sábado, 21 de diciembre de 2024

O

 


Soñaba José - noches en camino -

sueños de Jacob, de escalas de ángeles

que suben y bajan al Cielo, y el Niño

que gesta María en su seno limpio

en trono radiante mil veces bendito

por los Serafines que esconden sus rostros

y son fuego vivo perenne de amor

y alaban a Dios y adoran al Hijo

que el Espíritu Santo en María engendró.


José no conoce, sólo sabe aquello

que en sueños el Ángel de Dios reveló

a su entendimiento para que guardara

al Niño y la Madre Virgen del Señor.

Despierto contempla más bella que el día

la faz de María radiante y el sol

parece que viste, que nimba, que dora

con luz de lo alto de suave candor

el aire que ronda sin sombra a su esposa

que al mirar enciende su fiel corazón

de esposo con santos temblores de amor.

Y así caminando a Belén se acercan

llevando el Misterio oculto de Dios.

La mula parece que barrunta algo

y mira con ojos de azabache al ángel

que delante lleva una estrella en flor

marcando con luces azules brillantes

aquellas veredas por donde los dos, 

José con María, van en oración:

Ven pronto Rey, Hijo, Adonai, Señor,

Llave de David, Enmanuel, Cristo,

nace y alumbra este mundo en sombras, 

Sol oriente, nuestro Jesús, Salvador.


+T.


sábado, 14 de diciembre de 2024

Rondando a la puerta

 




















Se que es de noche, porque no amanece,

y se que es su fuego, que tan hondo quema;

pero también se que mi alma ama

con temblor de amores como nunca amaba.

Se porque lloro penitentes lágrimas,

tan dulces, punzantes, que escuecen, que lavan,

cuando de Él predico,

cuando de Él me hablan,

cuando en Él medito,

cuando sus palabras

me vienen y vuelan rondando mi casa.

Se que es mi Señor, que su voz me llama,

que mi vida encuentra si se pierde vaga,

si entre los abrojos me embosco, me calma

viendo las estrellas que su mano planta

en el cielo oscuro, que nunca se apagan.

Yo se Quien me espera, aunque yo no vaya,

sentado a la mesa con pan, vino y agua.

Yo se que se ofrece cada vez que alzan 

mis impuras manos la Hostia sagrada

que en su sacrificio incruento salda

con Sangre divina mis deudas, mis faltas,

las del mundo entero que en su Cruz abarcan

sus brazos abiertos, sus plantas clavadas

que mis labios besan, que son mi esperanza

porque en ese trono gracia y paz derrama.

Y aunque sea de noche y no despunte el alba

espero su luz, su día, su llegada.

Ven pronto, Señor, que tu Iglesia aguarda

velando las noches hasta tu alborada

y tu Reino, Cristo, contigo nos traigas.

Mantén hasta entonces llama en nuestras lámparas.


+T.

domingo, 8 de diciembre de 2024

Inmaculada


Azul es su manto,

su túnica blanca,

de plata la luna

rendida a sus plantas

que descalzas hieren

con leve pisada

la serpiente impía

de engaños armada..

Es de Eva hija,

pero Inmaculada,

sin mancha, sin culpa,

en gracia creada

por Dios que prepara

para el Hijo en ella

un arca dorada

donde haga Cristo,

la Eterna Alianza.

Por eso los ángeles

todos le cantan

himnos de gloria

y honor: Alabada

la que resplandece

recién concebida

de estrellas nimbada.


María pura y limpia

con tu manto ampara

a quienes te imploran:

gemidos y lágrimas

en gozo les cambia,

purísimo espejo 

de la Iglesia Santa.


Ex Voto

+T