domingo, 26 de diciembre de 2010

Cardenal Ravasi, otro peligroso con capelo?


No soy nada filo-curialesco. Me parecen ridículas las aficiones a purpurados y mitrados que alimentan algunos, adictos a la clerecía (la alta clerecía) como otros son fans de la pseudo-aristocracia de prensa rosa. Pero mantengo una discreta y proporcionada atención a la Curia y sus personajes (digo Curia refiriéndome a la romana, las demás, por regla general, no merecen atención sino paciencia).

Por eso me hice de Gianfranco Ravasi un cierto perfil, dado que era de los que se veían venir e iban haciendo, pian piano, su currículum, sin prisa pero sin pausa. De cara y de tipo resulta simpático, un prelado rubicundo y mofletudo que valdría de modelo para un cuadro de costumbres de esos que pintaban orondos clérigos tomando chocolate. De entre los nuevos cardenales recién nombrados en el Consistorio del pasado Noviembre, es uno de los más jóvenes. Debe de tener méritos y facultades, desde luego tiene un currículum interesantísimo, destacando como biblista y arqueólogo, incluso llegó a trabajar en Tierra Santa con uno de los "grandes" de la arqueología bíblica, el famoso p. Roland de Vaux, y también con la no menos célebre Kathleen Kenyon; supongo que la colaboración sería breve y que le pudo más el tirón clerical que el arqueológico, algo digno de tener en cuenta. A la gente le impresionan estas cosas.

Se dijo que se le frustró el nombramiento-ordenación episcopal por unas equívocas palabras sobre la Resurrección del Señor. Pero no mucho después fue ordenado obispo, con altos encargos en la Curia Romana. Del 2007 al presente, su carrera ha sido fulgurante. Insisten que sus palabras equívocas no fueron fortuitas o malentendidas, sino que sabía lo que quería decir. Cuando he leído este artículo suyo, me he sentido verdaderamente inquieto y preocupado, porque el que escribe es un cardenal con el capelo recién estrenado:

Cercare Gesú nella storia (buscar a Jesús en la historia)

Apenas se le echa un vistazo al artículo, por encima, lo primero que se concluye es que Ravasi es hombre de su tiempo, un sacerdote formado en aquellos seminarios y facultades eclesiásticas de los 60-70 donde se enseñaban a los autores capitales del protestantismo moderno y se arrinconaban a los Padres y Doctores de la Iglesia. Piú meno. Es llamativo el florilegio de autores que se citan en el artículo: Reimarus, Renan, Weiss, Schweitzer, Bultman; se explica porque se habla de lo que se habla y es necesario (?) que salga a relucir esta galería de monumentales des-cristianos.

Según Ravasi, estaríamos en una "tercera fase" de aquel fenómeno que comenzó con el racionalismo del XVIII proyectando sobre los Santos Evangelios un prejuicio que arrancaba de la filosofía racional-naturalista que negaba absolutamente la realidad de lo trascendental-sobrenatural, y, por ende, todo lo que significaba la Revelación y el Misterio de Cristo. Por eso la insistencia de todos estos autores en desautorizar y desacreditar a los Evangelios, o de explicarlos desde perspectivas historicistas o existencialistas, reduciendo los Textos Apostólicos a mera expresión subjetiva de la fe, más o menos elaborada, de la primitiva comunidad cristiana, sin valor ni carácter histórico, apreciables en sí mismos según cierta fenomenología, como sería el caso del concepto bultmaniano de "desmitologización" aplicado a los Textos Sagrados.

De estos autores proviene la equívoca distinción entre el "Jesús histórico" y el "Cristo de la fe"; el primero sería el individuo real, conocible como un simple hombre de su tiempo y circunstancias; el segundo sería el personaje creído y proclamado por sus discípulos/creyentes. La mera aceptación de este teórico postulado, supone ya la negación de la Fe y el Dogma cristianos, si no explícitamente, sí de forma implícita. Aunque lo que late en ese historicismo pseudo-cristológico es (otra vez) el prejuicio de corte kantiano que se abstiene del conocimiento (imposible) del Cristo Revelado para atender sólo al Jesús "fenomenológico" que se puede rastrear en los datos históricos contrastados según ciertos parámetros cientificistas, no teológicos, y ajenos a la exegética patrística y escolástica de la tradición católica .

Desgraciadamente, esa teoría no-cristiana (de hecho anti-cristiana, en cuanto esconde una negación de la divinidad del Señor y su misterio) se ha asumido y divulgado tan ampliamente que hoy es raro encontrar una cátedra cristológica o un autor que no se haga más o menos eco de la especie. Se ha vuelto común la consideración de que se ha pasado de la Cristología (que es Teología) a una nueva "ciencia" que sería la "Jesusología", que no es ya teología (puesto que se niega o se obvia la divinidad de Jesucristo), sino mera indagación "histórica" sobre quien ellos prefieren llamar (solamente) "Jesús de Nazareth". Como paradigma de adonde conduce esta "tercera via" de exégesis/exposición crítico-histórica estaría la obra (bastante ponderada por Ravasi) del jesuita americano John P. Meier, que presentó su ya famoso ensayo con el escandaloso título de "Un Judío Marginal"; dice judío marginal refiriéndose y definiendo (descalificando/desmitologizando) a Cristo. Toda una declaración de intenciones y de conclusiones expresada desde la portada de su obra (4 tomos, como subraya Ravasi).

En su obra, Meier concluye, entre otras cosas, que lo más probable es que los llamados "hermanos de Jesús" sean realmente sus propios y auténticos hermanos naturales. Siguiendo un sutil formulario muy bien articulado por otros autores de su género, Meier deja ahí la afirmación, le da vueltas, la retoma, la razona, la contrasta, etc. Nunca dirá claramente lo que sabe que no debe decir, pero deja el silogismo preparado para que el lector concluya; una forma esta de exponer archi-tipificada, como acabo de decir, en múltiples autores de tendencias modernistas. Sobre lo demás que dice Meier, juzguen Uds. según la muestra. Y saquen conclusiones.

Para la "reconstrucción" del "Jesús histórico" falseado, desfigurado, transformado, mitologizado, exaltado y divinizado (según ellos) por los 4 Evangelios y demás Escritos del Nuevo Testamento, Meier (y los de su "escuela") utiliza métodos de crítica filológica e histórica, recurriendo a fuentes relativamente paralelas, co-tangentes, coetáneas, etc. Según la consabida técnica analítica de espectro contrastadamente científico, disecciona los Textos Sagrados con el escalpelo de su prejuicio, descarnando las narraciones de los Evangelistas y los Apóstoles hasta dejarlas en una re-versión apta para ser asumida por una mente a-cristológica.

Si llegado a este punto digo "arriano", es porque son evidentes los planteamientos pre-nicenos que laten en las tesis (no formuladas) que se pueden extractar de la obra de Meier y las de otros autores de su misma cuerda. 

Una historiografía cristológica resulta fascinante si se ocupa de perfilar y profundizar el marco temporal (histórico) en el que se realizó y consumó el Misterio de Cristo; como ejemplo magnífico véase la clásica obra Jerusalén en Tiempos de Jesús, de Joachim Jeremías (un autor luterano más cercano al catolicismo que algunos de nuestros teólogos y biblistas "oficialmente" católicos). Si la investigación histórica sobre el marco temporal neotestamentario pretende ir más allá, corre el riesgo de convertirse en una especulación hipotética mediatizada por el criterio que quiera darle el autor en cuestión; en todo caso siempre será una interpretación de muy relativo valor que nunca podrá sustituir a la cristología dogmática ni a la exégesis tradicional, ni mucho menos afectar al Dogma Cristológico.

El peso de estos nuevos autores y sus estudios/conclusiones se siente de manera muy acusada en la exégesis y la cristología bíblica actuales. Ravasi, para perplejidad nuestra (mia y de otros muchos católicos conscientes), cita a dos, los dos españoles (con perdón), el catalán Armand Puig i Tàrrech y el vasco José Antonio Pagola. Este último especialmente polémico por el tufo contra-cristológico de su bien publicitado libro "Jesús. Aproximación histórica", una obra expresamente desautorizada y puesta en entredicho por nuestra Jerarquía, que obligó a la Conferencia Episcopal Española a sacar una nota de censura: Nota de clarificación sobre el libro de José Antonio Pagola, Jesús. Aproximación histórica.




También recurre Ravasi, finalmente, a esa ambigüedad indefinida, tan característica, que critica agudamente el gran Romano Amerio en su (cada vez más imprescindible) Iota Unum. El Emmº y Revmº Sr. Cardenal Gianfranco Ravasi concluye su articulete con esta cita:

"...Certo è che rimane sempre viva quella domanda che Cristo aveva lasciato serpeggiare nel suo uditorio e che Mario Pomilio aveva posto al centro del suo Quinto Evangelio (1975): «Cristo ci ha collocati di fronte al mistero, ci ha posti definitivamente nella situazione dei suoi discepoli di fronte alla domanda: Ma voi, chi dite che io sia?»."


No se pilla los dedos, no lo dice él, lo dice otro. Pero Don Gianfranco dice lo que el otro dice y, de alguna manera, lo dice él. ¿Pretende dejar así la cuestión, en el aire, suspendida in perpetuum, una pregunta sin respuesta, como la inquietante partitura de Ch. Ives The Unanswered Question?

Porque, díganme (díganse) ustedes: Cuando Cristo hizo esa pregunta a sus Apóstoles (cfr. Mt 16, 13 ss.), ¿qué pretendía? ¿Dejar la cuestión flotando en el éter, como una perpetua interrogación sobre Él y su Misterio? ¿O quería una respuesta creyente de sus Apóstoles? Del texto se desprende que el Señor quiso que sus discípulos le respondieran según el nivel de su vocación; así, la respuesta vulgar de los discípulos no satisface al Señor, sino que sólo la confesión de fe del apóstol Pedro "...Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo" merece la aprobación, la confirmación y la bendición de Jesucristo ("...bienaventurado tú, Simón..." etc.).

Ravasi, al escoger esa cita postrera, deja el interrogante sin responder. ¿Esa es la no-respuesta de un Cardenal? ¿Así confirma en la fe a sus hermanos? ¿Esa es toda la fe (en suspenso) que puede testimoniar un recién nombrado cardenal? Según algunos autores de cierta pseudo-teologia mal fundamentada en una confusa filosofía, ese sería el ideal: No encontrar, sino buscar; no contestar, sino preguntar; no definir, sino proponer; no concluir, sino plantear; no llegar, sino caminar; no el fin, sino los medios; no la madurez sabia sino la juventud inquieta. Esas cosas.

Lo más chocante es que el articulete del Cardenal Ravasi con esa cita ponderada de la obra de Pagola ha coincidido casi con la noticia de que al libro en cuestión se le ha retirado el nihil obstat que le concedió Mons. Uriarte, el entonces obispo de San Sebastián, su protector. La anécdota de la coincidencia se vuelve - repito - estupor si se considera quién es Ravasi y se reflexiona sobre lo que supone que un cardenal emita tales opiniones sobre una obra y un autor censurados y en entredicho.

Conque tomen nota y no le pierdan de vista. Se llama Ravasi, Eminentísimo y Reverendísimo Señor Don Gianfranco, Cardenal Ravasi, del título diaconal de San Nicolás in Cárcere.

¿Otro más para la lista de los Martini, Schönborn, Kasper...etc.???


p.s. Sobre el enigma del cómo y porqué gente así llega a ser miembro del Sacro Colegio, no me pregunten porque cada vez tengo menos respuestas decentes.

+T.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Navidad I


Qué oscura la noche
que trae la Luz...


Por los aires de Belén
vuelan ángeles que cantan
que ha nacido Enmanuel.

En un pesebre nació
el Rey Eterno del Cielo
para ser mi Redentor.

Su madre Virgen quedó,
intacta por siempre Virgen
que Virgen Le concibió.

Y José su casto esposo
como el Eterno será
del Niño padre amoroso.

... ... ... ... ... ... ...

Dos pastores que dormían
han despertado escuchando
celestiales profecías
que van Querubes cantando

y al Portal se van volando
como ángeles ellos también
que aquella noche en Belén
la Tierra se hizo Cielo
por Jesús el Enmanuel.



*** Felices Pascuas de Navidad
a visitantes, tertuliantes,
amigos y afectos:
Con Ben+dición ***

+T.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Las niñas de Lerma

El fenómeno de Lerma se ha vuelto, en pocos días, el enigma de Lerma. ¿Qué va a ser de esas niñas? Remedando el refrán, tan castizo, yo diría que si salen con barba, San Antón...y si no la Purísima Concepción.

La 2ª nueva, después del campanazo de que dejaban de ser clarisas, es que también dejan de ser contemplativas y abandonan la clausura:

Iesu Communio, hasta hace poco monjas clarisas de Lerma, dejan la clausura y pasan a la vida activa

Las ex-clarisas de Lerma se pasan a la vida activa

Ayer noche, la noticia aparecía ya en algunas páginas de información religiosa, haciéndose eco de la agencia Europa Press, que informaba según fuentes del Vaticano.

¿Y qué más? ¿Cuántas novedades más? ¿Se van a ir definiendo por entregas, por capítulos? ¿En exclusiva para algún medio/cadena ya escogido? ¿Tendrán portavoz? ¿Van a hacer una peli sobre Sor Veronique y sus hermanas neo-definidas re-vocacionadas hiper-entusiasmadas?

¿Y el look? Porque si ya no son clarisas y tampoco monjas de clausura, tendrán que cambiarse la vestimenta. ¿Hay algún diseño para el nuevo hábito? ¿Algún estilo, alguna tendencia, alguna peculiaridad de forma o color en sintonía con la novedad del instituto? ¿...o se quitarán el hábito, también???

¿Y la presentación en público? ¿Será en Lerma, será en Madrid?

No me extrañaría nada de que, aprovechando lo de la JMJ en Agosto, en Madrid, con todo el escenario puesto, las nuevas y juveniles iesu-communistas de Sor Verónica se presenten con sus novedades carismáticas. El marco es el adecuado, tan juanpablista, tan juniorista, tan movida-católica, tan guay-cristiano, tan chupi-espiritual.

Y seguro que más de una de las ex-clarisas estará lampando por meterse en unos vaqueros, ponerse unas zapatillas deportivas, colgarse la mochila e irse de marcha a Madrid.

A ver, a ver...


&.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Las poco claras clarisas de Lerma


Hoy ya no son clarisas, conque debería haber titulado "ex-clarisas". Una pérdida de identidad que estimo lamentable. Y que sospecho (y no sé más, sólo intuyo) habrá estado oculta/latente desde hará algún tiempo, el que hayan necesitado para desconfigurarse y pasar a conceptuarse otra cosa, un algo nuevo que no quiere ser reconocido según el estilo espiritual de Stª Clara.

El año pasado me chocó bastante este youtube con la escena de la visita del p. Cantalamessa a las clarisas de Lerma:




Ni me cae en gracia fr. Rainiero Cantalamessa, ni me gustó el ambiente de las monjas. Da capo: Desde el ósculo entre la monja y el fraile, hasta el ridículo saludo de despedida del fraile a las monjas.

Mantengo relación con monjas y conventos de clausura desde los años de seminario. Admiro tantas cosas y lamento algunas. Las virtudes de un convento trasminan con la sencillez encantadora de lo sobrenatural en lo más natural. Cuando late la Gracia, lo más simple se transfigura y refleja santidad, sin artificio, sin relumbrón. No flash.

Lo contrario se nota mucho. Soy enemigo del entusiasmo, cada vez más convencido. No me refiero a la exaltación del momento, el clamor de la fe viva o el golpe repentino que exulta incontenible, que tiene tanto valor por ser espontáneo, no estudiado, no replicable. A lo que me resisto, lo que detesto, es el estado de entusiasmo perpetuo, el estallido contínuo, la exultación en serie: El "estado de magníficat". No sé si me explico.

Estos estados tienen y promueven admiradores, entusiasmados que van y se dejan envolver por las chispas de la cohetería espiritual. Y quedan prendidos y se vuelven propagandistas, fans del invento, asíduos (adictos?) de locutorio. Con toda la buena voluntad que suele acompañar a la gran ingenuidad y la poca profundidad.

El carisma de la segunda orden franciscana, la de Stª Clara, ha valido tanto que, después de ocho siglos, sigue siendo atractivo y se mantiene vivo. Recuerdo la primera vez que etuve en Asís, en el Protomonasterio de Stª Clara; no olvido la impresión que me causó la monja con el rostro velado que nos contaba cosas de la Santa Fundadora como si la acabara de dejar en el claustro, tan viva era su semblanza. Traslucía un verdadero estilo espiritual. Cambiarlo (por no se sabe qué) resulta (para quienes no sabemos qué) bastante intranquilizador. Porque lo que se sabe, lo que cuentan, es, más o menos, eso que se ve en el youtube. Y poco más.

Bueno, lo más, siempre que se cuenta algo de las de Lerma, es la reverenda sor Verónica Berzosa, la madre de Lerma.

¿Estamos siendo testigos de una renovación de la vida conventual como la que enriqueció a la Iglesia en otras épocas? No sé qué decir, no soy profeta ni tengo la gracia extraordinaria del discernimiento de espíritus. Pero sé que desde hace siglos las reformas más ricas y fructíferas se han hecho dentro de las órdenes o han surgido como algo nuevo desde el principio. Empezar clarisa y derivar una novedad, no es frecuente.

Aunque hay casos, porque la Iglesia, con tanta historia, tiene un muestrario muy variado, con numerosas excepciones y hasta rarezas. Sin ir más lejos, aquí mismo, en España, recuerdo la historia, relativamente reciente, de las Mercedarias de Berriz, que pasaron de ser monjas de clausura a ser misioneras (hoy, las que quedan, son unas señoras mayores, bien arregladas, sin hábito, con ese look de monja-laica tan des-identificativo).

La historia admirable de Madre Teresa de Calcuta también empezó siendo algo que cambió después. Pero esa es otra historia, tan distinta de esta de Lerma, pienso.

Por otra parte, tengo la impresión de que esta metamorfosis de Lerma es un capítulo más de eso que yo llamo "juanpablismo" (neologismo que uso sin ánimo de descalificar, sólo con intención de describir o categorizar).

¿El futuro de las ex-clarisas de Lerma? ¡Dios dirá!

Pero ayer, cuando dieron la noticia y leí que decían que "...uno de los principales elementos de su carisma será la evangelización de los jóvenes", al punto yo me preguntaba que cómo sería eso, si la juventud que ahora brilla en Lerma será dentro de nada madurez cuarentona y, poco más tarde, edad provecta e irrefrenable senectud. ¿Qué ilusión anima ese proyecto evangelizador-juvenil?

Y recordé los versos de Bécquer, el del himno de Todos los Santos, que canta a las Santas Vírgenes consagradas con estos versos:

"...Vírgenes semejantes a azucenas
que el verano vistió de nieve y oro,
al que es fuente de vida y hermosura
¡rogadle por nosotros!..."

Agostadas, níveas, doradas, consumidas en la contemplación, nutriéndose interiormente de vida y hermosura en los veneros de un Corazón, fuente de gracias que trasciende el entusiamo de una pasajera juventud.

También se me vino a la cabeza un relato breve de José Mª Pemán, no recuerdo el título, que narra la intimidad del tiempo interior de una anciana monja de clausura.

Tuve la impresión de que lo de Lerma - sea lo que sea y lo que vaya a ser - se parecerá, pero no será ya eso.

Tampoco sé si durará 8 siglos, como la regla de Stª Clara que han abandonado.


+T.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

8 de Diciembre


Me despertaron los cañonazos que daban en los cuarteles de la Plaza de España, con los cristales viejos de las viejas ventanas trepidando, chorreando una fina humedad casi escarchada, brillante y limpia. Retumbaba todo el palacio.

Recien vestido, con el abrigo por los hombros y una bufanda encima, salí del cuarto y anduve de prisa el pasillo hasta el deambulatorio, delante de la capilla. El oratorio tenía ese olor frío, mañanero, a incienso de la tarde antes y a cera de la lamparilla, cálida y parpadeante, consumiéndose, invitando a rezar con su lengua de fuego, pequeña almenara de gracia.

A lo lejos, desde el jardín, se oía una campana volteada, y al poco las campanadas profundas del reloj de la Catedral, más claras, en el medio silencio del dia de fiesta, sin el rumor habitual de la ciudad activa.

Los mirlos cantaban y hacían eco desde el lindero del parque; se veían algunos gorriones por el ventanal de la capilla, piando y saltando con vuelos cortos desde el tejaroz a la reja baja del balconcillo. La neblina fina dejaba ver la tapia y el castillete del guarda, junto a la cancela que daba al río.

A mitad del rezo me prendí del responsorio, que estuve musitando un rato:

"...Dios Todopoderoso me ciñe de valor..."

y luego volví a la antífona de los perfumes:

"Trahe nos, Virgo immaculáta, post te currémus in odórem unguentórum tuórum"

Otra vez las campanadas solemnes del reloj de la Giralda; y al punto un repique de fiesta de todo el campanario.

Antes de salir, de rodillas, delante de la imagen de la Inmaculada, dije la oración con la que me vestían en casa, yo un chiquillo, sobre la tarima, con el brasero humeando alhucema. Me hacían la señal de la cruz y rezaban:

Bendito y alabado sea
el Santísimo Sacramento del Altar
y la pura y limpia concepción
de María Santísima, nuestra Señora,
concebida sin mancha de pecado original
desde el primer instante de su ser natural,
y Asunta en cuerpo y alma a la Gloria Celestial.
Amén.


Y yo, con boca de niño, medio dormido, sin saber qué decía, decía ¡Amén! al Misterio, tan entrañable que se vivía entre nosotros, mil veces contemplado, con olor y calor de casa.

Y ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

Amén.


+T.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Cardenal Maradiaga: Alarmantes noticias!

Si ustedes tiene el gusto de seguir los articuletes de este blog, habrán advertido que aparecen feroces comentaristas (de ambos sexos) que se irritan y arman la marimorena si se le toca un pelo a un cardenal...dependiendo del cardenal que sea. Conque les brindo nueva distracción porque este articulete es de crítica cardenalicia.

El Emmº y Revmº en cuestión es de esos que me remueven la bilis y la atrabilis nada más verle y/o nombrarle y/o citarle. No le reí la gracia cuando se enredó de manera tan chusca en el golpe de Tegucigalpa y metió la pata cardenalicia hasta la faja, quedando en evidencia y patente exposición, muy arriesgada, que se procuró salvar como se pudo, pero que le dejó tocado del ala, muy señalado. Después le amenazaron; dicen que sigue amenazado y esa es una de las razones que se barajan para señalarlo como un probable candidato para ocupar un importante Dicasterio en Roma (el de religiosos), en la Curia Vaticana.


No me gusta ver amenazado a un obispo, sea de dónde sea, por lo que sea y el obispo que sea. Se comenta que tienen que sacar de Honduras al Cardenal Rodriguez Maradiaga por razones de seguridad; también (y eso se comenta menos) para que no empeore y se complique la situación de la Iglesia en Honduras. Mucho menos se dice que la peligrosa situación en que se encuentra el primado hondureño se debe, en gran parte, a su torpe implicación en los asuntos de la política del país. Si al final se le acomoda en Roma, sería un nuevo casus del célebre y muy socorrido promoveatur ut removeatur. Si lo exige la tranquilidad de la Iglesia en Honduras, lo comprendo. No comprendo, sin embargo, que se le instale en un puesto importante y que pase a ser uno de los Cardenales de Curia con señalado y reconocido peso por razón del sillón curial que vaya a ocupar.

De Rodriguez Maradiaga retengo, como dije más arriba, aquella estampa tan chocante que dejó en Sevilla. En un articulete que escribí a la sazón, comentaba esto:


Del Sr. Cardenal Rodriguez Maradiaga tengo una imagen muy equívoca, un flash, una impresión. Somos de la generación audiovisual y padecemos sus limitaciones además de gozar sus ventajas. La estampa que me "configuró" al Sr. Cardenal fue una foto (con poca distribución) que le hicieron hará un par de veranos, por estas fechas, aproximadamente...

...Le invitaron a visitar la sede de una conocida Cofradía sevillana...

...Acostumbrados al Sr. Cardenal de Sevilla, los señores hermanos de la Junta de Gobierno de la Hdª esperaban que la visita privada, no de protocolo, del Sr. Cardenal de Honduras fuera, más o menos, como las del Sr. Cardenal local cuando se digna visitar o ser visitado...

...Pero los señores cofrades se quedaron mudos y de una pieza cuando llega el Sr. Cardenal de Tegucigalpa-Honduras vistiendo una camiseta blanca de algodón, unos pantalones corrientes y unas zapatillas cómodas. Tal cual.

En Sevilla, esas cosas ni se pasan por alto ni se olvidan. Al poco, la prensa cofradiera daba cuenta de la pobrísima y decepcionante impresión causada por aquel Cardenal des-purpurado y en camiseta de deporte.

Moraleja: El reverenciable que no se guarda reverencia a sí mismo, no merece la reverencia que se le debe..


Como empecé diciendo, el flash de Rodriguez Maradiaga en camiseta me "impresionó", aunque yo ya tenía hecho mi concepto, lo confieso.

Un "papable" centroamericano como está, ha estado y seguirá estando Centroamérica, es una burbuja inconsistente que apenas puede ser más que eso.

No sé si el presentarle como "papable" en el Cónclave fué ocurrencia de la prensa o interesada "opinión" creada por esa "progresía" oficial eclesiástica que suele tener dos o tres mascarones en su proa de vanguardia. No sé. Pero siempre opiné con fatal prejuicio (?) del Maradiaga "papable". La camiseta me lo confirmó.

Y su politiqueo hondureño y lo que haya tenido que ver Maradiaga en lo de Honduras, me lo confirma. Como lo de la camiseta. Al día, la "situación" de Maradiaga cada vez se sostiene menos. Se ha confirmado como un cardenal que en vez de ayudar a la Iglesia "complica" a la Iglesia. Y de manera bastante "torpe".

Se demuestra que el cardenal hondureño no es un príncipe purpurado fino y florentino de aquellos que tramaban conjuras en el siglo de los Médici. Evidentemente. Usar camiseta deportiva y no moiré de seda imprime carácter, también es patente. Así que con Martini quasi-chocheando y Maradiaga "implicado", el escuadrón de la vanguardia cardenalicia está tocado, muy tocado.

Lo que no me explico es cómo, si son "inteligentes", pudieron hacerse "ilusiones" con uno y con otro (aunque no le hubieran visto en camiseta).

n.b. En la fotito, su eminencia Rodriguez Maradiaga es el tercero por la izquierda, con guayabera (y camiseta) blanca. Y en la foto de arriba, posando con el hermano mayor de la Cofradía sevillana a la que visitó des-purpurado y encamisetado "como un costalero en ensayo" comentaba un pie de foto

Ya digo que conservo esa impresión minimalista del Cardenal. Cuando lo cacareaban como papable, yo me echaba a temblar. Si ahora es cierto que se lo llevan a Roma, tampoco me quedo tranquilo. A no ser que en Roma sea neutralizado, que es otra sutilísima forma de des-problematizar a la romana: En un dicasterio romano, si el Cardenal no es de primera, con capacidad y competencia y auxiliares competentes y capaces, el purpurado puede quedar reducido a ser un señor vestido de grana que firma y que preside actos y que sale en las fotos. Y poco más.

Si ese fuera a ser el destino de Maradiaga, vale, ok, va bene. Pero si va a Roma para ser promocionado y dejar que le hagan mascarón de proa de la progresía, malo, muy malo.

En sus actuaciones como prelado hondureño, ha demostrado que no tiene cualidades. Confiarle encargos más altos, me parece un error.

Conste que no juzgo méritos personales, ni virtudes (que se las presumo, of course). Sólo me atengo a los hechos.

Y a la camiseta (lo reconozco).


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Rodriguez Maradiaga en su avispero

Me parece que es un indiscreto. Una de las peores cosas que puede ser un hombre de Iglesia de su status. Se espera de una jerarca reconocido que administre prudentemente sus "posibilidades", ya sean influencias directas, ya indirectas. También ponderación, justa y equilibrada ponderación. Y "distancia" de hechos cuando los hechos son turbios. La política es turbia, y la política centroamericana-caribeña es un turbión desde que en aquellas latitudes hubo actividad política.

lo del grameen bank y su dire



Tengo una mente tan incapaz para la economía y sus enredos como mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre, tres ruindades económicas. Por eso no sé entrar en detalles ni en gráficos, sólo me impacta la noticia:

Las tripas rotas del Grameen Bank. Yunus: Un nóbel malo

Y me extraña que no se publique en titulares, porque si se confirma la sospecha, el escándalo sería un verdadero escándalo global. Un escándalo insospechado, sorprendente, desolador para la gente que veía en ese gran proyecto-sistema del micro-crédito un recurso viable para sacar de pobres a la gente más desfavorecida del Tercer Mundo.

Cuando te dicen que el fundador-gestor del Grameen Bank ha desviado a cuentas personales millones de euros entregados para el sostenimiento de los micro-créditos, pasas en un momento de la perplejidad al desengaño, como suele suceder con estas noticias. Pero el tortazo se vuelve estupor repugnante cuando lees que se están induciendo suicidios como recurso último para poder cobrar pólizas de seguros que cubran la ruína de las familias afectadas.

El artículo de Il Foglio dice, más o menos, esto:

Yunus, el banquero bueno que obtuvo el Nobel, se revela ahora como un villano.

Ironía del destino es que desde Noruega, donde fue gratificado en 2006 con el Nobel de la Paz, vengan noticias sobre serios problemas que involucran al septuagenario bengalés Muhammad Yunus, el “banquero de los pobres”, el inventor del microcrédito santificado por un Occidente con perpetuo sentimiento de culpa, el hombre que hace más de treinta años prometió: “Un día nuestros nietos irán a los museos para ver qué era la pobreza”.

Antes de visitar los museos, nuestros nietos han podido ver en nuestro tiempo una investigación televisiva del periodista danés Tom Heinemann, emitido el martes pasado en Noruega e intitulada “Atrapado en el microcrédito”. En el documental, Yunus es acusado de haber usado para fines distintos a los inicialmente previstos buena parte de una donación recibida por su banco de pobres, equivalente a 74,5 millones de euros y concedidos entre 1996 y 1998 por países como Noruega, Suecia, Holanda y Alemania. En vez de quedar en el Grameen Bank para financiar acciones de microcrédito, una cifra igual a 47 millones de euros pasó por allí brevemente, antes de terminar en la caja de Grameen Kalyan, otra sociedad propiedad de Yunus e que se ocupa de “microseguros” de salud.

Frente a las denuncias oficiales del embajador noruego en Dhaka, así como de la Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo y del Ministro de Finanzas de Bangladesh, Yunus dijo que la operación tuvo motivos fiscales y restituyó 17,6 millones de libras (unos 20 millones de euros) al Grameen Bank. La historia, sin embargo, conserva aspectos oscuros, y el mismo banco, después de la emisión del documental noruego, ha anunciado una explicación completa “lo antes posible”.

Se evapora así, sin gloria, la aureola milagrosa entorno al sistema entero del microcrédito, ahora acusado desde muchos frentes—también de él habló ayer el Financial Times, con toda una página intitulada “Pequeño préstamo, gran problema”—por parecerse a una forma organizada de usura bajo el velo de la corrección política. Ahora “transformadas en un negocio global que vincula las finanzas internacionales con algunas de las comunidades más pobres del mundo”, como dice el FT, las microfinanzas se basan en tasas de interés que llegan al 30%. Tasas usurarias, justificadas por el hecho de que sólo así es posible prestar dinero a personas que, debido a su indigencia, no serían atendidas por un banco normal. Un “sistema de explotación de seres humanos, cruel como el nazismo y basado únicamente en criterios de rentabilidad”, acusa el activista de derechos humanos indio Lenin Raghunvashi, con agentes remunerados en función del número de clientes y de la tasa de recaudación, e incitados a impulsar los préstamos, primero, y a forzar la devolución con cualquier medio, después.

El resultado es que, en los últimos dos meses, unos cincuenta suicidios en las zonas más pobres de la India están con toda seguridad vinculados a la práctica de los pequeños préstamos sin garantía. Los mismos agentes encargados de recaudar los pagos semanales llegaron a sugerir el suicidio a los insolventes para cobrar la indemnización del fondo de protección que interviene en caso de muerte del deudor. Las Naciones Unidas no dejaron pasar la ocasión (¿y cómo podrían?) de declarar 2005 como el “Año del Microcrédito”. Sólo cinco años después, el “benefactor” está desnudo
.

He tomado el link y la traducción del artículo de la interesante página de La Liga Distribuitista, que retoma en el siglo XXI post-marxista las ideas de Hilaire Belloc y Chesterton, inspiradas en la Rerum Novarum. Una propuesta, entonces y ahora, digna de atención y consideración. Por lo menos debería ensayarse a una escala mayor, ya que sólo puede presentar un muestrario bastante corto.

Realizar un proyecto de esa naturaleza sería, por comparar, como la batalla de un liliputiense contra un mega-gigante, por el enorme desnivel/desproporción de medios entre los eventuales antagonistas. Con una particularidad digna de destacarse y subrayar: El pequeñito está súper-sano y el gigantón es un híper-enfermo capaz de infectar y transmitir tumores y podredumbre a todo el que se le arrime y/o conviva con él.

Que es lo que ha pasado - supongo - con el Grameen Bank: Malas gestiones, malas compañías, grandes sumas, grandes proyectos, oportunidades, veleidades, tentaciones, una mala hora...etc. Es decir, esa serie de circunstancias que propician cosas así.

El final de la noticia de Il Foglio, esos suicidios inducidos como "recurso económico" a la desesperada, me ha dado escalofríos. Quizá, en este caso, se combinan el imparable mecanismo del sistema más las ambiciones y delirios personales con una falta de espíritu cristiano y de "disciplina de la caridad", rematando en esos patéticos resultados. De todas formas, me dan pena estos derrumbes que tienen como secuela tantas pequeñas tragedias.

Pero la corrupción del Grameen Bank y su fundador-inventor-jefe me hace reflexionar sobre otras cuestiones, preguntarme sobre cosas. Por ejemplo: ¿Se imaginan Uds. el escándalo y la movida medíatica si este leñazo del Grameen Bank hubiera sucedido en una institución de la Iglesia (la Iglesia Católica, claro, que es la única que sale en los papeles)? ¿Se imaginan las noticias de prensa-radio-tv-internet? ¿Se hacen idea?

Pero no pasa nada si es el Grameen Bank y su fundador-dueño es el sospechoso y presunto autor de trincar de la caja y meterse en el bolsillo los millonazos de las subveciones etc. etc. etc.


Los malos no pasan una a los buenos que caen; pisotearán y cocearán al caido hasta triturarlo y molerlo; si es cristiano, si es católico, si es cura, obispo, cardenal o papa, la saña del ataque será diabólica. Pero si el batacazo se lo pega un amigo de los malos, tiene quasi asegurada la impunidad, el silencio, la cobertura , el capote, la media luz y la luz apagada.

n.b. Los malos son los anti-católicos, los laicistas, neo-paganos, neo-rojerío, alianzistas-civilizacionistas y demás canalla & cía & friends & boys & girls & simpatizantes. Todos esos (y esas).

&.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Letanías de Adviento a Cristo el Esperado


Tomadas de un devocional de principios del s. XVII (Fasciculus Sacrarum Orationum et Lithaniarum ad usum quotidianum), son estas Letanías a Cristo para el tiempo de Adviento:


~ LETANÍAS PARA EL TIEMPO DE ADVIENTO ~


Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.


Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.


Dios Padre Celestial,
R. Ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
R. Ten misericordia de nosotros.


- Verbo de Dios, por quien todas las cosas ha sido hechas,
R. Ten misericordia de nosotros.
Palabra hecha carne,
R. Ten misericordia de nosotros.
Mesías prometido en la Ley,
R. Ten misericordia de nosotros.
Prefigurado por místicos milagros,
R. Ten misericordia de nosotros.
Predicho por los Profetas,
R. Ten misericordia de nosotros.
Anunciado por Ángeles,
R. Ten misericordia de nosotros.
Deseado por los Reyes,
R. Ten misericordia de nosotros.
Anhelado por las naciones,
R. Ten misericordia de nosotros.
Enviado al mundo por el Padre,
R. Ten misericordia de nosotros.
Concebido por el Espíritu Santo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sabiduría enviada desde el trono de la gloria de Dios,
R. Ten misericordia de nosotros.
Deseo de los collados eternos,
R. Ten misericordia de nosotros.
Rocío en el vellocino de Gedeón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Zarza ardiente en fuego incombustible,
R. Ten misericordia de nosotros.
Escala de Jacob,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor de la raíz de Jesé,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor de la vara de Aarón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Flor que aparece en nuestra tierra,
R. Ten misericordia de nosotros.
Olor de campo bendecido por Dios,
R. Ten misericordia de nosotros.
Timiama de suavísimo olor sobre altar de oro,
R. Ten misericordia de nosotros.
Nardo y cinamomo en huerto cerrado,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sello puesto sobre el corazón,
R. Ten misericordia de nosotros.
Piedra mortal desprendida sin intervención de mano alguna,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua saludable sacada del pozo de Belén,
R. Ten misericordia de nosotros.
Nuevo vino en nuevo odre,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua viva que fluye como torrente desde el Líbano,
R. Ten misericordia de nosotros.
Árbol de la Vida plantado en medio del Paraíso,
R. Ten misericordia de nosotros.
Fuente que mana del Paraíso,
R. Ten misericordia de nosotros.
Agua de la vida en fuente sellada,
R. Ten misericordia de nosotros.
Lámpara puesta sobre candelabro purísimo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Estrella de Jacob,
R. Ten misericordia de nosotros.
Cetro de Israel,
R. Ten misericordia de nosotros.
Sol del que está vestida la Mujer,
R. Ten misericordia de nosotros.
Varón rondado por la mujer,
R. Ten misericordia de nosotros.
Verdad que brota de la tierra,
R. Ten misericordia de nosotros.
Justicia que desciende del Cielo,
R. Ten misericordia de nosotros.
Salvador que pasa por la puerta cerrada,
R. Ten misericordia de nosotros.
Príncipe sentado en la puerta oriental,
R. Ten misericordia de nosotros.
Linaje de la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente,
R. Ten misericordia de nosotros.
Progenie de Abraham por la cual son bendecidas todas las naciones,
R. Ten misericordia de nosotros.
Salvación y esperanza,
R. Ten misericordia de nosotros.
Emmanuel nuestro,
R. Ten misericordia de nosotros.


- Muéstrate propicio,
R. perdónanos, Señor.
Muéstrate propicio,
R. escúchanos, Señor.
Muéstrate propicio,
R. líbranos Señor.

- De todo mal,
R. líbranos Señor.
De todo pecado,
R. líbranos Señor.
De un corazón duro y perverso,
R. líbranos Señor.
De toda costumbre malvada,
R. líbranos Señor.
De toda pasión desordenada,
R. líbranos Señor.
De toda aspereza de costumbres,
R. líbranos Señor.
De toda malicia e indolencia,
R. líbranos Señor.
De una mala y eterna muerte,
R. líbranos Señor.
Por tu predestinación desde toda la eternidad,
R. líbranos Señor.
Por tu advenimiento,
R. líbranos Señor.
Por el misterio de tu santa Encarnación,
R. líbranos Señor.
Por tu virginal e inmaculada concepción,
R. líbranos Señor.
Por la fe y la obediencia de la gloriosa Virgen,
R. líbranos Señor.
Por la virginal fecundidad de tu Santísima Madre,
R. líbranos Señor.
Por la plenitud de gracia comunicada a tu Madre,
R. líbranos Señor.
En el día del Juicio,
R. líbranos Señor.


- Nosotros pecadores,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes salvarnos de nuestros pecados,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes dirigir a Ti todas nuestras acciones,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes hacer que tengamos para Ti nuestra morada preparada,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes rellenar con tu gracia todo valle de pusilanimidad,
R. te rogamos, óyenos.
Que nos concedas gozarnos siempre en Ti y glorificarte,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes mirar nuestra humildad y extender sobre nosotros el brazo de tu poder,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes colmarnos a nosotros, pobres, de tus bienes,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes hacer de nosotros coherederos de tu reino,
R. te rogamos, óyenos.
Que te dignes atendernos,
R. te rogamos, óyenos.
Hijo de Dios,
R. te rogamos, óyenos.


- Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R. perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R. escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R. ten misericordia de nosotros.


- Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.


- Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad
.


- Padre nuestro…

- Ven a liberarnos, Señor, Dios de las Virtudes.
R. Muéstranos tu rostro y seremos salvos.
Acuérdate de nosotros, Señor, como el pueblo de tu beneplácito.
R. Visítanos con tu salvación.
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.


- Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.


Oremos.

Excita, Señor, tu poder y ven, para que con tu protección merezcamos vernos libres de los inminentes peligros de nuestros pecados y con tu gracia podamos salvarnos.
Purifica, Señor, nuestras conciencias visitándolas, para que tu Hijo Jesucristo, Señor Nuestro, encuentre en nosostros al venir una morada preparada para Él.

Oh Dios, que sabes que nuestra humana fragilidad no puede subsistir a tantos peligros como nos acechan, danos salud de alma y de cuerpo para que, con tu ayuda, podamos superar los sufrimientos por nuestros pecados.

Todopoderoso e indulgente Dios, sé propicio a nuestras plegarias y libra nuestros corazones de las tentaciones de malos pensamientos para que merezcamos convertirnos en digna morada del Espíritu Santo.

Concede, te rogamos, Dios Todopoderoso, que los sagrados misterios de nuestra redención nos otorguen los auxilios necesarios a la vida presente y nos alcancen los premios de la bienaventuranza eterna. Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.


V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.

V. Y las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz.
R. Amén.

El original está en latín; el que quiera, puede rezarlas en esta página (en la columna de la dchª, está la traducción en inglés con el versículo de la Escritura del que se ha extraído la invocación litánica):


Litaniae ad Christum ex Scriptura Sacra in Adventu


Son preciosas. Uno de esos ejercicios piadosos que antiguamente se rezaban durante los oficios vespertinos, delante del Santísimo expuesto. Un mundo de piedad que desapareció con las innovaciones litúrgicas.

En estas y otras prácticas piadosas es notable la forma implícita de catequesis, una manera de formar/instruir rezando que, desgraciadamente, no se valoró lo suficiente, al contrario.

Entre un rezo modernistizante y esta letanía, la distancia es semejante a la que va de un Coral de Bach a una estridencia rockera.

Sin duda, hay que tener gusto, formación y sentido espirtual para escoger lo bueno y tirar lo malo. La pena es ver cuánto malo corre por ahí con olvido, desprecio y/o desconocimiento de lo bueno.


+T.

lunes, 29 de noviembre de 2010

El carnaval del Cardenal Ranjith


El recien purpurado Arzobispo de Colombo, Malcolm, Cardenal Ranjith, ha sido recibido con una parafernalia la mar de pinturera. Y él, parece, muy gustoso:

Vean el reportaje en la web. del Arzobispado de Colombo, Ceilán


¿Qué tal? ¿Repuestos del golpe??


Yo pienso que esto no favorece un pelo a la imagen del Cardenal Ranjith. A quien, de entrada, por ser un reconocido prelado tradicional, le profesamos una cordial simpatía. Pero, después de esto, ya no sé qué decir.

Lo confieso.

p.s. Un yotube con la carroza en moviento, y otros particulares de lo mismo.

+T.

Adviento ~ 1


¿Cuánto queda de noche, cuánto?
¿Cuánta noche queda, cuánta?

Se me echan encima los años
de niebla, de sombra.
Despertar sin despunte,
pereza de horas, de tiempo,
que pasa, que pesa.

¡Centinela! ¿Cuánta noche falta?

En el velo de un sueño sin alba,
la bruma tan fría, la escarcha,
el crujido del tiempo
y el corazón temiendo
más noche, más niebla.

¡Atalaya! ¿Cuánta noche?

Arden almenaras,
lejanas, las cumbres ardientes,
lucientes, brillantes,
que son en la noche
venturas en luz de horizonte.

Y el alma se prende en ardores,
suspiros del Sol que no llega,
amores que rompen en queja
y dejan cenizas que lloran
lágrimas que enfrían
las nieblas, las brisas, las noches.

¡Estrella! ¡Qué bella es la noche!
Díle que pare su cielo,
que orbite en detente,
firme en su vía,
quieta en su centro.

¡Estrella! ¡Que bella es tu noche!
Que te da fondo de oscuro celaje
para que rutilen las chispas de gloria
que enciendan las ansias
que prendan las almas
y suban ligeras en mil remolinos
de efímeras luces,
punzadas de anhelo sin colmo.

¡Qué profunda es la noche!

Yo pido pupilas de prístina vista,
voz de clamor que nunca enmudezca,
ver más allá de nieblas y noches,
y gritar con salterio de estrellas,
avisando que llega
el lucero de la madrugada
con dulces clarores
de día.

Custos, quid de nocte?
Custos, quid de nocte?



+T.

jueves, 25 de noviembre de 2010

"...que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia hierárchica assí lo determina..."


El imprevisible comentario del Papa sobre el preservativo ha sido un bombazo. Y resulta patética la tropa de doctores queriendo explicar que todo sigue igual. Por ese agujerito en la trama terminará pasando el elefante, sólo es cuestión de tiempo. A no ser que se remache con toda contundencia y claridad la doctrina que se había mantenido hasta ahora.

He dicho doctrina y reconozco que me siento incómodo al utilizar ese término referido a algo tan chocante como los profilácticos y su uso. Es verdad que la moral desciende hasta rincones, vericuetos y sótanos la mar de sórdidos. Tiene que pisar esos bajos por razón de su cometido, se comprende. Pero, como decía aquella respuesta comodín del Catecismo, "doctores tiene la Iglesia que le sabrán responder". Y así debe ser.

En el hospital, al enfermo, uno le examina en consulta, otro le hace radiografías, está el anestesista que anestesia, el cirujano que opera y así hasta el ats que pone las inyecciones y el auxiliar de clínica que retira y limpia la bacinilla del paciente. ¿Tiene que ser el cirujano el que haga esto? No. No sólo no está obligado sino que sería una actividad poco adecuada para la asepsia y la extrema higiene que debe guardar un médico de quirófano. ¿Me siguen?

¿Por qué el Papa tiene que bajar a tratar esas cuestiones? ¿Por qué lo hizo en aquel viaje a África y repite ahora en esa entrevista-libro? Sin entrar a discutir la distancia entre una y otra ocasión y lo que dijo entonces y lo que dice ahora, sólo recalco su desconcertante efecto. Ha transcurrido muy poco tiempo para alterar lo que se dijo de forma tan llamativa con esta nueva declaración.

Antes y ahora, pienso que no debería haber hablado. Por ese principio de subsidiareidad que tantas veces se trae a colación: ¿No hay nadie para que hable de eso, si hay que hablar? Y que hable con toda la competencia que se pueda. Y si hubiera que dejar cuestiones opinables, temas abiertos, dígase también claramente. Pero, por favor, que no sea el Papa.

Después están las formas, como comenté en el articulete anterior. Las formas importan mucho porque son las que definen el valor de una doctrina, cuando se trata de temas de fe y/o moral. Unas palabras ante unos periodistas en un avión, no son la forma adecuada para exponer doctrina; una respuesta a un periodista que hace una entrevista, tampoco. Se trata del Papa, y el Papa, cuando habla de ciertas cosas que le competen especialmente, debe hacerlo con toda formalidad. O abastenerse de hablar.

Una consideración más: ¿A quién dirige esa respuesta? Hay niveles de interlocución/expresión/exposición. ¿Se ha tratado, ha sido, de una respuesta ad casum, al peridiosta Seeweld en concreto, sin más alcance? Porque de hecho ese es el marco circunstancial interpersonal de esa entrevista. De entrada no se le debería dar o entender más proyección, más alcance.

Es muy característicamente papal la expresión Urbi et Orbi, que se aplica a ciertos actos del Stº Padre en cuanto cabeza de la Iglesia de Roma y de la Iglesia Católica. El Papa, algunas veces, cuando bendice, cuando enseña, cuando predica, lo hace dirigiéndose Urbi et Orbi, a toda Roma y al mundo entero. Circunstancia que, en absoluto, parece ser la de la entrevista y lo que se recoge en ella. ¿O sí? Porque si fuera así debería advertirse. Que el libro-entrevista de Seewald se vaya a publicar en los principales idiomas en uso es otro detalle a tener en cuenta. Un detalle no ignorado, probablemente previsto.

Confieso que, personalmente, no me definiría como un rigorista moral. He conocido - de vez en cuando lo recuerdo - los años en que no ponerse el velo en la Iglesia era un grave pecado para las mujeres, lo mismo que llevar o no llevar determinadas prendas de vestir. Y, en otro sentido, sobre otros usos y costumbres, también he conocido el tiempo en que se llevaban a rajatabla, de forma muy estricta, prácticas tan serias como las de la abstinencia y el ayuno, hoy casi desaparecidas en muchos sitios; me refiero incluso al ayuno eucarístico, tan olvidado. Si a mis abuelos les hubieran contado que los obispos iban a dispensar el ayuno y la abstinencia del Viernes Santo, no se hubieran creído tamaño escándalo, que sin embargo ocurre. Y otros por el estilo que Uds. mismos podrán poner como ejemplo.

¿Pasará, más tarde o temprano, lo mismo con los preservativos? A saber. El reconocimiento del uso de los medios naturales de control de la fertilidad dentro del matrimonio, en tiempos de Pio XII, significó para algunos un paso en determinada dirección, algo que después quedó bien aclarado en la gran Humanae Vitae. Con el comentario de la entrevista deberíamos ir entendiendo que quizá, que posiblemente, que probablemente haya habido cierta reconsideración de algunos particulares, que supondrán novedad. Esa es la conclusión que se saca de todo esto que comento. Pero en materia tan delicada que implica temas tan fundamentales, cualquier paso que implique novedad sobre la anterior doctrina es muy grave.

Yo insisto en la poca claridad, y la poca formalidad.



Al final de los Ejercicios Espirituales, como un corolario práctico destinado a los ejercitantes, San Ignacio de Loyola incluye unas famosas y muy claras reglas para sentire cum Ecclesia. La regla decimotercera siempre me ha llamado poderosamente la atención; dice esto:

13ª regla. Debemos siempre tener para en todo acertar, que lo blanco que yo veo, creer que es negro, si la Iglesia hierárchica assí lo determina, creyendo que entre Christo nuestro Señor, esposo, y la Iglesia su esposa, es el mismo spíritu que nos gobierna y rige para la salud de nuestras ánimas, porque por el mismo Spíritu y Señor nuestro, que dio los diez Mandamientos, es regida y gobernada nuestra sancta madre Iglesia.
Supone una fe íntegra en la Iglesia como Misterio. Y, como dice el mismo texto, en la Jerarquía, es decir, fundamental y pricipalmente en el Papa, que cuando enseña requiere una obsequiosa obediencia a la doctrina que expone. Unos conceptos para encajarlos bien en una fe bien formada, perfeccionada, fuerte, como la del Ignacio de Loyola que escribió esas reglas.

Por supuesto, profeso y mantengo ese ideal. Así debe ser.

Pero esa contundente y recia regla ignaciana implica y exige claridad por parte de la Jerarquía.

Si hay que exponer de nuevo lo que antes se había enseñado de otra manera, que se haga, que se diga. Sin ambages.

Y, por favor, que no sea un comentario a unos periodistas, ni una respuesta a un entrevistador: Que lo diga quien tenga que decirlo, donde deba de decirlo, y de la forma que se deba de decir.

Por el bien de algo tan importante como la Fe.


+T.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Un magisterio off the record !!! ???


Pocas veces unas pocas palabras habrán provocado tantas. Pero hay palabras y palabras, y con las del Papa suelen ocurrir estos efectos de multiplicación reactiva. Y los comentarios. Y las dudas. Y las consecuencias.

Eso que dice el papa en la entrevista vale muy poco. Pero vale más que lo que diga nadie, aunque valga poco. Quiero decir - y ustedes me entenderán - que cuando el Papa habla sobre algo de particular importancia y/o valor lo enseña y expresa en medios determinados y propios que son suyos y de nadie más: Una bula dogmática, una bula canónica, una encíclica, un motu proprio, una carta apostólica, un decreto pontificio etc. Todos esos documentos que son y hacen magistero. Algo muy serio.

También están las homilías, las alocuciones, los discursos, las catequesis de las audiencias, las salutaciones, y todo aquello que luego quedará consignado y publicado en la A.A.S. (Acta Apostolicae Sedis, especie de "boletín oficial" de la Santa Sede).

Los nuevos tiempos han traido nuevas formas de comunicación. Pero ni están tipificadas, ni contrastadas, ni garantizadas magisterialmente. No obstante, en cuanto existen, expresan conceptos, juicios, que son del Papa. ¿Qué decir de lo que el Papa dice circunstancialmente, en momentos y/o en medios que no son los habituales? ¿Cómo se recibe? ¿Con qué grado de atención?

Sobre el grado de intención no digo nada porque eso es algo de internis, y es del Papa y él sabrá. Pero se supone que ha habido, aunque sea remota, una intención. Y una voluntad.

Sin dudar de la excelente teología y la calidad de doctrina que en la obra se expusiera, cuando me enteré de que se iba a publicar un libro del antes Cardenal Ratzinger siendo ya Benedicto XVI, me pareció extraño, anómalo. Por la confusión que podría suscitar, ya que obligaría a hacer la abstracción de distinguir entre el teólogo Dr. Joseph Ratzinger y Su Santidad Benedicto XVI, algo suficientemente abstruso siendo uno y el mismo y no siendo lo mismo, aun siendo el mismo. Abstruso, como decía. Y peligroso. Y confuso. Y propenso al equívoco. Pero el libro se publicó y aparecerá pronto la 2ª parte del Jesús de Nazareth, una obra en la que se expresa como un teólogo de su tiempo, con reconocibles influencias y referencias. Sobre el valor definitivo la obra, el tiempo dirá.

Yo digo que no conviene la publicación de una obra teológica de un teólogo que es el Papa prescindiendo del juicio y la consideración de que se trata del Papa, porque es forzar una salvedad que juzgo arriesgada. Entiendo que ser Cabeza de la Iglesia comporta asumir unas restricciones y reservas que van anejas a las prerrogativas del ministerio pontificio, por razón del mismo. El magisterio papal es una función tan alta como delicada, que por ende no debe exponerse a confusión alguna. Un libro teológico del Papa que no es enseñanza oficial del Papa se presta a esa confusión, por más que se explique.

Y así otras palabras, intervenciones, comentarios etc. Por ejemplo, todavía están frescas las declaraciones hechas ante la prensa durante el reciente viaje a España, hace unas semanas. Cuando el Papa, en el avión, ante los periodistas, dijo aquello del rebrote en España del laicismo radical de los años 30, sus palabras aireadas al punto por la prensa y los medios tuvieron un eco, suscitaron encendidos comentarios y obtuvieron variadas y contrastadas respuestas.

¿Y qué sentido, alcance, responsabilidad, acierto, oportunidad, tiene el comentario sobre el preservativo recogido en la entrevista de ese libro del periodista Peter Seewald, de inminente publicación, contrastadas con aquellas otras declaraciones hechas por el Papa Benedicto sobre el mismo problema del preservativo y el contagio del sida cuando viajó a África en Marzo del 2009, también - si no me equivoco - dichas ante la prensa en el avión, durante el vuelo Roma-Camerún?

En aquella ocasión, 17 de Marzo de 2009, las agencias se hicieron eco inmediatamente de las declaraciones del Papa a los periodistas acreditados que viajaban en el avión papal. Palabras que casi monopolizaron todo el viaje papal en los noticiarios de aquellos días:

- "...no se puede superar con la distribución de preservativos, que, al contrario, aumentan los problemas".

- "...única vía eficaz para luchar contra la epidemia es una renovación espiritual y humana de la sexualidad".


¿Cómo se coordinan estas declaraciones con las nuevas? ¿O se subordinan?

¿Y la entrevista en sí misma? ¿Es como el libro, nada más (y nada menos) que una opinión particular, dicha off the record, en un determinado momento de una detrminada conversación, y sólo eso?




Dificil contestar. Porque el entrevistado - vuelvo a repetir - no es el Dr. Ratzinger, sino que el periodista que pregunta lo hace con la consciencia de que se dirige al Papa Benedicto XVI, y que es este quien contesta sus preguntas.

Por eso el interés de la entrevista.

Por eso el relativo valor de las palabras.

Por eso la confusión.

Por todo eso.

p.s. El muy sólido y concienzudo Romano Amerio hubiera tenido otro evidente ejemplo de todo eso que él criticaba con tan justas razones y tantos y contundentes argumentos.
Cada vez le profeso más admiración y adhesión.

p.p.s. Si leen usteds italiano, léanse el artículo del vaticanista Andrea Tornielli, que se pregunta por qué la publicación en L'Osservatore del extracto del libro-entrevista el mismo día del Consistorio Cardenalicio, si ha sido imprudencia, coincidencia, o algo estudiado, preparado sul tavolino.


+T.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Derrumbar la Cruz del Valle


Mi padre estuvo en la inauguración del Valle de los Caídos. Conservó mientras vivió un trozo de bandera española, un pedazo de la cinta que se cortó durante la ceremonia. Tenía pensado llevar al Valle los restos de su único hermano, caído luchando por Dios y la patria, contra los rojos, cuando tenía poco más de 18 años, en Enero de 1939, a dos meses de la Victoria. Al final nunca llevó a cabo el traslado, que yo dudo si estuvo verdaderamente en su intención. Ahora, desde hace unos años, los restos del tío Antonio descansan junto a los de sus padres, mis abuelos.

Mi padre, cuando iba a Madrid, siempre buscaba un hueco para hacer una visita al Valle de los Caídos. Admiraba el monumento y se emocionaba con lo que significaba. Él lo sabía muy bien porque sufrió la Guerra intensamente, quedando marcado, en el cuerpo y en el alma, mientras vivió. La última vez que estuvo en el Valle fue para el entierro de Franco, con mi madre, los dos con sus camisas azules, conscientes de que asistían a un ritual que ellos también protagonizaban. Sabían que se cerraba una época, la suya, que habían vivido leales a lo que amaron, profesaron y defendieron. Hasta el final.

Ni mis hermanos ni yo estuvimos nunca en el Valle de los Caídos. No era cosa de niños, decían en casa cuando alguna vez pedimos que nos llevaran. Sólo guardamos algunas tarjetas postales que nos escribían mis padres desde Madrid; unas pocas son del Valle de los Caídos, la Cruz monumental y el altar mayor de la Basílica. Ninguno de mi familia, supongo, tiene nada más en sus recuerdos, si tienen alguno sobre eso. Tampoco yo he sentido ninguna atracción especial por el monumento; si algo me ha interesado un poco ha sido la comunidad benedictina, por un amigo que frecuentó la hospedería, otro que iba con cierta regularidad porque hizo amistad con los monjes, y uno que estuvo de novicio y lo dejó al cumplir la probación.

Pero desde hace unos años el Valle ha salido en más de una conversación, casi siempre por noticias que alguien traía contando la situación cada vez más incómoda que vivían los monjes de la abadía. Un premeditado y constante acoso. Como conocíamos la catadura de los implicados, nos hicimos idea de que la cosa iría a peor. Como ha sido.




Están padeciendo una situación trazada ex profeso para acabar con el recinto monumental, la Basílica, la Abadía y toda huella de lo que es y se quiso que fuera el Valle de los Caídos. La cuestión es si se logrará. Por lo pronto, como efecto inmediato, el Valle y su crisis están en primera página. Y ha removido sentimientos, admiraciones y entusiasmos que parecían pasados, o por lo menos templados, muy templados, casi tan fríos ya como las piedras del recinto memorial. Pero el efecto de la actualidad va subiendo el ardor, tan próximo el 20-N, una fecha especialmente sensible, este año con más motivo.

¿Se ha buscado intencionadamente el desafío provocativo coincidiendo con la efemérides del 20 de Noviembre? Porque el tema del Valle, la restauración de la Piedad, la tensión con la comunidad monástica, cada uno de esos episodios han ido ocurriendo durante todo este curso pasado. Si la basílica suponía un peligro para los visitantes y turistas, si se tenía que cerrar, ¿por qué no se cerró a mediados de Agosto, cuando menos gente va, y no ahora, en Noviembre, precisamente el Domingo que estaba el Papa en España, a dos semanas del 20-N? No parece que haya sido casualidad reunir tantas casualidades, concentradas en una fecha tan señalada, justo en Noviembre, el mes del Valle de los Caídos.

¿Se desearía (se busca?) una reacción que terminara en incidente grave, con las consecuencias que son de temer en un caso así? Me imagino muchas escenas, todas posibles dadas las circunstancias. Espero y deseo que no pase nada, que la agitación que pudiera surgir no termine en nada que hubiera que lamentar. Pero reconozco que las cosas no se han enconado espontáneamente, sino que se han ido excitando de forma muy efectiva.

¿Estará feliz Zp con su obra? ¿Estará satisfecho?

Con España bajo una amenaza-tensión de debacle social y económica como nadie se podría imaginar, con 4 millones de parados reconocidos (más los que no se cuentan porque no se quiere), con todos los rotos y descosidos, las mil corruptelas y corrompidos...¿Estará Zp contento?

El personaje es tan patéticamente ridículo que puede que sí. Que se imagine que ha cumplido, que ha hecho obras grandes, que deja un mundo mejor que el que le dejaron. Sin guerras, con las civilizaciones aliadas, con España más buena, más verdadera y más libre, con la fórmula de aquel retruécano medio blasfemo de que la libertad nos haría verdaderos.

Al borde del precipicio, a punto de desbarrancarse y arrastrar a la nación en su propia (y merecida) ruina, la obsesión del gran fantasma nacional es derribar la Cruz, abatir ese signo que le traumatiza, precisamente en ese punto monumental donde confluyen y conectan los sentimientos atávicos que parecen haber movido su inolvidable des-gobierno.

Él sabrá por qué cadena mental de conexión de hechos, personas, signos e interpretaciones.

Yo si sé por qué he sentido un escalofrío al leer esta mañana la noticia:

Piden la voladura de la Cruz del Valle de los Caídos

¡Por mis muertos! Si al Zp le remuerden y espolean sus muertos, a mí me claman los míos, que son, que han sido, que serán mejores que los suyos, siempre mejores, en la vida y en la muerte, en el tiempo y en la eternidad.

Descansar bajo el signo de la Cruz, desear estar y aguardar la gloria bajo sus brazos, bajo sus alas, es un anhelo y una militancia: Queremos estar y luchamos para poder permanecer.

Los que piden dinamitar la Cruz del Valle serán cuatro gatos (o cuatro ratas); cinco si Zp está con ellos. No más.

Los de la Cruz somos yo no se cuàntos, una multiud ingente de esas que se cuentan con números apocalípticos, todos marcados con el signo de la Cruz.



Muchas veces recuerdo y predico que la Cruz es cruz, que es dolorosa por naturaleza y gloriosa por gracia sobrenatural. Padecerla mortifica y lastima; pero si se une a la Cruz del Redentor, santifica y glorifica. Sufrir la cruz y llevarla como Cruz es un signo de redención.

Por eso hoy me he sentido caído y exaltado, por la Cruz que quieren derribar y la Cruz que nunca podrán quitar, la que redime al mundo, la que aparecerá finalmente en el cielo y todos verán; también quienes la atacaron, también los que la abominaron.

Con la imagen presente de Asia Bibi, la joven paquistaní condenada a la horca por cristiana, reconozco la huella del maligno, del anticristo enemigo de la Cruz, por tantos sitios, por todo el mundo. Y tengo en mente el rostro de los enemigos, con rasgos tan reconocibles. Si los de aquí no ahorcan, no degüellan, no fusilan, sólo es cuestión de distancia histórico-social, no por falta de violencia intencional. Se persigue de otro modo, se ataca con otras armas, pero la agresión es la misma y los agresores son los mismos.

Conviene recordar y no olvidar las palabras del Apóstol, para encuadrar las cosas y entenderlas:

"...nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso..."

Ef 6, 12ss.


Y sigue diciendo: ¡Tomad las armas de Dios para poder resistir!, como si nos hablara a nosotros y nuestro tiempo. A nosotros que vemos como se persigue a la Cruz que es nuestra señal, nuestra esperanza, nuestra gloria.


Y nuestra arma.


¡La del Valle - especialmente ahora - también!


+T.

domingo, 14 de noviembre de 2010

La inquietante cuestión de la fe


Se rezó como Evangelio del Domingo XXIX y en la Misa de esta mañana, Sábado XXXII, otra vez. Es simpática la parábola. Incluso imagino que el Señor tenía en mente al personaje que decribe, quizá alguna viuda tremenda de Nazareth o alrededores, que él conocería personalmente, o de oídas. Una dómina famosa, en todo caso.

Pero lo más llamativo es que el Señor escoja esa escena, con esos personajes, la viuda terca e impertinente y el juez inicuo, para referirse a la oración y una de sus condiciones para que sea eficaz: La constancia. El texto dice que pronunció la parábola para enseñar a sus discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse (Lc 18, 1-8). Concluye planteando, dejando en el aire, una cuestión inquietante: "Pero cuando venga el Hijo del Hombre ¿encontrará esta fe sobre la Tierra?". Algunas versiones, la Vulgata incluída, traducen simplemente fe ...verumtamen Filius hominis veniens putas inveniet fidem in terra/ cuando vuelva encontrará fe en la Tierra?; aunque el original griego de San Lucas ('eurései tèn pístìn epì tès gès') parece aludir a la fe sobre la eficacia de la oración, sobre la que predica el Señor.

De todas formas, en un sentido amplio, podemos decir que se refiere también a la fe, en general, porque la oración es una genuina manifestación de la fe: Sólo reza el que cree, el que tiene fe. Cuando reza, el creyente explicita y pone en acto las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, porque al orar está creyendo en Dios, amándole y esperando en Él. Por eso, si no hay oración, si no se reza, es que no hay fe, o se tiene poca. La fe mueve a la oración. La falta de oración es falta de fe. En este sentido debe entenderse la inquietante pregunta del Señor, una pregunta que, podríamos también decir, es global, porque cuestiona al mundo entero, a todos los hombres, cuando dice "sobre la tierra" .

Yo he alcanzado a conocer, de niño, las rogativas ad petendam pluviam como algo normal. En mi pueblo sacaban al Cristo de la Agonía, una impresionante imagen, último recurso para cuando el cielo se cerraba y los campos se agostaban. Después también he presenciado las rogativas por la lluvia como algo casi "folklorizado", valorado ya como un rito ancestral que debía conservarse y por eso celebrarse de vez en cuando. El año 1980, o el 81, no recuerdo bien, sacaron en Sevilla a la Virgen de los Reyes en procesión de rogativa, y lo más memorable de la ocasión fue el efecto capillita, el comentario entre los cofrades sevillanos sobre lo impresionante que iba la Virgen vestida de morado y sin tumbilla. La rogativa, la oración con su intención, fue lo de menos; importó, más que nada, la procesión con su anécdota.

Lo mismo he podido constatar después en otros sitios, en casos similares. La gente del campo y los labradores - los que van quedando - están más atentos y se fian más del parte meteorológico que de la rogativa al Santo Patrón. Item más: En la Sevilla famosa de las Hermandades y Cofradías, los hermanos y cofrades ya no ruegan ni piden a sus Santos Titulares que no llueva cuando el día de la procesión amenaza chaparrón, sino que llaman al servicio meteorológico del aeropuerto, o a la base militar de Tablada, o a la de Morón de la Frontera, o a alguno de las estaciones de observación meteorológica, y se atienen para salir o no salir al cálculo de probabilidad de riesgo de lluvia que dan los meteorólogos. La confianza en la oración está mínimamente en el ambiente, pero insuficientemente presente.

Y como este, tantos casos, ya sean de salud y enfermedad, de accidentes, de tantas cosas que antes eran motivo y materia de oración - de fe, es decir - y ahora se resuelven acudiendo a otras instancias. Pero no a la oración.

No estoy diciendo que todo el mundo; pero sí digo que todos entendemos el mundo de otra manera, más independiente de Dios, menos pendiente de la la fe. Y esto no es de creyentes.

Voviendo al ayer, recuerdo escenas domésticas que llevaban cada una de ellas el signo de la fe: Se hacía una labor, y se trazaba la señal de la cruz, ya fuera para plantar un olivo o al pan que se iba a meter en el horno, o a las aceitunas que se iban a aliñar, o cuando se cortaba una tela, o se levantaba una pared, o se trabajaba el hierro en la fragua. La cruz, la oración, la fe estaban siempre presentes. Y no se debe decir que fuera superstición, que eso es pagano, sino que era la pequeña y simple conciencia de Dios y su Providencia, algo que es muy cristiano.

¿Si se pierde esta conciencia se pierde la fe? La sabiduría creyente que mete la levadura para que fermente toda la masa es, entre otras cosas, esa misma sencilla acción de saber referir todo a Dios, pidiendo, insistiendo, perseverando.

Esta mañana leía una noticia típicamente post-moderna, de neto siglo XXI:

Una ecuación del universo sin Dios

Otra vez - me dije - la arrogancia de los inteligentes, que se vuelven necios, ofuscados, negando una luz que les ciega y les deja envueltos en el sinsentido de un laberinto. Un mundo sin Dios, a Quien no se ve porque un día dejaron de rezarle, de creerle, de amarle, de esperarle.

La trayectoria de la modernidad, desde hace dos, tres siglos, es una cada vez más insistente y generalizada negación del Creador. Parece un grado extremo de radical absurdo que la ciencia atea postule algo que ella misma negaba como un imposible y hable ahora de un universo que surgió de la nada.

El racionalismo que empezó negando al Dios hecho hombre y definiendo sólo un vago concepto de Dios, ni siquiera sostiene ya un mínimo deísta, ni siquiera un confuso panteísmo, sino que en un paso más allá niega toda trascendencia y proclama el vacio de un origen en la nada y una evolución hacia la nada.



Lo más patético es que el sostenedor de la hipótesis sea un hombre como S. Hawking. O quizá por eso.

Alguna vez me he preguntado si el clamor negacionista de los ateos no será un insistente quejido, un inconsciente llanto rebelde que como no sabe (no quiere?) rezar rompe en un agresivo grito anti-divino, que en fondo del alma desesperada es un como un de profundis mitad blasfemo, mitad mísero, para que Dios mire, como provocando, tentando a Quien niegan para ver si se afirma, si se les muestra científicamente evidente, como una forma de probar al Omnipotente, de someterle a un especulativo análisis de laboratorio in extremis.

También he imaginado la parte del Libro de Job en la que Dios, por fín, interviene y habla como la escena de la Sagrada Escritura que mejor describe/profetiza el final de la diatriba de la ciencia no creyente y sus científicos contra Aquel y aquello que se empeñan en obviar:

Dios repondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo:
¿Quién es éste que empaña el Consejo con razones sin sentido?
Ciñe tus lomos como un bravo: voy a interrogarte, y tú me instruirás.
Dónde estabas tú cuando fundaba yo la tierra? Indícalo, si sabes la verdad.
¿Quién fijó sus medidas? ¿lo sabrías? ¿quién tiró el cordel sobre ella?
¿Sobre qué se afirmaron sus bases? ¿quién asentó su piedra angular,
entre el clamor a coro de las estrellas del alba y las aclamaciones de todos los Hijos de Dios?
¿Quién encerró el mar con doble puerta, cuando del seno materno salía borbotando;
cuando le puse una nube por vestido y del nubarrón hice sus pañales;
cuando le tracé sus linderos y coloqué puertas y cerrojos?
«¡Llegarás hasta aquí, no más allá —le dije—, aquí se romperá el orgullo de tus olas!»
¿Has mandado, una vez en tu vida, a la mañana, has asignado a la aurora su lugar,
para que agarre a la tierra por los bordes y de ella sacuda a los malvados? Ella se trueca en arcilla de sello, se tiñe lo mismo que un vestido.
Se quita entonces su luz a los malvados, y queda roto el brazo que se alzaba.
¿Has penetrado hasta las fuentes del mar? ¿has circulado por el fondo del Abismo?
¿Se te han mostrado las puertas de la Muerte? ¿has visto las puertas del país de la Sombra?
Job 38, 1-17ss. (pongo la cita con el enlace para que continuen leyendo, porque los versículos que siguen son tan tremendamente bellos como conmovedores).

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La viuda impertinente que insistía incansable al juez inicuo es una ínfima imagen del clamor de los que piden a Dios porque sólo en Él han puesto su esperanza, la pequeña de todos los días, la minúscula del minuto de apuro, y la gran esperanza final que se asoma al vértigo de la Eternidad.
Esta es la fe que el Señor se pregunta - ¡nos pregunta! - si quedará al fin sobre la tierra.

La cuestión se responde, por lo que nos toca a cada uno, rezando creyendo, amando y esperando en Él, que es Quien nos examina a nosotros y al mundo que creó y que se resiste a su Señor.

+T.