martes, 29 de diciembre de 2009

Saint Thomas Becket Ep. Mar.


El asesinato-martirio del Arzobispo Thomas Becket en su Catedral de Canterbury fue el magnicidio que marcó la Edad Media, una preciosa uncial miniada con sangre que abría el capítulo de los mártires insignes que en los sucesivos siglos serían víctimas de la tensión Iglesia-estado. El caso de Thomás Becket es un preludio.

Más que un conflicto por hechos, fue una lucha de principios. La secuencia de los acontecimientos que comienzan por un litigio entre tribunales se define al poco como una oposición de fuerzas: El trono contra el Altar; o el cetro contra el báculo; o la espada contra la Cruz. Extensivamente se puede explicar como una continuación more anglico de la Querella de las Investiduras, ahora planteada como una tensión de derechos, de leyes y jueces en conflicto. Pero el motor de todo fue una brutal ambición posesiva que se desmarcó de los límites estamentales que fijaban las competencias y arbitrios de lo sacro y lo profano, lo que era del César y lo que pertenecía a Dios.

Las fuerzas estaban muy igualadas, de un lado el joven Enrique Plantagenet, por herencia y matrimonio el personaje más poderoso de la Cristiandad; del otro un Arzobispo Primado de aquel siglo dorado de la Escolástica, jerarca de la Iglesia en uno de sus más brillantes momentos, con fuertes y capaces eclesiásticos en Roma, en cada sede episcopal y en cada abadía. Hubo y habrá horas en las que la Iglesia fue y será victima de la debilidad de sus pastores, tiempos de tranqulidades mercenerias. Pero la Iglesia vivió y vivirá días de lucha cuando sus sacerdotes son fuertes. Y Thomas Becket era un campeón.

La solución de estas contiendas se salda con pecado o con Mártires, ya prevalezca la debilidad de los contemporizadores que han sido (y serán) ya se mantenga firme la ley santa, con todas sus consecuencias cruentas.

En la historia de Thomas Becket el arreglo de las partes vino después de sus muerte martirial. La Iglesia tiene que escoger, a veces, entre perpetuar una querella o ceder para mantenerse en paz. Mientras los campeones están en la arena, los pactistas observan, sopesan y miden cuánto, hasta dónde y cómo. El sacrificio del Arzobispo Tomás de Canterbury costó una penitencia pública del rey, apenas penitencia porque los grandes de este mundo rara vez cumplen nada, penitencias menos. Y la promesa de una Cruzada, que Enrique II tampoco cumplió. Y dinero para la causa de los Santos Lugares, que se pagó mal y con mala voluntad, como pagan sus deudas los reyes.

Cuando atardecía, después del canto de Vísperas de la Octava de Navidad, los nobles sicarios del rey entraron insolentes y blasfemos en la Catedral. El Arzobispo se mantuvo firme, santamente altivo, virtuosamente sereno, ante el Altar. Insultado y vejado, fue muerto cruelmente, a espada: Un golpe mortal le abrió el cráneo y otros espadazos le hirieron en el cuello, el pecho y el costado. Yació sobre el pavimento del templo, revestido con los sagrados paramentos sacerdotales, empapados en sangre.



Siglos después, cuando otro encanallado con corona rompía la unidad de la Iglesia por la que murió el gran Tomás, la memoria del Arzobispo quiso ser borrada. Sobre las losas de Canterbury los turistas (hay pocas visitas de peregrinos) ven un letrero de metacrilato que explica que una lamparilla encendida marca el sitio de la Capilla del sepulcro de Stº Tomás Becket que Enrique VIII Tudor mandó destruir.

No lo considero un santo de la "Iglesia Anglicana", porque ni son iglesia ni Thomas Becket murió por ninguna "Iglesia de Inglaterra": Murió Mártir de Cristo y de su Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica, y tiene su cabeza en Roma, ubi Petrus.

Oremus:

Deus, pro cujus Ecclesia gloriosus Pontifex Thomas gladiis impiorum occubuit: praesta quaesumus: ut omnes, qui ejus implorant auxilium, petitionis suae salutarem consequantur effectum. Per Dnum....Amen.

EX VOTO


+T.

lunes, 28 de diciembre de 2009

Inocencias, alegrías, pequeñeces que las Aídos, Zp's y demás aberrantistas progresistas odian y detestan

Es un youtube que me han mandado y que me parece tan simpático como valioso, dados los tiempos que corren. Vean ustedes (si es que no lo han visto ya):




El sexto protagonista feliz es el padrazo que no se ve en el youtube porque está animando y rodando la escena.

Ya sé que después del ratito de retozo con mamá y papá vendrán los biberones y los pañales y el baño. Y el dia entero. Y las noches con niños. Ustedes también saben y se imaginan.

Pero esto y eso es vida y es vivir.

Cuando nos rodea la peste tenebrosa de las ideologías anti-vida, anti-familia, anti-humanistas, anti-cristianas, anti-católicas, publicar estas pequeñeces es como abrir ventanas, encender linternas, aspirar aire limpio. Un desahogo para los sentimientos y un aliento para la resistencia.

Y sobre todo: Estamos celebrando que Dios nació, fue Niño. Y también rió así, con la misma risa feliz e inocente de los bebés del video. Y cuando el Niño-Dios reía, todo - Cielo y Tierra - se regocijaba con él.

El infierno no, claro.

La fiesta de los Inocentes ha pasado a ser, en pocos años, de un día de bromas familiares a un día de tenebrosa conciencia. Estamos bajo el gobierno de los que han hecho “progreso” con el crimen de los inocentes como “programa” y la coartada de la “liberación” feminista como bandera.

No sé cuántos millones de niños no han podido reir como los del youtube. Y tantos millones de madres y padres han dejado de ser felices por haberse convertido en asesinos de la vida que engendraron, con la complicidad culpable y co-aberrante de gobiernos, políticos y leyes.
A todos les molestarán estos vídeos de niños riendo con y para sus padres.

Al infierno, también.


&.

domingo, 27 de diciembre de 2009

La Misa de medianoche de Navidad adelantada (comentarios)


No sé si alguno, como yo, ha tenido la impresión de que la Misa del Gallo celebrada por Benedicto XVI en San Pedro del Vaticano dos horas antes de la medianoche ha sido/puede ser la solemne puntilla para la ya agonizante Misa de Medianoche de Navidad. Será cosa de esperar y ver si se repite ese horario adelantado en los próximos años, y a ver qué pasa.

En mi parroquia la asistencia a la Misa del Gallo ha ido decayendo desde los últimos 15 años hasta el presente. La asistencia de fieles no pasa de los cincuenta o sesenta, a lo sumo setenta personas. En los pueblos es distinto, porque las parroquias de pueblo suelen mantener con más arraigo los cultos tradicionales. Pero en las ciudades la decadencia de la Misa del Gallo me parece que es general, con las excepciones que haya que hacer.

El problema es de horarios y hábitos. Y, por supuesto, de falta de devoción. Y - por supuesto también - el ya habitual problema de las “libertades” que las “conveniencias pastorales” y el permisivo “si parece oportuno” prestan a los acomodadores de la liturgia post-conciliar.

Si la Vigilia Pascual puede adelantarse hasta casi la puesta de sol dejando de ser una vigilia de noche-madrugada para convertirse en una celebración vespertina, todo ello por “razones pastorales", a fortiori parece congruente (según esas “razones") adelantar dos horas o tres o cuatro o cinco la Misa de medianoche de Navidad. El problema es que deja de ser, entonces, Misa de medianoche. Este 24-25 de Diciembre la Misa papal del Vaticano concluía aproximadamente a la hora en que tenía que haber comenzado. Si se considera que las cosas de Roma suponen cierta “normatividad", qué duda cabe que el “ejemplo” vaticano servirá para que muchos horarios se adelanten igualmente, finiquitándose por doquier el horario litúrgico tradicional de la Misa del Gallo.

Teniendo en cuenta el absoluto relativismo imperante, el “¡qué más da!” o el “¡si es lo mismo!” etc. la Misa de medianoche a las 12 p.m. tiene los dias (las noches) contadas. Al tiempo.

La liturgia de Navidad es antiquísima. Se ha ido formando a través de los siglos con cierta fijación definitiva hacia los siglos VII-VIII, cuando ya existía esa secuencia de celebraciones:

- Misa de la Vigilia
- Misa de Medianoche
- Misa del Alba
- Misa del Día

Eran Misas estacionales que se celebraban por el Papa en una determinada Iglesia Estacional. Principalmente era la Basílica de Stª María Mayor la que centraba todas estas celebraciones. La vinculación de la Basílica Liberiana a la liturgia de Navidad, a más de la devoción y el culto a la Madre del Señor, tiene su motivo por las reliquias del Pesebre que se veneran en la “Confesión", debajo del Altar Mayor***1, y en la capilla de la cripta del Sagrario.

El orden de las estaciones de las Misas de Navidad era este:

- Vigilia: Statio ad Stª Mariam Maiorem
- Ad Primam Misam in nocte: Statio ad Stª Mariam Maiorem ad Praesepe
- Ad secundam Missam in aurora: Statio ad Stª Anastasiam
- Ad tertiam Missam in die Nativitatis Domini: Statio ad Stª Mariam Maiorem ***2

El dia de San Esteban la estación era en S. Stéfano Rotondo, en el Celio. Y el día de S. Juan Evangelista volvía a ser en Stª Maria Maggiore. El plano estacional se circunscribe dentro de ese área cercana al Laterano, donde residieron los Papas de la antigüedad y el medievo hasta que se trasladaron al Vaticano en el Renacimiento, y en el XVII-XVIII al Quirinale.

Cada una de las Misas tiene sus oraciones y lecturas propias. Al mantener cierto ritmo de vigilia, el rezo de las horas litúrgicas se iban intercalando entre las celebraciones, desde la misma Misa de la Vigilia hasta la Misa del día. Posteriormente, en las abadías y los conventos se adaptó y respetó esta secuencia que conformó en el Misal esa especialísima estructura litúrgica de la Solemnidad de la Natividad del Señor, que tiene un cierto paralelo con las celebraciones del Triduo Sacro de la Pascua, que serían las que inspiraron remotamente la distribución de las Misas de Navidad.

Con la reforma litúrgica del post-concilio, la Misa de la Vigilia que se celebraba el 24 Dic. por la mañana, se empezó a celebrar por la tarde, ya como de Misa de vísperas, valiendo para cumplir el precepto. En muchas parroquias no se celebraba y quedaba solamente la Misa de medianoche, pero en otras se fue introduciendo la Misa de víspera-vigilia de Navidad. Al poco ya se trastocaban los formularios con lecturas y oraciones propias para cada Misa y se adelantaban las oraciones y lecturas de la Misa de medianoche a la de la vigila-víspera. Obsérvese que esta novedosa costumbre de las “misas de comodidad” se inventan/inician en iglesias conventuales, de comunidades religiosas, por motivos “razonables", y progresivamente se van extendiendo e imitando en las demás iglesias y parroquias, para “comodidad” de los feligreses, etc. El resultado es una alteración de la Liturgia según el capricho de cada párroco o rector.

Por eso, repito, el adelanto de la Misa del Vaticano dará pié a la proliferación de horarios y de Misas alteradas, ahora con la justificación y la excusa de que si el papa lo hace, entonces es que se puede. Y muchos hasta lo entenderán como "recomendable".

Indudablemente, estas celebraciones con todas sus complejidades y solemnidades se crearon/formaron como liturgias pontificales, catedralicias, abaciales, basilicales etc. En el culto estacional romano el Papa celebra asistido por la capella pontificia, la corte prelaticia y el concurso de los fieles. Si se trata de un culto catedralicio, el cabildo y el coro canonical asisten igualmente al obispo; si es de una celebración abacial, monástica o conventual, el abad o el prior celebran con la asistencia de la comunidad. Y cuando es de una clausura de monjas, lo mismo. El “problema pastoral” ocurre cuando se trata del culto parroquial habitual, que es el que cuenta con el concurso común de los fieles.

En las ciudades, la peculiaridad de la sociedad urbana moderna, con sus hábitos y horarios, impone un ritmo al que las parroquias se ven forzadas a acomodarse para poder mantener un culto adaptado a las posibilidades de los feligreses. Todo esto podría hacerse con respeto a la Liturgia, pero de hecho está probado que las indiscreciones arbitrarias se imponen sobre las prescripciones litúrgicas, y cada vez es más frecuente encontrarse en las parroquias urbanas “misas de gallo” a la siete o las ocho o las ocho y media de la tarde.



Esa novedad de la hora “acomodada” de la Misa papal no es ni temprana ni tardía, sino todo lo contrario. La explicación de haberse procurado un horario más temprano para no fatigar al Papa es relativamente prescindible, puesto que el Papa no está “obligado” a celebrar la Misa de medianoche. No sé, no puedo precisar, desde qué época dejaron los Papas de celebrar personalmente las liturgias estacionales; pero desde el siglo XII en adelante lo raro era que el Papa celebrara, y lo habitual que delegara en algún cardenal esas celebraciones.

Lo recuerdo porque la gente parece que se ha olvidado de todo esto. Entre las muchas novedades del pontificado de Juan Pablo II, una de las más llamativas fue la habitual presencia del Papa en todas las celebraciones, marcando un ritmo que se mantuvo a pesar, incluso, de su decrepitud física, hasta casi el final de sus días. Benedicto XVI, desde el principio de su pontificado, se desmarcó de ese ritmo. Personalmente, yo preferiría que se desmarcara aun más. Por ejemplo, veo preferible que la Misa de Nochebuena sea a su hora y la celebre un cardenal delegado. Preferiría que la Misa Papal “solemne” fuera la del Dia de Navidad, con la Bendición Urbi et Orbi a continuación. Incluso, si fuera necesario, la sóla presencia del Papa en la Bendición bastaría, si me explico.

Lo que no termina de parecerme “justificado", a pesar de todo, es la mudanza del horario litúrgico.

Como curiosidad: En los Misales antiguos aparece la rúbrica que advertía de que si el sacerdote iba a celebrar el Día de Navidad las tres Misas previstas en la liturgia, no hiciera ni sumiera las abluciones del cáliz ni en la Misa 1ª ni en la 2ª, que se purificara los dedos en un vaso aparte y que sólo al final de la 3ª Misa sumiera las abluciones, para no romper el ayuno.

Cuento este detalle para que se caiga en la cuenta de cuánto han cambiado las cosas, casi siempre en detrimento de la reverencia, el respeto y la dignidad tradicional del culto y sus ministros.

Espero, en fin, que lo del horario “acomodado” del vaticano no trascienda y no se “universalicen” las Misas de medianoche con adelantos al gusto del celebrante y/o el lugar.



***1 Los fragmentos del Pesebre están expuestos en un precioso relicario-urna de oro y plata, regalo de España a la Basílica por mano de Dª Isabel IIª (los Reyes de España son Patronos y canónigos honorarios de la Basílica de Santa María Mayor). El Sagrario de la Basilica se conoce como Capella Sistina, por haber sido edificada en tiempos de Sixto V, que quiso ser sepultado allí. La capilla se edificó sobre otra más antigua, que subsiste como cripta. Esta capilla inferior contiene tierra y piedras de la gruta de Belén llevadas a Roma junto con el cuerpo de San Jerónimo, que descansa en esa misma cripta de la Capilla del Santísimo.

***2 Más antiguamente, esta Misa del día de Navidad, la más solemne, se celebraba en la Basílica de San Pedro. Por ejemplo, la coronación de Carlomagno en el año 800 tuvo lugar en esta Basílica justo antes de la Misa de Navidad, casi en el mismo punto donde cayó Benedicto XVI la otra noche, en el primer tramo de la nave central (hay un disco de pórfido rojo, resto del pavimento de la vieja basílica constantiniana, que marca justamente el sitio donde Carlomagno arrodillado recibió de manos del Papa León III la corona imperial). Hacia el año 1100 la Misa trasladó su estación a Stª María Mayor, por proximidad con el Palacio Laterano, residencia entonces de los Papas, como dije más arriba.


+T.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Villancico I


Noches sin estrellas,
días sin ventura,
y el viento,
y la vida,
y una sombra oscura
que amarra con miedo,
tan dura.

Y en la noche una estrella,
y un día que llega,
y ese aire,
y la vida,
y una luz que anima,
que enciende las almas
¡tan viva!

Al alba, cantando, querubes
unían pastores de tierra
con coro en las nubes;
subiendo y bajando
paz a los hombres
y gloria en lo alto.

La señal era
el Niño del pesebre.
...¡Y la Estrella!



p.s. De nuestra parte para los familiares, amigos, asíduos, visitantes y ocasionales: Santidad, felicidad y ventura dichosa, porque hubo una Navidad que ahora celebramos creyentes, adorantes y expectantes.

¡Gloria a Cristo!

+T.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El persistente complejo judio


Sé que lo que escribo no sintoniza con la corrección política corriente, la de moda y la vulgarizada y ordinariamente asumida. Lo que digo es que Europa debería haber superado el complejo judío; quiero decir que una cosa es reconcer los crímenes de los regímenes pasados y otra tener que cargar con el sambenito y soportar que el pesado recuerdo judío sea la mano de mortero que no cesa de machacar la conciencia a cada momento.

Ni me siento antisemita ni me culpabilizo por lo que hicieron los nazis. Por otra parte, tengo muy claro que los judíos en la España de los siglos XIV y XV fueron un grave problema. Considero justa y al uso de su tiempo la expulsión de los judios en 1492; pero esto, ni me quita el sueño ni me traumatiza.

Sí me traumatiza, sin embargo, la injustísima ocupación de Palestina, el invento contra todo derecho del Estado de Israel, y los crímenes actuales de ese estado contra los palestinos. Todas las fechorías consentidas y disimuladas de Israel me afectan. El pasado no. El presente sí. Y en el presente, los que quedan en evidencia y tienen que explicarse y justificarse son ellos.

Algún día alguien estudiará en una tesis documentada hasta donde se pueda (o se quiera) la influencia del “tráuma-complejo” judío en los Papas del siglo XX y el XXI. Para mí, a mi entender, es notorio que el Papa Wojtyla, polaco, y el Papa Ratzinger, alemán, ambos contemporáneos no-culpables pero testigos de la terrible persecución y masacre de los judíos europeos por los nazis de Hitler, han manifestado una especial atención que se traduce en una actitud acusadamente sensible.

No sabría decir si esta cercanía y comprensión suponen para la Iglesia una especie de “hipoteca” parecida a la que todavía embarga la memoria de una parte de Europa; hasta concedo que pueda ser una impresión particular mía, más intuitiva que documentada. Pero a veces tengo esa impresión. Y no soy el único.

Cuando los rabinos se manifiestan violentamente agresivos contra el gran Pio XII y se movilizan escandalizados cada vez que sale el tema de la beatificación del Papa Pacelli, me parece una gran farsa, más o menos orquestada. Un farsa contra la historia y sus protagonistas que a la vez que ladran contra el Papa Pio esconden debajo de la tarima la memoria del Gran Rabino de Roma, Eugenio Zolli, convertido al catolicismo al poco de terminar la 2ª Guerra Mundial, que se libró de la deportación y la muerte gracias a la cobertura recibida merced a la diligencias del Papa, y que quedó tan convencido que terminó convertido, abandonando la fe del Viejo Tetamento y profesando la definitiva fe en Cristo.

El caso Zolli es uno de esos monumentos clamorosos a favor de Pio XII y en contra de sus detractores judíos, que tan mala memoria tienen, que no perdonarán nunca al Papa Pacelli que arrancara de la Torá y condujera la Evangelio al Gran Rabino de Roma. Una historia incontestable, deliberadamente ocultada por la publicidad judía. Probablemente muchos ni lo sepan, porque no son de las historias que se cuentan.

A mí me impresionan los documentos de la shoá. Me impresiona también la cantidad de medios y recursos con que se ha asegurado la memoria de esa tragedia. Pero igualmente me impresionan cuántos crímenes están en la nebulosa del olvido, o en un segundo, tercer, cuarto, quinto o remoto plano. Y me refiero a todos esos crímenes sabidos y no contados, desde los asesinados por el Partido Comunista en el Este de Europa durante cincuenta ominosos años, hasta los crímenes actuales de los regímenes comunistas de China y Asia. Tantos muertos sin memoriales, sin museos, sin prensa, sin Wiesenthal que busque a los asesinos, sin rabinos hiper-motivados husmeando enemigos (o inventándolos). Parece como si Occidente hubiera focalizado el reflector de la memoria de la historia en un sólo punto del escenario y se empeñara en dejar sin luz el resto de la escena.



La Iglesia Católica no puede seguir el juego que pautan otros, ajenos a nosotros. No podemos llevar el lastre encadenado de esa historia. Una tragedia en la que la Iglesia no estuvo implicada y en la que la misma Iglesia contó también con sus víctimas. Por muy victimas que se sientan todavía de aquello que pasó, aquello pasó, y lo que pasa hoy son otras cosas que reclaman atención y justicia actual.

Confieso que me da pena que por cada rabino que rabia no salgan diez obispos que les manden callar.

Sin complejos.


&.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Pius XII prior !! (et plus quam)


Las comparaciones, como las dudas, ofenden. Comprendo, pues, que algunos se sientan ofendidos por esto que voy a decir: Sería una injusticia flagrante y sangrante que beatificaran a Juan Pablo II antes que a Pio XII. Tanto va de Alfonso a Alfonso, que decía el Venerable Contreras (otro venerable-venerabilísimo sin beatificar).

A Pio XII los malos le colgaron el sanbenito de lo del silencio por lo de la shoá, un cuento perverso que no se lo creen ni los de la patrulla de Wiesenthal. Pero lo impusieron y lo publicaron y la bola se tragó y la causa se paró. Con milagros y con todo.

Considerando más a fondo el asunto, Pio XII no está hoy canonizado y con corona porque después del Vaticano II se vetó un determinado perfil de santidad, verbigracia el que representaría el Papa Pacelli, tan querido por los buenos como odiado por los malos. Yo sospecho también antipatías que no diré, que me callo porque no me constan; pero son probables.

Un par de veces he comentado en este blog que soy muy contrario a los expedientes/causas de canonización acelerados, así como de los nuevos procedimientos para las causas de los Santos. A pesar del parón a la beatificación-canonización de Pio XII, de todo este período crítico-revisionista han aflorado verdades, testimonios y documentos que esclarecen su pontificado, tan rico en obras como rica fue la personalidad humana y eclesial de Eugenio Pacelli.

Cuestiono, por otra parte, que el entusiasmo del "santo súbito" sea bueno para la causa de Juan Pablo II. Un pontificado admirable, pero tan cercano todavía, sin la "lejanía" necesaria que permita evaluar todas sus circunstancias . Algunas en el candelero de la actualidad como el caso de M.Maciel o el de los turbios episodios de los abusos de menores en Irlanda, dos casos "tapados" durante pontificado precedente con los que se ha enfrentado sin titubeos Benedicto XVI. Por su parte, lo de Asís, no hay por donde cogerlo digan lo que digan y como se diga; y el asunto litúrgico y otros asuntos no son, verdaderamente, ni glorias para mostrar ni ejemplos para enseñar.

Por estos y otros particulares, me causa impresión de "desproporción" saber que van a ser declarados venerables Pio XII y Juan Pablo II a la vez. Son dos causas con casi medio siglo de distancia una de la otra, con un pontificado super-revisado y otro que está recien transcurrido y con sus consecuencias todavía frescas (y yo diría que en proceso de "revelado", entiéndaseme).

No quiero ni pensar que se trate de otra "mixtura" como la de Septiembre del 2000, cuando se beatificaron a la par a Pio IX y a Juan XXIII, como equilibrando el "peso" de uno y otro (o del Vaticano I con el Vaticano II, un dificil, muy dificil, equilibrio).

Me veo obligado a aclarar para el que lea esto y no me haya leído antes que el que escribe, un servidor, le tiene grandísimo afecto a Juan Pablo II, al que pude conocer tan en directo como mis discretas circunstancias me lo propiciaron, a quien yo mismo le tengo sincera veneración, por cuya causa de beatificación he rezado.


Pero mantengo que Pio XII y su pontificado fueron y son de más valor, de más peso doctrinal e histórico, que Juan Pablo II y el suyo; sin comparación. Item más: En su momento, en vida y post mortem, la veneración por Pio XII fue entre los católicos mayor que la que tuvo y tiene Juan Pablo II.

En el Vaticano saben y les consta cuánto de malicia y falsedad ha habido en las acusaciones contra Pio XII. Por eso, por comparación de personas y hechos, haber mantenido un proceso al ralentí (y casi de manera "vergonzante", me atrevería a decir) y acelerar otro desde el día después del óbito, me parece desproporcionado. Ahora esta "conjunción" de los dos Venerables me resulta un exceso de ponderación y diplomacia.

Unicuique suum.


&.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Un estúpido artículo de un idem (Munilla item)


Los estúpidos tópicos son el pienso y la alfalfa de ciertos "profesionales", que como tienen que escribir para comer y mantener el prurito de la pluma, repiten como loritos del siglo XXI las monerías de los papagayos decimonónicos, o los retruécanos de los plumíferos del siglo pasado.

Escribe el gacetillero, a propósito de lo de Munilla, una sarta de imbecilidades que rebelan. Primero el título del articulillo: "Las sotanas de la tribu".

Muy mequetréfico escribidor: Si esa patrulla firmante vistiera sotana, no habría problema. Porque, precisamente, no son curas de sotana firman cartas kale-borroka contra su Obispo. Ya quisiera yo (y conmigo los católicos que vamos quedando) que hubieran ciento veinte sotanas en uso por las Vascongadas, ya quisiéramos.

Sigue el periodiquero y habla de "gregorianas voces" refiriéndose a los que, en todo caso, canturrean en vasco montaraz. Y dice, además, "gori-gori".

Y dice "trabucáires", "hipocresía farisáica", y "sepulcros podridos" (una variante novedosa del clásico evangélico).

Y dice también "clerecía carlistona", y no sabe el mentecato que ofende a los clérigos y a los carlistas; ¿o es que se piensa que uno que se reconoce y se dice "clérigo" o "carlista" firma una carta-amenaza contra su Obispo? ¿Sabe el pacato quiénes se honran en ser clérigos en la España de Zp; entiende qué es un carlista en el Reino de Juan Carlos I?

Y dice todo esto:

jesuíticos casuismos
casullas en acólita
consagraba el vino áspero
tropilla talar
levítica cuadrilla espiritual
evangelio hemipléjico
feligresía unívoca
reserva espiritual
fe de campanario
curas montaraces


Una sarta de muletillas que le ha servido para pergeñar el papelorio escrito de cada día. Él se creerá una especie de Quevedo, pero lo que le ha salido es un churro estrambótico que no se lo traga él mismo.

Me imagino - y tengo acierto - un sabihondo de escuela-insti-univ que al final se coloca (le colocan) de gacetillero y pian pianito va escalando páginas y corriendo el escalafón de redacciones, con ayuditas, con padrinitos. El nene es repipi pero sabe acomodarse. Y tiene algún tráuma que le rebosa en ese anticlericalismo decimonónico.

Porque no se engañe nadie: Ese trallazo contra el clero guipuzcoano kaleborrokero es un estallido del anti-clericalismo atávico del tal, un síndrome muy periodístico, por cierto. No es el único. Así se las gastan. Y en cuanto raspas un poquito, debajo del modosito con gafitas, bajo el pellejo del irónico liberalete, asoma la dermis más profunda del rabiosillo no-creyente/agnóstico (que en realidad es un descreído acomodado que pasa de lo más santo y tiene manía a todo lo que le recuerda al Catolicismo y a quienes lo representan con más diginidad).

¿Por qué dice sotana y no dice chupa de cuero y vaqueros?
¿Por qué dice gregoriano y no dice guitarra y bongos?
¿Por qué dice dice talar, jesuitico, espiritual, evangélico, casulla, campanario...???
¿O no sabe que esos, precisamente esos, son los que han quitado y no usan y han arrinconado y han tirado y han despreciado y reniegan de eso?

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El desgraciado articulero nos ofende a los que entendemos y apreciamos y mantenemos todo eso. ¿Nunca cambiarán de lenguaje? ¿Van aseguir llamando curas a los que no quieren serlo y no visten sotana, ni tienen campanarios, ni son directores espirituales, ni entienden de casuística, ni jamás han sido jesuíticos, ni saben qué es ropa talar, que han des-evangelizado y desacralizado el Evangelio???

Por todos estos abandonos están como están por allí arriba (y por tantos sitios, tantos). Pero a la hora de arremeter contra los malos usan un lenguaje, escriben de manera que nos ofenden a los que intentamos ser buenos.

Pues esto era, solamente, un desahogo. Por el mamarracho del articulucho. Que además no se entera una J de lo que ha pasado, está pasando y puede pasar en la Diócesis de San Sebastián (alias Donosti).


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