La Estrella de Navidad
que en el firmamento brilla
relució primeramente
en los ojos de María.
Su esposo José la mira
y a la vez se maravilla
de su íntegra virginidad
y de su maternal dicha.
En el alma del Patriarca
la Estrella también lucía
con resplandor de pureza
y celestial alegría.
Esa Estrella del Mesías
desde el pesebre ilumina
a quién lo adora en Belén
dándole en su alma acogida.
¡Gloria a Dios en las alturas
y a los hombres luz y vida!
+T.
¡Santa y feliz Navidad, Don Terzio!
ResponderEliminarPrecioso poema.
Felices Pascuas aunque ya están dadas.
ResponderEliminaramdg