miércoles, 15 de octubre de 2008

La Santa (Teresa, of course)

La tendencia a recrear o re-inventar una Teresa según el capricho o la fijación o el prejuicio del ocurrente de turno, no es de ahora. Desde la Santa Teresa extasiada del Bernini a la última re-versionada en la peliculilla de temporada o el librillo de ocasión, te la repintan y desfiguran que da pena, horror y hasta vergüenza. Cuenta la Santa con la virtud de los grandes, que son mina de filón inagotable del que cualquiera puede extraer sustancia. Pero hace ya años que desistí de hojear siquiera cualquier prensa teresista que no fuera "contrastada", y aun así prefiero no entretenerme sino lo justito y acudir a la Santa y sus textos, que es lo apropiado.

Una reciente impostura (por parcial) sobre la Santa aparecía en titulares, hace un par de días, en una web de información religiosa: "Teresa de Jesús es una mujer, no una santa". La frase, con su parcialidad, falsea la verdad (y si se lee la noticia, se concluye la pésima opinión que el escritorzuelo aprovechado se merece). Desgraciadamente, a la Santa se le han ido pegando tópicos fabricados por esos que la consideran sólo mujer haciendo paréntesis de su santidad, y que le han ido traspasando desde sus insanas mentes más de una sombra personal. De este estilo, hay muchos que apenas se han leído un fragmentito de la obra de Santa Teresa pero se atreven a figurársela según su capricho, con el recuerdo de ellos sabrán cual iconografía teresiana como levadura del engendro.

Pienso que la recreación más fiel a la Teresa aquella que conocieron sus contemporáneos ocurre de vez en cuando si algunas valientes con vocación se proponen vivir como ella vivió. Por ejemplo, en España, los Carmelos "reformados" de Madre Maravillas son lo más aproximado a los que la Santa fundó. Cuantas veces los he visitado, me asombra la frescura teresiana de la conversación y los cantos de las monjas, detrás de su doble reja de locutorio, con los velos echados, pero con todo el santo desparpajo de las que saben qué dicen, quienes son, dónde están y qué hacen. Que no es fácil encontrar todas estas ponderadas y discretas circunstancias en cualquier locutorio de clausura. Y es virtud de estas que digo (y decepción en las que no).

Por toda España y más allá, los Carmelos Descalzos han sufrido los vaivenes de los últimos tiempos, quedando muchos de ellos en casi ruina espiritual, y humana también. De los que conozco más próximos por localización, uno está amenazando derrumbe material de parte del edificio con crisis más o menos diagnosticada de las monjas. El otro, habría que cerrarlo sin ambages y re-colocar a las monjas donde se pueda (si se dejan). La solución que no se quiere abordar - todo lo comprendo pero no todo se puede disculpar - es la de sanear desde/con una comunidad saludable esos conventos enfermos y en agonía.

Tengo otros Carmelos de querencia, también más o menos vecinos, pero más tratados. Uno se ha conservado bien en el espíritu, con heroicas y santas mujeres, cada vez más viejas las viejas...y las dos jóvenes que tienen envejeciendo, pero ya pasan de los cincuenta las "junioras", llevando el peso del trabajo con las otras ancianas que todavía sacan redaños de sus mil achaques. El otro es de "maravillosas", distinto, con otros vigores; me impresionan cuando me salen a saludar al locutorio, tan especiales. Otro mundo.

Otro mundo en el que uno se imagina muy bien a la Santa que inspiró con su reforma ese estilo, sin duda de los que imprimen carácter desde la Regla vivida (intentada y querida, primeramente). Conociendo a estas, es imposible alucinar con espejismos sobre la Teresa original. Tampoco se excede uno en palabras cuando hay que contar algo de ellas, cómo son y por qué. Será porque, como son tan "de verdad", se impone sin querer esa regla del carmelo teresiano:

"En la casa de Teresa / esta regla se profesa: / O no hablar, o hablar de Dios."

¿Por qué será que esos que hablan tanto (y en falso) de ella, la Santa, hablan tan poquito (o nada) de Dios?

Me pregunto.


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Hablar o callar

Para el auto-diálogo mecum ipse (y de cada quisque con sus interioridades), Monteverdi. No es que excluya otras alternativas musicales para el acompañamiento melódico de la conversación introspectiva, pero Don Claudio Monteverdi es de lo más recomendable entre los recomendables. Que yo me recomiendo ad casum, ponderando los considerandos, entre los cuales que estamos en Otoño de Octubre, y está la noche suave y con luna llena




¿Cuántas voces cantan un madrigal? ¿Y una conversación interior, cuántas voces tiene? Habla la mente, y el cuerpo también; y el alma, y el espíritu; y habla la vida; y se oye el pasado (y el bordón acorde de lo que vendrá). También caben voces de los otros, recogidas con amor o con dolor, y que se llevan dentro, en la fonoteca particular, nunca compartida, siempre reservada.

Y si entra Dios en la conversación, lo hace por medio del Ángel, o como Palabra, o con lo grabado en la conciencia. Tiene muchos recursos para hacer que su voz esté, aun sonando desde todo y con todo, pero dejando su nota distinta, profunda.

Cuando la conversación está bien llevada, es tan armónica como un madrigal de Monteverdi, con sus ritmos, sus entradas, sus pausas, con voces y el contínuo de fondo acompañante. Se quedan frases, notas, melodías, que se retoman o se dejan ir.

Los primeros versos, el canto que abre, tienen la frescura del aire que se siente claro y nuevo; despues se templa y hace ambiente. Parece que cuando se quiera se podrá reiniciar, continuándolo. Con otras palabras, con otras notas, pero la misma música con su misma lengua.

A Terzio le hubiera gustado tanto escribir la letra, como componer la música, y también cantar cada una de las voces y pulsar el bajo.

Parlo, miser' , o taccio?
S'io taccio, che soccorso havrà il morire?
S'io parlo, che perdono havrà l'ardire?
Taci; che ben s'intende
Chiusa fiamma tal'hor da chi l'accende.

Parla in me la pietade,
Parla in lei la beltade;
E dice quel bel volto al crudo core,
Chi può mirarmi, e non languir d'amore
?


Claudio Monteverdi VIIº Libro de Madrigales; letra de GianBattista Guarini (y el amable Mr. Youtube, of course).

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domingo, 12 de octubre de 2008

Cine-Cine del 12 O.

Soy de la generación que veía todos los años Agustina de Aragón en la tele, cada 12 de Octubre. No puedo precisar hasta cuándo duró esa familar escena de sobremesa en blanco negro, pero Aurora Bautista con el cañón y Juan Espantaleón con el cachirulo son entrañables estampas que marcaron mi impresionable vis patriótica, indeleblemente y para los restos. Uds. se harán cargo.

Y heme aquí, cuarentón abocado al medio siglo que echa de menos aquellas estampas de mi tierna y sana infancia, moralmente irreprochable. Cosa que no es de extrañar, que ya se sabe cuánta verdad encierra eso de los pretéritos paraísos perdidos. Y era un paraíso ver la Agustina de Aragón de Juan de Orduña, y una remembranza paradisíaca recordarlo. Oh!

Desgraciadamente los pobrecitos niños de ahora no crecerán con esas formativas imágenes, que ponían en película los dibujitos de la Enciclopedia Álvarez, otro tesoro que alcancé a conocer porque algunos de mis primeros señores maestros seguían aferrados a su sólida pedagogía y, aunque nos hacían comprar los libros modernos para guardar las formas, seguían enseñándonos con la Álvarez como libro patrón insustituíble (sabia y magistral opción que agradezco en la distancia todo lo que puedo y cada vez que puedo). Allí venía dibujada Agustina de Aragón, con la mecha en la mano prendiendo el cañón, lo mismito que el grabado de Goya, lo mismito que luego salía en la peli de Juan de Orduña, con Aurora Bautista y Juan Espantaleón. Todos los años el Dia del Pilar.

Me avisó un amigo entendedor, la otra tarde, que ni se me ocurriera ver la peli tan malísima que han rodado con multi-subvenciones pesoeras-zperas sobre el 2 de Mayo y todo lo demás. Como casi tutto el reciente cine español, caca cacarum con el consabido plus de memoria antihistórica de lo que no fue tal y como quiere la piara que hubiera sido. Como no pienso verla (bastante que subvencionen a costa del respetable las basurillas del régimen como para que encima las pague uno en taquilla; con obligada cuota de pantalla, además); como no tengo intención de verla - iba diciendo - me solazaré recordando aquellos mis 12 de Octubre en blanco y negro de Cifesa.

El recurso siempre digno de nuestros lost paradises.

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sábado, 11 de octubre de 2008

Haciendo patria

El periódico de la piara - que no pierde puntada - publica que han pillado in fraganti al infra-babieca bi-perdedor quejándose de tener que ir al "coñazo" (sic) del desfile (de modas no: el militar, el de mañana, dia 12 Octubre, el de la Fiesta de la Hispanidad).

El hijo de su mamá (expuesta la mamá en estos momentos a los improperios que tal hijo le merece muy propiamente) estará cansado, fatigado, extenuado por la ardua labor de no hacer rien y cobrar por opositor jefe de la cómoda oposición institucionalizada, tan reputada por su altísima y proverbial eficiencia.

Mientras, haciendo patente la falsedad del ppartiducho que preside y de su deshonrada tropa (toda la militancia porque a estas alturas el que no se ha bajado de ese barco es que tiene infecta y corrupta la vis política que le quede) se permite desenmascarar su fervor hispano ante su candidato aspirante a cacique andaluz (todavía señorito, aunque pinta canas).

¿Hay quien venda menos y peores credibilidades? Pues todavía hay imbéciles e imbécilas (y hasta con mitra y birreta y/o compromisos de santidad militante) que llegado el momento volverán a recomendar y/o predicar el subterfugio del "voto útil" y/o "el mal menor", los muy inmorales, los muy culpables.

Eso pasa en Madrid, la capital, donde será "el coñazo" mayor nacional.

En provincias, en Sevilla, la piara de Menteserrín suprime los actos por sorpresa, con tanta desgana y fastidio como el susodicho de marras. En su descargo hay que decir que son psoeramente "coherentes", porque están amamantados con la mala teta de la que han mamado repugnancia por España, la Hispanidad, la Marcha Real, la Bandera Rojigualda, el Ejercito y todo lo que sea de la España que limita al Norte con el Mar Cantábrico y los Montes Pirineos que nos separan de Francia (que es de donde la piara quisiera ser, (Vive la Revolutión! et Allons enfants, etc. etc. etc.)).

Espero que el Sr. Arzobispo y el Cabildo Catedral hispalense tengan el honor y el pundonor de honrar a Colón, de cuyos insignes restos mortales son los custodios en nuestra Catedral Metropolitana, Patriarcal de las Iglesias de Hispanoamérica. Amén.

Pero no sé, tal y como está el patio, cómo se resolverá el evento en Sevilla, dado el fuerte viento "coñacista" que barre en la Villa Capital y por todo el hispano solar (y conste que no lo digo por las ministresas de cuota; ni siquiera por la del Ejército).


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viernes, 10 de octubre de 2008

La Inquisición es CosaNostra

En el colmo de la desfachatez histórico-criminal, los panormitanos de Palermo capital de Sicilia, sacan a relucir grafitti que dicen del tiempo y las cárceles de la Inquisición para tiznar a España, la Inquisición y, de camino, también a la Iglesia.

La noticia además la redacta el consabido-a gacetillero-a con currículum de aprobado y enchufe parental (muy típico del ABC de estos últimos años) con datos insufribles como que "...Torquemada instaló una de las prisiones, donde, desde 1605 a 1782, interrogó y torturó a cientos de inocentes en el nombre de Dios." Con dos pares de mendas (si les cupiera apéndices semejantes al periodistilla que fuere); tanto más cuanto el muy recordado y venerable Fray Tomás (q.S.G.h.) no llegó a conocer en carne mortal la entrada del 1.500, a saber.

Al Palermo de las criptas de los Capuchinos con las pseudo-momias de los panormitanos que en paz descansen, se les suma ahora esta otra nueva galería de horrores que se podra visitar a módicos precios por los turistas, que pasaran de los esplendores de la Capella Palatina a las sordideces de las mazmorras inquisitoriales.


A propósito de la noticia opino que lo más digno de investigar sería el llamativo caso de que todo lo que enseñan los sicilianos lo hicieron genios foráneos de paso por la bella Sicilia: Los templos de Agrigento, son griegos; la Capilla Palatina, la mandaron hacer los germanos Hohenstauffen y la hicieron bizantinos constatinopolitanos; los castillos y palacios de los Anjou, son franceses, y las mazmorras de la Inquisición, hispano-aragonesas.

Total, que lo único digno de interés que les queda made in Sicilia y 100% obra de los sicilianos es la "Cosa Nostra" (que como es cosa suya, no la enseñan).

¡Qué disgusto!
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¿No?

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jueves, 9 de octubre de 2008

Pius PP XII. In memoriam

En mi casa, desde antes que yo naciera, hay fotos y estampas y medallas de Pio XII. Su imagen es tan familiar para nosotros como la de uno de nuestros abuelos o viejos parientes. Siempre venerado, admirado y querido. Mi madre le tenía especial aprecio a un pequeño busto policromado, representándole con la muceta ribeteada de armiño, las gafas doradas y el solideo blanco. Está desgastado, como esos objetos que se limpian y tocan con cariño, siempre en el mismo sitio. Sigue estando donde lo tenía puesto mi madre.



Mi madre nunca se enteró de la polémica levantada en contra suya por sus enemigos, los de siempre. Tampoco supo de la ingratitud de algunos, del resentimiento de los que se revolvieron mordiendo en su rabia la mano benedicente del gran Pacelli. Para ella, como para tantos, Pio XII estaba tan alto que el fango de los miserables de turno nunca le tocó. Su impóluta sotana blanca sólo tuvo la huella de la sangre de su pueblo, cuando acudió el primero a consolar a los romanos desolados por el bombardeo de San Lorenzo Extramuros.

Mientras vivió nadie se atrevió a levantarle calumnia; quizá porque la magnanimidad imponente de su persona impedía que en torno suyo se movieran indignidades ni vilezas, aunque fueran sutiles. Pero después de su muerte se envalentonaron los canallas, los que antes no hubieran resistido un segundo su penetrante mirada, su palabra clara, tan limpia. Y fue uno de los que tendría que haber callado por vergüenza oprobiosa, pero los infames tienen la memoria corta para los crímenes propios, y se inventan fantasmas contra los hombres de buena voluntad.

Los Papas testigos de las guerras modernas han sufrido ser víctimas de los guerreros antes, durante y después. Los que querían matar y mataban y mataron, acusarían a los Pontífices de estar del lado de uno u otro, según fueran uno u otro los que acusaran, señalando con manos tintas en sangre. Acusaron a Pio X, acusaron a Benedicto XV, también acusaron finalmente a Pio XII.

A favor y en descargo rotundo de Pio XII testan muchos. El principal, quizá, es el más desconocido porque sus viejos "hermanos" silenciaron su conversión al catolicismo, y ni siquiera muchos de ellos saben que el Gran Rabino de Roma Dtr. Israel A. Zolli se convirtió al catolicismo, y se bautizó por expresa voluntad con el nombre de Eugenio Pio, como el hombre santo que le sirvió de testimonio para pasar del viejo Israel a la Iglesia de Cristo.

Hoy, en la Misa celebrada en el L aniversario de la muerte de Pio XII, su sucesor Benedicto XVI ha trazado la semblaza de su reconocible grandeza y santidad.
Ayer, un rabino de Haifa (testigo y hasta puede que animador de la tortura del pueblo palestino por "su" estado de Israel) se atrevió en Roma (donde estaba invitado por el Papa para intervenir como ponente en el Sínodo sobre la Sagrada Escritura) a injuriar la inmarcesible figura de Pio XII (el que movió a un gran rabino de Israel a pasar de las sombras a la luz). La paradoja casi repetida de la tremenda sentencia "...Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; pero, como decís: "Vemos" vuestro pecado permanece." Jn 9, 41.
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A Pius XII se le podría haber llamado "magno", como a algunos de sus predecesores, porque estuvo a la altura de los más grandes que ocuparon la Sede de Pedro. Hoy (como tantos días) muchos hemos rezado por su beatificación: Ad maiorem Dei gloriam Virginique Assumptae, ut sit !!!!

+T.

miércoles, 8 de octubre de 2008

La afrenta de los energúmenos

Por poner un título, que la cosa es peor. Y me afecta, porque estoy en este mundo con esas cosas (aunque tan consciente de que esas cosas no son del mundo que asumo como mio). El malestar se me vuelve profundamente reactivo. Sin peligro para los responsables, porque la mayoría de los "históricos" ya murieron (menos mal), y los presentes están fuera del alcance de mi indignación. Sin embargo, tengo que convivir con afectados infectados, la mayoría inconscientes (aunque también trato con algún que otro perversamente instalado en la ofuscación de las "élites").

La envidia - que es pecado capital, cabeza de otros muchos - se disfraza de tantas cosas como tantas son las realidades envidiadas. La envidia - que es "tristitia boni alieni"; tristeza de/por/a causa del bien ajeno - llega algunas veces en algunos casos al paroxismo de destruir el bien deseado y no gozado. En las páginas de sucesos aparece con relativa frecuencia y universalidad la escena de la fea que arroja ácido u otro corrosivo al rostro de la bella; o quema, o corta, o hiere de la forma que sea. También se repite que el agresor sea el amante no amado, despechado y violento por no ser querido, por ser despreciado, ignorado, y no poder poseer a su pretendida y deseada. Una tragedia con una víctima y un criminal, relativamente perturbado, pero siempre culpable en cuanto consciente del mal que hace, queriendo y odiando.

La patología, aunque corriente, tiene dificil excusa. Cuando reinaba el sentido común, en otros siglos, nadie se llamaba a engaño y rara vez se pasaban por alto las aberraciones contra la estética. Una cosa era poner cara de monstruo y cuerpo deforme a una gárgola que servía para escupir agua desde un saliente del tejado, y otra muy distinta imaginar la belleza corporal figurada de un arcángel destinado a exornar el retablo de un altar; pero, aun así, un dragón se hacía hermoso en tanto que dragón, y en su sentido propio. Y se distinguía, y se sabía. Alguna vez se permitía la broma, el juego divertido y equívoco, pero en proporciones y circunstancias aceptadas comunmente, sin falsear por malicia o incompetencia. Y siempre con la maestría del autor patente, incluso alardeando de saber hacer arte con lo feo, deforme o grotesco.

Pero este no es el caso, en el "arte" contemporáneo, me refiero. Desde el desprecio de las formas, un degenerado estado de fastidio hiper-saturado encontró la excusa de la novedad por la novedad para inventar una anti-estética que se impuso por la dictadura de las vanguardias sobre un acomplejado snobismo burgués, siempre insatisfecho y a la búsqueda de últimas experiencias. Estragados en el gusto y auto-alucinados en su hermético subjetivismo, tocaron la fláuta de Hamelín y se llevaron detrás un público acrítico, víctima de una obsesión inducida, bajo la fascinación de un engaño y la recurrente atracción de nada. Empachados, ahítos, de placer en placer, por probar límites, un día comieron estiércol hediondo y dijeron que lo podrido era de buen gusto, e impusieron el corrompido gusto, y muchos gustaron y dijeron sí, y compraron con oro estiércol para ver, oler y saborear. Y ya no hubo vuelta atrás, porque el precio pagado hacía irreversible el paso.


Todo esto es por la "exposición" - Le Louvre, une autre fois - de monigotes del monigotero (una de las más envilecidas personalidades del mundo moderno) Picasso, desgracia nacida en Andalucía, allí donde vivieron y reinaron e hicieron escuela los Grandes a los que nunca alcanzó (y el lo sabía). La petulancia del envidioso se agrava en furia interna si entiende y encuentra motivo de inspiración, con el tormento de aspirar y no poder y no llegar; siempre queriendo, nunca alcanzando. Y la carcoma de la entraña se vomita en falso arte, que disimula la impotencia con la provocación absurda. Eso fue y eso hacía.

Para que entiendan los que sepan y se empecinen los afectados, en Le Louvre han colocado la obra del arte al lado del adefesio del energúmeno. Con el pecado explícito de que se pretende magnificar al fantoche a costa de empequeñecer al artista. No se busca la admiración de Velázquez, sino el aplauso para Picasso; ni para Velázquez ni para el Greco ni para Goya, a los que perversa y equívocamente se ha sumado la monstruosidad engañosa del aborrecible que vivió y avarició fortuna apostatando de España y enchiquerándose francés.

Basura al fin. Perfil de un mundo que ha hecho de gentuza de esa repugnante laya sus gurús culturales. Y digo para las otras artes degeneradas lo mismo (precisamente están radiando en nuestra penosa Radio Clásica unas patochadas de L.Berio y de G.Ligeti. Vaya lo uno por lo otro, tales para cuales).

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