jueves, 8 de octubre de 2015
Aprensiones sobre el Sinodo
Quienes recelamos de los autores y actores del Sínodo, nos preguntamos si las polémicas propuestas de Kasper & cía no serán el señuelo para distraer la atención mientras tanto se cuelan otros temas en el Sínodo. Temas que con sólo ser sacados a colación /exposición /discusión, por lo menos ya tendrían una 'presencia' que luego podría citarse como un hecho a estudiar /tratar /solucionar con más atención, dotándole así de más entidad, más allá de la que ahora no tiene. Por ejemplo, ese arzobispo canadiense que ha sacado la cuestión de la admisión de las mujeres al diaconado. ¿Se refiere PP Franciscus este tipo de cuestiones cuando en estos últimos días ha insistido en la 'apertura' del Sínodo, que no sea una asamblea 'cerrada'?
Con el mismo sentimiento aprensivo, nos preguntamos si no serán cebos en anzuelos para que piquen, cedan y pacten. Como un fino-florentino cambalache de callarnos nosotros esto si vosotros consentís aquello. Y se cambalachea, y se pastelea...y al final se elabora una pasta fina que se amoldará suavemente satisfaciendo a timoratos vencidos y aprovechando a intrépidos vencedores, que al fin lograrán lo pretendido.
Cuando he dicho lo del arzobispo canadiense ese, el pro-diaconisas, se me ha venido a la cabeza otro ocurrente canadiense, el célebre Léger, abanderado de las vanguardias cardenalicias vaticanosecundistas, y con él, en ristra, quasi he visionado la formidable tropa de los Liénart, Frings, Alfrink, Suenens. König, Bea, Lercaro...¿No parece un dejá vú? Me refiero al Sínodo y a sus maniobrantes hodiernos, epígonos y émulos de aquellos.
Y los 11 Cardenales tan aireados como los intransigentes también parecen un remake del Coetus Patrum, inocentes ellos, que a pesar de sus resistencias y cautelas se quedaron cortos y no intuyeron en toda su potencia catastrófica el tsunami devastador del post-concilio y el vendaval arramblante del espíritu del concilio.
Pues con estas aprensiones estamos, temiendo lo que se pueda estar cociendo y aun no ha salido. O el pasteleo que se esté amasando y aun no se ha destapado. O el cambalache que se esté pactando hoy y será la pesadilla de mañana y pasado mañana.
Porque, como decíamos in principio, no nos fiamos de autores y actores sinodales.
Y tenemos razones para nuestra aprensión.
Corolario:
Durocher, el canadiense pro-diaconisas
Habla el Arzobispo de Brisbane
Y el Prepósito Nicolás
+T.
Lo de las diaconisas es el remate de los tomates. Sin duda.
ResponderEliminarPero nada comparado con el cachondeo que se traen con la comunión de los divorciados vueltos a casar y de los homosexuales que le han hecho una higa a la castidad.
¿O no es más importante la pureza del Misterio del Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor que todas los demás disparates a los que asistimos atónitos?
Hoy muchos católicos no admitimos componendas ni trapicheos.
Ahora se han de retratar todos los obispos, los presentes en el sínodo y los ausentes que no se atreven a hablar. Sí, qui tacet, consentire videtur.
Y qué le parece el comentario de S.E.R. Lacunza, sobre la dureza de corazón y la misericordia de Moises? Infocatólica lo publica así: [ http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=25044 ]
ResponderEliminarConcretamente [el comentario de Lacunza] lo dijo así:
"Moisés dio su consentimiento a la gente (para divorciarse). Hoy la "dureza de corazón" se opone a los planes de Dios. ¿Podría Pedro no ser tan misericordioso como Moisés?".
Una reflexión antológica, de Su Excelencia Reverendísima; para la "Antología del disparate", aquel famoso librito donde se recogían las respuestas más chuscas de los bachilleres andaluces en examen.
Esta propuesta es tan irreverente, que es necesario cerciorarse de la veracidad de la fuente de información para creerla.
Anónimo
Don Terzio, ando un poco lento el día de hoy:
ResponderEliminar¿Cuáles serían esos 11 cardenales que usted menciona?
Atte.
El perplejo.
Yo, si me lo permite, mi estimado don Tercio, más que aprensiones tengo certezas.
ResponderEliminarNo es que yo sea más listo que Vd., por favor.
Ningún obispo, por muy cardenal que sea, se atrevería a hablar contra la doctrina católica de no saber (los muy cobardes) que nada les iba a pasar.
La victoria de los malos tendrá lugar porque los buenos no quieren pelear por la Verdad.
A toda esta tropa de herejes hay que combatirlos como nos enseñaron los Santos Padres: Es necesario que el papa los declare que están fuera de la Comunión. ¡Ay, si a estos granujas les quitaran sus mitras, dineros y prebendas!...
Pero si no lo hicieron los papas (nada valientes) que mantenían la sana doctrina (Juan Pablo II o Benedicto XVI), la certeza de la que le hablo me viene de que sé que esto no ocurrirá con el papa Francisco el periférico (y que Dios me perdone lo que pienso de él).
Sí, Perplejo, porque lo de los 11 es noticia de hace unas semanas atrás:
ResponderEliminarOnce Cardenales
También puedes leer en estos otros enlaces:
http://politica.elpais.com/politica/2015/10/03/actualidad/1443898001_053125.html
http://www.lanacion.com.ar/1833711-en-un-libro-11-cardenales-se-plantan-contra-las-reformas-de-francisco
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http://elquijotesiglo21.blogspot.com.ar/2015/10/libre-examen-y-comunismo.html
ResponderEliminarExcelente el suegro de Mario Caponnetto!
Lo de Moisés no fué consentimiento sino que vió que por la dureza de las gentes tuvo que hacerlo, pero la respuesta de Jesucristo es tajante y ahora debemos seguir lo que Jesucristo enseñó. Lo de Moisés tampoco tiene que ver con la misericordia y no porque le faltara a este la misericordia, misericordia es levantar de la miseria, y se levanta de la miseria más no de la dureza.
ResponderEliminarEclesial, pero nada clerical dijo...
ResponderEliminar.
pero eso es protestantes,
si no aprecia al clero que nos trae a Jesús eucarístia usted está desvariando, además que ya debería saber que Dios, causa primera obra por causas segundas como por ejemplo la jerarquía.
Sin sacerdotes que renueven el Santo Sacrificio este mundo en pocas horas reventaría.
Pues sí, en medio de esta tremenda crisis interna de la Iglesia, es fundamental defender, apoyar y valorar al clero. Que al menos quede una pequeña parte sana que siga manteniendo la Eucaristía y los demás Sacramentos, cuya profanación y destrucción se está buscando con empeño. Nos jugamos nuestra existencia, terrenal y eterna.
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