domingo, 16 de mayo de 2010
Verismo In Ascensione Domini
El año pasado puse la Cavalleria para ilustrar el Domingo de Resurrección, pero este año he preferido reservarla para la Ascensión. Porque, aunque el Mascagni ambienta la ópera en el Domingo de Pascua, lo que canta la Santuzza con el Coro es "...oggi ha asceso alla Gloria, alla gloria del Ciel!!!" ¡Hoy ha ascendido a la Gloria, a la Gloria del Cielo! Por cierto una muy justa interpretación inclusiva del Misterio, del Dogma.
La Ascensión, como la Resurrección, son difíciles de representar. La Resurrección más, porque tiene menos "recursos". Quiero decir que la Ascensión con los Apóstoles, la Virgen en el centro, los dos Ángeles amonestantes, Cristo ascendente y la nube, tiene mejor configuración que la Resurrección, que es un tema más "indescriptible". Quitando la de El Greco, que es espléndida, y algunas otras excepciones, las Resurrecciones me parecen extrañas y hasta ridículas. Por ejemplo, la que pintó Murillo es de risa, con un Cristo saltimbanqui-malabarista sobre un fondo color café-amarillo (lo mejor del cuadro son los dos esplendidos escorzos de los soldados, uno de ellos con unos pies de mendigo callejero de esos que sabía pintar muy bien el maestro sevillano).
Las Ascensiones, decía, son mejores. Me gusta especialmente la iconografía ingénua (?) que representa en dos planos el misterio: Abajo los Apóstoles arrodillados, con la Virgen en el centro, y arriba los pies de Cristo, solamente los pies y el borde de su túnica, porque la figura del Señor está velada por la nube; en el centro, entre el grupo expectante y Cristo semi-visible, la roca marcada con las plantas de Cristo. Es una representación simple, pero absolutamente concorde con el texto de Hch 1,1 ss. y los someros paralelos de San Marcos y San Lucas, con detalles devocionales jerosolimitanos, como el pormenor de las huellas sobre el suelo.
En la pintura moderna, Salvador Dalí pintó una versión surrealista de este tema ascensionista de los pies de Cristo, desde una perspectiva-concepción tan originales como otras iconografías cristianas pintadas por él (no me gusta Dalí, pero le reconozco su genialidad, excepcional).
La escena histórica - recalco histórica, con toda la fuerza testimonial de los Evangelios y el Nuevo Testamento, documentos históricos avalados por la garantía de la verdad de quienes dieron su vida por todo aquello que habían "...visto y oido, lo que palparon..." - la escena tuvo que ser fascinante y conmocionante en sumo grado, tanto que los espectadores, los Viri Galilei, necesitaron que los Ángeles les sacaran del éxtasis y les urgieran a ejecutar la misión encomendada por el Señor.
¿Se puede permanecer en el éxtasis contemplativo de la fe, mirando al Cielo? No. Se debe mantener la expectación anhelante del Cielo, pero con el empeño de vivir según el mandato de Cristo mientras estemos en la Tierra. El quietismo es una herejía, bastante "cómoda", por cierto.
El Cielo donde está nuestro Cristo nos aguarda, abierto de par en par, y el camino para llegar a Él se anda en la tierra, con la cruz de cada día. Y es un camino de subida, de ascensión. Un dia cristiano, un dia de cruz, nos asciende, nos sube. Es ese místico "sursum corda", lema de una espiritualidad auténticamente cristiana.
Él dijo que donde esté nuestro tesoro allí estará nuestro corazón. Y nuestro tesoro es Él, y nuestros corazones están (deben estar) en Cielo con Él.
Violeta Urmana Teatro Real 2007
Maria Callas
p.s. Las tres versiones del Inneggiamo son muy buenas. He puesto arriba, de portada, una representación con excelente montaje y la espléndida voz de Waltraud Meier, dirigida por Riccardo Mutti en Ravena, 1996, la escena completa desde el Regina Coeli.
En la segunda canta Violeta Ormana, preciosa voz, muy en el papel de Santuzza, con su coro de sicilianas veladas de negro, fondo de paredón encalado y disciplinantes, muy del gusto de los escenógrafos. Es una grabación hecha en el Teatro Real de Madrid en el 2007.
Y el tercer youtube con María Callas, inconfundible voz.
En la ópera del Mascagni el clímax religioso del Inneggiamo, centro de la ópera, deja paso a la vida cotidiana con sus dramas. Pero el eje es el Inneggiamo, que da sentido a la tragedia cuando aparece la muerte, porque la abre a la Gloria, que no sólo se canta sino que se espera: Una exaltación más allá del dolor, tan real como el dolor mismo, una ventura celeste que sucederá.
El Misterio también es "verismo".
+T.
viernes, 14 de mayo de 2010
Crónica de una mañana de Mayo

Se recuerda lo que se quiere, y se recuerda más lo que se quiere más. Esta mañana volví, con esas mecidas de la memoria que van y vienen, como olas pequeñas en la playa, una vez con un sonido, otra con una imagen, una mañana de Mayo, fresca, con aire limpio oliendo a día nuevo.
Me habían bañado y vestido casi de ceremonia, estrenando ropa desde la camiseta al calcetín y la camisa. Y el traje. El traje lo escogí yo. Mi abuela tenía pensado uno con chaquetilla de terciopelo negro, calzón blanco, zapatillas de charol con hebillas de plata y una gola de encaje al cuello. Pero, unos meses antes, abuela murió, y a mí se me metió en la cabeza que, como me vistiera como mi abuela dijo, me moría como mi abuela. Y yo no quería.
Mi madre, sin preguntarme nada, lo adivinó todo. Mi oposición al modelo de mi abuela era firme, decidida. Conque me llevaron a que viera y escogiera yo mismo. Y elegí de un golpe, sin titubeos. Vi el traje en cuanto entré en la tienda y dije: ¡Ese!
Aquel era el modelo más atractivo de la galería: Caballero de Santiago, con una cruz de Santiago bordada en el pecho de la guerrera, flanqueda por dos hileras de botones, también con la cruz santiaguista, y charreteras con otras dos cruces pequeñas en el centro. Y entorchados dobles cruzando el pecho, con crucifijo de nácar. Un figurón de grana sobre blanco con complementos en oro.
Como yo era entonces el afeñique mayor del reino, con la figura de un cerillo de fósforo, es decir, cabeza sobresaliente y cuerpecillo canijo-patilargo, el aparato de aquella vestimenta cubría y suplía lo que mi percha corporal no tenía, y cuando me probé el rutilante uniforme resultó muy favorecedor, impresión que complugo a mamá, a tita, a las titas mayores y a las titas jóvenes, que se quedaron encantadas con el efecto. Un éxito.
...A no ser por las gafas, mis monumentales gafas de hipermétrope un punto estrábico, formidable artefacto compañero de mis dias desde la ternísima edad de año y medio (dieciocho meses decía mamá (mi madre nunca lo olvidaba)). Por las gafas, mis gafas, aquel uniforme santiaguista, quasi de opereta vienesa, no llegaba a rematar todo su brillante efecto. Mi tia Antoñita, experta estilista salvalotodo, con un bote de fijador Lucky y mucho peine, arregló y perfiló el conjunto y me dejó pulido, brillante y tieso como el muñeco que remataba la tarta.

La tarta fue otra obra maestra, casera, con siete bizcochos, uno sobre otro, en gradación de diámetro y espesor, de mayor a menor, cada uno con relleno diferente: Pasas, cidra, batata, miel con piñones, chocolate, natillas, y ron con almíbar el de arriba del todo. Y coronando el zigurat, un muñeco de azúcar. El muñeco era yo.
Mi tia le pintó al muñeco en el pecho una cruz de santiago, para más detalle identificativo, y hasta le hizo unas gafitas con papelillo dorado. Y el conjunto de los siete estratos tarteros se adornó con merengue y guindas coloradas, todo entonadísimo.
La tarde del Viernes pasó por casa toda la vecindad, las boticarias, el barbero de enfrente, la peluquera, el de la relojería, el cabo de los municipales, el de la guardia civil, el alcalde, el juez, el cura, el coadjutor y el sacristán. Y para mi temor y temblor, también el practicante y la matrona.
El practicante era uno de mis más odiados sujetos, porque ponía inyecciones a todo el mundo, un horror, que además era maestro de escuela y profesor de gimnasia, un summum integral de todos los monstruos de mi infancia. La matrona era otra horrenda monstruosidad, con trajecito de chaqueta y un bolsito que yo imaginaba que era una caja de Pandora peor que la original del mito; también ponía inyecciones, y hablaba con un acento del norte, con "eses" que se clavaban en los oídos como las agujitas de sus jeringuillas.
El Viernes por la tarde ya estaba todo puesto, el salón con la mesa larga para el almuerzo, y el estrado con la camilla grande para el desayuno, y otras dos mesas más en el comedor, todas con sus manteles blancos, servilletas plegadas, platos, tazas, vasos, copas, cubiertos, bandejas, salvillas, fruteros, jarras y botellas. Y dos gatos rondando, amenzando armar una zapatiesta. Tia Rosario los espantó al patio con un par de escobazos, pero aquella noche se dejaron bien cerradas las ventanas y las puertas del comedor y la cocina, por los gatos. Y mi tia Rosario contó luego que se pasó toda la noche soñando con los dos gatos bailando encima de las mesas y rompiéndolo todo.
No sé a qué hora se levantaron los mayores, pero cuando terminaron de vestirme y arreglarme estaban ya todos compuestos. Las tías mayores guardaban el luto de la abuela y fueron a Misa temprana, así pudieron quedarse con mis hermanos más pequeños. En ayunas, porque había que guardar el ayuno, salimos de casa en una lucida comitiva, yo delante, y detrás papá, mamá, las tias, mis hermanas con mi hermano, y más tias.
Ya en la iglesia, se armó un revuelo cuando entró el Cardenal, con los curas detrás, y el alcalde y las autoridades. Mi padre no salió a recibirlo porque se quedó con mamá en el sitio reservado, junto al banco donde estaba yo. El Cardenal venía porque aquel año se celebraba el Congreso Eucarístico Nacional, y se organizaron algunas Primeras Comuniones dentro de los actos de la semana preparatoria del Congreso. Mi tia me sacó del banco y me puso delante del Cardenal para que le besara el anillo, quitando de un empujón al sacristán, que vigilaba para que los niños no rompiéramos el orden.

Por fín empezó la Misa, que no recuerdo cual fue. Sí recuerdo que mis tias llevaban una temporada con las hojillas a dos tintas que traían impresas las oraciones de la Misa nueva, en español, porque mis tias, como buenas beatas, se sabían los rezos de la Misa en latín, pero en español no. Sospecho que la Misa tuvo que ser una componenda entre el Misal antiguo y las nuevas directrices litúrgicas, que se practicaban por entonces "ad experimentum", con los fieles como especie de ratones de laboratorio litúrgico. Las "gracias" del post-concilio (que todavía no han terminado los experimentos y las novelerías, ¡ay!). A pesar de las primeras reticencias y resistencias, mis tías también reconocían que la Misa en español era más cómoda, porque se entendía todo mejor. Al fin, hasta las torres más sólidas se rendían.
Lo que recuerdo muy bien, no se me olvida, es el momento de la Comunión. El Cardenal me levantó la barbilla con los dedos de la mano a la vez que me daba la Sagrada Hostia. Volví a mi sitio y me arrodillé en el reclinatorio y empecé a pedir al Señor por muchas cosas, por mucha gente. No sé cuánto tiempo estuve, pero mi madre tuvo que acercarse a decirme que me sentara, no fuera a marearme. Y seguí rezando.
Algunas veces, cuando comulgo, le digo a Él que soy aquel mismo de aquella mañana de Primera Comunión, que no se olvide.
...Y que no me olvide yo.
+T.
domingo, 9 de mayo de 2010
Un escándalo en Sevilla

Un escándalo relativo, porque conociendo personajes y circunstancias es lo propio. No se puede pedir peras al olmo ni que el plomo se vuelva oro. Por lo mismo, un Cabildo como el de la Catedral de Sevilla no puede porque no puede, y eso, al fin, se traduce en un "no quiere". Pero la cosa se ha sabido.
En resumen, lo que ha pasado ha sido esto: El pasado mes de Marzo, en plena Cuaresma, con la polémica sobre la nueva ley pan-abortista-socialista en plena virulencia, a uno de los canónigos del Cabildo Catedralicio de Sevilla se le ocurrió proponer que el Cabildo Metropolitano se sumara de alguna manera, con alguna declaración o manifiesto de apoyo, a las movilizaciones pro-vida/contra-abortistas. La iniciativa del canónigo fue contestada por otro canónigo que dijo que no, que al Cabildo Catedral no le competían tales acciones y que, además, sería "políticamente incorrecto" intervenir. Se votó la propuesta y salió un NO mayoritario que paró en seco la propuesta pro-vida, venciendo la "políticamente correcta" de callarse y mirar para otro lado.
El Cabildo de Sevilla fue hasta no hace mucho una venerable institución, con dignos representantes del mejor y más venerable clero diocesano. No es que todos fueran reverenciables por mor de eximias virtudes, pero sí que eran todos muy dignos de ocupar las prebendas y oficios de sus canonjías.
Sin embargo, en los últimos treinta años, las canonjías a las que antes optaban (u opositaban) los mejores, se fueron adjudicando por otros medios, arbitrarios la mayor parte de las veces. Y el senado de los venerables y doctos fue convirtiéndose en lo que es hoy.
Para que un cabildo eclesiástico desprecie una propuesta pro-vida juzgándola "impolítica-incorrecta", en las circunstancias en que se presentaba, con el ambiente de aquellos días en que las Cofradias sevillanas se fueron sumando, una a una (no todas) a las manifestaciones, declaraciones y movilizaciones anti-abortistas, para que una institución de (se supone) graves pro-hombres de Iglesia se resista y se oponga votando mayoritariamente en contra de una propuesta pro-vida, esa institución debe estar muy dañada, muy descompuesta.
Y lo está. Por ejemplo, ha sido (y sigue siendo) vox populi que algunos de los más reputados canónigos eran íntimos amigos de la plana mayor del Psoe sevillano (entiéndase "nacional"), con amistades estrechísimas, quasi familiares, con algunos de los excelsos e "históricos" próceres sociatas. De todo esto se cuenta y no se acaba, con detalles, con casos y cosas imposibles de creer si no fueran tan ciertas, probadas y archisabidas. No se sacan a la luz porque están a la luz del día, ese cálido, brillante y cegador (recalco "cegador") Sol sevillano.
Pues todo eso del manifiesto contra-abortista que el cabildo renunció a asumir, ha salido ahora en la prensa. No la prensa de primera plana, de portada, sino la prensa importante de la sección de Cofradías, una de las mas influyentes y con más peso en la prensa local hispalense. La noticia apareció el Viernes en el ABC, sin dar nombres, y en el Diario de Sevilla, con nombre.
Digo "nombre", en singular, porque se cita sólo el del canónigo que propuso y vió negada su iniciativa pro-vida. Del que se le opuso y le dijo que no era "políticamente correcto", no se dice el nombre, no han querido ponerlo. Un absurdo porque en Sevilla se sabe todo. Por ejemplo se sabe quiénes son los que dominan el Cabildo y manejan sus riendas, eso lo sabe toda Sevilla. Conque ya está dicho todo, sin decir nada ni nombrar a nadie.
Yo, sin embargo, añado esto: Que es un pseudo-escándalo, vacío y tardío. En la mente de los canónigos del Cabildo no cupo una duda en contra de la vida; lo que sí tuvieron fueron temores de inquietar a los socialistas (sevillanos, andaluces y nacionales), es decir, de malograr esa especie de "entente cordiale" o modus vivendi de buenos vecinos. Más o menos.
Por otra parte, pienso que a los sociatas abortistas habría que haberles puesto freno, bozal y traba cuando llegaron en el otoño de 1982, entonces. En el 2010, al presente, caciquean y dominan todo de tal manera que es imposible ponerle bridas a la fiera. Ya no se puede, ya no.
Esto último lo digo pensando en gente real, personajes concretos, bienintencionados, de recta intención, con iniciativas (iniciativas "pro vida", por ejemplo) que a lo mejor hoy piensan otra cosa - probablemente - pero que en aquellos días, cuando arribaron al poder los "padres" del aborto, les animaron, los acogieron, los sostuvieron, aplaudieron, ayudaron, votaron y casi los sacaron a hombros. Y me refiero a gente de Iglesia, reverendos entusiasmados con el partido del capullo (de rosa) en el puño (izquierdo). Reverendos que a lo mejor hoy se destacan y proponen y piden no sé qué cosa, pero que entonces no abrieron la boca, ni dijeron mú, ni dijeron pío.
De aquellos polvos, estos lodos...etc. O también, dicho con otro refrán, "a la vejez, viruelas".
Pues eso digo. El que pueda interpretar que interprete. Y no digo más.
El Cabildo sí ha dicho. En cuanto ha salido la noticia en la prensa, en cuanto se ha sabido, el Cabildo se ha ido por la pata abajo (con perdón) y le ha faltado tiempo para sacar una notita, muy ponderadita, nada del otro mundo, muy de circunstancias, muy circunspecta, muy comedida, sin pasarse. Dice:
COMUNICADO DEL CABILDO CATEDRAL:
Ante la información aparecida en algunos medios de comunicación, la Comisión Delegada del Cabildo Catedral Metropolitano de Sevilla, reunida en la mañana de hoy, desea dejar bien claro que el Cabildo y cada uno de sus miembros profesan desde siempre su adhesión a la doctrina de la Iglesia sobre el aborto, el valor y la defensa de la vida, y hacen suyas cuantas directrices emanan de la Conferencia Episcopal Española.
Sevilla, 7 de mayo de 2010

Bueno. Vale. Bien. Pero entonces ¿qué pasó? ¿Quién dijo que no? ¿Quiénes votaron que no? ¿Con qué intención, con qué valor, bajo qué condicionantes dijeron no???
¿Va a pasar algo, alguien va decir algo, alguno se va a atrever?
Porque va a ser un espectáculo ver al Cabido con sus capisayos morados delante de la Custodia, el dia del Corpus, dentro de un par de semanas, procesionando por el centro de Sevilla, con toda Sevilla sabiendo que va en procesión el Cabildo que no quiso manifestarse contra el aborto.
Va a ser un espectáculo, repito. Un espectáculo digno de no verse.
+T.
miércoles, 5 de mayo de 2010
El triunfo de lo feo

Un mundo que paga 95 millones de dólare$ por un Picasso, es un mundo estética y moralmente enfermo. Es el mundo que impera triunfante en 2010, el siglo del tercer milenio que ha despertado con la resaca del XX, empapado con el vómito de los excesos omni-lujuriosos de la centuria precedente.
Lo más sublevante es la imposibilidad de borrar, de eliminar hechos, obras. No diré personas, porque la gente se muere, gracias a Dios. Pero las cosas quedan, y son cosas tan aberrantes como esa compra por una millonada, absurda, para descrédito y tacha de la sociedad que lo aprueba.
Envidio a los Faraones del viejo Egipto que castigaban con la damnatio memoriae, y raspaban nombres, títulos y fechas de la arenisca tallada y grabada, del ónice, el alabastro y la caliza blanca, para que no constara, para que no se acordaran de sus enemigos. Eso que entonces era una tiranía faraónica, hoy debería ser una profilaxis necesaria, radical.
Deberían rasparse, eliminarse, erradicarse, aniquilar sin dejar rastro tantas cosas, nombres, y obras. Se respiraría mejor porque el mundo estaría más limpio, libre de esa mortífera contaminación, más letal para la humanidad que las radiaciones atómicas o la emisión de gases de combustión.
Siento cada vez más atracción añorante por aquellas vánitas, las fogatas que armaban los devotos de Savonarola en la Florencia paganizante de los rutilantes Médici. Dicen que se quemaron maravillas de la joyería, el bordado, la orfebrería, la taracea de carey, marfiles, nácares y maderas finas, brocados, terciopelos y tapices, hilaturas finas y pomos de olor, guantes perfumados, pieles, perlas y oropeles. Y también los cuadros más procaces y voluptuosos del Botticelli, entonces verde galán promiscuando entre bellas y bellos. Este mismísimo Sandro, arrepentido por la ardiente palabra del reformador dominico de San Marco, fue y arrojó a la pira de vanidades la mayor parte de las indecencias que conservaba en su exquisito taller quattrocentista.
Hago un inciso para reflexionar sobre una notabilísima evidencia que corrobora mis tesis: En esa Florencia savonarolesca, lo que se quemaba con ardor era pagano, impío, pero bello; la impostura de las no-artes contemporáneas no realiza cosas bellas, ni buenas, nada con entidad artística verdadera. Nos ha tocado una época integralmente desafortunada, sin la inspiración de las Musas paganas ni la gracia espiritual de la Fe.
Entre la multitud de los subyugados no hay seducidos, porque en seducción cabe la chispa del amor, aunque sea profano, pero en el no-arte no hay, sólo existe el anzuelo con la cebo envenenado de la novedad. Son sub-inteligentes, sin gusto estético definido propiamente, sensibilidades estragadas por la deformación veleidosa del impromptu insustancial, fáciles de prender en la red turbia del totum-revolutum orgiástico. Siento lástima porque conozco y sufro a los afectados, infectados anómalos, difíciles de regenerar porque no reconocen la salud.
Pero la catarsis contra mundum suele devorar a los inspirados purificadores, los estrangula y degüella, los desangra y esparce sus cenizas. El venerable fray Girolamo Savonarola terminó colgado de una horca y quemado por las llamas en la Piazza della Signoría, espléndido y sin par patíbulo, él mismo consumido por otra trágica vánitas, como un brillante engarzado en oro que se hubiera arrojado a las llamas vivas del desencanto de un de contemptu mundi escenografiado, como un auto sacramental del bien y del mal, lo justo y lo injusto, lo santo y lo profano.
Y así se compran por 95 millones de dineros las basuras de una época de ínfima esencia, y se queman en la hoguera de las vanidades los espíritus que devolverían las luces bellas y buenas al mundo. Un mundo que prefiere alumbrarse con intermitentes colorines de neón.
+T.
sábado, 1 de mayo de 2010
Entrada de Mayo, con Jeremías

M e gusta la fiesta de San José Obrero, por San José (¡¡viva!!). Pero también me gusta otra fiesta, otra memoria, que cae el 1 de Mayo, olvidada, desgraciadamente. Porque el calendario litúrgico moderno celebra a San José Artesano (mejor que "obrero"), el tradicional a los SS. Apóstoles Felipe y Santiago (minor), y nadie se acuerda del Santo Profeta Jeremías, tan profeta que es uno de los cuatro mayores.
A San Jeremías lo celebramos los católicos y los ortodoxos, porque los otros cristianos (herejes) no dan culto a los Santos; y los judíos, menos. Conque sólo quedamos los fieles cabales, que damos culto a los Santos que otros tienen proscritos de sus devociones.
El mejor Jeremías de los Jeremías está en el Vaticano, en la Sixtina, el imponente Jeremías de la bóveda magistral del Buonarrotti, tan parecido al Moisés de San Pietro in Víncoli, como si el modelo del Michelángelo se hubiera pasado del mármol al temple cambiado de postura, casi la misma figura, una, la de il Mosé, quasi tonante, y esta del hijo de Helcías, pateticamente reconcentrado en su melancólico dolor de profeta. Es el Jeremías por antonomasia, iconográficamente hablando.
También es muy católica la Chiesa di San Geremía, en Venezia, muy retratada por estar al ladito de la estación de trenes, al borde del canal, donde se toma el vaporetto. Y más venerada que por San Geremía, por Santa Lucía, cuyo cuerpo se venera allí, en una urna regularcilla para una Santa tan especial, que tuvo iglesia propia, illo témpore, pero los liberales del XIX la derribaron, y tuvieron que trasladar las reliquias de Stª Lucía a San Geremía, donde sigue.
Por cierto que es la única ciudad que conozco, Venezia, que no sólo tiene dedicada una iglesia al Profeta Jeremías, sino que tiene otra consagrada a San Moisés, más bella todavía, una preciosidad veneziana por fuera y por dentro. Y otra al Profeta Samuel, más discreta, junto al Palazzo Grassi, cerca del Palazzo Malipiero. En San Samuele, para delectación devota de los píos católicos, están las reliquias del Santo Profeta Samuel. Los venezianos arramblaron con todas las reliquias del viejo Oriente, y Venezia es un joyel, una Pala d'Oro con reliquias engastadas entre palazzi, chiese, campi e canali. Cuando Wagner escogió Venezia para morir, sabía lo que hacía; y Thomas Mann lo mismo, para su novela. Los alemanes disimulan, pero siempre se rinden -los que son sabios- ante la autenticidad.
Dice el Martirologio del 1 de Mayo:
"...San Jeremías profeta, el cual murió apedreado por el pueblo en Tapnas, en Egipto, donde fue enterrado; a su sepulcro, según refiere San Epifanio, acostumbraban a ir los fieles a hacer oración y a recoger aquel polvo, que cura las mordeduras de los áspides."
Encuentro muy apropiado celebrar a San Jeremías Profeta el 1 de Mayo. Me pregunta mi fiel e impertinente Tente que será por la tragedia económica y el paro creciente, por lo que me gusta Jeremías como patrón del primero de Mayo. Yo le digo que sí, que eso mismo, para callar y contentar a mi Tente imprudente.
Pero por dentro, sin que lo oiga, me digo - '...Y por la Iglesia, Tente, tan desoladita, tan decadente quasi la Jerusalén de Jeremías, aquella en la que "...tanto el sacerdote como el profeta vagan sin sentido..."
oculi mei lacrimam per noctem et diem et non taceant
quoniam contritione magna contrita est
virgo filia populi mei plaga pessima vehementer
si egressus fuero ad agros ecce occisi gladio
et si introiero in civitatem ecce adtenuati fame
propheta quoque et sacerdos abierunt in terram quam ignorabant Jer 14, 17ss.
¿Exagero? Pero ahí está el Profeta, profetizando penas y sorbiendo lágrimas, tan reales como el dolor que las excita.
Cierro Con Flores a María, que corresponde:
En mi Parroquia, el cura ya la ha cantado esta mañana, y así se lleva hasta que acaba Mayo. Él dice que es una copla muy buena para los nervios, que entona mucho y rejuvenece. Algo de razón tiene, porque esta mañana, nada más empezó con el "Venid y vamos todos..." me dió un golpe de esos que te trasportan en un micro-segundo al parvulario, con cuatro años, el uniforme de corbatita con elástico y el babero de popelín, una rosa en la mano, delante del altarcillo de la Virgen, cantando "...con flores a porfía".
Yo he conocido un mundo mejor, más bueno, más feliz, cuando el primero de Mayo de San José Obrero era el día que comenzaba el Mes de María, por encima de todo. Entonces yo no pensaba en los llantos de Jeremías, no tenia edad, y lloraba sólo por cosas tan reales como una espina de rosa, de esas que llevábamos en un ramito para el Mes de María.
+T.
jueves, 29 de abril de 2010
Los viejos "valientes" de Solsona

Son sólo una docena, no sé si llegarán a 15 curas pellejos, de edad provecta, supongo que con los achaques propios de la edad y sus circunstancias. En vez de jugar una pardita de tute, un dominó con café y copita de Chartreuse, los mosenes se juntan en un tal "Foro Ondara", que suena a vasco etarritarri pero debe ser algo que tenga que ver con barretina y otros hechos diferenciales, que ya se sabe lo afines que son los mosenes a esas sensibilidades.
Pues resulta que en la última tertulia de camaradas se les ha ocurrido pedir el finiquito del celibato, que dicen que es una cosa que "...essent obligatòria sembla inhumana" (no traduzco; supongo que se entiende, ¿no? (aquí pueden leer el original, en el apartado "útima reunió")).
Es decir, que los vejetes reverendos (?) solsonetes están que rabian por haber vivido (?) inhumanamente su clericatura, todos estos años. Recalco lo de "inhumanamente", sin conjeturar nada. No hay preguntas. No comment.
Infiero que será por ciertos trastornos de la edad por lo que están tan sensibles al tema, a lo peor. Tampoco voy a cerciorarme, no entro en más averiguaciones, no me atraen estos particulares.
Pero siento un desencanto, un desánimo. Me explico: Uno, en la edad media dificil en la que no se es mocito pinturero ni viejo artrítico, con la cuarentena abocada al medio siglo, en esta edad madura, cuando uno se acerca a un venerable (por la edad) espera ánimos y consejos venerables. Si me topo, en cambio, con un cura que en vez de sotana viste guayabera y ropa sport y que me dice que el celibato es inhumano y mejor que se quite y mejor que se opte y mejor que libre, verde que te quiere verde, verde viento, verde rama etc. Pues, la verdad, en este caso, me quedo de una pieza, perplejo por la salida contestaria anti-celibataria, y el desaliento sobrevolándome como ave de mal agüero.
El profeta dice "...labios scerdotales han de guardar el saber, y en su boca se busca la doctrina" Mal. 2,7. Y a propósito de esto, se me ha venido a la cabeza un texto de San Ambrosio, muy a pelo:
"...Viste allí a los diáconos, los presbíteros, el obispo. No pienses sólo en lo visible de estas personas, sino en la gracia de su ministerio. En ellos hablaste a los ángeles, tal como está escrito: Labios sacerdotales han de guardar el saber, y en su boca se busca la doctrina, porque es un ángel del Señor de los ejércitos. No hay lugar a engaño ni retractación; es un ángel quien anuncia el reino de Cristo, la vida eterna. Lo que has de estimar en él no es su apariencia visible, sino su ministerio. Considera qué es lo que te ha dado, úsalo adecuadamente y reconoce su valor." (cfr. San Ambrosio, Tratado sobre los Misterios nºs 1-7)
Evidentemente, esos mosenes de Solsona, los del Forum Ondara, ni consideran, ni usan, ni reconocen.
Pero peor, mucho peor, es que el portavoz del Obispado de Solsona, un tal Josep Alexandre Baró, se muestre tan comprensivo, tan abierto, tan empático.
¿En Solsona no hay Obispo? ¿Actuará? ¿Intervendrá? ¿Amonestará? ¿Sancionará??? ¿A que no? ¿A que no hay "mitras"? ¿A que no pasa nada, como si nada? A lo mejor hasta invita al Foro a tomar cafelito con butifarra, o lo que los mosenes gusten. Incluso puede ser que haya cierta "sintonía", cordialidad de compadres.
Y lo que más me espina: Que detrás de los viejos anti-celibatarios hay un des-catolicismo militante, cada vez más crecido, insolente, irreverente, beligerante, amenazante, corruptor. Y van a continuar con estos "sabotajes", minando, como gusanos bajo tierra, como vitriolo corrosivo, por donde estén, donde se encuentren.
Son unos cobardes (los viejos) porque eso lo dicen en el umbral de los ochenta, no el dia de vísperas de sus ordenaciones, allá por los años aquellos en que estas cosas ni se discutían, ni se dudaban, ni se exponían a la irrisión. Ahora no es nada, envalentonarse ahora es una petardada de cobardes.
Valientes son los que mantienen. Los que tienen 30 años de juventud para ofrecerlos en el Altar y los que tienen 80 años cumplidos, sacrificados y creyentes, cada dia en el Altar: Esos son los valientes.

El celibato, cuando se asume, es por fe y por amor. Cuando decae, es por falta de fe y de amor. Cuando se traiciona es porque se ha perdido la fe y el amor. Si se postula en su contra, es porque ya no hay fe ni se tiene amor.
Todo esto lo saben esos mosenes, que con la edad que tienen deben saber mucho de las cosas del alma y del cuerpo. Que lo quieran reconocer, eso es otra cosa. Pero es muy triste, muy triste, encontrase con viejos que ya no tienen fe para predicar ni les queda amor para entregar.
El Señor nos libre!
+T.
martes, 27 de abril de 2010
La novedad del Consejo para la Nueva Evangelizacion

Mucho menos me ha gustado saber que monseñor Rino Fisichella será el capo de la nueva institución. Si en el Pontificado - ¡5 años! - de Benedicto XVI se han ido perfilando varios frentes de oposición-resistencia, uno de los más característicos es el italiano, con prelados de la Curia Vaticana y prelados de la CEI desmarcándose más o menos abiertamente de la línea trazada por el Papa Benedicto, a veces con personalismos bastante acusados, o con apoyaturas en los medios e incluso en la turbia selva de la política italiana.
La Curia Vaticana, luego del período de "abandono" que supusieron los años de Juan Pablo II, es al dia de hoy un reducto "montiniano". Quiero decir que son los prelados de estilo y gustos ambientados en los años del inmediato post-concilio quienes ostentan los puestos principales, claves a veces, de la Curia. Hasta la impronta física, el "aire" de Salvatorino Fisichella me evoca aires montinianos, los más equívocos.
Por otra parte, no entiendo bien el concepto "nueva evangelización". Lo imagino un recurso más bien vacio, poco consistente, una idea con mucho nombre pero poca entidad. Si hay que rastrearla como tal en los documentos de Juan Pablo II, cuando aparece, da la impresión de que se trata de una búsqueda del Grial del pasado perdido, que se pretende re-encontrar corriendo hacia adelante. Si el sentido de la búsqueda fuera un circuito, quizá se llegara al punto donde se perdió (o se abandonó), pero si la trayectoria no está definida en ese sentido, avanzar - entiendo - será perderse más y más lejos.
¿Qué es "nueva evangelización"? ¿Es insistir más en las novedades post-conciliares, tan errabundas, tan desestructurantes, tan descatolizantes? ¿Cuales serían los agentes de la "nueva evangelización", quienes serán sus gestores, con qué efectivos se cuenta?
Cuando la crisis de la Reforma Protestante, la fuerza de choque articulada desde Roma resultó formidable: Nuevas congregaciones dedicadas a la evangelización, la enseñanza y la caridad. El estilo de la Compañía de Jesús se impuso tan eficazmente que el gran historiógrafo alemán (protestante) Leopold Ranke reconoce que la movilización formidable de Pedro Canisio estuvo a punto de arruinar la obra de Lutero y los reformadores, consiguiendo "reconquistar" gran parte de lo perdido y consolidar lo que peligraba hasta mantener en Alemania un status católico que parecía inimaginable, dada la extensión de la crisis protestante y sus avances. Ahora, en esta crisis, ¿con qué fuerzas cuenta la Roma que pretende la "nueva evangelización?
En los años de Juan Pablo II, algunos soñaron con que los Legionarios de Cristo fueran los sustitutos de la Compañía de Jesús y los pioneros cualificados de esa "nueva evangelización". Desgraciadamente, aquella ilusión fue un espejismo que parece haberse arruinado de la peor y más estrepitosa manera. Al dia, no sé pronosticar si de los restos del patético desastre podrá aprovecharse algo, quedar algún resto regenerable y bien dispuesto.
El Opus Dei del 2010 está muy lejos del entusiasta y arrollador apostolado en medios universitarios y élites sociales que caracterizó su empuje entre los años 1940-80. El escenario dentro y fuera de España ha cambiado notablemente, y la ola de fin de siglo se ha llevado por delante a muchos de los socios numerarios y agregados de la Obra. Ahora se piensa más en afianzar cuarteles que extender conquistas. Los pragmáticos han ocupado el sillón de los soñadores, diría yo.
Comunión y Liberación ha demostrado ser un invento de limitadísimos logros, tan marcado por su "italianeidad" original que resulta ser practicamente inexportable más allá de las fronteras italianas; incluso yo diría que tiene sus propios límites dentro de la misma Italia.
Las Comunidades Neocatecumenales están todavía en período de constitución-reconstitución, marcadas por la personalidad carismática de su fundador y lastrada por los carismáticos caciquismos locales, problema cada vez más acusado que ignoro cómo se irá despejando. El "reciclaje" interno de los miembros probados, los que han completado el "camino" neocatecumenal, es otra incognita que no veo resuelta. Y una marcada tendencia autosuficiente, que hace a las comunidades elementos autónomos, independientes de hecho dentro de las estructuras diocesanas y parroquiales.
Finalmente están los grupos/sectores tradicionalistas, cada vez más decididos, animados y convencidos. Una fuerza que ya no se puede obviar y que tiende a confirmarse, con perspectivas de crecimiento bien fundamentadas.
Con las órdenes y congregaciones religiosas no se puede contar, porque muchas están en trance de desaparición, prácticamente, sumidas en crisis de identidades perdidas y decrepitudes en avance. Las demás, si logran mantenerse y llegar al siglo XXII, ya será una victoria. No están para empresas de re-evangelización porque necesitan ellas mismas una urgente reconstitución.
En suma, yo diría que el dicasterio de próxima erección, con un prelado presidente todavía expuesto a los comentarios de una embarazosa polémica que le ha desacreditado muy desfavorablemente, es apenas nada. Imagino que no tendrá nada que ver con la gran estructura de Propaganda Fide, concebida en el siglo XVII, entre otros fines, para re-evangelizar a la Europa perdida para el Catolicismo. Me pregunto si se concibe la nueva organización curial de "nueva evangelización" como una reedición de la magnífica Propaganda Fide, puesto que el concepto "nueva evangelización" no abarca, en principio, todo el amplio mundo misional, sino que se circunscribe más propiamente a la re-evangelización de Europa y el "primer mundo", el Occidente post-moderno y su entorno.
El desafío de Juan Pablo II, su quasi lema "Europa vuelve a ser tú misma, reconoce tus raíces", siempre me pareció relativamente iluso, incluso absurdo desde el punto de vista de ser una propuesta hecha desde una Iglesia que no era capaz de reconocerse suficientemente a sí misma en su identidad católica, tan devaluada y difuminada como consecuencia del post-concilio. Sin una sólida identidad interna, nunca se podrá emprender una válida tarea de re-evangelización, que no puede ser sino una gran renovación de la propia identidad católica.
Personalmente no me figuro a Fisichella arbitrando una pan-pastoral con proyectos de re-conversión católica para Austria y su equívoca jerarquía, para la Alemania y su confusa jerarquía, para Francia y sus conflictos, para Holanda y su espectral catolicismo, para nuestra España y nuestra mediocre, perpleja e hiper-politizada vida eclesial. Y para la Irlanda vampirizada por el golpe pederastista; y para los EEUU enredados en un totum revolutum que desgasta internamente su gran potencial religioso.

¿Un montiniano monseñor de currículum curialesco, Rino Fisichella, para inaugurar la "nueva evangelización? ¿Un "monsignore alla romana" para hacerse cargo del sueño de un pontificado que pasó hace cinco años y que parece pasó hace un siglo?
He pensado que quiza sea una forma más del promoveatur ut removeatur, que para sacar de escena a Fisichella le montan un dicasterio...Pero me parece excesivo el recurso, un dicasterio no es un kiosko de chucherías, que se abre en una esquina. También me parece cantado que con el dicasterio le venga el cardenalato al monsignore, elegante, pulido, versátil. Un peligroso más.
Un amigo me preguntaba que si tan "negativo" era Fisichella. Yo le dije que no, que tiene en su haber ser uno de los pocos obispos que se ha adherido al Motu Proprio Summorum Pontificum y ha celebrado públicamente la Misa tradicional, la de siempre, y hasta celebró unas ordenaciones sagradas de sacerdotes del ICRSS. Pero seguidamente le dije a mi amigo que estos prelados "todoterreno", me resultan inquietantes, mucho.
Así y todo me ha abierto la expectación el anuncio de la creación del Dicasterio para la Nueva Evangelización, porque no sé, verdaderamente, por dónde y cómo pueda salir este toro a la plaza (con su torero, también nuevo (y hasta la plaza, nueva también))).
Yo digo (me repito mucho) que estos que nos han tocado son tiempos para laborar ad intra, intensamente, y no disiparse ad extra, inutilmente. Yo no soy profeta, yo no soy un prognosticador contrastado. Pero tampoco soy un iluso, ni digo despropósitos.
Y también comento las ganas que tengo de que se finiquiten de una vez las novedades, los noveleros y las novelerías. Me parece que ya es tiempo de comprender que renovar no es inventar.
Oremus!
+T.