En pocos días, la web de Rel.Digital, especialmente identificada con los sectores más degenerados y activos del des-catolicismo, publicaba estas dos noticias, una con el cardenal Marx de Munich como protagonista, y la otra con Kasper, a cual más inquietante:
El cardenal Marx pondrá a laicos al frente de parroquias en riesgo de cierre.
Kasper afirma que la ordenación de hombres casados ya depende de las conferencias episcopales. Asegura que el Papa responderá favorablemente a las peticiones de las conferencias Episcopales.
Kasper, el activista que gestionó la trama pre-sinodal que concluyó con el polémico documento Amoris Laetitia, es quien parece también controlar los planes para la demolición del celibato sacerdotal. Si el momento del asalto se prepara para el sínodo temático del próximo 2018, y si su gestión es tan efectiva como la que desempeñó antes y durante el Sínodo de la Familia, el nuevo sínodo de los obispos parirá un documento que será la trampa por la que se colará la ordenación de hombres casados (viri probati), el celibato opcional, el diaconado femenino y el fin del sacerdocio católico tradicional, con la consiguiente desestructuración jerárquica de la Iglesia, un verdadero cañonazo en uno de los puntos más sensibles y esenciales de la eclesiología.
Las excusas se presentan también como acciones obligadas por las circunstancias, ocultando que esas supuestas urgencias pastorales esconden otras intenciones, como la promoción del clero casado y la desaparición del modelo tradicional de sacerdote/sacerdocio católico. Véase como ejemplo este artículo sobre la situación de algunas diócesis castellanas: Parroquias de Castilla la Vieja
Asombra ver la torpeza de la maniobra, como si reviviéramos uno de esos momentos históricos, míticos o legendarios, en que los supuestamente sabios deciden acciones letales, como meter el Caballo en Troya o lanzar la Carga de Balaklava. Pero lo peor es sospechar, intuir, que los planes de Kasper, Marx y cía. no son producto de una obtusa torpeza o una arrogante soberbia, sino la obra de una voluntad deliberada para consumar la descomposición de la Iglesia Católica y la instauración de la neo-iglesia que aquel fantasmal 'espíritu del concilio' tenía en mente.
Aun cabe esperar de algunos episcopados la suficiente resistencia para parar esta demente carrera al abismo. Pero también son cada vez más débiles las sensibilidades generales en el clero y los fieles para advertir y ser conscientes de la magnitud y la profundidad del mal que nos afecta.
Resulta una paradoja quasi burlesca que el Papa que capitanea este movimiento de 'iglesia en salida' esté a la vez concediendo indulgencias por el centenario de las Apariciones de Fátima.
A los que sí vemos y tememos, sólo nos queda orar y ofrecer.
p.s. Más sobre lo mismo: No existen dudas que la Iglesia posee la libertad para ordenar a hombres casados
+T.
Es clarísimo como en Francia, Mitterrand pudo llegar al gobierno gracias a los obispos que entusiasmaron a los fieles para elegirlo, para votar por socialismo. En cuanto fue nombrado presidente atacó con todas sus fuerzas las escuelas católicas, para estatizarlas, y no fueron los obispos quienes presentaron oposición, sino los fieles, que en número de dos millones llegaron a París para protestar contra la enseñanza libre. Los obispos no hicieron nada. Podríamos citar cantidad de ejemplos, libros inclusive, libros que han denunciado esa revolución estatal de la Iglesia […]. Pero todas estas denuncias, todas esas protestas no han cambiado en nada la situación, para nosotros, los Católicos, que tratamos de permanecer unidos a la Iglesia y a la Tradición, es indignante.
ResponderEliminarhttps://radiocristiandad.wordpress.com/2009/10/29/la-doctrina-de-las-relaciones-entre-la-iglesia-y-el-estado-frente-al-laicismo-4-de-5/
Así es, admirado padre. Esa "neoiglesia" es nada más y nada menos que una Iglesia post-católica. Llevan cincuenta años empeñados en ello, y no me cabe duda de que lo terminarán por conseguir.
ResponderEliminarDesde el punto de vista puramente fenomenológico, podría casi decirse que, en muchos lugares (especialmente Europa e Iberoamérica) y en muchos ambientes (kikos, jesuitas...), el (post)catolicismo romano actual es una religión distinta del catolicismo real, el que se practicó desde los inicios. Son diferentes la música, el arte, la arquitectura, la liturgia, la moral, la doctrina, las prácticas devocionales... Hay tanta diferencia como entre el judaísmo rabínico y el judaísmo anterior a la destrucción del Templo.
Sé bien de lo que hablo, porque trabajo en una Universidad que, pese a que oficialmente se considera católica, en realidad no pasa de tener una vaga inspiración cristiana (y eso utilizando la palabra "cristiana" en el sentido más amplio que cabe). Y con esa vaga inspiración deforma las conciencias de profesores y alumnos, no se sabe bien con qué finalidad.
Por eso a mí me dan escalofríos cuando veo a Francisco constituir una comisión para "flexibilizar" las traducciones latinas del Ordo Missae. Supuestamente la decisión surge porque ciertos ideólogos andan todavía escocidos con lo del "pro multis", un lenguaje verdaderamente intolerable en los tiempos que corren (sobre el papel tan inclusivos y tan correctos); pero detrás hay mucho más.
Lo que hay detrás es que, en la Iglesia post-católica, el Papa ya no se presenta como Vicario de Cristo, sino como activista político, heraldo del Nuevo Evangelio del Hombre (¡hasta hablan sin reparo de una "nueva evangelización"!). Y ese nuevo líder tiene la pretensión de superar y supererogar al mismo Cristo Nuestro Señor. "Habéis oído que Él os dijo... pero en cambio Yo Francisco (o Pablo, o Juan Pablo, o Benedicto) os digo..."
De momento todavía hacen una apologética vergonzante del tema, como cuando sale el General de los jesuitas a decir que en realidad no sabemos si estamos enmendando la plana al Señor o no, porque en aquellos tiempos no había grabadoras. Pero llegará el día en que ni eso.
Ni con Pablo VI estuvimos así. Aunque hay que reconocer que todo Francisco íntegro estaba ya incoativamente precontenido en el Concilio y en la heteropraxis de los Pontífices posteriores.
Qué difícil mantener la fe en la Iglesia en los tiempos que corren. Ahora sí que es fe de verdad, en la oscuridad total.
Comparto todo el excelente análisis del post. Voluntad deliberada, por supuesto que sí. Con el placet de Franciscvs.
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