miércoles, 15 de octubre de 2008
La Santa (Teresa, of course)
Hablar o callar
¿Cuántas voces cantan un madrigal? ¿Y una conversación interior, cuántas voces tiene? Habla la mente, y el cuerpo también; y el alma, y el espíritu; y habla la vida; y se oye el pasado (y el bordón acorde de lo que vendrá). También caben voces de los otros, recogidas con amor o con dolor, y que se llevan dentro, en la fonoteca particular, nunca compartida, siempre reservada.
Y si entra Dios en la conversación, lo hace por medio del Ángel, o como Palabra, o con lo grabado en la conciencia. Tiene muchos recursos para hacer que su voz esté, aun sonando desde todo y con todo, pero dejando su nota distinta, profunda.
Cuando la conversación está bien llevada, es tan armónica como un madrigal de Monteverdi, con sus ritmos, sus entradas, sus pausas, con voces y el contínuo de fondo acompañante. Se quedan frases, notas, melodías, que se retoman o se dejan ir.
Los primeros versos, el canto que abre, tienen la frescura del aire que se siente claro y nuevo; despues se templa y hace ambiente. Parece que cuando se quiera se podrá reiniciar, continuándolo. Con otras palabras, con otras notas, pero la misma música con su misma lengua.
A Terzio le hubiera gustado tanto escribir la letra, como componer la música, y también cantar cada una de las voces y pulsar el bajo.
Parlo, miser' , o taccio?
S'io taccio, che soccorso havrà il morire?
S'io parlo, che perdono havrà l'ardire?
Taci; che ben s'intende
Chiusa fiamma tal'hor da chi l'accende.
Parla in me la pietade,
Parla in lei la beltade;
E dice quel bel volto al crudo core,
Chi può mirarmi, e non languir d'amore?
Claudio Monteverdi VIIº Libro de Madrigales; letra de GianBattista Guarini (y el amable Mr. Youtube, of course).
&.
domingo, 12 de octubre de 2008
Cine-Cine del 12 O.
Soy de la generación que veía todos los años Agustina de Aragón en la tele, cada 12 de Octubre. No puedo precisar hasta cuándo duró esa familar escena de sobremesa en blanco negro, pero Aurora Bautista con el cañón y Juan Espantaleón con el cachirulo son entrañables estampas que marcaron mi impresionable vis patriótica, indeleblemente y para los restos. Uds. se harán cargo.
Y heme aquí, cuarentón abocado al medio siglo que echa de menos aquellas estampas de mi tierna y sana infancia, moralmente irreprochable. Cosa que no es de extrañar, que ya se sabe cuánta verdad encierra eso de los pretéritos paraísos perdidos. Y era un paraíso ver la Agustina de Aragón de Juan de Orduña, y una remembranza paradisíaca recordarlo. Oh!
Desgraciadamente los pobrecitos niños de ahora no crecerán con esas formativas imágenes, que ponían en película los dibujitos de la Enciclopedia Álvarez, otro tesoro que alcancé a conocer porque algunos de mis primeros señores maestros seguían aferrados a su sólida pedagogía y, aunque nos hacían comprar los libros modernos para guardar las formas, seguían enseñándonos con la Álvarez como libro patrón insustituíble (sabia y magistral opción que agradezco en la distancia todo lo que puedo y cada vez que puedo). Allí venía dibujada Agustina de Aragón, con la mecha en la mano prendiendo el cañón, lo mismito que el grabado de Goya, lo mismito que luego salía en la peli de Juan de Orduña, con Aurora Bautista y Juan Espantaleón. Todos los años el Dia del Pilar.Me avisó un amigo entendedor, la otra tarde, que ni se me ocurriera ver la peli tan malísima que han rodado con multi-subvenciones pesoeras-zperas sobre el 2 de Mayo y todo lo demás. Como casi tutto el reciente cine español, caca cacarum con el consabido plus de memoria antihistórica de lo que no fue tal y como quiere la piara que hubiera sido. Como no pienso verla (bastante que subvencionen a costa del respetable las basurillas del régimen como para que encima las pague uno en taquilla; con obligada cuota de pantalla, además); como no tengo intención de verla - iba diciendo - me solazaré recordando aquellos mis 12 de Octubre en blanco y negro de Cifesa.
El recurso siempre digno de nuestros lost paradises.
&.sábado, 11 de octubre de 2008
Haciendo patria

viernes, 10 de octubre de 2008
La Inquisición es CosaNostra


jueves, 9 de octubre de 2008
Pius PP XII. In memoriam

Mi madre nunca se enteró de la polémica levantada en contra suya por sus enemigos, los de siempre. Tampoco supo de la ingratitud de algunos, del resentimiento de los que se revolvieron mordiendo en su rabia la mano benedicente del gran Pacelli. Para ella, como para tantos, Pio XII estaba tan alto que el fango de los miserables de turno nunca le tocó. Su impóluta sotana blanca sólo tuvo la huella de la sangre de su pueblo, cuando acudió el primero a consolar a los romanos desolados por el bombardeo de San Lorenzo Extramuros.
miércoles, 8 de octubre de 2008
La afrenta de los energúmenos

La envidia - que es pecado capital, cabeza de otros muchos - se disfraza de tantas cosas como tantas son las realidades envidiadas. La envidia - que es "tristitia boni alieni"; tristeza de/por/a causa del bien ajeno - llega algunas veces en algunos casos al paroxismo de destruir el bien deseado y no gozado. En las páginas de sucesos aparece con relativa frecuencia y universalidad la escena de la fea que arroja ácido u otro corrosivo al rostro de la bella; o quema, o corta, o hiere de la forma que sea. También se repite que el agresor sea el amante no amado, despechado y violento por no ser querido, por ser despreciado, ignorado, y no poder poseer a su pretendida y deseada. Una tragedia con una víctima y un criminal, relativamente perturbado, pero siempre culpable en cuanto consciente del mal que hace, queriendo y odiando.
La patología, aunque corriente, tiene dificil excusa. Cuando reinaba el sentido común, en otros siglos, nadie se llamaba a engaño y rara vez se pasaban por alto las aberraciones contra la estética. Una cosa era poner cara de monstruo y cuerpo deforme a una gárgola que servía para escupir agua desde un saliente del tejado, y otra muy distinta imaginar la belleza corporal figurada de un arcángel destinado a exornar el retablo de un altar; pero, aun así, un dragón se hacía hermoso en tanto que dragón, y en su sentido propio. Y se distinguía, y se sabía. Alguna vez se permitía la broma, el juego divertido y equívoco, pero en proporciones y circunstancias aceptadas comunmente, sin falsear por malicia o incompetencia. Y siempre con la maestría del autor patente, incluso alardeando de saber hacer arte con lo feo, deforme o grotesco.
Pero este no es el caso, en el "arte" contemporáneo, me refiero. Desde el desprecio de las formas, un degenerado estado de fastidio hiper-saturado encontró la excusa de la novedad por la novedad para inventar una anti-estética que se impuso por la dictadura de las vanguardias sobre un acomplejado snobismo burgués, siempre insatisfecho y a la búsqueda de últimas experiencias. Estragados en el gusto y auto-alucinados en su hermético subjetivismo, tocaron la fláuta de Hamelín y se llevaron detrás un público acrítico, víctima de una obsesión inducida, bajo la fascinación de un engaño y la recurrente atracción de nada. Empachados, ahítos, de placer en placer, por probar límites, un día comieron estiércol hediondo y dijeron que lo podrido era de buen gusto, e impusieron el corrompido gusto, y muchos gustaron y dijeron sí, y compraron con oro estiércol para ver, oler y saborear. Y ya no hubo vuelta atrás, porque el precio pagado hacía irreversible el paso.

Todo esto es por la "exposición" - Le Louvre, une autre fois - de monigotes del monigotero (una de las más envilecidas personalidades del mundo moderno) Picasso, desgracia nacida en Andalucía, allí donde vivieron y reinaron e hicieron escuela los Grandes a los que nunca alcanzó (y el lo sabía). La petulancia del envidioso se agrava en furia interna si entiende y encuentra motivo de inspiración, con el tormento de aspirar y no poder y no llegar; siempre queriendo, nunca alcanzando. Y la carcoma de la entraña se vomita en falso arte, que disimula la impotencia con la provocación absurda. Eso fue y eso hacía.
Para que entiendan los que sepan y se empecinen los afectados, en Le Louvre han colocado la obra del arte al lado del adefesio del energúmeno. Con el pecado explícito de que se pretende magnificar al fantoche a costa de empequeñecer al artista. No se busca la admiración de Velázquez, sino el aplauso para Picasso; ni para Velázquez ni para el Greco ni para Goya, a los que perversa y equívocamente se ha sumado la monstruosidad engañosa del aborrecible que vivió y avarició fortuna apostatando de España y enchiquerándose francés.
Basura al fin. Perfil de un mundo que ha hecho de gentuza de esa repugnante laya sus gurús culturales. Y digo para las otras artes degeneradas lo mismo (precisamente están radiando en nuestra penosa Radio Clásica unas patochadas de L.Berio y de G.Ligeti. Vaya lo uno por lo otro, tales para cuales).
& .