España organizando la campaña anual del tanto por ciento de la declaración de la renta a favor de la Iglesia Católica, o la colecta anual de la Iglesia Diocesana de este próximo domingo, si la gente supiera que los dineros iban a servir para pagar idemnizaciones tarifadas a las 'víctimas' del pederastazo clerical. No adivino cómo pueda derivar y acabar la cosa. Espero que en España, de aflorar el monstruo, la crisis tenga mejores gestores y solucionadores que en Holanda (o los USA, que fue donde empezó la ola).
El Señor nos libre.
La segunda noticia vuelve a ser en Irlanda: Más dimisiones episcopales como consecuencia de los casos de pederestia. El asunto me parece tan absurdo como he comentado otras veces. Absurdo y muy lesivo para la Iglesia. Una Iglesia que desde el post-concilio ha tolerado toda clase de abusos litúrgicos, heterodoxias doctrinales, transgresiones pastorales, desórdenes canónicos etc. etc. etc. sin deponer a ningún obispo de su sede (las excepciones han sido tan raras, pocas y excepcionales que no se pueden poner como ejemplo) se muestra ahora decididamente castigadora por un asunto en el que parece que pesan más las consideraciones pragmáticas que las de orden espiritual y moral, que son las que deberían, en todo caso, prevalecer.
Qué duda cabe de que todo esto terminará pasando factura, si no la está pasando ya. Seis, siete, diez o doce obispos destituídos (si no formalmente sí de hecho) no son una anécdota banal.
La pregunta que me hago - como tantos - es: ¿Y ahora qué? o ¿Después de eso, qué? Cuando se paguen las 'compensaciones' en Holanda (y donde sea) y se destituyan a todos los obispos con alguna tacha en Irlanda (y donde sea) ¿qué se va a hacer, seguidamente? ¿algún remedio contundente? ¿algunas medidas estructurales y no meramente coyunturales? ¿algún cambio de ritmo, de estilo, de fondo (y de forma también)?
Es que si no todo esto, con todo su fango y su miseria, no servirá ni de lección, ni de escarmiento, ni de penitencia, ni de cauterio en llaga abierta.
El tema, a estas alturas, resulta triplemente repugnante: Por lo que significa, por lo que esconde, por cómo se lleva. Con el fastidio, además, de la coda de la repetición, como la moviola que ralentiza y maneja adelante y atrás las imágenes, para que se vean y re-vean una y otra vez. Una formidable propaganda en manos del enemigo.
Cuando antes la moral católica enseñaba claramente que en materia de sexto mandamiento no existía parvedad de materia, sabía lo que decía. Cuando eso se fue olvidando (y discutiendo, y negando), la situación moral se fue deteriorando al paso que los propios miembros de la Iglesia (pastores y fieles) se iban conformando al pensamiento y los usos del mundo.
Un lamentable aggiornamento que ahora estamos pagando (o que pronto habrá que pagar).
+T.
miércoles, 9 de noviembre de 2011
Doctrina católica actual: La herejía nuestra de cada día
Hará un par de meses estrenaron con trompetería el Vatican Insider, una (otra) web de noticias y actualidad eclesial. Se la presentaba como afín al Vaticano, con un elenco periodístico de lo más selecto: Vaticanistas y eclesiólogos, curia-expertos, dicasterio-peritos, etc. A mí se me encendió la alarma cuando supe quien era el 'corresponsal' español del Vatican Insider, el siempre equívoco Antonio Pelayo, un clérigo aseglarado que se pasea por Roma con cuidado look de tweed y corbata. Mala tarjeta de presentación, pensé para mí.
Claro que anunciaban también a otros, como Andrea Tornielli, que escribe sensatamente, con un tono católico. Pero voy descubriendo cada día una flora periodística inquietante, preocupante, descomponente. Por ejemplo un tal Fabrizio Mastrofini que publica hoy este artículo:
Parábolas, antídoto contra los dogmas
El articulito replantea las Parábolas del Señor según una cada vez más extendida y aceptada explicación de nuestros modernistas exegetas y teólogos des-católicos. Como dice el tal Fabrizio Mastrofini "...dejando al margen la pregunta si el Jesús histórico coincide con el Jesús de la fe", nuestros pseudo-exegetas des-católicos pasan, prescinden, abandonan, cuestiones y problemáticas modernistas de la hermenéutica y exegéticas del siglo pasado y se acercan a las Parábolas con un mero interés de género, sumergiéndose en ellas sin referencias sacras que puedan marcar una determinada intencionalidad (la intención de Cristo que las predicó, justamente), sin atender propiamente al marco escriturístico o a aquel célebre 'sitz im leben' que decían los alemanes. No. Eso pasó, esa exegética protestante ya pasó.
Ahora las Parábolas se gustan y paladean como un cuento chino, como (y esto es lo que dice el autor sin decirlo) una de esas historietas que popularizó el heterodoxo Anthony de Melo s.j. en La Oración de la Rana, El Canto del Pájaro y demás lecturas recreativas. Cuchufletas, fábulas del Oriente fascinante y sabio. Eso son las Parábolas. Ciento y pico dice que cuenta entre lo Santos Evangelios, las Epístolas y demás libros del Nuevo Testamento, y también los Apócrifos, todo junto, sin distinguir ni separar, como si valiera lo mismo un Evangelio Canónico que un escrito apócrifo.
Total, si de lo que se trata es de extraer de ellos historietas, fabulillas, apólogos ¡que más da todo lo demás! Ni importa Cristo (ni el que llaman 'histórico' ni el que llaman 'de la fe') ni nada que tenga que ver con Él, salvo esas historietas, esas Parábolas, tan atractivas por su sabor oriental, no por ser de Cristo y contener Revelación, eso no importa.
No quiero dejar de subrayar el título de todo ello, tal como aparece en el Vatican Insider: Las Parábolas como antídoto del dogma. Que si son antídotos quiere decirse que el Dogma es veneno, que los Dogmas Católicos son letales tósigos como el acqua toffana.
Tocando otro particular pero en la misma corriente, tambien he encontrado esta mañana otro artículo, esta vez en un medio definidamente anti-católico, muy agresivo:
¿Dieron culto a Jesús los primeros cristianos?
¿Cual piensan ustedes que es la respuesta del autor, ese James Dunn? Pues que no; como subraya el impío articulillo "...no, los primeros cristianos no dieron culto a Jesús, sino a Dios mediante Jesús en el Espíritu Santo."
Respuesta, por su parte, sutilísima porque es susceptible de una interpretación recta echándole una capa de buena voluntad y dos tomos de explicación ortodoxa. Aunque, en realidad, lo que esconde es una tesis neo-arriana que niega la Divinidad de Cristo, visto sólo como un 'mediador' pero no de naturaleza divina, co-sustancial al Padre, Segunda Persona de la Trinidad. Es decir, que se profesa una confesión de estilo pre-niceno desde un pre-juicio a-cristológico y con una supuesta base escriturística.
Yo - y ustedes, supongo - me quedo en la perplejidad de verme de pronto ridiculizado por creerme con toda sinceridad aquel versículo de San Mateo, el del Evangelio de los Magos "...procidentes adoraverunt eum / postrándose le adoraron" Mt 2, 11. Y lo mismo cuando recuerdo otras escenas, las del Apocalipsis, por ejemplo, con toda su rutilante descripción de las liturgias celestiales que rinden culto y adoran al Cordero.
Lo grave, amigos míos, es que las tesis no-católicas y heterodoxas de estos dos artículos que comento las profesan comunmente, como lo más normal, nuestros escrituristas, nuestros teólogos, nuestros profesores de seminario.
Y nuestros seminaristas.
Y nuestros curas.
Y nuestros obispos.
¿Y qué creen Uds. que piensa al respecto un Cardenal? Por citar a uno, digamos Ravasi, por ejemplo.
¿Lo adivinan ustedes?
+T.
martes, 8 de noviembre de 2011
Un escándalo indiscutible?
Hace dos o tres días sacaban esta lamentable noticia, que es la enésima repetición del mismo motivo con variantes, como si de una obsesiva pieza cacofónica se tratara:
Fuera de la Curia el Cardenal encubridor de pederastas
Quieren que el Cardenal Law, ex-arzobispo de Boston, sea expulsado del Colegio Cardenalico, por haber 'encubierto' a los clérigos acusados de pederastía en su diocesis de Bostón, cuando fue arzobispo. Con ochenta años cumplidos, sufre lo que yo entiendo es una persecución por ser quien es, no por haber hecho/no haber hecho lo que hizo/lo que no hizo.
Este verano, el gobierno irlandés pulsó una tecla que es una sirena de alarma para cualquier sacerdote católico que tenga un mínimo de conciencia sagrada. El jefe de gobierno irlandés amenazaba con sacar una ley para suspender en la república de Irlanda el sigilo penitencial sacerdotal, el secreto sacramental que todo confesor está obligado a mantener respecto a la identidad del penitente y sus pecados (con sus circunstancias y demás particulares que se manifiesten en el acto de la confesión). Si tal propósito se hubiera hecho realidad, el golpe a la Iglesia Católica habría sido un lesivo impacto, de los más graves que se le puedan inflingir. Salvo casos históricamente constatados de abierta persecución religiosa, atentar contra el secreto de confesión ha sido señal de una manifiesta intención de exterminio del catolicismo. Que eso haya ocurrido en Irlanda dobla la malignidad del hecho. Que se diga que es por lo de del clero-pederastazo, suma un plus de hipocresía nauseabunda al caso.
Me lo he preguntado otras veces, y repito el interrogante: ¿Por qué la sociedad sexualmente más permisiva, la que ha hecho de la transgresión moral un valor, un ídolo identificativo de ella misma, se vuelve tan reactivamente feroz cuando se trata de la perversión sexual del clero? ¿Es verdad que se afecta tanto, o es sólo una impostación, una hipócrita falsía?
Admito, concedo, que el caso de los clero-pederastas sea un golpe, pero no consiento que me digan que ese es el problema, no me lo creo. No me creo que una sociedad que despierta al sexo y se incia en su práctica cada vez más precozmente, que se entrega al sexo más extravagante y degenerado cada vez con más frecuecia y con peores consecuencias, esa misma sociedad reaccione de una forma tan agresiva contra los clero-pederastas; eso no es congruente, esa reacción no es correspondiente ni proporcional. A no ser que esconda o suponga otros motivos, otras explicaciones, sean o no sean razonables. Intuyo que en parte no lo son, que pertenecen, más bien, al orden pasional o la categoría de lo subconsciente (dejando, por no discutirlo, lo preternatural, que, obviamente, concurre). También supongo que la otra parte de la explicación está compuesta por motivos de intencionada ideología anti-católica, muy hostiles.
¿Cómo actua la Iglesia, qué medidas toma? Unas medidas timoratas, acomplejadas, empañadas por la corrección política. Hace también unos días se publicaba esta otra noticia, con ese poco atractivo personaje curial, Monseños Scicluna, dictando un 'decálogo' sobre la materia:
'Decálogo de Scicluna'
Mientras la Iglesia se mantenga a la defensiva (ad intra y ad extra) y no se decida a atacar (y a defenderse también) con firmeza de intención y acción (ad intra y ad extra), la manipulación de la clero-pederatía seguirá siendo una pesada arma en manos del enemigo, que golpeará una y otra vez, en los momentos menos favorables, cuando menos se espere, de la forma más hiriente.
Su objetivo no es la recuperación de la moral, ni la restauración de la integridad del clero católico; su objetivo es debilitar hasta aniquilar a la Iglesia Católica, su Jerarquía y sus instituciones.
p.s. Por cierto, esta otra noticia, siendo de la misma especie, no tiene apenas relieve, pasa casi desapercibida, la habrán leído sólo unos cuántos porque se ha publicado sólo en unos pocos medios: Islam y pedofilia en Gran Bretaña . No se trata de justificarse con el pecado ajeno, sino de medir y sopesar diferencias, a tenor de lo que he comentado.
+T.
domingo, 6 de noviembre de 2011
Mártires de España
ORACIÓN
Oh Dios, que enviaste a tu Hijo, para que muriendo y resucitando nos diese su Espíritu de amor. Nuestros hermanos, mártires del siglo XX en España, mantuvieron su adhesión a Jesucristo de manera tan radical y plena que les permitiste derramar su sangre por Él. Danos la gracia y la alegría de la conversión para asumir las exigencias de la fe; ayúdanos, por su intercesión,y por la de María, Reina de los mártires, a ser siempre artífices de reconciliación en la sociedad y a promover una viva comunión entre los miembros de tu Iglesia en España; enséñanos a comprometernos, con nuestros pastores, en la nueva evangelización haciendo de nuestras vidas testimonios eficaces del amor a Ti y a los hermanos. Te lo pedimos por Jesucristo, el Testigo fiel y veraz, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
n.b. No me gusta 'formalmente' la oración: Es larga, utiliza conceptos que no me satisfacen y el final no lo considero ortodoxo (lo confieso). Pero es la oración de los Mártires Españoles del Siglo XX (tampoco me gusta el título).
Mi intención es que la memoria de los Mártires de la Persecución Religiosa, que este 6 de Noviembre no se ha celebrado por caer en Domingo, apareciera en el blog, para que conste.
+T.
De vírgenes y lámparas
A la parábola del siervo fiel y el infiel (Mt 24, 45 y ss.) sigue la de las Diez Vírgenes (Mt 25 1-13), que también trata de la diligencia y la vigilancia, con significado escatológico: "El Reino de los Cielos se parecerá a diez vírgenes, las cuales, tomadas sus lámparas, salieron al encuentro del esposo..", así comienza. Después indica que cinco de ellas eran necias y cinco prudentes; desde el principio se distinguen dos predisposiciones, dos actitudes que determirán las obras (no entramos en el intrincado tema de la predestinación, porque ni sabemos ni queremos, aunque conviene ver como se insinua en las Parábolas y otros pasajes de los Santos Evangelios).
La crisis de la Parábola ocurre cuando se anuncia a la medianoche la llegada del esposo y las doncellas dormidas despiertan (todas, sensatas y necias, sucumbieron al sueño): A las necias las lámparas se les han apagado, y no tienen aceite para reponer; cuando piden a las prudentes, estas dicen que no pueden darles, que se exponen a que se les agote, que vayan a comprarlo.
"...Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él a las bodas y se cerró la puerta."
Cuando se nos predica, la parábola se nos acomoda, se nos hace reflexionar, examinar nuestras disposiciones; las doncellas somos nosotros, nuestras almas; las lamparas encendidas son las virtudes teologales, fe, esperanza, caridad: La fe alumbra, la esperanza mantiene, la caridad arde y se consume.
Yo pienso en la Iglesia, y me la imagino compuesta de vírgenes descuidadas y vírgenes prudentes. Las virtuosas se mantienen alumbrando, ardientes, expectantes; si se duermen porque la vida cansa y les rinde, tienen suficiente combustible que han extraído del depósito de la fe y la gracia, y lo han acumulado para nutrirse cuando sea necesario. Pero las otras han agotado el óleo de las lamparas, la llama se ha apagado, la luz se ha extinguido, el amor se les ha enfriado, y no tienen tiempo para ir al depósito de la virtud a recargar sus alcuzas y poder recibir al Esposo que ha llega.
"...Más tarde vienen también las demás vírgenes, diciendo -'Señor, Señor, ábrenos'. Mas él respondiendo dijo: -'En verdad os digo, no os conozco'."
Si aplicamos la alegoría de la Parábola a la Iglesia, habrá que examinar y distinguir quienes están manifestándose como Vírgenes Prudentes (celosas, precavidas, prevenidas, discretas, pertrechadas, diligentes, preparadas) y quienes dan visos de ser las Necias (despreocupadas, indolentes, perezosas, olvidadizas, negligentes, imprudentes).
¿Quienes tienen la alcuza llena de buena doctrina para nutrir la fe, de buenos ejemplos para alentar la esperanza, de buenas obras para estimular la caridad?
¿Quienes han olvidado la recta doctrina, despreciado los buenos ejemplos, descuidado la benevolencia y la beneficencia?
la gracia de aguardar tu paso siempre,
con lámpara de virgen siempre ardiente,
y el corazón latiendo esperanzado.
El coro de las monjas ortodoxas del convento ruso de San Vedensky canta 'Enséñame, Señor, a alabarte "
+T.
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