sábado, 14 de marzo de 2009

Benedicto, como el padre de la parábola


Hoy es Sábado de la IIª Semana de Cuaresma, y se lee en la Misa (la misa matutina) el Evangelio del "Hijo Pródigo". Estatio en SS. Marcelino y Pedro, en la esquina de la Via Merulana. Recuerdo haber estado en la statio, una de mis Cuaresmas romanas. Y recuerdo al párroco, un clásico monsignore romano-romano, quiero decir que no "curial" sino del clero romano, tan romano de verdad. Y recuerdo cómo pronunciaba en italiano recio "il vitello grasso", arrastrando y remarcando la doppia s. Parece que lo estoy oyendo.

Se me ha venido a la memoria esta mañana, en Misa, durante la lectura del Evangelio. Un evangelio muy del gusto de cierta exégesis moderna que ha ensalzado esta parábola sobre todas las demás. Es muy especial, porque está muy "elaborada", más que ninguna, quizá, con elementos narrativos-descriptivos singulares. No se por qué, pero así aparece en el Evangelio según San Lucas.
La clave de la parábola se expone al comenzar: "Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». Jesús les dijo entonces esta parábola..." Lc 15

Siguen a continuanción 3 parábolas, dos más breves, La Oveja Descarriada y La Dracma Perdida, y la más larga de El Hijo Pródigo, que en algunas versiones de los Santos Evangelios ya aparece con un título más adecuado: "El Padre Misericordioso". Como decía, es la parábola más desarrollada, una verdadera pieza del género de "narración breve". Se entiende desde el mismo ministerio de Cristo, que excita y recibe el arrepentimiento de los pecadores, les da el perdón y les admite entre sus discípulos. Se entiende como una censura de la dureza de criterios morales y religiosos de los fariseos; a la vez, se expone la dinámica misericordiosa de la gracia divina, desde el amor del padre de la parábola, imagen alegórica de la Paternidad Divina, implícita y explicitada en la misma revelación de Jesucristo, Hijo de Dios encarnado, Redentor de los hombres, que viene a salvar y reconciliar a la humanidad pecadora. Esta es la parábola de Lc 15.

Hace unos años tuvo fue best-seller del género "religioso" un libro titulado así, "El regreso del Hijo Pródigo", obra de un sacerdote católico, Henri Nouwen. El autor comenta la parábola apoyándose en un conocido cuadro de Rembrandt. Entiendo que, más que nada, refleja la interioridad afectiva del escritor y su nivel de comprensión espiritual, muy en sintonía con la sensibilidad contemporánea de la sociedad americana (de los USA). El libro se lee facilmente. No es una gran obra (ni tampoco el cuadro de Rembrandt). Pienso que se sobrevaloran, una y otro. Pero fue un hit, por lo menos aquella temporada en que se lanzó al público. Se vendió mucho. A mí me regalaron cuatro o cinco, entre Reyes y mi Santo.

Me sorprende siempre que el mismo perfil de los "sensibles a la parábola" sea tan reactivo según quién y cómo se repartan los papeles en la re-presentación de la narración evangélica y su acomodación a diversos tipos, personas y circunstanacias.

Por ejemplo, esta mañana, durante la lectura de la parábola, entendí que se debía interpretar en relación a la reciente Carta Apostólica de Benedicto XVI. Cuando se leía esta parte: "...'Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero y engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo'.El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara,
pero él le respondió: 'Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos...Pero el padre le dijo: 'Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado'..."
Lc 15, 27-32

¿Han leído Uds. la Carta del Papa Benedicto? Va a pasar a la historia, por lo que dice y cómo lo dice. Y también por los aludidos, unos hijos pródigos que vuelven (4 obispos excomulgados y reconciliados) y que se han encontrado con unos hermanos displicentes, discrepantes, críticos y envidiosos (los obispos que no han "encajado" cordiáliter la decisión del Papa Benedicto). No será necesario decir que el padre de la parábola es el Papa Benedicto...¿o le cabe a alguno alguna duda? Un Benedicto magnánimo, misericordioso, reconciliador, que se ha tenido que quejar con el corazón abierto, sensible, herido, descubriendo su interioridad de "padre" ante la dureza de corazón de sus "hijos", los que más deberían estar y haber estado con él..

Es tan evidente que sólo un corazón duro como el pedernal no entenderá qué es lo que el Papa Benedicto tiene en la mente y en el corazón, corazón de padre.

Merecería que los mismos que se entregaron entusiasmados a leer el opúsculo aquel, el best seller, se aplicaran a meditar y entender esta nueva edición/escenificación/representación de la célebre parábola, con Benedicto XVI y sus obispos protagonizando los 3 personajes del drama.

Y el que tenga oídos para oir (corazón para sentir) que oíga (o que sienta).


+T.

viernes, 13 de marzo de 2009

Explicando y corrigiendo: "Una frivolidad (uds. perdonen)"

Sobre todo porque es Cuaresma, y no pega rien de rien. Peeeeero...la carne es débil y la risa floja y no he podido resistirme. Conque, ahí va:





No es original mio, sino "captado" por ahí. Y supongo que es vero veríssimo y no montaje home-video ad casum. Juzguen ustedes.

Se lo tienen merecido por ser impíos que celebran una cosa tan seria como una boda fuera de una iglesia, que es donde se debe. Y el "celebrante", lo mismo (que no es católico, ya se ve).

Pero hay que ver las cosas que pasan!!!

Y todos partidos de risa...luego. Porque el momento, el instante, el ínterin es trágico-dramático-cómico-bailable 100%.

En fin, un día para no olvidar, una celebración memorable, una boda para el recuerdo.

¡Que el Señor nos libre!

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Hasta las rayitas, esta era la entrada que ayer puse y que borré...arrepentido. Io mi pento! Porque es Viernes de Cuaresma y no es día para frivolidades, ogh! Pero el duende de los blogs ha comunicado a los visitantes habituales que había articulete intitulado así, frívolamente. Luego han venido y no han encontrado novedad. Conque en atención de los afectados me veo obligado a publicar...y reconocer il mio peccato frivolíssimo: Pietá!

Pero, para que la cosa no se consuma en vanité, frivolité et légèreté (oh!, perdón, que eso suena a otro "lema" (impío y revolucionista, además)), completo la insustancialdad risible de la primae intentionis con algo más, más serio.

Por ejemplo esto:



Eso dicen los afectados. Yo digo que excusatio non petita...etc. etc. etc. Es decir que si tienen que aclarar qué son y qué no son, es que las cosas no están claras.

A mí estos pasillos de comedia clerical no me convencen. Ni estos clero-rockeretes ni tampoco el trio calavera de los "The Priests" y otras especies por el estilo. No, no, no. ¿Me hacen gracia? Sí, si se reservaran para fiesta parroquial, seminarial, conventual, familiar u ocasional. Pero si se lucen y montan tinglado espectaculero, no. Rien de rien. Y no me convencen (¿a quién convence?) con preguntas ordinarias de estilo - "¿y por qué no". Aunque sea tan facil de contestarles con un radical y contundente: - "Porque no es eso ni están para eso".

A estas alturas, con tanta historia a cuestas, hemos tenido de quasi todo. Y con muy discutibles efectos, resultados, conclusiones y finiquitos. Por ejemplo, esto de cleriguillos cantantes no es nuevo. Ya los ha habido, muy famososos. Por ejemplo, ¿recuerda alguien a Soeur Sourire y su archi-popular Dominique-nique-nique? Yo sí. ¿Y recuerda alguien cómo acabó la cosa? Yo también. Pues eso. Y ya está.





No digo que todo acabe así, sino que no hay necesidad de exponerse y frivolizarse para correr el riesgo de rematar así. Además con tanto cantante suelto (y hasta en el paro, seguramente) y tantos showmen y showrgirls, me parece redundante y saturante que unos curitas se apunten también al mundo de la farándula ( y la Sociedad General del Autores, probablemente). ¿Que es que dan lo que ganan para las Misiones? Muy bonito (y eso habría que verlo), pero lo que deben hacer son colectas parroquiales y animar a que la gente se suscriba a las obras misionales. O lo que sea. Zapatero a tus zapatos, que dice el refrán (con perdón por decir "zapatero", que es insulto grave, ya se sabe; sorry).

Y para rematar en terna este divertimento, una horrenda frivolidad que me he encontrado esta mañana, en un blog que visito. Miren Uds:




La fotito es una celebración "ecuménica". Junto a un cura católico revestido con hopa (que no alba) y sin cíngulo (que en la simbología de los ornamentos significa la castidad y la pura continencia) y con una estola color yema-naranja (el amarillo no es ni ha sido nunca color litúrgico), junto al mal-revestido preste, decía, aparecen dos "ellas" pseudo-pastoresas de no se qué conciliábulo protestante; y un sacerdote ortodoxo con su talar (aunque no estoy muy seguro de su ortodoxia, dadas las circunstancias y los/las circunstantes). En el centro de todos, un muñeco de trapo, que no se sabe quién pudiera ser o a quien representaría. Y mejor no saberlo, me temo.

Y este otro de la foto no es un profesor jubilado con mal gusto para las corbatas: Es un "cura católico" de Linz que alardea de vivir con su barragana, sin escrúpulos y sin vergüenza. Y sin obispo con un par de ínfulas que lo suspenda a divinis, por lo pronto.

Pues esa es la Linz para la cual estaba electo obispo el sacerdote honesto p. Wagner al que no han querido los obispos de Austria enfrentándose al Papa y obligándole a retirar al electo. ¿Por qué no querían al p. Wagner? A parte dos o tres indiscretas opiniones sacadas de contexto y con relativo valor que hizo en su día el reverendo Wagner, es obvio que no le querían como obispo en Linz porque no es de la calaña de los de la foto "ecuménica", ni soportaría la barraganería del otro de la foto, el de la corbata. Y por eso. Todo se explica. Lo que no me explico es cómo va a resistir la Iglesia Católica en Austria, con estas fachas y fachendas reverendas.

Conque al final, como tantas veces, la risa frívola se nos vuelve compungido llanto. Propter nos peccatores.

Así que a pedir perdón, conversión, gracia y misericordia, que falta nos hace.
Tanta, tanta, tanta.

&.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Una carta del Papa en época del post-VaticanoIIº

Esta mañana daban la noticia, el aviso, en algunas páginas de información religiosa. A medio día ya circulaba el texto en alemán, adelantado por una agencia germana. Esta tarde ya aparece como noticia, con titulares chocantes:


Dejando aparte el problema de comunicación (de falta de buena comunicación y medios comunicadores) que tiene la Iglesia (y que seguirá teniendo porque nuestro mundo "global" no se entiende en términos benevolentes con la Iglesia, cuya "conciencia" no resiste), asombra la tendenciosidad de los textos: Subrayan lo negativo y apenas son capaces de entrar en el meollo del asunto.

El asunto es una amonestación, se entienda o no así, al episcopado universal por parte del único que puede y debe, el Papa. Aunque el texto revista la forma humilde de una exposición aclaratoria, de hecho es un toque de atención a quien corresponda. ¿A quien corresponde? Ya digo que a todos los obispos, pero es evidente que "más" a aquellos que han demostrado de una u otra forma su discrepancia por lo del levantamiento de las excomuniones a los 4 obispos de la FSSPX. Las voces, por ejemplo, de los prelados alemanes han sido manifiestamente molestas, y a pesar de protestar por las declaraciones "reduccionistas" de Williamson, lo que dejaban traslucir era un distanciamento displicente respecto a la intención del Papa Benedicto.

En parecido sentido al de los alemanes han asomado su mitra otros jerarcas, passim. No son muchos, ni siquiera un número apreciable, insignificante en suma. Pero han "protestado". Los demás, los que han callado, se han inhibido formalmente del tema, pero su "pecado" es que han callado, precisamente. Han habido declaraciones de apoyo, la primera (y más sincera) la del Episcopado Polaco. La Conferencia Episcopal española también publicó una "carta de apoyo", manifestando su "adhesión" etc. etc. etc. Una "diplomática" insignificancia que seguramente "arrancó" de nuestra CEE el Cardenal Bertone durante su reciente visita. La carta no nombra el caso de las excomuniones, sino que se refiere a la irritación de los judios por lo de Williamson. Muy "discreta", demasiado.

Los apoyos verdaderos, si lo son, deben ser ardientes, incondicionales y, mejor todavía: Implícitos en explicitas acciones que no tengan siquiera que "rozar" de lejos al Papa, pero que dejen bien claro que es por él y para él. Esto se puede hacer de muchas maneras, pero no se ha hecho de ninguna. Excepto la carta, tan "tibia".

Los Concilios, todos, han tenido su efecto una década después, y hasta dos o tres. A mayor "peso" del Concilio que fuere, más repercusión a posteriori. Y estamos en plena época repercutiva del Vaticano II, ya sin los entusiasmos primeros, pero con toda su problemática activada. Y la "resaca" también, que ahora es cuando se nota.

Cierto episcopado "vaticanista-2º" se ha crecido en su auto-consideración de forma muy peligrosa, afirmándose excesivamente, cosa que ni debe ni puede. Su "fuerza" son las "conferencias episcopales", instituciones muy "post-conciliares" pero de mínima entidad canónica puesto que apenas si son asambleas funcionales-consultivas y poco más. Pero "alzan la voz" y parece que son más, sin serlo.

Si algo debe tener claro un católico (un cristiano) tocante a "jerarquía" y "capitalidad" eclesiológica, es el Primado Universal y ordinario del Papa. El Papa es "cabeza visible", principio, vínculo y garantía de unidad de toda la jerarquía-episcopado de la Iglesia. Como tal, puede todo en cualquier sitio, y los obispos le deben una obediencia subordinada y dependiente, canónica, pastoral, doctrinal y espiritual. El Papa puede actuar como tal en cualquier diócesis, en cualquier caso, bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, un obispo es obispo en su diócesis, para su diócesis y sóla y exclusivamente para las personas, cosas y casos de su diócesis; está nombrado por el Papa, debe rendirle cuentas al Papa, y al Papa "entrega" su episcopado cuando cumple la edad canónica que el Papa fijó para ello. Un obispo es para una diócesis, y un Papa es para la Iglesia. Con la distancia y diferencia que hay entre la parte y el todo, que respectivamente representan, se puede decir.

De la carta de Benedicto que mañana - Deo volente - se publicará en todas las lenguas para todos los obispos del mundo, algunos remarcarán lo que les favorezca, lo que les guste, lo que les irrite o lo que les interese. Pero cada uno sabrá que sólo uno - Benedicto XVI - puede dirigir una carta para todos con una autoridad que es única ex sese, ni compartida ni dependiente.

Por cierto que, como ya se están publicando, algunos párrafos merecen señalarse en rúbrica:

"...Uno no puede congelar la autoridad magisterial de la Iglesia en 1962, y esto debe ser claro para la Fraternidad. Pero a algunos de aquellos que se presentan como los grandes defensores del Concilio, se les debe recordar que el Vaticano II lleva consigo la completa historia doctrinal de la Iglesia. Quien quiere ser obediente al mismo, debe aceptar la fe de los siglos, y no debe cortar las raíces de las cuales el árbol vive".

Es, entre otros puntos, lo que yo subrayo.

+T.

Santas de Marzo: Mujeres y vocación cristiana

Una de las reliquias más "sorprendentes" de toda Roma (y eso que Roma es el plus y el plus ultra de las reliquias, sin discusión ni rival que se le aproxime), una de las más "llamativas" es la del esqueleto de Santa Francesca Romana que se guarda y venera en el convento de sus Oblatas, junto a los Foros Imperiales, cabe la Basílica de Majencio, un enclave sin igual que merece pasearse a cualquier hora, de dia o de noche. Aunque de noche es bastante problemático, supongo, porque no era raro ver entre las piedras de los dos o tres tramos de rampa y escaleras que llevan hasta la basílica conventual jeringuillas de las que usan los drogadictos para inyectarse. A pesar de todo, recuerdo más de una tarde-noche con la luna llena sobre los foros, junto al campanile de Santa Francesca Romana.
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Íbamos a las Stationes de Cuaresma, o alguna Misa por alguna conmemoración. En Roma, cuando hay fiesta u otra solemnidad, se marca el camino y los alrededores de la iglesia que sea con unos velones de cera, anchos y bajos, del tamaño de un plato, con varias mechas. Se encienden cuando anochece, y es una belleza verlos alumbrar las calles, los pórticos de la iglesias, las escalinatas y los atrios de las basílicas. Como esta de Stª María Nova, que el vulgo conoce como Santa Francesca Romana, que me parece fue allí la primera vez que vi esas candele festivas.

Santa Francisca es una santa de las que el Misal antiguo clasifica de forma muy especial: "Ni virgen ni mártir". Estuvo casada, con hijos, y se quedó viuda . "Vidua" es el título que acompaña a su nombre en el Santoral, categoría también muy específica, muy bíblica, muy paulina. Decir que una es viuda, dice bastante de la que sea; pero decir que una Santa es viuda, dice todavía más, dice mucho. Actualmente es un concepto que resiste a su pesar. El pesar me refiero de las afectadas por la circunstancia de la viudedad, raramente bien asumida y más raramente todavía si se trata de vivirla en cristiano, como tradicionalmente se ha propuesto con muy buenas referentes, como esta Stª Francisca, por ejemplo.


Virgen, esposa, madre y viuda. Una secuencia que enriquece y corona la consagración religiosa con la que algunas selectas remataron su tránsito terrenal, haciendo un verdadero cursus honorum femenino, el más conspicuo entre todos los posibles (si se culmina - que también hay casos - en martirio, el curriculum es quasi perfecto, glorioso).

Llevo un par de dias discutiendo a propósito de las mujeres, con las de mi familia y otras de mi entorno más o menos cercano. Les expongo y mantengo la tesis de que en la tradición cristiana la mujer es/debe ser esposa-madre o virgen-consagrada. En otras circunstancias pero sin salir de la temática, le argumentaba a un amigo con los textos paulinos cómo se entiende en la época apostólica y de la primera Iglesia a la mujer cristiana. En sustancia es eso mismo: Consagración en matrimonio o virginidad, con la coda paulina de la viudedad en oración y caridad, al servicio de la Iglesia y en expectación del Señor.

Lo corriente, sin embargo, es que se nos haya impuesto el pensamiento dominante, cultural y socialmente, derivado de ideologías políticas o tesis sociológicas asumidas e impuestas por programas políticos. Desde estas nuevas categorías se juzga a la Iglesia, la moral cristiana, nuestra tradición familiar. Cuando debe ser al reves: El cristiano desde su fe, firmemente asumida y explicitada en su vida, es quien debe cuestionar y "criticar" las novedades de esta sociedad y su "cultura".

Dificilmente me convencerán de que el sitio de una mujer no es la familia y el hogar. Contínuamente se me presentan casos de las desastrosas consecuencias de una esposa/madre laborando fuera de su casa. Un absurdo que se paga muy caro. O una opción que apenas mejora nada y pone en peligro casi todo. Casi siempre. Las excepciones son excepciones, y en todas pienso que cabría una mejoría si la mujer estuviera en pleno ejercicio intra-doméstico, sin reclamos externos.

La Santa de ayer fue de otra "tipología", en descrédito aun mayor que la de esposa-madre. Mª Eugenia de Jesús Milleret de Brou, belga, que a los 22 vírgenes años fundaba la Congregación de la Asunción, para educar y formar féminas católicas. De tal nivel que por los colegios de la Asunción pasaron las niñas y las jóvenes de la crême europea, la nobleza y hasta la realeza.



No se decir hasta cuando duraron esos ideales de la fundadora, Mª Eugenie. Quiero decir en plenitud de propósito, como auténtica e indiscutible opción-oferta de virtud y vocación "femenina" cristiana. No se decirlo porque, entre otras cosas, me parece que ni siquiera las mismas hijas de Stª Mª Eugenia Milleret están hoy en concordia plena con los ideales de su decidida y admirable fundadora. Desde el Vaticano II, ha sido la "norma" de muchas congregaciones religiosas "adaptarse" al mundo moderno y no luchar-trabajar por transformar el mundo que hay en un mundo cristiano. Un mundo cristiano que incluye un ideal de mujer cristiana que cuenta con un catálogo muy bien ilustrado, con ejemplos de mujeres cristianas de todos los tiempos que han vivido esa secuencia de virgen-esposa-madre-viuda con la esencia cristiana como denominador común y sustancia, haciendo del tiempo corriente tiempo y vida cristianos.

He escrito vivir la secuencia, pero tengo que corregir: Algunas solamente la empiezan y permancen en ella, vírgenes siempre por consagración y dedicación. Un "lenguaje" que no es que el mundo no entienda, sino que se resiste a hablar (y antes escuchar).

Ellas son un problema. Principalmente para la familia (cristiana y natural). Pero primeramente para ellas mismas. Me consta que ni siquiera todas las "buenas" se dan cuenta. De las "malas" no me atrevo ni a pensar.

Cuando se les insinua siquiera algo de esto, ellas se revuelven y arrebatan, no quieren aceptar ni reconocen. A ver cómo rematan.

Tengo claro que parte del futuro regenerable depende de ellas. Muy gravemente y sine qua non.

¡En fin! Oremus, para que surjan, prosperen y vengan muchas del estilo de estas Francisca y Mª Eugenia.

Amen.

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viernes, 6 de marzo de 2009

Basílica-restaurant

Una de las basílicas más bellas de Roma es la de Stª María in Trastévere. Vinculada a la memoria del Papa San Calixto (221-227), parece ser la primera iglesia de la Urbe dedicada a la Madre del Señor (anterior a la Basílica de Santa María Mayor en el Esquilino). Es el centro del romanísimo barrio del Trastévere, donde se precian vivir los "romani di Roma", los que llevan a gala ser de Roma desde hace muchas generaciones.
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Como cualquiera de las Basílicas de Roma, cuenta con riquísma historia, y hasta leyendas. Desde la famosa de las fons-olei que manó una especie de petróleo en tiempos de Augusto, y que se interpretó luego como un signo del nacimiento de Cristo, a la milagrosa e imponente imagen de la Virgen de la Clemencia, un icono admirable del s. VI, de los más interesantes de toda la iconografía mariana antigua. En el siglo XII, Inocencio II (1130-43) reforma y enriquece la basílica. De esta época y posterior son los bellos mosáicos del ábside con representación de la Dormición-Asunción-Entronización de la Virgen. También de esa época son los mosaicos cosmatescos del pavimento. Del XVII, la Asunta del centro del artesonado de la nave principal, del Domenicchino. Se conservan lápidas y fragmentos de sepulcros paleocristianos, algunos colocados en el atrio; y en las capillas interiores sepulcros de los Altemps, que fueron patronos de la basílica (de ellos proviene la devoción a la Mater Clementísima en el Collegio Spagnolo di Roma). Un admirable templo, corazón de su popular barrio.

Pues me he llevado tamaña sorpresa-escándalo cuando me he topado con esta escenita montada en (en el interior de) la Basílica de Santa María in Trastévere:


Lo peor es que a más de uno le parecerá bien. Tan bien como les parece a todos esos que salen en el video. Los organizadores son los miembros-socios de la "Comunitá di Sant'Egidio", que es una fundación de un monseñor romano que - me parece - es a la sazón párroco-rector de la basílica de Stª María in Trastévere.

La institución, es benemérita por muchos conceptos, iniciativas y obras (dense un paseo por la web, donde está el vídeo). Yo la conocí en Roma, allá por 1990, cuando ya era famosa. Recuerdo haber estado en algunas celebraciones, en la iglesia de San Calixto, justo-pegando con la Stª María in Trastévere, donde se conserva el pozo al que arrojaron el cuerpo del Papa Calixto I, cuando lo martirizaron. Recuerdo que simpre había iconos con velitas encendidas, cánticos estilo Taizé, gente joven y menos joven, un ambiente "ecuménico", de cierto "nivel", serio pero espiritualmente "abierto".

Después supe que también se dedicaban a atender enfermos, abandonados, gente de la calle, sintecho; "barboni" llaman en Roma los mendigos callejeros. En el vídeo se ven, son fáciles de reconocer. Un gesto amable y acogedor, en Navidad.

Pero ¿ese es el sitio para eso? ¿no hay otro? ¿no se puede arreglar otro? ¿más apto? No. No se puede porque no se quiere y se ha buscado-querido intencionadamente la Basílica. Un "signo" dirán los ocurrentes ideistas.
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La Iglesia Católica, antigua entre las más antiguas instituciones de Occidente (la que más???), cuenta con experta sabiduría y experimentada competencia de muchas y para muchas cosas. Nuestras basílicas, catedrales, conventos e iglesias han servido casi de todo y para casi todo cuando ha habido necesidad por lo que fuera: Una guerra, una epidemia, una inundación, una catástofre...todas y cualesquiera de esas cosas han motivado que nuestros templos se abrieran y sirvieran el tiempo que hiciera falta de hospital, refugio, depósito, etc. Cuando hay que improvisar por caridad, ahí está la Iglesia con sus cosas.

Pero ese almuerzo-comida navideña no es una improvisación, ni una urgencia. Tampoco una necesidad. Es un invento/un capricho de los de Sant'Egidio y del monsignore que se lo ha consentido (no se si me equivoco pero al final me parece que sale el Cardenal Echegaray???). Sea lo que sea y con permiso de quien sea, me parece un abuso (antes se le hubiera dicho sacrilegio, ahora ese concepto está timoratamente en desuso).

Como dije antes, lo malo es que parecerá bien a pios y pias bienintencionados...y muy malformados/deformados y con una degenerado/alterado concepto de qué es la caridad, qué es el culto, qué es una iglesia, qué es el respeto cristiano a lo sagrado, y cuáles son los deberes para cada una de estas cosas.

Tan desagradable me resulta ver a un prelado banqueteando en una sala con techo-artesonado dorado y decorado (eso ya pasó y ya no es tiempo de), como este cenáculo de caridad navideña. Del super-cómico-hiper-crítico (y real como las cosas mismas) Plácido (de Berlanga) a esta comida-basilical de los santegidios no hay ni un pelo de distancia: Es lo mismo, pero en vez de en ciudad castellana de provincias, en el Trastévere y con Basílica como motivo-gancho principal.

Al final somos nosotros quienes profanamos lo sagrado (dejemos de lado lo histórico y artístico). Sí, lo sé: Si la tropa infame de políticos y demás canalla come y se divierte (y más cosas) en los mejores palacios y espacios de Europa y del mundo, ¿los pobres por qué no? Estupenda idea. Pero que sean valientes los de San Egidio y organicen la comida en el Palazzo del Quirinale, el Madama, o el Barberini, o en el Campidoglio tal vez. Pero en una Basílica no, no en una Catedral, no en una Iglesia. Cuando sea y si es necesario, si. Por capricho (eppure "di natale"), ni hablar.

Pero para nada sirve esto que escribo, porque ahí está el video, con la escena de la cena (basilical). Por cierto que los pobres viejos estarían destemplados de frio, que el que no conoce Roma en Enero no se imagina el frio que hace, y más en una Basílica, con suelo de mármol, y a unos pocos metros del Tévere que le da nombre. Pobrecitos. Con lo de sitios calentitos para cenar que hubieran podido disponerles, y una vez que les preparan fiesta, se la dan en una Basílica con mármoles y corrientes de aire.

Un despropósito se mire como se mire.

p.s. No se si darían copa y puro al final.

p.p.s. Tampoco se de la ambientación musical, si hubo o no.

p.p.p.s. Espero que si tuvieron no fuera del estilo de la que suena en el vídeo.

p.p.p.p.s. Imagino la carita que tendría en su cuadro de la Sacristía mi Cardenal Don Pedro Segura y Sáenz, que fue titular de la Basílica!!!

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martes, 3 de marzo de 2009

Impío purpurado

A Los Ángeles, California, el nombre que se lo pusimos los españoles, cuando los franciscanos españoles evangelizaron aquellas tierras que fueron España, allá por el último cuarto del siglo XVIII. Nombraron el lugar en memoria de la fiesta del Jubileo de Ntrª Srª la Reina de los Ángeles de la Porciúncula de Asís, un 2 de Agosto de 1781. Seguro que la fundación se hizo con Misa, la Misa de siempre, la que se celebraba antes y entonces y vuelve a celebrarse ahora después de treinta y tantos años de polémico "olvido".

Quién les iba a decir a aquellos piadosos, audaces y heroicos franciscanos que a la vuelta de unos cuantos siglos un cardenal-arzobispo católico de Los Ángeles haría una censura blasfema de la Santa Misa que celebraban (y con la que se santificaban) los padres fundadores y cristianizadores de aquel sitio. Atrévanse y lean las horrendas declaraciones del impío purpurado a la sazón arzobispo-cardenal de Los Ángeles, California, USA:

Una (supongo que periodista, o simple concurrente, no lo se) se dirige al Cardenal y le pregunta:

- "¿Qué piensa sobre la Misa tridentina?"

Y Mahony le contesta:

-"La Misa tridentina se entiende que es para aquellos que no pudieron asumir la transición del latín al inglés (u otras lenguas) después del Concilio. Pero no hay participación del pueblo (los fieles) y no creo que infunda el espíritu de Cristo entre nosotros".



Tal cual. Resulta espeluznante cuando se cae en la cuenta de que el que habla es un Cardenal de la Santa Iglesia Católica Romana, la que usa el latín como lengua oficial y la que celebra su culto en latín ordinariamente. ¿O es que el purpurado no lo sabe?

El purpurado debe saberlo, tiene que saberlo, porque nació tierno pimpollo en el año 1935. Con ese Rito que desprecia fue bautizado, con esa Misa que desprecia recibió su Primera Comunión y todas las demás que recibiera hasta que él mismo fue ordenado en ese Rito sacerdote y celebró su Primera Misa según el Misal que tan displicentemente juzga. Toda su vocación pende y depende de lo que, al parecer, ahora no encaja. Muy anómalo, muy contradictorio, muy chocante, muy desconcertante. Opino.


Mahony - con ese nombre de sargento de serie de policias de Chicago - opina como un vulgar cleriguillo sin formación. Se esperaría de su dignidad un ponderado oráculo romano, pero habla fatuo y vano como un pedestre opinante del vulgo mas desinformado.

El motu proprio Summorum Pontificum no ha sido bene receptus por algunos. Que no sea del gusto de un a-liturgo malformado-deformado-descreído no es de extrañar. Que la reluctancia se desvele en un Eminentísmo y Reverendísimo Sr. Cardenal es escandaloso.

¿De entrada parece que obvia/que olvida el Vaticano II? Porque la Sacrosanctum Concilium dice (un ejemplo, un detalle): "Procúrese, sin embargo, que los fieles sean capaces también de recitar o cantar juntos en latín las partes del ordinario de la Misa que les corresponde." SC nº 54

¿No sabe, no distingue el concepto "participar" en la Misa, el Sr. Cardenal Mahony? ¿Qué es para un laico (o para un ministro menor) participar? ¿Tienen que hacer, decir, llevar, tocar algo para que se sientan "participantes? ¿Y si dicen-rezan-cantan en latín eso no es "participar? ¿Y estar en silencio orante-oferente unidos eucarística-espiritualmente al celebrante y a la Iglesia, en la Communio Sanctorum y en el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia, eso no es "participar"? Cuando el Emmº. Mahony celebra en San Pedro del Vaticano con Benedicto XVI en latín, ¿no "participa"? ¿Todas las Misas que escuchó cuando niño y como seminarista, todas el latín y según el Misal de San Pio V no fueron "participadas" por el pequeño-adolescente Mahony jr.? Y su Primera Misa, y todas sus Misas desde el año de su ordenación, 1962, hasta la entrada en vigor del Novus Ordo de Pablo VI ¿todas fueron Misas "no participadas?

Y lo más horrendo y blasfemo: ¿Esas Misas, las que el celebró y las celebradas todos los siglos que estuvo en uso el Misal y con la que se santificaron todos los Santos, Santas, sacerdotes y fieles, Jerarquía y pueblo de todos los tiempos hasta el año 1970, ninguna "infundió/infundía el espíritu de Cristo a celebrantes y asistentes?

Parece mentira, pero este es el "común" que padecemos en nuestra Iglesia Católica, cápite et in membris, como decían los que clamaban reforma en el siglo XV.

El mes pasado, a propósito de la Santa Misa según la forma extraordinaria del Rito Romano que se celebró uno de los días del Quinario de Ntrº Padre Jesús Nazareno, un gacetillero desinformado (profesional y religiosamente) dijo en un articulete del ABC de Sevilla quasi lo mismo que Mahony. Lo grave y preocupante no es que el gacetillero se parezca al Cardenal: Lo tremendo es que un Cardenal se asemeje por lo que opina a un gacetillero de prensa local.

Conocí a uno que estudiaba el fascinante caso de Fray Bartolomé de Carranza y Miranda, Arzobispo de Toledo, Primado de España, acusado ante la Inqusición española, reclamado por la romana y preso en Castel Sant'Ángelo casi diez años. Una venerable víctima de las circunstancias y los hombres de su tiempo. Me he acordado por el dichoso Mahony: ¡Quién pudiera meterle en una maquinita del tiempo y transportarlo a la Roma de Pablo IV Caraffa: ¡Se iba a enterar lo que vale un Misa!

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lunes, 2 de marzo de 2009

El caso del candidato austriaco

Como en el caso Williamson, en el caso Wagner han fallado los colaboradores de Benedicto XVI. Saber si consciente o inconscientemente that's the question, si hubo mala voluntad agente o buena voluntad irresponsable. El caso es que ha habido un fallo que deja expuesto al Papa, cosa que nunca debiera pasar.

Cualquiera con un poco de correcta información sabe (supone) que el Papa no conoce directamente y en profundidad a los episcopables, salvo excepciones. El proceso de designación tiene sus cáuces, que no se suelen saltar. Es sumamente extraordinario que alguno llegue a obispo por expresa voluntad del Papa, sin avales, reconocimientos o recomendaciones de los Obispos, Conferencia Episcopal y nunciatura de un país o región eclesiástica. Quiero decir con esto que Wagner no ha sido un invento de Benedicto XVI y que su nombre ha debido aparecer más de una vez en ternas, listas o "candidaturas".

Lo grave es que se haya destapado a propósito de su nombramiento (frustrado) esa sorprendente respuesta adversa del episcopado austríaco, incluído el muy equívoco Schöborn, cardenal arzobispo de Viena. Digo equívoco porque se le presentó en su día como guardián de las ortodoxias y cada mes que pasa se desvela más extrañamente proclive a contemporizar y ser uno más entre los demás. Y lo siento.

Ni Juan Pablo II pudo sanear y renovar toda la Jerarquía, ni Benedicto XVI lo va a conseguir, parece ser, aun siendo esta una de las necesidades más urgentes para la Iglesia, muy particularmete aquí, en Europa (por lo que Europa significa). A la postre, el barro que hay es el que hay y con ese debe labrar su cántaro el alfarero. O, dicho más castizo, con esos bueyes habrá que arar. Es lo que hay. Lo malo es que será lo que siga habiendo si no se renueva y mejora la "materia prima" episcopable.

La secularización desde los '70 ha causado estragos en Austria. El nefasto movimiento de los "somos iglesia" parece tener la presa bien sujeta entre los dientes. Son los que están detrás de las amenazas (reales, porque han ocurrido y están ocurriendo) de abandono de la Iglesia Católica. De hecho, los tales que "abandonan", dejaron de ser católicos-católicos hará ellos sabrán cuánto tiempo. Una defección no se decide en una semana. Ni un católico se des-catoliza por un obispo contra su gusto.

El pro-obispo Wagner tiene cara de empecinado alpino. Las salidas a propósito de Harry Potter y el ciclón de New Orleans fueron dos majaderías de antología. Pero lo de los homosexuales ha sido quizá su puntilla, porque los lobbys de los homosex ni perdonan ni olvidan. No se quién recomendaría a Wagner para auxiliar de Linz; desde luego estuvo indiscreto el recomendante, tanto como su recomendado. Pero por dos comentarios y una opinión no se desacredita a un candidato a Obispo propuesto por Roma. Salvo que esté uno muy esclavo/muy dependiente de la opinión de los contra-católicos o los des-católicos de "somos iglesias" y otros grupos de reacción-presión de la pseudo-progresía eclesial.

El caso ha sido, a la postre, penoso. Una especie de conato neo-galicano que no sabemos qué consecuencias podrá tener, ni si ha sido sólo un brote casual o si responde a una más larvada y ahora aflorante afección y/o anomalía. El tiempo dirá. Por lo pronto parece marcarse una alarmante distancia respecto a los criterios de Roma y/o la intención del Papa.

Lo que es indiscutible es que se ha forzado a Roma a desdecirse. Y todo esto en un momento, unas circunstancias, especialmente molestas/incómodas para Benedicto, un Papa anciano con 80 lúcidos años cumplidos, sobre los que se proyectan estas pequeñas sombras, estos pequeños obstáculos.

Alguien ha fallado, pero no ha sido Benedicto. Aunque me parece relativamente claro que los tiros sí van contra Benedicto.
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Si piensan Schöborn y sus hermanos obispos austríacos que así van a prosperar en Austria, van listos. La nación que empezó el siglo XX siendo Imperio y ha entrado en el XXI como discreta república de muy segundo orden tiene muchas cosas que recuperar, restaurar y promover. Sería muy penoso que su conciencia católica hubiera sufrido un desgaste según el grado que este episodio parece traslucir.

Una cosa no debieran olvidar: El Papa y Roma son no sólo vínculo de catolicidad, sino sustancia sine qua non de eclesialidad. En este sentido, Austria no es nada y Roma todo. Y la historia se hace (se ha hecho, se hará) con Roma, no contra.
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