domingo, 10 de agosto de 2008

De puertas, novenas, impedimentos y otras cuestiones


Me subleva la gatera que dejaron para entrar y salir de la Capilla Real. Un portillo que hubo que destapiar y que se remontaba a cuando hicieron la capilla, más o menos. La puertecilla están tan disimulada, que como no sepas donde está te pasas de largo y no la ves. Las que eran puertas para entrar y salir (que esa es la función de una puerta) las dejaron "señalizadas" y reservadas bien para entrar o para salir. Los turistas, preferentemente.

Las puertas de nuestra Catedral son...a ver si me salen del tirón: La primera, la principal y mayor y más grande, la de la Asunción, que se abre cuando llega y hace su entrada solemne un Arzobispo nuevo y cuando sale porque lo llevan a enterrar (oportunidades celebradas, unas más que otras, según quién cómo y cuándo. Huelgan comentarios.). También se abrió las dos veces que estuvo el Papa Juan Pablo II, y la última vez para una ocurrencia que quiso remedar la apertura de la Puerta Santa cuando el Jubileo del MM. Es la puerta de las puertas, con el nombre de la Titular del Templo Catedral, la Asunción.


Después, la de San Miguel, la que da frente al antiguo Colegio de San Miguel, hoy colmena de soñados y envidiados pisos y apartamentos de canónigos. Al que piense que el clasismo en la Iglesia terminó, que se pase y se dé una vueltecita por la Plaza del Cabildo y compare las condiciones en que viven unos pocos por obra y gracia de su Señor (Arzobispo). Alecciona y desengaña mucho. Pues frente por frente al arquillo de entrada a las casas de los canónigos está la Puerta de San Miguel, con el precioso relieve del Nacimiento (Mercadante de Bretaña fecit), por la que sale la Custodia el dia del Corpus y por la que entran los pasos de las Cofradías de Semana Santa.


Haciendo pareja, al otro lado está la Puerta del Baptisterio, junto al extremo de la fachada que se continua con el Sagrario. Como la de San Miguel, está decorada con esculturas en terracota , de Mercadante y Pedro Millán; la escena del Bautismo del Señor en el tímpano y Santos sevillanos en las enjutas del arco, bajo doseletes. Preciosas y muy afectadas por la intemperie, las nefastas palomas y la contaminación de los coches (más las constantes y regulares trepidaciónes del tren pseudo-tranvía de Menteserrín). Una pena que a saber cuánto va a aguantar. Más de una vez se ha pensado en meter las esculturas dentro y mandar hacer réplicas sintéticas para sustituirlas fuera. Total, qué más da si lo que nos da fama y prestigio es el tren pseudo-tranvía, tan necesario, que no nos lo merecemos de bueno que es.


Esas son las tres puertas de la fachada occidental, la principal. En la parte opuesta, mirando al Oriente, la Puerta de los Palos, por la que entra la Custodia, sale y entra la Virgen de los Reyes el dia de la Asunción, y por donde salen los pasos de Semana Santa (y por donde entra y sale el Señor Arzobispo cuando viene a la Catedral, porque es la que le pilla más cerca de Palacio) . Otra preciosidad (la puerta, no el Señor Arzobispo) del XV-XVI (idem), con esculturas del maestro Perrín o Florentín (según quién sea el que te haga de guia). Con el particular de que es la vecina de la Giralda y la más utilizada para entrar y salir de la Catedral hasta que empezaron los vetos, obstáculos y ordenanzas para entrar y salir.

Al otro lado del ábside de la Capilla Real y haciendo pareja con la anterior descrita, la Puerta de Campanillas, del mismo estilo, cronologia y artista. Allí, en el muro de la cabecera de la Capilla Real, es donde abrieron la gatera como entrada "para el culto". La Capilla Real es la única de la Catedral que mantiene culto regular y diario (excepción hecha de la Misa Capitular que se celebra - si el tiempo no lo impide - en la Capilla del Altar Mayor).

Durante todo el año salvo las Solemnidades, la Catedral es más museo que templo. El turismo entra por la Puerta del Príncipe - por otra puerta menor y discreta que da a su amplio atrio -. La Puerta del Príncipe o de San Cristobal o de Colón está en el extremo del crucero de la nave de la epístola, frente a la Lonja del Archivo de Indias. Por esta puerta entran los Reyes, príncipes y visitantes de rango y honor. Es una entrada extraña porque cuando le colocaron delante el cenotafio de Cristóbal Colón, quedó muy limitado el acceso (aunque en muchos sitios ya darían lo que no tienen por tener semejante "obstáculo" colombino en una puerta).


Queda la Puerta del Lagarto, que da al Patio de los Naranjos. Y la de la Concepción (brazo del crucero del evangelio), que no se abre porque lo impide el Altar del Corpus, un monumento de plata que era desmontable y ahora está el año entero montado. En la misma nave, a los pies, junto al Baptisterio, la Puerta del Sagrario, que da directamente a la nave de la Parroquia aneja. Casi tocando a la Giralda, la puerta que da a la nave del lagarto y la Colombina por el Patio, puerta muy "discreta" pero la más antigua de las que hay. Y finalmente la Puerta del Perdón, en las Gradas, acceso principal al Patio de los Naranjos, y uno de los enclaves más castizos de nuestra Catedral.


En estos días de la Novena de la Virgen, abren las puertas que dan a la Avenida (San Miguel y Bautismo) y las dos de la Plaza (Palos y Campanillas); durante la mañana, sólo queda abierta la de los Palos. Para llegar al Altar de la Novena, unas antipáticas azafatas te franquean el paso (aunque reconozco que a mí me ven venir y se esconden, más bien). Delante de la Virgen siempre hay gente, más de la que da impresión porque la Catedral es tan grande que nunca se calculan bien. Por las tardes, se llena la nave de la crujía-crucero y dos buenas partes de las naves del evangelio, a un lado y otro del estrado donde está la Virgen.

La Virgen está en su paso de tumbilla, ya montado. Tiene delante el altar de plata de la Capilla Real, y detrás el Monumento. Los dias de la Novena se rezan las antiguas plegarias y se cantan en responsorio adaptado una de las Cantigas de Alfonso X (que estaban en la Capilla Real por expreso deseo del testamento del Rey Sabio y que Felipe IIº expolió para llevarselas al Escorial, de donde deberían haber vuelto sin contemplaciones). Como los canónigos son cutres y mezquinos, la decoración es mínima. Menos mal que los elementos son de primerísima y de museo, rentas de otros tiempos y más espléndidos calonges. Llamativa paradoja, la ciudad de los priostes no tiene priostía para su Patrona.
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Pero la Virgen lo centra y lo colma todo, sonriente (su sonrisa "egineta" que decía Hernández Díaz), con el Niño más sonriente, tan morenito. La corona de filigranas y amatistas tiembla y reluce cuando pisan la tarima (la de oro y brillantes de la Coronación sólo se la ponen para la procesión de tercia del dia de la Asunción, con uno de los mantos de salida, que van rotando para que no se repitan). Lleva en Sevilla casi ocho siglos, desde que la entronizó San Fernando cuando la Reconquista. Rezar ante Ella es conectar con el Cielo desde la Historia de España, como una gracia especial, gratis data. Y sevillana. No se le dicen vivas, pero se le sueltan lágrimas y suspiros a golpes de abanico y ritmo de Salve.

Si a estas alturas algún paciente visitante se pregunta a qué viene esta perorata de puertas y novenas, le aclaro que viene por esto. Y en esto pregunto (retóricamente) : ¿A quién siendo impio confeso se le ocurre quejarse de trabas a la piedad? ¿A quién siendo impío confeso le extrañan las adaptaciones modernas de la piedad al "turismo cultural"? ¿A quién siendo impío confeso le importa un pito jerarquías y demás clericaturas las que sean? Que me importen a mí, se entiende; pero a los desafectos, no. Como si yo me irritara porque ponen vallas en la Meca y no dejan pararse un segundo seguido en la Kaaba. Pues lo mismo con los mutatis mutandis de rigor.

Y para que no se piense mal, recomiendo a los afectados que la próxima vez se procuren introductor de embajadores y eviten tratos con azafatas, guardias y demás clases plebeyas. Para ciertas visitas, mejor ir con un compadre que sepa y pueda. Yo mismo me ofrezco para. (De nada, de nada; para eso estamos).

p.s. Ah! Una cosa, que se me olvidaba: Es curioso que a los impíos que no rezan les den brotes de santas indignaciones en las circunstancias más desventajosas, precisamente las que más les animan a mantenerse impíos y sin rezos. ¡Qué misterio!
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p.p.s. Y otra: Que yo no pedí ni pido rien de rien, faltaría más. Je ne connais personne, si me explico (y soy - más bien - partidario de la libertad de cátedra...sin pasarse).
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p.p.p.s. ¡Qué ocurrencia hacer turismo en Sevilla en Agosto! Hay ascetas de todo, con las más peregrinas variantes.
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sábado, 9 de agosto de 2008

Olimpiando


Nací cuando las XVII Olimpiadas, Roma del '60. Pero la primera Olimpiada que recuerdo es la de Méjico 1968, hace cuarenta años. Las ví en la tele b&w, con interferencias de verano y porque no había dibujos animados, que era lo que me pirraba ver . Recuerdo - o tempora o mores - tardes perdidas viendo las olimpiadas con musarañas en pantalla y un cajón con TBOs, Jaimitos, Tiovivos, Pulgarcitos, Din-Danes, Strongs, Pumbys, Spidermans, Capitantruenos, Jabatos y Asterixes. Un tesoro (que ya no tengo).
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Aquellas Olimpiadas fueron las de las mantanzas en la Plaza del Zócalo, imperadas por el ministro Echevarría, que dos años después de su "hazaña" fue elegido presidente (¿ha habido algún presidente de Méjico bueno-honrado-incorrupto???...o un poquito siquiera???) y la tomó contra Franco y España, como si no tuviera cosas mejores que hacer, el canalla. También recuerdo fotos en el ABC, y algunas imágenes de atletas negros americanos, con el puño en alto y el gesto feroz en el podio. Son flashes de un collage confuso, mêlé con lo del Mayo parisién y mi Primera Comunión y unos cuántos episodios de historia familiar. Pero lo de las Olimpiadas lo recuerdo mejor...como se pueden recordar esas cosas a los siete-ocho años.


No sé cuándo me dí cuenta de ese otro cómputo parecido al de los bisiestos pero más facil de llevar y que iba juntado cumple-olimpiadas, de 4 en 4 años, de una a otra. Otra forma de madurar-envejecer-transcurrir. Deportivamente.

Ahora se ven mejor (en la tele).

Y así se consuela uno, tan vanamente (tan olímpicamente?).

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jueves, 7 de agosto de 2008

Pseudo-templarios destemplando-se


La noticia es cómica si no tuviera tan mala uva en origen e intención. Resulta que unos "neo-templarios" españoles han denunciado al Papa por daños y perjuicios. Que tiene bemoles el caso. Resulta además que los denunciantes no son los neo-templarios "oficiales" españoles, sino otros neo-templarios de esos que brotan como hongos sobre boñiga.

Para hacerse una idea de cómo las pintan, merece la pena visitar la web del "priorato" de España . Y si estos son los "oficiales", a saber el pelaje de los "clandestinos". Un horror, de todas formas, tutti quanti.

Pero la fascinación templariera no cesa. Y va in crescendo con ese paradójico fenómeno de la increencia y el descenso de la práctica religiosa. También coincide con la atracción-adicción que las cosas mistéricas y misteriosas despiertan en la sociedad post-moderna, tan tecnologizada pero tan falta de la fantasía mágica que no dan las técnicas. Paradójicamente, el mundo de la ficción tiene esos dos polos tan extraños y separados:

- Los que se imaginan futuros supergalácticos con robots inteligentes y alienígenas invasores

- Los que se evaden a la antigüedad y despabilan ritos de Osiris o prioratos del Temple, verbigracia

Todo ello muy acomodado a las circunstancias-gustos-compromisos de los re-inventores, of course. Por lo pronto - y es un detalle - los templarios "oficiales" incluyen en la nómina a (risum teneatis!) "damas templaresas" de capa y escoba...y alcoba - digo yo - . Como decían que los templarios iban en parejita a caballo y que por ahí les vinieron extrañas fijaciones y aficiones, ahora lo resuelven con dama en la grupa, estilo caballista sevillano-jerezano-rociero con flamenca agarrá a la cintura. Muy tipista. (No sé si las damas templaresas iran a la grupa de su templario con peina y mantilla o con casco guerrero de diseño prêt-a-porter. El tiempo dirá).

Nulla dies sine templario, parece ser el lema que se impone. Yo mismo escribí del tema no hace un año, cuando lo de la edición facsimil del Pergamino de Chinón (que por cierto los neo-templarios españoles se han comprado el suyo, faltaría más). Y como siga la saga, al poco estaremos comentado otra parida templaria de temporada. A ver quién da más.

Lo que no me aclaro es quienes son los neo-templarios no oficiales que se querellan contra el Papa. Por lo pronto, aunque los "oficiales" dicen que ellos no son ni han sido ni serán y que le mandan besos al Papa, estos mismos "oficiales" tienen en su web una "campaña de recogida de firmas" para pedir la revisión del proceso contra los Templarios. Conque no sé si será que los "no oficiales" son una vanguardia desvergonzada de los "oficiales" y han decidido pasar de las firmas a la demanda judicial, que da más publicidad.

Turbio asunto. Y cobarde. Porque arremeten contra el más debil y expuesto y no se atreven a demandar - por ejemplo - a la Republique de la France y a su Monsieur le President Sarkozy, herederos "históricos" del infame Philippe le Bel, oh-la-lá. Mejor, para salir en prensa-radio-televisión, sacar a relucir al Papa y a la Iglesia (Católica, siempre la Católica). Y así se escribe la historia.

Pero la Historia antes la escribian los "grandes", ya fueran asesinos, viles, degenerados e infames como Philippe le Bel, que fue un canalla pero, a su manera, "grande". Mais aujourd'hui, il n'existent pas de grands, seulement les nains: Los enanos vestidos con ropas de gigantes y cabezudos, haciendo comparsa de "templarios" con capas y espadas (y "templaresas" prêt-a-porter).


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miércoles, 6 de agosto de 2008

Esclavitud olímpica

Debería haber puesto "comunista", porque la aberración procede de la abyección del sistema y sus derivados y sus consecuencias.

Ayer, martes, muy tarde, pusieron en la 2 un reportaje escandaloso sobre los tormentos - sic - a que son sometidos los chiquillos chinos que preparan para competir en certámenes deportivos. La imágenes eran cruelmente indignantes. No sé cómo las pudieron filmar. Viéndolas, uno se preguntaba cuáles serían las verdaderas torturas si esas eran las que enseñaban.

Niños de cinco y seis años sometidos a una disciplina de esclavos, llorando colgados de unas barras, con los tendones de las muñecas a punto de rompérseles; llorando cabeza abajo, no sé cuántos minutos soportando el peso clavado del cuerpo sobre sus brazos y manos; llorando repitiendo una y otra vez volatines sobre un potro; llorando cuando los dejaban sólos en una sala, sin sus padres, que no venían a recogerlos; llorando en una salón sin poder dormir entre cien chiquillos más; llorando en sus casas cuando sus padres les ponían desinfectantes y tinturas en las ampollas de las manos (manos que parecían de juguete, pero atormentadas como las de un gladiador romano).

Abyecto.

Y yo me preguntaba por qué ponían ese reportaje a esas horas y en vísperas de inaugurarse las Olimpiadas en ese horrendo país, el monstruo superviviente del comunismo criminal que nació criminal, prosperó criminal y se ha perpetuado y será criminal hasta que expire el último representante de una ideología reproductora de esclavos y asesinos.

Vamos a estar dos semanas "celebrando" lo que nuca se debería haber consentido. Bajo la mirada corrupta y cínica del infame Mao, criminal engendro de criminales.

Qué asco y qué escándalo de esa China apestosamente comunista aunque la vistan de seda con aros de olimpiada.

Pereat!

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sábado, 2 de agosto de 2008

Toties Quoties

El Jubileo de la Porciúncula, que es hoy, fue una de esas fechas que se marcaban especialmente en el calendario devoto, por lo que significaba, que significaba mucho. Claro que me estoy refiriendo a cuando la gente católica se tomaba en serio y vivía muy seriemente verdades y realidades como el pecado, las indulgencias y el Purgatorio. Tres temas que después de Trento pasaron a ser definitoriamente católicos, como una especie de contraste para perfilar netamente lo catolíco, si se era o no.

Pero el Jubileo de la Porciúncula, como todo lo católico, no es un invento post-Trento, sino que existía mucho antes de que Lutero clavara las 95 tesis en el portón de la catedral de Wittemberg. Según la tradición franciscana, desde 1216 se lucra el famoso "perdón de Asís". Una institución de perdón "local" que se adelanta casi un siglo al Jubileo Romano, que no se estrenó hasta el memorable 1300. Quizá incluso se podría entender el romano en dependencia del franciscano, en cierto sentido que no puedo precisar; que otros lo averigüen (si no está ya investigado).

La capillita de la Porciúncula es hoy una iglesita dentro de la cual apenas caben una docena de personas, diminuta y envuelta por la gran Basílica de Ntrª Sra. de los Ángeles, del Vignola, imponente arquitectura del primer barroco romano, todo espacio y estructura para dejar en su centro el pequeño santuario del Poverello, la original iglesita de Stª María degli Ángeli vinculada a la memoria del jubileo, tan franciscana.


- Portadas convento Stº Clara, Carmona, Sevilla.-
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En la arquitectura conventual hispana, la Porciúncula dejó su huella en las fachadas de los conventos franciscanos, especialmente en los de las monjas clarisas y concepcionistas, que duplicaban el vano de la portada y abrían dos, una puerta para entrar y otra para salir. Son muy llamativas porque repiten el mismo esquema arquitectónico-decorativo una al lado de la otra, independientemente de la armonía de la fachada. De España pasaron a la América española, y se pueden ver estas portadas dobles en algunos conventos franciscanos de Perú y de Méjico.

-Portadas convento de Stª Clara en Cuzco, Perú .-

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La indulgencia de la Porciúncula tenía la particularidad de que se concedía "toties quoties", es decir, tantas veces como se cumplieran con las obras prescritas para lucrar la indulgencia, y todas y cada una de las veces que se hacían con las debidas disposiciones (una confesión y una comunión bastaban para la toties quoties). Blanco White recuerda las tablillas que se colgaban en la puertas de las iglesias, con la leyenda "Hoy Se Saca Ánima". Como la indulgencia plenaria era aplicable a modo de sufragio por los difuntos, se tenía la certeza de que por cada acto cumplido en la Porciúncula, se sacaba del Purgatorio un alma en pena. Por eso los fieles entraban y salían, haciendo estaciones en la Iglesia (una estación al Stmº.Sacramento más la oración por las intenciones del Papa, que era lo más común, con el añadido del Credo y la Salve y un breve responso pro defunctis). Y por eso el entrar y salir, por una puerta y por otra, desde las vísperas del dia 1 a las del dia 2 de Agosto.


- Portadas Convento de Stª Clara en Morón de la Frontera, Sevilla .-


En los dichos populares ha quedado la expresión "parecer un jubileo" cuando se quiere señalar un sitio con mucho movimiento de entrada y salida de gente. En mi pueblo, que tuvo en tiempos convento franciscano, el Jubileo de la Porciúncula todavía tenía alguna fiesta, y ponían puestos de juguetes baratos para los chiquillos, que íbamos a comprar pitos, trompetas de boquilla y tambores de pellejo.

Todo decayó cuando se dejó de creer firmemente porque se dejó de predicar y enseñar seriamente la doctrina sobre el pecado, el mérito, la retribución post mortem, los novísimos, el Purgatorio, las indulgencias, el alma, y las Ánimas y todo eso.

Así sobrevive languideciendo la catolicidad, olvidando y no practicando las cosas que son de fe, esas que constituyen la forma y la sustancia de ella misma, las que se desprecian por pre-conciliares a la vez que se adoptan y promueven extrañas ideas y modas extrañas a la fe. Y las puertas de las toties quoties con óxido en las bisagras, que ya no se abren ni para la Porciúncula, porque en eso sólo creemos unos cuantos que creemos en católico. Que el Señor nos guarde!

Pero no lo olviden Uds: Hoy se saca ánima, toties quoties.

n.b. El jubileo de la Porciúncula se puede ganar actualmente en las Iglesias y Conventos de Franciscanos, Clarisas, Capuchinos etc. y también en todas las Iglesias Parroquiales (aunque no lo avisen).-

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viernes, 1 de agosto de 2008

Aberraciones des-católicas (pero muy lúdicas)

Me asusta esto:




porque apesta a escenario de secta evangelista protestante travestida en católica. Digan lo que digan y se pongan como se pongan.

Además detesto - como se comprenderá - esas ocasiones multitudinarias de gente rockera y bailona. Decía un antiguo refrán español, muy español, que " A las romerías y a las bodas van las locas todas ", y yo le aplico la sentencia a esos eventos místicos roqueros, adonde acuden también "sus" locas todas.

No digo ni pienso que allí, en ese "Hallel" se consuman las sustancias que en los rockerios (esos que subvenciona el gobierno, y los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos todos, y que saben todos lo que se consume y con qué se trafica por esos recintos "lúdicos" e impúdicos). No. Yo no digo eso.

Yo lo que digo es que eso no es católico, por mucho que le den católicas pinceladas. Y digo más: Que está al punto del sacrilegio con casi todas las letras, por mucho mitrado que asome la mitra por el escenario ese, que vergüenza debiera darles.

Y lo que tiene bemoles es el nombrecito en hebreo "hallel", como si nos faltaran palabras para ponerle título.

Qué pena penita pena.

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jueves, 31 de julio de 2008

Ignacianas


Escuché un par de veces al padre Borja Medina s.j. mantener la tesis de que cuando San Ignacio describe en los Ejercicios el mundo y sus cosas - EE 2ª semana, nº 91-110 - lo que tiene en mente es la Sevilla rutilante y agitada de principios del XVI, que conocería brevemente, de paso, siendo paje de la reina Dª Ysabel. No pongo en pie cómo explicaba el p. Medina ese viaje y la anécdota sevillana, pero siendo experto historiógrafo y jesuíta sevillano, sus razones tendría. Sí recuerdo que se refería expresamente a la visión del puerto de Sevilla, con sus naves y sus gentes - negros y blancos - de Castilla y la recien descubierta América, con tanto "mundo".

Durante unos años me moví por otro mundo ignaciano que circunscribe en la geografía jesuítica de Roma buena parte de la historia de la Compañía. El eje es el Gesú, con la residencia y edificios anejo, toda una manzana en el centro de Roma, colindando con el Palazzo Venezia y la Basílica de San Marco. Frente a la esquina del Gesú, a pocos metros, la Via degli Astalli, que te lleva a la piazza del Collegio Romano y Sant'Ignazio. De la plaza del Santo, por la via del Oratorio del Caravita, se sale al Corso; callejeando por la via dell'Umiltá a la derecha hasta la piazza della Pilotta y el complejo de la Gregoriana y anejos. Como un apéndice, subiendo al Quirinale, la preciosa iglesita de Sant'Andrea. Y en el otro ángulo de la Roma histórica, cruzando ponte Sant'Angelo o el ponte Vittorio, en el Borgo Santo Spírito, la Curia Generalizia con la Casa de Escritores y algunos otros edificios en torno, aunque esto ya es post-ignaciano.


Un punto nuclear de todo aquel mundo romano-ignaciano es la capellina de la Madonna della Strada, junto al imponente altar-capilla que contiene la urna con las reliquias de San Ignacio, en el Gesú. Según la historia, habría allí mismo, en una esquina, una de esas humildes edícola con su imagencita de la Madonna. La Madonna degli Astalli se le decía entonces, porque tomaba nombre de la familia que tenía su palazzo por allí cerca. No sé quién o por qué la intituló luego Madonna della Strada, pero el nombre tiene ahora más "sentido". Quedó como reina del Gesú, en su capillita de la nave del evangelio, entre el presbiterio y el rutilante altar de San Ignacio. Tiene el particular de unas pinturas preciosas de Pozzi (azules y púrpuras carmín que parecen recién pintados) y a ambos lados de la Madonna una interesante representación de escenas de la vida de la Virgen, con la Assunta repetida por lo menos tres veces (una antigua devoción asuncionista de la chiesa del Gesú y la Compañía).

Si te enseña Roma algún guía chispero, o algún clérigo locuaz, no dejará de señalarte la particularidad de que la Piazza del Gesú, frente a la Iglesia, es un píccolo universo italiano, porque entre las instituciones que allí tienen su domicilio, a más de la Iglesia y de la casa residencia de los jesuítas, también conviven en la plazuela la D.C. (léase "dí-chí", democrazía cristiana), con su escudo en un balcón; il P.C. (pronúnciese "pí-chí ", el partido comunista) con su escudete rojo en otro balcón, y hasta una loggia masónica, con su compasito y su escuadrita en otro escudito colgando de otro balcón. Muy completo el panorama.
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Gracias a Dios, la que lleva más tiempo en la vecindad es la iglesia del Gesú, con su Madonna della Strada y el Santo de Loyola. En Roma, el universal Ignacio está en su ambiente.

La Virgen de la Strada es una pintura - no más de 50 x 60, calculo - todo rostro de la Madonna y el Niño, las dos cabezas y asomando parte del busto. Yo la conocí tal que parecía una pinturita popular del XVI, cien veces retocada para refrescarle al óleo los colores. Llevaban Ella y el Niño las coronas de oro cuando la coronación canónica; y la estrella en el hombro, y collares; y el Niño el popularísimo detalle del cordón con un coral colgando del cuello, contra el mal de ojo, un amuleto típico de los niños romanos y napolitanos y sicilianos, que las devotas le ponen también al Niño Jesús (no porque lo necesite, sino porque es Niño). Catolicismo popular neto y simpático.

Ya no los llevan (ni corona, ni collares, ni corales sobrepuestos) porque se los han quitado para que luzca mejor la Madonna. Resulta que hace unos años (2006), en una restauración, se vió que los repintes al óleo ocultaban la Madonna original, que no es del XVI, sino una bellísima pintura del XIII-XIV, probablemente de la época de Pietro Cavallíni o los primitivos de la Escuela Romana de pintura. Se han descubierto partes antes ocultas (la mano derecha de la Virgen, todo el cuerpo del Niño, ropajes originales, etc.).

El cuadrito ha perdido los colores oscuros que estábamos acostumbrados a ver, pero la Virgen está preciosa, tan antigua, tan romana, con el rastro de los siglos y los miles de miles de avemarías sobre su Imagen bendita, más cercana a como tuvo que conocerla Ignazio, cuando predicaba el catecismo a los chiquillos y a las traviate, allí mismo, por la esquina del palazzo degli Astalli, presso l'immagine della Madonnnina.

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