Lc 2,19 "...Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón."
Lc 2,51b "...Su madre conservaba estas cosas en su corazón".
No hay mejor retrato de la Virgen que el que San Lucas pinta en estos dos preciosos versículos, alma de la Mariología.
Santa Teresa de Jesús hace lo mismo cuando describe a su confesor y maestro espiritual, San Pedro de Alcántara: "...era muy viejo cuando le vine a conocer, y tan extrema su flaqueza, que no parecía sino hecho de raíces de árboles. Con toda esta santidad era muy afable, aunque de pocas palabras si no era con preguntarle. En éstas era muy sabroso, porque tenía muy lindo entendimiento" (Libro de su Vida cap. 27)
Y en otro escrito, uno de sus poemas, la Santa habla expresamente del retrato, refiriéndose a la impronta/imagen de Dios en el alma:
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.
Fuiste por amor criada
hermosa, bella, y así
en mis entrañas pintada,
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.
Que yo sé que te hallarás
en mi pecho retratada,
y tan al vivo sacada,
que si te ves te holgarás,
viéndote tan bien pintada.
(poema titulado 'Alma, buscarte has en mí')
+T.
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