La historiografía de la Iglesia debe ser cabal, recia. Que sea más o menos empática, importa relativamente, aunque prefiero que el historiador no pierda el horizonte sobrenatural, que entiendo imprescindible si se trata de escribir verdaderas crónicas circa Ecclesiam, por ser una parte fundamental del Misterio de Dios con nosotros.
A tenor de lo dicho, conste que leo con gusto (porque me gusta) a Leopold von Ranke, cuya estupenda 'Historia de los Papas' provocó la respuesta insuperada e insuperable de Ludwig von Pastor, cuya tesis de fondo profeso: En el transcurso de su historia, el Papado fue afectado por las circunstancias, defectos y vicios de cada época, permaneciendo en todo momento su transcendencia sagrada, su esencia sobrenatural, incólume a pesar de las vicisitudes que afectaran a sus personajes y protagonistas (protagonistas, digamos, secundarios, todos supeditados al Cristo, Caput Ecclesiae).
Entre otras muchas posibles, dos cuestiones de actualidad se pueden derivar de esta tesis:
1- si se cree tal aserto histórico-sagrado y se es consciente de él
2- cuáles son los defectos, vicios, circunstancias de nuestro tiempo que pesan más notablemente sobre la Iglesia y sus representantes actuales
El contenido top secret del dossier vatileak respondería, propiamente, a esta segunda cuestión; aunque no se piense que el susodicho informe agote, siquiera, la exposición sumaria de todo lo que hay y/o pueda haber, siendo tantas las circunstancias, tantos los afectados, estando todos sujetos - cosas y personas - a tantas posibles variables. Pero, en sustancia, el informe de los Cardenales Herranz, Tomko y De Giorgi será un documento precioso para la historiografía eclesiástica de estos años.
Pero a mí, personalmente, no me preocupa este particular, que juzgo accidental. A mí me interesa (y preocupa) la primera cuestión que he señalado más arriba: ¿Los Cardenales, los Conclavistas (entre quienes está, presumiblemente, el próximo sucesor de San Pedro) son conscientes, asumen, se creen, en definitiva, lo que son y lo que van a hacer? ¿Creen en el Papa para cuya elección han sido nombrados y son convocados? ¿Qué concepto tienen los Cardenales electores del Papa y del Papado?
Uno de los síntomas más alarmantes del post-concilio fue el de la pérdida generalizada de la conciencia sacerdotal, primeramente entre los mismos sacerdotes, en segundo lugar entre los fieles católicos: Ni el sacerdote ordenado era formado en la grave consciencia de su alto ministerio sagrado, ni se recibía el Sacramento del Orden insistiendo en la consciencia de su esencia sobrenatural, ni se vivía después personalmente ese don sacerdotal, ni el sacerdote ordenado se consideraba distinto ante Dios y entre los hombres, ni realizaba, ni expresaba, ni comunicaba a la hora de ejercer el ministerio aquella consciencia sacerdotal interior (y exterior) que era propia, exclusiva (y excluyente) del sacerdocio cristiano.
Fueron los años en que los seminarios católicos de-formaban según otro modelo sacerdotal, muy desacralizado: El hombre de todos, el servidor de la comunidad, el asistente de los marginados, el promotor de iniciativas, el animador de grupos y asociaciones, ese era el presbítero ideal. El sacerdote - se insistía - no es alguien superior a los demás, ni diferente; el sacerdote era un hombre como los demás, uno más entre los otros.
Esta 'desacralización' del sacerdote fue general, afectó a toda la Iglesia, excepto a los pocos y muy determinados grupos católicos que asumieron la preservación y defensa del sacerdocio católico, sin desvirtuaciones, mermas o desfiguraciones.
Mi pregunta es: De los Cardenales electores y elegibles ¿quiénes, cuántos son los que entran en el Cónclave con una neta y consciente conciencia sacerdotal católica, eclesial, sabiendo lo que son, lo que tienen que hacer y a quién deben elegir?
Puede ser que sean eficientes gestores, eficaces comunicadores, valientes promotores, estupendos directores...¿pero cual es, cómo es el grado de su sagrada conciencia sacerdotal, de su alta vocación y alto ministerio eclesial, espiritual?
Un obispo actual, formado en los seminarios y el ambiente de-formativo de los centros académicos de la Iglesia entre 1965-1990 (un arco temporal bien definido) ¿con qué grado/nivel de consciencia sacerdotal católica entra en un Cónclave para ser elector y elegible?
Si se compara este próximo Cónclave con otros Cónclaves de hace, digamos, medio siglo, cuando la conciencia de la Iglesia y sus ministros no estaba empañada por la posterior crisis de identidad, el resultado de la comparación es estremecedor. Por ejemplificar con personas, se trataría de medir la distancia que puede haber entre un Merry del Val y un Sodano, o entre un Gasparri y un Bertone, si me explico.
O - también pretendiendo explicarme - las diferencias que existirían entre el actual Camarlengo y el Cardenal Raffaele Riario, que fue Camarlengo en el cónclave de 1492, en el que se eligió a Alejandro VI Borgia. ¿Qué concepto del Papa y del Papado llevaría in mente et in péctore el cardenal Riario? Era el nepote de su tío, el intrigante Sixto IV, primo del también célebre Cardenal Pietro Riario, y también primo del que sería Papa Julio II, en cuyo cónclave también participó, y en el siguiente, el que eligió al Papa León X. Rafael Riario participó en todos los cónclaves entre 1478 (con 17 años) y 1512. Fue Cardenal Camarlengo desde 1483 a 1521, año de su muerte.
Y me hago la misma pregunta sobre la mente y la intención de otros cardenales en otros momentos de la historia: ¿Cual sería el concepto y la intención de un egregio cardenal conciliarista del siglo XV? ¿Y el pensamiento de un cardenal del partido español-imperial-habsburgo del XVII? ¿Y la intención de un cardenal francés, agente del Rey Sol?
Recalco estas cuestiones, tan pertinentes a la hora de reflexionar sobre el Cónclave y sus protagonistas. Quedando siempre a salvo la acción de la Providencia, que saca virtud de miserias humanas, y hace que elijan Papa - valga el ejemplo entre otros muchos posibles - a un afamado (y no por virtud) Cardenal Farnese, Paulo III, que sería el convocante del Concilio de Trento, otro magnífico don providencial.
Reflexiono así para no desfallecer al repasar la nómina de los Eminentísmos SS. Cardenales que entrarán al Cónclave, a cual más decepcionante y/o preocupante y/o temible. Sin exagerar. Esa es la materia humana que estará disponible para que el Espíritu Santa inspire y la Providencia Santa obre. Por eso oramos. Pero conscientes, no ignorantes, que somos pecadores - lo sabemos - pero no cretinos, gracias a Dios. Y la piedad no nos suspende el juicio.
Desde otro plano, más vulgarmente, el grado de devaluación de los momentos que vivimos se puede apreciar en todo su alarmante desnivel simplemente revisando escenas de películas, como El Cardenal y/o Las Sandalias del Pescador, dos clásicos del género, dos documentos explícitos de una gran decadencia formal, sintomática de otra decandencia - nos tememos - sustancial.
El golpe de la renuncia del Papa Ratzinger ha sido el último capítulo de la crónica post-conciliar. Los Cardenales que entrarán en el Cónclave también llevarán sobre ellos esa reciente influencia, tan desconfiguradora del Papado tal y como ha sido conceptuado hasta ahora.
Creer y amar a la Iglesia implica asumir las deficiencias de la historia y la actualidad de la Iglesia. Pero, primera y fundamentalmente, quien cree y ama a la Iglesia debe ser consciente de su esencia, carácter y misión sobrenatural y sagrada.
No somos un holding internacional, ni siquiera un estado soberano. No van a elegir a un presidente de empresa, ni a sustituir a un monarca jefe de estado.
Aunque, sin ir más lejos, la nota-telegrama de agradecimiento que la Congregación de Cardenales ha mandado al novedosísimo Papa emérito parezca, en forma y fondo, una vulgar y expeditiva carta de despedida a un director jubilado.
Cuando von Pastor cuenta la historia de los Cónclaves, del siglo XIV al XVIII-XIX hace la crónica de los hombres de iglesia de aquellos siglos, con sus admirables méritos y terribles deméritos. Considerar los méritos (bastantes) y deméritos (inquietantes) de los conclavistas del 2013 es ser testigos de la historia que un día se escribirá, con las perspectivas que ahora no poseemos y sin la preocupación que ahora padecemos los católicos conscientes de la gravedad de la coyuntura y su futuro próximo.
Tu autem, Dómine, miserere nobis
+T.
Estimado padre:
ResponderEliminarLe agradezco que haya aportado esta imprescindible perspectiva tan preterida hoy día.
Tan en desacuerdo como estoy con sus post en algunas ocasiones, tanto estoy en acuerdo con este.
Rece por mí, se lo ruego.
Hace unos años atravesaba un Calvario en mi matrimonio, gracias a Dios y a las gracias que me dió, entre ellas Fé, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola y unos padres maravillosos, aguanté la tempestad y mi matrimonio sigue adelante. Por aquel entonces me encontré por la calle al sacerdote que me casó y su conversación se centró en que lo habían "destinado" a una parroquia de tercera en un pequeño pueblo entre Huelva y Sevilla. Se quejaba amargamente..., él, que debería ser primero en humildad, él que tiene la Gracia de alzar a Dios con sus manos, él, se quejaba de su parroquia... mientras, muchos laicos abrazan en silencio las cruces que Dios les manda. La Iglesia necesita de sacerdotes santos que guíen al pueblo, aseguro que sediento de CURAS SANTOS!!!
ResponderEliminarDigo lo mismo que AMDG. Magnífica la exposición que ha hecho sobre el Conclave que nos toca vivir trás la renuncia de Benedicto XVI.
ResponderEliminarY aunque hemos tenido algún desencuentro, yo no lo hubiera deseado, cuando tiene razón, como es el caso, es de justicia reconosérselo.
Le dije que rezaba por Vd. y así lo hago.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAsí me siento yo, soy simplemente un feligrés muy preocupado por la devastación que está sufriendo la iglesia. Y no creo que vaya a mejorar.
ResponderEliminarD. Terzio, entre Vd. y yo: la persona que saldrá elegida del cónclave será George Gänswein, y no será precisamente un Papa válido sino una de las dos Bestias del Apocalipsis.
ResponderEliminarEl siglo de hierro muestra de manera preclara que no siempre se eligen buenos Papas y como aún así no se pierde el caracter sagrado de la institución en los vaivenes del tiempo. No hace falta historiadores y erudiciones sobre el tema. De hecho todo está ya en el Nuevo Testamento si se lee con honestidad como un San Pablo resistió a San Pedro. No es algo garantizado un Papa que obre bien por la Iglesia y las almas, pues son personas libres, sino sólo que no enseñe el error como cosa definitiva pues son personas revestidas del caracter sagrado del supremo magisterio sobre el que se asienta la Iglesia. Ahí está el misterio de la Iglesia. Considerar lo sobrenatural se puede hacer en toda cosa, lugar y momento. Los cristianos lo hacemos sobre instrumentos de tortura romanos propios de aquel tiempo elevados a lo más alto del punto sobrenatural de nuestra salvación sin escandalizarnos. ¿Por qué no lo vamos a hacer sobre otras cosas y personas de cada tiempo y lugar?
ResponderEliminarLo que me ha gustado de su tema es como ha atinado en las dos condiciones principales de los tiempos en que viven los clérigos y que afectaron y afectan al Papado, Don Terzio: antaño fue la razón de Estado (que imperaba hasta en el Vaticano)y hoy la omnipresente razón empresarial que ha venido a substituirla o camuflarla en la modernidad. ¿Se puede hacer una cosideración sobrenatural sobre ellas?
Le recomiendo la lectura de este artículo:
ResponderEliminarhttp://www.elbrigante.com/2013/03/sudar-la-verdad.html
El AMDG de arriba no es el habitual, que soy yo mismo.
ResponderEliminarEfectivamente AMDG, siento que esto lleve a confusión. Este es mi nick habitual en todos los foros. No tendré problema en utilizar otro diferente en este blog.
ResponderEliminarA mí personalmente no me preocupa nada, el próximo cónclave.
ResponderEliminarBasta seguir las reglas de la lógica el sentido común:
¿A qué debemos este cónclave?
A la RENUNCIA, de Benedicto XVI,
La renuncia ¿fue libre o se debió al miedo, presión o amenaza graves?
tenemos dos casos:
A) RENUNCIA LIBRE:
La renuncia es válida, y válido el cónclave y si se respetan las reglas canònicas del cónclave, entonces el próximo Papa es válido y legítimo y es elejido por el Espíritu Santo.
B) RENUNCIA FORZADA:
La renuncia es nula, el cónclave es por tanto inválido, es un cónclave, obtenido mediante presión y amenaza, lógicamente el Espíritu Santo no interviene en un cónclave así, no actua allí donde se dió el ENGAÑO, LA TRAICION O LA FUERZA, entonces sea quien sea el Papa electo, es un Papa falso y estamos ante el FALSO PROFETA, tantas veces profetizado.
Como de momento, no se puede demostrar que la renuncia sea forzada, o que no se respeten las reglas del cónclave, yo sigo a la espera del próximo Papa que sea elejido..
Y lo dejo aquí, veremos el Papa que elijan, y a partir de ahí...estaremos atentos a lo que dice y hace desde la Cátedra de Pedro.
Lo de papa "emérito" me resulta incomprensible. A mi modesto entender, ni como especie de apelativo oficioso y de cortesía o afecto tendría un pasar. Me parece muy imprudente porque fomenta la confusión. En la misa de hoy, el sacerdote -octogenario y poco o nada sospechoso de heterodoxia- ha dicho en el Canon: "... con Tu servidor el papa EMÉRITO Benedicto, con nuestro arzobispo..." de corrido, sin titubeos; Si hubiera omitido "emérito" se podría haber interpretado com un lapsus por la fuerza de la costumbre, pero no. Si este cura -que aparenta conservar sus facultades mentales- no tiene claro que estamos en sede vacante y que Benedicto dejó de ser papa hace diez días y propiamente no es sino un simple obispo, ¿Que líos no se harán en la cabeza muchos fieles, sobre todo cuando los cardenales elijan al sucesor de Pedro y tengamos ¿dos? papas, el reinante y el emérito?
ResponderEliminarNo es para tanto este momento, Padre Terzio...
ResponderEliminarMire cómo dicen que se lo toman dos Cardenales, uno de ellos supuestamente "papábile" (estaría bueno que se despapabile...). Y si no se lo toman así, mire cómo ¿neocones? pone sus frivoleta mirada sobre la cuestión (y si estos dos Cardenales se lo tomaron así, supongo que habrá sido sin intención de que se supiera (¡que si no...!), y podrían en tal caso haberlos cubierto con un manto de piedad en vez de "consagrar" (o profanar) una nota dedicada, exclusivamente, a la liviandad ésta:
La «preocupación» de Sistach y Scola: «¿Y ahora cómo vemos el Barça-Milán?»
http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=28077&men_grabar=Se%20ha%20grabado%20su%20comentario%20para%20este%20art%EDculo.%20Muchas%20gracias.&grabar=no&ident_vec=0#comentarios
¡Pum para arriba! Alegría, alegria...
(Perdón, estoy podrido (sí, rezo por el Cónclave y el próximo Papa, pero estas cosas me pudren igual))
¡Qué bien, Miguel!
ResponderEliminarAsí, si te gusta el electo, es válido. Y si no, es nulo.
Humanamente, y dado lo que hay, yo me temo que el que elijan no nos va a gustar ni a ti ni a mí. Pero no por eso me voy a dar de baja.
Me das un poco de envidia.
A beneficio de inventario dijo...
ResponderEliminar¡Qué bien, Miguel!
Así, si te gusta el electo, es válido. Y si no, es nulo.
Humanamente, y dado lo que hay, yo me temo que el que elijan no nos va a gustar ni a ti ni a mí. Pero no por eso me voy a dar de baja.
Me das un poco de envidia.
¿ Y cuando yo he hablado de "gustos"?
Así estamos los católicos, me "gusta", este Papa, me "gusta" o no me "gusta" esta misa..me gusta o me gustaría aquello..o lo de más allá..
Como si nuestra Fe se basara en lo que nos gusta o lo que nos disgusta.
Estaba fundamentándome en el derecho canónico y en las disposiciones que hay canónicas para el cónclave...nada más.
Y hablando de gustos, ¿te "gustaria" una Papa que hiciera esto?:
(y cito a un comentarista de más arriba)
No es algo garantizado un Papa que obre bien por la Iglesia y las almas, pues son personas libres, sino sólo que no enseñe el error como cosa definitiva pues son personas revestidas del caracter sagrado del supremo magisterio sobre el que se asienta la Iglesia
En otras palabras un Papa hereje, que proclame desde la Cátedra de Pedro herejías o errores como doctrina definitiva.
Pues la verdad a mí no me "gustaría" y sí, le negaría mi obediencia y me daría de "baja".
Lo que dice Miguel tiene bastante sentido: atentos al próximo elegido, y no porque "nos guste" o no, sino por algunas cosas más importantes. Prueba irrefutable de que un presunto Papa no es un verdadero Papa: si dice o proclama alguna herejía. Eso es imposible en un verdadero Papa que tiene el don de la infalibilidad. Ni los Papas moralmente más depravados (que los ha habido) han dicho o proclamado jamás una herejía.
ResponderEliminarAsí que atentos, vigilantes, que los tiempos que vienen pueden ser peligrosos y de hondo calado.
"Por aquel entonces me encontré por la calle al sacerdote que me casó y su conversación se centró en que lo habían "destinado" a una parroquia de tercera en un pequeño pueblo entre Huelva y Sevilla. Se quejaba amargamente..., él, que debería ser primero en humildad".
ResponderEliminar............
Me ocurrió hace poco algo parecido el otro día con mi confesor habitual. Le expliqué cierto desgaste anímico y espiritual por mi actividad laboral y él dijo algo así como que a él le pasa lo mismo en el confesionario escuchando a los penitentes. Vamos, que "y yo más", con lo que me quedé sin la orientación que buscaba.
No sé como pinta el colegio cardenalicio de este cónclave, no lo conozco con detalle, pero algunos me gustan mucho, especialmente algunos no europeos. Los italianos y dmeás, me dan miedo. Me fío de los indios, estadounidenses, africanos, asiáticos varios, etc. Esos parece que se toman más en serio la fe.
De todos modos, quizá haga falta un Papa algo más expeditivo y menos elevado espiritual e intelectualmente. Juan Pablo II se supone que es santo, pero su papado creo que en determinadas cuestiones es decepcionante. Benedicto XVI es un hombre honrado y limpio, además de brillante intelectualmente, pero no ha podido gobernar casi nada y todo el mundo le ha desobedecido. Pues ojalá venga un Papa que mande a freir puñetas al obispo o cardenal que no le obedezca. Vamos, que ejerza la Autoridad Apostólica, que al fin y al cabo es su misión.
Jose Luis los africanos son de terror. Mire alguien que trabaja en Angola me ha contado el tremendo sincretismo que hay en África.
ResponderEliminarY JP II no se preocupe no es santo.
Las beatificaciones no son infalibles.