jueves, 25 de septiembre de 2008

En Guerra contra la Revolución

Estoy rodeado de gente especial, de calidad extra-ordinaria. De vez en cuando me sorprenden con regalillos que son también extra-ordinarios. Por ejemplo, desde hace ya un tiempo, recibo periódicamente una extra-ordinaria revista, de esas que te "señalan" con todas las consecuencias. La gente que la ve sobre mi escritorio, en el despacho, no sé qué pensará, pero seguro que piensan. Entre el totum revolutum de papelorios, documentos y libros, dejo expresamente encima, destacada, la revista de marras, a la caza de reacciones. Algunos hay que la miran de soslayo y salen bizcos del despacho por mirar de reojo esquinado y no atreverse a tomarla, abrirla y echarle un vistazo a la cosa. Ni osan hacerlo ni mucho menos decirme nada, por si acaso.
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La revista provocante se llama Ahora información, discreto y quasi insignifcante nombre que nadie diría que esconde un cañonazo carlistón con munición y metralla. Un cañonazo con bóina y borla que me huele a España romántica, como un retazo tardío y perdido de Fernán Caballero o el Padre Coloma. Ya digo que algo extra-ordinario.

La última que me ha llegado trae en portada, como ilustración de fondo, un fragmento de un cuadro recreando la Batalla de Somosierra. Llamativamente, se ha escogido un ángulo en el que resaltan unos frailes metidos en la refriega. Hay uno - con hábito de cisterciense o de lego dominico - con la Cruz alzada en la mano izquierda y disparando a bocajarro una pistola con la derecha. Y más abajo, uno que parece cartujo, apuntando y disparando un fusil, y en el plano más abajo, otro apuñalando a un soldado francés, y al lado hay otro apuntando a uno que parece un oficial napoleónico, o algo así. Toda una estampa, un poema con toda su trágica y melodramática heroicidad.

Lo más extra-ordinario es que aquellas cosas (la batalla del paso de Somosierra y todas las demás "gestas" de aquella Guerra) fueron más o menos así, tan abigarradamente pasional y española como la estampa del cuadro, todo arrebato por la patria y el rey con el fervor católico ebullescente en sangre carmesí sobre fondo dorado-gualda. ¡Viva!

Lo patético es que la Corona falló y, al cabo de la Guerra aquella, la Iglesia fue la victima de todos y por todos. No sé si se pagó con eso el purgatorio debido por los frailes y curas patriotas de trabuco y navaja contra el francés invasor. Pero desde entonces y hasta 1939 - con algunas intermitencias - no paró la persecución, y echó las raíces ese rabioso anti-clericalismo que se hizo "quístico" en los cuadros de la progresía hispánica de turno. Y hasta el presente.

Volviendo a mi extra-ordinaria revista, me he solazado canturreando letrillas de entonces, que salen en algunos de los artículos de ese número 93 :
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Bonaparte en los infiernos / tiene una silla poltrona / y a su lado está Godoy / poniéndole la corona.

La musiquilla que me sé - popular - es la misma pachanga graciosa que devino en Himno de Riego, ominosa pieza que amenizó en su dia no sé cuántas tragedias. A pesar de la antipatía incondicional que le profeso, opino que es muchísimo más bailable y festera que la Carmagnole y demás copletuchas por el estilo. También reconozco que con fondo de fusilería, tambor batiente y/o ritmo-cadencia de guillotina ganan mucho todas ellas, la verdad.
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Para colmo de mi frución, el Ahora de Julio-Agosto incluye un par de artículos que terminaron de exaltarme: "La Predicación de la Cruzada. El Btº Diego José" y "El Soldado Católico en Guerra de Religión". Con ilustraciones de un par de retratos del Beato y la portadilla de su opúsculo:

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EL SOLDADO CATÓLICO

EN GUERRA DE RELIGIÓN
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CARTA INSTRUCTIVA
ASCÉTICO-HISTÓRICA-POLÍTICA
en que se propone a un Soldado Católico
la necesidad de prepararse, el modo con
que lo ha de hacer, y con que debe ma-
nejarse en la actual guerra contra el impío
partido de la infiel, sediciosa y Regicida
Asamblea de la Francia.

ESCRIBIALA
EL P. FR. DIEGO JOSEF DE CÁDIZ,
Misionero Apostólico del Orden de Menores
Capuchinos de N.S.P.S.Francisco de la
Provincia de Andalucía,
A SU SOBRINO
DON ANTONIO XIMENEZ Y CAAMAÑO
Soldado distinguido Voluntario del ilustre y antiguo
Regimiento de Infantería de Saboya

PRIMERA PARTE
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CON LICENCIA:
ECIJA, POR DON BENITO DAZA
AÑO DE M.DCC.XCIV.




Como verán todo extra-ordinario.

Y yo cautivado y encantado con y por tan extra-ordinarias cosas.

Uds. comprenderán-me. Si no, peor para Uds y su vulgar gusto, con todos los respetos mios.
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p.s. Se me olvidaba el título de ese nº 93 de Julio Agosto: "1808-2008 En Guerra contra la Revolución".
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Ita!
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miércoles, 24 de septiembre de 2008

Pijama de rayas (otra entrega de la historia como no fue)

Desde que se me despabiló la vis crítica, siempre me ha escandalizado la versatilidad del cine americano para contar la historia como no fue y ponérsela en pantalla al mundo entero. Me refiero en particular a lo de los indios que los USA masacraron en cuanto se iban haciendo EEUU, que pasaron de salvajes sanguinarios a ser los protegidos, comprendidos y apreciados por el buen yanqui inconformista anti-sistema que nunca existió y es invento de peliculeros (o arteros guionistas manipuladores-rentabilizadores de sentimientos de masas según que viento sople sobre la gente). En el recordatorio-imaginario del público, Custer matando indios (que existió) ha sido archi-superado por Kevin Costner que bailaba con lobos (que no existió).
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Lo mismo - mutatis mutandis - con nazis y otras malas especies de nuestra trágica y demente historia, que se pretende "superar" a golpe de novelorio falseador con película ilustradora de la "historia corregida y aumentada". Recuerdo la mala tarde de cine que me tragué cuando me llevaron a ver (yo no quería, peeeero...) aquella payasada de la "La Vita é bella", una de las más insufribles pantomimas del peor cine italiano (con el agravante de "made" para gustar en Hollywood y sacar en la tómbola idolillo dorado, ese filón inspirador; del caricato protagonista-director, evito decir hasta el nombre). Una desgracia.

Ahora es un pijama de rayas y vuelta a inventar melodrama que no fue. Como si con azúcar glasse las píldoras de Austwichtz y Mathausen se tragaran mejor, que cantaba Mary Poppins. Y así, como los yanquis con sus indios, disfrazamos la historia y damos láudano a la conciencia.

De todas maneras, la revisión edulcorada del marxismo y el comunismo está por estrenar. Sin un Boris Pasternak y con Solzhenitsyn recien enterrado, a ver quién es el valiente que rueda un "Cuéntame cómo pasó" con aquello que pasaba cuando Lenin y Stalin y sus satélites.
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El género de la fábula - fábulas morales, las llamaban - tenía la prudente y sabia discreción de poner animales por hombres, estereotipando escenas y circunstancias. Era una forma de decir verdades sin falsear realidades, pero respetando y marcando una distancia "moral" con su lección. Son breves de extensión y se explican por el narrador o llevan implícita o explícitamente su interpretación, siempre "legible" y rara vez "confusa". Me inquieta que "fabulen" la historia, tanto más cuanto se parte de los hechos para terminar desarrollando una ficción.

Debe ser un síndrome, un virus de lesa memoria que trastorna mentes y tuerce crónicas según el recuerdo particular de cada quisque moderado por su capricho de imaginar cómo fue lo que no fue de lo que fue.

En España mal-gobierna un afectado por el síndrome, precisamente. Seguro que le gusta la peli del niño del pijama.

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lunes, 22 de septiembre de 2008

No nos hagas esto!!!

Las fiestas comenzaron el Miércoles. Fiestas muy especiales, en cada casa y en las calles, familiares y de todo el pueblo, con pasión y fervor. Y el mapa del tiempo parecía que lo pintaba el "enemigo": Un borrascón en Las Canarias con unas altas presiones no sé dónde y otra borrasca en el Atlántico que dejaban lluvias-truenos y temporales por todos sitios. Y nuestro pueblo en el blanco de la diana, en el mismo centro.

A pesar de los mapas del tiempo (telediarios del mediodia y los de la noche y los de madrugada), ni una gota el Miércoles (que se bendecían las casetas) ni el Jueves tampoco (que eran las carreras de jóvenes) ni el Viernes (que se coronaba en la Plaza la Reina de las Fiestas con su Corte de Honor) ni el Sábado, que eran las carreras de caballistas y la ofrenda al Simpecado, y por la noche salía el Rosario cantado con el Simpecado en la Carreta de Plata. Ni una gota. Y los mapas anunciando agua y tormenta desde el Miércoles.

Pero amaneció el Domingo, es un decir. Porque a eso de las ocho de la mañana, más que de amanecida, el cielo tenía tono de reverbero, entre amarillento y candilazo, con un rum-rum remoto, sordo, amenazante, que sonaba cada vez más, como rodando, como un eco que no se va sino que crece. La gente le echó valor, y empezaron las tracas. Mi pueblo no es Valencia, pero algún valenciano nos tuvo que dejar la afición porque mi pueblo no sabe vivir ni sentir sin cohetes. Menos en los entierros, para todo lo demás hay un cohete a propósito. Media docenita por cualquier cosa, cualquier dia, es lo más normal. Cuando son fiestas, mi pueblo es La Batalla de Vitoria de Beethoven (como también hay bandas de música y uniformes, la comparación no es impropia, sino todo lo contrario).

Pues a eso de las ocho, con tormenta en gestación y aproximación, comenzaron los cohetes y las tracas. Una hora, hasta las nueve, sin parar. Dicen que es para que la gente se despierte, muy fina la ocurrencia. De hecho es tan efectiva, que a los diez minutos de tracas y cohetes, no hay cuerpo que siga en cama. Y todo tiene su gracia y querencia. Por ejemplo, un despertar con olor a pólvora entrando en el cuarto por debajo de la persiana del balcón, es una delicia que me rejuvenece titantos años. Y un desayuno con chocolate y calentitos, café y brazo gitano, con suave aroma a traca y cohete en el ambiente, es una exquisitez que ni en el Versalles de la Pompadour.

Pero ni la cohetería ni la carga bombardera de la tracas pudieron impedir el amenzante tormentazo: A las nueve y cinco, relámpagos y re-truenos, el cielo más cerrado que un banco en quiebra, y una manta de agua que rebosaba las alcantarillas. Diez minutos duraría.

A las nueve y media, con las calles escurriendo agua por la regueras y las canales, íbamos con nuestras medallas puestas para la Misa. Iba a ser un "pontifical", en un tablado, en la plaza, con doseles y parte de las gradas de plata del Altar de la Novena, un montaje espléndido, de alta priostía sevillana. Los de la Hermandad, con todo pesar, no se arriesgaron a que otro chaparronazo repentino nos empapara el Pontifical, y prepararon la Misa dentro de la Ermita, allí mismo, improvisando lo que no había y acomodando a la gente cómo podían. No se cabía. La ermita es de buen tamaño y tres naves, pero había gente para llenar cinco ermitas de cinco naves. La mayoría se quedó en la puerta, extendiéndose a la plaza, con las mujeres vestidas de flamenca y los hombres de chaquetilla corta. Los curas emepzaron la Misa dentro, con el coro cantando como podía, entre la estrechura de la gente y los curas. La Comunión, más estrecha todavía, con apuros para llegar y volverse a su sitio.

Acabó la Misa, con la bendición del Sr.Vicario. Y la gente mirando al cielo panza de burra, con esas nubes bajas que parecen deshacerse en humo de tahona, pesadas. Pero había que seguir. La gente en el porche de la ermita, arremolinada.

- ¡Ya llega la Carreta! La Carreta bajaba por la cuesta la Badila, campanilleando; los bueyes de la yunta eran blancos, salpicaos en colorao, con sus frontales de plata. Y la Carreta era digna de ver, con rosas amarillas, rojas, blancas, rosadas, todas formando ramos en la delantera y las jarras de plata de los costados. La Carreta de Plata era el centro de la fiesta del dia, porque en ella se coloca el Simpecado y se lleva por todo el pueblo, con la gente cantando y bailando alrededor, y los caballistas delante, y detrás los coches de caballo, y los charrés de mulas, y una banda de música delante y otra detrás. Y el cielo tormentoso, más que cuando empezó la Misa. Y era la hora y había que salir.
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Por fín se alzó el Simpecado, y ya lo traían a la puerta. La gente rompió a decir vivas y vivas y vivas y vivas y vivas...Y más vivas! En mi pueblo somos expertos en vitorear, un caso especial sin parangón a su altura. Sin exageración.

Cuando estaba el Simpecado en el umbral de la ermita, cuando iban a ponerlo en la Carreta, una de las Nicolatas (una de las mayores, Manuela, me parece que se llama) se pone delante del Simpecado, con los brazos abiertos, las lágrimas corriéndole, y diciendo a gritos:

- "¡¡¡No nos hagas esto, Madre mía, no nos hagas esto!!! Mira como te hemos puesto el pueblo. Tó es pá tí, pa tu gloria, tó es pa tí! Que nos parece poco tó lo que damos, que nos quitamos los lujos pa dártelo a Ti, Reina, que eres nuestra Reina. No nos hagas esto! Que tú eres la que mandas allí arriba, que el Señor te subió al Cielo y en el Cielo mandas Tú, Reina, Reina, Reina!

El último Reina! se engarzó con la Marcha Real, porque ya ponían el Simpecado en la Carreta, con mas Vivas! y más clamores por el estilo del de Manuela la Nicolata.
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Cuando volví a casa, eso de las dos y media, mi tía (que está de luto y este año no sale a las fiestas) me pregunta: - "¿Cómo va la Carreta?" Y se lo cuento y le digo que ni una gota, que hasta ha abierto el nublado y en la Calzada salió el Sol, con un calor, y...Y mi tía, comenta por lo bajo, con todo el aplomo de sus ochenta y cuatro: "Ella no nos deja nunca!" Y siguió poniendo la mesa.

En la cocina, delante de un cuadro de la Virgen, un tazón de aceite con tres mariposas que chisporroteaban su antífona (o sus Vivas!) habían sido las "aliadas" del rezo de mi tia. Y como ella, no sé cuántas más por el estilo, en sus casas y "sus labores", con sus lutos y sus cosas. Pero todas tan seguras de lo que puede Esa que tienen tan tratada, tan amada, tan rezada, tan llorada también. Cuando le rezan, cuando le dicen "...Reina y Madre..." lo hacen con toda conciencia y consecuencia.

Viva!!!

p.s. Breve crónica de pequeñas pasiones, con doméstico milagro pueblerino, con trombas de agua e inundaciones por Andalucía entera. Menos en mi pueblo. (Viva!!!)

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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Bellarmino, de controversiis


Es de esos Santos católicos netos. Su perfil es tan católico, tan romano, tan tridentino, que la causa se le atascó (eventualidades del tiempo, las circunstancias, los hombres, las políticas, las oportunidades) y no salió Beato hasta tres siglos después, bajo Pio XI. Después el acelerón fue notable y en 1930, Santo. Y en el 31, Doctor de la Iglesia.

Que es lo que había sido desde que sus superiores de la Compañía le descubrieron sus valiosos y brillantes talentos: Un doctor de, en y para la Iglesia. Cuando empiezan a publicarse sus Controversias, los protestantes llegaron a pensar que detrás había todo un equipo de eruditos, porque se resistían a aceptar que semejante caudal de "respuesta" se debiera a un sólo hombre. Pero todo era del Bellarmino.

De Controversiis era la cátedra que le encargaron en el Collegium Romanum. Tan bien enseñaba, tanto sabía, que al poco estuvo metido en casi todo lo que perfila aquella época apasionante, desde la célebre comisión de Auxiliis, a la revisión-reedición de la Vulgata (malograda por la "ligereza" de Sixto V, y que finalmente se publicaría bajo Clemente VIII, con prefacio compuesto por el mismo Bellarmino). Intervino en el proceso de Giordano Bruno, y también en el de Galileo; con todas las inevitables consecuencias para el primero y aconsejando prudentemente al cabezota Galilei (que poco caso le hizo).

En política, le tuvieron manía tirios y troyanos. Enseñaba que la potestad jurídica del Papa sobre los reyes y príncipes era sólo indirecta (y Sixto V rabiaba); y también enseñó que la monarquía no era una institución de derecho divino, y temblaban de cólera las coronas y quemaban públicamente sus libros en las capitales de la Europa pro-absolutista. Controversias con ingleses, con franceses, con españoles, con venecianos...Siempre controvertido Bellarmino.
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De las mejores ocurrencias de su anecdotario, la explicación que dio cuando mando descolgar y retirar los tapices de las salas que ocupaba: - "Las paredes no tiene frio", dijo. Porque siempre tuvo buen humor, y el genio simpático, y el bolsillo desprendido y siempre abierto. Y la dieta mediterránea; o mejor dicho, espartana, con mucho pan y ajo. Y catequista, y diplomático (a pesar del ajo) y director espiritual. De casi todo, y todo haciéndolo bien. Un caso.

En el summum de lo extraordinario, murió cardenal y sin dinero. Con lo que quedaba después de sus limosneos, apenas pudieron pagarle los gastos del entierro, que fue de noche para que fuera más discreto. Y así y todo, Roma entera estuvo en su entierro. Está en Sant'Ignazio, pegando a la espalda del Collegium Romanum donde enseñaba magistral.

La oración colecta de la Misa, le hace honor y le cuadra estupendamente:

Señor, tú que dotaste a San Roberto Belarmino de santidad y sabiduría admirable para defender a tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, la gracia de vivir con la alegría de profesar plenamente la fe verdadera. P. Ntrº Sñºr. Xtº...Amén.

Destaco, recalco, remarco: profesar___ plenamente___la fe verdadera.

Ahí quedo! Y con alegría (con artículo determinado: la alegría). Es - por si no lo han notado - una de las más patentes y rotundas oraciones católicas de entre todas las del Misal, el Eucologio y el Santoral. Como le conviene al Santo Roberto Bellarmino. Como conviene que no olvidemos los que profesamos plenamente la fe verdadera (con su correspondiente alegría).

+T.

martes, 16 de septiembre de 2008

Reviewing the Situation



Así estaría yo si fuera banquero, empresario o financiero: Reviewing the situation. Algunos agoreros dicen que el crack del 29 va ser un caramelito de menta comparado con la que se va a armar. No sé, porque yo no sé de estas cosas y tengo una aprehensión muy vaga de la economía y sus misterios. Es algo de familia.

Llevo los genes de mis bisabuelos, señoritos despreocupados, perezosos de fortuna, herederos tranquilones. Si se averiguara y rastrearan las ramas del árbol genealógico, considero muy probable que exista alguna remota conexión que remate en aquellos Reyes Holgazanes de los Merovingios, estoy convencido. Mi bisabuelo doble Don Antonio, dejó memorable una salida que tuvo en la notaría: -"¿Y voy a arder en el infierno por una herencia?!" Eso dijo. Y se quedó sin la herencia, que se llevó un primo desalmado. A la familia le quedó la anécdota, casi un refrán familiar que todos hemos aprendido, con su hidalga gracia.

Lo de condenarse por la economía es un capítulo de la moral cristiana. Muy olvidado, por cierto. Así como los pecados de la carne están siempre muy penados, los del dinero están prácticamente olvidados. Antes, no había Concilio general o provincial que no condenara la usura, era casi obligado. Al final, entre los cánones, aparecía inexorable la condena de los préstamos con interés. Pero ya no. Ya no hay Papa ni Concilio ni Obispo que se atreva, dado el "sistema" en que vivimos (y nos dejamos vivir). Y casi nadie lo recuerda, todos parece que lo han olvidado. Por ejemplo, de San Juan Crisóstomo, que se celebró el otro día, se recuerda su doctrina teológica, pero se pasa como sobre ascuas tocante a su "doctrina económica", tan severa (y tan cristiana).

Reconozco que la gestión económica es un problema, un gran problema. Entre las Parábolas del Evangelio, me inquieta especialmente aquella de los Talentos. Cuando sale y me toca "examinarme", me afecta. Además sostengo que está incompleta (Kyrie, eleisón!) porque me parece que falta un "tipo", un personaje: El que pierde el talento por ser un incompetente o irresponsable o frívolo...o lo que sea. Yes. Porque esos existen, que lo sabe cualquiera y el mundo está llenito de perdedores de talentos, pobrecillos. Intuyo que, como el Señor tiende al perdón de las deudas, más bien, obvió el caso para no alentar la frívola irresponsabilidad de los incompetentes, pobrecitos. De todas formas, sea lo que sea, ahí está la Parábola, animando al negocio y la inversión de los talentos. Y también son "económicas" las Parábolas de la Perla, y la del Tesoro Escondido. Y con un matiz laboral-sindical originalísimo, la de los Obreros de la Viña. En fin , que los caminos y el estilo divino no son los de los humanos y sus cosas.

Por eso una "revisión" económica secundum fidem/secundum Scripturam no se aviene, no encaja bien, es dificil concordar con las operaciones, leyes y parámetros de la economía intra-mundum. La consideración "sub especie aeternitatis", lo pone dificil. De lo que se deduce - more cristiano - que mi bisabuelo Don Antoñito tenía más razón que un santo cuando prefería perder aquí que más allá.

Recapitulando y volviendo al encabezamiento, diré que me gusta mucho la escena del Oliver! de Carol Reed, con Ron Moody haciendo de Fagin, cantando ese gracioso número, "Reviewing the situation". El sórdido personaje de Dickens se reversiona en el musical y resulta menos siniestro, más "empático". No tiene un final trágico, como en la novela, sino que sale de escena del brazo de Truhán, y se van alejando por una calle, cantando y bailando, mientras reviewing your situation.




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domingo, 14 de septiembre de 2008

A buenas horas

A buenas horas mangas verdes! Eso es lo primero que se me ha venido a la cabeza cuando he leído la noticia: La Iglesia anglicana pide perdón a Charles Darwin. También pegaría decir el castizo "Que le quiten lo bailao" y lo criticado, las puyas y los espoleos. Tampoco vendrá mal recordar cuánto sermón y sofocón en vano, cuánta apoplejía malgastada y cuantísimo berrinche para al final cantar la palinodia. Termino el párrafo asumiendo otro par de refranes: A lo hecho, pecho; y con más orgullo que Don Rodrigo en la horca. Con un par!

Pero no estamos en época de esos "pares". Lo unisex y el tolerancismo se imponen de tal forma, que las afirmaciones más recias de ayer se templan hoy con declaraciones que falsean lo que pasó y se desdicen del pasado y sus protagonistas, como si se soplara sobre figurones de humo. Pero no son humo.

A mí me hace gracia, me cae simpático, el tremendo Samuel Wilberforce (véase la caricatura y entiéndase al personaje y su "estilo") arremetiendo desde su anglicanísimo púlpito de Oxford contra el más bien tímido Dr. Darwin (que me cae muy simpático, por otras razones; lo he comentado hace poco a propósito de otra entrada en este blog). Aquella tensión, aquella reacción, tuvo que ser así, forzosa y coherentemente así. Y tan serio y respetable es el Darwin que observa y concluye y publica, como el Wilberforce que se alarma y clama tonante. Pretender siglo y medio después poner árnica en la herida, es una ridiculez de pazguato acomplejado, con muy poco del carácter firme y apasionado de aquellos formidables y batalladores clérigos y científicos victorianos.

La paradoja, además, es que sea la Iglesia Anglicana la que se desdiga y ponga en entredicho a su propia y antigua Jerarquía en un intento de reconciliarse con un pasado imposible de re-actualizarse. Digo más: Muy desconcertada debe andar la Jerarquía actual para enredarse en tales dimes y diretes del antaño de sus bisabuelos. Pero son nuestros tiempos.

A la Iglesia Católica le viene de más largo lo del "caso Galileo", que si yo fuera el Papa habría mandado al cuerno con cajas destempladas, sumaria y definitivamente. La semana pasada leí por ahí, no sé dónde, una noticia que me alegro: Que al final no iban a poner en los jardines del Vaticano la estatua de Galileo que había donado no sé quién. Perfectamente! Con lo que joden a costa del viejo cabezota, como para que encima le dediquen estatua con regodeo en el patio de casa del paciente sufridor, faltaría más!

Me gusta la historia tal cual ha sido. Y me gustaría haber estado en una de aquellas inflamadas controversias. Fue una época fascinante, y ya he dicho que me resulta tan atractivo el perspicaz y genial Darwin, como el fogoso Wilberforce.

A los Wilberforce les conozco más que a Darwin, por Newman, principalmente. De casta les venía ser ardorosos defensores de altas causas, como su padre William W. que combatió contra la esclavitud, y la vio finalmente abolida en Inglaterra. También fueron apasionados en religión, Samuel, el anti-darwinista, como obispo anglicano de Oxford, y su hermano Henry, uno de los más conocidos miembros del Movimiento de Oxford y famoso converso católico del grupo de Newman.

Por cierto, casados cada uno de ellos con una de las cuatro famosas hermanas Sargent (que siempre que salen a relucir se las nombra así: "las famosas hermanas Sargent"), tan ligadas a la historia y los personajes del Movimiento de Oxford; las otras dos se casaron una con George Ryder, futuro oratoriano, confratre de Newman en Birmingham, y la otra que fue esposa del que acabaría como obispo católico de Westminster y Cardenal Henry Manning (tan tremendo como su cuñado Samuel).

Me agrada terminar con esta semblanza amablemente doméstica y romántica. Hombres que amaron, que pensaron, que polemizaron. Pero hombres al fin: Un respeto para ellos y sus luchas, y no se pidan perdones con y por bocas extemporáneas, extrañas a las de los protagonistas de la historia (de esta y de otras).
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p.s. Que se me ocurre pudiera ser que fuera otra afloración del síndrome memoriero-historiero que aqueja a nuestro monclovita, que gobierna la España de ahora con la mente capta por el abuelete que perdió la guerra que él quiere ganar ahora para su abuelete. Más o menos. Pero pudiera tratarse del mismo espejismo (digno de gabinete psicológico y/o tratamiento psiquiátrico).

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sábado, 13 de septiembre de 2008

Exaltación

He tenido que hacer un comentario a propósito de la fiesta de la Exaltación de la Stª Cruz. Como este año cae en Domingo, se celebra litúrgicamente en vez de la dominíca ordinaria. En el Misal de Pablo VI se eliminó la otra fiesta de la Cruz, la del 3 de Mayo, tan tradicional y popular en España (litúrgicamenete sólo se ha conservado en el propio de la diócesis de Granada, y me parece recordar que también en Perú; no sé si en algún sitio más). Sólo quedó esta fiesta del 14 de Septiembre. La Cruz de Mayo conmemoraba la "invención", el descubrimiento del Lignum Crucis por Stª Elena, la madre de Constantino. Esta de Septiembre también se relaciona con el Madero Santo, pues recuerda originalmente la triunfal devolución de la Cruz a Jerusalén.

En el transcurso de una de la guerras entre el Imperio (ya Bizancio) y los persas sasánidas, el año 614, Cosroes II entra en la Ciudad y rapta el Lignum Crucis, que lleva a su palacio de Ctesifonte. Allí permaneció hasta el 628-29, en que el emperador Heraclio vence a los persas y rescata la Cruz, que devuelve solemnemente a Jerusalén. Era un 14 de Septiembre.

Una antigua leyenda narra que estando de vuelta Heraclio en Constantinopla, aquel mismo año, recibió una misiva de un desconocido jeque de la Arabia, que se decía "profeta de Dios", y que pedía al Emperador que se uniera a la nueva fe que estaba predicando por encargo divino. En el 634, Omar, el segundo califa sucesor de Mahoma, avanza por Palestina; en el 636 sitia Jerusalén; en 638 Omar entra victorioso en la Ciudad, que se convierte en el tercer lugar santo del Islám tras La Meca y Medina.

Heraclio apenas reacciona, paralizado por la contundencia y celeridad de los hechos. Los persas sasánidas también han caído, junto con las provincias de Siria y Egipto. Los griegos piensan que es un castigo por el matrimonio incestuoso del Emperador con su sobrina Martina. Un Heraclio derrotista y abrumado se retiraba a Constantinopla, después de unas rogativas que mandó hacer en Antioquía. Cuentan algunos cronistas que al embarcar dijo: -"Adiós, un largo adiós a Siria". Hasta las Cruzadas, cuatro siglos después.

Impresiona todavía hoy la secuencia tan rápida de los acontecimientos, como si la historia se precipitara inexorable sobre los personajes con sus nuevos protagonistas. Diez años van de la Exaltación de la Santa Cruz a la toma de Jerusalén por los árabes, un hecho dificil de asumir para la conciencia cristiana de la época. Oriente no reaccionaría, casi perpetuamente conmocionado por el golpe funesto. Sólo Occidente, un Occidente regenerado cristiano y romano después de la desordenada crisis de los bárbaros, será el que re-emprenda aquel capítulo de la historia, también con el signo de la Cruz como móvil principal.

Lo que me preocupa respecto a nuestro presente, precisamente, es que Occidente ha perdido la Cruz, y no sé qué podrá hacer sin ella, ni cuántos siglos podrán seguir de "hiato" en una historia que desde hace 2000 años está ligada a la historia de aquella Cruz.

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