viernes, 3 de abril de 2009

Viernes de Dolores

Hoy en Sevilla es Viernes de Dolores, pese al calendario que impone un sobrio Viernes de 5ª Semana de Cuaresma. En la liturgia antigua, la feria VIª infra Hebdomada Passionis se celebran los Siete Dolores de Ntrª Srª, a una semana justa del Viernes Santo. Y en el calendario popular y devocional del pueblo católico sigue siendo Viernes de Dolores.

La liturgia del post-Vaticano II que se presta a tantas acomodaciones y flexibilizaciones, muy pocas veces se ha avenido a condescender con el fervor popular cuando se trata de reconocer devociones tradicionales. Se ha intentado (forzado, muchas veces y en muchos casos) adaptar a los nuevos patrones pastorales y litúrgicos las antiguas devociones, pero rarísima vez se ha procurado adaptar las innovaciones a lo que ya existía antes.

En Sevilla es casi un "abuso" imponer la liturgia del Viernes de la 5ª semana de Cuaresma por encima de la devoción a los Dolores de Ntrª Srª, tan arraigada y universal. Como es una desatención pastoral no retocar los horarios de los Oficios de Jueves y Viernes Santo para que puedan celebrarse por la mañana, como se celebraban antes, para mejor y mayor participación de la gente. No digo en todos sitios, pero sí donde se pueda y se pida, que son muchos.

A estas horas están ya todas las Imágenes de la Virgen que saldrán en las procesiones de las Cofradías en sus pasos, bellísimas, revestidas con la suntuosa piedad del pueblo, que figura de Reina a la Dolorosa, como una profecía de Gloria, realidad en Ella y en nosotros esperanza.

En Sevilla, ahora mismo, están bajando a la Virgen del Valle desde el altar del Septenario para llevarla a su paso de palio, el más antiguo de los que salen actualmente en Sevila. Esta mañana ha sido la función principal de instituto de la Hermandad, con jura general de hermanos. Para la Misa se han tocado y cantado las partituras de Gómez Zarzuela, el inolvidable maestro de capilla, una de esas joyas de la música regionalista del XIX-XX sevillano, que no todo es Turina y Falla.


En el pueblo de mi familia de mi alma también ha sido la función de la Soledad, nuestra patrona, la que sabe nuestras penas todas. Hace siglos que le pusimos detrás de su ermita, pegando a la trasera del altar y el camarín, nuestro cementerio, juntando a los que enterramos bajo su manto, negro como nuestras desolaciones, salpicado de estrellas como nuestras esperanzas. Después de la Misa solemne, ya de madrugada, los priostes la bajarán del altar y la colocarán también en el paso, preparándola para el Viernes Santo.

En mi pueblo "sentimental", entre Sevilla y Jerez, está toda la tarde-noche en besapiés Jesús. Se le llama así, simple y directamente, como si el pueblo fuera Nazaret, Cafarnaúm , Betania o Jerusalén: Jesús. -"¡Que está en besapiés Jesús!" Y las familias enteras pasan a besar el talón del Señor. Mujeres con chiquillos y hombretones de campo que entienden de Dios lo que saben de vivir y sentir y sufrir. La fe no les lleva a más, porque son muchos los Misterios de la fe y no todos llegan, pero como saben de dolor y de penas, de trabajos y apuros, se entienden bien con el Nazareno, el de la Cruz a cuestas, la corona de espinas y los pies sangrantes. Y le besan el talón con una fe que no saben explicar, ni articular, pero sí saben sentir con Jesús, "el Jesús". Son los mismos que en la madrugada del Jueves al Viernes se pasarán la noche entera acompañando al Señor, entre los cantos del gallo y la estrella del alba, cantando saetas a Jesús el Nazareno y su Madre, la Virgen.

Son cosas de aquí, las más profundas de aquí, que no se explican porque nos vienen explicadas por sangre. Y si están adormecidas, aletargadas por la vida y las cosas, nos brotan en primavera, cuando se llena la Luna de la Pascua.

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jueves, 2 de abril de 2009

Orando cuerpo a cuerpo


Recuerdo haber estado varias veces en la Misa que Juan Pablo II celebraba todos los días en su capilla privada, en el Palazzo Vaticano. Se pedía por medio de la secretaría personal, a Don Stanislao; nunca se aseguraba ninguna, con la salvedad de que se prefería invitar a sacerdotes residentes, estudiantes o de paso por Roma. La tarde antes, sobre las 7 o las 8, ya de noche en Roma, avisaban por teléfono.

Había que estar en Portone di Bronzo antes de las 6'30 de la mañana. Nos abrían desde dentro los suizos de guardia, y se pasaba al patio de San Dámaso, desde allí súbiamos a la planta de las estancias papales en ascensor. Se pasaba por unos cuantos salones, y se llegaba a la capellina.

Cuando llegábamos, el Papa ya estaba allí, arrodillado en un reclinatorio blanco, en el centro de la pequeña capilla, vuelto al Altar, ya preparado y con los candeleros encendidos. En silencio, discretamente, los sacerdotes se revestían en uno de los salones próximos. Solían ser unos 10, nunca más de 12 ó 15 porque entre las monjas del servicio, Don Stanislao y algunos invitados más, se completaba el número, más de 20 personas no creo que cupieran en la capilla, sentadas una junto a otra.

El Altar lo ocupaba el Papa, con Don Stanislao asistiéndole, también revestido para concelebrar. Los sacerdotes estaban frente, detrás del reclinatorio del Papa, revestidos con alba y estola (se advertía a los sacerdotes que debían vestir sotana o clergyman, y los seglares traje sencillo, si eran religiosas, con su hábito). El Papa se revestía allí mismo, auxiliado por Don Stanislao

Todo el ambiente era de un recogimiento intenso, natural, no forzado ni estudiado, que te envolvía desde el momento en que entrabas en aquel pequeño espacio. Las veces que estuve tuve más tiempo los ojos cerrados que abiertos, rezando, y siguiendo la voz del Papa. Celebraba en italiano, una vez creo recordar que fue en latín.

La primera vez me quedé con la imagen de Juan Pablo II arrodillado, antes de la Misa, con el rostro entre las manos. Se movía, cambiaba las manos de postura, las ponía sobre la cabeza, las apoyaba en el reclinatorio, las volvía al rostro. Y decía palabras que no se le entendían, medio musitadas, otras veces parecían como gruñidos o sonidos orales inarticulados, o la respiración honda, o resoplando. Estaba rezando, haciendo su oración personal, desconectado de espacio y de gente, sólo en presencia consciente y activa ante el Señor, preparando la Misa y pidiendo por lo que fuera y los que fueran. Se notaba su oración.

A otros amigos o conocidos que también estuvieron en algunas de esas Misas privadas, les pregunté y todos me contaron lo mismo, impresionados por la oración personal, tan personal y profunda de Juan Pablo II.


Yo me traje el recuerdo y lo emparejé al momento con una escena del Génesis, la que cuenta la lucha de Jacob con el Ángel del Señor, cuerpo a cuerpo, toda la noche. El Ángel le dice a Jacob:

“Déjame partir, porque ya está amaneciendo”. Pero Jacob replicó: “No te soltaré si antes no me bendices”. Gn 32, 25 ss.

Así me imagino todavía a Juan Pablo II.

Hoy, cuarto aniversario de su muerte, han publicado otro milagro. Dicen que la postulación de la causa tiene tantos, que han tenido que escoger cuáles son los que aparecerán en la positio.

También se ha comentado estos días que para el año próximo podría ser su beatificación, Deo volente.

+T.

Una perla en el fango

No debiera sorprender - ¿por qué iba a sorprender? - pero lo triste es que sorprenda, porque es una inaudita rareza, una peregrina opinión dentro del cenagal de las siniestras. Me refiero a este respetable prócer y a su opinión pro-vida:



Eso dice el valiente (tiene que serlo) concejal segundo alcalde del sevillano municipio de Paradas.

Paradas es un bonito pueblo de Sevilla, que tiene la Parroquia dedicada al Santo más raro de toda la Diócesis: San Eutropio (aunque también tenemos a San Eustaquio, patrón de Sanlúcar la Mayor y otras cuántas rarezas, San Eutropio es el más extraño, me parece, entre nuestros Titulares). En la Parroquia de San Eutropio de Paradas se conserva y expone una preciosa Stª Mª Magdalena del Greco (...o de un cercano), que a los eruditos del lugar les encanta explicar y conjeturar cómo, cuándo y porqué arribó a su paradero paradeño, honra vecinal.

Paradas es Andalucía profunda, tierra de pan sembrar y olivar, llano paisaje con algún cortijo centrando fincas, fincas grandes y prósperas. En uno de los caseríos de una de las fincas de Paradas fue donde mataron hasta al apuntador, allá por el año setenta y tantos. Todavía no se conocen todos los intríngulis de aquella tragedia, que se mantuvo en las páginas de El Caso unos pocos años. Hasta hicieron una película, con Lola Flores en un papel "dramático", de esos que ella misma decía que era lo suyo (y era verdad, porque en la peli esa está que se sale).

Lo que no sé yo bien es porqué sale este prócer paradeño, con tanto desparpajo. Ni sé quién habrá sido el que le ha puesto la entrevista en el ABC. Desde luego que no me hace chispa de gracia cuando dice que lo católico le "sobra". No me lo creo, además. Conociendo al pueblo y a su gente, el catolicismo se mama en Paradas porque está el aire, y si no te entra por la sangre en tu casa te entra por la calle, con el aire. Después uno podrá decir, como este de la entrevista, que le "sobra", pero lo católico lo llevan dentro, guste más o guste menos (que yo diría que sí gusta).

Habrá que ver la gracia que le habrá hecho la entrevista del paradeño a las socialistonas abortadoras del capullo en el puño, las de carné amortizado en el Parlamento (risum teneatis!) o la Diputación (con perdón) o el organigrama del partidete. Y al grupo mixto (que también tienen).

Pero el hombre me parece sincero, y habla sencillo y cabal, más puro que el aceite de primera prensa, que en Paradas es de primerísima. Y se le entiende. Y mete puyazos de socialistón, con toda la gracia cuando dice que anima a los peperos -"...a que salgan y tengan valor para denunciar que el aborto debe ser una ilegalidad"; y con todo el "efecto" cuando les saca los colores (bueno, es un decir) al recordar que en las 2 legislaturas que pudieron no quitaron ni una coma de la ley del aborto, y que la píldora abortiva del día después se autorizó con Aznar en la Moncloa. Un par de banderillas, de las de fuego, bien puestas, en todo lo alto.

En fin, lo dicho: Una perla de valor entre el fango socialista.

Yo no me hago ilusiones, pero por esperar que no quede. ¿Y si salen más?

Aunque dice mi cura (mi cura es tremendista) que a lo peor también van saliendo abortadistas en el PP...para compensar.

¿A que tampoco tendría gracia?

Pero lo malo, lo peor, es que es posible (y hasta probable).

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miércoles, 1 de abril de 2009

70 y 50 años de victoria, paz y memoria

Tal día como hoy fué oficial, hace setenta años:

«En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1.º de abril de 1939, año de la victoria. El Generalísimo. Fdo. Francisco Franco Bahamonde».

Nací con Franco mandando, y Franco no me asusta. Tampoco me lo pueden falsear, ni unos magnificándolo ni otros intentando minimizarle. Le guardo una simpatía amable.

Mi padre fué de los que estuvo en la guerra, con las ideas muy claras: Por Dios, por mi familia, por España. Se dejó en el frente media vida, y mi familia otra media. También estuvo cuando inauguraron el Valle de los Caídos, hace ahora cincuenta años, todavía soltero. Guardó siempre en su escritorio, hasta que murió, un trozo de esas cintas que se usaban en las inauguraciones, con la fecha bordada sobre la bandera.

A mi padre no lo podían engañar. Hizo la guerra, los tres años. Nunca nos contó batallas, pero alguna vez recuerdo haberle oído, en una de esas conversaciones que escuchamos los niños sin que los mayores sepan que estamos. Después he sabido más, por cartas que había en casa y por cosas que amigos de la familia me han contado. Mi padre fue una de las víctimas de la guerra, porque dio más, mucho más, de lo que recibió. Pero supo siempre lo que daba - vida - y por qué lo daba: Por Dios, por nuestra familia, por España; porque creía, porque amaba, porque sentía.

¿Yo que pienso? Yo pienso - yo sé - que la guerra la ganaron los hombres que lucharon con mi padre y como mi padre. A los vencidos no los juzgo con resentimiento, pero no les encubro las culpas. Y si me viera forzado a decir más, yo digo - yo diría - esto mismo:



Palabra por palabra, con el sentido con que se dijeron entonces y que, viniendo de quien vienen, mantienen hoy y conservarán perennemente el más alto e incontestable refrendo.
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En la España de la memoria falseada de los vencidos resentidos, es una necesidad decir verdades por la verdad de los que fueron resistentes, luchadores, víctimas, mártires y vencedores. En paz, pero con la honrosa certeza de la victoria.


Por muchos y por todos. Y por mi padre, que venció y se ofreció por los nuestros, por España y por Dios.

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sábado, 28 de marzo de 2009

Menos manifestaciones, ya no más, por fa...


Desde que la despenalización del aborto se planteó en España, se confundió lo moral con lo político (supongo que lo mismo que en otros sitios, con las salvedades propias de cada sitio). Unos y otros confundieron moral con ideología política o programa de partido. Y seguimos igual, confundidos y confundiendo.

Las manifestaciones (la que viene y las pasadas) contra el aborto, son más políticas que morales. Reconozco que puedan ambientar cierta "campaña moral" y que se entienda la necesidad de hacer propaganda del bien en un mundo/una sociedad en la que el mal tiene tantos medios, altavoces y publicidad. Pero la movilización y sus gestores son políticos, lo reconozcan o no.

Son políticos usando el "tirón" cristiano como "base" política. Una motivación cristiana como fuerza política. No son el PP ni el peperío, cada vez más reticentes a identificarse con principios cristianos. Son los que votan al PP como "mal menor" los que movilizan. Gente y plataformas tan equívocas y mal identificadas como HO, que nadie sabe bien (aunque todos sospechan quien).
Pienso que es inútil, otro alarde para contentar (distraer?) a unos y poner de mal humor a otros. Sin efecto. Porque se trata de algo que se dirimirá en el Parlamento, donde hay tan pocos cristianos en activo, muchos menos de los que se pueda imaginar, y casi todos con un "cristianismo hipotecado" al partido (el que sea).

A esa clase política, a sus partidos, habría que darles una lección. Muy merecida. Incluso como medida "higiénica", ya que la única censura posible que un "ciudadano" puede hacer al sistema es el que el sistema le concede (1 vez cada 4 años) para luego inmovilizarlo practicamente hasta las siguientes urnas.

Lo efectivo sería que hubiera una voz que articulara una respuesta cristiana moral efectiva y contundente. Lesiva. Que doliera y dejara tráuma. ¿Un comando bomba-católico? No, en absoluto (no somos islamo-terroristas, gracias). Algo más temible: Una restricción del voto católico, una movilización de la abstención. Una re-versión actualizada y versátil del famoso "non expedit". Por lo menos probarlo, a ver qué tal.

Pero quizá se tema evidenciar el poco calado social de una decisión así. De todas formas, insisto, yo probaría. Por lo menos para saber cuánta fuerza se tiene y cuántos escaños se pueden poner en juego. Un experimento muy interesante. Y muy comprometido. Y arriesgado.

¿A que no? ¿A que no hay "mitras" para eso? Pues que se dejen de pancartas y bullas por Madrid y se recojan, que es Cuaresma y no es tiempo de mojigangas por la calle. Que ya llevamos demasiadas.

En Sevilla, las Cofradías (tan pragmáticas y contemporizadoras) se han salido por la tagente, muy discretamente. Hay que vivir, convivir y sobrevivir (y llevarse bien con los caciques).

Una Iglesia con cañonería (sin balas) y el castillo interior descuidado, jugando a guerras urbanas, es un despropósito en los tiempos que estamos. O nos hacemos fuertes ad intra, en el centro, o somos un tiovivo girando según el mundo y sus volteretas. Para nada, y encima sufriendo desgaste.

Hay que reconocer con claridad y predicar más claro todavía que tenemos enemigos: Enemigos implacables, suicidas sociales con ideas, planes y leyes en mente. Y un absoluto desamparo político, sin ninguna formación política efectiva capaz de representar y defender el punto de vista cristiano en el escenario clave de la política, donde se hacen las leyes y se legaliza el crímen.

Si no lo ven, malo. Y cuanto más tarden, peor.

Son obispos, "supervisores", y se les debiera exigir que hagan honor a su nombre: Que vean más, mejor, más profundo y más largo.
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viernes, 27 de marzo de 2009

Temporada de pregones

En Sevilla somos creativos con éxito. Señoritones de grandeza inmemorial, no sacamos beneficio rentable a nuestras creaciones porque no inventamos para negocio sino por ocio, por gusto propio y para consumo y uso interno, de los de casa. Si alguna vez invitamos a alguno, salimos con la experiencia displicente de ver que lo nuestro sólo nos gusta a nosotros y está más allá del gusto común de los demás, siempre extranjeros en Sevilla.

El pregón es, según se mire, una pieza de distinta valoración. Literariamente, es de género ínfimo; retóricamente, puede rayar cimas de oratoria dignas de los mejores, digo un Cicerón, digo un Bossuet, digo un Castelar. Y no exagero (no más de la desproporción de exageración cultural reconocida a nuestra idiosincrasia sureña).

El pregón semasantero es una loa aperitiva de la Semana Santa. De suyo y rigurosamente, tiene una temporada muy restringida, con veda que se abre no antes del Domingo IVº de Cuaresma, temporada plena en la Semana de pre-Pasión, y postrimerías en la Semana de Pasión. El dia dorado de pregón es, por tradición y sin discusión, el Domingo de Pasión (o Vº de Cuaresma, o Domingo de Doctrina, o, simplemente, Domingo del Pregón). Más allá del Miércoles de Pasión, sería de suma vulgaridad atreverse a pregonar nada.

Pero como el invento hizo fortuna, todo el año es pregón. Y se hacen pregones del Rocío en Mayo, de Sacramentales por el Corpus, de gloria en Agosto, de romería en el mes que caiga. También tenemos pregón de Toros antes de Feria, y de la Feria antes de la misma (Feria). Luego vienen los patronales, los locales, los ocasionales, los de efemérides y, cerrando la temporada, los de Navidad y Cabalgata de Reyes.

Aunque el genuíno, el pregón-pregón, praeconium praeconiorum, es el semanasantero. Los expertos en el género consideramos que es un snobismo cursi llamar a la pieza "exaltación de" porque, aunque la oratoria exalte y el orador se exalte (y los oyentes también), el nombre es "pregón" (que, por cierto, se pronuncia mejor que "exaltación"; y lo mismo - y es más adecuado - "pregonero" que "exaltador").

Estas tardes de primavera y azahar, de suave brisa nocturna y jaramago en la teja (las pocas que quedan), de golondrinas que vuelven (pero no son aquellas que no volvieron (aunque no sé si consta ornitológicamente que no, que no vuelven (con perdón de becquerianos, disculpen Uds.))); estas noches de torrija y caña de manzanilla, de espinaca y bacalao y platito de arroz con leche y canela, estas fechas pre-pasionistas de capirote de cartón y ruán con aroma a naftalina, de terciopelo planchado y botonadura forrada, de medalla y esparto, de costal y faja; estas veladas de sevillanía catárquica, de síndrome hiper-cofradiero agudo y recurrente; esta semana y media si no sales a un pregón por día, es que tienes compromiso para dos o tres.

Hay pregones en la radio, prensa y televisión. Y en la asociación de vecinos, y en la peña taurina, y en la bética, y en la sevillista, y en la tertulia cultural, y en el instituto del niño, y en el colegio de la niña, y en la peña de los moteros del barrio, y en la sede del distrito, y en el Colegio de Ingenieros Funcionales, y en el Colegio de Arquitorturas, y en el de Médicos, y en el de Médicas, y en el de Matronas, y en la Cámara de Agentes, y la de Pacientes, y en el Parque de Bomberos, y en el Teletaxi...

Y no hay uno en el Parlamento porque la piara socialista es impía y atea profesional (pero toda ella aficionada a los pregones, y todos ellos cofrades vergonzantes que se pirran por una vara en una cofradía y disfrutan en Semana Santa más que un tonto con un nicanor; no por fe, sino por "curtura populá", que dicen ellos-as, mir'usté que bien).

En fin, que estamos en temporada alta de pregones con el mercurio del termómetro pregonero rayando el punto de ebullición. El Domingo - D. m. - es el Pregón (el más, el legítimo, el non plus ultra) en el Teatro de la Maestranza, gloriosamente ubicado (y mira que es feo) entre la Plaza y la Santa Caridad. Si será acontecimiento, que el que lo pronuncia pasa a ser una especie de "cónsul" a la hispalense, que le da "nombre" al año cofradiero (el año del pregón de fulanito), entrando en el Parnaso sevillano y lucrando una de esas noblezas de por vida que Sevilla concede graciosamente y ya no retira.

¿Y el pregón? Un tostón repetido, la mayoría de los pregones; una somnolienta perorata, otros; una mamarrachada de pésimo gusto, tantas veces. Y, raramente, alguna pieza de valor (dentro de su género) que son los que menos gustan al vulgo (que es mayoría). Yo prefiero los de lírica y verso porque se pasan antes que los de prosa monolítica y retórica blindada (aunque también reconozco lo traumático de una ristra de ripios rimados con sentimentalidad cofradierista, un horror lesivo para el tímpano y el oído medio y el interno, con peligro de eco fantasmal durativo, espeluznante).

¿Y el pregonero? Un fatuo a la sevillana con chaqué y pose de espejo, cuanto más "pregonero", peor. De entre los especímenes sevillanos, un insufrible (ante y post-eventum) tipo y caso a cuya conversación mejor no exponerse. (Si se corriera el riesgo de irremediable ocasión o insoslayable encuentro con uno, lo mejor es hacerle coincidir con otro (pregonero) y dejarlos que se entiendan y se pregonen/reciten brani scelti).

Por cierto, que se me olvidaba: Un servidor, el que esto escribe, tiene que pregonar este año, Dío piacente. No digo dónde ni cuándo, pero me cachis en la hora que dije que sí al que me comprometió para el pregón.

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miércoles, 25 de marzo de 2009

El Primer Ave



El aire nazareno se estremece con alas celestiales,
luz que envuelve el primer Ave.
Tú recibes la primera el Evangelio,
Virgen de Dios y Madre del Altísimo.
Dices "Ecce Ancilla" y el Señor
se complace en su escogida.

La sombra luminosa del Espíritu
fecunda numinosa tus entrañas puras,
y el Verbo Omnipotente se hace en ti
cuerpo, alma, hombre.
Sintiendo, sufriendo, amando,
tu corazón de madre acompasado al suyo.

+T.