La sutil mención de lo pastoral como razón, confirma esa táctica anfibológica de conceder disfrazado de no ceder pero otorgando, de hecho, consentimiento y autorizando.
¿Es sacrilegio? Los autores (el sumo y su portavoz disimulado) dirán que no. ¿Y la fe católica y apostólica, qué dice? ¿Qué dice una bien formada conciencia católica consciente?
No somos tontos ni comulgamos con ruedas de molino...y distinguimos la manzana tentadora y el pan empapado en ponzoña.
Lo temíamos, lo esperábamos como se teme un crimen anunciado. Y ya está aquí.
Que sea en vísperas de Navidad, oscurece aun más el maleficio.
Tu autem Dömine, miserere.
+T.